Dragones de fuego
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6: Llegada al castillo
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Umi estaba muy confundida. Ferio y Lantis le había explicado que nunca había existido nadie llamado Ascot o Guru Clef. La chica estaba al borde de un ataque de nervios, pero los gemelos la calmaron y la contuvieron.
-¿Quiénes son ustedes?- preguntó Ferio, mirando a los gemelos con curiosidad. Lantis no había dejado de mirar a los niños con desconfianza.
-Yo soy Urrim, y él es mi gemelo Marlo- dijo Urrim.
-Los dos venimos de ése planeta que ustedes llaman Mundo Místico- completó Marlo.
-¿Le dirán sobre su transformación?- quiso saber Lantis.
-¿Qué transformación?- preguntó Ferio.
-Podemos transformarnos en dragones humanoides- dijo Urrim de un tirón.
Ferio los miró atónito, y después se incorporó.
-Ahora empiezo a entender por qué vinieron ustedes en vez de Fuu y Hikaru- dijo el príncipe. Los gemelos eran algo nuevo, pero no le resultaban desagradables –Deben estar muy cansados. ¿Desearían cenar?-
-Eh... Sí- dijo Umi, saliendo del trance.
-Bien. Íbamos a ir al comedor. Acompáñenos- dijo Ferio, empezando a caminar.
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Fuu no sabía cuándo tiempo había pasado dentro del espejo. El reloj se le había parado, y nada cambiaba en la habitación. Seguía preguntándose lo mismo: ¿Por qué ella estaba allí?
Miraba en todas direcciones, intentando buscar una salida, una respuesta o algo.
Y la respuesta vino a ella.
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Umi recuperó el apetito, postergado por la preocupación y la emoción. Urrim y Marlo parecían tener mucha experiencia con los cubiertos medievales, y mostraron una gran educación. Lantis empezó a creer que estaba equivocado con respecto a ellos; después de todo, eran sólo unos niños.
Después de la comida, los llevaron a sus habitaciones. Urrim y Marlo dormirían en una misma habitación, mientras que Umi se iría a una para ella sola. Ferio llevó a la chica a su dormitorio, y allí algo peludo y blanco le saltó a la cara.
-¡MOKONA!- gritó la chica.
-¡Pu pu pu pu pu!-
-Te extrañé- dijo Umi, abrazando al animalito.
Mokona empezó a hablar, pero Umi no le entendía. Después de un rato, Mokona se retiró, junto con Ferio, dejando a Umi sumida en sus pensamientos.
Ni Guru Clef ni Ascot habían existido... ¿Qué estaba pasando? Nadie sabía nada, y junto con ella habían venido dos niños dragones... Y sospechaba que alguien estaba tramando algo.
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Frente al espejo se materializó una figura humana. Fuu la miró. Era un joven de piel blanca, pelo largo y rubio y una armadura similar a la de Lantis, pero de color azul marino. Llevaba una gran espada y una capa azules. Flotaba sobre el agua, igual que el espejo, y el agua se quedó quieta durante toda su estadía.
-Te saludo, Guerrera Mágica- empezó él. Fuu lo miraba con atención, sin perderse una palabra, sorprendida de poder escucharlo -¿Te gusta tu nueva residencia? Es algo más peculiar que las habitaciones del castillo, pero es lo que mi señor ordena... –
-¿Por qué me trajeron aquí?- preguntó la chica -¿Qué es éste lugar? ¿Quién eres tú?-
-Ah, una pregunta a la vez- dijo el muchacho alzando una mano –Yo soy Mishtal, uno de los sirvientes de Edonis. Te hemos traído aquí porque no debiste haber venido a Céfiro, pero, sin embargo, lo hiciste... y no podemos permitir que interfieras en nuestros planes. Y estás en el lugar que debes estar: en una de las habitaciones de los espejos-
-No entiendo lo último-
-Nuestros espejos son muy especiales... Pueden contener a alguien, o algo, si es que se tiene el poder suficiente. Y mi señor Edonis lo tiene. Te quedarás aquí hasta que todo haya concluido, y después veremos qué hacer contigo... – y desapareció, dejando a Fuu en el espejo.
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Lantis golpeó la puerta de los gemelos, esperando que no estuvieran dormidos. Urrim le abrió la puerta, todavía vestido con su uniforme escolar.
-¿Puedo pasar?- dijo el guerrero.
-Si, por favor- dijo el niño, algo confundido, haciéndose a un lado.
Su gemelo estaba sentado en la cama. Habían estad hablando hasta que golpearon la puerta, seguramente de las cosas que les habían pasado ése día, supuso Lantis.
-Vine a pedirles disculpas por mi comportamiento- empezó el guerrero –Los he juzgado mal-
-Eso no tiene importancia- dijo Marlo.
-Para mí sí- lo interrumpió Lantis –Quisiera pedirles disculpas por haber creído que eran seres malignos-
-No es la primera vez que nos asa en la vida- dijo Marlo.
-No te preocupes, te disculpamos- dijo Urrim, acercándose al guerrero –Sabemos que tienes buen corazón, y que te preocupa el destino de una de las amigas de Umi. Nosotros hubiéramos actuado de una forma similar si estuviéramos en tu misma situación-
Lantis lo miró, sorprendido.
-Hikaru- dijo Urrim –No te reocupes, ella llegará mañana con Presea-
-¿Cómo lo sabes?- preguntó el guerrero, sorprendido.
-Tus sentimientos hacia ella son muy fuertes- dijo Marlo –Yo soy menos perceptivo que Urrim y lo sé. Él debió darse cuenta antes-
Lantis se inclinó para verlos mejor. Parecían dos niños normales, pero tenían poderes especiales...
-Es largo de explicar, pero sí existen algunos como nosotros en el Mundo Místico- dijo Urrim.
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La noche transcurrió sin sobresaltos, pero los únicos que pudieron dormir bien fueron los gemelos. Lantis estaba preocupado por Hikaru, Ferio por Fuu y Umi por Guru Clef y por Ascot. Ninguno de los tres entendía cómo no habían estado donde pensaban.
Los gemelos tuvieron un sueño extraño: había una chica de pelo corto y rubio dentro de un espejo, y una chica pelirroja con trenza estaba dentro de una gema, en medio de las llamas, pero ni siquiera estaba consiente. Un muchacho de pelo marrón y flequillo, y un niño de la edad de los gemelos con pelo violeta se volteaban para mirarlos, pero después desaparecían, como si hubieran sido de humo.
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A la mañana siguiente, Hikaru y Presea llegaron al castillo. La Guerrera corrió a encontrarse con Lantis, para después abrazar a Umi, quien apareció después, felices de reencontrarse. Estaban muy contentas de volver a Céfiro, pero ninguna de las dos sabía dónde estaba Fuu, y Ferio empezó a preocuparse.
-¿Y quiénes son éstos dos niños?- preguntó Hikaru, viendo a los gemelos.
-Yo soy Urrim, y él es mi hermano Marlo- dijo Urrim.
-Somos los alumnos de intercambio de Inglaterra- siguió Marlo.
-Pero creo que vinimos a un lugar un poco más lejano- terminó su gemelo.
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Bueno, éste capítulo me llevó un poco más de tiempo de lo que pensaba, pero estoy satisfecha con el resultado. Si piensan que no tiene mucha acción hasta ahora, paciencia, que no los voy a defraudar (Hum, ¿adónde habré escuchado eso?)
Escila: Concuerdo. Este fic lo escribí hace mucho, pero era necesario que lo publicara para que los cinco dragones estuvieran completos.
Nos leemos
Nakokun
