Entre
las sombras se esconden seres que no podrás ver, lo irónico
es... que ellos si te ven. Ellos esperan que grites, para ir a
horrorizarte más; no son horrendos, al contrario son hermosos
y no puedes evitar amarlos con locura. Te encantarán, su
carisma es único, bello, etéreo... Sólo hay algo
que no es seguro, ¿Qué tal si esa pasión sentida
es tu perdición tu condena? Imaginémoslo así...
Este mundo apesta y tú te pudres con él, hay que buscar
una salida y para tu desgracia o fortuna, una noche te encuentras con
uno de estos seres; él te observa con tranquilidad, y claro
que te llama la atención, sigues tu camino. Tras unos minutos
sientes que algo o alguien te sigue, volteas, nadie atrás, tal
vez tus nervios te jueguen sucio. La sensación de ser vigilado
no termina, tu corazón late rápido, volteas varias
veces atrás...nada.
Por fin llegas a tu destino, quizás
tomes algo de beber, sin saber que es lo último que tomarás...
Un viento suave mueve las cortinas de la estancia, ¿miedo?...
Si como no , considéralo. Cierras las cortinas, paz otra vez,
pero, algo o alguien está contigo a solas: Buscas alguna
anomalía, más no la hay. Decides que tu mente vaga
demasiado y ¿es hora de dormir...? Alguien piensa distinto. En
las sábanas sientes algo, caricias dulces que excitan tus
sentidos. El placer te inunda y crees que es un sueño. Gimes,
sí, el éxtasis del placer. Despiertas, alguien está
sobre tí, te incita a juegos profanos, ¿cómo
negarse a tal placer? Tal vez sigas el juego, una de tus fantasías
se cumple. Misterio, erotismo, placer… ¿qué más
puedes desear?
Lo sientes frío y él te sonríe.
Es hora de caer, algo en tu interior te dice que sigas, sí,
disfrútalo, gozar es de lo poco que te queda. Pues bien... Es
hora de tu catástrofe...
Esas manos ágiles rozan tu
piel, el orgasmo es inevitable. El placer te hace su presa, ya nada
importa, sólo sentir. Una mordedura con colmillos filosos. Te
hace gritar de placer, sí, la catástrofe comienza... y
no para. Sientes que la muerte te llama, pero, deseas otro tipo de
muerte, la muerte viviente... Sangre sobre tu piel y en las comisuras
de los labios de él. Tu sangre cálida escurre. La hora
de la verdad, de decidir tu destino, ha alzado el telón. Él
te pregunta, no dudas en contestar, él sonríe y ahora
lo sabes, él se apoderó de ti y te regala la muerte
viviente. Sientes el ardor del elixir escarlata bajando por tu
garganta, quema. Caes, caes hasta tu tumba, el dolor de la catástrofe
termina. Ahora te sientes vivo, la fascinación por lo que te
rodea es cegadora, ves a tu creador, él sonríe
mostrando su maldad, su oscuridad y tú sonríes de igual
forma. Tienes hambre, eres un depredador nocturno. Sed de sangre, de
conocimiento. Felicidades, ahora posees toda la eternidad.
Y así
estarás con tu especie, observando entre las sombras, jamás
te podrán ver, esperarás hasta que alguien más
merezca que sea alcanzado por las tinieblas...
