Hola a todos, después de haberme puesto algo emotiva en el capitulo
anterior, bueno en este habrá un poco de más acción quiero agradecer sus
Reviews
Misterio. Espero que tengas buen viaje. Se extrañaran tus reviews. Gracias.
Black Wolf. Me alegra que te guste mi historia, y muchas gracias por tomarte el tiempo para leerla y dejarme tus comentarios gracias.
NellyEsp. Que te puedo decir, bueno no mucho por que le quito emoción a las cosas, con respecto a Harry podrás descubrir cuanto poder tiene en este capitulo. En cuanto a Snape, Sirius y Brenda, bueno eso es algo complicado y se va a complicar todavía más. Gracias por tu review, y espero que sigas disfrutando la historia
Disclaimer. Todos los personajes de Harry Potter son propiedad de JK Rowlin (la malvada que le puso al sexto libro HP & half blood prince), y solo de su propiedad, blablanbla, etc. Etc. Etc.
Capitulo XI El ataque
Harry y Brenda estaban inmóviles en medio de patio, el aullido solitario que habían oído en un principio empezaba a multiplicarse, dos, tres, llegó un momento que eran demasiados. Snape y Sirius se reunieron con Harry y Brenda para intentar defenderlos. Era una imagen extraña ver a los dos hombres en un fin común. La primera señal de alarma se vio en el lugar más oscuro, un par de puntos luminosos los observaban, segundos después salió de las sombras un enorme lobo, de pelaje gris oscuro y unos 70 kg. Tres varitas apuntaron al animal, que al sentirse amenazado enseño sus afilados colmillos. Entonces otro lobo salió de las sombras, otros varios animales aparecieron después y estaban intentando acorralarlos.
—Potter, tu y Brenda corran— dijo Snape evaluando la situación —Son demasiados, deben ponerse a salvo—
Harry no quería ser tratado como un inútil —Pero puedo ayudar—
—Has lo que dice Snape, Harry, deben alejarse de aquí, rápido— la voz de Sirius sonaba algo ansiosa —OBEDECE—
El chico oyó la voz de su padrino pronunciar esas palabras, aunque aún no podía creer que esos dos hombres se ayudaran. Brenda dio un paso hacía atrás lista para correr. La voz de Snape sonó clara y firme —Corran, AHORA—
Ambos empezaron a correr rumbo a los pasillos del castillo, mientras los magos empezaba a luchar contra la manada, lanzando sus mejores hechizos para sacar de combate a todos los animales que pudieran. La lucha era titánica, Harry no pudo ver mucho de lo que paso después, entraron a uno de los pasillos con intención de ir en busca del director, pero oyeron ruidos a sus espaldas, se detuvieron para tratar de saber que pasaba, sólo para ver a lo lejos otros 5 lobos, un lobo negro mucho más grande que el resto iba al frente. La pareja empezó a correr nuevamente, pero los lobos eran demasiado rápidos. Casi sin aire Brenda dijo
—Debemos separarnos, así podrás deshacerte de los pocos que te sigan, yo buscaré esconderme en alguno de los salones mientras encuentras ayuda—
—Esta bien, ten cuidado—
Harry dio la vuelta a la derecha, mientras ella daba vuelta a la izquierda, corría a todo lo que daban sus piernas, después de algunos segundos se detuvo listo para pelear, esperaba que en cualquier momento 2 o 3 lobos aparecerían al final del pasillo, pero nada paso, con precaución recorrió el camino de regreso, todo estaba desierto. Decidió ir a buscar al director. Se apresuró lo más que pudo, estaba por llegar cuando lo vió venir
—Harry, ¡que ha sucedido?—
—pro..fe..sor...lobos...adentro del castillo...—
—¿Dónde esta Brenda?—
–No lo se,... nos separamos... venía hacia acá—
Entonces se oyeron gritos de dolor, no había duda que eran de Brenda, pedía desesperadamente ayuda, pero el eco del castillo dificultaba poder localizarla. Dumblerore se apresuró, seguido del chico que empezaba a ponerse pálido cada vez que oía ese desesperado grito de ayuda. No pasó mucho tiempo antes de que encontraran un rastro de sangre sobre el piso de piedra del castillo. El director empezó a seguir ese rastro, podían verse claramente las manos de Brenda intentando aferrarse a algo, estaba siendo arrastrada. Sirius apareció momentos después convertido en el gran perro negro, paso junto a Dumbledore y siguió el rastro de sangre. Snape apareció poco después
—Los lobos se fueron de repente profesor, cuando oímos...—
—Lo se Severus, apresurémonos—
Salieron del castillo, Sirius había sido acorralado por cuatro lobos impidiéndole el paso, a lo lejos pudieron ver a Brenda, el gran lobo negro la tenía sujeta por un tobillo y la arrastraba rumbo al bosque prohibido, ella seguía gritando por ayuda, intentaba desesperadamente de aferrarse a algo, pero cada vez que lo conseguía uno de los otros lobos la mordía en las manos para que se soltara. Dumbledore sacó su varita y de un solo movimiento los lobos que interceptaban a Sirius salieron disparados por el aire. El gran perro negro corrió rumbo al bosque pero le llevaban gran ventaja. Los lobos y su victima en pocos segundos desaparecieron de la vista de todos, lo único que les guiaba eran los gritos de auxilio de la chica, de repente un grito que desgarró la noche
—SEVERUS— resonó por todo el lugar, Brenda había gritado con toda su fuerzas, para después apagarse completamente. El silenció cayó como plomo sobre los cuatro hombres, todo había acabado tan abruptamente como había empezado. Los lobos habían desaparecido, Sirius entró al bosque. El anciano director guardó su varita, Severus intento seguir a Black pero el director lo detuvo. Pocos minutos después apareció Hagrid
—Profesor, oí un grito, y aullidos de lobos—
—Hagrid, empieza una búsqueda en el bosque, una manada de lobos se llevó a Brenda, sigue el rastro—
—En seguida, Profesor— el semigigante empezó a alejarse con rumbo a su cabaña, en poco tiempo se le vio en compañía de su perro entrar en el bosque prohibido, en el mismo lugar que lo había hecho la manada.
Dumbledore, Harry y Snape esperaron en ese lugar, podían oír de vez en cuando los ladridos de Fang y a veces a Sirius, pero nada más. Cada minuto para el profesor de pociones era un martirio, en lo más profundo de su alma aún la amaba, y cada segundo de esa incertidumbre lo estaba matando. Harry por primera vez podía ver un tipo de vulnerabilidad en ese hombre que siempre parecía de hierro y frió, y sintió compasión y algo de simpatía.
No fue sino hasta el amanecer cuando Hagrid apareció nuevamente
—Encontraste algo Hagrid— dijo el director
—Si, profesor, pero no creo que Harry deba ver esto—
Snape se puso pálido al igual que Harry que de inmediato dijo —Yo estoy bien profesor, ella... es como una amiga, debo saber también—
El director accedió y los hombres siguieron al guarda bosques, los guió al mismo lugar donde los 12 grandes árboles estaban custodiando el santuario. Las pequeñas piedras del centro habían sido cubiertas por una gran piedra circular de unos 4 metros de diámetro. Sirius estaba arrodillado ante ese monolito. Conforme se acercaban pudieron ver que estaba cubierta de sangre fresca, algunas gotas aun caían de sus bordes. Harry se acercó a su padrino, que estaba inmóvil contemplando la sangre y un montón de tela desgarrada que pudo reconocer como la ropa de Brenda
—Fue mi culpa Harry, debí haber sido más rápido— dijo el animago, Harry le puso una mano en el hombro sin saber que decir
Snape por su lado le decía al director —Todo esto paso por mi culpa, me descuide, y no hice bien mi trabajo—
Albus habló fuerte y claro para que los dos hombres escucharan
—No tienen ninguna culpa de lo que paso, esos lobos eran criaturas mágicas muy poderosas, nadie podía haber previsto su ataque, sin embargo esto significa algo, y aunque hemos perdido a una querida amiga, no podemos dejar que su vida sea desperdiciada—
El anciano se acercó a la piedra seguido de Snape, Harry le prestó más atención al nuevo elemento del santuario, la roca era totalmente lisa, pudo darse cuenta que la sangre había cubierto la verdadera naturaleza de esa estructura, bajo el rojo brillante podía verse cristal de roca totalmente pulido. Varios dibujos de lobos estaban tallados a su alrededor y en el centro una mano en bajo relieve que en ese momento estaba totalmente llena de sangre.
—Profesor, ¿qué ha sucedido?— Lupin apareció entre los árboles visiblemente débil y demacrado —llegué hace un momento, la Sra. Pomfrey me dijo que habían venido hacía el bosque—
Sirius contestó
—Brenda fue asesinada anoche— Lupin se apresuró a ir con su amigo —Lo siento, hermano, no se que decirte, ... lo siento—
—No lo sientas, tu tenías razón, debí pasar más tiempo con ella cuando tuve la oportunidad, ahora...—
Dumbledore habló nuevamente
—No podemos lamentar su muerte ahora Remus, y ya que estas aquí, es hora que comprobemos si es cierto lo que imaginamos—
—Si profesor—
Snape miró a Dumbledore
—¿Qué sucede profesor?—
—Suponemos que este lugar puede ser donde está oculta la vasija, pero sólo puede ser abierto por el guardián, esa piedra puede significar que el guardián esta cerca y las pistas que encontró Harry nos hacen suponer que puede ser Remus, así que la única forma de averiguar es intentando, por favor Remus, hazlo—
Lupin le dio un apretón en el hombro a Sirius antes de subir a la roca para poder llegar al centro, con recelo colocó su mano en la silueta del centro, provocando que la sangre en su interior se desplazara sobre la roca. Durante unos segundo no paso nada, y de repente el hombre fue lanzado lejos de la piedra. Sirius fue a auxiliarlo, una luz salió del bloque y un gran lobo negro apareció, Sirius y Snape sacaron sus varitas de inmediato, Dumbledore tranquilamente les hizo una indicación que se mantuvieran quietos y tranquilos, entonces el lobo empezó a hablar
—Tu no tienes el derecho de abrir el refugio de la vasija, eres hijo del lobo, pero no eres el guardián. Sólo el guardián tiene el derecho y el poder para abrir este recinto sagrado, él está cerca, pero aún no es tiempo que aparezca, la vasija a sido purificada y está casi lista para que su poder sea liberado por el escogido—
El lobo entonces vio a Harry y se acercó de un salto, Sirius estaba a punto de usar su magia
—ALTO— dijo Albus sin dejar de observar al lobo
—Pero profesro, puede...—quiso objetar Black, pero el director calmadamente se acercó
–No pasará nada, confía Sirius—
El lobo olfateo al Harry que estaba inmóvil de la impresión, el lobo le habló
—No pudiste protegerla cachorro, ella está en un lugar mejor ahora, donde nadie puede lastimarla, pero eso ya no importa ahora, tu eres uno de lo escogidos para pelear por el poder de la vasija, el otro tiene el mismo poder que tu, pero su corazón esta lleno de rencor y odio, sólo las pruebas que el guardián escoja decidirán quien es él que merece obtener el poder del bosque. Como ha sido por milenios, el poder se otorgará al ganador y podrá dar la ventaja para ganar esta guerra. Sigue alerta cachorro—
El lobo regresó al centro de la piedra y desapareció. Harry estaba impresionado, y asustado, si lo que este ser mágico decía era verdad, esta sería nuevamente una pelea entre el y Voldemort. Dumbledore se acercó a él
—Vamos Harry, regresemos al castillo, debes descansar. Hagrid hazte cargo de esto—
Harry se dejó conducir de regreso a la escuela, pudo oír pasos a sus espaldas, supuso que Snape, Lupin y Sirius los seguían. Salieron del bosque y tomaron rumbo al castillo, todos estaban demasiado afectados como para darse cuenta que un hombre de cabellera platinada había estado observándolos desde hacía bastante tiempo, y que en pocas horas se encargaría de informar a su amo de su gran descubrimiento
Misterio. Espero que tengas buen viaje. Se extrañaran tus reviews. Gracias.
Black Wolf. Me alegra que te guste mi historia, y muchas gracias por tomarte el tiempo para leerla y dejarme tus comentarios gracias.
NellyEsp. Que te puedo decir, bueno no mucho por que le quito emoción a las cosas, con respecto a Harry podrás descubrir cuanto poder tiene en este capitulo. En cuanto a Snape, Sirius y Brenda, bueno eso es algo complicado y se va a complicar todavía más. Gracias por tu review, y espero que sigas disfrutando la historia
Disclaimer. Todos los personajes de Harry Potter son propiedad de JK Rowlin (la malvada que le puso al sexto libro HP & half blood prince), y solo de su propiedad, blablanbla, etc. Etc. Etc.
Capitulo XI El ataque
Harry y Brenda estaban inmóviles en medio de patio, el aullido solitario que habían oído en un principio empezaba a multiplicarse, dos, tres, llegó un momento que eran demasiados. Snape y Sirius se reunieron con Harry y Brenda para intentar defenderlos. Era una imagen extraña ver a los dos hombres en un fin común. La primera señal de alarma se vio en el lugar más oscuro, un par de puntos luminosos los observaban, segundos después salió de las sombras un enorme lobo, de pelaje gris oscuro y unos 70 kg. Tres varitas apuntaron al animal, que al sentirse amenazado enseño sus afilados colmillos. Entonces otro lobo salió de las sombras, otros varios animales aparecieron después y estaban intentando acorralarlos.
—Potter, tu y Brenda corran— dijo Snape evaluando la situación —Son demasiados, deben ponerse a salvo—
Harry no quería ser tratado como un inútil —Pero puedo ayudar—
—Has lo que dice Snape, Harry, deben alejarse de aquí, rápido— la voz de Sirius sonaba algo ansiosa —OBEDECE—
El chico oyó la voz de su padrino pronunciar esas palabras, aunque aún no podía creer que esos dos hombres se ayudaran. Brenda dio un paso hacía atrás lista para correr. La voz de Snape sonó clara y firme —Corran, AHORA—
Ambos empezaron a correr rumbo a los pasillos del castillo, mientras los magos empezaba a luchar contra la manada, lanzando sus mejores hechizos para sacar de combate a todos los animales que pudieran. La lucha era titánica, Harry no pudo ver mucho de lo que paso después, entraron a uno de los pasillos con intención de ir en busca del director, pero oyeron ruidos a sus espaldas, se detuvieron para tratar de saber que pasaba, sólo para ver a lo lejos otros 5 lobos, un lobo negro mucho más grande que el resto iba al frente. La pareja empezó a correr nuevamente, pero los lobos eran demasiado rápidos. Casi sin aire Brenda dijo
—Debemos separarnos, así podrás deshacerte de los pocos que te sigan, yo buscaré esconderme en alguno de los salones mientras encuentras ayuda—
—Esta bien, ten cuidado—
Harry dio la vuelta a la derecha, mientras ella daba vuelta a la izquierda, corría a todo lo que daban sus piernas, después de algunos segundos se detuvo listo para pelear, esperaba que en cualquier momento 2 o 3 lobos aparecerían al final del pasillo, pero nada paso, con precaución recorrió el camino de regreso, todo estaba desierto. Decidió ir a buscar al director. Se apresuró lo más que pudo, estaba por llegar cuando lo vió venir
—Harry, ¡que ha sucedido?—
—pro..fe..sor...lobos...adentro del castillo...—
—¿Dónde esta Brenda?—
–No lo se,... nos separamos... venía hacia acá—
Entonces se oyeron gritos de dolor, no había duda que eran de Brenda, pedía desesperadamente ayuda, pero el eco del castillo dificultaba poder localizarla. Dumblerore se apresuró, seguido del chico que empezaba a ponerse pálido cada vez que oía ese desesperado grito de ayuda. No pasó mucho tiempo antes de que encontraran un rastro de sangre sobre el piso de piedra del castillo. El director empezó a seguir ese rastro, podían verse claramente las manos de Brenda intentando aferrarse a algo, estaba siendo arrastrada. Sirius apareció momentos después convertido en el gran perro negro, paso junto a Dumbledore y siguió el rastro de sangre. Snape apareció poco después
—Los lobos se fueron de repente profesor, cuando oímos...—
—Lo se Severus, apresurémonos—
Salieron del castillo, Sirius había sido acorralado por cuatro lobos impidiéndole el paso, a lo lejos pudieron ver a Brenda, el gran lobo negro la tenía sujeta por un tobillo y la arrastraba rumbo al bosque prohibido, ella seguía gritando por ayuda, intentaba desesperadamente de aferrarse a algo, pero cada vez que lo conseguía uno de los otros lobos la mordía en las manos para que se soltara. Dumbledore sacó su varita y de un solo movimiento los lobos que interceptaban a Sirius salieron disparados por el aire. El gran perro negro corrió rumbo al bosque pero le llevaban gran ventaja. Los lobos y su victima en pocos segundos desaparecieron de la vista de todos, lo único que les guiaba eran los gritos de auxilio de la chica, de repente un grito que desgarró la noche
—SEVERUS— resonó por todo el lugar, Brenda había gritado con toda su fuerzas, para después apagarse completamente. El silenció cayó como plomo sobre los cuatro hombres, todo había acabado tan abruptamente como había empezado. Los lobos habían desaparecido, Sirius entró al bosque. El anciano director guardó su varita, Severus intento seguir a Black pero el director lo detuvo. Pocos minutos después apareció Hagrid
—Profesor, oí un grito, y aullidos de lobos—
—Hagrid, empieza una búsqueda en el bosque, una manada de lobos se llevó a Brenda, sigue el rastro—
—En seguida, Profesor— el semigigante empezó a alejarse con rumbo a su cabaña, en poco tiempo se le vio en compañía de su perro entrar en el bosque prohibido, en el mismo lugar que lo había hecho la manada.
Dumbledore, Harry y Snape esperaron en ese lugar, podían oír de vez en cuando los ladridos de Fang y a veces a Sirius, pero nada más. Cada minuto para el profesor de pociones era un martirio, en lo más profundo de su alma aún la amaba, y cada segundo de esa incertidumbre lo estaba matando. Harry por primera vez podía ver un tipo de vulnerabilidad en ese hombre que siempre parecía de hierro y frió, y sintió compasión y algo de simpatía.
No fue sino hasta el amanecer cuando Hagrid apareció nuevamente
—Encontraste algo Hagrid— dijo el director
—Si, profesor, pero no creo que Harry deba ver esto—
Snape se puso pálido al igual que Harry que de inmediato dijo —Yo estoy bien profesor, ella... es como una amiga, debo saber también—
El director accedió y los hombres siguieron al guarda bosques, los guió al mismo lugar donde los 12 grandes árboles estaban custodiando el santuario. Las pequeñas piedras del centro habían sido cubiertas por una gran piedra circular de unos 4 metros de diámetro. Sirius estaba arrodillado ante ese monolito. Conforme se acercaban pudieron ver que estaba cubierta de sangre fresca, algunas gotas aun caían de sus bordes. Harry se acercó a su padrino, que estaba inmóvil contemplando la sangre y un montón de tela desgarrada que pudo reconocer como la ropa de Brenda
—Fue mi culpa Harry, debí haber sido más rápido— dijo el animago, Harry le puso una mano en el hombro sin saber que decir
Snape por su lado le decía al director —Todo esto paso por mi culpa, me descuide, y no hice bien mi trabajo—
Albus habló fuerte y claro para que los dos hombres escucharan
—No tienen ninguna culpa de lo que paso, esos lobos eran criaturas mágicas muy poderosas, nadie podía haber previsto su ataque, sin embargo esto significa algo, y aunque hemos perdido a una querida amiga, no podemos dejar que su vida sea desperdiciada—
El anciano se acercó a la piedra seguido de Snape, Harry le prestó más atención al nuevo elemento del santuario, la roca era totalmente lisa, pudo darse cuenta que la sangre había cubierto la verdadera naturaleza de esa estructura, bajo el rojo brillante podía verse cristal de roca totalmente pulido. Varios dibujos de lobos estaban tallados a su alrededor y en el centro una mano en bajo relieve que en ese momento estaba totalmente llena de sangre.
—Profesor, ¿qué ha sucedido?— Lupin apareció entre los árboles visiblemente débil y demacrado —llegué hace un momento, la Sra. Pomfrey me dijo que habían venido hacía el bosque—
Sirius contestó
—Brenda fue asesinada anoche— Lupin se apresuró a ir con su amigo —Lo siento, hermano, no se que decirte, ... lo siento—
—No lo sientas, tu tenías razón, debí pasar más tiempo con ella cuando tuve la oportunidad, ahora...—
Dumbledore habló nuevamente
—No podemos lamentar su muerte ahora Remus, y ya que estas aquí, es hora que comprobemos si es cierto lo que imaginamos—
—Si profesor—
Snape miró a Dumbledore
—¿Qué sucede profesor?—
—Suponemos que este lugar puede ser donde está oculta la vasija, pero sólo puede ser abierto por el guardián, esa piedra puede significar que el guardián esta cerca y las pistas que encontró Harry nos hacen suponer que puede ser Remus, así que la única forma de averiguar es intentando, por favor Remus, hazlo—
Lupin le dio un apretón en el hombro a Sirius antes de subir a la roca para poder llegar al centro, con recelo colocó su mano en la silueta del centro, provocando que la sangre en su interior se desplazara sobre la roca. Durante unos segundo no paso nada, y de repente el hombre fue lanzado lejos de la piedra. Sirius fue a auxiliarlo, una luz salió del bloque y un gran lobo negro apareció, Sirius y Snape sacaron sus varitas de inmediato, Dumbledore tranquilamente les hizo una indicación que se mantuvieran quietos y tranquilos, entonces el lobo empezó a hablar
—Tu no tienes el derecho de abrir el refugio de la vasija, eres hijo del lobo, pero no eres el guardián. Sólo el guardián tiene el derecho y el poder para abrir este recinto sagrado, él está cerca, pero aún no es tiempo que aparezca, la vasija a sido purificada y está casi lista para que su poder sea liberado por el escogido—
El lobo entonces vio a Harry y se acercó de un salto, Sirius estaba a punto de usar su magia
—ALTO— dijo Albus sin dejar de observar al lobo
—Pero profesro, puede...—quiso objetar Black, pero el director calmadamente se acercó
–No pasará nada, confía Sirius—
El lobo olfateo al Harry que estaba inmóvil de la impresión, el lobo le habló
—No pudiste protegerla cachorro, ella está en un lugar mejor ahora, donde nadie puede lastimarla, pero eso ya no importa ahora, tu eres uno de lo escogidos para pelear por el poder de la vasija, el otro tiene el mismo poder que tu, pero su corazón esta lleno de rencor y odio, sólo las pruebas que el guardián escoja decidirán quien es él que merece obtener el poder del bosque. Como ha sido por milenios, el poder se otorgará al ganador y podrá dar la ventaja para ganar esta guerra. Sigue alerta cachorro—
El lobo regresó al centro de la piedra y desapareció. Harry estaba impresionado, y asustado, si lo que este ser mágico decía era verdad, esta sería nuevamente una pelea entre el y Voldemort. Dumbledore se acercó a él
—Vamos Harry, regresemos al castillo, debes descansar. Hagrid hazte cargo de esto—
Harry se dejó conducir de regreso a la escuela, pudo oír pasos a sus espaldas, supuso que Snape, Lupin y Sirius los seguían. Salieron del bosque y tomaron rumbo al castillo, todos estaban demasiado afectados como para darse cuenta que un hombre de cabellera platinada había estado observándolos desde hacía bastante tiempo, y que en pocas horas se encargaría de informar a su amo de su gran descubrimiento
