La pista de baile se encontraba ya bastante animada cuando nuestros amigos llegaron. Una vez que hubieron pedido una mesa y unas bebidas, comenzaron a platicar un poco sobre el espectacular ambiente que se sentía y de las otras personas que estaban en el lugar.

¿Ya vieron a esa chica de all�? Se ve increíble.- dijo Sakura.

-Si, tiene un cuerpo espectacular.- respondió Tomoyo. -Pero es obvio que esta operada. El mío luce mucho mejor y no me he hecho nada en absoluto. Eso resalta mi belleza. ¿No lo creen así, amigos-Al oír eso, Shaoran lanzó una mirada a los senos de Tomoyo y el deseo de acariciarlos le cosquilleaba en la punta de los dedos.

-Si observan bien su busto, podrán darse cuenta de quese inyectósilicón para darle esa apariencia.-

¿Pero que no es peligroso ponerse eso ahí, Tomoyo- preguntó Sakura.

-Quien sabe, pero ya deberías saber que hay mujeres que hacen lo que sea con tal de verse "mas hermosas", según ellas.- Ambas rieron por un momento y continuaron con la charla.

-Saben, no pude evitar el recordar a Eriol. Supongo que para este momento ya debe de haber terminado con la cena de negocios que tenía con sus clientes. Tal vez los haya invitado a algún otro lugar para cerrar bien la noche, como el dice. Tal vez algún sitio donde puedan estar con "damas de compañía", y no me refiero precisamente a geishas. Quizás esa clase de correrías son las que lo dejan sin energía.-

-Vamos, Tomoyo. No seas tan mal pensada.- Sakura y Tomoyo reían de sus palabras y Shaoran solo observaba. Tomoyo pidió otro poco de whisky.

-Ya no pidas más, Tomoyo. ¿Qué no ves que te puede hacer daño-

-A mi el alcohol no me hace daño. Por el contrario, me anima y no me hace el menor daño. No te preocupes.-

La música recién había terminado y una nueva pieza comenzaba en ese momento. -Bueno¿Qué no van a bailar ustedes dos- preguntó Tomoyo.

-Mejor que Shaoran baile contigo primero. Tu eres la que esta solita y necesita divertirse mas.-

-Yo no veo ningún problema y creo que Sakura tiene razón. Necesitas distraerte un poco.-

-No, Shaoran. Baila primero con tu mujer.-

-Venga, hipócrita.- rió Sakura. -Si se ve que quieres bailar con mi marido.-

-Con tu marido bailaría yo… y me fugaría con el también.-

-Solo si el quiere…-

-Que segura estas de que lo tienes bien amarradito.- Ninguna de estas frases pasaban de ser solo bromas y nuestros amigos solo reían ante cada palabra que decían. Después de todo eran íntimos amigos y era natural que se llevaran así.

Shaoran y Tomoyo fueron entonces a la pista de baile. La canción que se escuchaba era de esas que invitaban a bailar muy apretaditos. Ella rodeo su cuello con un brazo y el abrazó su cintura al mismo tiempo.

-Fíjate como me arde el rostro, Shaoran.- El se acercó un poco y pegando su rostro con el de ella le respondió. -Es verdad. Se siente abrasador.-

Ciertamente era imposible quedarse impávido ante una mujer como Tomoyo. Toda ella denotaba belleza, distinción, elegancia y algo de inocencia… inocencia que en este momento era reemplazada con un toque de audaz picardía.

-Oye…- le susurró Tomoyo muy bajito a Shaoran. ¿Dime¿Qué piensas de mí-

¿Qué quieres que piense-

¿Crees que soy una descarada-

-Lo que creo es que eres deliciosa.-

¿Acaso no te molesta que baile así de pegada contigo-

-Todo lo contrario. Disfruto bailar junto a ti.-

-Yo también…-

Tomoyo decía esto con una emoción inusual en ella, y es que la mala combinación del alcohol y su temperamento habitual la ponía bastante sentimental, al grado de auto-compadecerse en muchos sentidos; de llegar a pensar que a pesar de ser joven y hermosa, su vida ya se encontraba completamente arruinada.

Tomoyo era una chica que necesitaba constantemente muestras de cariño y aprecio de parte de sus seres queridos, sobre todo de su marido. Pero aunque ella y Eriol jamás reñían, Tomoyo podía notar una cada vez mayor lejanía de su parte. No era solo el hecho de que ya no se interesara sexualmente en ella; tal vez eso habría sido lo de menos. Era la casi total falta de comunicación que imperaba en su hogar.El hecho de que su marido pareciera estar cansado para toda cosa que tuviera que ver con ella. Tomoyo comprendería si es que el tuviera alguna enfermedad, pero Eriol Hiragizawa, a sus 23 años, era una persona completamente sana.

Era alguien con la suficiente fuerza como para levantar a la empresa de su familia poco después de que sus padres murieran en un accidente. Había logrado ser un verdadero hombre de negocios… además de ser todo un hombre para lo demás. Fuerte, exitoso, activo, viril. En resumen, un hombre para todo… menos para su esposa. Tomoyo sabía perfectamente que a el le gustaba salir con "profesionales", y a ella solo le quedaba sentirse menospreciada y desdeñada, sabiendo que era sustituida por las prostitutas que a el le gustaba frecuentar.

Desde luego, eso era algo que nadie mas sabía, y si alguien llegara a averiguarlo, lo más probable es que Tomoyo muriera en ese instante. Por eso y para tratar de recuperar un poco su autoestima, Tomoyo recurría a esa actitud tan alegre y burlona, esperando con eso llamar un poco la atención de los hombres; de provocarlos con algo que jamás tendrán. También fue por eso que comenzó a beber.

Shaoran y Tomoyo seguían bailando juntos, mientras la música seguía con sus suaves notas. -Shaoran…-

¿Dime, Tomoyo-

¿En verdad me encuentras… deliciosa como acabas de decir-

¿Es que tengo que decirlo bajo juramento-

Ese comentario hizo reír a Tomoyo, que se dejaba llevar por el en todo momento. -No, no es necesario que lo jures.-

Y Tomoyo, llevada por su toda la tristeza que había en su ser, y animada por el alcohol que circulaba por sus venas, se atrevió a decirle a Shaoran ¿Sabes? Puedo sentírtelo… tan levantado…-

Esa inesperada confesión sentó en Shaoran un efecto como de un afrodisíaco, produciéndole una excitación incontrolable.

La pieza aun no terminaba, pero la atmósfera había cambiado entre Tomoyo y Shaoran.

-Anda, Tomoyo…-

¿Qué- le susurró en respuesta ella.

-Dame tus labios.-

-No.-

¿Y porqué no, tontita-

-Porque podría emocionarme demasiado.-

-Pero emocionarse es vivir.-

¿Y si Sakura nos llegara a ver-

-Desde aquí no se dará cuenta.-

-Pero me quedaría con la duda.-

Tomoyo se esforzaba por que sus comentarios se escucharan tan bromistas como de costumbre, pero la verdad es que por dentro se encontraba desecha. Ciertamente envidiaba a Sakura, pero sin maldad, por la relación que ella tenía con Shaoran. Es cierto que se sabía que el no era precisamente un marido ejemplar y que algunas personas rumoraban que el era infiel, aunque nadie afirmaba con seguridad esos chismes. Pero lo que todos sabían sin ninguna duda, era que Sakura era lo primero para el. Que era su sol, su luna; el significado mismo de su existencia. Tal vez podría serle infiel, pero jamás la postergaba. Y eso era precisamente lo que le dolía más a Tomoyo. El saberse postergada. Y ni siquiera por alguna mujer excepcional, sino por la primera mujerzuela que estuviera al alcance del bolsillo de su marido.

Shaoran se encontraba cada vez más y más excitado. Trataba de abrir una brecha en la evasiva actitud de Tomoyo.

-Vamos…-

-No, no quiero…- le respondía ella coquetamente.

-Dame tu boca.-

-Que miedo.-

-Necesito besarte-

.¿Qué-

-Quiero besarte.-

-Pero en la cara.- y Tomoyo le presentó su rostro.

Shaoran primero la besó en la mejilla, para después deslizar sus labios por su rostro lentamente hasta llegar a su oído. Ella no pudo evitar estremecerse y lanzar una expresión de emoción.

-Shaoran… eres un pícaro.-

En ese momento Shaoran comenzó a deslizar una de sus manos por la espalda de Tomoyo, encaminándose lentamente hasta sus senos, y una vez que los hubo alcanzado, comenzó a acariciarlos lentamente.

-Tus labios…-

-Que no.-

-Pero lo estas deseando.-

¿Y eso que-

¿Lo confiesas-

Tomoyo le respondió en un tono desafiante. -Si.-

¿Y entonces...-

-No.-

¿Es que deseas martirizarme-

-Si en este momento hiciera lo que deseo, me echaría a llorar.-

Esas palabras alteraron por completo a Shaoran. Esa frase no era una broma, sino que la había dicho con una tremenda tristeza. El no pudo evitar contagiarse con ese sentimiento.

-Por favor, Tomoyo, no digas eso.-

-Perdóname. No tengo derecho a portarme como una idiota.-

-Tu tienes todos los derechos del mundo. Lo que no tienes es motivo para llorar así.-

-Ya deja de fingir conmigo. Todos saben que Eriol me menosprecia. Todos sienten por mí… compasión, y nada más.-

¿Compasión para una mujer de tu categoría? Yo guardo mi compasión para quien en verdad la necesita, y ni tu, ni ninguna otra mujer necesita compasión. Esa déjala para nosotros los hombres que luego estamos desamparados. ¿Pero ustedes necesitar compasión? Ya es suficiente que nos tengan que soportar a nosotros.-

Tomoyo soltó su inconfundible risa. Shaoran había logrado tranquilizarla y el momento amargo quedaba atrás. Tomoyo le dijo sonriendo.

-Tu si que sabes infundirle confianza a una mujer.

-Vamos, date cuenta de que eso no era necesario. ¿Acaso dudas de que exista algún hombre que no estuviera dispuesto a arrojarse a una autopista si se lo ordenas-

Tomoyo solo volvió a reír y finalmente le dijo -Bueno, ya basta de acariciarme, descarado. Debemos volver con Sakura. La hemos dejado sola por bastante rato.-

Durante el rato que Shaoran y Tomoyo estuvieron bailando, Sakura solo se ocupo en darle algunos sorbos a su bebida y a pensar que esperaba que de alguna forma Tomoyo se reanimara un poco. Una vez que los vio regresar, se levantó y se acerco a su marido, mientras Tomoyo se sentaba a descansar.

Apenas se pegó a Shaoran, Sakura noto inmediatamente lo "exaltado" que el había quedado.

¡Hoeeee¿Así te has puesto bailando con Tomoyo- le dijo ella en un tono entre sarcástico y burlón.

¿Acaso estas celosa- le respondió el con el mismo tono, mientras ella se le enredaba con los brazo alrededor de su cuello. Finalmente le respondió. -Tengo celos… y no los tengo.-

-Vaya contestación.-

-Se que a veces existen mujeres que a ustedes los hombres les dan tentación, y si una de esas mujeres se empeña, y digo que en verdad se empeña en hacer caer en sus redes a alguno, ningún hombre que en verdad sea hombre podría evitar ceder. No me agrada pensar en si tu caerías o no en esos juegos, pero de lo que si estoy segura es que incluso a pesar de eso, siempre estarás conmigo y me querrás tan salvajemente como yo te quiero a ti. Por eso tengo celos y no los tengo.-

Al escuchar esas palabras de su mujer, Shaoran no podía dejar de pensar en lo que le había sucedido hasta ese momento. Hacía algunas horas había hecho el amor con Chiharu. Hacía solo unos momentos se había entusiasmado con Tomoyo. Y ahora tenía a Sakura, su esposa entre sus brazos y sabía que a pesar de todo, jamás la cambiaría por ninguna otra. ¿Entonces porque diablos le era infiel¿Por qué tenía que engañarla con otras si seguía enamorado de ella como la primera vez que la vio? La verdad es que el era el menos adecuado para responder a esa pregunta.

"Debilidades de la carne masculina." Se respondía a veces, como si con eso lograra darse una explicación que lograra ser convincente, o por lo menos, válida.

-Mi flor de cerezo.- le dijo entonces.

-Si tan solo fueras guapo…- le respondió ella.

¿Qué acaso no lo soy-

¿Túuuuuu-

-Y ahora me dirás que soy feo.

-Como no…- dijo en ese tono burloncillo.

¿Y que pasaría si yo fuera guapo-

-Que lo entendería.-

¿Entender que-

-Que las mujeres se te pongan románticas.-

-Lo que tratas es acomplejarme para que no vuelva a ver a ninguna mujer a la cara. Eso es muy desconsiderado de tu parte.- le respondió Shaoran con una fingida seriedad.

Sakura se hecho a reír y luego le comenzó a mordisquearle los labios, para luego susurrarle. ¿Nos vamos ya-

¿Eso quieres-

-Si. ¿y tu-

-Desde luego.-

¿En verdad lo deseas mucho-

¿Qué no se nota-

-Mi vida.- Al sentir así el cuerpo de su esposo, Sakura se sentía completamente segura y protegida. Se sentía como toda una mujer, al lado del hombre al que amaba.

-Tomoyo se ha hecho algunas ilusiones.-

-Lo siento mucho.-

-Ahora dime algo.-

¿Qué-

-Pero se sincero.-

.-Pregúntame entonces.-

.-Pero dime la verdad. No me voy a enfadar.-

Al decirle esas palabras a Shaoran, el se perdió dentro de los ojos color de esmeralda de Sakura, y dentro de ese trance, escuchó la pregunta que su esposa le hacía.

¿Te gustaría esta noche acostarte con Tomoyo-

La expresión de Shaoran parecía la de un gato que se estaba atragantando con su comida, y si hace un momento se había dejado perder dentro de la mirada de Sakura, ahora buscaba alguna forma de escabullirse de esa penetrante mirada mientras sus ojos parpadeaban incontrolablemente. Pero no había escape.

-Quiero la verdad. Te prometí no enfadarme.-

-Sakura; vaya pregunta que se te fue a ocurrir.-

-No te escabullas. Confiesa.-

¿De veras no te vas a enfadar-

-Lo he prometido.-

-Es que a veces las promesas son ligeras y se las lleva el viento.-

-Las mías no se las lleva ni un huracán. Déjate de rodeos y contesta de una buena vez.-

-Que puedo decir. Tu sabes que a veces uno no es mas que un…

¡Sin rodeos-

¿Pero que quieres que te diga¿Qué no soy un santo? De acuerdo. No soy un santo.-

-O sea que si te gustaría acostarte con ella.-

-Pero si no he dicho eso.-

-Se desprende de tus palabras.-

-Solo eres muy imaginativa. Solo dije que no soy un santo.-

¡Un santo¡Lo que tu eres es un sinvergüenza que no se como es que te veo a la cara-

-Me prometiste que no te enfadarías…-

¡No! Si no me enfado.- Le respondió Sakura en un tono abiertamente sarcástico. -Pues bien, si tanto te gustaría… ¡Déjame en un taxi y lárgate con ella-

Shaoran sintió como sus piernas comenzaban a fallar. Le costaba trabajo mantenerse de pie. Sintió como si su vida hubiera acabado en ese instante. Ni siquiera se dio cuanta de que su voz se oía quebrada y que reflejaba lo destrozado que había quedado.

-No es en serio… No es real ese odio que me demuestras… y que tanto daño me hace…-

Entonces Sakura cerró sus ojos y se acercó a darle un beso mientras le decía.

¿De veras te he emocionado, Shaoran-

El solo soltó un largo silbido y le respondió. -Me has dado un terrible susto, que no es lo mismo.-

Sakura se le acercó y le dijo sugestivamente al oído. -Dejemos a Tomoyo en su casa y vámonos ya a la nuestra. Necesito que seas muy mío en este momento.-

Después de salir de ese sitio, dejaron a Tomoyo frente a su casa y de inmediato se fueron a la suya. Cuando Tomoyo entró se dio cuenta de que Eriol aun no había regresado. Después de despedir a la niñera que se había quedado con su hija, Tomoyo se cambió y se preparó para dormir. Mientras se acostaba, pensaba en Eriol; en como deseaba que llegara en ese momento para verlo y amarlo.

-Eriol. Como te necesito en estos momentos. Nada me haría mas feliz que el que tu llegaras y me abrazaras. Me besarías apasionadamente y me harías el amor como jamás lo hemos hecho antes.-

Pero a la vez sabía que se estaba engañando ella sola. Era mas que obvio que había invitado a sus clientes a algún lugar de esos donde, a cambio de unos cuantos yenes, habría mas de una mujer dispuesta a cumplir con cada uno de sus caprichos. Así Tomoyo trató de dormir pero no pudo, y cuando el amanecer comenzaba a despuntar, solo se escuchó un leve susurro que salió de su boca.

-Shaoran.-

Continuara…

Saludos de nueva cuenta. Supongo que no se esperaban que Sakura le hiciera esa pregunta a Shaoran o al menos no de forma tan directa, pero vemos que si hubiera sido por el, no hubiera salido vivo de esa. Pero como necesitamos una historia por unas cuantas semanas más, pues dejémoslo vivir por ahora. Ya en su momento alcanzará la redención ante ustedes, mi siempre querido y estimado público. Otro detalle. Parece que esta cosa de Fanfiction aun no jala bien con algunos signos de puntuación. De antemano les pido una disculpa a ese respecto, ya que si bien no es algo que yo controle, no por eso me agrada entregar algo con semejante error de ortografía. Ahora respondamos lo que me han enviado esta semana:

JuliaSakura: Cierto, Shaoran no se esta portando nada bien, pero al menos pudiste ver como Sakura lo hizo sufrir aunque sea un poquito. Te veo luego. Cuídate.

Aneth: Ahora ocupaste el segundo lugar, niña linda. Es cierto que Shaoran aun ama a Sakura, y no se me ocurre mayor prueba que el ver como el se desbarata como galleta remojada en leche cuando ella le exige saber si le gustaría estar a solas con Tomoyo o no. Y respecto a que Tomoyo y Shaoran lleguen a estar juntos, pues eso aun esta en veremos, aunque la verdad siento que no podría culpar tanto a Tomoyo. Lo malo es que ahora los fans de la pareja Eriol-Tomoyo pedirán mi cabeza en bandeja de plata. Si escapo te veré después. Y extraño tus mails.

sakuya: De que anda de mujeriego, anda. Pero por eso se meterá en su momento en un buen lió. No pronto pero seguro se mete en una buena bronca. Espero leer más reviews tuyos. Bye.

Melissa Higurashi: Gracias por el cumplido sobre la historia. Se que se oye un tanto… tonto el pensar que Shaoran quiera a Sakura y el muy golfo le ponga los cuernos, pero de que la quiere, la quiere. Si no, no le hubiera caído tan de bomba cuando Sakura le dijo todo lo que le dijo. Espero verte pronto. Gracias y te espero.

doc.exe: Primero que nada te agradezco el que pienses que la historia esta buena. Por otro lado, he pensado lo que me dijiste y no dejo de pensar que tienes razón. Si puse eso respecto a los hombres es porque, desgraciadamente, hay demasiados ejemplos para avalar ese hecho. Es verdad que podemos existir hombres que sepan como tratar a una dama, y que aun tienen en mente lo que es la caballerosidad y la ponemos en practica siempre que podemos, pero por cada diez o veinte de nosotros, hay un numero mayor que aun no deja de ver a la mujer como una especie de trofeo, y eso es algo que me disgusta mucho; sobre todo porque la mujer es lo mejor que le ha pasado al planeta. Si existe algún recordatorio de cómo es el paraíso, sin duda ese recordatorio esta encarnado en la mujer: lo más cercano a la perfección. Como habrás notado me dio mucho gusto recibir un mensaje como el tuyo, y si vez otra cosa por ahí de lo que creas que se puede comentar, solo escríbelo y listo. Gracias por el review. Ah. Lo olvidaba. No esta entre los planes de Sakura ponerle los cuernos a Shaoran, aunque se lo merezca. Hay otras formas de sufrir. Hasta pronto.

Pues eso es todo por ahora. Como ya no se me ocurre que mas decirles solo me resta desearles buena suerte en todo lo que hagan. Nos veremos pronto.