Dos buenas noticias: ¡he vuelto, y tengo el ordenador arreglado! (espero que sean buenas, vaya) Así que estoy intentando ponerme al día con todos los fics que no pude acabar de leer. Tengo un problemilla, a ver si alguien sabe como ayudarme, estaba registrada con otra dirección, y desde que la cambié, no me deja agregar más favoritos... si sabéis como arreglarlo, os lo agradeceré!
Este capítulo no me gusta demasiado (es un poco lioso, y cambia mucho el tono del fic y todo eso) pero lo escribí en el peor momento del verano, y como lo que viene después sí que me gusta, no se me ocurre otro nexo de unión. Espero que lo soportéis (si aún hay alguien que lea esto después de la cantidad de tiempo imperdonable que he tardado) Ya no queda mucho, (No es el final) pero lo subiré rápido, porque solo tengo que pasarlo a ordenador, ya está escrito.
He puesto los saludos al final, pero de nuevo gracias.
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Draco echó una mirada furtiva a su alrededor, mientras cogía las botellas, y rápidamente se dirigió a su habitación, temeroso, después del fiasco de la noche anterior (no había podido evitar atacar a Granger) de que Snape le encontrara desvalijando su bodega. Lucius jamás se había enterado de los vicios de su hijo, pero de cualquier forma, tampoco le preocupaba lo que Draco pudiera hacer, siempre y cuando fuese un fiel heredero de su legado.
Estúpido legado Malfoy, condenar toda su vida al servicio de otro. Lucius creía haber conseguido poder, pero Draco tenia mas vista; su padre era un esclavo más y su vida dependía de Lord Voldemort tanto como la de todos los demás. El pensaba jugar mejor sus cartas. Por supuesto, estaba de acuerdo con las líneas básicas de Voldemort; no quería sangresucias que desvirtuaran la sangre mágica; Hogwarts era una vergüenza. Pero solo se aliaría con él mientras le fuese conveniente. Poder, sí. Servidumbre, jamás.
Sin darse cuenta había vaciado la mitad de la botella y empezaba a notar el calor en su cuerpo. Maldijo por lo bajo la nueva extravagancia de su amado padre; condenado a pasar todo el verano bajo el mismo techo que... Granger- escupió el nombre como si fuese veneno, y Potter, Harry Potter, El Niño que Vivió.
Harry Potter.
Hubiesen podido hacer grandes cosas. Si al comienzo de sus años en Hogwarts Harry no hubiese rechazado lo que el le ofrecía, si hubiese sido más listo y hubiese aceptado esa alianza en vez de unirse al estúpido "trío de oro", quien sabe como habrían sido las cosas.
Voldemort habría resurgido con toda su fuerza, y ellos habrían sido los artífices. Los favoritos, su mano derecha. Con los poderes de Harry, y sus propias ideas... incluso tal vez podrían haber acabado con él de una vez por todas, si eso satisfacía mas al Gryffindor, para ocupar después su lugar.
El whisky de fuego dio paso a la ginebra. Ginebra muggle, pensó Draco con desprecio. ¿Que otra cosa se podía esperar de Snape?. Se rió en voz alta; ya estaba bastante borracho, pero el pensamiento de Snape le hizo mantener la boca cerrada. Le temía mas de lo que le despreciaba.
El alcohol le estaba jugando una mala pasada, y la imagen de el con su mano extendida y Potter rechazándola desfilaba una y otra vez ante sus ojos. El calor en su cabeza iba creciendo; también su indignación aumentaba con cada gota de alcohol que ingería, hasta que, rabioso, lleno de furia, se puso en pie tambaleándose y se dirigió al cuarto del Gryffindor.
La puerta estaba cerrada, pero no había hechizos protectores, lo que le hizo reír socarronamente entre dientes.
"Alohomora" dijo, con la voz empañada por el alcohol.
La luz difusa de la luna se colaba por las cortinas y le daba a la habitación un aire tenebroso. Draco parpadeo y dejó que sus ojos se acostumbrasen a la semipenumbra. En una esquina descubrió el bulto de Potter tumbado en una cama y se deleitó en la ironía de verle allí, cubierto con los colores de Slytherin.
Escuchó su respiración regular durante unos segundos, antes de moverse, seguro de que estaba dormido. No sabia muy bien que pretendía hacer; de pronto una idea lo asaltó: matarle. Asfixiarle con la almohada. No, quería que estuviese despierto, que lo viese bien... Cruciatus primero. Matar a Harry Potter... acarició la idea unos segundos.
Distinguía el pelo indomable de su compañero y sintió curiosidad. Levantando el flequillo recorrió con los dedos el camino de la cicatriz que Voldemort había dejado en la frente de Harry, de la que el se había burlado tantas veces.
El tacto era suave. Draco esperaba que ardiese al contacto con sus yemas, pero no sucedió nada. Harry se removió inquieto en sueños y Malfoy se quedo inmóvil. No quería despertarle antes de haber decidido lo que iba a hacer. Las nubes se movieron, y la luna dio de lleno en el rostro del Gryffindor. A través de sus pestañas se podía ver un resquicio de sus ojos verde esmeralda. Draco se sobresaltó, pero Harry aun dormía, con los ojos entreabiertos.
Recuperando el ritmo normal de su respiración, Draco se acerco para asegurarse de que no le veía. Se agachó hasta que sus rostros se rozaron. Y entonces, probablemente por culpa del estado etílico en el que se encontraba, le besó. El beso estaba tan lleno de furia y rabia que Harry se despertó al instante. Adormilado, dijo:
"¿Que...?" pero antes de terminar la frase su cerebro asimilo lo que ocurría y se despertó del todo. "Draco" exclamó, con una mezcla de horror y asco.
Ambos se miraron fijamente un instante y Harry pudo oler el alcohol en las ropas de Draco. Se oyeron pasos en el pasillo, y este, tropezando, se escabulló hacia la puerta. De pronto, algo le golpeo. Harry le había tirado una capa y le hacia señas para que se la pusiera. En ese momento, la puerta se abrió, casi golpeándole, y Hermione entró como un torbellino en la habitación.
"Harry, te he oído gritar. ¿Va todo bien?"
"Sólo ha sido una estúpida pesadilla" contesto este, taladrando con la mirada el punto en que Draco se encontraba, haciéndole palidecer bajo la capa. Harry estaba demasiado furioso y avergonzado para confesarle a Hermione lo ocurrido.
"¿Con Malfoy?"
Harry sacudió la cabeza, como negándose a hablar mas del asunto, y Hermione asintió. Somnolienta, murmuro "buenas noches" y salió de la habitación.
Draco se quito la capa, y tirándosela con furia a Harry, siseo:
"Ya nos veremos, Potter". Salió sigilosamente de allí, dejando a Harry sumido en la confusión.
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De no haber sido porque Hermione saco el tema a la mañana siguiente, Harry hubiese pensado que de verdad todo había sido una pesadilla. ¿Draco, besándole? Una mueca de asco cruzo su cara. Sabia que los Slytherin tenían costumbres sexuales...abiertas, no era eso lo que le había sorprendido, pero ¿él? ¿Draco y él?.
Intento apartarlo de su cabeza como haría con una mal sueño, pero era imposible. Aun le parecía saborear el alcohol en los labios de Draco. Se lavo los dientes mas de tres veces, pero el sabor venenoso de su rival no se iba de su piel.
Era más de lo que podía soportar, la gota que colmaba el vaso. Y además, Draco había sembrado una duda en el. Sabia positivamente que no era... bueno, homosexual. Nunca le había atraído un chico, y en cambio Cho Chang... claro que no había hecho muchos avances... en realidad había declinado casi todas las citas que las chicas le habían propuesto durante esos años en Hogwarts... pero eso era debido a su timidez, se dijo, reafirmándose. Pero... ¿y si el dolor que le causaban las burlas de Malfoy tenia más razones que las aparentes? Y si el rechazo que sentía por el era mas bien rechazo hacia otra cosa? No. No. Nunca. Y menos Draco Malfoy.
Bajo la cabeza y estudió el plan de Hermione, que iba a ser difícil de llevar a cabo.
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Snape estaba de espaldas al caldero. El liquido borboteaba dentro y se oía de vez en cuando el ruido que hacían las burbujas al estallar. Pero el no lo oía. Había trabajado sin descanso días y noches, sin hacer diferencia. Apenas si podía mantener los ojos abiertos; pero la poción casi estaba. Pronto todo habría terminado. Las largas horas de investigación y preparación, tener a Hermione allí, el miedo. El miedo era una sensación a la que no estaba acostumbrado. Y tenia miedo. Miedo de que le pasase algo a Granger mientras estaba bajo su responsabilidad, pero sobre todo miedo a que ella volviese a aparecer en su habitación. Había trabajado duro, evitando pensar en ese momento, pero no lo había conseguido.
Era consciente de porque había sucedido en primer lugar. Hermione era, de lejos, la persona más interesante que había conocido, pese a su autosuficiencia. Y aun tenia esa mente abierta más característica de la niñez, aunque ya no era una niña; había una triste y asombrosa madurez en ella. Su falta de prejuicios habían dejado que ella se acercase a él, y Snape, aunque lo había intentado, había sido incapaz de detenerla.
Le hubiese gustado continuar muchas de sus conversaciones hasta el amanecer con un vaso de buen vino, pero era consciente de lo poco apropiado de la idea. Y sin embargo, había tanto que podía enseñarle, y había tantas de sus ideas que a el le resultaría interesante explorar...
Y esa proximidad lo asustaba. Ah, pero parece que después de todo aún queda algo de humanidad en ti, Severus. Estupidez humana. Y no puedes evitar, egoístamente, desear no llegar a una casa vacía cuando estás al borde de la muerte; desear una mente brillante cuando la ves. No aprendemos, no aprendemos de nuestros errores. Pero esta vez no, se dijo; no estaba dispuesto a permitir que se abriesen heridas por las que el dolor pudiese penetrar. Gracias a Merlín, la poción estaba casi lista, y Hermione podría pronto irse a casa. Apagó la luz, y moviéndose como un fantasma, salió del laboratorio y se dirigió a su habitación. Rendido, se permitió dejarse caer sobre la cama, pero una vez más, no logro conciliar el sueño.
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"¿Cómo conseguiremos reunirlos a todos?"
"Tenemos que conseguir que Lovecraft crea que la algo ha salido mal; es la única forma que se me ocurre" dijo Hermione, rascándose el pelo con un lapicero, mientras se mordía el labio inferior.
Harry y Ron la miraron, huraños. Hermione siempre daba por hecho que pensaban a la misma velocidad que ella, y no siempre eran capaces de seguirla.
Ella aparto los ojos de Ron. Desde el fin de semana anterior, había evitado verla, diciéndole a su madre que con Harry y Dumbledore allí, el ya no era necesario. Finalmente, y como solía ocurrir, Harry le había hecho entrar en razón.
"Yo tendré que hacerlo"
"¿Cómo?"
"Aun no lo se" suspiro "Malfoy es la clave. Es el único al que Lovecraft puede temer lo suficiente para hacer algo tan drástico como reunirlos a todos. Tendré que convencerle de que el hechizo falló."
Harry sintió su estomago contraerse con la mención del apellido Malfoy.
"Draco o Lucius?" pregunto escuetamente.
"Preferiblemente Lucius. Como ya he dicho" – ¿en qué demonios estaba pensando su amigo?- " es el único al que Lovecraft puede temer lo bastante. He conseguido una replica de la poción que Snape me dio." Ni Ron ni Harry preguntaron cómo. Hermione les maldijo por lo bajo. Aventurarse por los pasillos de Hogwarts después del toque de queda era una cosa, pero la mansión Snape... le hubiese gustado un poco más de... sorpresa y aprobación. "habrá que colarse en la mansión Malfoy, y dárselo a los esclavos. Si me encuentran, siempre puedo decir que Snape me envía."
"¿Que Snape te envía? Para que? Lucius no lo creerá, no es estúpido, Hermione"
"Lo creerá" dijo ella, apretando los dientes.
Lo creerá porque es Snape es un mortífago, renegado o no, y ha matado gente, y no tendrá problemas en enviarme a una muerte segura con Lucius con tal de librarse de Draco y de mi.
Algo no funcionaba en ese esquema y ese algo era Snape pagando quinientos galeones por su vida, y protegiéndola de la lujuria de Lucius.
Todo política. No la había defendido precisamente retando a Malfoy a un duelo de honor, sino fingiendo que se acostaba con ella, pensó con sarcasmo. Pura política Slytherin.
Revisó el plan; sería mejor que no la descubriesen, porque sabia lo que le esperaba, y esta vez ni siquiera Snape podría salvarla sin descubrirse.
"Perfecto" dijo Harry, pensándolo despacio "Pero no me gusta que vayas tu sola. ¿Cuando lo haremos?"
"Bueno, aún hay un pequeño problema" dijo ella sin levantar la vista, sonrojada. "Técnicamente no puedo salir de esta casa sin una orden expresa de Snape. Aun estoy, ehm, bajo su voluntad, sabes?"
Los dos amigos soltaron un bufido de rabia, y siguieron estrujándose el cerebro sin éxito, hasta que un ruido fuera de la habitación llamo su atención.
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Esa mañana, Draco había dado vueltas por su habitación como un león enjaulado. Su rostro ardía de ira y vergüenza. Tenia que haber matado a Potter; sin duda el alcohol lo había trastornado. Cogiendo algo de ropa, había salido a hurtadillas de la casa, camino de la Mansión Malfoy.
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"¿Draco se ha ido?"
"¿Por que haría algo así?"
Las preguntas sonaban lejanas en la mente de Harry. Esta vez fue el quien solucionó el problema. Apretando las mandíbulas, dijo con firmeza:
"Hermione, lo haré yo. Ahora tengo la excusa perfecta. Dumbledore me envía a buscar a Draco."
Hermione lo sopesó unos segundos. Podía funcionar. Y mucho mejor que el sacrificio que ella pretendía hacer; no involucraba a Snape por ninguna parte. Pero sentía cierta responsabilidad. El plan era suyo, y podía fallar; además, había sido ella la que había estado allí encerrada, en aquella mazmorra; ella había conocido a algunos de esos hombres que ahora estaban muertos.
"No se, Harry..."
"No. Lo haré."
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Se deslizaba bajo la capa de invisibilidad. El elfo domestico que había abierto la puerta hizo un gesto, como si olisquease el aire, y la cerro.
Apresurándose, Harry se dirigió al corredor mas oscuro; no se oía nada, ni un susurro, tan solo el eco de sus pasos; se descalzó y continuó en calcetines.
Diez minutos mas tarde, sudaba copiosamente y no lograba encontrar a los malditos esclavos de Malfoy. Se acerco a una puerta entreabierta y vio a Malfoy padre de pie, con los ojos entrecerrados por el odio, golpeando a alguien.
Se escucho una exclamación ahogada de dolor. La persona que recibía los golpes intentaba aguantar estoicamente. Allí estaban, pues. Empujo ligeramente la puerta, que se abrió unos milímetros mas y se quedo paralizado de asombro ante una imagen que le seria difícil olvidar.
En el suelo, con sangre en el labio y la nariz, estaba Draco Malfoy. Su rostro tenia una mueca indescriptible, llena de resolución, sin emitir una queja.
Lucius no percibió el movimiento de la puerta, pero Draco sí, y de alguna forma, supo positivamente que era Potter. Potter se había colado en su casa; casi podía sentir su presencia. Aun mas humillado, decidió vengarse. Y el pensamiento de una dulce, lenta y dolorosa venganza le dio fuerzas para aguantar los golpes de su padre, para cumplir sus ordenes y volver a la mansión Snape, de nuevo bajo el mismo techo que Harry, pensaría en como vengarse cruel y muy, muy despiadadamente"
Harry, por su parte, se apartó y casi tropezó con una puerta oculta en la pared. Al tocarla, sintió los hechizos protectores; gracias a los consejos de Hermione fue capaz de desarmarlos.
El espectáculo dentro era deplorable. Olía a cerrado y a orines, y dos hombres semidesnudos, malnutridos y con costras de sangre seca por todo el cuerpo yacían en el suelo entre gemidos de dolor.
Haciendo un esfuerzo por contener el vómito que pugnaba por salir de su garganta, y pensando por primera vez en Hermione, secuestrada en la mazmorra, Harry se acerco a ellos, intentando no respirar el aire hediondo de la sala. Ante sus miradas impotentes, vertió la poción en sus bocas, y cuando hubo acabado, sacó un segundo frasco. Hermione, previsoramente (realmente, pensó Harry, harían bien en dejar de meterse con ella; algunas veces era, sencillamente, brillante) una poción para paliar el dolor y los estragos de sus heridas.
Tan cuidadosamente como había entrado, salió de allí, reactivando tantos hechizos como buenamente pudo. Se dirigía a la puerta de servicio de los Malfoy cuando oyó pasos. Se pego a la pared, con el corazón latiéndole vertiginosamente. Le parecía que el sonido tenia que oírse por todo el corredor.
Era Draco, que caminaba lastimosamente hacia el fondo del pasillo. Al llegar a su altura, sin embargo, le dirigió una mirada penetrante, y Harry tuvo que tocar la capa con los dedos para comprobar que la llevaba puesta, porque habría jurado que el chico podía verle. Por un acto reflejo se agachó justo en el mismo momento en que Draco, tal como Snape había hecho años atrás, estiraba el brazo e intentaba encontrar la capa, a tientas, palpando el aire sobre la cabeza de Harry.
Contuvo la respiración y espero a que Draco desapareciese. Luego huyó del lugar y subiendo en su escoba, alcanzo la mansión Snape tan rápido como pudo.
"¿Y bien?" Ron y Hermione miraban al aire expectantes, tras ver la puerta abrirse sola.
"Es cuestión de tiempo" dijo Harry, aun sin aliento, apareciendo de la nada.
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Y no fue mucho tiempo el que tuvieron que esperar. Fue tal la cólera de Lucius que Lovecraft prefirió ahorrarse otro episodio semejante y reunir a todos los esclavos para asegurarse de que no había mas errores en el hechizo.
El hombre temblaba notoriamente cuando entro en la mansión Snape.
"No, Lovecraft, no necesito tu ayuda. Mas bien pareces ser tu el que necesita la mía. Has intentado abarcar más de lo que puedes manejar, y lo sabes. La Magia Antigua está fuera de tu alcance" dijo Snape, mirando con desprecio al otro hombre. "se perfectamente como manejar a mi esclava y no tengo ninguna intención de perder ni uno solo de sus días de trabajo. "
O de sus noches, pensó Lovecraft, sonriendo con suspicacia. Malfoy le había puesto al corriente de algunas de las nuevas- y sorprendentes- costumbres de Snape.
La mirada que le dirigió este le hizo borrar la sonrisa de su cara.
Bien, pensó Snape, satisfecho. Odiaba a Lovecraft, tan pagado de si mismo; le despreciaba y sabia que el otro hombre le temía. Además, su plan con Hermione había dado resultado. Ambos estaban a cubierto; Lucius se había creído el montaje.
"Muy bien, Snape, como quieras" dijo, mirando ávidamente la botella de brandy.
"Ahora, si no te importa, Lovecraft, estoy muy ocupado" dijo, quitándole de las manos el vaso vacío.
Cerró la puerta tras la indeseada visita y un movimiento capto su atención. Desde las escaleras, Hermione, completamente pálida, había visto a Lovecraft marcharse.
"Señorita Granger".
Parecía al borde de la catatonia.
"Señorita Granger" sin éxito
"¡Granger! ¡Hermione!" dijo, agitándola.
Pareció reaccionar, pero solo para agitarse aún mas fuerte. Snape la obligó a sentarse, sirvió un poco de brandy rebajado con agua, y finalmente, manteniendo sus labios abiertos, vertió el liquido entre ellos.
Hermione no estaba acostumbrada al alcohol y este siempre le hacia toser- se fue calmando poco a poco, como saliendo de un trance.
"Lo siento" musitó.
"Váyase a descansar. Y no quiero que esto se repita. Creo que dejé bien claro que si tengo alguna visita, espero que no salga de su habitación. Ahora, fuera"
Hermione se levantó y se dirigió a su dormitorio. Temblorosa se envolvió en la colcha verde y plata.
Sus labios aun quemaban allí donde los dedos del profesor Snape se habían posado.
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Al menos el espionaje había dado sus frutos.
"Esta noche. Solo estarán allí hasta mañana. Tiene que ser esta noche."
Harry asintió. Escribió una nota para Ron y envió a Hedwig con el encargo.
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"Si?" Hermione leía uno de los pesados libros de magia del profesor, para calmar sus nervios.
La figura sombría de Snape apareció en el umbral. Como si toda la situación no fuese sino una clase de pociones grotescamente, desproporcionadamente larga, el profesor ordenaba y disponía a su gusto, y la hacia sentirse igual de impotente que en Hogwarts.
Antes de Snape, Hermione nunca había pensado que podría temer a un profesor. Después de todo, eran adultos, y se podía razonar con ellos.
Snape seguía allí, de pie, imponente como siempre en sus ropas negras.
"Acompáñeme, Señorita Granger"
Se dirigieron al laboratorio, donde se arrepintió de no haber cogido un jersey. Tenia la piel de gallina.
BebaPor supuesto, Hermione no tuvo otro remedio.
"Lea esto en voz alta."
Al tiempo que pronunciaba las palabras en latín, la voz grave y poderosa de su profesor se unió a ella, y sintió un fuerte escalofrío. Fue como si una brisa ligera les envolviese en un circulo. Estúpido, claro, porque todas las ventanas estaban cerradas.
Sus ojos se separaron del libro, pero aun así, su boca continuo murmurando el contrahechizo, como si siempre hubiese conocido las palabras. Sus ojos se encontraron con los de su profesor; fue incapaz de apartarlos. A causa del fuerte conjuro que unía tan poderosamente sus voluntades, por un instante Hermione sintió que ya no era ella misma; se sentía como deben sentirse los jirones de viento entre los árboles. Ante ella estaba sólo Snape, y ya no le asustaba. Veía todo lo que había luchado, veía con especial detalle, como nunca antes había visto, las finas arrugas en torno a sus ojos, que indicaban el tiempo que había pasado intentando salvarse a sí mismo allí abajo, con aquel contrahechizo. Y cómo se había desgastado intentando salvarla a ella con él. Todo lo demás era algo borroso, sin importancia. Solo existían ellos dos, ni el espacio, ni el tiempo. Nada más. Sintió una marea cálida en la espalda, una sensación tan agradable como ninguna que hubiese experimentado antes, y cerró los ojos sonriendo, su cuerpo a punto de chocar con el de Snape. Pero no importaba, porque ella no estaba allí. Ni en ningún sitio, o más bien, estaba en todas partes.
Y terminó de pronto, con un dolor tremendo mientras su voluntad, su espíritu, su conciencia se disociaban de la de su profesor; sintió la separación como si la estuviesen desmembrando, y el regreso a su estado corriente fue como chocar contra un muro; la conciencia espaciotemporal la hizo marearse. Enmudecieron ambos. Fue como si una neblina se hubiese disipado y Snape volvía a ser el aborrecido cabeza de Slytherin, y la situación no era sino mala suerte.
El profesor, por su parte, apenas podía mantenerse en pie. Había tenido en cuenta que Granger era una principiante en Magia antigua y que aún no había desarrollado todos sus poderes; él había llevado casi todo el peso del hechizo, recitando con ella, guiando sus pensamientos.
Y eso había requerido mucha energía; estaba al borde sus fuerzas físicas. Pero había sido el breve instante de intimidad compartida el que lo había agotado.
Se había preparado para algo así; después de todo, sabia que no podían desligarse sin un momento de conexión. Había vaciado su mente, sus recuerdo, y se había preparado para ver el temor, el asco , el odio, la repulsa o incluso lástima y compasión en los ojos de Hermione.
Pero la teoría era algo muy distinto a la práctica y no había encontrado ninguna de esas cosas. Los grandes ojos castaños le miraron con la misma expresión de siempre: sorpresa, aplomo, curiosidad y ... reconocimiento.
Afortunadamente todo terminó y dejó escapar un jadeo. El impacto psicológico le había dejado extenuado; dándole la espalda se apoyó en las frías repisas de mármol de la pared.
Acérquese. Acércate, pensó. Y la más leve de las sonrisas comenzó a aparecer en su cara, hasta que de pronto sintió que Granger se movía hacia él y estuvo a punto de gemir de rabia.
"¿Profesor? ¿Se encuentra bien?"
Déjeme solo, Granger.
Y cayó al suelo, inconsciente.
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Hacía apenas una hora que Draco había regresado, obligado a golpes por su padre; había espiado a Hermione mientras, ayudada por el hechizo Mobilicorpus, depositaba a Snape en su habitación y después se había colado en el cuarto de Harry en un descuido, para coger la capa, ahora que estaba seguro de su existencia.
Harry había entrado poco después, y Draco sintió su respiración acelerarse muy a su pesar, conteniendo a duras penas las ganas de estrellar su puño en la cara de su enemigo. Y fue una suerte. Hermione había entrado corriendo.
"Harry, ya lo tengo. Luego te lo explico. Escúchame, ve al laboratorio de Snape, y toma un frasco grande lleno de líquido azul. Vuelve aquí, rápido."
"Pero Hermio..."
"¡Harry! Es ahora o nunca"
"Está bien"
Draco esperó pacientemente, observando los movimientos preocupados de Hermione con los ojos entrecerrados, hasta que Harry regresó con la botella.
"Escucha, Harry, las circunstancias han cambiado. No podemos esperar a Ron. Este es el plan"
Malfoy escuchó atentamente, un gesto de deleite en su rostro falsamente angelical. Esperó durante una hora a que los dos saliesen de la habitación, y devolvió cuidadosamente la capa a su lugar, pensando en tener en cuenta el curioso artefacto cuando Harry ya no pudiese utilizarlo. Que iba a ser pronto. Por segunda vez se dirigió a casa de su padre, pero esta vez con una sonrisa pintada en la cara.
"Esto es lo que pasa, Potter, cuando te cruzas en el camino de un Malfoy" dijo al viento en tono alegre.
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Hermione dudó un segundo antes de cruzar el umbral; dudó porque aún no había puesto a prueba los resultados de la poción, aunque sabía que había funcionado; después de todo, la había hecho Snape. Pero por un momento también sintió que iba a ser incapaz de traicionar así su confianza, robándole los restos de la poción y huyendo de su casa mientras él estaba inconsciente.
El recuerdo de la mazmorra, de Lovecraft y de los aurores le impulsó hacia delante. Silenciosamente, Harry y ella se escabulleron bajo la capa, y tomando la escoba de Harry, volaron hasta la mansión Lovecraft.
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Snape se despertó, dolorido, y maldijo su lentitud; la consciencia le trajo más claridad de la que había visto en varios días de arduo trabajo.
¿Fallado? ¿Cómo exactamente había fallado el hechizo?
Inmediatamente se comunicó con Lovecraft, y palideció mientras el rostro de este desaparecía de su chimenea.
"Ya no obedecen a órdenes directas" había dicho el asombrado mortífago "aunque parece que sí a órdenes mentales y deseos".
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Malfoy estuvo a punto de abrazar a Draco cuando le llevó las noticias. Potter y la sangresucia, iba a poder cazarles de una vez; no podía dejar de conjurar en su mente los beneficios que eso iba a reportarle a manos de su Señor.
Y terminar con el estúpido asunto de una vez. Que tuviese mucho dinero no quería decir que le gustase malgastarlo. Y aún temblaba al recordar el comportamiento de su esclavo esa mañana... Pero no lo recordó. Traía memorias de su padre, y de algo que se había grabado a fuego en su mente, y que él había transmitido a Draco, ciertas ideas de la propiedad, de la compostura... ciertas cosas que un Malfoy debía saber y respetar.
Ah, Granger y Potter a la vez. Buen chico, este Draco. Tal vez aún hubiese algo de esperanza para él.
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Hermione salió de debajo de la capa y murmuró "Desilusio", confundiéndose con las paredes. Harry soltó un juramento. Era incapaz de seguir el ritmo de la chica. Desde que habían entrado en la casa, Hermione parecía poseída, y actuaba como impulsada por un resorte invisible, dirigiéndose al corazón de la mansión como atraída por un imán.
La mazmorra.
De pronto, un brazo sujetó fuertemente a Harry, y sintió un vértigo familiar en el estómago.
Si se hubiese dado la vuelta, Hermione habría visto que estaba sola.
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Harry se giró y se encontró de vuelta en la mansión Snape.
"Potter"
Abrió los ojos y se encontró frente a un furibundo Snape, que sólo articuló tres palabras; pese a la falta de inflexión del tono, nadie en su sano juicio hubiese tardado más de un segundo en responderlas bajo la mirada asesina del profesor.
"¿Dónde está Granger?"
"Se... se quedó en la mansión Lovecraft."
"Mierda"
Harry y Dumbledore miraron con curiosidad a Snape, que se desvaneció en el aire. Harry tuvo la extraña sensación de que su profesor tenía miedo.
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Hermione había alcanzado la mazmorra, y repetido las palabras con los esclavos, excepto uno, que no se movía, que no hacía ningún esfuerzo por liberarse. La cara estaba desfigurada, irreconocible. Sus compañeros le ayudaron, acercándole pesadamente a Hermione vertiendo la poción entre sus labios con las manos temblorosas, dictándole las palabras al oído. Se estaba poniendo nerviosa. No sabía cuanto tiempo llevaba allí y acababa de darse cuenta de que había perdido a Harry.
Además, y aunque no tenía tiempo para pensar, había muchas ideas que la asaltaban. El olor, por ejemplo, que le había hecho arrugar la nariz al entrar; nunca lo había olvidado, e incluso había estado presente en sus pesadillas. ¿Cómo era posible que excepto por las noches, a solas en la enorme cama, hubiese podido vivir en paz, hubiese aparentemente olvidado los rostros, el sonido de la respiración de un pecho destrozado? O ¿porqué la poción estaba funcionando con el resto de los esclavos de forma diferente a como había funcionado con ella?
Pero no podía detenerse. Tras unas breves recomendaciones a los prisioneros, salió, mientras algunos de ellos le daban las gracias; pero la mayoría parecían muertos en vida, zombis ignorantes de lo que ocurría a su alrededor.
Moviendo la cabeza apesadumbrada y dando gracias por su suerte, Hermione se alejó por el laberinto de pasillos; pero no conseguía encontrar el camino por el que había llegado hasta allí. De pronto, tres hechizos la golpearon a la vez. Lovecraft, Malfoy y dos mortífagos enmascarados la apuntaban con su varita, y sólo uno había fallado.
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Dumbledore intentó detener a Harry, pero este no le dio opción. Tan rápido como pudo desapareció en la espesura y deseó haber cumplido la mayoría de edad para poder aparecerse. Siguió corriendo hasta que los pulmones le dolieron, y ya cerca de allí, conjuró su escoba, que cruzó el cielo hasta él. Velozmente, acortó la distancia que aún le separaba de la mansión.
No pensaba dejar sola a Hermione, protegida sólo por un mortífago. Por Snape.
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Había llegado demasiado tarde, así que decidió dejarse ver.
"¡Severus! Que inesperado placer" dijo Lucius, los fríos ojos grises desmintiendo sus palabras.
"Lucius" saludó Snape con una inclinación de cabeza "He venido a por lo que es mío. Tenías razón, Lovejoy" dijo mirando fugazmente al otro hombre, cuidando de no apartar la vista de Malfoy. "tu hechizo ha fallado."
Casi tocaba el brazo de Hermione cuando la voz de Malfoy resonó fría y cortante.
"No tan deprisa, Snape. Petrificus Totalus."
Snape fue más rápido. Lo esquivó, y con un Expelliarmus, desarmó a los dos mortífagos encapuchados y a Lovejoy, que detrás suyo se preparaban para secundar a Lucius. Un problema menos, pensó mientras con un encantamiento los mantenía sujetos. Lucius cuya varita había temblado en su mano con la fuerza del hechizo, volvió a controlarla, y Snape se giró para enfrentarse a él.
"No hay porqué pelear, Lucius. Sólo quiero lo que me pertenece."
Pero Lucius no atendía a razones.
"No te la llevarás, Snape. Hace tiempo que esperaba este momento. Lord Voldemort no necesita miserables como tú. Desmaius."
"Protego"
Hermione observaba el duelo sin poder moverse. Severus Snape era sin duda un gran mago, y hasta Lucius, por mucho que le despreciase, sabía que no era rival para él.
Desgraciadamente, en ese momento Harry entró por la puerta de la habitación. Los acontecimientos se precipitaron. Snape se giró al oír el ruido, y Lucius, con la ventaja que le daba su posición, le apuntó y murmuró:
"Aveda kedabra"
Snape masculló algo entre dientes, algo que a Hermione le sonó esperanzadoramente parecido a un hechizo protector. Pero no había sido sino un rápido reflejo y no fue lo bastante fuerte. Contuvo la maldición unos instantes; la luz verdosa que había emanado de la varita de Lucius fue lentamente evaporándose como si fuese humo, y entonces el escudo invisible desapareció y los engañosamente lánguidos restos de la maldición golpearon con fuerza al profesor, que cayó al suelo, inerte.
"Da saludos a tus padres cuando os reencontréis en el infierno" dijo con una espantosa sonrisa Lucius, dirigiéndose al cuerpo a sus pies. "Sin duda querrán agradecerte el favor de poner fin a sus vidas haciendo de tu eternidad una pesadilla."
Victoriosamente, se giró hacia Harry; este estaba preparado para la lucha. De pronto, de entre las sombras, surgió como un fantasma la figura de Draco.
"Yo me ocuparé, padre"
Vestía la túnica de seda negra de los mortífagos, y tenía una mueca de cruel decisión.
La cara de Harry se tensó aún más. Hermione vio una gota de sudor deslizarse por el costado de su cara y, por un momento, pareció que el muchacho titubeaba. Pero esa imagen sólo duró un segundo. Pronto, la varita de Harry estaba de nuevo en alto.
Aún así, Hermione hubiera jurado que le oyó musitar "Draco...". ¿En qué estaba pensando su amigo? Ambos sabían que no había palabras capaces de disuadir a un Malfoy de matar a Harry Potter en una oportunidad como esa.
Pero Harry no percibía la presencia de Hermione, sus ojos y los de Draco fijos en su oponente, midiéndose, calibrándose, retando y tratando de prever sus respetivos movimientos. Las rodillas de Harry parecían de gelatina y supo que iba a perder ese duelo.
"Serpensortia" dijo Draco, y era obvio que el chico había mejorado desde sus comienzos en Hogwarts, porque no una, sino más de veinte serpientes rodearon a Harry.
"Deteneos" dijo éste, en lengua pársel. "No hagáis daño a ninguno de los presentes"
¿Por qué Draco había usado ese hechizo sabiendo que Harry hablaba lengua pársel? La respuesta llegó en unos segundos. Para distraerle. Mientras hablaba, aunque mantenía la varita en alto y los ojos fijos en Draco, Harry no estaba preparado.
"Petrificus Totalus"
Aún le dio tiempo a agitar la varita, pero no a tiempo; se tambaleó e inmóvil, cayó al suelo. Draco puso un pie sobre su pecho y Harry sintió como sus pulmones trabajaban con dificultad debido al peso. Intentó calmar su respiración sibilante.
"Esto, Potter" escupió Draco "es lo que pasa cuando se juega contra un Malfoy. No se puede ganar. ¿Te gusta la pequeña fiesta sorpresa que he organizado en tu honor?"
Lucius, con una sonrisa aterradora, se acercó lentamente. Ni Harry ni Draco lo vieron. Ambos eran sólo conscientes de la presencia del otro. Los gélidos ojos de Draco miraron con malicia a Harry y este no apartó la mirada. El Slytherin tembló de pronto, al darse cuenta, leyendo en ellos la calma, la aceptación, lo... lo que fuese, que no podía matarle.
Al principio, se puso furioso, y propinó una patada al torso del muchacho.
No podía reconocer que era incapaz de hacerlo, no podía aceptar su debilidad. Pero ahora Potter tenía que morir; él lo había decidido y tenía que terminar con lo que había empezado. Supo por qué su traición no le había hecho sentir mejor en absoluto. ¿Qué demonios le pasaba? ¡Ese era Potter, que se había atrevido a despreciarle!
Parpadeó, interrumpiendo el contacto visual, y entonces con la mirada vidriosa, lanzó una leve sonrisa triste a Harry. Esta vez no había locura en ella.
Harry, que apenas empezaba a recuperar el control de sus músculos, no apartó la mirada, y pareció que asentía levemente. Ciertamente, movió los labios con dificultad, diciendo algo que Hermione no entendió.
"Nunca"
Draco asintió también.
En ese momento, mientras en la mente de Draco se hacía la luz, Lucius, aburrido, carraspeó y levantó su varita.
"Aveda kedabra" pronunció por segunda vez en la noche, con evidente satisfacción.
Pero la satisfacción duró poco, porque la maldición no alcanzó a Harry, sino a Draco, que se interpuso. Hermione pensó que hasta el Slytherin, al más puro estilo bíblico, se había sentido hundido bajo el peso de su traición.
Harry sabía bien lo que había leído en sus ojos, sin embargo.
Draco se había lanzado contra la maldición, odiándose a sí mismo convertido de pronto en una imagen de debilidad, para terminar con la vergüenza que sentía, y lo había hecho de la forma perfecta; de la única que Harry sabía que no iba a poder olvidar jamás, una pequeña venganza.
Lucius perdió el control. Totalmente enloquecido, se puso a golpear con furia el cuerpo sin vida de Draco. Harry, prácticamente arrastrándose, recuperó la varita que había resbalado de su mano y liberó a Hermione del hechizo.
Los tres mortífagos que Snape había aturdido vociferaban para que Lucius no les dejase escapar, pero este no les oía. Estaba absorto en Draco, haciendo que su cuerpo se retorciese absurdamente con maldiciones, a la vez que de tiempo en tiempo hacía vanos intentos por devolverle la vida.
Murmurando "Mobilicorpus" para sacar el cuerpo de Snape de la habitación- todos los argumentos de Harry para dejarlo allí ignorados por Hermione- escaparon de la casa, sólo Harry deteniéndose unos segundos para mirar atrás.
"Hermione" intentó Harry una vez más. "Tenemos que dejar a Snape. Los tres no podemos volar en mi escoba, y ... bueno, ya no podemos ayudarle."
"Vuela tú con él, puedes volver a por mí después."
"¡Hermione!" rogó Harry con desesperación.
Viendo que no iba a llegar a ningún sitio, recordó algo que había visto.
Se acercó a la puerta entreabierta de la mansión.
"Accio escoba"
"Ten, utiliza tú mi escoba; ya la has probado antes" dijo con voz ronca, asiéndose a la Nimbus con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos.
Se elevaron en el cielo nocturno. Hermione era incapaz de procesar todos los acontecimientos de la noche, y no perdía de vista el rígido bulto negro de su profesor. Snape había muerto... se sintió extrañamente vacía, más aún que cuando Lovecraft la había capturado.
Y, volando contra el viento frío de la noche, lloró.
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ArwenWood: Gracias por seguir leyendo después de tanto tiempo... A Ron me lo dejas un par de capítulos más, que le voy a hacer sufrir, y luego te lo llevas a curarle las heridas, ;-))
Un besito, y espero que este no sea muy decepcionante. Yo entre escribirlo y pasarlo ya ni distingo las letras...
Nocrala: NOOOOOO! SEVERUS JAMÁS!!! Noooooooo!!! Básicamente es mío, pero tengo que reconocer que Hermione y él están predestinados. Me conformo con ser el segundo plato si alguna vez le pasa algo a ella (y conste que no es ningún tipo de amenaza) Gracias por dejar review, me alegra que te guste.
Marissa: Ah! No lo dudes! Y ese será un poquitín más explicito que el slash, a pesar de que no se me dan muy bien esas cosas!!! Un besito!
Mal: bueno, como comprobarás la musa no se portó demasiado, pero al menos es largo, y con esto ya se precipitan los acontecimientos... Tuve una intoxicación severus/hermione (demasiada obsesión con los fics, todo lo que se me ocurría eran nuevos principios, vendo montones de capítulos 1), pero ahora que parece que ha pasado, espero que todo sea más fácil!!! Gracias a ti por dejar review!
MakySev24: siento lo del capítulo! Odio cuando pasa eso, y teniendo en cuenta mi habilidad natural con los ordenadores, no es pocas veces... esta vez he tardado aún más, pero es que el último mes trabajé todo el tiempo, ni un día libre, y no tenía ordenador... y hace apenas una semana que he vuelto a casa, y estaba ocupada restableciendo las vitaminas a mi malnutrido organismo...Muchísimas gracias!
SBM-NgiE: hola! hombre/ mujer tiene nombre? Lemon? No lo sabía. Slash slash no es, es simplemente digamos sentimientos confusos, pero es hombre/hombre y prácticamente no hay nada porque soy inutil para escribir ese tipo de cosas. Inútil del todo. Gracias por decir que estabas esperando, de verdad que espero que no te hayan salido muchas canas de mientras... Por cierto , leí uno de tus fics, me está gustando mucho, y espero leer más pronto!!!
Ignorante: gracias por todas las críticas buenas. Con este capítulo puedes empezar con las críticas constructivas... la verdad es que no siento que me haya lucido mucho, más bien siento que necesitaba un capítulo puente y he hecho una remezclilla... oye, he estado buscando bastante, y he encontrado , (creo que no se publican links, asi que te lo deletreo, tres uve dobles punto Fictionpress punto com.) para tu fic; si aún no lo has retirado me volvería gustar a leerlo ahora que veo el mar desde mi ventana... y me gustaría que más gente pudiese leerlo porque es muy bueno, aunque la versión para originales de fanfiction es extraña... Gracias por tu email, no sé si te llegó mi respuesta, pero de cualquier forma, como ya he dicho, SOY LERDA en lo que a tecnología se refiere, me encantó recibirlo, y espero que te llegase, pero te preguntaba alguna cosa y como no respndiste... Y lo de la ironía, no creo que seas pedante en absoluto, es más, dejas unas reviews estupendas, y se nota que sabes de lo que hablas!!!Espero saber de ti!!!
Amsp14: hola!!! La verdad es que me siento como si hubiese estado hablando contigo porque acabo de terminar matrimonio... (es genial!!!) y entre las reviews y eso... oye ya que me diste la dirección, te agregaré al messenger, ¿está bien? No suelo estar casi nunca, pero de todas formas. Me haría ilusión encontrarnos alguna vez. Ahora te dejo, que después de tantos meses estoy convencida de que has recibido una sobrecarga de información mía. Ah! Enhorabuena por todos tus reviews... y por los fics de celebración!!!
Miren: el resto de los capítulos aún no lo he pasado a ordenador, lo siento! Pero prometo que no tardaré mucho. A partir de ahora, hasta que lo acabe que queda muy poco, constante. Gracias por el review!!!
Marissa: ayyy! Tienes fics de severus? No puedes publicarlos? Inténtalo y si lo consigues avísame!!!Me encantaría leerlos, y seguro que al resto de la gente también, porque no es que haya tantos en castellano. Espero que tengas suerte, si necesitas una inútil en tecnología, escríbeme a
whatevereverybodysayyahoo.es
. BesosIchan: me gustó mucho la review... me reí un rato... ahora estoy disfrutando de mi conexión renovada e ilimitada (bueno, de 6 de la tarde a 8 de la mañana, suficiente para mí) y por fín puedo actualizar!
Willow black: otra enamorada de SS/HG! A que al principio es un poco... desagradable? Pero luego no te lo puedes quitar de la cabeza, de alguna forma encajan... Gracias a ti por la review!!! Un besote
Melocoton: gracias por la review! A tu pregunta, debería tener 17 años, pero con todo ese asunto del giratiempos, ya se sabe, ya no es tan joven... 18; empezará séptimo curso con su profesor de pociones favorito en breves. (en el siguiente capítulo, asi qu sí, las cosas se aceleran un poco)
DrakeMalfoy: Hola! Yo he empezado con tu fic, y ese sí que está interesante!!! Me alegro de que te guste de momento, espero que lo que sigue no te decepcione mucho. Un beso, y gracias!
