¡¡¡Eh, Chicos!!! ¡¡¡Un nuevo capítulo!!! Os recomiendo mucho que leáis este capítulo escuchando Koko Ni Kite. ^_~

Cuando os preguntéis por qué tardo tanto en poner otro capítulo, mirad mi perfil.

Disclaimer: *KayJuli* Card Captor Sakura pertenece a las Clamp, ¡aunque todavía creo firmemente que debería ser mío! ¡Ya no están haciendo historias de CCS! Eh, ¿podrían darme como regalo CCS en lugar de un coche si paso el Vestibular? [El examen de entrada de universidad en Brasil] Mmmm...

*Touya* ¿Qué es peor? ¿Pensar que esta chica cree que tiene una posibilidad de conseguir CCS si pasa el Vestibular, o el hecho de que esta loca mujer tiene carnet de conducir?

*Syaoran* El carnet de conducir.

*Eriol* No estoy seguro, como que ambas ideas dan miedo… Pero estoy pensando que es en querer conseguir CCS como regalo.

*Syaoran* ¡Impares!

*Eriol* ¡Pares!

*KayJuli, muriendo de rabia* Me voy a vengar más tarde o más temprano por esto...

*Syaoran, no escucha a KayJuli* ¡¡¡gané!!! ¡¡¡gané!!! ¡¡¡gané!!!

*KayJuli* @_@;;;

~ * Kokoro No Hon * ~

CAPÍTULO 2

Sakura se había despertado nerviosa con la idea de que aún tendría que enfrentarse a otra de las novias de Touya. Todavía no tenía la más ligera idea de cómo podía quedar escondida tras su seudónimo con su hermano esparciendo a todas las mujeres bellas de Tokyo en la categoría '25 - 35 años' que él era el hermano de la famosa Cherry.

Quizá no le creyeran realmente... Sakura sonrió al pensamiento. Era bastante posible. Sabía bien que nadie nunca se imaginaría a ella, Sakura Kinomoto, la callada y bien educada hija del arqueólogo Fujitaka, como la escritora de libros como los suyos. Eso era bueno. Realmente no quería que las personas la conocieran.

Sakura abrió las cortinas del cuarto, mirando fuera a la ciudad de Tokio cubierta por nieve blanca que seguía cayendo.

"Qué día más frío..." dijo ella, frotando sus manos.

Mientras Sakura preparaba su café de la mañana y Kero, pensó sobre esto. Quizá Tomoyo tenía razón. Ella sabía que cualquiera, al oír su seudónimo, imaginaría a una mujer alta, deslumbrante, romántica e irresistible. Tan diferente de la pequeña Sakura... Y realmente capaz de hacer que las ventas de libro se desplomasen. Pero Sakura nunca le daría a Tomoyo la satisfacción de saber que estaba empezando a pensar que tenía razón. O de ir a buscar un novio, como su amiga quería.

Sakura rió un poco. Por el modo en que Tomoyo la había amenazado, parecía que quisiera que su amiga persiguiera por la calle a los hombres, buscando a uno que estuviera deseoso por quedarse con ella.

"Ridículo..." murmuró Sakura. Encendió la radio, como hacía todas las mañanas, para escuchar las noticias. Estaban dando una previsión del tiempo y por lo que parecía, iba a hacer bastante frío.

El teléfono sonó y Sakura caminó al salón para contestar.

"¿Hola?"

"¡Qué emoción! ¡¡¡Ella misma me contestó y no el contestador automático!!!" vino la risueña voz al otro lado de la línea.

"¿Qué pasa ahora, Touya?" preguntó Sakura con aire cansado. "¿Quieres escoger la ropa que voy a llevar para la comida para ayudar a convencer a tu nueva novia?"

"Ey, la idea no es mala. Debía haber pensado eso antes... pero no. Te llamo para advertirte de que no habrá comida."

"¡¿De verdad?!" preguntó Sakura alegremente.

"Sí. Ahora va a ser una cena."

"Mierda..."

"No, Sakura. No grites con tanta alegría en mi oreja. Me quedaré sordo." Dijo sarcásticamente cuando oyó su excitación. "Coge un papel, Kaijuu, para apuntar la dirección."

"No soy un monstruo." Dijo Sakura en un tono do menor, tan acostumbrada a decir siempre lo mismo. "¡Espera! ¿Ni siquiera vas a venir a recogerme? ¡Tú fuiste el que me invitó!"

"Está lo bastante cerca para que vayas a pie. Caminar te sentará bien. Es saludable..."

"¡¿Sabes el frío que hará esta noche, onii-chan?!"

"Sobrevivirás, estoy seguro. Apunta la dirección..."

#* #* #* #

Y una vez más, había perdido noción del tiempo escribiendo...

Sakura se había puesto feliz después de recibir la llamada telefónica de su hermano, aplazando lo inevitable durante unas horas, y decidió sentarse delante del ordenador el día entero, escribiendo. Ni siquiera vio el tiempo pasar. Sólo notó que eran las 5:48 de la tarde cuando Kero se envolvió alrededor de sus piernas exigiendo comida. Casi dio una patada al pobre gato del susto, cuando notó que hora era. Tenía apenas un poco más de una hora para vestirse y llegar al restaurante.

Corrió desesperadamente por la casa, duchándose, secándose el pelo, buscando la ropa, intentando encontrar sus guantes, cogiendo su bolsa, saliendo por la puerta y cerrándola. Iba a tomar un taxi, pero cuando vio el atasco, decidió que sería más rápido ir a pie. Y empezó a caminar rápidamente en la dirección que debía tomar. No podía recordar bien donde estaba el restaurante. Sólo había estado allí una vez con Touya y otra novia suya. Puso su mano dentro de su bolsa sólo para asegurarse de que la dirección estaba allí. Sí, estaba. Miró su reloj.

6:35

Sakura frotó sus manos, una contra la otra. Era un frío final de día. El cielo estaba parcialmente nublado y unos copos de nieve caían suavemente. Cerca del horizonte, las nubes eran rosas, amarillas y anaranjadas. El cielo estaba especialmente bonito. Sakura respiró profundamente, feliz.

Yuuhi ga akaku sougen ni furu yo

Hi no you ni

Yoru no sora ga hoshi wo egakidasu

Hitotsu zutsu

(El sol de la tarde cae hacia la llanura, coloreando el cielo de rojo

Como una llama

El cielo nocturno está trayendo las estrellas

Una por una)

Habría desconectado completamente del mundo admirando el cielo si no tuviera que evitar a dos personas que andaban lentamente por la acera. Hizo una mueca.

"Casarse..." murmuró ella, evitando a la pareja que caminaba despacio, como si ellos no tuvieran prisa por llegar a ninguna parte, como si el resto del mundo no existiera. "Amiga mía, vas a tener que esperar sentada..."

Mientras pasaba a la pareja, los miró fijamente con una mirada irritada, pero los tortolitos ni siquiera la notaron. Hacía mucho frío, la nieve caía, todos andaban casi corriendo por la acera para calentarse...

"Y la pareja caminando más despacio que una babosa en el camino de los demás..." murmuró Sakura, mirando a su reloj de pulsera. "¡Oh, no! ¡Las seis y cincuenta!" Y salió corriendo para cruzar la calle mientras la luz todavía estaba puesta para los automóviles. Cruzó la calle en el último segundo, casi resbalando en la delgada capa de hielo que cubría la acera del otro lado.

"Y el restaurante está sólo a tres bloques de aquí... creo." Echó una mirada a su alrededor. "¡Uf! ¿Por qué Touya tiene que escoger siempre un restaurante diferente? Nunca puedo recordar la dirección y siempre me pierdo."

Sacó el papel del bolsillo de su chaqueta. Era una hoja pequeña de un cuaderno, amarilla y bien arrugada. Miró la dirección del restaurante de Il Palato, cogiendo un mechón de pelo que el viento insistía en soplar en su ojo. Intentó sostenerlo debajo de la gorra de color crema que llevaba, y pensó que lo había conseguido, pero no fue bien sujeto. Pronto se soltaría.

'Déjame ver... ' Pensó ella, mirando en las placas de la calle. 'Siguiendo esto, el restaurante está... en esa dirección.' Giró a la derecha en la esquina.

Hitomi wo tojite, kokoro no naka wo mitsumete'ru

Dare wo matsu no?

Chiheisen no mukou kara

Kikoete kuru koe wo kiite-iru

Koko ni kite

(Cerrando mis ojos, miro en lo más profundo de mi corazón

"¿A quién estás esperando?"

Estoy escuchando a la voz

Que puedo escuchar desde el horizonte

"Ven aquí.")

Continuó andando, pensando en cómo a Touya le gustaba usarla. Todavía tenía que descubrir una manera de conseguir vengarse de él...

De repente, una ráfaga de viento vino fuertemente. Sakura puso una cara irritada, tirando del mechón del frente de su rostro. Pero para su infortunio, en ese mismo momento, el viento vino aun más fuerte y voló el pequeño papel que sujetaba en su otra mano.

"¡No! ¡Esa es la dirección!" y salió corriendo detrás de ese arrugado papel que volaba lejos llevado por el viento. Corría por la acera con un brazo estirado, intentando alcanzar la hoja mientras que su otra mano procuraba sostener el sombrero en su cabeza.

"¡Eh, cuidado, muchacha!" gritó un hombre al que casi derribó.

"¡Perdone!" contestó ella sin ni siquiera mirarle.

Corría evitando a las personas a lo largo de la acera. Vio a dos hombres llevando una especie de pedestal griego dentro de una tienda. Se agachó mientras corría y pasó entre los dos hombres, por debajo del pedestal.

"¡Molesto viento!" exclamó, notando que el papel estaba marchándose más lejos y estaba subiendo. Cruzó la calle sin mirar. Por suerte para ella, la luz acababa de cambiarse a rojo y los coches se estaban deteniendo. Dos chicos se rieron de ella cuando ella los pasó, volviéndose para mirarla.

Kirameku kaze ga, toiki no you ni yabarakaku

Kata wo tsutsumu yo

Chiheisen no mukou kara

Aruite kuru hito wo mitsumete'ru

Koko ni kite

(El tembloroso viento se envolvió alrededor de mis hombros

Tan gentil como un suspiro...

Estoy mirando fijamente a alguien

Caminando hacia mí, viniendo desde el horizonte,

"Ven aquí.")

"¡Ve, chica! ¡Cógelo!" Dijo uno de ellos riéndose. Sakura ni siquiera lo oyó.

Fijando sus ojos en ese patético pedazo de papel aplastado, vio cuando una mano cubierta por un guante negro se estiró y agarró la hoja fugitiva.

Hikaru ishi wo hitotsu kette mita

Koko ni kite

(Él dio una patada a una sola piedra brillante.

"Ven aquí.")

Agradeció a los cielos que finalmente alguien se hubiera decidido a venir en su ayuda. Intentó detener la carrera, pero venía tan rápido que se resbaló en la fina capa de hielo de la acera, y el peso de su cuerpo siguió avanzando. Cerró sus ojos, preparada para sentirse caer de cara sobre el frío suelo...

Pero en lugar de eso, sintió golpearse de frente contra algo sólido, cómodo y calienta. Oyó unas pocas risas a su alrededor.

'Oh, chico... ¿Contra que me golpeado...?'

Muy despacio, abrió uno de sus ojos. Todo lo que ella pudo ver fue algo negro delante de ella.

"¿Estás bien, pequeña?" Preguntó una voz profunda. Ella notó inmediatamente que quienquiera que preguntase esto intentaba lo mejor de sí para no reírse.

"Creo que sí..." ella se encontró contestando, aún intentando comprender lo que estaba viendo delante de ella, jadeando. Sólo después de mirar fijamente durante algún tiempo, notó que ella no estaba mirando algo, sino a alguien. La persona sostuvo sus hombros y ella vio que estaba sosteniendo sus brazos, intentando no caerse.

"Creo que iba detrás de esto," dijo el hombre, dejando ir uno de sus hombros y poniendo el papel amarillo delante de ella, más arrugado que antes. Ella agarró la pequeña hoja, soltando al hombre.

"Gracias," contestó ella en una voz suave, mirando la dirección, feliz que su bufanda la cubría las mejillas rojas de la carrera y la vergüenza, porque seguramente ofrecerían un gran contraste con su piel blanca, su gorra blanca, bufanda, guantes y su abrigo de color crema.

"Una niña como tú debería tener cuidado antes de cruzar la calle, ¿sabías?" Oyó al hombre reír. "Ni siquiera miraste..."

'¿Niña?' pensó ella, furiosa. Verdad, ella había corrido por... No sabía cuánto tiempo y no había mirado antes de cruzar la calle. Pero ella no era una niña y ella sabía como cuidar de sí misma muy bien. Y además... ¡Media un metro sesenta de alto! ¡No era una persona bajita para hacerle pensar que era una niña!

Levantó la vista para encontrarse con sus ojos, pero el sombrero la hizo el favor de caerse adelante en el momento del impacto contra ese sólido cuerpo. Así, cuando ella lo miró, el sombrero cayó encima de sus ojos. El hombre rió un poco más y levantó su sombrero, usando su otra mano para apartar el pelo de su frente.

"¡Anda, pero si no eres una adolescente!" exclamó él con una sonrisa, encontrando un par de ojos verdes furiosos. "Perdóneme. Cometí un error. Pero es que usted parecía tener unos 15 años, corriendo de esa manera."

"No tengo 15 años," contestó ella con un poco de rabia en su voz. Ella miró al hombre. Sus ojos castaños brillaron con diversión.

"Ya lo he notado," rió él. "Tenga entonces más cuidado, señorita..." Esperó a que ella le dijera su nombre, pero Sakura simplemente dijo:

"Intentaré recordar eso," dijo ella, mirando la dirección y alejándose del hombre. Suspiró y echó una mirado sobre su hombro antes de empezar a caminar de nuevo. "Sin embargo, gracias por impedir que me cayera."

"No hay de que. Y cuando usted necesite a alguien para sostenerla de nuevo, estoy a su disposición," dijo él detrás de ella, colocando sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo negro. Levantó la vista, al edificio delante de él. Su sonrisa desapareció y con un rostro serio, entró en el edificio.

'Hombres...' Pensó Sakura mientras caminaba. 'No pierden ni una ocasión para flirtear.' Se detuvo de repente, mirando la dirección.

"Oh, no..." Ella se dio media vuelta, entrando en el edificio de enfrente el cual ella había estado hace solo unos segundos. Cruzó el vestíbulo en silencio, soltando un poco la bufanda de alrededor de su cuello. Se detuvo delante de los ascensores, esperando a que llegara uno. Ambos ascensores estaban en el último piso. Tardarían un poco.

Ella se volvió, mirando a las personas que pasaban con prisa. Sus ojos notaron a una mujer inmóvil en una esquina del vestíbulo. Estaba elegantemente vestida, su maquillaje perfecto. Miró el reloj dorado en su delicada muñeca. Su rostro mostraba preocupación. La escritora dentro de Sakura pronto se interesó en la mujer. ¿Qué llevaría a una mujer tan bella y bien vestida como ella a esperar en una esquina, preocupada?

La mente creativa de Sakura formuló pronto una respuesta. Esperaba a un hombre. Sakura miró las manos de la mujer. Un anillo de diamante en su mano derecha. Su prometido.

'¿Dónde estaba él?' pensó Sakura, narrando la escena que veía delante de ella. 'Él dijo que iría a recogerla en una hora, pero todavía no había aparecido. ¿Qué podría haber pasado? ¿Estaría atrapado en el tráfico? O podría ser... ¿lo habían encontrado? No. Ella no pensaría sobre eso. Ella confiaba en su prometido y él había dicho que ahora estaban seguros, que ellos nunca los encontrarían. Pero una parte de ella insistía en imaginar lo peor. Su corazón latía fuertemente, esperando-'

La narración de Sakura fue interrumpida cuando vio a un hombre acercarse a la mujer llevando un gran ramo de rosas blancas. La mujer lo miró y sus ojos brillaron, su rostro iluminándose con una sonrisa. Sakura oyó las puertas del ascensor abrirse detrás de ella y silenciosamente entró en él, aún observando a la joven pareja con una pequeña sonrisa en su cara. Ella sonrió porque debido a la escena que había presenciado, había tenido una idea para el libro en el que estaba trabajando ahora. Aunque Tomoyo le había dado la idea solo el día antes, ya tenía escritas treinta páginas en apenas un día.

Sakura estaba sola en el ascensor. Se soltó la bufanda un poco más y estaba quitándose los guantes, pero primero apretó el botón para el decimoséptimo piso. Las puertas ya estaban cerrándose cuando alguien apretó el botón por fuera y las puertas se abrieron nuevamente. Un hombre alto entró y las puertas se cerraron. Sakura estaba demasiado ocupada quitándose sus guantes para prestarle atención. Pero ella alzó la cabeza para mirarlo fijamente cuando le oyó hablar con ella.

"Vaya, nos encontramos de nuevo," dijo él. Sakura lo enfrentó con una cara inexpresiva. "No esperaba verla de nuevo tan rápidamente, señorita."

"Sí. Es un mundo pequeño," dijo ella suavemente.

"Vaya, vea. Los dos vamos al mismo piso." Él se volvió a ella. No estaba sonriendo, pero sus ojos tenían un brillo agradable. "¿Il Palato?"

"Sí."

"¿Es un buen restaurante? Es la primera vez que vengo aquí," dijo él, intentando empezar una conversación con ella. "Incluso tuve que preguntar en recepción por la planta en la que estaba, porque perdí la dirección..."

"Yo sólo vine una vez aquí y hace mucho tiempo, pero de lo que yo recuerdo, la comida es muy buena," dijo ella despacio.

"¿Alguna sugerencia?" Preguntó él.

"Sí. El menú tiene varias." El hombre le mostró una pequeña sonrisa satisfecha y decidió quedarse callado. El ascensor se detuvo en el quinto piso y una niña de unos de ocho años entró riendo con un chico de unos doce.

"Es el noveno," dijo la chica, apretando uno de los botones.

"No, es el décimo," dijo el chico, apretando un más botón. Sakura rodó sus ojos y se apoyó contra la pared del ascensor. "Oh, no. Lo recordé. ¡Es el séptimo!"

Ambos niños bajaron en el séptimo piso. Ella oyó al hombre de su lado reír suavemente.

"Niños..."

"Como si no llegara lo bastante tarde," dijo ella, no notando que había hablado en voz alto. Sakura finalmente puso los guantes en uno de los bolsillos de su abrigo y se quitó la bufanda y el sombrero. Su cabello cayó alrededor de sus hombros. Ni siquiera notó cómo el hombre a su lado la miraba con interés.

'Maldición...' Pensó ella, mirando su reloj. 'Touya va a matarme por llegar tan tarde.'

Y a su desesperación, sintió cuando el ascensor se detuvo y todo se volvió oscuro.

"Lo que solo me faltaba..." murmuró ella en la oscuridad. "Un apagón."

"No necesariamente. Tal vez el ascensor tiene un problema y se detuvo." Oyó al otro ocupante del ascensor comentar casualmente, como si nada hubiera pasado o como si él estuviera haciendo un comentario de como estaba el tiempo aquel día.

"Ese es el tipo de cosa que no me gusta considerar cuando estoy atrapada dentro de una caja, metros y metros lejos del suelo." Ella se apoyó contra una de las paredes, respirando profundamente. Se quedaron en silencio durante algún tiempo. Y la respiración de Sakura era cada vez más fuerte.

"¿Algún problema?" Preguntó él finalmente, oyéndola.

"Nada." Su voz era más débil y se estaba empezando a sentir un poco mareada.

"¿Claustrofobia?"

"Mmmm..." Era todo lo que ella dijo.

"Escuche." Él se acercó a ella. "Si usted no deja de respirar así, va a hiperventilar su cerebro y se desmayará."

"¿Cómo puede saber eso?" preguntó ella, curiosa.

"Eso es lo que le pasó a mi hermana en el día de su boda." Ella oyó una sonrisa en su voz. "Tranquilícese. Seguramente deben de haber notado que el ascensor se detuvo y nos sacarán pronto de aquí."

"Odio los lugares cerrados. Odio los lugares cerrados. Odio los lugares cerrados," dijo ella de nuevo y de nuevo mientras abría su bolsa en la oscuridad, recordando algo. Puso su mano dentro y empezó a buscar algo.

El hombre la miró sorprendido cuando vio que tenía una pequeña linterna en su mano, la luz apuntando hacia el techo.

"Eh, ¿dónde consiguió eso?" Preguntó él curioso.

"De mi bolsa." Ella vio en su rostro que quería saber cómo era eso posible. "He estado teniendo problemas con el sistema eléctrico de mi apartamento y el dueño todavía no ha averiguado cual es exactamente el problema. Así que, llevo esto en el bolsillo en caso de que llegue a casa y todo esté oscuro.

"Muy práctico." Sonrió él un poco, sentándose en el suelo. "Pienso que vamos a quedarnos aquí durante algún tiempo."

"Eso es lo que parece." Suspiró ella, quitándose el abrigo y sentándose encima de él, en el suelo. Hubo otro minuto de silencio.

"¿Cuál es su nombre, señorita?" preguntó él, curioso. "Sé que no quiso decírmelo antes, pero no saber como llamarla es realmente molesto."

Sakura no era el tipo de persona que daba su nombre a cualquiera que preguntara. Ella siempre tenía cuidado, más aún con los hombres. Para ella, ellos sólo significaban una cosa: problemas. Pero atrapada en un ascensor entre la decimotercera y decimocuarta planta, ella realmente no estaba pensando con mucha claridad.

"Sakura Kinomoto."

"Sakura..." Él hizo una mueca, como si intentara recordar algo. "Es esa flor rosa que llena las calles japonesas en primavera, ¿no?" Afirmó ella con la cabeza, mirándolo curiosamente. ¿No era japonés? "En mi país, esa flor se llama Ying Hua."

"¿De dónde es usted?" Ella no podía contener la pregunta.

"China." Contestó él. Y le extendió su mano. "Syaoran Li."

Ella agitó su mano, aunque un poco renuente.

"No tiene acento," le aseguró ella.

"Años y años de arduos estudios," dijo él. "Así que, señorita Kinomoto. ¿Qué la trae a este restaurante, completamente sola?" Y allí estaba de nuevo ese tono de flirteo en su voz. Ella hizo una mueca. "¿Su novio espera por usted allí?"

"No," contestó ella, no queriendo decir que ella estaba allí para encontrarse con su hermano. Después de todo, ¿qué satisfacción le debía ella a este hombre? No tenía que decirle nada. Una cosa que había aprendido hace mucho tiempo era que nunca podías confiar en nadie. Quizá había visto demasiado a menudo Expediente X, pero uno de sus lemas era: no confíes en nadie. Más que un lema, era un mandamiento y ella lo seguía al pie de la letra. E incluso más cuando estaba con un hombre.

Syaoran estuvo en silencio, esperando que ella dijese algo más, pero ella permaneció callada. Esta era una mujer un tanto interesante. No era que él esperase que todas las mujeres con las que se encontrase cayeran a sus pies, pero esta, quien se sentaba en silencio al otro lado del ascensor, se negó a contestar a cualquier pregunta que llegase a ser un poco personal y parecía estar siempre a la defensiva. ¿Y él solo la había conocido hace cuanto? ¿Quince minutos? No era algo a lo que estaba acostumbrado. Ni siquiera había sonreído una vez. Cualquier otra se habría derretido en sonrisas a esas alturas. O por lo menos habría esbozado una. Pero de esta Sakura Kinomoto... Nada.

De repente, una música electrónica llenó el espacio cerrado. Sakura miró a Syaoran y Syaoran miró a Sakura.

"Tiene que ser suyo," dijo Syaoran, riéndose. "Yo nunca usaría la música 'Torero' en mi móvil."

Sakura abrió su bolsa. Sí, era su teléfono.

"Otra de las bromas de Tomoyo..." refunfuñó Sakura, sabiendo cómo a su amiga y editora le gustaba emplear trucos con ella de vez en cuando. Cambiar la melodía de su teléfono era sin ninguna duda una de sus travesuras. Sakura suspiró, contestando la llamada. "¿Sí, Touya?"

"¿Dónde estás? Te estás retrasando más de lo normal."

"Estoy atrapada en el ascensor, Touya, y si puedes encontrar una forma de sacarme lo más pronto posible de aquí, te estaré eternamente agradecida."

"¿Estás sola?" Preguntó él, ligeramente preocupado, sabiendo que ella tenía miedo a los lugares cerrados.

"No." Contestó Sakura, mirando a Syaoran durante un segundo, quien se había acordado de su teléfono en su bolsillo y estaba jugando un juego en él.

"Os sacarán pronto, Sakura. No hay nada que pueda hacer, pero estaremos esperando por ti."

"Ok, 'nii-chan." Y ella colgó.

"Así que es su hermano el que la espera allí arriba," comentó Syaoran sin apartar la vista de su teléfono. Sakura no dijo nada. Simplemente volvió a poner su teléfono dentro de su bolsa. "Bueno, aprecio que me pregunte con quién voy a encontrarme en el restaurante," dijo él con una voz alegre cuando el silencio cayó de nuevo sobre ellos. "Bien, estoy aquí para firmar un contrato de trabajo. Sí, es un trabajo muy difícil, señorita Kinomoto, pero muy agradable."

"¿Vino desde China para trabajar aquí?" preguntó ella, sintiéndose un poco mal por intentar ignorarlo de todas las maneras posibles. Estaban atrapados juntos, al fin de cuentas. Después de este día nunca más se encontrarían de nuevo... Con un suspiro, esperó por su respuesta. Syaoran paró el juego inmediatamente y la miró con una medio sonrisa.

"Sí," contestó él, contento de que ella se molestase por preguntar. "Recibí una oferta increíble y aquí estoy."

"¿No fue un poco difícil salir de su ciudad y venir aquí? ¿Dejar a su familia?"

Él incluso sonrió un poco más con su pregunta. 'Interesante de hecho...' Pensó él.

"No demasiado. Estoy viendo este trabajo como una oportunidad de conocer mejor Japón y el idioma japonés, y quizá, ¿por qué no? Para conseguir unas vacaciones."

"¿Vacaciones?" preguntó ella curiosa. "¿Cómo es eso?"

"Vacaciones de mis sobrinos que corren alrededor de la casa. 'Tío Syaoran, ¿me llevas a pasear?' 'Tío Syaoran, ¿me llevas a cuestas?' es difícil trabajar así. Y cuando no son mis maravillosos quince sobrinos..."

"¡¿Quince?!" preguntó ella sorprendida. Él solo afirmó con su cabeza.

"Cuando no son ellos, son mis hermanas, llamándome para cuidar de ellos, recoger a uno de ellos en la escuela porque están ocupadas y sus maridos están trabajando. 'Eres soltero. Tienes tiempo de sobra,' dicen ellas."

"No puedo imaginar lo que debe ser. Sólo tengo un hermano, pero se mete conmigo, con sus chistes infantiles, siempre llamándome monstruo, y arrastrándome todos los meses a un restaurante diferente para conocer a su nueva novia."

"¿Todos los meses?" Rió él. Ella puso una cara irritada.

"Eso es lo que parece. Estoy exagerando, claro. Pero mi hermano no se conforma con ninguna. Yo ya le dije que el día en que una de sus novias le durase por lo menos seis meses, le dejaría llamarme monstruo y no defenderme durante un mes."

"Cuidado. Podría perder. Tendría que contenerse callada durante un mes."

"Creo que es muy difícil que pierda. Después de todo, Touya es un hombre. Raros son aquéllos que quieren calmarse y establecer una vida."

Syaoran la miró, divertido.

"Así que piensa que todos los hombres en la faz de la tierra sólo quieren divertirse sin compromisos," dijo él con un tono de entretenimiento en su voz.

"La mayoría, sí."

"¿Que le llevó a tal conclusión?"

La pregunta le trajo unos recuerdos que preferiría olvidar, y pronto intentó empujarlos nuevamente a la esquina más escondida de su mente.

"Observando las cosas que pasan a mi alrededor, claro." Cuando él intentó argumentar, ella lo interrumpió. "¿Tiene el valor de decirme que la mayoría de los hombres no tiene miedo del compromiso? La simple mención de la palabra les hace temblar."

"Sé que tiene razón, que hay hombres así. ¿Pero la mayoría? Creo que está exagerando, señorita Kinomoto."

"De manera alguna," contestó ella, observándolo en silencio. Él realmente tenía un par de ojos extraordinarios. Eran castaños, pero tan diferentes al mismo tiempo... en la luz oscura de la linterna, podía ver en sus ojos reflejar una especie de color anaranjado. Y la expresión que contenía sus ojos también era diferente... No sabía como explicarlo.

'Extraordinarios ojos...' Pensó ella mientras él la miraba durante mucho tiempo. Parecía que estaba estudiándola, intentando entender a la hembra de su especie que estaba sentada delante de él.

"No es una persona muy romántica, señorita Kinomoto," dijo él después de un rato. "Extraño. Eso no es lo que parece con esos inocentes ojos verdes, esa boquita roja, esas mejillas rosas, y el cabello ligeramente ondulado cayendo alrededor de sus hombros. No. Si solo tuviera que mirarla, diría que es muy romántica. Diría que ama a alguien. Es por eso por lo que pregunté si iba a encontrarse con su novio. Pero ahora que hablé con usted, sé lo equivocado que estaba. Las apariencias pueden ser engañosas. Es usted muy intrigante."

Sakura se ruborizó con sus palabras. Él realmente estaba estudiándola.

"Tengo la certeza de que tampoco cree en el amor a primera vista," continuó él. Ella hizo un sonido como si estuviera a punto de reírse, pero se controló.

"Tiene razón, Sr. Li. Es algo que realmente no existe. Odio a primera vista... ¡Ah Ja! Sí, eso existe. Pero amor, no."

Y Syaoran rió.

"Ni un poco romántica. Es una en un millón, señorita Sakura. ¿En qué trabaja? ¿Agente secreto? ¿Vende armas al gobierno? ¿Abogada?"

Y Sakura no pudo aguantarlo más. Ella rió. Y Syaoran sonrió, viéndola sonreír por primera vez.

"No me creería si le dijese..." dijo ella con una sonrisa.

"Pruébeme," Dijo Syaoran suavemente. Sakura lo enfrentó durante mucho tiempo.

'Puedo decírselo. No va a saber exactamente quién soy yo...'

Pero cuando ella abrió la boca para contestar, la luz en el ascensor volvió y empezó a subir de nuevo.

"Ah, maravilloso..." Suspiró ella, aliviada. La puerta se abrió mientras ella agarraba su linterna, lo puso dentro de su bolsa, y se levantó del suelo. Syaoran, ya de pie, extendió su mano para ayudarla. Ella miró hacia arriba, encontrándose con sus ojos, y con un movimiento incierto, aceptó la mano que él le ofrecía, saliendo del ascensor detrás de él.

Syaoran miró sobre su hombro. Estaban delante del restaurante. El maître estaba de pie en la puerta con el libro de reservas delante de él.

"Llegamos, señorita Sakura," dijo Syaoran. Tomó su mano y la agitó. "Fue un placer conocerla. Espero verla de nuevo."

"Igualmente," Fue todo lo que Sakura pudo pensar como contestación, pero pronto se gritó a sí misma interiormente. Syaoran puso su mano suavemente detrás de su cuello, guiándola al maître. El hombre sonrió.

"¿Mesa para dos?"

"No. Yo vine a encontrarme con Touya Kinomoto," contestó Sakura.

"Oh, sí. Yo la llevaré, señorita. ¿Y usted, señor?"

"Syaoran Li," dijo él simplemente. El hombre miró la lista.

"Sí, su nombre está aquí." Sonrió él. "Sala VIP. Venga conmigo. Yo le llevaré."

"¿Está aquí?" Preguntó Syaoran, apuntando discretamente a una puerta.

"Sí, señor. Yo le presentaré."

"No, no hay necesidad. Puede acompañar a la señorita Kinomoto." Syaoran la sonrió y entró en la sala, cerrando la puerta detrás de él. Sakura simplemente hizo un pequeño gesto con su mano, siguiendo al maître a su mesa.

"Hola, Kaijuu," dijo Touya, levantándose cuando el maître tiró de la silla para que Sakura se sentase. "Que bueno ver que el ascensor vuelve a funcionar."

"Sí..." contestó Sakura, solo notando después algo más que él había dicho. "No soy un monstruo."

"Claro, claro..." Rió él. "¿Te pasó algo interesante?"

"No. Solo me quedé allí, sentada por casi media hora, hambrienta." - '¿Solo eso?' Pensó ella.

"Ah, Sakura. Permíteme presentarte..." Y Sakura miró a la puerta que lleva a la sala VIP del restaurante mientras Touya la presentaba a la mujer que estaba sentada al lado de él y tenía una sonrisa tan grande que Sakura no sabía cómo la mujer no estaba sintiendo dolor...

Continuará...

~ & ~ & ~ & ~ & ~

¡Sí, Syaoran ha hecho su entrada!

¿La música? Koko Ni Kite, cantada por Junko Iwao (Tomoyo) para la segunda película de CCS, La Carta Sellada. Pensé que encajaba en este capítulo. Encontré la traducción a inglés y la puse aquí. Si tiene cualquier error del japonés a inglés, no es mi culpa.

Los Reviews me hacen escribir más rápido. ^_~

...KayJuli

sunshine_kathie@yahoo.com

N. de la Traductora: El fic está traducido del portugués, pero en algunas ocasiones me he basado en la versión inglesa, así como las notas de autora están sacadas de la versión inglesa, que son más recientes. La canción está traducida de la versión en inglés, así que no me hago responsable de las equivocaciones que pueda tener la traducción del japonés.

Kassy99

eternal_phoenix_light@yahoo.es