Estos personajes no me pertenecen, sino que a Joane K Rowling y a  Jonh Ronald Renuel Tolkien. Los de Harry Potter y El Señor de los anillos respectivamente. Lo demás es ©Saray Aparicio (Arwen)

   ¡No me matéis! He suprimido la parte en que encuentran los Trols y demás... sigue pasando pero... yo no lo contaré... sería igual que el libro y eso aburre un montón. Bueno os dejo que leáis, suponiendo que alguien lea toda esta tontería y no pase directamente a la historia.

~ ≈   ̃Viaje a la Tierra Media  ̃ ≈ ~

~  ≈ ۵ Capítulo 9۵ ≈  ~

** Encuentros en el vado **

**************************************Glorfindel**************************************

   Los días pasaron monótonos, Harry ya perdió la cuenta. Los único que observaba era que cada día Frodo se encontraba peor, aunque no lo exteriorizaba se le notaba en la cara, el dolor...

«Como odio que se parezca tanto a mí»

   Después de pasar varios días subiendo y bajando, cumbres pedregosas y abruptas habían decidido volver a tomar el camino. Esta decisión la tomaron en mayor parte por Frodo, pero en realidad, todos estaban cansados, y Harry no hacía más que soñar con las mesas de Rivendel, tal y como les había contado Aragorn.

   Si alguna vez Harry pensó que estaba preparado para emprender esta aventura, se equivocaba completamente.

«Bueno... lo mismo pensaste en el torneo de los "Tres Magos" y lo conseguiste»

   Esto le hizo volver a recuperar un poco la confianza en si mismo, hasta que otra molesta voz en su cabeza dijo.

«Pero fue con trampa, amigo mío»

«¡Mierda! Podrías haberte callado»

«¡Ah!»

   Un viento frío comenzó a azotarles y la noche pronto amenazaba con aparecer. Así que comenzaron a buscar, como si fueran autómatas programados, un sitió en el que pasar la noche, pasando la mirada distraídamente de un lado a otro del camino. Harry iba caminando cuando chocó con Merry, que se había detenido en seco.

-¿Qué pasa? –Preguntó confuso.

   Merry se llevo un dedo a sus labios, pidiendo silencio.

   Tiquititac, tiquititac.

   ¡Un caballo!

   La reacción de todos fue automática. Se lanzaron a un lado del camino, Pippin lo hizo con demasiado, digamos, entusiasmo.

-¡Ay! ¡Me acabo de dar con la rama del árbol! –Gimoteó Pippin rascándose la cabeza.

-¡Ssh! –Le mandó callar Aragorn lanzándole una mirada asesina.

"¡Glups!" Pippin se agachó un poco entre la hierba alta y permaneció quieto como una estatua. Todos aguantaron la respiración por unos segundos, que parecieron interminables.

-¡Eso no es un jinete negro! –Dijo Frodo a media voz.

   Todos se relajaron un poco, pero permanecieron a la expectativa. Agazapados detrás del camino.

«¡Que buen oído tienen los jodidos! Yo no distingo nada»

   De repente Aragorn abandonó la seguridad de su escondite y se lanzó hacia el camino gritando y saltando como loco, en su cara había una alegría que no había visto hasta entonces.

«¡Este tío esta definitivamente loco!»

   Harry salió corriendo detrás de Aragorn y la escena que vio a continuación lo dejó bastante confuso. Lo que se acercaba no era un jinete negro... ni mucho menos... era un hombre alto y hermoso.

«¿Hermoso? De que parte de mi cerebro ha venido esa palabra ¿¡Eh!?»

   Harry intento buscar otra palabra para definirlo, pero si ninguna duda no había otra. Al acercarse más comprobó que era alto... muy pero que muy alto a decir verdad,  era de complexión fuerte y el traje de tela elástica se le pegaba al cuerpo revelando sus marcadas abdominales y los poderosos músculos de sus brazos. Había algo sobrenatural en el, infundía un cierto respeto, un aura de autoridad que no sabía de donde salía.

   Se dirigió hacia Aragorn pegando voces, que revelaron una voz suave y melodiosa.

-Ai na vedui Dúnadan! Maegovannen!

   Se abrazaron, la forma en que lo hicieron le recordó a como se abrazaron Lupin y Sirius la primera vez que se vieron, sin duda eran viejos amigos, el hombre comenzó a hablar rápidamente con Aragorn en la extraña Lengua de antes.

-Es un elfo. –Dijo Sam cuando observo la mueca en la cara de Harry. –Esta hablando en élfico.

-¡Eso es un elfo! ¡Que guay! –Exclamó Harry con ilusionado aire infantil. -¡Nunca había vasto uno!

-Son las mejores criaturas de tierra media. –Sam parecía emocionado de que alguien compartiera su interés.

   Harry se limitó a reír y le paso una mano afectuosamente por el pelo. Aragorn les hizo señales para que se acercaran.

-Este es Glorfindel, que habita en la casa de Elrond.

   Las palabras mágicas, si venía de allí... tenía que estar cerca, si estaba cerca... a lo mejor veía a Gandalf y entonces a lo mejor él sabía llevarle a su mundo. Después de oír todo lo referente a Gandalf que le habían dicho los hobbits, era difícil no tenerle en un pedestal... en cierta manera era como el Dumbledore de ese mundo. A Harry se le iluminó la cara.

-¡Hola, y feliz encuentro al fin! –Dijo el susodicho a Frodo con una sonrisa. –Me enviaron de Rivendel a buscarte

-¿Entonces Gandalf ya ha llegado? –Preguntó Frodo en éxtasis.

-No, al menos cuando yo partí. –A Glorfindel se le ensombreció la cara. Luego explicó a los demás lo que había pasado hasta llegar allí, Harry pensó que debía ser bastante bueno para tomarse tantas molestias, además era amigo de Aragorn... así que confió en el instantáneamente.

   Harry presintió algo malo y le echo una ojeada rápida a Frodo, estaba pálido, su aspecto había empeorado mucho, un cerco debajo de sus ojo era testigo de que no había pegado ojo en mucho tiempo o bien que sus sueños lo atormentaban. Se tambaleó hasta apoyarse en Sam que estaba a su lado.

-¡Frodo! –Exclamó y casi derribó a Pippin para ir a su encuentro. Frodo se aferró a él como si fuera un rayo de luz en un mundo de sombras.

-Tengo frío. –Le susurró al oído.

-Aguanta. –Después sintió como Glorfindel lo apartaba y examinaba a Frodo detenidamente.

   Aragorn le contó la historia del Nazgul y le enseño la empuñadura del arma que le había producido la herida a Frodo. Harry, estaba en un plano aparte, absorto en sus pensamientos. Lo que le pasaba a Frodo le inquietaba de verás, principalmente porque no lo comprendía.

«¿Por qué siempre nos da miedo lo desconocido... lo qué no comprendemos?»(Menda se hace esa misma pregunta)

   Pero él si que entendía un poco, sabía que eso lo estaba matando y que fuera lo que fuera esa cosa Frodo moriría sino hacía algo... algo.

«¡Piensa, piensa!» Se reprochó golpeándose la cabeza en un árbol cercano, una lágrima amarga cayó por su rostro, pero retuvo las demás dentro de él.

   Una mano gentil se poso sobre su hombro.

-No te preocupes. –Dijo una áspera voz conocida.

-¡Oh! No estoy preocupado. –Mintió Harry.

   Se giró hasta quedar frente a frente con Aragorn (bueno... todo lo frente a frente que podían estar, considerando que él era bastante más alto) él alargo la mano y limpió la lágrima que se le había escapado a Harry, este enrojeció hasta la punta de cabello.

-Es normal. –Y luego en un susurró solo para él , admitió. –Yo también lo estoy.

   Harry esbozó una sonrisa, Aragorn también lo hizo. Ambos se apresuraron y se situaron al lado del caballo de Glorfindel, que ahora montaba Frodo con cierta dificultad.

-¡Valla! ¿Cómo se llama? –Preguntó dándole una palmadita afectuosa al caballo.

-Asfaloth –Respondió Glorfindel saliendo de no-se-sabe-donde y situándose a su lado.

   Harry se sobresaltó un poco.

-¿Quién eres tú? Desde luego no eres un hobbit. –Preguntó el elfo extrañado.

-¿Puedo? –Preguntó Harry sin esperar respuesta.

   Al elfo no le dio tiempo a reaccionar, Harry apartó un mechón de cabello que cubría su oreja y se la estiró muy fuerte.

-¡Ala! –Exclamó fascinado.

-¿Ala? –Imitó Glorfindel frotándose la zona que estaba roja. -¿Es mi oreja sabes?

-Lo siento. –Se disculpó Harry entre carcajadas. –Es que en los libros siempre hacen eso y me hacía ilusión.

   Pippin que estaba por ahí cerca se acercó y puso morros de cachorrito.

-¿Puedo?

-Por supuesto que no. –Respondió Glorfindel escandalizado.

   Fue una reacción en cadena Frodo, desde las alturas, se echo a reír contagiando a todos, excepto claro esta al pobre Glorfindel que estaba un poco resentido.

-No le veo ninguna gracia. –Balbuceo.

-Soy Harry... Harry Potter. –Dijo tendiéndole la mano.

-¡Feliz encuentro! Creo. –El elfo le estrecho la mano con precaución.

-No lo haré más. –Y luego se puso la mano derecha en el pecho y levanto la izquierda solemnemente. –Palabrita de Boy-Scout.

-¿Qué? –Exclamaron todos. Harry soltó una carcajada.

   Aragorn ,que ya esta acostumbrado a las rarezas de Harry, le pasó una mano afectuosamente por el hombro.

-Es bastante raro. –Admitió dirigiéndose a Glorfindel, Harry puso una mueca. –Pero aprenderás a apreciar esas rarezas.

   Harry sonrió complacido.

-Y no te imaginas como. –Apoyó Merry refiriendo a cuando le salvó la vida.

-Creo qué tenéis algo que contarme.

   Harry suspiró y le contó un pedacito de su vida.

*************************************¿Perdidos?**************************************

-¡Es la tercera vez que pasamos por este sitio! –Gritó Sirius de repente.

   Después de deducir lo de Harry se habían puesto en marcha rápidamente. Ya llevaban tres días sin descanso, solo habían dormido unas diez horas, en total, a veces un espeso matorral que hacia las veces de colchón o en el mismo suelo. Los nervios de todos estaban a flor de piel.

-¿A sí? ¿Y como lo sabe el señor? –Preguntó Snape con sorna.

-Mira este árbol. –Dijo señalando uno con el dedo. –Tiene un circulo justo aquí.

-¡Anda! –Exclamó Snape excitado. –¡Mira! Este también. –Señaló otro árbol con furia, que efectivamente tenía la misma marca.

   La cara de Sirius estaba contorsionada por una ira iracional.

-¡Y este! –Continuó Snape. -¡Y todos los de este maldito bosque!

-Es un atajo ¡Vamos por el bosque! ¡No nos pasará nada! –Comenzó Sirius furibundo. -¿Quién a dicho eso?

   Ron se escondió detrás de Hermione, temiendo por su vida.

-Ya sabemos que estas muy preocupado por Harry, Sirius. –Intervino Hermione. –Pero no tienes que pagarlo con nosotros.

   Sirius se sentó en el suelo, abatido, ya no aguantaba más.

-Yo se lo prometí. –Dijo rompiendo a llorar. –Les prometí que cuidaría de él si les pasaba algo. –El llanto ahogaba su voz.

   Los demás se dirigieron miradas graves, todos sabían a lo que se refería.

-Sirius. –Susurró Hermione. Llegó hasta donde estaba él y lo abrazó.

   Sabía que Sirius había estado mucho tiempo guardándose esos sentimientos, y que ahora, más que nunca necesitaba una vía de escape.

«Tal vez esto le ayude»

   Sirius se aferró a ella como si temiera caerse, y se desahogo. Apoyó la cabeza en el cuello de la chica, ella podía sentir como las cálidas lágrimas resbalaban por su piel. De repente dejó de llorar y apartó a Hermione hasta situarla delante de él.

-Ahora que puedo. –Le dijo en un susurró. –Voy a cumplirlo.

-Yo...

   No sabía que decir, Sirius la seguía mirando a los ojos.

-Sirius. Nosotros te ayudaremos. –Para sorpresa de todos era Snape el que había hablado, le tendió una mano a Sirius.

   Este la miró, primero con desconfianza y luego con alivio, la tomó y se levantó hasta quedar frente a frente con Snape.

-Gracias. –Susurró sin comprender.- Continuemos.

   El ambiente se tornó bastante tensó, todos estaban callados y seguían a Sirius como un rebaño que sigue el camino del pastor. Un par de veces estuvo Lupin a punto de decir algo, pero enseguida cerraba la boca y se callaba. Tras estar una hora andando Hermione notó una respiración agitada a su lado.

   Se giró de repente para observar a Ron olfateando el aire como un sabueso.

-¿Qué pasa? –Preguntó Hermione preocupada.

-Huelo. –Ron olfateó un poco más. –Comida.

-Weasley. –Bufó Snape. –Todos tenemos hambre, estas delirando.

-Pues mi delirio huele a pan y fruta, no muy fresca por cierto.

-No digas tonterías, como vas a oler...

Snape se detuvo. Acababa de pisar un trozo de fruta.

-¡Ja! –Se mofó Ron. Snape puso un mueca.

-Parece un campamento. –Se aventuró Hermione.

-Lo es sin ninguna duda. –Corroboró Sirius.

-A lo mejor Harry estuvo aquí. –Ron parecía esperanzado.

   De repente un grito, pero no uno normal, si no uno que Hermione reconoció perfectamente. Un escalofrío los recorrió a todos por enteró, Ron se estremeció.

-¡Un jinete negro! –Exclamó Hermione.

-¿Estas segura? –Preguntó Lupin llevándose, sin querer, la mano a la funda de la espada.

-Vamos a averiguarlo. –Sirius se encaminó al lugar de donde provenía el grito, sacando su espada que produjo un tintineo metálico.

   Snape le siguió, con el arco y una flecha preparada, Lupin también, que agarraba su espada con ambas manos, preparado para todo.

-Perfecto... quedamos lo inútiles. –Dijo Hermione apesumbrada sin atreverse a seguirlos.

-Vamos a demostrarles lo que sabemos hacer los inútiles. –Exclamo Ron con una nota de valor en la voz que nunca había oído Hermione hasta entonces.

   Sin pensarlo dos veces Ron agarró una sartén y le dio otra a Hermione, ambos se apresuraron para alcanzarles.

   Una luz cegadora inundó sus retinas, la claridad de la mañana les deslumbraba, todos miraron hacia abajo, lo que pisaban no era la hierba, era un sólido camino de grava.

-¡El camino!

  Ninguno cabía en sí de emoción. Remus, Sirius, Snape y Ron se tiraron al suelo y lo comenzaron a besar como el Papa.

-¡Cuánto (escupitajo) te había echado de menos! –Sirius empezó a reír.

   Hermione negó con la cabeza y apartó la vista de la patética escena. Lo que vio la hizo atragantarse y después pegar un berrido.

-¿Qué pasa? –Preguntó Snape.

   Por toda respuesta Hermione señaló un lado del camino con mano temblorosa.

   ¡Había un grupo de hombres!

   Eran siete, tres cuatro hobbits, un elfo, un hombre y...

-¡Harry! –No hizo falta que Hermione lo dijera dos veces. Desde luego la racha de mala suerte había pasado. Todos empezaron a gritar y a correr pero estaban demasiado lejos para que los oyeran.

-¡Harry! –Sus gritos e júbilo se mezclaban con sus risas, no podían reprimirlas, por fin después de tanto buscar...

-¿Pero qué hace? –Preguntó Snape con los ojos saliéndosele de las órbitas.

-¡Se va! ¡Que se va! –Gritó Sirius indignado.

    Efectivamente, Harry se estaba subiendo a un caballo con uno de los hobbits y se disponía a irse. El elfo que los acompañaba, agitaba las manos en el aire frenéticamente, parecía asustado.

-¡Cómo se valla te juro que no respondo! –Gritó Snape furibundo.

   No les oía, estaban demasiado lejos. Hermione regresó hacia atrás en el camino y cogió a Ron, que se había quedado a bastante distancia del grupo, este le dirigió una sonrisa de agradecimiento. Después corrió lo más rápido que pudo.

«Piernas para qué os quiero»

   Hasta alcanzar a los otros, aunque apenas podían respirar no pararon de correr... Al parecer, la suerte no estaba de su lado... otra vez.

*********************************Encuentros en el vado**********************************

   Harry puso mala cara al sol que acababa de aparecer sobre el este, ya llevaban dos días con Glorfindel y era bastante duro, dormían entrada la noche y se despertaban con los primeros rayos de sol. Pero esto, sospechaba Harry, se debía a que la marcha estaba siendo muy lenta por Frodo. Cada día Harry lo veía más desmejorado y Harry sintió lástima por él, pero sobretodo admiraba su valor, el bueno de Frodo nunca se quejaba, cuando cambiaban de rumbo para hacer que el camino fuera más fácil para él decía en un murmullo, levantándose del caballo:

-No hace falta, puedo, me encuentro mucho mejor. –Sin embargo nadie, ni siquiera el mismo Harry, creía en la veracidad de sus palabras.

   Pero cuando lo obligaban a sentarse en el caballo y tomaban el otro camino, Frodo se sentía inútil, fastidiado y bastante culpable, de no ser por él... habrían llegado hace días.

-El peligro aumentará justo ahora, poco antes de llegar al río, pues el corazón me dice que los perseguidores vienen ahora a toda prisa detrás de nosotros, y otro peligro pude estar esperándonos cerca del Vado. –Les advirtió Glorfindel.

   Harry se apretujó más en su túnica, el viento golpeaba con violencia y resonaba en sus oídos. Pero pronto distinguió un sonido entre el murmullo constante que provocaba el aire al pasar por entre las ramas de los árboles. El corazón le dio un vuelco, una sombría sospecha se apoderó de él. Miró hacia atrás en el camino, casi al mismo tiempo que Glorfindel.

-¡Huid! ¡Huid! ¡El enemigo esta sobre nosotros! –Gritó.

   Harry sintió la conocida sensación de pánico que lo embargaba siempre, pero ya había aprendido a controlarla y a no perder la cabeza.

-¡Corre!¡Corre! –Le gritó a Frodo.

«¿Por qué no se mueve?»

   Frodo estaba simplemente plantado ahí en el suelo, no sabía que hacer, solo esperaba... viendo como los jinetes se acercaban, le pareció ver también unas formas difusas que se acercaban hacia ellos, estaban más cerca de los jinetes, pero no conseguía enfocarlas... hace mucho que no podía enfocar los objetos, pero no quería quejarse... no quería ser una carga.

-¡Yo lo acompañare! –Gritó Harry. –Puede que haya mortífagos entre ellos y él no podrá defenderse.

   Aragorn dejo ver su malestar ante aquella idea.

-"Protege al portador" Eso me dijo. –Harry levantó la barbilla y se enfrentó a los ojos de Aragorn.

   Este se quedó del todo sorprendido, ¿Cómo podía tener un niño una mirada tan intensa? Estaba repleta de sabiduría y parecía no tenerle miedo a la muerte, una mirada de alguien que ha pasado por muchos sufrimientos.

-Esta bien, monta. –Accedió al fin. El elfo no se opuso pues también había visto aquel brillo en los ojos del muchacho.

"´¡Harry!" La voz de sus amigos llegaba con el viento, traída como un soplo de esperanza, Harry se sintió mejor instantáneamente. Los echaba tanto de menos...

"¡Harry!" Parecía oírlos ahora mismo, suspiro.

-¡Lo haré por vosotros! –Gritó hacia al cielo, mientras el caballo se erguía sobre dos patas relinchando furiosamente y emprendía una rauda carrera.

"¿Qué lo harás por nosotros?¡Harry, como no pares ahora mismo te mato! ¿Me oyes? ¡Te matoooooo!"

«¡Joder!»

   Pensó Harry algo fastidiado. Después ya solo escucho el sonido atronador del viento, mientras Asfaloth corría dejando una nube de polvo.

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   El caballo les ganaba terreno rápidamente. Pararon cuando ya no pudieron correr más, todos respiraban agitadamente. Hermione no podía parar de toser.

-¡Es que ya sabía yo que era idiota! –Gritó Snape airadamente.

   Remus agotado apoyo las manos en las rodillas, mientras veía como Harry se alejaba sin remedio.

-Ho... hola. –Saludó Hermione con un hilito de voz.

   Se habían parado delante del hombre, el elfo y los tres hobbits, que los miraban de arriba abajo como si fuera extraterrestres.

-Hola. –Saludo alegre un pequeño hobbit.

-¡Hobbits! –Grito Ron y se tiró encima de uno de ellos.

-¡Señor Aragorn ayúdeme! –Gritó desesperado Sam al verse aplastado por Ron.

   Sirius estaba echo una furia, al primero que localizó fue a Aragorn.

«Así que ese es el Montaraz»

-Tú. –Susurró lanzándole una mirada homicida.

-¡Oh, oh! –Remus se vio lo que iba a pasar y se tiró encima de Sirius.

   Este se desasió de Remus rápidamente y cogió a Aragorn por el cuello de la camisa.

-Detén... ese... caballo... –Le había dado un tic nervioso en el ojo.

-Mmm... –Aragorn no parecía intimidado. –No puedo hacerlo.

-¡Si puedes!

-No. –Respondió Aragorn sosegadamente.

-¡Si!

-No

-¡Basta! –Gritó Snape, Aragorn y Sirius volvieron las cabezas hacia él. -¡Maldita sea! ¡Toda la culpa la tienes tú! –Señaló a Sirius.

   Este soltó a Aragorn, que tubo que sostenerse en Glorfindel para no caer, y se dirigió hacia Snape.

-Perdón ¿Qué has dicho? –Preguntó con retintín.

-Qué si TÚ no nos hubieras estado gritando todo el camino, habríamos llegado antes. –Dijo dándole un toquecito en el pecho con la punta del dedo índice.

-No digas tonterías. ¿A qué sí, Remus? –Solo silenció. -¿Remus?

   El aludido miro hacía otro lado distraídamente.

-Sabes que... él tiene razón. –Admitió señalando a Snape.

-¿Y encima le defiendes? –Le reprochó Sirius. –A ÉL –golpe con el dedo en el pecho con algo más de violencia que la utilizada por Snape- y no a Mi, tú amigo.

   Remus remoloneó un poco. –Reconoce que últimamente has perdido un poco los nervios...

-¡Yo no he perdido los nervios!

   Los tres comenzaron a gritar, Ron se había escondido detrás de Glorfindel que no entendía nada. Los demás se dirigían miradas de extrañeza. Hermione pensaba que la cabeza le iba a estallar, sabía que de sus peleas a los puños solo había un paso, y estaba segura de que lo terminarían dando. Se tapo los oídos con las manos y les dio la espalda. Cerró un poco los ojos para comprender lo que veía, parpadeo muy fuerte, pero no era una alucinación.

-¡Fuera del camino! ¡Si no queréis que esos jinetes pasen por encima de vuestros hombríos culos! –Gritó fuera de sí.

   Remus, Snape y Sirius pararon de discutir y miraron horrorizados como se acercaban los jinetes. Por su parte, los demás le dirigían miradas realmente extrañas. (Tanta palabrota en Tierra Media...) Sirius cambió de actitud y cogiendo a Aragorn como antes lo había echo le rogó:

-¡Haz que corra! ¡Haz que ese maldito caballo corra! –Aragorn puso una mueca de fastidio.

-¡VAMOS! –Hermione los sacó a todos de su trancé y saltaron a un lado del camino justo antes de que los jinetes les arrollaran.

-¡Uf! Por poco

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   Harry y Frodo miraron hacía atrás, los jinetes perdían terreno. Cada vez los iban dejando más atrás, ni siquiera los servidores del señor oscuro pueden con un caballo élfico. Delante suyo el río.

-Tenemos que cruzarlo. –Gritó Frodo por encima del sonido del aire. Harry asintió, pero no tenía ni idea de que hacer, de cual era su papel. 

-¡Ah! –Gritó de repente Frodo. Le señalaba algo con el dedo.

   ¡Los jinetes! Dos se aproximaban, uno por cada extremo.

-No legaremos... no llegaremos... –Murmuraba Frodo una y otra vez.

-Confían en mí. –Le dijo de repente Harry.

   Frodo le miró a los ojos y sonrió, una extraña sensación de confianza le invadió por completo, la certeza de que todo saldría bien. Asintió con la cabeza.

-¡Agáchate!

   Ambos se abrazaron al caballo y cerraron los ojos, lo siguiente que notaron fue como lograban adelantar a los dos jinetes. Abrieron los ojos ¡Camino libre! Llegaron hasta el río y lo cruzaron. ¡Bien! ¡Ya estaban libres! El caballo se detuvo, para encarar a los nueve jinetes que los esperaban en la otra horilla sin atreverse a cruzar el agua.

   Harry vio como a los jinetes se les unían dos mortífagos.

-¡Atrás! –escucho gritar a Frodo. -¡Volved a la Tierra de Mordor y no me sigáis!

-¡Vuelve! ¡Vuelve! ¡A Mordor te llevaremos! –Dijo una voz fría entre risas.

   Harry no pudo aguantar más.

-¡Si os creéis tan valientes por que no cruzáis el río y nos lo demostráis!

«¡Ja!  No pueden cruzar el río por que esta protegido por ma... »

   Los jinetes estaban cruzando el río, tan ricamente, ni explosiones, ni los jinetes convirtiéndose en humo al tocar el agua... nada.

-¡Maldito Aragorn! ¡No me voy a volver a fiar de ti en la vida!

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    Hermione sintió que había caído en algo blando, algo que amortiguó su caída. Apoyo una mano, para ayudar a levantarse en algo duro y caliente. Al enderezar la cabeza descubrió que había caído encima de ese elfo que acompañaba a Harry, tenía la mano apoyada sobre su abdomen.

-Vaya... –Murmuró impresionada por la musculatura del elfo. Este se sonrojó violentamente.

-¿Esta usted bien bella dama? –Preguntó el otro cortésmente.

-Hermione... me llamo Hermione. –Dijo distraídamente sin apartar la mirada de sus ojos.

-¿Hermione? –Meditó Merry en voz alta. -¡Hermione! –Grito, todos se giraron a mirarle. – La amiga de Harry ¡La bruja de la que nos habló!

-Así que tú eres Hermione. –Dijo Pippin visiblemente sorprendido. - ¿Cómo va eso?

-El niño no pierde el tiempo... –Empezó Merry hasta que Pippin lo corto con un codazo bien dado en las costillas.

-¡Me mataras! –Se quejó.

-¡Pues no vallas aireando mi vida privada otra vez! –Le reprochó el joven Tuk.

-¿Vosotros sois los amigos de Harry? –Preguntó Aragorn.

-Si yo soy su padrino y tutor. ¿Qué coño hacemos parados aquí que no hacemos nada por ayudarles? –Preguntó Sirius.

   Glorfindel, Aragorn y los hobbits miraron incrédulos como se levantaban, y con las pocas armas de las que disponían, se dirigían hacia el vado para encarar a los jinetes. No los dejarían luchar solos.

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   Harry estaba echo una furia, pero... un momento, los mortífagos no cruzaban el río, millones de preguntas cruzaron la cabeza de Harry. ¿Tendrían miedo a un chaquito de agua? ¿Acababan de comer y no querían que se les cortará la digestión? ¿Se les desteñiría la túnica? Tras descartar las tonterías supo porque era, simplemente, por que eran más listos, ellos estaban informados, pero... ¿de qué?

   Harry lo descubrió en seguida, un torrente de agua se dirigía hacia ellos con una velocidad pasmosa, los jinetes no podrían escapar del río. Los mortífagos se reían.

«¿A sí?»

   Hizo acopio de todas sus fuerzas, de las pocas que le quedaban.

-¡Imperio!- Grito señalando con la varita hacia los dos hombres. Harry no sabía si daría resultado, pero lo intento.

«Meteros en el río ¡Meteros es el río!» Pensó con todas su fuerzas.

   Harry no pudo evitar soltar una carcajada al ver como los hombres se dirigían hacia el río como dos marionetas. Apartó la varita justo antes de que el torrente les alcanzase. Harry pudo distinguir las caras de horror de los hombres al ser engullidos por las feroces aguas.

-¡Aragorn te quiero! –Gritó.

   Después sintió como Frodo perdía la conciencia, estaba muy grave... Harry se sentía desfallecer después del último hechizo... pero no podía desmayarse tenía que ayudar a Frodo.

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   ¡Tachaaaaaaaan! Y por fin el capítulo noveno con "algunos de los encuentros más esperados" . ¡Saque un siete en mi examen de química! ¡Yuju! Estoy contenta. Pero la próxima semana más ¡Mi gran temor! ¡Matemáticas! Así que lo siento si tardo un poquito. Pero reviews por favor... advierto que si he escrito alguna incoherencia se debe a que son la una de la mañana.

Contexto a reviews:

Lalwen de Black: Hola wapísima. Me encanta que te rieras con la reacción de Snape porque era lo que pretendía. Lo de Harry... algún día lo tenían que descubrir... que a mi me resulta frustrante tener que soltar rollos y no llegar a la parte de acción, por ejemplo yo también estoy deseando que se encuentren, pero eso lo harán dentro de poco je je. Gracias por tú review un besazo.

Marine: Hola wapetona. Que conste que he seguido, y más pronto que la vez anterior. Espero que este también te guste, porque me he esforzado en seguir mi vena cómica. Muchas gracias un besico.

Aislinn: Hola wapa. No te hago esperar más aquí tienes la continuación!!! Muchísimas gracias por tú review wapísima.

Rakshah: No!!!!! Tranquila... mientras yo sea la autora, Aragorn no morirá aplastado por ningún elefante... ni caballo (no te pareció indigno) bueno a lo que voy, a Hermione se le notan mucho las intenciones, pero... será warra! Babea por cualquier elfo que se le acerca. Un besazo wapetona y gracias por tú review.

Eowyn hija de Eomund: Este final lo he dejado calmado. Uf! Ya pasó todo! Y sabes que eres un sol! El próximo capí te lo dedico wapísima! Que me caes geniaaaaal! Y por que es un honor tener reviews tuyos! Un besazo wapa!!!

   Y en el próximo capítulo...

   Os tengo muchas sorpresas, por fin el esperado encuentro, la llegada de los miembros de la comunidad  y un personaje que hará que la historia omitida por Harry salga a la luz.

   Un besazo.

Arwen