Estos personajes no me pertenecen, sino que a Joane K Rowling y a Jonh Ronald Renuel Tolkien. Los de Harry Potter y El Señor de los anillos respectivamente. Aviso que en esta capitulo también reproduciré algunos diálogos del libro, sobretodo en la parte de Aragorn. Y tranquilidad para sus fans que hoy sale. Lo demás es ©Saray Aparicio (Arwen)
Aviso: Bueno, aunque la parte de Harry la haya puesto bastante después que la de Sirius, Remus, Snape, Hermione y Ron «¡Uf! Cómo me ha costado» va antes la de Harry que la de estos últimos, en el tiempo ¿Me explico? Bueno, si no lo hago, lo intentare aclarar más adelante, pero si veis cosas raras no os extrañéis ni creáis que es un error, es así.
~ ≈ ̃Viaje a la Tierra Media ̃ ≈ ~
~ ≈ ۵ Capítulo 6۵ ≈ ~
***Aragorn, El ataque del Mortífago y Algunas sorpresas***
***************************************Aragorn***************************************
Tras muchas horas de viaje, por fin llegaron a Bree.
Era un pueblecito como otro cualquiera, tenía una calle principal, sobre la cual se levantaban centenares de casas bajas de piedra roja. Harry se dio cuenta (no por primera vez) de que a lo mejor no era una sociedad tan avanzada como la nuestra, ni grandes rascacielos, ni humo, ni coches...
«Es mejor así» Pensó Harry
Ya se había extrañado cuando le dieron el poney, pero era porque allí no había otro medio para trasladarse, bueno sí, había otro... a pie y desde luego Harry prefería el poney. Los Hobbits le habían dicho que no acostumbraban a viajar mucho, y les comprendió, seguro que los viajes, aunque fuera para ir a la ciudad vecina, eran largos y tortuosos.
Los hobbits se detuvieron delante de una cerca, que se alzaba a gran altura por encima de sus cabezas, intentaron abrirla, pero estaba cerrada, entonces un hombre apareció de repente, empuñando una linterna como si de una espada se tratara.
-¿Qué quieren y de dónde vienen?- Preguntó amenazadoramente.
-Buscamos la posada. –Respondió Frodo dando un paso al frente con aire de líder. El hombre apuntó con la linterna directamente a Frodo, este se tapo la cara con la mano.
-¡Hobbits! ¡Cuatro Hobbits!
«¿Por qué se extraña tanto?» Pippin le respondió, en un susurro, que los hobbits de La Comarca no visitaban Bree muy a menudo.
Cuando volvió a atender a la conversación entre el guardia y Frodo, este estaba erguido y le hablaba amenazadoramente. El guardia por fin los dejó entrar, cuando lo hicieron observó a Frodo que parecía inquieto por algo, cuando la puerta se cerró tras ellos, soltó un gran suspiro de alivio. Harry todavía no los conocía muy bien, pero le parecían personas realmente "peculiares".
«¿Todos los de Tierra Media serán así?... ojalá»
Pippin y Merry le resultaban francamente simpáticos, habían cogido confianza con él desde el primer momento; Sam, a él le costó un poco más que a los dos últimos, pero una vez lo conoció se dio cuenta de que era una persona muy agradable, a la par que servicial y fiel... buenas cualidades; y Frodo... le caía bien, se había reído con él y por alguna extraña causa sintió que tenían algo en común, pero también le inquietaba y le parecía misterioso... como si tuviera una cara que ocultaba a todo el mundo.
Cuando llegaron a la posada se detuvieron en seco. En la enseña se leía "El poney pisador". Entraron, una oleada de calor llegó hasta Harry, parecía un lugar "alegre", es decir lleno de borrachos, y acogedor... se oyeron risas y aplausos, el local estaba muy lleno de gente y humo.
«Vaya... esto se parece a un bar muggle después de todo»
Efectivamente había mucha gente, y Harry comprobó que eran de muchas razas distintas: Hobbits, enanos y... ¡Hombres! A Harry le dieron ganas de saltar ¡A lo mejor sus amigos estaban allí! Busco desesperadamente con la mirada, pero, no los vio... de todas maneras no perdió la esperanza.
Se dirigieron al mostrador, Frodo casi se lleva a un hombre por delante.
-¿Es usted Mantecona? –Preguntó.
-Sí, en que puedo ayudarles.
-Queríamos una habitación. –Pidió Frodo.
Después de chillar unas cuantas instrucciones a unos hobbits que debían trabajar allí, les acompaño a una habitación. Harry notó que era algo pequeña para él, pero no dijo nada.
-¡Oh! –Exclamo Mantecona cuando se percató de su presencia.- ¿Quizá usted prefiera otra habitación?
-No... no es necesario –le respondió Harry.- Lo único que necesito es dormir.
-Esta bien señor –se encamino a la puerta –si me necesitan, toquen la campanilla.
Al instante apareció Nob, que les sirvió una generosa cena, no tan buena como la de Tom, pero a Harry le pareció deliciosa, pues parecía no haber comido en una semana.
Después de cenar Frodo, Pippin y Sam decidieron que iban a bajar y unirse a los otros huéspedes. Pero Merry parecía no tener ánimo y Harry estaba deseando salir de allí para ver si se encontraba con alguien conocido.
-Nos quedaremos aquí un rato y luego quizá salgamos... -A Harry le brillaron los ojos ante estas palabras.
Después de decirles que se cuidaran salieron de la habitación.
********************************El ataque del Mortífago*********************************
Él y Merry pasaron un tiempo en silencio, absortos, observando como las luces del fuego jugaban con la luz y las sombras del cuarto, creando formas fantasmagoricas. Harry ya estaba impaciente.
-Merry... podemos irnos ya. –Pidió Harry
Merry sonrió, era la decimoctava vez que lo decía.
-Esta bien... –accedió- pero no muy lejos.
Harry pegó un salto y se puso la túnica de Hogwarts.
-Vamos. –Apremió al Hobbit.
Ambos dejaron el estruendo y el jaleo de "El Poney" y entraron en la quietud de la noche. El tiempo era frío y soplaba una ligera brisa, Harry dio una bocanada de aire, era muy puro.
Empezaron a pasear por las calles desiertas y los oscuros callejones. Harry tenía un mal presentimiento y se le encogía el corazón cada vez que oía un ruido. Estuvieron una hora caminando y Harry no vio nada que le indicara que sus amigos se encontraran allí, aunque habían buscado por toda la aldea.
-¿Qué?¿Ya te das por vencido? –Pregunto el Hobbit a su lado.
Harry asintió, presa de una profunda desesperación.
«¿Dónde estáis? ¡Dónde!»
De repente sintió que algo le helaba la sangre, miró a Merry, él le devolvió la mirada de confusión. Ambos se dieron la vuelta y vieron una sombra entre las sombras, enseguida se arrastró fuera de su vista.
-¿Qué demonios era eso?- Preguntó Harry. Miró a Merry, su piel tenía el color de la leche y en su cara había una mueca de terror.
-Los jinetes negros.- Dijo en un susurro mientras se estremecía.-Sigámosle.
Siguieron a la sombra, pero en cuanto dobló la esquina lo perdieron de vista. Aun así intentaron seguir el rastro hasta el final de la calle.
-Lo hemos perdido. –Se lamentó Merry.
Cuando de repente escucharon unas voces. Como murmullos
-Será mejor que vallamos a decírselo a os demás.
Harry y Merry fueron rumbo a la posada con paso rápido, de repente Harry tuvo la misma sensación que antes, y para su horror un hombre con túnica negra salió de entre las sombras cortándoles el paso y apuntándoles con una varita.
¡Era un Mortífago!
Harry tuvo que reprimir un grito.
-Volvemos a encontrarnos Harry Potter. Y esta vez no lograras escapar de las garras del Señor Tenebroso.- Le dijo amenazante, esa voz... de que le sonaba...
"-Si te interesa saberlo vamos a hacerle un regalo a tus tres amigos, pero con vosotros aquí será mucho más fácil de lo que pensábamos."
¡Era la misma voz que la de uno de los Mortífagos que los atacó en el bosque!
Habría llegado Voldemort también hasta ese mundo, Harry se mareó con solo pensarlo.
-¡Cruccio!
Harry se retorció y calló al suelo, gritando de dolor. Merry lo miraba con los ojos desorbitados, sin saber que pasaba, pero pronto lo descubrió.
-¡Cruccio!
Merry sintió como si mil cuchillos se le clavaran por el cuerpo, pensó que no había sentido un dolor tan fuerte en su vida, estaba a punto de desvanecerse cuando.
-¡Expelliarmus!
Él hombre salió volando hacía atrás con una gran fuerza, tanta que rompió el vidrio de la farola al chocar con ella, y finamente cayo al suelo inconsciente. Merry se volvió para observar a su salvador, y para su sorpresa se encontró con Harry levantado a su lado, con una varita en una mano, y con otra en la otra mano, apuntando al cuerpo inerte del hombre, con los ojos desorbitados.
-¿Qué? ¿Quién? ¿QUÉ ERES TÚ? –Merry estaba frenético.
-Tranquilo. –Harry intentó que se calmara, cosa que fue bastante difícil.
Tras bastante rato en silencio, sentados en el suelo de la calle, por fin Merry, pareció volver a la cordura.
-Entonces... –dijo con toda la calma que pudo -¿Eres un brujo?
-Si –Admitió Harry ¿Por qué negarse?
-¡Solo podías ser eso! –Exclamó satisfecho.-¿Por qué no nos lo contaste?
-Bueno... del mundo donde yo vengo hay una cosa que se llama "ley de secreto de los brujos" (o algo así, lo siento no me acuerdo) que esta impuesto por el Ministerio de Magia. –Explicó Harry
-¿Y por qué?
-Según lo que vosotros me habéis dicho –Harry se puso en pie y empezó a andar en círculos –no hay muchos magos en esta tierra. Todos son muy poderosos, sí, pero hay muy pocos
Merry asintió con la cabeza.
-Pero en mi mundo –continuó Harry – no es así, los magos somos muchos, tantos que igualamos a los muggles...
-¿Muggles?
-Gente no mágica. –Explico haciendo un gesto con la mano. –El caso es que, imagínate que todo el mundo quisiera una solución mágica a sus problemas, sería demencial, por eso... nos escondemos de ellos, para ellos, la magia, no existe. Yo hasta que entre en Hogwarts, por mucho que pasaran cosas raras a mí alrededor, no me enteré
-¿Hogwarts? –Merry prorrumpió en otra exclamación.
Harry suspiró. –Te diré lo que haremos, tú me cuentas de que va toda esta historia del anillo... y yo te explico lo de mi mundo.
Merry comenzó a contarle toda la historia sin omitir ningún detalle. Harry quedo boquiabierto de que unos seres tan pequeños emprendieran una empresa tan peligrosa.
-¡Vaya! -exclamó al final sin poder contenerse. –Pero creo que el indicado es Frodo.
Y entonces cayó en la cuenta de por que él y Frodo eran parecidos, con el destino del mundo en sus manos, enfrentándose a un señor tenebroso y... sobretodo , con la responsabilidad de estar a la altura de lo que todos esperan de ti.
Merry asintió. –Ahora cuéntame tú.
Harry meditó, aquello iba a ser complicado.
-¡Señor Merry! –Nob apareció doblando la esquina de la calle y los miró con curiosidad. -¡Todos están muy preocupados por ustedes! ¡Será mejor que regresen a la posada!
Harry miró a Merry. Ambos siguieron a Nob, obedientemente.
-Por favor. –Rogó Harry cuando ya estaban en la puerta. - No les digas nada a los demás.
-Y cómo les explicamos eso. –Dijo señalando una herida bastante fea que Harry tenían en la cabeza. Harry se la tocó, se la habría hecho al caer al suelo.
-Decimos que nos atacaron... pero nos saltamos la parte en la que yo salgo gritando "¡Expelliarmus!"
-Conforme. –Asintió Merry. –Pero luego me contaras la historia de tú mundo.
-Faltaría más. –Dijo Harry soltando una risa.
Aún que ninguno lo decía cada paso era una tortura, Harry sentía un dolor lacerante en el costado que se unía a la quemazón de la herida en la cabeza, y Merry aun sentía pinchazos por todo el cuerpo.
Cuando entraron en la habitación todos aguantaron un grito.
-¿Qué os a pasado? –Se preocupó Pippin.
-¡Jinetes Negros! –Exclamo Merry haciendo gala de sus grandes dotes de actor.
-¿En la aldea?-Preguntó Frodo alarmado.
Merry les relató lo de la sombra.
-Le seguimos el rastro, me pareció que subía por el camino del este, pero enseguida le perdimos, lo único que oímos fueron unos murmullos, lo siento. –Merry parecía avergonzado.
-No tienes por que avergonzarte, no mucha gente habría hecho lo que tú has hecho.
Era una voz potente y masculina, un hombre alto y musculoso salió de entre las sombras de la habitación, era alto y de facciones muy marcadas, y aunque estaba demacrado, aún conservaba cierto aire autoritario que le recordaba al que tenía la profesora McGonagall, pero este se suavizo con una sonrisa.
-¿Y qué pasó luego? –Preguntó.
-¿Por? –Merry parecía nervioso.
-Bueno, no habéis dicho que os atacaran, y él –dijo señalando a Harry –tiene una herida.
«Este tío es un as, no se le escapa una» Harry palideció
-¡Ah! Eso, pues... –Merry se había quedado sin ideas, decidió contar la verdad omitiendo la parte de Harry –nos atacó un hombre vestido de negro.
Harry lucho para respirar aire ¿Le estaba traicionando? Le lanzó una significativa mirada a Merry, este se limitó a hacer un gesto con la cabeza.
-Sacó un palito y gritó: "¡Cruccio!" O algo así. Sentí un dolor agudo y luego... me desmaye.
Harry soltó todo el aire que había acumulado desde que la explicación de Merry había dado comienzo.
-¿Y a ti que te paso? ¿Cómo te hiciste eso? –Trancos le pasó una toalla húmeda y la presionó contra la herida
«¡Ups! Ya la hemos cagado»
-¡Ay! Pues yo también me desmaye y al caer al suelo, me hice la herida.
«Es una explicación bastante creíble»
Trancos lo observó de arriba abajo, y tuvo la sensación de estar siendo juzgado, como si Trancos pudiera ver más allá de lo físico, como si pudiera ver el alma... le pareció algo así como una máquina de la verdad.
-Esta bien... –Admitió al fin.
Pippin bostezó.- Han sido demasiadas emociones par un solo día... será mejor que nos vallamos a dormir.
-Sí pero no en vuestra habitación. –La cara de Trancos se suavizó. –Será mejor que vengáis conmigo.
Les llevó a otra habitación más amplia, perfecta para Harry. Mientras Trancos les traía el equipaje, Pippin pasó a contarles, no sin burla, lo ocurrido durante su ausencia. Harry y Merry no pudieron evitar reírse.
-¿De verdad hiciste eso? –Preguntó Merry.
-Solo fue un accidente. –Admitió Frodo mientras le subían los colores.
-¡Menuda pirueta! –Harry se echo a reír y muy pronto todos hicieron lo mismo. Trancos entró interrumpiendo las risas.
Todos se acomodaron en las camas. Mientras Trancos se sentaba frente al fuego.
-¡Buenas Noches! –Deseo Harry.- También buenas noches a ti "increíble Frodo".
Todos empezaron a reír. Trancos observó a Harry como si fuera de otro planeta.
-Muy gracioso. –Comenzó Frodo sarcásticamente mientras le tiraba una almohada.
-¡Ay! Me has dado en la cabeza. –Se quejó.
-¡Chist! A callar –Merry ya estaba medio dormido. –Esto es un asunto serio.
Harry adoptó un aire grave, él había estado cuatro años con la amenaza constante de Voldemort, si no se hubiera reído, no sabía lo que habría hecho y tenía que inculcarles a los demás ese espíritu.
-A veces –Dijo incorporándose. –Cuando uno esta metido en un asunto serio como este, es cuando más hay que reírse, por que quizá no tengas otra oportunidad para hacerlo.
Volvió a acostarse, bajo la atenta mirada de Trancos y los otros, murmuro otro "buenas noches" y cerró los ojos. Cayó dormido enseguida, presa del agotamiento, pero recordaba haberse levantado por la noche al oír un caballo y algunos ruidos furtivos, a los que no prestó mucha atención.
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Cuando Harry se levantó, lo primero que escucho fue una noticia pésima, los jinetes habían atacado su habitación y sus poneys habían desaparecido. Todos se sintieron desfallecer con la noticia de que tendrían que ir a pie.
-¿Por qué os ponéis así? –Preguntó -¿A qué distancia esta Rivendel?
-A unas tres semanas
-¡Qué! –Harry casi se desmaya del susto
«¡Mi alma por un coche, un avión, un trineo, mi Saeta de Fuego! ¡Lo que sea!»
Además estaba la tarea añadida de cargar con las bolsas. Frodo observó la cara de desconsuelo de Harry.
-No hace falta que vengas. –Le dijo –Solo te acompañábamos hasta Bree.
-Es verdad, esta es una tarea muy peligrosa para un niño. –Se sumo trancos. El chico le caía bien, en cierta manera le recordaba a Sirius, y solo quería protegerle, como él hacia siempre, pero lo de niño le había sentado como un jarro de agua helada.
-Para que me voy a quedar aquí si no están mis amigos. Dejadme ir con vosotros. –Rogó –Yo me perdería en esta tierra, además he demostrado ser un buen compañero de viaje ¿no?
-Yo quiero que venga, creo que nos puede ser de mucha ayuda. –Merry salió en su auxilio.
-Además le hemos tomado aprecio. –Dijo Sam con media sonrisa.
-Gracias Sam. –Articulo Harry. -Entonces ¿Puedo ir?
Frodo y Aragorn se miraron, el último no parecía convencido, pero Frodo le hizo un gesto afirmativo con la cabeza.
-Esta bien... -Concedió.
-¡Gracias! – Harry se tiró a los brazos de Aragorn, este se sorprendió de la efusividad de Harry y le dio unas palmaditas en la espalda.
Poco después consiguieron un poney, con eso no tendrían que llevar parte de la carga, pero eso a Harry ya le daba igual, iría con ellos y aguantaría lo que le echasen.
Se despidieron de Mantecona y marcharon de "El poney", la gente atisbaba desde las puertas y ventanas, Harry se sentía incomodo, siempre siendo observado, las cosas no pasaban de algunos estúpidos que les gritaban de malos modos, pero pensó que si Trancos no hubiera estado allí, se habría armado una buena y agradeció su compañía, así se lo expreso a este.
-No hay de que. –Fue su única respuesta seguida de una leve carcajada.
Harry sonrió satisfecho, su primer objetivo era que Sam confiara en él, y ya lo había hecho, ahora quería que Aragorn y Frodo rieran más a menudo.
Cuando ya iban a dejar Bree pasaron al lado de una casa vieja y descuidada.
«Si tía petunia viera esto... le daría un ataque»
-¡De modo que es aquí donde se esconde ese sureño! –Dijo Frodo –Se parece bastante a un trasgo.
-¿Te refieres a Bill Helechal? –Harry había oído demasiadas cosas de él como para no despreciarle. -¿Qué es un trasgo?
Todos sonrieron. Hasta que un hombre que los observaba gritó.
-¡Buen día patas largas! ¿Partida matinal? ¿Al fin encontraste unos amigos?
La cara de todos se ensombreció, Aragorn asintió pero no dijo nada.
-¿Esto es un trasgo? –Preguntó imprudentemente Harry. Bill pareció molesto, pero a todos se les escapo una carcajada.
-Supongo que ya saben con quien se han juntado –siguió mofándose Bill -¡Don Trancos-sin-escrúpulos!
Harry sintió que la cara le ardía de ira, no le gustaba que insultaran a sus amigos, tenía la mala costumbre de ser "el abogado de las causas perdidas", le entraron ganas de darle una lección.
«-No estamos en nuestro mundo –meditó –nadie se enterará si hago magia. »
-Espera aquí –le susurró a Merry –le voy a hacer algo que no olvidara.
Merry le dedicó una sonrisa cómplice. Mientras Bill seguía con sus burlas, Harry sacó la varita con cuidado. No se dio cuenta de que Sam también había perdido la paciencia y justo cuando la manzana que había tirado, golpeó a Bill.
-Expelliarmus –Susurro.
Bill salió volando hacia atrás y entró en la casa a través de una ventana, se oyeron ruidos de cristales rotos y algunas maldiciones. Todos se quedaron con cara de póquer mientras Sam observaba ensimismado su mano.
-¡Bien hecho Sam! ¡Give me five, campeón! –Exclamó Harry, después miró a Merry y ambos se echaron a reír a mandíbula batiente.
-¿De verdad lo he hecho yo? –Sam parecía confuso.
Todos comenzaron a reír, Harry los observo mientras lo hacían y quedó encantado ante aquella visión.
**********************************Algunas sorpresas************************************
Bajaron al salón común de la posada, para conseguir "información" acerca de los jinetes negros, aunque no sabían a donde les podía llevar aquello, tampoco tenían otra cosa que hacer. Entraron en la sala, solo iluminada por un débil fuego que ardía en la chimenea, había una tenue nube de humo, por el olor parecía de pipa y el salón estaba muy concurrido.
Cuando el grupo llegó causó una gran expectación, las conversaciones cesaron, mientras los hobbits, hombres y algunos enanos, se volvían para mirarlos con curiosidad. Pero sin duda los que captaban más miradas fueron Snape y Hermione, sobre todo Hermione, pues el grupo femenino de la sala era menos numeroso que el masculino.
«¡Que pesadilla!¿Será siempre así?»
Hermione suspiro resignada y observo a Snape, él también parecía molesto y algo incómodo, un ligero rubor tornó sus mejillas de un color rojizo.
«¡Cómo no se le van a quedar mirando! Que mono...»
Escogieron una de las mesas más apartadas, en la semioscuridad pasaban más desapercibidos. Poco a poco el bullicio retornó a la sala, los habitantes parecían muy excitados y parloteaban sin cesar, mientras los viajeros escuchaban con todo el interés del mundo.
-Bien... ¿Quién será nuestra victima? –Preguntó Ron frotándose las manos y observando al ganado.
-¿Qué? –Preguntó Hermione sorprendida.
-Si no preguntamos, no conseguiremos información. –Comenzó Ron tocándose la cabeza con la mano.
-Supongo que podríamos preguntarle al posadero. –Propuso Lupin
-No creo que nos haga caso. –Afirmó Sirius, y señaló con la cabeza en un rincón de la sala.
Mantecona corría de un lado a otro de la sala sirviendo cervezas, limpiando mesas y vociferando órdenes a Bob y Nob. Parecía furioso y a punto de reventar.
-Tranquilos... ¡Cebadilla! –Llamó Ron a voz en cuello. Snape negó con la cabeza «Bueno él se lo ha buscado, yo no tengo nada que ver» Error
Cebadilla se dirigió hacia ellos hecho una furia, parecía querer fulminar al Hobbit con la mirada.
-Tengo miedo. –Susurró y se escondió detrás de alguien más alto y fuerte que él, Snape.
-¿Qué quiere? –Preguntó Mantecona llenando de saliva a Snape.
-Podría ser un poco más educado ¿no? –Preguntó secamente este.
-¿No me dirá que me llamo para eso? –Exclamó indignado Mantecona.
-No... –a Snape le estaba costando trabajo relajarse, estaba acostumbrado a que sus alumnos le tratarán con respeto, y la actitud del posadero le ponía bastante nervioso.- Solo queríamos información.
Mantecona soltó un bufido.- Información ¿eh? –Ladró como respuesta. Pero la cosa no terminaba allí. –He tenido un día horrible, he tenido que pagar las reparaciones de una de las habitaciones que destrozaron ayer y tuve que pagar los caballos a los amiguitos sureños de Bill Helechal, además de que este me timó con un caballo roñoso y por último espero la visita de un mago que me ase a fuego lento...
«Yo también he tenido un día horrible, capullo»
-Así que –continuó Mantecona –puede irse...
«¡Mierda! Si no salvo esta situación... esto acabara muy mal, ¡pero ese hombre no se da cuenta de que Snape le saca dos cabezas!»
Hermione puso una mano sobre el hombro de Mantecona y le obligó a girarse y mirarla a los ojos, ella le dedicó la sonrisa más dulce de su repertorio. El semblante de Mantecona cambió enseguida, se fundió como la nieve cuando llega la primavera.
-Señor Mantecona disculpe nuestra interrupción, pero le estaría muy agradecida –recalcó esta palabra. -si nos diera la información que precisamos.
Mantecona sonrió encantado ante esta afirmación «Así que agradecida ¿eh? Me preguntó como de agradecida»
-Claro señorita. –Fue su amable respuesta, cogió una silla y se sentó junto a ella.
Snape no cabía en sí de ira.
«¿Por qué hace eso?»
Todos los demás estaban encantados con la estrategia de Hermione y se sonreían unos a otros. Pero Snape no la aprobaba, no le gustaba ver como ella le hacía carantoñas a alguien tan desagradable, de haberlo hecho a alguien, debería haber sido con él...
«¿Celoso?» Una vocecita en el interior de su cerebro pulsó el botón de alarma, apartó la vista de ella como si hubiera visto algo desagradable.
-Bueno... por aquí no paran de decir algo de unos jinetes. Quizá usted sepa algo más acerca de toda esta historia. –Hermione siguió con su estrategia.
-Señorita, nada me gustaría más que contárselo todo, yo sé muchas cosas –dijo en un susurro cómplice- pero no se pueden contar, lo prometí a un amigo, y además se encontraría en un gran peligro si se lo dijera.- Continuo dándose importancia.
-¡Vamos! Seguro que a mí me lo puede decir... somos amigos ¿no? –Hermione le dedico un guiño pícaramente sensual.
A Mantecona se le caía la baba, parecía estar a punto de olvidar todas sus promesas y a todas sus amistades.
-Bueno... –vaciló –si se lo cuento a usted no pasara nada ¿verdad?
-Claro, puede confiar en mi. –Hermione se acerco más a él, mientras le arreglaba las solapas de la camisa, sus caras estaban muy cerca.
«¡Esto ya no lo aguanto!»
Snape se marchó a grandes zancadas y subió escaleras arriba, dejando a todos anonadados. Hermione sintió una punzada de culpa cuando lo vio marchar, pero no podía distraerse y tampoco se atrevía a mirar a Snape a los ojos, así que no apartó la mirada de Mantecona y prosiguió con su actuación.
Definitivamente Mantecona ya había olvidado completamente el término fidelidad y estaba dispuesto a contarle todo lo que pidiera.
«Ya lo tienes, ahora tira del hilo»
Y tiró
-¿Sabes que son y de dónde vienen exactamente esos jinetes negros? –Preguntó la chica
-Uno de esos desagradables Montaraces.- Se oyó un carraspeo, al otro lado de la mesa, Sirius y Remus (como Montaraces que eran) le dirigían miradas furibundas. –Disculpen, pero ese Montaraz no me da muy buena espina, por aquí lo llaman Trancos. Él me dijo que ellos venían de... Mor... Mordor
Mantecona parecía aterrado por su propio atrevimiento.
-¿Mordor? ¿Qué es? Gildor no nos hablo de ello. –Ron se sentó encima de la mesa, cerca del posadero.
-No me extraña... no solemos hablar mucho de ello. –Un escalofrío volvió a recorrer su cuerpo. – Él es la sombra que viene del este.
-¿Él? –Esta vez fue Lupin quien se acercó.
Mantecona volvió a estremecerse. Hermione se dio cuenta de que era un tema peliagudo y prefirió evitarlo, les lanzó unas significativas miradas a los demás y cambio de tema.
-Bueno... ¿Qué son? ¿Y qué querían?
-Eso ya no lo sé señorita, solo sé que venían por unos huéspedes que teníamos aquí, por algo que ellos tenían... pero no sé exactamente que es, deberían preguntárselo al señor Trancos, él sin duda sabe más que yo. –Parecía que le diera vergüenza reconocerlo.
-¿Nos puedes describir a esos huéspedes? –Ron tenía un palpito muy fuerte, y si Harry...
-Eran cinco señor, cuatro eran hobbits como usted...
-¿Y el quinto? –Preguntó impaciente
Mantecona pareció molesto con la interrupción. –Era un niño de unos quince años, pelo negro, ojos verdes y una túnica negra con un escudo.
-¡Sí! –Ron profirió un alarido de triunfo.
Hermione y Remus se miraron, a cual más sorprendido y Sirius pregonó negando con la cabeza:
-Este chico... no para de buscarse líos.
-Normalmente los líos le buscan a él. –Le dijo Ron a Hermione guiñándole un ojo, Hermione sonrió.
-¿Y dónde están esos huéspedes? –Sirius se levantó, dispuesto a salir corriendo al encuentro de su ahijado.
-Se marcharon esta mañana.
-¡¡¡¡Qué!!!! –Exclamaron todos aterrados.
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Y fin del sexto capítulo... Aquí también a habido mucho dialogo y muy poca acción, descartando lo del Mortífago, y ha sido más corto, por que yo ya no podía más. Pero espero que os haya gustado tras mi larga ausencia de las vacaciones, os juro que me volvía loca.... solo pensaba en escribir. Y cuando llegué se me estropeo el ordenador.
Contestaciones a los review.
Eowyn hija de Eomund: Muchísimas gracias wapetona, y lo del review ¡No me lo vuelvas a hacer! (Es broma) Luego pienso que a la gente no le gusta mi historia, muchos besicos.
Rakshah: Hola wapísima, tranquila a mi también me gusta más la parte de los otros, incluso yo me río más, me encanta imaginar lo que van a hacer. Y si es del mismo autor ¡Y si! Van a hacer una película, yo en realidad me leí el libro después de ver un trailer, también te doy la razón es algo sangriento. ¿Has leído "El tercer gemelo"? O algo de Robin Cook o Michael Crichton, son dos de mis autores preferidos. Lo siento si me pongo pesada... ¡me enrrollo como una persiana! Muchas gracias por tú review, me gustan mucho.
Marine: (Arwen se echa a llorar) Te he fallado (Se pone de rodillas) ¡Perdón pero no pude! Es que me iba al día siguiente... de todas formas gracias por tú review, a ver si te gusta más este capítulo, un besazo wapa.
Miyu: Si es un mago, creo que te respondo bastante bien ¿no? ¡Y tú también eres fan de Aragorn! ¡Yo si! Y de Legolas, Faramir y Pippin ¡Son mis idolos! Yo calculo que llegaran a Rivendel dentro de dos capítulos, intentare que la espera se te haga corta wapisima, un beso.
Choichi: ¡Jajaja! Tu dices que te ríes con mi historia, pero yo con tus reviews, mi madre también me dice si me pasa algo... a mis hermanas les caes muy bien (a mi también) y siento de veras haberte dejado tanto tiempo con el mono (no lo vuelvas a maltratar que no quiero que te encierren). Respuestas a tus preguntas: Tus muñecos están en manos de mi hermana, te los había echo pero se los quedo ella ;). Lo de Voldemort se verá más adelante, pero tiene mucho que ver. Lo de los Mortífagos, creo que ya te lo resolví. Serán un montón, algo así como "Los nueve de la compañía y... los que se acoplaron". El que le habla je je, me encantaría decírtelo, pero, el misterio es el misterio y eso se resuelve al final, con esto respondo a tú siguiente pregunta, y la siguiente respuesta es ¡no! Bien solo te puedo decir que la cara de Harry será un poema, y con la otra más de lo mismo. Y espero que lo otro sean dos ¡NO! ¡Uf! Creo que con esto respondí a todo ¡Un besazo preciosa!
Evelyn: Eve... mi preciosa Evelyn más vale que vea un review tuyo pronto, si no estas más al alcance de mi mano para torturarte. Yo también te quiero wapetona, y gracias por lo del review, me voy a poner colorada, pero no me hagas nada de lo que dices, que si no no sabrás como continúa.
¡Y con esto ya esta!
Pondré pronto el siguiente capítulo, por que ya esta escrito, así que dejar review, porque si no lo tomare como si algunos no lo hubierais leído... y aquí os dejo un adelanto del siguiente capítulo.
En el próximo capítulo de "Viaje a la Tierra Media"...
Conseguí más información. – Hermione sonrió y sacó un mapa – Me dijo que oyó que irían a "Imladris", conocido comúnmente como "Rivendel".
-¿Eso es una ciudad? –Preguntó Ron, apoyando la cabeza en una de las rodillas de Hermione para ver el mapa.
-Sí, es una de las últimas moradas de los elfos –puntualizó –me ha dicho que muy poca gente lo ha visitado, pero que es un lugar precioso.
-¿Y dónde esta? Aquí no sale. –Snape por fin se había acercado a curiosear y miraba el mapa por encima del hombro de la chica. Esta se estremeció al notar la respiración de él en su cuello.
-No lo indican en los mapas –dijo lo más serena que pudo –pero dicen que esta por aquí.
Hermione señaló una zona amplia entre las "montañas nubladas" y "el vado".
-Creo que lo mejor será que vallamos por el camino del este, y ya veremos donde nos conduce. –Concluyó Hermione.
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-¿Conoces a mucha gente?
Aragorn meneó la cabeza.
-Puede
-Dime si conoces a una mujer como la que te voy a describir.
Harry le describió a la mujer del sueño, también describió la hermosa voz, por si acaso servía para algo. Cuando terminó de contarlo, Aragorn le miró con sorpresa.
-¿De qué la conoces?
-Tuve un sueño mientras estaba en los Túmulos y salía ella.
(...)
-Conozco a alguien que encaja en ese perfil. –Explicó Aragorn.
-¿En serio? -El rostro de Harry se iluminó(...)
-De todas formas es muy extraño –Aragorn adoptó un aire grave –la descripción encaja con la dama Galadriel del bosque de Lothorien, pero son pocos hombres los que la han visto, y desde luego, no creo que tú seas uno de ellos.
(...)
El semblante sombrío de Aragorn no cambió ni un ápice. De repente pareció darse cuenta de algo, pero no dijo nada, solo lo miro con seriedad.
-No sabemos mucho de ti verdad...
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Se quedó absorto observando el paisaje, de repente su cara cambió, se volvió pálida y quedo como petrificado, Harry siguió su mirada hasta encontrar lo que tanto aterrorizaba a Frodo.
-Mira –Le dijo a Aragorn. Que se tiró al suelo empujando a Frodo, Merry y Harry hicieron o mismo.
Harry sintió una punzada de dolor en la cicatriz.
-¡Ay! –Se llevo una mano hasta ella. Y cerró muy fuerte los ojos esperando que pasara.
-¿Qué te pasa?
Haciendo caso omiso de las preguntas de los demás, Harry se arrastró hasta el borde del montículo de piedras y atisbó el camino, los demás hicieron lo mismo. Harry vio varios puntos negros, pero algunos parecían tener forma y estar más erguidos que otros, y el dolor de la cicatriz...
«Mortífagos...»
Y mucho más así que hasta el próximo capítulo....
***Arwen***
