La lluvia caía insistente sobre el empedrado de la calle, y por supuesto, también salpicaba su ventana melancólica.

La joven se retiro un mechón castaño de la frente, con gesto ausente, y siguió mirando el paisaje de la ciudad de Roma sin expresión alguna.

Era precisamente el día del año en que se volvía invulnerable a casi cualquier emoción...

Casi a todas...

Porque había una que aún la seguía a todas partes, incluso en ese día..es más, precisamente en ese día, aquella emoción se agudizaba.

Y es que hace cuatro años, en un día justo como aquel, ella huyó de su primer y único amor.

Pero ¿qué podía haber hecho?

Aún se lo preguntaba, y la respuesta era invariablemente la misma.

Había hecho lo correcto, porque no se puede retener a una persona sólo por coacción moral, o algo así.

Pero caramba..¡aún dolía tanto!

Especialmente; ESE DÍA.

Después de haberle dejado una carta casi vacía de letras, con un pretexto bobo que hablaba de espacio y feminismo, se había desaparecido por completo del mundo mágico.

Siempre supo que por él sería capaz de renunciar a todo, pero jamás imaginó que sería de aquella manera.

Ahora estaba hecho, y no se arrepentía...no del todo.

Sólo le punzaba la conciencia por las noches, cuando pensaba en todo el tiempo que le había hecho a perder a él.

Si...¡qué egoísta había sido!

Y ahora...¿qué sería de él?

¿Se habría casado?

Curvó la boca de repente, en una sonrisa amarga.

-¡Basta ya, Hermione!- Se reprochó, levantándose bruscamente del alfeizar. Buscó con la mirada en la pequeña cocina algo que tomar que le hiciera olvidarse de aquel día y sobre todo de él.

Ella no acostumbraba emborracharse, de hecho, apenas si probaba el vino en las reuniones sociales, pero en ese momento sintió que realmente necesitaba un trago que la sumiera en la hilarante inconciencia del licor.

Tomó su chaqueta y se dirigió a la puerta, pasando por un espejo que había colocado en el pasillo.

Sin haberlo previsto, se detuvo en seco ante la imagen que el devolvía el objeto.

A pesar de llevar el cabello enmarañado y los ojos algo hinchados de tanto estar acostada y llorar, Hermione tuvo que reconocerse con un dejo de ironía que lucia interesante. Ya fuera por la sombra de tristeza que llevaba o por el aire inteligente que la envolvía, pero, de hecho, había muchos hombres que la pretendían.

Aquel pensamiento la hizo reír de verdad, pero no duró mucho su risa, porque se convirtió de repente en un sollozo, al recordar que Harry solía decirle entre broma y broma que tendría que inventar algún hechizo para que dejaran de mirarla de reojo cuando salían a pasear.

Y ella que llegó a pensar que él sentía celos, y por lo tanto, que la amaba.

Volvió a pasarse la mano por el cabello, revolviéndolo aún más, y salió a la calle, llevando en una mano la chaqueta, sin acordarse de ponérsela.

Regresó rápidamente con tres botellas de vino tinto. Entró goteando, puesto que venía empapada, porque la llovizna se había convertido en tormenta.

Casi de manera inconsciente destapó la botella y le dio un buen trago, sintiendo el agradable calor de la bebida bajar por su garganta.

Apuró otro trago.y otro más.

Su cabello escurría agua, y la ropa se la pegaba al cuerpo, así que optó por quitarse los pantalones y el suéter, quedando sólo en ropa interior, y un sencillo top por toda prenda.

El vino se le subió rápido, y ya empezaba a poner música, y a cantar riéndose.

-¡Al diablo Harry James Potter Evans!- Exclamó, ya medio borracha mientras seguía tomando de la por poco vacía botella.

Sacó la cabeza por la ventana, para ver entre el agua que arreciaba la calle vacía. Se rió con fuerza, y siguió cantando, al tiempo que abría la segunda botella.

Un golpe en seco de la puerta la sacó de su aparente euforia.

-¡Malditos vecinos!- Se dijo, pensando que quizás la vendrían a molestar por el escándalo que armaba.

Y sin recordar en ponerse algo encima, avanzó a trompicones hasta la puerta, abriéndola de par en par y a punto de gritar que la dejaran en paz.

Pero el grito murió en sus labios y su cuerpo se tensó en estupefacción, sintiendo incluso que los efectos del alcohol diminuían a pasos agigantados.

Frente a ella, y también empapado; estaba Harry Potter.



























N/A:

Lis-Jade-Black: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Muchisimas gracias por tu review!!!!!!!!! Y este capítulo te lo dedico a ti por haberme escrito. Gracias y espero que te guste.