Por fin después de tanto tiempo aquí está el segundo capítulo, espero que lo disfruten y gracias por los Reviews.

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II capítulo.

Chibi Severus contra el profesor de pociones.

Después de la clase de DCAO todos salieron a CCM (cuidado de las Criaturas Mágicas). Hagrid los recibió fuera de su cabaña.

¿Cómo estás, Harry? –el semi gigante lo saludó.

Bien ¿y tú? –le respondió.

Igual. ¡Acérquense todos por favor, también los pequeños recién llegados! –todos avanzaron hacia Hagrid -. Hoy veremos: las lechuzas, ya que sé que hay algunos que ni siquiera saben cuidar a la suya propia.

¿Y quién demonios quiere aprender a cuidar una lechuza? –dijo Draco Malfoy con su voz socarrona.

Y lo más importante –Hagrid siguió como si no lo hubiera escuchado -, es que lo aprendan ahora más que nunca, ya que me llegó un informe de que la fiebre lechucil a atacado el norte de Inglaterra y a Escocia de una manera realmente sorprendente, ya para que se den una idea de por qué tienen que estudiar esto –miró principalmente a Draco -… Es porque a diario han muerto 150 lechuzas alrededor de estas dos regiones –Todos sorprendidos se giraron a ver entre sí -. Y puede que esta cifra aumente –dicho eso se metió a su cabaña y les pidió a los alumnos que esperaran.

¿Y quién quiere curar a una lechuza? –de nuevo Draco habló.

Dentro de su cabaña, hagrid no sabía si hacer lo que tenía que hacer. Titubeó por unos momentos. La fiebre lechucil era un enfermedad mortal aunque no contagiosa; y en esos momentos había una sola lechuza en todo el colegio que estaba enferma y que se encontraba en la cabaña de Hagrid.

Hagrid se puso de pie y tomó a la lechuza que ululaba débilmente: sus ojos ambarinos se veían descoloridos. Abrió la puerta de su cabaña y salió de ella. Harry al ver a la lechuza, pegó un grito.

¡Hedwig! –Corrió hacia donde estaba ella -¿Qué le pasa, Hagrid? –le preguntó y su amigo inclinó la cabeza.

Lo siento mucho Harry. Hedwig está muy mal –iba a poner a la lechuza sobre un tronco para que todos pudieran verla, pero Harry la quitó de ahí de inmediato y abrazándola contra su cuerpo, se fue con ella al bosque prohibido.

¡Harry! –Ron y Hermione iban correr detrás de él, pero Hagrid se los impidió.

Necesita estar solo –les dijo a los dos y no tuvieron más remedio que obedecer.

Pero Hagrid, no hubieras traído a Hedwig –reclamó Hermione.

Hedwig está muy enferma hermione, y no podía dejar pasar un minuto más sin que Harry lo supiera –volteó a ver el bosque prohibido.

¿Qué le pasó a la lechucita? –Preguntó el pequeño Remus.

Tiene fiebre lechucil –contestó Hagrid.

Pobrecita –dijo el pequeño.

¿Cuánto crees que le queda de vida? –preguntó Hermione con cierto temor.

No le doy más de una semana –Hagrid sentía un nudo en la garganta y Hermione se llevó angustiada las manos a la boca.

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En el bosque prohibido, Harry se había sentado en una roca y aún no soltaba a Hedwig. La lechuza lo miró con sus ojos ambarinos y emitió otro débil ululato, Harry sonrió aunque las lágrimas amenazaban con asomarse a través de sus ojos verde brillante.

Abrazó a su lechuza con más fuerza, no quería creer que fuera cierto: que estuviera tan enferma y comenzó a preguntarse una y otra ves: "¿Cómo es posible que no me diera cuenta de que Hedwig estaba enferma?".

Hedwig recargó su blanca cabeza en el pecho de Harry, y el se la acarició, no quería volver alas clases y ni siquiera al colegio.

Unos pasos en la maleza le hicieron girar la cabeza y vio entre las ramas acercarse a un torso humano, unido al cuerpo de un caballo: era Firenze.

Buenas tardes joven Harry –lo saludó.

Ah, hola –saludó secamente.

¿Te ocurre algo malo? –se puso a su lado.

Es mi lechuza, está muy enferma –se la muestra.

Humm fiebre lechucil, sí, he oído sobre ella –tocó a la lechuza n la cabeza -. Ten fe joven Potter, y sí me haces caso, tu lechuza podría vivir –Firenze continuó con su camino.

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Pasó la hora de CCM y seguía pociones antes de la cena. Ron y Hermione marcharon hacia las mazmorras, seguidos por los de Slytherin.

Ahora como la clase se tomaba a las 6 de la tarde, la mazmorra lucía más oscura y como el profesor de pociones viste de negro, casi no lo veían en el pasillo y siempre les pegaba un susto de muerte, al aparecerse frente a ellos.

Definitivamente Harry va a perderse pociones –Hermione se sentó en su banca.

Y Snape tendrá un buen motivo para castigarlo de repente guardaron silencio al que Snape cerró la puerta azotándola.

¡Silencio! Hoy vamos a hacer una poción llamada el color de la muerte ¿Dónde demonios está el SR. Potter? –de repente se dio cuenta.

Sucede que…-Hermione iba a explicarle, pero…

¿Acaso le dije que me respondiera? ¿Acaso usted siempre tiene que saberlo todo, maldito ratón de biblioteca –dio la espalda y dejó a Hermione con lágrimas en los ojos y a Ron echando pestes sobre él.

¡Ya basta! –Ante el asombro de todos, el pequeño Severus golpeó la banca con las palmas de las manos -¡Deja de meterte con todo el mundo! –le gritó.

Parece que el castigo del Sauce Boxeador no fue suficiente para ti –el Severus adulto observó a su niño a través de su grasiento cabello.

¡Primero me castigas a mi, luego te metes con el Sr. Potter y ahora con su amiga! ¡Si no te gusta que te digan lo que pasa, entonces no metas las narices! .Para tu información: el Sr. Potter está con su lechuza, la cual está muy enferma.

Y como va tan bien en clases desde pociones curativas… -dijo el profesor irónicamente.

Y como tú debes ser muy buen maestro –el pequeño Severus le respondió.

Ese comentario del pequeño (ni tanto ya casi cumplía los 13) hizo pararse bruscamente al profesor de pociones y poniendo su rostro bastante cerca del niño habló con el de forma envenenada.

Escúchame bien engendro del demonio, después de 5° empiezan con los EXTASIS, y sólo aceptaré a los mejores –con eso le dio la espalda.

Harry estará en los EXTASIS ¡Por qué yo lo voy a ayudar! –con eso el pequeño se sentó en su banca y dio por terminada la discusión.

Tal parecía ser que la discusión de Snape con su yo más pequeño, lo mantuvo callado y malhumorado, y no dejó de maldecir silenciosamente en toda la clase.

Te has pasado –susurró chibi Remus al oído de su compañerito.

Esto es la guerra y veremos quien de los dos vence –dijo determinante.

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Continuará…