Capítulo 4

Ya era noche en la capital de Grecia. Después de una mañana paseando por ningún lugar en especial, el Caballero de Cáncer y el de Piscis cenaban tranquilamente en un pequeño restaurante de comida (italiana, por supuesto).

"¿Preparaste esto tú solo?"

"¿Tú que crees?"- Preguntó Máscara Mortal aparentando prestarle más atención a la carne que cortaba que a su acompañante.

"Que no.."- Claro, nunca podría engañarlo. Pero lo había conseguido: había sido toda una sorpresa.

"Milo me ayudó. Bueno... en realidad él lo hizo casi todo."

"Gracias."

Cáncer casi saltó de la silla al sentir la mano de Afrodita sobre la suya.

"¿Por qué? Si ya te dije que fue Milo el que hizo todo esto."- Eso lo hacía estar bastante nervioso.

"Pediste ayuda. Eso es más de lo que habías hecho por mi antes."

"Milo tenía razón: eres un cúrsi."

"Oye... ¿y Milo no pensó en dónde podríamos ir por un buen postre."- Vaya... parecía ser que lo del truquito del alzamiento de cejas era contagioso.

"No... pero creo que puedo encargarme de eso."- Tomó su mano y la besó.

Aquél día sería cerrado con broche de oro.


Había mucho bullicio en aquel antro y nadie se daba cuenta de que habían estado tocando la misma canción desde hacía por lo menos una hora.

Sentados en una mesa estaban Dohko, Shion, Saga y Camus. Desafortunadamente para los dos últimos, los dos primeros seguían enojados. Como si fuera poco, el alcohol había comenzado a afectar al Caballero de Libra.

"¿Camus? Dile a Shion que me pase una servilleta."

"¿Dohko?"

"Saga, dile a Dohko que deje de ser tan infantil."

"Pero Shion-"

"¡Soy tu Patriarca¡Y es una órden"

Saga suspiró y miró hacia Dohko.

"Ya escuchaste, Dohko. Deja de ser tan infaltil."

"Camus, dile a Shion que él es el que está siendo infantil. Saga, dile a Shion que me pase una servilleta."

"Suficiente. Yo me voy."- No molesto, pero sí cansado de la increíblemente molesta actitud de los 'viejitos' del Santuario, se levantó de la mesa para luego sentarse en la barra.

Camus permaneció sentado por unos cuantos minutos a lado de los otros dos Santos, pero la presión fué demasiada y decidió ir en busca del Caballero de Geminis, dejando a Dohko y a Shion solos.

"Servilleta... dile a Shion que te traiga hasta aquí."

"Estás ebrio, Dohko."

"No tanto como parezco."- Shion le entregó finalmente la servilleta, la cual extendió y colocó sobre la mesa solo para recargar su cabeza sobre ella.

Estaba verdaderamente ebrio.

Shion se quedó a su lado, mirandolo mientras dormía en la manera no más pacífica posible.

"Eres un tonto."

En la barra, los otros dos Santos parecían haber comenzado una conversación propia que no estaba siendo interrumpida por los efectos del alcohol.

"Sigues mortificándote por lo de Milo ¿eh?"- No recibió respuesta. "Ay ya... no es como si Milo fuera a-"

"Yo sé que Milo no... ¿pero que tal Kanon?"

"Kanon es un idiota, pero él no haría eso."- No era que quisiera a su hermano (por supuesto que no), pero ese comentario fué muy cruel de su parte.

"Bueno... traicionó a Atena."

"¡Gran cosa, yo también!"

"¿Entonces tú también quieres quedarte con Milo?"

"¿Camus?"- ¿A qué hora el Acuariano había bebido?

"Era una broma, Géminis."- Camus fingió irritación al ver que no había entendido sus bromas.

"Está bien."- Saga sonrió. -"Además, no es que Milo pudiera ser ignorado. Digo, no con ese trasero."- Recibió una mirada fulminante de Camus. -"Era una broma, Acuario."

Camus sonrió por primera vez en toda la velada. Tomó un sorbo de agua y después miró con detenimiento a su vaso.

"Sí tiene un lindo trasero ¿no?"


Las luces estaban apagadas en la habitación de cierto hotel en Atenas.

"Cuando los vea, les agradeceré a Milo y a Kanon por todo esto."- Afrodita descansaba sobre el pecho desnudo de Death Mask.

"¿Kanon?"

"Si. Supuse que él también te había ayudado porque fue él con quien Milo fué a ver al Patriarca a pedirle este día libre."- Alzó su cara sonriente para ver a su amante. Lo curioso es que en la poca luz del amanecer que entraba a travez de la ventana, pudo notarlo algo tenso.

"¿Kanon?"

"¿Pasa algo malo?"- Fué técnicamente arrojado de la cama.

"¡ESE MALDITO ESCORPIÓN!"- Apenas acertó a vestirse cuando salió corriendo de la habitación, dejando a un confundido Santo de Piscis.


Pasó la noche y parte de la mañana. Poco a poco los Santos regresaron a sus casas, no en las mejores condiciones, pero sí en unas que podrían ser solucionadas comiendo unos buenos hot-cakes y tomando mucha, mucha agua.

"No me había divertido tanto desde... desde hacía mucho tiempo."- Milo miraba con melancolía las pequeñas luces del campamento de los aprendices madrugadores que se alcanzaban a ver desde la entrada a la Casa de Géminis. -"Casi nunca puedo salir así con Camus ¿sabes? No recuerdo cuándo fué la última vez que fui a un bar. O simplemente a pasear por ahí."

"¿La extrañas?"- Kanon miraba en la misma dirección de Milo. Sí. Había sido una buena noche.

"¿Extrañar qué?"- De repente recordó aquella época en la que era aprendiz y tenía que levantarse al despuntar el alba. Qué horror era eso.

"¿La libertad?"

Hubo una pequeña pausa. Milo no se había hecho esta pregunta antes. Tal vez era porque en realidad no quería saber la respuesta.

"Mentiría si dijera que no."- Afortunadamente, esos días de aprendiz estaban en el pasado.

Kanon observó la cara del Escorpión que no dejó de examinar su preciado punto de luz en el campamento.

"Creo que nunca entenderé la razón por la que sigues con él."

"No hay razón. No las necesito."- Cerró los ojos denotando cansancio. -"Creo que ya me voy a dormir. Gracias por todo."

"Creí que tú me estabas haciendo el favor."

"Claro... esperaba que me dieras las gracias después."

"Yo te las doy cuando quieras."- Milo dejó escapar una pequeña risa. -"Buenas noches."

"Igual."

Avanzó hacia el camino que conectaba a Géminis con Cáncer, ignorando que una vez más, alguien había escuchado su conversación.

Tal vez debería de ser más cuidadoso.


Una vez curada la cruda física y moral, la vida en el Santuario regresó un poco a la normalidad. No había pasado ni una hora desde que Milo había llegado a su Casa cuando decidió ir a visitar a Camus.

Entró algo inseguro, no teniendo idea de qué era lo que iba a encontrar ahí, más se dió la libertad de pasar hasta la recámara del acuariano en donde el dueño estaba terminando de vestirse, sentado en la cama. No se atrevió a acercarse a él por lo que quedó parado a lado de la puerta de la habitación.

"Hola."

"Buenos días, Milo."

"Siento lo que dije el otro día."

"Está bien."- Eso quería decir que no lo estaba.

"No... no lo está. Fuí algo... cruel, supongo."- Esa fué la parte sensible. Ahora la normal. -"Es que me hiciste enojar."

"Es bueno saber que Kanon estaba ahí para reconfortarte ¿no?"

"¿Ves? Por eso no me gusta disculparme."- Claro... por eso y porque le dolía en su mero orgullo.

"Tal vez sea yo el que se tenga qué disculpar. Después de todo, yo te quité tu preciada libertad ¿no?"- Fabuloso, esta discución había empezado porque alguien había escuchado cosas que no debió y estaba terminando en las mismas.

Milo ni siquiera quería discutir el asunto de su privacidad.

"Bueno, sí... ¿y bien?"

"¿Y bien qué?"

"¿No te vas a disculpar?"

¿Disculparse? Está bien que haya sido un poco melodramático pero... ¿disculparse? Milo fué el que pasó todo el día con Kanon y ni le avisó. Claro, no es como si tuviera qué pedirle permiso, pero era solo por educación. Además, ambos se veían muy felices juntos y eso no le gustaba en lo absoluto. ¿O habría sido solo su paranoia? Bueno... ¿y qué si lo había sido? Después de todo, Kanon nunca le simpatizó... pero no por eso ya tenía derecho a ser grosero con él. ¡Pero él había comenzado!

¿Comenzado qué?

"Lo siento."

"Perdonado. Y ya deja de molestar a Kanon con tus tonterías. ¿Quieres?"

"¿Yo a qué hora lo molesté?"

"Camus..."

"Está bien."

"Entonces ya no hay problema. ¿Ves? todo acabó bien y bonito."

"Como sea."- Miró hacia el Escorpión con ojos de... por Atena... ¿era eso una tonadita de perversidad? -"¿Qué¿No entras?"

"¿Y si invitamos a Kanon?"

"No me presiones, Milo."

"Ya, ya... era solo una idea."- Caminó y se sentó a lado del acuariano en la cama. Finalmente lo besó después de lo que le parecía haber sido ya bastante tiempo.

Pero parecía que para Camus, el tiempo había sido un poco más largo...


En la Casa de Libra, el pobre de Dohko apenas estaba recuperando sus 5 sentidos básicos mientras cabeceaba en el comedor y trataba de desayunar por lo menos un vaso con agua. Era acompañado por Shion, que al haberlo visto en tal mal estado, no pudo evitar guiarlo hasta ahí con ayuda de Saga, por supuesto.

"¿Qué te pareció?"

"Odio admitirlo, pero fue divertido."

"¿Verdad que sí¿Qué parte te gustó más¿Cuando hablé con las servilletas o cuando me caí desde Tauro hasta Aries."- No pronunció estas últimas palabras con especial alegría.

"Ah... las dos fueron divertidas. Y no te caíste. Te tiramos."- El Santo de Libra no se veía precisamente atractivo esa mañana. Pero ya lo había visto peor."- Gracias, Dohko."

"Ni lo menciones. Ya te lo merecías, Patriarca."- Hubo una serena pausa. -"¿Sabes? Esto me recuerda los dias antes de la Guerra Santa."- Como que la cruda ya se le había comenzado a bajar. Eso, o seguía ebrio.

"Esto es muy diferente."

"¿Por qué?"

"Porque ahora yo soy el Patriarca... y tú eres mi humilde súbdito."

"Había veces en las que pensaba que algún día me cansaría de cuidar de Atena. Pero contigo aquí de pegoste como que el tiempo se ha sentido menos."- Pobre Dohko... sí seguía ebrio.

"Creo que es por eso que no tengo la necesidad de salir del Santuario. Estar contigo es como estar de vacaciones."

"Servilleta, dile a Shion que no sea cúrsi."

"Tu empezaste." Tomó una servilleta y la colocó sobre la cabeza de Dohko, el cuál no tuvo intenciones de retirarla.


En la casa de Escorpio, todo estaba marchando bastante bien. Pero en el Santuario, las cosas no pueden durar mucho tiempo así.

"¡MIIIIIIILOOOOOOOOOOOOOOOOOO!"

'Con lo maravillosa que había sido la mañana.'

FIN


Comentario de la Autora: Gueno... así termina este fic increíblemente disperso. No espero que les haya gustado. Solo que no lo hayan odiado. ' Saben que no soy precisamente experta en cosas de prosa y pues es mi primer yaoi así que no solo sean tolerantes¡sean compasivos!
Por supuesto quiero agradecer a Elena-sama (Jejeje XD afortunadamente no me consta si los acuarianos son celosos. ¡Pero sí creo que Camuchis es celoso! Claro que con Milo-sama no se le puede culpar. -o- Lo que paso es que Camus hizo una tormenta de una bricita. Pero creo que todo ha salido bien ¿ne?), Aisha-ladimoon-sama (Jejeje, siento que haya actualizado antes de que hubieras leido los dos capies anteriores. XD Nah, no es cierto. Es que no es bueno dejar esperando. Milo es un travieso, pero no podría dañarlo. Al menos no demasiado. Espero que os haya gustado este fic y muchas gracias por tus reviews.), egu-chan (Nah... no creo que Kanon esté queriendo obtener desesperadamente a Milo. Solo quitale el desesperadamente. Con esa cara ¿crees que podría desesperarse por un asunto como ese? Shion no fué de muchas ganas a la fiesta. Pero al menos fué ¿ne? Jejeje, no te preocupes, ya es el ultimo capie y no te haré leer otro de estos... hasta que lo escriba... XD) y a Lady Grayson-sama (' aw... siento que Gloria-sama se haya alterado al ver que perdió. Pero vamos, lo importante no es competir sino ganar... eh... o.. .algo así era ¿no? Algun dia de estos actualizaré Las Nuevas Aprendices y verás cómo te va en la segunda ronda de peleas. ¡SUERTE Y GRACIAS!)

Eso es todo por ahora y me despido no sin antes recordarles: "Un gradiente es un vector determinado por las derivadas parciales de una función."