¿Dónde estabas tú?
"Se encienden con mis ojos los caminos de la vida. Sereno y campante me ciño sobre el viento. Mi voz se oye como un canto de guerra, la tierra retumba frente a mis pasos. Guerrero del olimpo me titulo. Mi voz rasga la resistencia, me comparo a Ares en batalla y la victoria traigo en mi hombro derecho¿Mas que me ha de valer tal alcurnia si no consigo el más preciado de todos los tesoros? ¿Por qué apartan de mí esta dorada copa? Hados, aparten de mí su sombra, ¿no ven que las cintas no ocupan parte en mi? Aunque la muerte espere tras la puerta, cruzaré el umbral y no veré joya alguna más que la que ocupa mis ojos. Cual Paris he de ser, cual ladrón de media noche."
-Aparecían frente a mí monstruos infernales, me atacaban y despedazaban, me carcomían el alma... ¿Dónde estabas tú?-¿Yo?
-Tinieblas cruzaban mi mente, muerte mi boca. Tristeza y humillación mis manos. ¿Dónde estabas tú?
-Yo...
-Nadie siente mi desengaño, nadie ve lo que yo veo.
-Perdón... ¿no puedo aliviar tu dolor?
-¿Cómo tú de infantil alma puede incluso sugerir tal cosa?
-Viví en misma carne todo lo que tu viviste, llore de humillación cual esclava cualquiera. Grite en soledad pero nadie tomo mi mano. ¿Dónde estabas tú para tomar mi mano?
-Estaba junto a ti
-Te respondo a lo que antes me preguntabas de la misma forma. Estaba junto a ti.
-Pero nunca te vi ni oi
-Yo tampoco. Pero eso no precisa que no estuviera ahí. Ahora te veo y reconozco.
-También te veo y reconozco. Mi perfecta desconocida, habitante solitario de la otra mitad.
-Mi oscuro y desdichado, el del rincón como la noche. Nunca tuve el valor de aventurarme hasta aquí.
-Eres bienvenida mi anónima Selene.
-Gracias pequeño Dilandu.
El lugar era oscuro y la luz solo sale del cuerpo de Selene, no hay más luz que la que emite la, primero parada, ahora sentada, doncella. Dilandu reposa sentado en el suelo, apoyado en una difusa pared. Sonriendo melancólicamente y con sus vívidos ojos fijos en la mujer. Se trata de incorporar pero unas cadenas patentes por su sonido, lo dejan en el suelo.
-¿Quién te ato?
-No lo sé... tal vez yo, tal vez tú.
-Las voy a romper. Puede ser mi culpa... además no quiero que ninguno de los dos sufra como sufrió en el laboratorio...
-...Déjalo como esta y luego sale de este lugar. Tu intención es buena, pero no correcta.
-¿A que te refieres?, no te puedo dejar aquí solo... nuevamente
-Este es un cuerpo. Nosotros somos dos. Si yo salgo, no será que hayas de pagar tú el castigo. Tú tienes una vida. Yo no valgo nada para nadie, más me vale estar muerto que vivo.
-No me digas eso que eres parte de mí.
Le abrazo tiernamente por los hombros y dijo suavemente
-Te dejare en libertad para que llenes mi lado del jardín. Estas sangrando por esas cadenas, has forcejeado pero el acero cierra tu paso. Deja que yo te cure y cuide, aunque no te pueda dejar salir del todo.
-Al tiempo te arrepentirás.
-Yo me cuidare de eso, tu ocúpate de ti.
Separándose suavemente de su otra mitad, se despidió con un asentimiento, dejando una estela de luz a su paso que Dilandu disfruto en silencio.
-Selene... Sí estabas junto a mí.
Se avecinaba el sexto aniversario del termino de la guerra.
Tal cual llego el primer día a la ciudad como se fue, el otro día continuo como el anterior. Se ha hecho rutina el trabajo de todos los días, hemos caído en la desesperación de lo cotidiano. Y así a de seguir. Se cubre de tinieblas el día.
-¿Dilandu?, ¿Estás aquí amigo mío?
-Como desearía no estarlo, o amiga mía, pero sigo en éste lugar. Tú, de alguna forma peculiar, me has librado de las cadenas sin ni siquiera tocarlas. Después de todo este si es un lugar espiritual
-¿Y ahora que mal te acongoja?
-Un simple nudo desde mi muñeca hasta la pared... y yo que fui el guerrero más brioso en batalla, no lo pude deshacer.
-¿Eras un guerrero?. Pocas noticias he oído de ti...
-Allen se habrá encargado de eso...
-Noto despecho en tu voz. ¿Por qué?
-¡Tan poco sabes de mí!
-Apenas y se tu nombre
-Pues yo fui un guerrero. Sin honor ni nobleza como tu hermanito... mate sin piedad a niños y mujeres, queme ciudades enteras, hogares, y me jacto de ser él más cruel sin remordimiento. Asolé ciudades importantes, estuve en la cúspide. Fui el dios de la muerte.
-...-
-Pero tu me lograste derrotar, tú saliste a flote de entre todo.
-¿Por qué lo hiciste?
-Nací para eso. Era mi destino
-No es justificación.
-No me justifico, solo lo hice y ya.
-... Dame tu mano, aun hay sangre. Te voy a limpiar la sangre y el polvo de la frente y de tus brazos.
-Mis manos ya se lavaron con la sangre de los que mate.
-¿Y yo no las puedo lavar nuevamente? Prometo perfumar y curar tus cicatrices, aligerar el yugo que te pesa, aun así tenga que cargarlo yo también.
Sacase entonces un paño húmedo con un pequeño balde rebosante de agua que trajo desde su mitad y empezó limpiando la sangre mientras que él miraba el suelo, pensativo, indescifrable. Tal vez, por primera vez, tranquilo.
Cuando termino la doncella tomo una de sus manos haciéndolo despertar.
-Dilandu... sí estabas junto a mí.
Apenas estuvieron dichas esas palabras se levanto y salio del lugar. El guerrero, a modo de respuesta a la ausente dama, solo toco su mejilla con la mano que antes estaba tomando Selene. Así cerro los ojos y se olvido de su mundo de tinieblas.
Paso un día hasta la próxima visita.
-Te esperaba Selene
-¿Cómo sabias que hoy vendría?
-No lo sabia, te hubiera esperado aunque no te presentaras hoy ni en toda la semana.
La aludida no supo como reaccionar, solo oculto su cara tras su mano.
-Me gusta la cara que pones cuando te importuno. Desde hoy lo are más seguido.
Dilandu puso una mano sobre su hombro y otra, con la mayor delicadeza, en su cintura. Luego la acerco un poco a él. La dama no supo como responder, pero se intento de zafar ligeramente. Solo reprocho diciendo como la brisa su nombre y moviendo su cabeza de un lado para el otro. Más de una risa escapo de los labios del guerrero.
-No te rías de mí -A lo que el piromaniaco calló, para verla un segundo y seguir riendo. -Veo que ya estas libre
-Gracias a ti, te debo mucho... y no me gusta deber
-Pensé que no tenias honor
Un tono de altanería se escucho de su voz, al igual que en la de él.
-Pero contigo estoy haciendo una excepción
-Sí... claro Dilandu... lo que tuuu diiigaas...
-S
El guerrero puso una cara de resignación que causo que Selene le doliera el estomago de tanto reír. Súbitamente paro de reír.
-¿Tu deberías conocer al rey de Fanelia?
La pregunta encendió algo dentro de Dilandu, que no era precisamente cariño.
-¿Qué si lo conozco?, a ese infeliz debí matarlo más de una vez. No tuve mi venganza y él debe sufrir. Mataría a toda su familia y a él lo dejaría presenciando el arder de sus propios hijos por lo que me hizo.
-¿Qué te hizo?
-Osó enfrentarme y matar a mis hombres, a todos ellos...
Golpeo el piso con su puño. Selene toco su hombro y lo obligo a mirarla con la otra mano.
Estuvieron así un rato hasta que Dilandu se calmo.
-¿Para que querías saber si lo conocía?
-Es que... bueno, él me ha acogido en su castillo, en Fanelia, para servir de institutriz a su hijo... ¡Pero no te aproveches de eso para tomar venganza!, si así lo hicieras mi hermano me odiaría y renegaría de mi, tendría que irme y vagar como delincuente... Por favor...
-Mmm... ¿y que me darás a cambio?
-Ya te di la libertad en tu lado del jardín como en el mío. Acepta eso como pago.
-Esta bien... No tomare venganza.
-Bien-- La dama atizó una sonrisa de viva alegría que sin saber como, contagio a Dilandu que seguía sentado admirando a su dama.
Dilandu ya había salido de la perenne oscuridad y había logrado pasar al jardín inmenso que significaba Serene. En el hay un árbol inmenso y muchas flores que no cambiaban con la estación. Sus encuentros partieron siendo ocasionales hasta convertirse un poco más y diarios.
Ya pasaba el noveno aniversario del final de la guerra.
-¡Buenas Dilandu!
-Buenas Selene, pareces cansada. Yo te voy a alegrar.
-¿Cómo tu me has de poder alegrar si pareciera que la vida se vuelve contra mí?
-¿Qué te ha pasado?
-Han inculpado al rey de algo que no hizo y se cree que la guerra esta próxima, por tanto tengo que irme junto con el príncipe a algún lugar seguro. También tengo sospechas de que Allen está en algún asunto turbio, creo que podría relacionarse con el hijo de la reina Milerna, el príncipe Vergas...
-No me extrañaría... Solo tropezó de nuevo con la misma piedra.
-No creo que mi hermano cometiera dos veces el mismo error
-Pues como es él, a mi no me extrañaría...
-¡Tú no conoces a mi hermano como yo lo hago!, y sabes que si se enteran de que el heredero del trono de Asturia es hijo de Allen lo cuelgan a él junto con Milerna y no sea que también a él pequeño Vargas... Además él príncipe Val está enfermo de gravedad... no sé que voy a hacer.
-Vamos Selene, anímate. Todo esto va a pasar rápido.
-Pero que pasa si estalla la guerra... con Val en esas condiciones de seguro moriría...
Se empezaron a escuchar los sollozos de la doncella, y Dilandu no supo que hacer mas abrazarla, apoyando su cabeza en uno de sus hombros.
-Calma Selene. Todo estará bien... nada te pasará.
-¿Y quien me lo asegura?, además, temo más por Val o por mi hermano que por mi propia vida. Acepto mi destino mientras a ellos no les pase nada...
-¿Y yo que?... Yo temo por tu vida Selene, soy yo quien más me preocupo por ti. Yo te voy a proteger a ti y no voy a dejar que nada te pase... por que yo... Puso su cabeza frente a la de ella y la miro directamente a sus ojos llorosos.-Yo te quiero más que a mi vida...
-Dilandu...
Él le puso un dedo sobre sus labios
-No digas nada...
Acerco lentamente su rostro hacia el de ella y poso sus labios sobre los de ella. Su primer beso.
Desde ese día, las visitas fueron decayendo en frecuencia. La guerra parecía inminente y la enfermedad iba complicándose. Después de algunos meses, las visitas se suspendieron. Y así siguió hasta después de tres meses en los cuales la vida del príncipe estuvo en juego y una invasión hacia Fanelia fue realizada.
-Selene... Te veo cada día durante largo tiempo. No me puedo olvidar de ti. Tiempos duros has debido pasar y yo jamás te abandone. ¿Me sentiste a tu lado?, no importa. Pero ya todo ha pasado. ¿Por qué no sales a mi camino y nos vamos juntos?, no me has querido dar la mano en todo este tiempo y no he alcanzado una mirada tuya en ningún momento. Selene, te extrañó.
Oyó en el silencio una voz extraña que lo llamaba. Una voz casi conocida, pero indiferente a sus recuerdos.
-Dilandu... Sé que no me recuerdas, pero yo a ti sí. Te veo en apuros y abatido... yo te puedo ayudar.
-¿tu como me ayudarías?, ¡ni siquiera sabes mi pesar!
-¿No quieres estar para siempre al lado de Selene?, ¿Hacer patente tu compañía?... ella no puede vivir siempre pendiente de un inmaterial...
-¿Cómo lo sabes?...
-Yo lo se todo, y lo puedo lograr todo, pero te cobrare.
-Nada es gratis
-Nada... Bueno, ¿Aceptas?
-Sí.
-¿Sin antes saber el precio?
-Acepto
-Él precio es... lo que es más hermoso que el cielo y la tierra, más hermoso que un canto inmortal. Hace que los días se hicieses alargadamente cortos... dame Dilandu, Eso tan hermoso que a la muerte le diera vida, para poder tener lo que te hará feliz junto a tu amada... te daré un cuerpo.
Y Dilandu quedo de nuevo sumido en la soledad, pensativo y complacido por el trato que acababa de cerrar.
Paso solo media semana para que Selene se presentara luego de tanto tiempo faltante.
-¡Dilandu!, o amado mío, nadie te podrá decir cuanto te extrañé...
-Selene...
-En cada momento recordaba tu nombre
Selene corrió hacia él y le abrazo como nunca. Luego lo cubrió de besos lo que no le dejo hablar. Dilandu solo sonrío ampliamente y acaricio su pelo con una de sus manos mientras con la otra le sujetaba la cintura. Pero Selene necesitaba hablar.
-Hubieron momentos en los que sentía que eras tú él que me acompañaba y los instantes se volvían menos pesados. O Dilandu... nadie te dirá cuanto te extrañe...
-Yo también te extrañe mucho Selene... Te veía y acompañaba cuando podía. Te amo tanto Selene...
-Dilandu.
-Te tengo una noticia... Hace poco una voz me ha prometido estar siempre junto a ti, me dará un cuerpo y así podremos estar siempre juntos, no necesitarás venir aquí, por que yo estaré siempre contigo.
-Pero a mi no me importa que no tengas un cuerpo...
-¿Aunque jamás puedas tener hijos?... nunca tendrás una familia si me quedo de esta forma...
-A mi no me importa... no confió en esa voz
-Pero te va a importar en el futuro... además estoy cansado de estar aquí sin poder disfrutar del mundo exterior... es una tortura
-Y que hay que hacer...
-Tengo que entregarle lo que es más hermoso que el cielo y la tierra, más hermoso que un canto inmortal. Hace que los días se hicieses alargadamente cortos... Eso tan hermoso que a la muerte le diera vida
-¿Sabes lo que es?
-No... pero lo averiguare, con tu ayuda... por que cuento con ella, ¿Verdad?
-Sí mi Dilandu. Te doy toda mi ayuda. Antes de conocerte tinieblas cruzaban mi mente, amargura mi boca. Tristeza y soledad mis manos. Y ahora solo la luz me cubre. Gracias Dilandu
-Gracias mi Selene.
Ella se fue hacia el mundo real. En su habitación.
-¿Qué seria mas hermoso que el cielo y la tierra?, ¿Qué seria mas hermoso que un canto inmortal?, ¿Qué podría hacer que los días se hicieses alargadamente cortos?... ¿Quién podría ser tan hermoso que a la muerte le diera vida?... Nadie ve lo que yo veo
Así se quedo mirando por la venta, el cielo azul y las aves que vuelan, cantos inmortales que deja el viento. Parece un muerto soberanamente vivo, parece una puerta a medio cerrar. Ella es el vaso a la mitad en el comedor de la casa.
-Continuará...
HEEEE!!!! Mi segunda parte!, la verdad ni yo se cuantas son. Amo a dilandu!, cuando se pone sádico y lo único que quiere es matar y saborear la sangre y los gritos del oponente... haaaa, él es tan sádicamente exquisito. Les soplare algo de lo cual talvez ni se hayan dado cuenta... la cosa que puse entre "" el capitulo primero, aparece aquí como parte del fick! Así también pasara con los otros, es como un adelanto, pero al principio el capitulo!
Algunas aclaraciones del fick y saludos... -un momento de silencio y luego revolotea unos papeles-
Naoko: ¿¡Dónde están estas cosas de aclaraciones!?... "si por lo menos fueras ordenada" bla bla, maldito conejo rojo!!!... se que fuiste tu tratando de recuperar tu cochino medio ambiente... ya me decía Tulio "nunca trabajes en 31 minutos" ayyy... maldito canal de...
Juanin: ¡Naoko, estamos al aire!
Naoko: O.o... em, cof cof, si claro... creo que se me han perdid... AQUÍ ESTABAN LAS MALDITAS CO... cof cof, ¿no hace mucho frío aquí? Bueno, ahora vamos a las aclaraciones:
-Dilandu se encuentra solo con unos pantalones y una polera sin mangas (la que usa debajo del traje de combate.
-Lo tomo como si nunca se hubieran visto antes, pero Dilandu ya conosia un poco a Selene.
-En la mayoría de los diálogos tiene esa sonrisa sádica que tanto le gusta.(dilandu)
-éste capitulo se puede ubicar antes del primer capitulo
-Gracias Crystal-dono por tu reviu (es el primero que tengo TT--TT) y te digo... todo a su tiempo (Muajajajajajajajajajaaa)
Espero que le aya gustado!, un saludo de su escritora:
Naoko Misumi
PD: dejen sus rewis!
PD2: amo 31minutos!
