Capítulo 9: Huída

Las miradas profundas. El odio a flor de piel. El dolor incrustado en el alma opacando a la poca felicidad que podían sentir.

Ginny desde el suelo se tomaba el brazo. Draco la miraba impune sin demostrar ningún tipo de sentimiento. A su alrededor, nadie parecía dar una tregua. Los cuerpos seguían cayendo, mientras que ellos creían tener el poder de detener el tiempo.

¿Qué pasa?-Atinó a preguntar ella. Y las palabras con doble sentido fueron contestadas por él, aunque no del modo que ella esperaba.

Una trampa. Eso es lo que pasa-

Ella se levantó a duras penas. El dolor en su brazo se incrementaba y no sabía que hacer. Si quedarse allí parada esperando una señal del cielo o correr cuanto sus piernas le permitieran.

Decidió huir.

Se adelantó rápidamente hacia la única salida que veía posible, hacia donde estaba él parado. Y cuando pasó por su lado, él la tomó de la mano y la introdujo en la sala continua.

¿Qué crees que haces?-Le preguntó muy serio.

No voy a dejar que los mortífagos me atrapen de nuevo... si tengo la posibilidad de escapar lo haré-Contestó fríamente. Mientras él la tomaba de la mano fuertemente, ella buscaba la manera de salir de la habitación y encontrar a alguien que la ayudara. Y evidentemente, Draco no era un candidato.

Tengo órdenes de no perderte de vista-

Pues entonces tendrás que seguirme a donde vaya... o matarme, porque no pienso pasar un segundo más en este castillo... siendo su mujer...-Ginny casi escupía las palabras. Draco la observó sin mostrar ni un signo de debilidad. Ella admiraba el poder de controlar sus sentimientos... pero en ocasiones parecía que era demasiado duro consigo mismo.

No dijiste eso cuando te acostaste con él...-Ella dejó de pensar el mejor método de escape para concentrarse en sus penetrantes ojos grises. ¡Entonces ese había sido el motivo del cambio! Mientras buscaba una respuesta, se perdía en su mirada. ¿Por qué él lograba sacarla de quicio¿Por qué con él nunca encontraba las palabras justas?

No lo sabía. Y sin embargo, en ese momento lo supo.

Se estaba enamorando.

¿Tanto te importa que lo haya hecho?-Le preguntó casi en contra de su voluntad. No tenía idea de porque su mente le gritaba que le pidiera perdón. ¿Pero perdón porque? Ellos no eran nada mas que enemigos. Eso. Enemigos.

Él se quedó callado mirándola. Aún la sostenía del brazo, como temiendo perderla entre la multitud. Pero ambos se habían olvidado de que la gente allí afuera seguía luchando por sus vidas.

Entonces lo hiciste por voluntad propia...-Susurró. En sus palabras había un tinte de desilusión que Ginny supo notar. Ella se asombró. ¿Esperaba acaso que él le dijera que le importaba? Tuvo el impulso de preguntarle si la quería. Y luego, su cabeza le gritó que debía dejar de pensar que aún había alguien en ese devastado mundo capaz de quererla.

No sé lo que hice. Y no sé porque lo hice- Respondió. Intentó esquivar su mirada, pero no pudo. Él tomó su barbilla y la obligó a mirarlo. Ginny clavó sus ojos en los de él intentando encontrar respuestas. –Déjame ir... por favor...-Le suplicó.

No voy a dejarte ir. No... hasta que me expliques...-

¿Qué quieres que te explique?-

¿Acaso crees que no me debes ninguna explicación?-

Tú y yo no somos nada. Eso me dijiste la primera vez que nos besamos. Y ¡me confundes! No se que pensar... y mucho menos explicarte algo...-Respodió sincerándose ante él. Ante un Malfoy. Quiso correr y escapar de su mirada, pero él la retenía allí pretendiendo acribillarla con esos ojos grises.

¿No somos nada?-Preguntó eufórico. ¿Vas a decirme que no sientes nada por mí cada vez que nos besamos¿Por qué diablos me salvaste la vida aquella vez si no sientes nada por mí?- Exclamó apartándose de ella bruscamente. Ginny se quedó estática allí sin poder moverse. No sabía que hacer ni que decir. Su expresión demostraba el terror que sentía. Recordaba perfectamente lo que sentía al tenerlo tan cerca. Sus labios. El calor de su cuerpo. Lo sabía perfectamente. Pero ¿Cómo sabía ella que él sentía lo mismo? Y de pronto la imagen de su cuerpo tieso. Frío. Sintió a la muerte de nuevo asechando en su vida y no pudo soportarlo. Por eso lo salvó.

Pero ninguno de los dos pudo seguir pensando, porque una explosión derrumbó la puerta de la sala en la que se hallaban. Un grupo de hombres con las varitas en alza irrumpió allí y mientras unos tomaban a un desprevenido Draco, otros la agarraban a ella.

¡Suéltenla!-Gritó una voz. Ginny se dio vuelta y una lágrima mojó su rostro al reconocer en esa figura un rostro familiar.

Los hombres la soltaron de inmediato, pero sin bajar las varitas. Ginny quiso correr y abrazar a quien había sido su amigo por años, pero no pudo. Sus piernas no le respondían. Tanto tiempo creyéndolo muerto... ¿Por qué nunca la había ido a buscar¿por qué había dejado que pensaran que estaba muerto? No lo sabía, pero pronto lo haría.

Ginny... me alegra tanto verte de nuevo...-

A mí también Neville... a mi también...-Exclamó ella al tiempo que su antiguo amigo se le acercaba y se fundían en un largo abrazo.


¡No puedes matarlo!-Gritaba ella, al mismo tiempo que un hombre la miraba fijamente.

Pero gin. Él ha sido uno de nuestros peores enemigos por años. ¿te olvidas que es la mano derecha del Lord? Si no fuera por él tal vez muchos de nuestros hombres estarían aquí, con nosotros...-Ella miraba hacia la pared. No entendía porque la venganza se había apoderado de aquel muchacho débil y bueno que se preocupaba por las plantas del colegio.

Pero neville... tú no entiendes...-

Entonces hazme entender, porque tengo tantas ganas de matarlo como mis hombres...-Respondió él. Ginny lo observó mejor. El odio y el dolor, ambos sentimientos que siempre van de la mano estaban implantados en el corazón del muchacho. Sus ojos, antes llenos de esperanza y de sueños ahora estaban marcados por las arrugas del tiempo y de años de batallas.

Por favor, no lo hagas. Es que... le debo la vida... si no fuera por él, el Lord me habría matado hace tiempo, en la batalla en la que Harry...-Neville se paró de la silla en la que había estado sentado. La tomó de la mano y la miró a los ojos. Descubrió unas finas lágrimas que bajaban hasta perderse en su boca. Se las limpió con la mano y le dijo:

No quiero que le debas nada a un mortífago. Y menos si ese mortífago es un Malfoy. Puede conservar la vida. Pero no su libertad...-Y dicho esto, salió de la habitación dejando a Ginny sumamente pensativa. Acababa de mentir para salvarle la vida a su enemigo.

¿Qué diablos tenía en la cabeza?


Malfoy se miraba las manos. La sangre todavía no dejaba de emanar de las heridas que le habían causado. Pero a él no le importaba. Sabía que le quedaba poco tiempo. Ya era bastante que le hubieran dejado vivir dos horas...

Suspiró. Y pensó en ella. Seguramente estaría felíz de haber vuelto con los suyos... o tal vez extrañaba las comodidades y el lujo que el Lord le ofrecía. Meneó la cabeza. ¿Por qué le interesaba tanto la Weasley? Porque la amas. Le contestaba su inconsciente. Pero él se negaba a creerle. Él no podía amar a nadie. Porque no sabía como hacerlo. Nadie le había enseñado a amar.

Y recordaba lo que sentía cuando la tocaba. Cuando la abrazaba. Cuando la besaba. ¿Acaso eso sería amor?

Acabo de salvarte la vida-

Draco despertó de golpe y observó a la mujer que le hablaba desde el umbral de la puerta. ¿Qué le había salvado la vida? Se levantó a duras penas del suelo y tomándose el estómago adolorido por los golpes, exclamó.

¿Tú me salvaste la vida?-

Así es. No iba a dejar que te mataran. No deseo más muertes en mi vida-

¿En tu vida?-El rubio a pesar de las cadenas que cubrían sus manos se había acercado considerablemente a ella que lo miraba como esperándolo desde allí. Ella sonrió. Y él creyó que era la primera vez que la veía sonreír de esa manera. Parecía que una lucecita se había prendido en su interior y la hacía brillar.

Ginny lo miraba pensando que responder. Le costaba ser espontánea con él. No podía simplemente contestar lo que le venía a la mente.

Si. Mi vida-Comenzó a acercarse hasta que sus bocas se hallaban a pocos centímetros de distancia.

¿Es decir que yo soy parte de tu vida?-Preguntó él conteniendo las ganas de besarla y acariciarla a su antojo.

Eso depende de sí quieres serlo...-Y el beso no se hizo de rogar. Pero esta vez, ella fue la que tomó la iniciativa. Mientras lo besaba apasionadamente le revolvía el cabello. Quería que él la tomara entre sus brazos, pero él no lo hacía. Poco a poco se fue separando. Lo miró sorprendida. -¿Qué pasa?-

No me resigno a la idea de que él te hizo suya. Antes que yo...- Ginny se quedó parada en silencio. Una mezcla de culpa y de odio la invadió. ¿Quién era él para venir a reprocharle algo? No era nadie... Pero no podía quitarse ese sabor amargo de saber que él ya no la miraba como antes.

Pues si en verdad sientes algo por mí tendrás que hacerlo-Respondió secamente. Y sintió la necesidad de irse de allí. Se acercó a la puerta con toda la intención de marcharse, cuando alguien la acorraló contra la pared. Draco agarró sus manos y las juntó en su espalda. Sentía su aliento en su oreja y eso le provocaba cosquillas.

Nunca me resignaré a eso. Ni siquiera todo lo que siento por ti podrá cambiar eso. No puedo olvidarlo... pero sí anestesiarlo...-Le susurró en el oído con esa voz que solo él sabía hacer, mientras posaba su mano libre en su cintura. Ginny tenía la respiración alterada. Al parecer, Draco Malfoy volvía a ser el mismo. Forzosamente, logró darse vuelta posando sus manos en el pecho del rubio.

¿Q... que quieres decir?-

Quiero decir que planeo hacerte mía Ginevra Weasley. Y no me importa nada. No me importa que esté en manos del enemigo, o que seas la mujer de mi Lord. Solo me importas tú- Sus miradas se mezclaron, y sintieron que las palabras no llegaban a sus bocas. Sentían la necesidad de no hablar más. Quería actuar. Pero Ginny se obligó a responderle.

¿Acaso no piensas pedir mi opinión?-Logró decir ella suprimiendo sus ganas de tirarse sobre él y complacer sus bajos instintos. Su respiración estaba alterada y el pulso lo tenía por arriba de lo normal. Pero trataba de parecer seria y segura. Aunque sabía que él se daba perfecta cuenta de su estado.

Draco besó su frente y dio un paseo por sus labios hasta acabar en su cuello. Y cuando ella creía que sus barreras ya no soportarían, él cayó al suelo pegando un grito.

?AH!-

¡Draco!-Gritó Ginny al mismo tiempo que se agachaba y buscaba asustada la causa de su dolor.

Apártate de él, Weasley- La sorprendió una voz que le resultó conocida. Ella miró al hombre que con la varita en la mano mantenía el semblante serio.

Alastor "Ojoloco" Moody.

¡Déjelo en paz!-Le ordenó ella poniéndose de pie y sintiendo que sus mejillas se tornaban rojas mezcla de furia y vergüenza.

Longbottom nos prohibió asesinarlo... pero no dijo nada de torturarlo... y además, este individuo quiso aprovecharse de usted... lo mínimo que puedo hacer es defenderla...-Dijo con una horrible sonrisa en la cara y la voz despreocupada. Ginny apretó el puño dispuesta a usarlo. Nunca le había caído bien Moody. Siempre había desconfiado de él, desde su tercer año en Hogwarts, cuando un mortífago se había hecho pasar por él. Cuando se enteró de la verdad, no volvió a verlo con los mismos ojos.

Déjalo en paz porque no respondo de mis actos...-Susurró con tono amenazante.

¿Acaso le gusta que se aprovechen de usted, señorita Weasley?-Le dijo él, moviendo su varita entre sus dedos. Ella sacó la suya con maestría y le apunto directo al cuello.

No se imagina la cantidad de cosas que puedo hacer cuando estoy enojada. Y créame que ahora estoy furiosa...-respondió. La mano le temblaba, pero supo manejarlo. Moody observó con la misma sonrisa a la muchacha y lentamente se dio vuelta. Pero ella sentía como la observaba a través de su ojo de vidrio.

Al fin, se marchó.

Quítame estas cadenas...-Susurró Draco, aún tirado en el piso empapado en sudor y con la voz algo quebrada. Ella se sentó en el suelo a su lado, y con un movimiento de la varita lo liberó de las ataduras.

Esto es muy difícil... no creo poder soportarlo...-Exclamó al mismo tiempo que hundía su cabeza entre sus manos. Se sentía agotada. ¿Por qué todo tenía que ser de esa manera¿Por qué simplemente no podía crearse un cuento de hadas en donde todos son felices?

Y como siempre, su inconsciente le respondió:

Porque estas en la Vida real. Y aquí no existe el final felíz...


Los días pasaban y no había indicios de que Voldemort planeara una venganza. Los rebeldes habían tenido éxito y habían acabado con la mansión construida años atrás por el Dark Lord. La mayoría de los mortífagos habían perecido allí, mientras que los sobrevivientes no recordaban quienes eran o como manejar una varita.

Neville se hallaba pensando la próxima táctica y Moody observaba con atención uno de los mapas que Potter había dejado en sus manos. Las enseñanzas de James se hallaban grabadas en aquellos pedazos de papel arrugado, y les habían servido para confeccionar mapas del mundo mágico que les eran de suma utilidad.

En eso estaban, cuando alguien tocó la puerta. Un "Adelante" fue seguido al murmullo de la puerta al abrirse.

Neville... ¿Puedo hablar contigo?-preguntó Ginny tratando de que la indirecta le llegara al hombre que parecía no notar su presencia.

Por supuesto...-

A solas...-

Alastor... ¿Podrías dejarnos?-Moody se dio vuelta y dirigiéndole una sonrisa falsa a la chica, salió del cuarto dejándolos solos.

¿De que querias hablar?-Empezó él, rompiendo el silencio.

De Malfoy...-respondió ella tratando de sonar indiferente al pronunciar su nombre. Neville levantó la vista. Parecía disgustado.

Ultimamente te pasas más tiempo en su celda que conmigo...-Ella se sonrojó levemente, pero no le importó mucho. Había aprendido a convivir con eso...

Nev... sé que tal vez te suene raro lo que voy a decirte, pero necesito que no hagas muchas preguntas...- Tragó saliva y continuó –Voy a irme de aquí. Tengo que irme lejos... muy lejos... y debo hacerlo con él...-

La cara de asombro que en ese instante puso Neville al escuchar a Ginny, fue incomparable. ¿Cómo se le ocurría a ella decirle que se iba¡Y con Malfoy! El muchacho se acercó a ella lentamente.

G...gin... ¿Qué tú que¿Acaso pretendes que yo te deje irte sola con un mortífago¿Estas loca¿después de que creí no volverte a ver nunca jamás, apenas te encuentro ¿quieres irte!-Neville soltaba chispas por los ojos. Ginny jamás lo había visto tan desorbitado.

Nev... es que...-

?Es que nada¡Le juré a tu hermano en su lecho de muerte que cuidaría de ti fuera como fuera, y no voy a incumplirle porque tu tienes un capricho con un Malfoy!- Ginny abrió los ojos, roja como nunca. Estaba furiosa con Neville. Con su amigo... el único que siempre la había entendido. El que siempre había tendido su hombro para que ella tuviera un apoyo...

El mismo que ahora pretendía prohibirle un mínimo de felicidad...

¡No es un capricho! Nev, por favor... entiende...-

¿Enteder¿Qué diablos quieres que entienda!-la pelirroja perdió los estribos. La paciencia se agotó y terriblemente enojada, exclamó:

¡Entiende que lo amo!-

Ambos se quedaron mirando. Ella sorprendida de lo que acababa de decir, y él tratando de mentirle a su cerebro diciéndose que no había escuchado nada de lo que ella había dicho.

Pero no pudo. Porque ella había hablado y él había escuchado.

Ginny amaba a Draco Malfoy...