Capitulo 4: Un desafortunado accidente
El sol se filtraba por la ventana de la habitación sorprendiendo a dos cuerpos entrelazados. Un par de ojos rojos se abrieron lentamente al recibir directamente la luz en su rostro.
-maldición! Que molestia- abrazó más el cuerpo a su lado y ocultó el rostro entre el hermoso cabello rojo, aspirando su dulce aroma. Apenas comenzaba a cerrar los ojos nuevamente cuando escuchó un fuerte ruido, se oía como ese detestable aparato ningen que todas las mañanas alejaba a Kurama de sus brazos. Kurama se movió lentamente hasta apagar el despertador que con tanta insistencia sonaba. Se estiró un poco y volteó a ver a Hiei para darse cuenta de que éste también lo miraba fijamente. Depositó un suave beso sobre los labios del koorime.
-no me digas, tienes que irte-
-si Hiei, lo siento-se estaba levantando de la cama cuando lo detuvo por el brazo
-no te cuesta nada faltar un día, no entiendo porque tienes que ir todos los días a ese aburrido lugar-
kurama se levantó de la cama - ya te he explicado que no puedo faltar porque es mi deber asistir-
-pero por qué?-
-hiei ya hemos tenido esta misma conversación cientos de veces, si lo que quieres es quedarte a dormir más sabes que puedes hacerlo- el pelirrojo salió de la habitación para darse un baño.
-no se trata de eso zorro idiota, de qué me sirve la cama si tú no estás en ella acompañándome- habló aún sabiendo que kurama ya no lo podía escuchar. Se recostó otra vez y abrazó la almohada que hasta hace solo unos minutos el zorro había usado y dejado impregnado su irresistible aroma.
Al poco rato Kurama volvió a la habitación, llevaba puesto su uniforme y aún tenía el cabello mojado. Encontró a Hiei vestido y sentado en la orilla de la cama.
-Hiei te dije que podías quedarte si querías-
-pero no quiero-
kurama suspiró - está bien, como quieras...supongo que te veré en la noche?-
hiei no respondió, solo se volteó a otro lado. Kurama se acercó a él y le dijo -me darás mi beso de despedida?-
al ver que Hiei no le respondía le dijo - está bien, tendré que dártelo yo- lo tomó de la barbilla y lo besó. Cuando Hiei sintió que kurama iba a romper el beso tomó su rostro con ambas manos y lo acercó más hacia él; el beso comenzó a hacerse cada vez más profundo. Kurama se había perdido tanto en el beso que no sintió cuando Hiei lo recostó sobre la cama y se puso sobre él. Fue hasta que el koorime metió la mano debajo del uniforme de kurama cuando éste se dió cuenta de la posición en la que se encontraban.
-si no me detengo ahora no podré controlarme y llegaré tarde- pensó apartando suavemente a Hiei, quien no se sentía nada contento con la acción de kurama.
-tengo que irme Hiei, de verdad- estaba por salir cuando escuchó decir a Hiei algo que lo hizo detenerse
-es por ese ningen cierto?- había dicho Hiei muy serio
-ningen? Qué ningen?-
-no te hagas, ese ningen estúpido que siempre que le sonríes pone cara de idiota-
-te refieres a Killian?-
-kurama, de verdad piensas que me interesa saber su nombre? Claro que no!-
-pero Hiei...-
-no mientas, te vas porque te mueres de ganas de verlo- dijo esto levantando mucho la voz. Kurama agradeció que su madre tardaría aún más en regresar, de lo contrario hubiera escuchado los gritos de Hiei.
El pelirrojo se acercó una vez más al youkai y sin que este lo esperara lo abrazó.
-Hiei, te quiero y no sabes lo feliz que me hace saber que te pones celoso, eso quiere decir que tu también me..- antes de que pudiera terminar Hiei lo apartó de él bruscamente haciendolo caer al suelo
-no te hagas ideas tontas zorro, ya te dije que yo no me pongo celoso, es solo que no toleraría que me cambiaras por alguien tan insignificante como un ningen-
kurama se levantó del suelo y sin mirar a Hiei se dispuso a salir.
-espera, no hemos terminado de hablar- pero kurama ya se había ido -maldición, tendré que hablar con él más tarde-
-Shuuichi te sucede algo?-
-qué? No, por qué lo preguntas?- dijo el pelirrojo tratando de sonreir, pero no pudo engañar al jóven que caminaba a su lado
-pues...toda la mañana has estado distraído en las clases y ahora no has dicho una palabra en todo el camino, cosa que si me permites decirlo es muy raro en ti. Vamos, soy tu amigo, sabes que puede confiar en mí-
-sí, lo sé, pero no es nada, es solo que tengo un problema con una persona pero tengo la esperanza de que pronto se resuelva-
-está bien, si quieres podemos dejar el trabajo para mañana-
-no, nada de eso, debemos terminarlo, no te preocupes por mí, estaré bien-
killian lo miró algo preocupado, sabía que su amigo estaba mal por algo, pero decidió no seguir insistiendo. Pronto llegaron a la casa de Kurama y al poco rato ya estaban trabajando sobre la mesa del comedor; Killian estaba escribiendo mientras Kurama le dictaba algunas frases que encontraba en la montaña de libros que tenía a un lado.
-¿quieres tomar algo Killian?-
-claro-
-ahora regreso- Killian observó como el pelirrojo salía del comedor para entrar en la cocina.
-¿pero qué sucede contigo? Pensaba el chico ojiazul -aunque trates de disimular puedo notar que estás muy triste, a mi no puedes engañarme Kurama, aunque ya no seas el mismo te conozco mejor que nadie
-está bien jugo de naranja?- habló Kurama entrando de nuevo al comedor con un vaso con jugo en cada mano
-claro- Killian se levantó para tomar su vaso pero en el movimiento tiró uno de los libros con los que estaban trabajando, se agachó a recogerlo y lo puso de nuevo sobre la mesa.
Kurama estaba tomando un poco de jugo cuando algo llamó su atención, del cuello de Killian colgaba una cadena plateada, sosteniendo un objeto de color plata también en forma de gota con un cristal rojo en el centro.
-¿qué pasa?- preguntó Killian al ver la expresión de sorpresa mezclada con susto de Kurama
-eso...- señalando la cadena de Killian, quien siguió la dirección del dedo del pelirrojo y se encontró mirando su propia cadena -maldición, se debe haber salido de debajo de mi camisa cuando me agaché, pero...tal vez sea el momento de...-pensó
-de dónde lo sacaste?- kurama ya estaba frente a él y lo había agarrado de los brazos como esperando que su amigo no fuera a irse, pero la acción de Killian lo sorprendió pues fue algo que no se esperaba. Cuando se dió cuenta, lo estaba abrazando fuertemente pero a la vez con mucho cariño y le decía al oído
-tengo algo que decirte, yo soy...-
-¡lo sabía, eres un maldito traidor!!!!- el grito que escucharon los tomó por sorpresa a los dos haciendo que se separaran y encontraran a un youkai de fuego muy enfadado mirandolos con odio, especialmente a Kurama
kurama lo miró sorprendido - Hiei, pero qué haces aquí?-
Hiei no respondió, dió media vuelta y se fue con dirección a la habitación de Kurama. Este último volteó a ver a Killian y le dijo - espera un momento, por favor no te vayas- y se fue en la misma dirección que había tomado el koorime. Killian suspiró - así que... Hiei- habló para si mismo
Kurama subió rápido las escalereas y entró a su habitación para encontrar que Hiei estaba a punto de marcharse por la ventana
-espera Hiei, no huyas, tenemos que hablar- el youkai se detuvo y se volteó a mirar al pelirrojo
-yo nunca huyo zorro traidor, pero tu y yo no tenemos nada de que hablar-
-te equivocas Hiei, yo no te he traicionado, nunca lo haría- le dijo acercandose al koorime
-pues yo he visto otra cosa-
-pero te has equivocado, lo que viste no es lo que parece-
-que no es lo que parece?? Ese ningen idiota te estaba abrazando y tu cara no demostraba desagrado alguno y tienes el descaro de decirme que no es lo que parece?!!!!!-
-Hiei no levantes la voz por favor-
-por qué? Por qué tu estúpido amigo nos podría escuchar? Pues dile que se vaya, solo así me quedaré a hablar contigo-
-pero Hiei, no puedo decirle que se vaya porque...-
-está bien, entonces se lo diré yo- Hiei salió de la habitación y ya había puesto un pie en el primer escalón cuando Kurama lo detuvo por el brazo
-Hiei espera por favor, tengo que preguntarle algo antes-
-lo sabía, lo prefieres a él, no sabes cuanto te detesto Kurama, podía soportar una traición de cualquier persona menos de ti, me alegra no haberte entregado mi corazón-
cuando escuchó esto Hiei solo pudo ver un profundo dolor en los ojos de Kurama, pero no le importó, el lo estaba lastimando aún más
-Hiei...escúchame- el pelirrojo tenía lagrimas en los ojos y seguía sujetando a Hiei del brazo
-ya suéltame kitsune traidor- con un movimiento brusco Hiei empujó a Kurama para que lo soltara y se dirigió a su habitación para irse, pero no se dió cuenta de que la rabia (y ya de por sí la fuerza que tiene) había hecho que empujara fuerte a Kurama haciendole perder el equilibrio. Kurama no tuvo tiempo de sujetarse de nada y cayó rodando por las escaleras hasta caer en el suelo golpeándose la cabeza en el último escalón.
Hiei escuchó el ruido del cuerpo de Kurama cayendo y se regresó para darse cuenta de que el zorro estaba tirado al pie de la escalera inconsciente. Trató de bajar lo más rápido que pudo las escaleras pero antes de llegar junto a Kurama ya había alguien a su lado.
Killian había escuchado todos los gritos de Hiei ya había decidido irse cuando escuchó la conversación en la escalera y vió como de pronto Kurama había caido por las escaleras. Se acercó al pelirrojo rapidamente y comenzó a llamarlo para que despertara.
-Kurama! Kurama despierta!!- en su voz se podía oir desesperación
hiei solo observaba sin saber que hacer, trató de acercarse a él pero Killian lo detuvo
-no te atrevas a tocarlo- le había dicho mirándolo con profundo odio. Hiei se enfureció ante esto, pero quién demonios se creía ese ningen para impedirle algo? Iba a golpearlo por su insolencia.
-no te parece suficiente lo que lo has lastimado ya?- hiei se detuvo, esas palabras no eran ciertas, o si?
Killian se levantó y se dirigió al teléfono para llamar a una ambulancia, al poco rato volvió junto a Kurama y lo cubrió con su sueter.
Hiei seguía en la misma posición, solo podía ver como Kurama sangraba levemente por una lado de su cabeza. No sabía que hacer, él no quería lastimar a Kurama, acaso lo que estaba sintiendo era culpa? Se quedó inmóvil, solo viendo como Killian cubría a Kurama con la ropa que se había quitado y le decía
-no te preocupes, pronto estarás bien, resiste, tú eres muy fuerte...siempre lo has sido-
Hiei estaba escuchando todo, ese ningen lo ignoraba y seguía hablandole a Kurama como si lo conociera desde hace mucho tiempo y según le había dicho el kitsune, no tenían ni medio año de conocerse.
Al poco rato llegó la ambulancia y subieron a Kurama, quien aún no había despertado. Killian se iría con él por supuesto, pero antes de subir voleteó a ver a Hiei a su lado y le dijo seriamente:
-si algo malo le sucede a Kurama, yo mismo me encargaré de hacer que te arrepientas el resto de tu vida- se dió la vuelta y subió a la ambulancia.
Hiei no dijo nada, había escuchado la advertencia de Killian pero no hizo ni un gesto, solo seguía mirando como subían a Kurama a esa cosa con ruedas, y después vió al ningen subir tras él.
Cuando vio que la ambulancia se alejaba se dispuso a seguirla, no iba a dejar al kitsune solo, y menos con ese ningen de mente que se atrevía a retarlo.
Mientras saltaba de árbol en árbol tratando de seguir la ambulancia podía verse en sus ojos preocupación.
-Kurama perdóname, yo no quería hacerte daño-
Continuará
N/A:
Hola! Antes que nada mil gracias por sus reviews, me alegra que la historia les esté gustando. Aquí está un capítulo más, espero que sea de su agrado y esté mejor que los demás.
Creo que a estas alturas ya saben quien es Killian, con excepción de mi amiga (espero que no te moleste que te llame así) Kari Ishikawa que ya lo sospechaba ;)
Otra cosa, en este capítulo como que Hiei es un poco dramático, pero es que me gusta cuando se pone celoso por Kurama, gomen!
Les agradezco todos sus comentarios y opiniones, pero les agradecería aún más que siguieran leyendo mi fic y me siguieran dando sus opiniones. Aún no se muy bien como continuarlo pero no se preocupen, algo se me ocurrirá (es k es época de examenes).
Hasta la prox.
