Capítulo 1
Era demasiado tarde como para que algún Caballero aún estubiera dormido, pero demasiado temprano como para que cualquiera pensara en recibir visitas. Sin embargo, una persona subía con rapidez por las escaleras de las 12 Casas.
Salió del baño para encontrarse con aquella persona aún en la cama.
¿Seguía dormido? No era de extrañarse. Después de lo de anoche le sorprendería que lo hiciera antes de mediodía.
'Puedes hacer esto, Máscara. Tú puedes hacer esto.'- Cada segundo, aquella persona se acercaba más y más al Octavo Templo.
Solo esperaba que todo aquello terminara pronto.
Miró sin mucho entusiasmo al Caballero de Escorpio dormido profundamente en aquella cama.
No... no antes de medio día. Eso quería decir que podría tener un desayuno tranquilo. ¿Tranquilo? Hacía mucho tiempo que no tenía uno de esos.
Camus de Acuario se dirigió a la cocina.
Ahora solo le faltaban unos cuantos escalones.
'Eres un Santo de Atena. ¡Del más alto rango, demonios¡No puedes huir¡No puedes huir!'- Hubo una pausa. -"¿O sí?"
Café. Eso era lo único que necesitaba. Nada que lo hiciera sentir pesado. Y mejor aún: nada del trillado chiste de Milo con respecto a 'cómo le gustaban los huevos'.
Pero qué desagradable podía ser a veces.
"Maldición."- Era ridículo. ¿Por qué era que dudaba tanto¿Qué tenía que perder?
Cierto... su reputación.
Hubiera regresado en ese momento a Cáncer. Desfortunadamente, notó que ya había llegado a su destino. Tomó aire y entró como si fuera a hacer lo más difícil que hubiera hecho en toda su vida.
¿Tal vez podría leer un poco el día de hoy? También hacía tiempo desde la última vez que lo hiso. Milo tenía idea muy... especial... sobre lo que se hace en una tarde de entretenimiento; y leer rara vez era parte de ella.
Claro, no es que eso le molestara.
"¡MIIIIIIILOOOOOOOOOOOOOOOOOO!"
'Con lo maravillosa que había sido la mañana.'- Se sentó en la mesa con una tasa con café caliente en las manos.
"¡Milo¡Necesito tu ayuda, maldito escorpión!"- Death Mask se detuvo en seco al encontrarse con alguien que no esperaba ver en la cocina de la Octava Casa. Y lo peor es que ese alguien parecía haberse molestado por su interrupción. -'Lo último que me faltaba.'
"Buenos días."- No es que hubiera querido ser cortés. Fue solo su manera de decir '¿qué rayos haces aquí?'.
"¿En dónde est�?"- No esperó respuesta y siguió su camino hacia el interior de la casa en dirección al cuarto de Milo.
'Uno..."- Camus sabía perfectamente en qué condiciones se encontraba el Santo de Escorpio (después de todo él había sido el culpable). -"Dos."- Solo sería cuestión de tiempo. -"Tre-"
"¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGHHHHHHHHHH!"
Pocos segundos después de aquel grito, un sonrojado y fúrico Santo de Cáncer regresó a la cocina.
"¡Escorpión¡Tápate con algo �¿quieres!"
"Ya, ya, Mascarita."- Finalmente se oyó la voz del dueño de la casa. Milo entró a la cocina llevando puesto no más que una delgada sábana roja enredada alrededor de su cintura de la mejor manera en la que el tiempo se lo había permitido. -"Ni que no te gustara."
El Caballero de Acuario no tuvo más remedio que intentar ignorar lo que pasaba (y solo intentar, porque la escena era demasiado... 'llamativa' como para que lo consiguiera). Vió de reojo que el entusiasta Milo se dirigía hacia él y se limitó a sorber un poco de su café. En su descuido se quemó la lengua; claro que actuó como si nada hubiera pasado.
"Buenos días."- Le dió un beso no correspondido a la boca de Camus, ignorando por completo al tercer Santo que se encontraba en la habitación. -"Te quemaste la lengua¿verdad?"
"Vete a vestir, Milo." 'Si ya sabes¿para qué preguntas?'
"Vaya, qué carácter."- Se dirigió hacia su cuarto fingiendo irritación.
"¿Cómo lo aguantas, Camus?" - Hubo un gran silencio en la cocina mientras el Caballero de Acuario bajaba la temperatura de su café. -"Vaya. El sexo debe de ser verdaderamente bueno ¿eh?"
Dió otro sorbo al café. ¿De qué le servía? Tenía la lengua quemada y ya no le sabía a nada.
Death Mask esperó pacientemente por lo que fueron eternos minutos a que Milo se dignara a regresar. No esperaba encontrarse a Camus en la cocina de Escorpio, pero el haberse encontrado a Milo desnudo no era precisamente la mejor manera con la que hubiera querido comenzar su día.
"Muy bueno."- Repitió para sí, no pensando en lo que decía. Simplemente quería evitar ese maldito silencio.
"Gracias, Mascarita. Qué amable de tu parte."
Aquél sonido tan irritante fué la seña de que Milo había regresado. Aún no estaba completamente vestido. Pero al menos ya traía pantalones.
"¿Qué puedo hacer por tí?"
'¿Hacer?'- Claro. Había pasado la noche sin dormir pensando en cómo llegaría a Escorpio y buscando las palabras exactas que utilizaría para su misión ahí. Lo curioso es que las había olvidado por completo. De cualquier modo quería terminar con todo de una buena vez, pero ese estúpido Santo de Acuario estaba aún en la cocina. No solo eso, el acuariano mostraba esa actitud tan indiferente cuando en realidad estaba aún más ansioso que Milo (que en realidad no lo estaba) de saber qué era lo que traía al guardián de la Tercera Casa hasta Escorpio. -"Es algo que me gustaría tratar en privado."
"Como sea."- Camus se levantó de la silla, dejando en la mesa aquel café que no pudo disfrutar. Alejándose de la cocina ocultó su curiosidad y salió de la Octava Casa sin decir más.
"¡Camus!"- Milo suspiró en frustración y luego le dirigió una mirada de molestia a Death Mask. -"Espero que estés satisfecho."- Se sentó en el lugar que había sido ocupado previamente por Camus. -"Hiciste que perdiera el desayuno."
Esa era más información de la que Máscara hubiera querido recibir. Tratando de bloquear su mente se acercó al otro Caballero.
"Necesito tu ayuda."
"¿En serio? Yo creí que solo venías a desearme... una feliz mañana."- Ese bicho no le estaba haciendo las cosas nada fáciles.
Hubo una pausa más. ¿Cuántas más de esas iba a tener que tolerar?
"Es que... pronto... bueno..."- Así es. Toda la noche eligiendo las palabras correctas y ahora todas ellas se habían esfumado.
Milo divisó un nuevo sonrojo en la cara de su amigo.
"Ya veo... se trata de Afro."
"Necesito tu ayuda."
"Ya me dijiste eso."- Parecía que se iba a divertir mucho con todo esto. -"¿Qué pasa¿Quieres que les dé algún consejo para sus noches de pasión?"
"¡NADA DE ESO!"- El sonrojo aumentó. Desde el principio sabía que eso no iba a ser nada sencillo, pero ya estaba siendo demasiado. Lo mejor era ir al grano. -"Mañana será... bueno... pues..."- ¿Quién diría que hablar era algo tan difícil?
"Dilo, Mascarita. Dilo: el viernes será nuestro aniversario."- Esperó a que lo dijera, pero parecía que no iba a haber confirmación de los hechos. -"Sí. El viernes será nuestro aniversario y me gustaría que tú, el Santo más atractivo y sensual de todos me diga qué es lo que le puedo regalar."- Tampoco se confirmó esto. Pero él ya sabía que así estaba el asunto por lo que en realidad no lo necesitaba. -"Que lindo. ¿Quién viera al Santo de Cáncer enamorado?"
"�¿Me vas a ayudar o no!"
"No veo cuál es el problema. Alfrodita es muy cúrsi y poco exigente. Con que lo lleves a cenar será más que suficiente."- Alzó una de sus cejas y sonrió, seña de que lo siguiente que diría posiblemente tendría clasificación PG13. -"Digo, siempre y cuando le des un buen postre."
"¿Cenar en Rhodorio¿Es lo mejor en lo que puedes pensar?"- Suficiente, trataría de ignorar todas sus insinuaciones.
"Yo no dije que a Rhodorio. ¿Qué tal a la ciudad? Afro nunca ha ido."
"¿Y qué¿Debo creer que el Patriarca me va a dejar ir así como así?"
"Estoy seguro de que si le explicas tus razo-"
"¡NO!"
"¿Cuál es el problema? No como si lo que hay entre ustedes dos fuera secreto ¿sabes?"
"No le pediré nada al Maestro."
"Bueno, entonces compónle una canción a la personita de tu devoción."- Probó el café. Curioso... no estaba caliente. Camus era demasiado sensible.
"Eso menos."- Hubo una nueva pausa. Parecía ser que escorpión lo había atrapado. -"¿En serio nunca ha ido a la ciudad?"
"No."- Además, lo había hecho demasiado cargado. Oh claro, seguramente necesitaba cafeína para despertarse por completo.
"¿Y eso por qué?"
"¿Yo qué sé? Nunca ha tenido la oportunidad, supongo."- Tal vez si lo diluía hasta la mitad podría hacerse un expresso.
"¡Ya sé!"- Milo le lanzó una mirada de '¿huh?' -"Mira, tú puedes ir con el Patriarca y proponerle que nos dé el dia de mañana libre."
"¿Yo?"- Ahora sí que el cangrejito se había vuelto loco.
"Le caes bien. Te hará caso. ¡Además, así nadie tendrá que enterarse de lo que me pasa y todos te querrán por haberles dado un día libre!"
"'Lo que te pasa'. Hablas como si Afro fuera una infección."- No quería seguir haciendo ese tipo de favores, de alguna manera siempre salía perdiendo.
"¿Por favor?"
"Estás muy desesperado ¿eh?"- Retornó su atención al café. Vaya... era como tomar petróleo. -"Bueno. Pero me deberás un favor. Y uno grande. ¿Entiendes?"- Death Mask se relajó un poco. Pero solo un poco.
"Lo tendré presente. ¿Tengo qué mencionar que no quiero que Afrodita se entere de esto¿O cualquier otro?"
"Qué tierno. Lo quieres con sorpresa y toda la cosa. Afro se llevó al lotería contigo ¿no?"
Milo había accedido, ya no era necesario seguir aguantándolo.
"Nos vemos, bicho."- Finalmente, salió de la cocina con un peso menos.
"Nos vemos." 'Con lo maravillosa que había sido la madrugada.'- Ahora tendría que ponerse su armadura. -"Ah... l'amour."
"Estúpido Shion. Yo no sé por qué Atena lo eligió como Patriarca."- Un molesto Santo de Libra bajaba por las escaleras de Capricornio. -"Rayos."- Simplemente era demasiado temprano como para andar discutiendo, por lo que había optado por regresar a su casa.
"¿Cómo te trata la vida, viejito?"
"Eso no te importa."- Con su humor, ni cuenta se dió de a quién dirigió esas palabras. Pasó de largo a esa persona sin cara ni nombre.
"¿Qué tiene todo el mundo hoy que se levantó de tan mal humor?"
La conciencia de Dohko lo hizo detenerse y voltear. Así que era él...
"Lo siento, Milo. Tuve una mañana difícil."
"Ya somos dos."
"¿Vas a Acuario?"
"¡Bueno fuera! Voy a ver a Shion. ¿Qué tal¿Cómo fué su mañana?"- Ese arquéo de cejas otra vez.
Al escuchar aquél nombre, Dohko frunció el seño y le dió la espalda al Escorpión.
"Pues espero que no vayas a pedirle nada porque no está de muy buen humor. No es que en algún momento lo haya estado."- Sin más, siguió bajando las escaleras.
"Fabuloso."- Miró hacia el Templo de Atena. ¿Podría convencer al Patriarca de darle una noche de descanso a todos los Santos Dorados con la facilidad con la cuál le aseguró a Death Mask que lo haría? Seguro que no. Tal vez el simple hecho de estar ahí parado ya era suficientemente ingenuo. Después de todo ¿por qué tenía que ayudarlo?
"Imposible, ni has llegado a Piscis y ya estás dudando."- Milo volteó para encontrarse con Kanon. ¿Kanon¿Qué rayos hacía en la entrada a la Décima Casa¿Y vestido con la armadura de Géminis 'extra' que solo existe en el delirante mundo del fandom?- "¿Tanto miedo le tienes a Shion?"
'Parece que sabe lo que está hablando. ¿Por qué parece que sabe de lo que está hablando¿De que rayos cree que está hablando?' "¿De qué hablas, Kanon?"
"No te hagas el inocente, Milo. Sé a lo que vas al Recinto del Patriarca."
'Que piense que voy a matar a Atena, que piense que voy a matar a Atena.'
"Y sé que NO vas para matar a Atena."
'Rayos'
"Tú quieres pedirle al Patriarca el viernes libre."- Dijo esto con una sonrisa de 'oh, soy tan maravilloso que a veces hasta a mí mismo me sorprendo'.
"¿Estuviste espiándome?"
"¡Claro que no! Solamente te caí de visita cuando tú y Máscara estaban discutiendo un asunto sumamente privado."
"Y por eso escondiste tu cosmo..."- Esto sí que era molesto.
"No quería interrumpir la privacidad."
"Confío en que no le dirás a nada a nadie."
"Tú mismo lo dijiste '¿cuál es el problema?'"
"Si Máscara se entera de que alguien más sabe lo que tú ya sabes, entonces me hará quién sabe qué cosas por haber permitido que ya sabes quién se enterara de ya sabes qué."
"¿Quién crees que soy¿Aldebarán? No podrás deshacerte de mí utilizando oraciones largas."
"¿Entonces cómo?"
"Quiero jugar."
"¿Jugar?"
"Quiero ayudarte a organizar todo este asuntillo."
"¿Por qué?"- Después de todo, la gente no suele ayudar a la otra gente solo por que sí. Especialmente Kanon.
"¿Necesito razones para ayudar a mi querido amigo, Milo de Escorpio?"- Colocó su brazo derecho sobre el hombro izquierdo de Milo. -"¿Eh? No... yo creo que no. No las necesito."
"¿Para qué me molesto?"- Continuó su camino por las escaleras evitando así el contacto de Kanon. -"De todos modos ya no me puedo librar de tí."
"Ah, qué bien me conoces."- Avanzó rápido hasta llegar a su altura y ambos comenzaron su ascenso hasta el Templo del Patriarca.
"Ya que estás tan dispuesto a dar ideas entonces será mejor que me des una pronto."
"¿Sobre cómo convencer a Shion?"
"Dohko dijo que no estaba de muy buen humor."
"Podríamos matarlo."- Milo ni siquiera se atrevió a comentar sobre esto. -"Tú confía en mí. Tan solo deja todo en mis manos."- Milo no era el único con el truquito del arquéo de ceja.
Comentario de la Autora: Bueno... tal vez en este capie aún no se han dado cuenta, pero las escenas de este fanfic van a ser algo esporádicas. Técnicamente no puse descripciones más que las necesarias para que el lector entendiera qué rayos era lo que estaba pasando (espero que no hayan hecho demasiada falta). Total, lo que quise hacer era desarrollar los pensamientos de los personajes. Ojo, no los sentimientos, sino sus pensamientos. Los sentimientos están ahí para que el lector los interprete de la manera en la que ellos quieran hacerlo.
Originalmente le iba a poner a este fic "Fragmentos" pero primero, sonaba mucho a InuYasha, y segundo, era un título demasiado fuerte. Muchas de las escenas parecieran no tener importancia. O mas bien, no escribo como si tuvieran imporancia. Esto es, al igual que lo de las descripciones, para que ustedes decidan qué importancia le dan. Para mí no hay ninguna en estos eventos, son solo un montón de cosas que 'pasan'.
