Mis vestigios

"Pacto contigo, gotas de sangre. Letra ceñida vertiginosa sobre líneas gastadas. Toma, bebe mi alma, rasga el cuero.

Pacto contigo, tinta que cella. Palabras nauseabundas impregnadas de tierra. Come mis ojos y lengua, te doy mi cuerpo.

Cedo mi parte, dame el deseo, lujuria, gula, vanidad, pereza. Tomo tus dones. Gracias gracias.

Cello el pacto, acido que abunda. Adiós adiós, gracias gracias."

Estaba sobre su cama. Las luces de toda la casa estaban apagadas. La noche estaba naciendo.

Tenía el teléfono en una de sus manos, pero no quería llamar. Su mirada perdida en un punto de la pieza. Sentía como la soledad se le metía por todas partes. Su boca se secaba y no se le iba ese malestar. Quería llorar. No podía llorar, no tenía las fuerzas, era como si no tuviera lágrimas. Afuera un auto paso.

Se levanto pesadamente y salió de su pieza. Camino por su casa y luego salió de la casa. Camino hasta un parque cercano y se sentó a ver las estrellas y la luna. La luna.

Sonrió amargamente y cerró los ojos.

-Van

Se sentó en su puesto mirando hacía afuera. Yukari le hablaba emocionada.

-Una carta…-pensó-me habla de una carta… ¿Por qué no la escucho?... no la escucho… parece tan feliz

-¡…Hitomi!

-¿He?

-¡Dije que él viene!

-ha

-Sí, estoy tan emocionada ¡¿Cuánto a pasado ya?!-cerro los ojos y se llevo un dedo a la frente-un año y algunos meses-se abrazo a si misma y canturreo- ay, cuanto lo extraño, y cuando lo vea lo abrazare y le diré que le quiero y..

-Un… año…-miro nuevamente hacía el cielo

-¿No te alegra?

-Hai

-Buenos días clase, hoy empezaremos temprano así que los quiero a todos en sus lugares

-Hay, odio matemáticas… odio a esta profesora y el colegio… ¡quiero que termine!

-…-

RINGGGGGG

El sol le pegaba de lleno en el techo del colegio. Miraba el cielo, como perdida.

Cerró los ojos.

-Hitomi, ¿Qué haces aquí?, ya perdiste dos horas de clase y casi no te queda tiempo para almorzar… HITOMI, ¡escúchame!, te he visto estos últimos meses tan perdida en ti misma… no has escuchado nada de lo que te dicen, no te importa nada… Dime que paso

Hitomi miro distraída a Yukari y luego parpadeo. Despertó de su sueño por primera vez en tantos meses. La miro ahora más despierta.

-Estoy cansada Yukari… dime donde descansar

-No lo se Hito-chan… si así supiera ya te lo habría dicho.

-Por favor… quiero descansar…

-Hitomi… se que todos tenemos esta etapa… uno cree que esta solo, pero tiene a muchas personas. Uno no esta solo.

-¿Quiénes son yukari?… dime… donde están

-Son tu familia, tu madre-Una imagen de su madre jodiendo con otro hombre inundo su cabeza, no quería verlo, fue un accidente-tu padre-lo oyó nuevamente mientras le gritaba a su madre… escuchaba los golpes-piensa en tu hermana-una imagen de ella totalmente ebria en su cuarto, gritando-Tienes que superar esto por ti y tu bien

Millones de palabras se abalanzaron sobre ella. Corrían por su cerebro.

PERRAEBRIAMALACRUELTONTAINFIELODIOSANGREDUELEPLACERFELICIDADALEGRIATRISTEZALLANTORISASAIREINFIERNOERRORMIEDOCULPADIVORCIOSERACIONAMARGURAMORAVIASANGREESPERATONTATONTA TONTA TONTA TONTA TONTA TONTA TONTA

-Hitomi-sacudió Yukari-vamos, comer un poco te ayudara

Hitomi tenía los ojos vividos, sus ojos se humedecieron-Ve tu, yo iré enseguida

-Te tomo la palabra, ¿vale?

-Sí

Yukari salió y la dejo sola.

Empezó a llorar. Su vida era una desgracia. Luego de llegar de Gaia. Unos meses después se entero. Una mala noche. Llego más temprano de lo previsto. Fue hacía el cuarto de sus padres. Ya llevaba más de un año. Más de un año.

Ella le hizo prometer que nunca lo diría. Desde ahí la imagen de su madre decayó hasta el punto en que dejo de llamarla así. No valía la pena tratar de arreglarlo. Para ella la casa se volvió gris.

Luego fue su hermana. Empezó a llegar más tomada cada día. Luego empezó a emborracharse en casa. Cada vez que eso pasaba gritaba que todo le valía mierda. Ella también se entero. Cada día tomaba un poco más.

Hitomi empezó a evitar su propia casa.

Por ultimo su padre se entero.

La vida en ese lugar se hizo insostenible.

Ella también. Todo estaba tan mal que la contagiaba.

Y nadie más lo savia. Nadie. Yukari la trataba de animar, pero no podía.

Se sentía sola y solo un nombre salía de sus labios.

-Van…

Era tanto el poder de aquel nombre que se había encerrado en el. Ese nombre era la burbuja donde se había refugiado. Solo en el, pensando que algún día lo vería nuevamente. Yukari la trajo a la realidad.

-Ven pronto…

Las lágrimas salían por montón.

-Por favor…

Sonaba nuevamente el timbre y ella solo se había acurrucado en una esquina del techo del edificio.

-ya no puedo más.

En la noche regreso a su casa. Su madre la esperaba en la cocina.

-Hitomi… me llamaron del colegio para avisarme que faltaste a las 4 ultimas clases, ¿Por qué lo hiciste?

-No quería entrar a clase… de todas maneras no hubiera escuchado la clase.

-Ya me pregunto que voy a hacer yo con par de hijas como ustedes… antes todo era tan bueno, y ahora ni las reconozco

-¿Tu a nosotras?, yo no te reconozco, tu no eres mi madre, tu eres una perra cualquiera que no tiene decencia ni vergüenza. No deberías estar aquí-Hitomi se disponía a marcharse cuando sintió un brazo que la agarraba y luego un fuerte dolor en la mejilla. La cachetada le había dejado una marca roja en su cara.

De inmediato, su madre la soltó y ella se fue hacia su pieza.

Llego a su pieza y empezó a llorar. Cuando ya no tenía lagrimas para gastar se quedo sentada por un buen rato. Su reloj marcaba las tres de la mañana. Salió silenciosamente de la casa y empezó a caminar.

Sintió la impotencia de no poder ir hasta Gaia para huir de sus problemas. Ya no quería seguir ahí.

Y entonces lo sintió. En medio de su fría soledad sintió un calor que se extendió por todo su cuerpo. Y parecía que lo tuviera ahí mismo. Las imágenes se entrelazaron y en vez del parque vio una habitación ricamente ataviada. Seguía sentada en el columpio. Las imágenes parecían hologramas.

En esa habitación, entre las sobras, vio a un hombre. Vestía de manera extraña. Hitomi lo reconoció al instante. Se paro del columpio y fue a su encuentro, pero, al ser un holograma lo traspaso. El hombre daba un paso para atrás con ademán de cerrar la cortina que estaba a ese lado de la cama pero tiro algo al suelo provocando un estruendoso sonido.

En la escena había un niño de no más de cuatro años en la cama. Inmediatamente fijo su vista en el pequeño que había despertado a medias.

El niño tenía unos grandes ojos verdes. De pronto empezó a sonreír.

-Papá…

Tanto Hitomi como aquel hombre lo miraron atónitos. El hombre se acerco un poco al chico como mirando un bicho raro. Hitomi por su parte también se acerco al niño. Al lado del hombre que lo miraba extrañado.

El niño miro a Hitomi a los ojos y sonrío abiertamente. Ella también le sonrío maternalmente y apunto al colgante que traía en el cuello el hombre.

-¡¡Mamá!!

El niño tomo el colgante y lo jalo hacia si mismo. Ese hombre no podía hablar, solo se saco el pendiente y se lo puso entre los dedos.

-Toma, esto era de mamá… te lo presto por hoy, tienes que cuidarlo mucho

-¡Papi!

El niño abrazo la mano de aquel y éste no pudo responder sin más que sonreír. Hitomi sonrió a su vez y le susurro al hombre:

-Van… este es nuestro hijo-El hombre sonrío al "oír" esto. Hitomi se quedo viendo como la escena se desarrollaba. De pronto el "holograma" empego a desvanecerse. Miro nuevamente al niño le dedico un "te quiero". Miro nuevamente al hombre que estaba a su lado y le susurro "te amo".

El "holograma" se desvaneció, pero ella no se entristeció, pues sentía que lo volvería a ver cuando ella quisiese. Volvió a su casa y se acostó en su cama. Esa fue una de las primaras noches en el año en las que dormía perfectamente bien.

Desde ese día empezó a comer regularmente. Veía a Val casi a diario, también a Van. Le preocupaba que el no la pudiera ver. El la extrañaba tanto que casi no lo podía contener, y era en esos momentos que ella lo abrazaba y le llenaba de besos, y le susurraba miles de "te amo" con la voz más dulce. Tal vez la escuchaba.

Poco a poco se normalizo. Para fin de ese mismo año ya había retornado a los estudios y al deporte. Yukari estaba encantada, pensó que ya todo se había resuelto. Pero no era así.

Seguía sin hablarle a su madre y a su hermana la ignoraba. Se auto convenció de que su madre era un demonio que no merecía el perdón, y de que su hermana no estaba tan mal. Hasta que sucedió.

Un día, como por arte de magia, todos sus ahorros habían desaparecido. En dólares se estimarían unos 47 o 50. Eran sus ahorros que luego pasaban a su cuenta en el banco. Esos eran de por lo menos dos o tres meses. Busco varías veces, pero sin resultado. Todo ese dinero no salió de su casa, ni de su escondite en varios meses y no había sacado plata.

Hitomi no querría ni pensar quien había sido.

Después de un tiempo, una noche cualquiera, llego su hermana llorando. Hitomi pensó que estaría tan ebria que no podría ni recordar donde esta, pero estaba sobria. Lloraba tanto que parecía no parar nunca.

Ella se acerco y sin ninguna delicadeza le pregunto que le pasaba. Se quedo callada un buen rato hasta que Hitomi le grito que se fuera, no tenía ganas de verla ebria de nuevo. Ella empezó nuevamente a llorar. Hitomi se aburrió y se tiro en la cama. Su hermana la siguió hasta la cama y la abrazo.

Hitomi no pudo resistir el gesto y la abrazo tambien.

-¿Te acuerdas cuando éramos chicas y, cada mañana, nos colábamos en la cama donde mamá?-Hitomi le acariciaba la cabeza como a un gatito

-…-

-o de esa vez que yo le saque sin querer el pelo a tu muñeca, y para reponerlo me corte un mechón de pelo y se lo puse con scosh-una carcajada salió de la boca de ambas.

-Mamá nos regaño a las dos

-Sí

-¿Eras feliz?

-creo que sí…

-¿Y ahora?

-…-

-Todo esta tan mal… sabes… todo esta tan mal

-Es como si nos hubiéramos salido de control.

-¿Tu me quieres hermana?

-Sí… ¿Y tu? ¿Me quieres?

-Tú sabes que sí…

Reino el silencio.

-Hay veces en las que quiero desaparecer… pero no puedo… por algunos momentos

-Yo también quería desaparecer, pero no tenía fuerzas para hacerlo, antes no tenía fuerzas para nada.

-¿Y ahora si?

-Sí, ahora sí tengo más fuerzas hermana

-¿Cómo lo conseguiste?… yo también quiero descansar, dime donde puedo hacerlo

-Solo apareció el sentido de mi vida… creo que ya tengo un camino (pensam) Val, Van

-Hermana…

-Sí…-le acaricio nuevamente el pelo haciéndole rulitos en las puntas

-Ya no quiero más problemas… no quiero que nada más salga mal. Ayúdame hermana

-¿Cómo?

-No se… solo ayúdame…-lentamente se quedo dormida en los brazos de Hitomi.

-Esta bien… todo esta bien.

Hitomi casi no durmió, paso buen parte de la noche pensando como la podría ayudar. Ella no savia ni cual era su problema así que decidió preguntarle en la mañana, pero algo la incomodaba.

Se levanto muy temprano y paso por la pieza de su madre. Su padre se fue al saber lo que había pasado y ella no lo culpaba, le gustaría que las hubiera llevado pero no era posible. Vio a su madre mientras dormía. Se quedo muy sería. Vio una foto de ella y su hermana años antes, estaban junto a su madre. Sonreían.

-¿Por qué tuvo que cambiar mamá… Por qué?

Salió de la casa a comprar unas cosas que faltaban para el desayuno. Levanto la vista y vio la luna. No era tan común ver la luna y el sol juntos, pero aun así algunas mañas se veía a la luna por su lado, más blanca y pequeña que de costumbre, y al sol, grande y majestuoso ya completamente visible.

Sonrío.

-Val-chan, Van-san, Buenos días.

Llego a su casa con dos bolsas. Su hermana la esperaba en el portal de la casa.

-Te fuiste.

-Sí… pero volví

-Temí que no volvieras

-Yo siempre te ayudare, no te dejare sola cuando me necesites, por eso somos hermanas.

-Hai… Hitomi…

Ya entraban en la cocina y Hitomi se preparaba a cocinar algo cuando su hermana hablo.

-Hitomi… no me preguntaste por…

-¿Por qué?

-Ayer…

-¿Qué es lo que te acongoja?

-Sí…

-Yo pensé que si tú querías decírmelo no tenía que preguntar. Yo no te quiero forzar a nada.

-Te lo quiero decir

-Entonces te escucho-dejo lo que estaba haciendo y se sentó a su lado.

-Yo… al principió creí que lo controlaba ¿sabes?, pero… yo me divertía y era bueno… pero no me olvidaba. Me sentía culpable después de hacerlo. Y prometía no hacerlo más. Hasta juraba y renegaba. Pero siempre volvía, no me era difícil. Fue como un escape falso, una tela de mi soledad, y seguía ahí. Por favor. No me odies. No me trates diferente, sigue siendo mi hermana- empezó a llorar abrazada a hitomi-Por favor

-No te odio.

-¿No?

-No te voy a marginar, ven, gracias por confiar en mi

-Gracias por escucharme… te quiero.

-Yo también… eso que te persigue…

-¿Te lo tengo que decir?

-Si quieres que te ayude necesito saberlo…-su hermana se sonrojo y apretó el abrazo, luego de unos momentos hablo en un susurro.

-Tomar-Hitomi no entendió mucho y hasta que su cerebro empezó a funcionar

-El alcohol-su hermana asintió

Hitomi abrazo lo más fuerte que pudo a su hermana y se puso a pensar. Recordó un reportaje de esos en las revistas para mujeres… de esos cebollentos y medios telenovelicos sobre una familia en la cual las dos hijas eran alcohólicas. Se acordó que habían internado a las hijas en una casa de acogida y ayuda. La solución no le agradaba, pero era la única que venia a su mente.

Se la comento a su hermana y ella la vio con miedo.

-Es lo único que se me ocurre… no se que más hacer…-su hermana reprimió un grito-¿podemos tratar?

-Hai-forzó una sonrisa a lo que hitomi se enojo.

-No me mientas así, no quiero verte triste, pero tampoco quiero verte simulando felicidad-su hermana asintió y empezó a llorar de nuevo.-Ya, ya… todo estará bien

Llamo al numero que salía en la agenda de teléfono. Se señalaban tres lugares. El tercer lugar pareció el indicado. Ya eran las once de la mañana. No despertaron a su madre y salieron hacía el lugar.

A las tres estaba todo arreglado.

Hitomi volvió sola en el auto pensando como todo se movía vertiginosamente. Faltaban unos diez minutos para llegar a su casa y paro en seco. Se estaciono donde pudo y se puso a llorar. Se bajo del auto llorando y camino un buen rato así. Pensando en que todo era mejor antes de irse a Gaia. Todo era culpa de Gaia, si ella nunca hubiera ido, jamás hubiera pasado esto.

Y era mentira. Ella lo sabía también. Lo pudo haber sabido antes o después. No hubiera importado. Pero era reconfortante saber que alguien tenía la culpa y no una incógnita que la formaban todas y cada una de las personas.

Llego a un parque y se sentó en el columpio. Estaba vació. Un "holograma" aparece.

Es un hombre, cansado. Solo.

-El tiempo huele al piso de tu casa, los años son las telarañas.

El hombre miro el vació. Un niño llega y el hombre lo saluda y le dice algo. "sal". El niño se va.

-Yo siempre te deploro, acompañante del silencio, dime que clase de vida llevas.

El hombre se acerca a hitomi y se sienta en una silla al lado de ella. La mira y le sonríe. Ella le trata de tomar la mano, pero lo atraviesa.

-Ay, veces que creo que llevas una buena vida, me destruyen-lagrimas empiezan a caer-Quiero que seas miserable como los ojos que porto-el trata de secarle las lagrimas pero traspasa su rostro-Quiero que seas miserable y me entiendas.

Del rostro de el también empiezan a caer lagrimas. La trata de abraza y calla. Después de un tiempo los dos dejan de llorar y la ilusión se rompe.

Llego a su casa aturdida y cansada. Ya eran las cuatro.

Su madre la esperaba en la sala, y cuando la oyó le pidió que le diera una explicación.

-Ella se fue por un tiempo. Estaba mal, pero la van a ayudad

-¿Quién? ¿Por qué?

-¿Desde cuando te importamos tanto?

-Desde que nacieron y antes.

-aun que no se nota…

-¿Qué quieres que haga para que me perdones?

-No puedes hacer nada.

-Yo las quiero… por favor, perdónenme.-Su madre empezó a llorar. Nunca la había visto llorar, y ese gesto le apretó el corazón

-Tú no sabes lo que hiciste, rompiste esta familia

-Yo intente, pero no podía ser feliz, no lo era. Algún día lo entenderás

-No me sirve "algún día"…

-…-

-Mejor me voy…

-No

-¿?

-¿Dónde está tu hermana... que le paso?

-Ella es descubrió que tenía un problema y lo estamos tratando de resolver. Ahora te toca a ti.-después de decir eso salió de su casa.

Pasaron algunos meses así. Ya no solamente hitomi llamaba a van. También Van la llamaba cuando se sentía solo. Realmente nunca se separaron.

La hermana de Hitomi avanzaba lento y la tenía preocupada. La veía constantemente y no perdían contacto. Pero con su madre lo perdió totalmente. Ambas se evitaban mutuamente. Los días se hacían interminables y Hitomi no paraba de rezar:

-Vida pasajera ya te quedas otro poco, más atrás, más atrás, más atrás y me dejan.

Quisiera parir el sufrimiento que llevo en mi alma y divorciarme de la locura que acometo cada día

Ya pasaban dos o tres años. Ese día su madre insistió en acompañarla. Ella no podía negarse. Después de todo era su madre.

Las tres estaban en la cafetería. En silenció incomodo. Hasta que su madre les hablo.

-Yo no quería hacerles daño. Nunca pensé en hacerles daño-Ambas se quedaron calladas-pero yo no soportaba más tiempo. No soportaba la monotonía, la presión… ya no había comunicación y no soportábamos… se que no hay excusas, si solo pudiera retroceder en el tiempo, pero no puedo.

-¿Por qué nos dice esto ahora?

-Por que no soporto tenerlas tan alejadas… les esta haciendo mal a ustedes y a mi tanto rencor. Hay que superar esto, como familia y si yo no puedo aceptar mi error y pedir disculpas esto nunca se solucionará. Quiero que sea como antes

-Es imposible

-Pero podemos tratar… juntas, de nuevo.

-…-

-Yo… te he extrañado mamá-empezó a llorar

-Yo tan bien hija mía-la madre abrazo a su hija mientras hitomi miraba.-¿Y tú… me perdonarías?

-Ya no confió en ti…

-Te juro, hija mía, que lo haré mejor… por favor… intentémoslo.

-Por favor hermana… nuestra madre es tan humana como todos… si a mí me perdonaste, por favor perdónale su error

-¿Por qué estas de su lado?

-Por que yo extraño a la familia de antes, al amor que sentíamos el uno por el otro… ella nunca nos dejo de amar por más errores hiciéramos, yo también la perdono

-…-Hitomi recordó su infancia y todos esos momentos-¿de verdad lo lograremos?-su madre se acerco y la abrazo

-No se… pero si tratamos con todas nuestras fuerzas, tal vez lo podamos lograr.

-Mamá-Hitomi empezó a llorar como su hermana, quien empezó de nuevo y se abrazo a Hitomi. Su mamá también, pero de felicidad.

Costo muchos meses y un año completo recobrar un poco de la confianza perdida. Después de ese tiempo la casa empezó a parecer más un hogar que un campo de guerra como antes. Luego de unos meses su hermana pudo ir con ellas nuevamente.

Hitomi ya llevaba más de un año en la universidad estudiando una carrera que le serviría para el futuro más que por gusto propio.

Muchas veces, desde ese día, aparecieron problemas, Su madre quedo cesante por casi todo un año que hitomi tubo que congelar, pero con paciencia y esfuerzo supieron salir adelante, hitomi tenía un empleo que le ocupaba gran parte del día, su hermana uno de medio tiempo y su madre otro que también ocupaba gran parte del día. Se mudaron y vendieron algunas cosas. Pero no todo estaba tan mal. Se tenían mutuamente, tenían una familia y un hogar donde regresar, un plato de comida y una cama cómoda. No tenían nada de que quejarse.

Eran esos los meses en que Van la acompaña. Eso la reconfortaba. Ellos nunca se habían separado, pero ella quería tenerlo en frente a él y no a un inmaterial. Le desesperaba tener que verlo así. A Van también. Pero Hitomi sabía que no podía dejar a Val, y ella no podía dejar a su familia. Cada uno atado a su mundo.

Luego de ese tiempo, su madre encontró trabajo, pero no ganaba tanto como el anterior, así que conservaron la casa actual y algunas cuentas. Hitomi se apuro por salir de la universidad, apenas se gradúo fue a buscar trabajo. Su hermana ya había entrado a la universidad y estaba estudiando muy duro para no perder ningún año.

Entre su madre y Hitomi pudieron mantener la casa y pagar de apoco las deudas. Por fin salían de todo.

La hermana de Hitomi salió de la universidad y empezó a trabajar. Ya todo estaba bien, habían podido con todo y se sentían felices y orgullosas de ello. Cada día agradecían a dios por todo.

Ese día ella estaba haciendo un viaje hacía Hiroshima por asuntos de trabajo. Era su ultimo trabajo en esa empresa, al día siguiente firmaría un buen contrato con una compañía diferente a medio día. No estaba muy emocionada al respecto, lo único que cambiaría sería el plazo de maternidad, lo demás era muy parecido al contrato anterior.

Abrió al máximo las ventanas para sentir el aire del campo. Había salido muy temprano y le estaba entrando sueño. Llego a su destino a las 2:00pm. Había tenido que recorrer como 500 km para asistir a una conferencia donde estarían todos los jefes importantes y otros no tanto. La conferencia había empezado ayer, pero la presentación de su área se presentaba ese día a las 5 de la tarde. Ella había pedido un permiso especial para faltar a la primera parte del evento por el cumpleaños de su hermana, lo que hizo que la compañía le negase el avión.

La conferencia fue larga y horrorosamente FOME. Casi se quedo dormida al menos tres veces. Luego de las presentaciones dieron una comida tal que se quedo hasta las 10:00pm, luego se fue hasta Tokio, pero cuando ya le faltaba poco más de 1 hora para llegar, no pudo más y la venció el sueño, durmiendo ni bien, ni mucho. Ya eran las 5:00am, cuando despertó, no tenía ningún apuro en llegar a Tokio para firmar el contrato. Partió en su auto recorriendo lo poco que faltaba para llegar a su casa. Dejo el auto afuera y entro en silencio a la casa. Dejo sus cosas y salió a dar un paseo, todos en su familia dormían. Ahí fue cuando lo vio. Un holograma apareció a su alrededor. Veía como Val le relataba lo sucedido con Selene al pequeño Vargas, luego, se veía en la pieza de Van y lo escuchaba. NA: en Gaia y en la tierra el tiempo no pasa a la misma velocidad, el margen de error es de medio día más o menos, por eso a veces se topan y otras no (¿Por qué?, POR QUE ES MÁJICO XXXDDD)

-Hitomi… ven pronto

Se cayeron dos lagrimas de los ojos de Hitomi. Ya no soportaba más. Su madre y su hermana estaban bien, no era que si ella no estaba su mundo se caía. Ya no tenia nada más que hacer. Y grito, grito muy fuerte

-Van… yo no puedo ir sola, pero si tu vienes por mí. ¡Por favor, ven por mí como la primera vez!

El la miro y sonrío con seguridad.

-Voy por tí, Hitomi- y salió de la habitación.

En ese momento el holograma desapareció. Hitomi no se preocupo.

-----En Gaia:

Por los pasillos del castillo Van corrio cual alma que lleva el diablo. Sonreía y no pensaba en nada más que abrazar a Hitomi. Por el camino se quito esa ataviada capa, la chaqueta y cuando llegaba a la torre más alta se quito por ultimo, la camisa. Los guardias que estaban de turno no alcanzaban si quiera a ver de quien se trataba. Y así llego a la torre más alta, desde la cual salto desplegando sus alas.

Se sentía bien volar. El aire frío contra su cara y torso que se calentaban lentamente por el sol. Cerro los ojos y deseo. Deseo abrazar a Hitomi, deseo besarla, deseo llamarla, deseo…

Y ella también deseo. Deseo con todo su ser.

Solo se vio un destello.

Solo fue un parpadeo, y van ya estaba en el cielo de Tokio, sintiendo ese mal olor que traía el smog y las industrias. Más por su instinto que por su vista, descendió.

Hitomi no lo podía creer. Cada uno se miraba desde una distancia corta pero irrompible. Cada uno tenía miedo de que el otro desapareciera al contacto.

Unas lagrimas cayeron por los ojos de Hitomi. Se las limpió rápido, para que el no las viera, pero fallo. El se acerco lentamente, y ella hizo lo mismo.

Solo faltaban centímetros para juntarse y el los acorto con un simple abrazo. Uno de verdad.

Hitomi lo abrazo muy fuerte. Estaba muy feliz, y el también. Aun que decirlo sobra de más.

Van corto por un momento el abrazo, con una de sus manos levanto la barbilla de ella y antes de que ella siquiera dijera algo, la beso.

-Ven conmigo Hitomi. Vamos a casa.

-Hai-no podía parar de sonreír. No quería despegarse de Van pero sentía que debía hacer algo antes… solo le vasto un momento para acordarse de su madre y hermana-Van, espérame un segundo… yo no me puedo ir sin despedirme de mi familia-Van sonrió comprensivamente. La abrazo más fuerte, respirando su suave aroma una vez más y la dejo ir.

Hitomi tomo de la mano a Van y caminar así un rato corto hasta llegar a la casa de Hitomi. Ella entro con Van, silenciosamente pasaron por todos los pasillos hasta llegar a la pieza de ella. Saco en una mochila unas pocas cosas útiles (esos pequeños lujos modernos) y, en un casett viejo que ya no usaba gravo un pequeño mensaje para su familia (¡¿quien quiere papel si se puede gravar?!)

Cuando termina la grabación la deja en la mesa de la cocina junto a una nota que dice "escúchenme, Atte. Hitomi". Ellos alcanzan a cerrar la puerta mientras Hitomi oye el despertador de su hermana y el grito que le sigue.

Una lagrima cae por sus mejillas. Las iba a extrañar.

En ese momento Van la abraza por la espalda, una sensación tibia la llena. Solo le hecha una mirada más a su casa. Solo una.

En solo un parpadeo ya no hay nadie en esa esquina. Solo se vio una pequeña luz.

(se escucha el sonido del botón de una radio seguido por el de una cinta corriendo)…¿Hola? Bueno… mm… me siento rara hablándole a una radio, pero creo que es el mejor medio para decirles esto, es un poco complicado, realmente, perdón por no decirles a la cara pero no me queda mucho tiempo. Bueno, yo, ustedes no me verán más por la casa, por que decidí que me iría de este país y continente. Ustedes no lo saben pero, yo no me puedo quedar aquí… yo he su sufrido mucho y debo -merezco- ser feliz y creo que seré feliz a su lado, lejos de aquí. No se exactamente a que país nos dirigimos, van a ser varios. No podre llamarlas no ni escribirles por varios motivos, pero no es que me haya olvidado de ustedes ni las haya dejado de querer, solo (sollozos). Bueno. Las quiero mucho, no me gustaría que sufrieran por mi culpa… yo seré feliz y quiero que ustedes también lo sean. No me olviden, como yo no las olvidaré a ustedes. No se que más decir, por que las palabras sobran. De el diré que es bueno y sincero, no me haría daño jamás y… me quiere como yo a él.

Adiós mamá, adiós hermana. Que el cielo las proteja y les de surte, como me la da a mí.

Las quiero mucho… Adiós… (de nuevo se escucha el sonido de una cinta corriendo, pero esta vez el botón se desaprieta solo al llegar el fin de la cinta.)

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28/11/2004-17/12/2004

Este me demore menos que el otro, es que ya salí del colegio y me tocan vacaciones hasta marzo. Solo me faltan mis notas y seré una alumna de ultimo año de colegio (he!!!!!!).

Voy a aprovechar estas vacaciones para descansar y leer a ver si me culturizo un poco y también, tal vez, limpie mi pieza que esta hecha un asco, (mi nana dice que hay un criadero de arañas pollito en mi pieza (y yo no lo niego!)) pero me da lata (la Pereza mi vence).

Bueno, nos vemos en el prox capitulo! :

Chau!

Pd: Dejen rewiu!!!! Porfis!!!

Pd2: Quiero mi agenda 2005 "muy elegante"!!!