Eriol tenía una pequeña filosofía respecto a los negocios. Opinaba que ante los clientes uno debía ser esplendido para convencerlos de que los negocios marchaban excelentemente… y había que ser aun más esplendido si los negocios se estaban yendo por la borda. Por esa razón había invitado a sus clientes a uno de los restaurantes más costosos de Shinjuku. De ahí, los llevó a uno de esos sitios donde las bebidas son costosas y las mujeres no tanto. Solo habían estado bebiendo de lo mejor que tenían en ese sitio. Desde el mejor sake disponible, hasta whisky escocés de 18 años, sin olvidar algo de brandy español legítimo. Un verdadero derroche.

-Casi todo mundo se queja de la espantosa recesión en que vivimos, pero parece que a usted no le a afectado en lo mas mínimo, Hiragizawa.-

-Para nada. En lo que a mí respecta, no hay recesión.- y mientras todos reían, a Eriol se le venían a la mente cosas como la nómina que tenía que pagar a sus empleados, los impuestos, la renta de sus oficinas… "No, no, no. Si me pongo a pensar en eso ahora, me arruino yo solo la noche." Así que no le quedó más que seguir riendo como si nada mientras ordenaba una botella del mejor champagne disponible.

Esos dos siempre habían sido de sus mejores clientes, pero le preocupaba que los rumores sobre una eventual quiebra de su compañía hicieran que se alejaran, por lo que consideraba todos estos gastos necesarios… por estratosféricos que fueran. Y cuando ya se encontraba mas animado, sus clientes declinaron continuar con la farra ya que tenían asuntos pendientes para mañana. Uno debía partir a Nagoya y el otro a Nagano. Como habían salido en el auto de Eriol, este tuvo que llevarlos a su hotel.

Eran como las tres de la mañana y mientras esperaba que un semáforo cambiara a verde pensaba en que es lo que haría ahora. Tenía dos opciones: regresar a casa junto a su mujer, o simplemente irse "por ahí". Una vez que el semáforo había cambiado a verde, Eriol se enfiló a un sitio que sabía que aun estaba abierto a esa hora. En ese sitio podría encontrar a alguna mujer con la cual pasar el resto de la noche, y que con sus besos mercenarios le ayudara a olvidar que tenía un negocio prácticamente en la ruina, una lujosa casa que ya no podía mantener… y una hermosa y atractiva esposa a la que tenía lamentablemente olvidada.

-

¿Esta noche no tienes clase-

¿Eh-

¿Pues en que piensas, niña -

-Asuntos míos, bocón.-

-Uyyyy. Que carácter.-

-Si quieres saber que pienso, Fuguno, pregúntaselo a mi hermana que es tu novia y a mí déjame en paz.

-Meiling, no te portes así con el novio de tu hermana.- se escuchó desde la cocina la voz de su madre.

-Tu madre tiene razón, hija. Fuguno es un buen chico y no es correcto que desquites con el tus frustraciones.-Meiling puso una cara de tedio mientras pensaba "Si mi mama y tu los hubieran cachado como yo lo hice, dejarías de pensar que es tan buen chico."

Pero eso no era lo que tenía tan molesta a Meiling; de hecho, ni le importaba. Lo que la traía furiosa era el hecho de que el señor Li no se dejaba seducir de ninguna manera y temía que por ese motivo no lograra amarrar el empleo que necesitaba… con mucha urgencia, se podría agregar. "Pero vaya tipo es ese hombre. No puedo creer que no me pele. Ni que fuera de hielo."

-Déjela, señor.- escuchó a Fuguno. -Si no me molesta que me hable así. Es solo por su edad.

¿De que edad, idiota-

-Pues de tus diecisiete años.-

-Pues mi hermana solo tiene un año mas que yo, y el otro día pude ver que ya la consideras una mujer…para todo.-

Fuguno se quedó mudo de espanto; Tzinling palideció del terror. ¿Sería Meiling capaz de delatarlos por despecho

-Ya déjala en paz, Fuguno. Es lo mejor.- dijo finalmente el papa de Meiling.

-Si Fuguno desea casarse con tu hermana, es claro que la considera una mujer.-

Era la hora de la comida y en ese momento habían terminado. La mama de Meiling preguntó desde la cocina. -Pero aun no nos has dicho si tienes clase o no.

-No, pero de todas formas saldré hasta tarde. Tengo una cita con un chico.

¿Con quien-

-Pues con un chico y ya. Después de todo, todos son iguales.-

-Nada de eso. Los hay que son buenos chicos, y los hay que solo buscan divertirse con las muchachas.-

Meiling se preguntó en categoría meterían sus padres a Fuguno, pero ella misma se respondió que era obvio que lo veían como un buen chico. "Después de todo, el hecho de que un chico tenga sexo con su novia no significa necesaria mente que sea un chico malo."

Después de eso, Meiling se encerró en su habitación y se puso a leer todos los apuntes, diagramas y demás cosas del curso de capacitación que estaba tomando para ingresar a la corporación Shimigawa. Meiling nunca fue lo que se dice… una chica estudiosa. Difícilmente terminó la preparatoria, y ni siquiera tenía la capacidad suficiente como para aprobar el examen de admisión de alguna universidad… la que fuera. Ella se encontraba consciente de que la única responsable de sus múltiples fracasos era ella misma.

Por eso se quedó maravillada cuando vio que la corporación Shimigawa, una de las empresas de mayor prestigio y poder en Japón, abriera una plaza de programador en la que no se requería de experiencia previa o de cursos universitarios. Solo se debía presentar un examen de selección, previa asistencia a una serie de cursos de capacitación.

Fue ahí donde conoció a Shaoran Li. El era uno de los profesores del curso. Ciertamente a Meiling se le hizo un hombre guapo y capaz, pero lo que mas le llamó la atención fue saber que el era uno de los ejecutivos con mayor poder e influencia de la corporación, a pesar de su notoria juventud.Al principio pensó que sería una excelente idea tener un profesor tan preparado, pero eso cambió en cuanto vio el nivel en que ese curso se impartía.

Era cierto que no era algo tan difícil como lo que podría ver un universitario, pero si resultaba necesario tener un conocimiento previo de temas como computación, matemáticas, etc. Y Meiling no brillaba en ninguna de esas áreas.

Fue entonces que una idea surgió en su mente: tal vez podría no pasar ese examen, pero si lograba que un ejecutivo tan influyente como Shaoran Li le diera una recomendación por escrito, o dicho de otra forma, si el ordenara su contratación, ella estaría adentro en un dos por tres.

Y se puso a pensar de que forma podría llegara convencerlo de que hiciera semejante cosa, y recordó la única debilidad que un hombre, sin importar edad, educación, principios o posición, podría tener: el sexo.

Y ella tenía todo a su favor: joven, hermosa, inocente… y virgen. Ningún hombre podría resistir eso último. O eso pensó hasta que conoció a Shaoran un poco más.

No había forma de que el mostrara el mas mínimo interés en ella, como no fuera el que normalmente tiene un maestro con sus alumnos. Eso tenía a Meiling muy preocupada. Sentía que jamás podría obtener ese puesto, sobre todo porque en esa clase había dos chicos que eran todo lo contrario a ella: inteligentes, capaces… sin duda uno de ellos sería el que ocupara la plaza.

-Huy, no voy a pasar.- murmuraba Meiling con desesperación.

-No obtendré el puesto… a menos de que el idiota del señor Li se entusiasme conmigo y ordene que me contraten.-

-

Meiling si salió tal y como lo dijo a su madre, pero en realidad no tenía ninguna cita con un muchacho. No; ella tenía otro plan. Meiling conocía el lugar donde Shaoran estacionaba su coche, así que cuando se acercó la hora en que el salía, ella se acercó al coche y se quedó recargada en el para esperarlo cuando saliera. Meiling se había puesto una blusa y una falda floreadas. Era el tipo de ropa que resaltaba la apariencia angelical de ella, además de otros atributos.

La blusa era lo suficientemente delgada para que diera una idea de los deliciosos encantos que se ocultaban debajo, y la falda estaba como dos centímetros sobre las rodillas. "Ya quiero ver que no ponga cara de cachorrito hambriento. Mínimo tendrá que mover una ceja."

Estando tan embebida en sus pensamientos, una de sus manos resbaló hacia la puerta del pasajero y al hacer un movimiento, se dio cuenta de que no estaba cerrada con llave. "Yupi, que suerte." Y Meiling se acomodó dentro del coche automáticamente. Ahí su espera sería mucho más cómoda.

Después de un momento vio como el llegaba, vio como se acomodaba en el asiento del conductor y vio como encendía el coche. El no la vio sino hasta que se preparaba para echarse en reversa. La furia se dibujo inmediatamente en su rostro.

¿Pero que demonios haces aquí

-Solo estaba esperándolo.- respondió ella con su vocecita angelical.

-Eso veo.- respondió el con contenida ira. Ya era tarde así que a Shaoran no le quedo mas remedio que llevarla en su coche hasta algún lugar donde pudiera deshacerse de ella.

Mientras conducía, la luz de las lámparas se reflejaba sobre el cuerpo de Meiling. Shaoran podía ver claramente los muslos de ella con su faldita subida, así como sus senos que valientemente agredían a su sencilla blusa. Se daba cuenta de que Meiling poseía a sus 17 años un cuerpo esbelto, exquisito y provocador. Y ella estaba ahí, en su coche, a su entera disposición, sin mayor esfuerzo. Solo que Shaoran tenía sus motivos para despreciar semejante oferta.

-Esta es la primera y la última vez que te encuentro esperándome, Meiling. Ahora dime donde quieres que te deje.-

-Solo déjeme en una de estas calles y ya.- le respondió ella entre sollozos.

-Oye, no te pongas a llorar. Te estas portando poco inteligentemente. Ya te dije que no puedo hacer nada para que te contraten… ni lo haría aunque pudiera. Se que tu tienes capacidad para eso. Obtendrás el empleo sin tener que darme "algo" a cambio.-

¿Y si yo quiero dárselo de todos modos.-

¿Y porque a mí-

-Porque… estoy enamorada de usted.-

-No me salgas con esos disparates, Meiling. Tú estas dispuesta a lo que sea con tal de comprometerme y que te den ese puesto, pero te lo digo de nuevo ¡No esta en mi poder el que te aprueben! Vas muy bien en el curso. Podrás aprobar ese examen sin problemas y obtendrás la plaza.- Meiling le respondió algo dolida. ¿Por qué no es sincero, señor Li-

-Lo estoy siendo.-

-No, no es así.-

¿Pues que quieres que te diga-

-La verdad. Solo dígame "Meiling, no me gustas." Porque esa es la verdad.-

El tráfico estaba insoportable a esa hora y los coches se movían muy despacio. Las luces de los otros coches iluminaban perfectamente el interior del vehículo de Shaoran, que aprovechaba para ver de reojo los hermosos muslos de Meiling. Con su actitud de abandono, su languidez… ese no era el cuerpo de una niña; era el cuerpo de una mujer. Y aunque se sentía a morir de la excitación que estaba sintiendo al estar tan cerca de tan hermosa criatura, también se sentía abrumado de infinidad de inhibiciones.

En cierto sentido Shaoran era como esos niños que no se resisten a comerse el primer pastel que esta a su lado, y a Shaoran en verdad le dolía no comerse el "suculento pastel" que traía al lado. Pero el estaba consciente de que ese "pastel" se le podía indigestar. Y es que sabía que la testarudez de Meiling, su desprecio por toda clase de precauciones y su total falta de discreción podrían llegar a comprometerlo como no quería.

Es cierto que el era infiel a sus esposa, pero el siempre tomaba todas las precauciones posibles en ese sentido, además de que la amaba con intensidad y le tenía una profunda devoción. Pero Meiling era como una bomba nuclear que podría destruir por completo todo eso.

Finalmente encontró un sitio donde dejarla.

-Hay una estación del metro como a tres cuadras de aquí.-

-Usted no me ha contestado.- dijo Meiling en un tono que para nada era angelical. -No le gusto. ¿Verdad-

-Basta, Meiling. No tienes que hacer nada para que te apruebe.-

-Yo estoy enamorada de usted.-

-No digas eso. Deberías enamorarte de alguien joven, que…-

-Usted es joven. Solo tiene veinticuatro años.-

-Vaya que estas bien informada.-

Shaoran estiró su mano a la portezuela del lado de Meiling. Abrió la puerta de ese lado sin tocar a Meiling para nada. Una vez que Meiling se bajó, Shaoran le dijo. -Adiós, Meiling. No vuelvas a acercarte a mi coche.-

Cerró la puerta y se marchó. Ella se quedó muy pensativa. Una vez más había fracasado en su intento de seducir a Shaoran. No era tan tarde como pensaba así que pensó caminar despacio hacia la estación del metro para tratar de relajarse. Alzó su rostro lloroso una vez más para ver si aun distinguía el coche de Shaoran. Lo que vio fue ese mismo coche estacionarse afuera de un edificio que estaba cerca. "A lo mejor vino a ver a algún cliente suyo." Pensó dubitativa.

Shaoran entró al departamento, se quitó el saco y encendió el reproductor de cd´s.

-Creí que nunca me libraría de ella.- Ahora Shaoran se relajaría un poco en lo que Chiharu llegaba.

Continuara…

Hola a todos. La verdad creí que me iba a retrasar más para subir este capítulo. Dos exámenes en tres días son muchos, pero tres… bueno. Al menos ya presenté dos, y solo falta uno. Pero claro, la idea es aprobarlos. Y además de todo, los signos de puntuación siguen sin marcarse como se debe. Eso es muy molesto para mí. Bueno, mejor pasemos a responder sus reviews.

JuliaSakura: Veo que si por ti fuera, Shaoran estaría cantando para algún coro de niñas. La verdad se lo merece, pero lo necesitamos ileso por un buen rato. De hecho aun le esperan sorpresas no muy agradables. Ya lo veras.

Aneth: Otra vez paso eso. Ya me ha pasado dos o tres veces con las historias que luego leo. Una vez tuve que llegar corriendo a la sala de Internet de mi escuela solo para ver si ya podía leer el capítulo y dejar mi review. Lo hice rapidísimo porque tenía clase en ese momento pero se que la maestra no llega tan a tiempo. Apenas llegué rayando a clase, pero valió la pena. Muchas veces los hombres son, o somos así. Dando evasivas para todo, Sobre Tomoyo y Shaoran eso no pasará… por el momento, y en cuanto a Eriol, pues el también tiene sus motivos, aunque para variar, sus respuestas no son las adecuadas. Espero que este capítulo te haya gustado y espero que estés muy bien. Te veo luego.

sakuya: Eso es verdad. Shaoran ama muchísimo a Sakura, a pesar de todo. Y es por eso que se aleja de Meiling aunque se muera por tomarla. Esa chica podría ser la ruina para Shaoran. Trataré de que los capítulos sean un poco más largos.

YuZu: Me da gusto saber que esta historia te llamó mucho la atención. Espero que estés leyendo estas líneas y ver más de ti por aquí. Gracias.

doc.exe: Hello again. No cabe duda de que lo que escribes es una gran verdad. Solo somos lo que hemos heredado durante siglos de machismo y falocracia. No se si algún día cambiaremos como sociedad, es decir, cambiar del todo, pero mientras eso pasa, al menos nos queda el consuelo de que no somos así. Y de eso de la calentura, pues también es una gran verdad, y no te preocupes por el lenguaje. Eso es lo de menos. Sobre el fic, espero que este capítulo haya sido de tu agrado y ya veras que el buen Shaoran aun no termina de sufrir. Nos leeremos luego. Y gracias por el review.

ultimate spider: siempre es un placer verte por aquí. Espero que lo que esta pasando ahora y lo que vendrá te guste.

Y con eso terminamos por ahora. Espero verlos nuevamente la próxima vez. Y también espero que apruebe mis exámenes. Verán lo que le pasa a Shaoran por andar de coscolino. Sayonara.