Merry Christmas, Brat
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Arigato a ALEJAMOTO DIETHEL, Dark artemisa, diosa Atena, Forfirith-Greenleaf, Kida Luna por sus review's, no contesto porque como sabes perfectamente el fic no es mio, pero les agradezo el apoyo, seguire traduciendolo mientras ustedes sigan apoyando :)
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El 11 de diciembre, Sábado - 7:54 am
Ryou se movió y parpadeo para despertarse, mientras se estiraba. Quizás su otra mitad estaría de bueno humor esta mañana. Se sentó y bostezó. Todavía era muy temprano por la mañana, la luz se movía hasta el interior del cuarto, pero aun estaba oscuro por ser invierno, pero no era demasiado tarde, asumió.
Se envolvió la manta sobre sus hombros y caminó calladamente hacia la cocina. En la alcoba de Bakura, sobre el garage, sus ojos se abrieron. La luz estaba encendida. Bueno.
Ryou sonrió cuando escucho a los pájaros que cantaban fuera de la ventana de la cocina. Camino lentamente hacia la ventana y corrió las pequeñas cortinas para poder ver hacia afuera. Abrió la boca hacia la vista frente a él. ¡Nieve¡En Dominó¡Y todavía caía ligeramente¡Debía de haber casi dos y medio pulgadas, quizá incluso tres y medio de nieve en el suelo! Sonrió y una ligera risa se escucho.
Dos heladas manos agarraron su cuello de repente y abrió la boca de nuevo por el miedo. Bakura se apoyó más cerca hasta quedar a pocas pulgadas de la oreja de Ryou.
"¿Qué te da tanta alegría, debilucho?"
Ryou mordió su labio. Una tormenta de mariposas aterradas tembló en todo su estomago, no esperaba que Bakura pasara por ahí y tan pronto. ¿No había sido suficientemente silencioso¿Había hecho algo mal¿No era tan temprano como creía? Trago su miedo, sospechando de una amenaza inminente, como mejor pudo; pero su voz temblaba.
"Es que hay, el um... nieve fuera. Yo ha..hace mucho que no veo la nieve".
Los ojos de Bakura se movieron y siguieron la mirada de su luz hacia fuera por la ventana. El blanco lo cubría todo. La nieve. La mente de Bakura hizo conexión con un clima frío. El mayor retrocedió su mente a su vida en el antiguo Egipto, no estaba esa escarcha que hacia ver la tierra blanda. Bakura pestañeó y no hizo movimiento alguno, la substancia blanca entretuvo su curiosidad por el momento.
Pero la presencia de Bakura sobre los hombros de Ryou, enervaba al menor, la carrera de su corazón había aumentado en el momento en que Bakura lo había tocado, y estaba seguro que ahora estaba respirando ruidosamente e irregularmente. El miedo era una debilidad de la que Bakura lo había reñido mas de una vez, tenía que controlarse o... eso era algo que Ryou no quería saber.
"¿H... hey, Bakura-s..sama, le gustaría beber algo caliente¿Gustaría cocoa caliente?"
La atención regresaba ahora en Ryou y fuera de la nieve.
"Heh"
Bakura apretó con mas fuerza la parte de atrás del cuello de Ryou y lo hizo girar viendo por la cocina hasta los trastes, "¿Hay alguna taza limpia? Yo no lo creo. ¿No hiciste tus quehaceres, ahora lo harás...?"
Sonrió y esperó por la lastimosa respuesta de Ryou.
"Yo... Yo los haré ahora mismo, y tendré lista su taza para su cocoa, -sama ".
Le había enseñado a Ryou como llamarlo hace tiempo, Bakura-sama. Algo para mantenerlo degradado y bajo su dedo meñique por cada segundo de su corta vida mortal.
"¿Y habrá un cuenco y una cuchara para mi cereal?"
A Ryou le temblaron las manos, se acerco al fregadero y abrió el armario que estaba encima. Un cuenco.
"S..si, suficiente para el suyo, -sama "
Una sonrisa torcida se formo en la cara de Bakura, satisfecho por ahora, se quito de los hombros de Ryou y lo empujó al fregadero.
"¡Bueno, ahora has mi comida, enano! lavas los platos y limpias la cocina!" ordeno.
Bakura giro sobre sus talones y salió de la cocina, caminó hasta el vestíbulo y despacio giro la perilla de la puerta delantera. Estaba muy frío. Empujó la puerta para abrirla y un aire aun más frío que la que estaba en la casa lo pegó como un millón de carámbanos (1). No queriendo que la casa se enfriara, salió rápidamente y cerro la puerta tras de él.
Desde que despertara, había agarrado una de sus camisetas usuales (una negra que tenia escrita Death en blanco). Pero él no había pensado en agarrar su chaqueta o gabardina. Elimino su presencia física para evitar el frió, pues por un impulso repentino quiso inspeccionar la pelusa blanca que cubría la tierra, los árboles, los arbustos, el cerco, el automóvil del vecino, el infierno, el barrio entero.
Nieve, esto es?
Se agacho y con sus manos desnudas escarbo un poco. El material frío y blanco también estaba húmeda, se derretía en sus manos y heló sus manos al mismo tiempo. Sus manos hormigueaban, con un entumecimiento de manos dejo caer la nieve que salpico el resto de la nieve en el césped. Humph. Éste era un nuevo elemento a él.
En la distancia escucho a los a niños que gritan alegremente y curiosamente se veían desde el patio del vecino. Los niños estaban vestidos con ropas de gran cantidad de colores fluorescentes y estaban bailando en la nieve, arrastrándose en la nieve, tirando la nieve entre si. El calor de sus ropas los protegían de la fría nieve. Aunque los niños estaban divirtiéndose, esto le había dado una idea a Bakura. Una cruel idea para después.
Ryou, mientras tanto, vertía el cereal de Bakura y sacaba el jarrón caliente del microondas, y revolvió en el cacao. Apenas de dio cuenta de lo hambriento que estaba. Había vomitado toda su comida anoche, y apenas había probado bocado en la escuela, pero ahora, no había comido nada por casi un día...
Ya había bastantes platos limpios para que comiera Bakura... las náusea por el hambre sólo le hicieron mas difícil realizar su deber. Puso el cereal y la cocoa en la mesa y rápidamente cargo el lavaplatos y lo encendió. Ryou jalo una silla y acostó su cabeza en ella.
Bakura, segundos después, se sentaba y recogió el jarrón de cacao. Calentó sus manos cuando en eso vio hacia abajo, donde estaba Ryou, se veía realmente hambriento.
"Oh¿nada para ti?"
Ryou sólo agitó su cabeza.
"MmmHmmm".
Bakura ya había bebido a sorbos más de la mitad de su cocoa tibia, y ahora él picaba su cereal. Se preguntaba que hacer con Ryou hoy. Era sábado, y Ryou no le había pedido ver a sus amigos, aun. Sonrió abiertamente. Si hoy no había algo planeado, podría ser un buen momento para enseñarle otra lección a Ryou.
Los timbrazos del teléfono en la pared empezaron a sonar de repente. La cabeza de Ryou se separo pesadamente de la mesa. Con un suspiro cansado se levanto alejándose de la mesa y tomo el aparato.
"Éste es Bakura Ryou. ¿Hello?"
"Buenos días, Ryou" era Yuugi
"Por qué me has llamado?" Ryou preguntó desanimadamente, mientras miraba la cara de Bakura fruncirse.
"Bueno, la banda y yo vamos ir ayudar a decorar para el evento de karaoke de invierno en la escuela, nosotros nos preguntándonos si te gustaría venir".
"¡Me encantaría, Yuugi!"
La cara de Bakura oscureció con enojo.
"Pero... yo no sé si pueda..."
"Mrrr... Sí, nosotros entendemos, pero tenemos algo que darte, pasaremos a tu casa de cualquier manera, bien? Será solo un momento"
"Nos vemos después, Yuugi".
"Ok, adiós Ryou".
Ryou caminó de regreso y se sentaba a la mesa, sus manos que estaban inquietas en su regazo.
"¿Sí?" Bakura preguntó, "¿Qué es lo que quieren ahora?"
"Ellos quieren que vaya a la escuela y los ayude a decorar para un evento. E..ellos pasaran un momento, antes de ir para allá. Dicen que tienen algo que darme".
Bakura gruñó, "¿Ellos vendrán aquí?"
Ryou mordió su labio, "yo no pude decirles que no lo hicieran"
"Ni siquiera lo intentaste"
Ryou se encogió y miro hacia sus manos aun inquietas en su regazo, "lo siento, por favor perdóneme. Yo pensé que no haría mucho daño"
Eso es justamente Ryou, un mendigo de perdón. Pero cuando las palabras "perdóneme" salían de su boca, estas se transformaban en la mente de Bakura como, " castígueme".
Bakura se puso de pie y cerró de golpe sus puños en la mesa, "Limpia estos platos, guarda esto, guarda el cereal, y entonces cuando ellos se hayan ido..." él volteo y se detuvo cuando estuvo en la puerta, y sin girarse continuo, "vamos a la sala. tu no puede ir con ellos, y yo estaré esperándolos"
Una ultima mirada hacia Ryou y un mudo silencio como si él no estuviera allí en primer lugar. Ryou tragó y unos temblores lo levaron a poner su cabeza sobre la mesa. Escondió lágrimas que intentaban brotar lejos de sus ojos. Bakura nunca le permitiría ver a sus amigos más que en la escuela. Se sentía tan solo, pero no había nada que pudiera hacer.
Y no podría pedirle a sus amigos que lo ayudaran, porque podrían salirse las cosas fuera de control y entonces si fallaran las cosas podrían cambiar, y eso solo provocaría que Bakura fuera aun más cruel con él, de lo que nunca antes hubiera sido... la desobediencia es algo que su mitad oscura nunca aceptaría, pero Ryou no quería ser por siempre el esclavo de la oscuridad. Un traste sin valor como Bakura le dijo que era. Allí no era más que eso. Allí sólo era eso.
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Continuara
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(1) La palabra en ingles es Icicle traducida es Carámbano: Pedazo de hielo más o menos largo y puntiagudo
