Disclaimer: de vez en cuando no viene mal recordar que, por desgracia, Harry Potter & CIA no me pertenecen.
Y aunque me repito más que el ajo... GRACIAS POR LEER (si es que alguien lee, pq viendo como anda la pág últimamente...)
Snif, snif. Ni un review... Eto ya no os gusta???????
10
Draco's detour: Cambio de bando
—Hermione, ¿podrías repetirme por qué te hago caso y estoy apunto de traicionar a mi mejor amigo?—gruñó Ron por enésima vez.
Desde que habían salido de la sala común la conversación se repetía una y otra vez.
En cuanto Harry se tranquilizó y consiguió dormirse, sus dos amigos habían tenido una pequeña charla, donde Hermione le había contado a Ron lo que pensaba hacer.
—Vamos Ron, traición es una palabra demasiado fuerte—respondió la chica armándose de paciencia.
—Ah, ¿sí? Cuando un amigo confía en ti, te cuenta un secreto y tú vas corriendo a contárselo a la persona en quien tu amigo menos confía... ¿Cómo le llamas tú a eso?
—Le llamo ayudar a Harry. Dumbledore es la única persona que puede ayudarle, y el que esté al corriente puede ser la diferencia entre que Harry viva o muera. Y sinceramente, prefiero un Harry ofendido y enfadado pero vivo y a salvo.
Con gran esfuerzo Ron se mordió la lengua; sabía muchas cosas que Hermione desconocía, y no estaba dispuesto a traicionar aún más la confianza de Harry.
Le hubiera gustado gritarle a la cara a Hermione que si Dumbledore hubiese hablado claramente con Harry, Sirius estaría vivo.
Una noche, Harry se había sincerado completamente con él y le había contado todo lo referente a la profecía y la conversación que había tenido con el director la noche en que Sirius...
La opinión que el pelirrojo tenía sobre Dumbledore había cambiado mucho desde que supo toda la verdad.
Y comprendía a Harry. Vaya si lo comprendía...
Desde luego que no dudaba que Dumbledore había actuado con buena intención, pero estaba seguro de que si el viejo hubiese puesto las cartas sobre la mesa desde un principio no hubieran tenido que lamentar muchas cosas.
El ruido que hizo la fea gárgola al abrirse sacó a Ron de sus pensamientos.
Los chicos subieron las escaleras de caracol que conducían al despacho del director.
Picaron a la enorme puerta de roble, pero nadie contestó.
Después de unos instantes, Hermione abrió un poco la puerta y asomó la cabeza por la rendija tímidamente.
El despacho estaba vacío. Uno de los retratos emitió una leve tosecilla para captar la atención de los dos prefectos.
—El director no está. Si deseáis algo podéis dejarme el recado o ir a hablar con McGonagall—dijo la mujer, que según la placa que había bajo el cuadro se llamaba Dilys Derwent.
—Mmm... Gracias, volveremos en otro momento...—respondió Hermione, y después cerró la puerta.
—Estupendo, tómate esto como una segunda oportunidad: no se lo digas, Hermione—suplicó Ron con ojos de perrito abandonado.
—Mira, Ron, no pienso seguir discutiendo esto contigo: ya he tomado una decisión.
—Vale, pues yo le diré a Harry que la próxima vez mantenga la boca cerrada en tu presencia—respondió Ron, casi gritando.
Antes de que Hermione pudiese contestar un grito les hizo sobresaltarse.
— ¿QUÉ DEMONIOS HACÉIS AQUÍ?
—Que... queríamos hablar con el director—balbuceó Hermione.
Snape estaba lívido de ira. Tenía la cara completamente desencajada, y sujetaba fuertemente a Draco Malfoy por un brazo.
El chico no ofrecía muy buen aspecto: estaba despeinado, con la túnica descolocada, la corbata floja y un moretón en el pómulo izquierdo.
A pesar de su deplorable estado, miraba a Ron y Hermione con la misma expresión con la que alguien mira un escupitajo en el suelo.
— ¡FUERA DE AQUÍ, ANTES DE QUE LE RESTE PUNTOS A GRYFFINDOR!
Después abrió la puerta, obligó a Draco a entrar al despacho de un empujón, y tras entrar en la sala miró por un momento a los dos Gryffindors.
— ¡HE DICHO FUERA!
Ron y Hermione se apresuraron a salir de allí, y cuando alcanzaron el primer peldaño de las escaleras oyeron un gran portazo.
Ron se detuvo de repente, abrió su túnica y comenzó a buscar desesperadamente en los bolsillos del pantalón.
— ¿Qué haces? ¡Vámonos de aquí!—susurró la chica.
—Vete si quieres, pero yo voy a enterarme de lo que pasa—dijo agazapándose en los escalones y llevándose al oído lo que parecía un trozo de cuerda de color rosado.
—Como nos pillen te mato—gruñó la chica, agazapándose al lado de Ron mientras el extremo de la oreja extensible reptaba hacia la ranura inferior de la puerta.
Con otro empujón, Snape obligó a Draco a sentarse frente a la mesa del director.
Después se dirigió a la chimenea, y tomando un puñado de polvos que había en un cuenco, los arrojó al fuego.
—Dumbledore.
La cabeza del anciano director apareció entre las llamas.
—Dime, Severus.
— ¿Podrías venir a tu despacho? Hay algo que no puede esperar.
Dumbledore clavó sus ojos en Draco.
—Ahora mismo voy—respondió, y su cabeza desapareció.
Ron y Hermione se miraron alarmados. Si el director no estaba en su despacho y se dirigía hacia allí los iba a encontrar espiando.
Estaban a punto de salir corriendo cuando oyeron una llamarada, seguida de la voz de Dumbledore.
El director salió de entre las llamas y encontró a un Draco con una sonrisa cínica pintada en la cara, y un Snape que se paseaba por el despacho, como un animal enjaulado.
Se dirigió a su silla tras la inmensa mesa de roble y tomó asiento.
—Siéntate, Severus. ¿De qué se trata?
—Verás, el... señor Malfoy acudió a mi despacho para proponerme un... "trato". Un chantaje, diría yo. Lo sabe, Albus.
Snape, que siempre mantenía una actitud fría, no pudo ocultar una gran rabia contenida en sus palabras.
— ¿A qué te refieres?
—Será mejor que te lo explique él mismo.
— ¿Y bien, señor Malfoy?
Dumbledore advirtió el moretón de Draco, y le dirigió a Snape una severa mirada.
Después miró a Draco por encima de los cristales de media luna.
El chico, con los brazos cruzados y los grises ojos mezquinamente entrecerrados, aguantó la penetrante mirada de Dumbledore.
—A lo que se refiere, es a que sé que el profesor Snape es un espía de la Orden del Fénix—dijo, mientras alzaba una ceja, deseoso de ver la reacción de Dumbledore.
Dumbledore no pudo reprimir un gesto de sorpresa, y crispó los labios. —Y no se moleste en intentar negarlo: la reacción del profesor Snape (que tuvo como consecuencia éste bonito cardenal) y la suya propia no hacen sino darme la razón—añadió Malfoy, al ver que Dumbledore no decía una palabra.
— ¿Y por qué nos cuentas esto?—preguntó el director. De repente, parecía que le había echado veinte años encima.
—Pues verá, quiero formar parte de la Orden. Y supongo que con la información que tengo no podrán denegarme la admisión.
—Ya veo, y no se te ha ocurrido nada mejor que recurrir al chantaje.
—Si no le importa, prefiero denominarlo "negocio".
Snape, que continuaba paseándose por la estancia, hizo un ademán de pegar a Draco, que fue rápidamente sofocado por Dumbledore.
—Muestra más respeto, mocoso—murmuró Severus entre dientes.
Draco hizo caso omiso, y continuó con la mirada fija en Dumbledore.
—Pudo servirle de mucha ayuda, director. Estoy muy bien informado, tanto sobre la Orden como del círculo del Señor Tenebroso.
— ¿Y puedo saber de dónde sacas toda esa información?
—Vamos, no me tome por estúpido: la información es poder, y si le digo cuales son mis fuentes yo dejaría de serle útil. Digamos que soy muy observador, y que sé escuchar. Por supuesto, no vamos a ser hipócritas: usted sabe que mi padre es un mortifago, ya se puede imaginar por qué sé tanto sobre los planes del Señor Tenebroso. Y dentro de poco sabré aún más, no queda mucho para que me marquen—dijo, señalándose el antebrazo derecho.
— ¿Es por eso? ¿Tu padre te obliga a ser un mortifago?
—En parte si. La verdad es que no me gustaría pasar el resto de mi vida en Azkaban.
— ¿Y no crees que Lucius te reservaría algo peor que Azkaban si se entera de tu traición? Como mínimo te desheredaría... si es que no llega a matarte. —preguntó un Snape más calmado.
—Por eso no hay problema. Sabes que tengo mi propio dinero, y me atrevería a decir que incluso soy aún más rico que él: mis abuelos maternos me legaron toda su herencia por ser su único nieto varón... y tengo entendido que tras la muerte del último Black mi patrimonio ha aumentado considerablemente Y además no creo que mi padrino aquí presente permitiese mi asesinato, ¿verdad?
Snape rechinó los dientes ante tal declaración.
—Draco, sigo sin ver claras tus intenciones. ¿Cuál sería el trato?—preguntó Dumbledore.
—Pues me ofrezco a ser su espía, del mismo modo que lo hace mi padrino. Tendrá información de primera mano sobre las averiguaciones de los mortifagos en Hogwarts, puesto que yo seré el encargado de coordinarlos. Y creo que no hace falta mencionar que los Malfoy estamos muy bien relacionados: tengo acceso a los nombres de todos los mortifagos infiltrados en el Ministerio. Y siendo alumno de Hogwarts gozo de total discreción. A nadie le parecería raro que un alumno hablase con el jefe de su casa o con el director, ¿verdad?
— ¿Y a cambio de qué estas dispuesto a hacer todo esto?
Draco rió.
—No voy a mentirle. Me importa una mierda lo que pueda...
— ¡DRACO! ¡DIRÍGETE AL DIRECTOR CON MÁS RESPETO!
—Está bien, discúlpeme director. Como le decía no me importa en absoluto lo que pueda ocurrirles a los muggles, los sangre sucia y al resto de la comunidad mágica.
Y tampoco me importa demasiado el destino del Dark Lord y sus seguidores.
Lo que me interesa es mi futuro: si la Facción Oscura gana ésta guerra no dudaré un momento en cambiar mi lealtad, la Marca y mi apellido serán mi seguro de vida. Pero si en cambio son derrotados, espero que usted interceda por mí ante la comunidad mágica y me libre de un futuro bastante desagradable, puesto que en ese caso ser un Malfoy con la marca del Lord en el brazo me perjudicaría bastante. La idea es asegurarme de pertenecer al bando vencedor. Pero no me malinterprete: no pretendo ser un espía doble.
Sólo serviré a Voldemort si resulta vencedor.
— ¿Es que desconoces los términos "ideales" "principios" y "lealtad"?—preguntó Snape venenosamente.
—Oh, por favor. Soy un Slytherin, y un Malfoy, además. Sabes que sería capaz de vender a mi propia madre si eso me reportase algún beneficio. Me debo lealtad a mi mismo. No veo que hay de malo en intentar salvar el pellejo. Sé que la base de la supervivencia es el poder. Y una de las formas más sencillas de obtener poder es cuando un imperio se derrumba. Por suerte o por desgracia me ha tocado vivir esta época, y desde luego yo no pienso hundirme con el resto. No hay razón para que no me aproveche de la situación. El mejor ejemplo lo tengo aquí mismo—dijo señalando a Severus.
— ¿Y que te hace pensar que vivirás lo bastante? Si el Lord te descubre morirás, y si nos traicionas a nosotros yo mismo me encargaré de retorcerte ese mezquino pescuezo, seas o no mi ahijado.
—Quien no arriesga no gana. Y he sido lo bastante listo como para descubrirte, así que creo que podré cuidarme solito.
Dumbledore tosió levemente para recordarles que aún estaba allí.
—Una pregunta, señor Malfoy: ¿ha comentado con alguien más la situación de Severus?
—Por supuesto que no. A no ser que alguien más haya estado haciendo averiguaciones, dentro del círculo se confía plenamente en él. El propio Señor Tenebroso sospechó de él en su momento, por todo el asunto de Quirrel, pero desde su regreso a las filas no ha dudado de su lealtad. Consideró que había renegado de Él para salvar su vida, como hicieron la mayoría.
Después de un largo silencio, durante el cual cada uno sacaba sus conclusiones, Draco volvió a tomar la palabra.
—Profesor Dumbledore, si no tiene más preguntas, me gustaría retirarme: El golpe me duele mucho, debería ir a la enfermería.
—Por supuesto, puedes irte. Tú quédate un momento, Severus.
—Una última cosa, señor. En enero es mi cumpleaños, y seré mayor de edad. Mi padre insistió en que no se me marcase hasta esa fecha. Ese mes está prevista una ceremonia iniciática para unos cuantos alumnos de quinto curso en adelante. Le traeré un informe de todos los aspirantes después de vacaciones. Para entonces espero una respuesta señor.
Al oír esto, Ron dio un tirón a la oreja extensible y bajaron las escaleras corriendo.
Bueno, por fin un capítulo que me ha gustado escribir (lo bien que me lo pasé imaginando a Snape dándole de hostias a Draco! XDDDDD), y que también más o menos me gusta como ha quedado. Ahora solo falta que os guste también a vosotros XD. Falta un capítulo parça termiunar con todo lo q ocurre en la noche de Halloween. A ver que os parece: REVIEW, POR FAVOR.
Besitooox.
Vampy Weasley
Suma Sacerdotisa de la Orden de las Mortifagas.
