Buenos Aires, 23 de Febrero de 2005, 03:45 AM

Se acabó.

Por fin nos dijimos lo que nos teníamos que decir. El resultado no fue alegre ni feliz, pero tristemente, estoy satisfecho.

Gracias por todo.


Finalmente, para Florchis

Session: 4(o "Cero Absoluto")

By Mesouki


El frío aire que ingresa por la ventana es el mejor ejemplo de cómo estoy ahora.

Ya Ron me ha dicho que la cierre, que tiene frío.

¿Frío¿Cuál Frío?

Ya no siento nada; el frío no me afecta en lo absoluto... creo que podría largarse a llover y seguiría aquí parada, en este balcón.

Y aún no logro encontrar una respuesta. Y la pregunta es simple...

¿Porqué¿Porqué tenías que ser tú y ningún otro¿Porqué siempre tenías que ser tú¿Porqué no podías dejar las cosas para los otros?

Pero no, siempre tuviste que ser tú, y nunca yo. Y yo hubiese ido por ti, y contigo. ¡Cómo quise hacerlo y aún querría! Pero ya no puedo, ya no me alcanza con eso... porque no me oirás.

Y por eso estoy aquí, sin habla, sin ganas de hacer nada, sin ganas de dar un paso atrás... pero tampoco con ganas de dar un paso adelante.

Y yo lo supe... eso es lo peor...

Lo supe desde el primer momento, ese en el que te vi partir... ese momento en el que desesperada, juré que te esperaría, sabiendo que por nada del mundo me dejarías acompañarte...

Y te esperé... y aún te espero... Pero no regresaste...

Era una noche parecida a esta... el silencio sepulcral que siguió a tus lentas palabras... esas palabras que decían que partías, partías a enfrentar tu destino... y no puedo olvidarlo... no puedo, quiero dejar de recordar, quiero borrar de mi mente esos últimos momentos...

También recuerdo que viniste y me llamaste aparte... ¿si quería decirte algo¡Claro que quería! Pero no lo hice... y no dije nada, sólo te abracé y no deseé soltarte jamás, quedarnos así por la eternidad, con el tiempo detenido para nosotros, sin que nada ni nadie pudiese quitarme la parte más necesaria de mi existencia... tú.

Pero tú, y sólo tú podías tomar esa decisión, y la acepté sin chistar... hubiese sido egoísta pensar que eras mío para siempre... volviste a preguntarme si quería decirte algo... que probablemente no tuviese otra oportunidad.

Y en ese momento no entendía... o no quería entender. No quería entender que tu tiempo se acababa... y empezaba el inicio del final.

Pero no entendí, y sonreí, y recuerdo como si fuese ayer como sacudí tu pelo al decirte que nada, que solo que volvieras sano y salvo.

Y esperando tu "volveré", yo te miré a los ojos, y mi esperanza se esfumó... tu cara lo decía todo... no esperabas volver... no creías que fuese posible... y ahí fue cuando me abracé de vuelta, pero sin decir nada esta vez, aguardando que nada fuese cierto, que nada hubiese ocurrido, que no hubiese tal profecía y que no se nos acabase el tiempo tal y como estaba ocurriendo desde hacía tiempo.

No.

Nada de nuestro tiempo. Tu tiempo. Y recién cuando volvieras sería nuestro, me dije, segura de ti. Segura de que todo saldría como lo planeado, como tu creías que ocurriría...

Hermione...

Ahora lo pienso. No estabas seguro... no lo dijiste... no dijiste que volverías para no tener que sentirte culpable al no volver... ahora lo comprendo... era por eso... ¿era por eso?

No, no lo era... lo dijiste porque no querías verme peor. Ni siquiera se si dijiste algo... lo que recuerdo fue verte desaparecer por la puerta del cuarto, con un inaudible "te quiero", ese te quiero que solo me dabas a mí, que sólo podía ser para la persona a la que querías con tu corazón... si yo siempre lo supe... pero no dije nada, y tuve la oportunidad...

... hasta pronto...

Y como aquella vez, las lágrimas brotan por mis ojos y ruedan sin consuelo por mi mejilla, señal de todo lo que ocurría adentro mío. Y me viste así, y no, no quise dejar que te afectara... te soplé un beso y hice un gesto de despedida con la mano, y así, con un lloroso "suerte", me dejaste a la deriva en este mar de inseguridad que aún me azota, y que no me deja vivir.

... y cuídate.

Y nadie puede imaginar como estoy, porque nadie sintió alguna vez lo que siento yo. Nadie. Y no quiero sonar egoísta, pero nadie te amó, nadie te deseó, nadie te necesitó... nadie te quiso tanto como yo. Y por eso, y por no saber que hacer, por eso ya no puedo encontrarte aquí a mi lado... Por eso ya no puedo correr a tu dormitorio y abrir la puerta para encontrarte riendo o pasando un buen rato junto a las sábanas... por eso, ya no puedo asomarme a la ventana y verte volando como siempre hacías.

Por eso ya no puedo disfrutar de tu compañía. Porque te quise tanto que no pude pensar en otra cosa que no fuese tu regreso, cuando debería haber evitado que te fueses desde un principio.

Y aún te sigo esperando... y se que no regresarás... pero aún te amo, y te amaré hasta que esté aquí, a tu lado... cuando nos volvamos a encontrar en una de estas noches frías y lluviosas, sin que nada ni nadie nos pueda separar, tal y como éramos antes de que partieras a tu destino.

Y me siento culpable de eso. ¿Tengo realmente la culpa de que te hayas ido? Todos dicen que no, y estoy de acuerdo... pero había solo una persona que podría haberte hecho quedarte... y esa era yo, por supuesto, la única que te amó.

Sin embargo no hice nada... y por eso debemos pagar con las consecuencias. Es mi culpa. Lo siento. Es mi culpa no haberte querido lo suficiente, no haberte demostrado todo lo que te amaba para hacer que no partieras.

Y la noche sigue igual, impasible, inmutable... sólo una última bocanada de aire frío anunció el inicio de una tormenta. Deseo salir, pero no puedo.

Me di cuenta mucho después de mi error, y ahí ya era tarde. Ya te habías ido, ya me habías dejado sin consuelo, con las lágrimas en los ojos, con ganas de andar y andar y no parar hasta hallar una respuesta...

Pero nadie logra entender porque sigo así. Ya ha pasado mucho tiempo, no podría decir cuanto... demasiado... es todo el tiempo que pasó del resto de mi vida.

Además, nadie entiende porque solo me ha afectado a mi de este modo. Sí, todos te han llorado, pero nadie tanto como yo. ¡Porque yo te amaba! Pero ahora ya ni pensar en eso puedo. Porque, aunque no lo sea, siento que fue mi culpa... y eso es porque, vaya paradoja, la única persona que realmente podía evitarlo, lo animó a hacerlo...

Ya no está tu mano para secarme las lágrimas, y ahora es cuando más la necesito... justo cuando es más necesaria que nunca. Regresa.

Pero te fuiste...

Regresa, y vuelve a decirme que me quieres.

Quizá ahora no me doy cuenta de lo que quisiste darme, o darnos a todos. Cambiaste todo por nada, pero ese nada para ti, es el todo para nosotros... o al menos para mí.

Vuelve. Dime que me quieres. Dime que me necesitas. Dime algo. Lo que sea.

Yo prefería tener nada y tenerte a ti... con todo lo que representaste en mi... y lo que aún representas...

Pero dime algo... y vuelve...

Pero quizá aún haya esperanzas... para verte de nuevo... basta con que no me olvide de ti. Los que se nos van siempre descansan en nuestros corazones...

Así que te volveré a ver. Aunque te hayas ido, y no puedas volver.

Te volveré a ver, tanto en mi corazón como después. Estás en mis recuerdos más hermosos, y también en los dolorosos. Has dejado una marca en mi alma que no podrá ser borrada. Y realmente no deseo que se borre, deseo que se quede para no olvidar que, alguna vez, existió un tal Harry Potter que vivió en mi corazón, y que pese a que murió, sigue vivo en mis recuerdos... en mis hermosos recuerdos de amor.


Buenos Aires, 2 de Marzo de 2005, 05:23 AM

Gracias por acompañarme todo este tiempo.

No, no ha sido en vano... de ninguna manera. Y no lo repitas, que ya se mejor que nadie que no era necesario un desenlace. Que así estaba bien, que no había que terminarlo. Pero sí, se terminó. El final está escrito, y finalmente puedo respirar, contento de haber terminado de contar la verdad. Porque te fuiste, porque me dejaste, porque con algunas simples palabras podrías haberme ahorrado tanto... sin embargo no lo hiciste... y se terminó.

Espero que haya servido de algo. Al menos, a mí sí me sirvió.

Ya el frío y el sueño me vencen, a ver si me voy a dormir y resulta que todo fue una pesadilla, y nada de esto fue cierto, que aún puedo mirarte y sonreír, pensando que aún mi corazón te pertenece.

Hasta la próxima...