La mayoría de estos personajes pertenecen a J. K. Rowling, nosotras solo los tomamos y los deformamos para conveniencia de nuestro fic. Lo mismo hicimos con otros dos personajes invitados, uno es de J.R.R. Tolkien y el otro es de la Fox ( si , el canal de tv). Debemos agregar que esto es un slash (relación chico/chico) y si no les gusta este tipo de literatura, mejor no lean. No aceptamos reclamos posteriores.
Esta es nuestra primera obra (somos dos las que escribimos: Catzeruf y Diox). Aceptamos toda crítica constructiva pero sean suaves, nuestros corazones no soportarían una masacre. Somos propensas al suicidio.
Gracias a BISHOUJO-HENTAI por su review, esperamos que te agrade nuestro trabajo y que sigas leyendo.
Capítulo siete: "El Profesor Favorito de Harry"
21:03 hrs. Gran comedor de Hogwarts
Sentados aún en el gran comedor comenzaron a disfrutar de las bandejas de deliciosos dulces y manjares que habían aparecido delante de ellos, las mentes de los alumnos estaban fijas en la nueva noticia, menos la de Harry, quien pensaba solamente en la amenaza a su querido colegio. Observaba a Mulder que casi no compartía con el resto de los profesores y que en vez de comer, fijaba su vista en Draco. No era una mirada común, escondía algo, un interés casi obsesivo. Tenía entreabierta su boca de pato, dejando claro que toda su atención se enfocaba en el pequeño slytherin. ¿Querría hacerle daño a Malfoy? O tal vez ¿Era gay y se sentía atraído por el chico?
¿Qué pasa Harry?- inquirió Ron- no me digas que tu también estás mirando a ese par de fletos
¡NO DIGAS PAVADAS! No es eso, ¿no te has dado cuenta de las miradas que le hecha Mulder a Malfoy?
¿Te estás poniendo celoso? – le dijo Ron con cara de pícaro.
Harry enojado se levantó de la mesa y aleteó gritando
-¡¿QUÉ ESTAS DICIENDO, ANIMAL?!- y se sonrojó levemente.
cálmate Harry era solo una broma, cómo podría creer que te gusta ese gusano- y cambiando el tema agregó:
¿Crees que planea atacar a los estudiantes, empezando por Malfoy? Porque si ese es el caso, yo estaría feliz de que ello ocurriese.
Pero ¿por qué crees que empezaría por él?
Porque ni siquiera los malandros le soportan
Debemos ir a averiguar lo antes posible.
Terminó la celebración y los prefectos de cada casa se llevaron a los jóvenes a su correspondiente sala común. Ya en ella los chicos se despidieron de Hermione y se fueron a sus camas.
Al otro día, los jóvenes se levantaron temprano para no llegar tarde a su primera clase y se encontraron con un afiche en el panel de la sala común que invitaba a los estudiantes a ser parte de las actividades extra-programáticas y a escribir sus propuestas para realizar cada taller, las que se pondrían a votación quedando las cinco más populares aprobadas como talleres. Una sexta actividad sería la clase de canto que el profesor Hotdeto Iarakat impartiría, además de brindar apoyo y supervisión a los que fueran elegidos como representantes de los otros talleres, que tendrían el cargo de dirigentes.
Por alguna extraña razón las chicas se veían más felices que los chicos con la noticia y de pronto todas parecían querer desarrollar sus dotes vocales.
No puedo creer que Hermione cayera tan bajo, ¡en todos los años que nos conocemos nunca la he oído siquiera tararear!- Ron estaba en verdad enojado.
¿No te interesa crear ningún taller Ron?- Harry trató de desviar la atención que su amigo tenía en Hermione para pasar a aguas más tranquilas
¿Esperas que me inscriba en un curso para perdedores y deje a Hermione sola con ese cretino? ¡ME INSCRIBIRÉ EN CANTO!- y un poco más tranquilo le preguntó- y tu Harry, ¿en qué te vas a inscribir?
No puedo inscribirme porque soy de quidditch, o sea, ya tengo un taller.
Ah verdad, se me olvidaba que tu perteneces a la elite de gente superdesarrollada de Hogwarts- bromeó Ron
Y después de esto se dirigieron a la Clase de Pociones.
Saliendo de la Clase de Pociones:
Maldito perro de Snape- Harry echando chispas- siempre me quita puntos el muy "·"3.
Al decir esto, Hermione le reprochó por alterarse ante los comentarios de Snape.
Debes aprender a controlarte Harry, llevas siete años y aún no aprendes que Snape te provoca solo para quitarte puntos.
A lo que Ron agregó- Si, gracias a tu temperamento, Gryffindor ha perdido como 20000 puntos en todo el tiempo que llevas aquí.
Ya entrando al Gran comedor, los jóvenes se veían cada vez más exaltados a que dentro se estaba llevando a cabo la inscripción a los talleres. El profesor en persona era el que estaba apuntando a los alumnos. Hasta ahora todas las postulaciones eran para la clase de canto, a excepción de una petición para un taller de periodismo que se encargaría de un semanario para Hogwarts.
¿Donde estará el profesor...?
¿Dónde crees que esta? Naturalmente sepultado por los alumnos. Con lo chico que está, se puede esconder en un dedal y nadie lo vería.
Hermione no escuchó el comentario de su compañero ya que se había metido en el gentío que rodeaba al popular profesor desapareciendo por completo (e inclusive su característico cabello). Ron, asustado por la posibilidad de quedarse sin cupos, se lanzó en la marea de gente detrás de Hermione dejando a Harry totalmente solo. Un comentario lo sacó de sus pensamientos
Demonios, odio estar en quidditch- Era Alfred, uno de sus compañeros de equipo de quinto año el que le hablaba- ahora no puedo acompañar a mi novia a ese estúpido taller de canto.- Y agregó dirigiéndose realmente a Harry- ¿No odias a estos nuevos profesores?, el idiota de adivinación se la pasa cantando y viéndose bonito.
Aún no he tenido clases con él- le contestó Potter despertando en él la curiosidad.- ¿Por qué cantando?, creí que el que cantaba era ese de allá (apuntando hacía la muchedumbre), no el de adivinación
¿Todavía no has tenido clases con él?- y riéndose siguió: Espera y ya verás.
Después de que el chico se fuera, Harry miró a la mesa de los profesores y notó la ausencia de Mulder, decidió entonces que iría a su despacho aquella noche, solo.
Ya era la hora de ir a dormir, el único que no estaba en ese plan era Harry que arreglaba todo para escaparse a la oficina del profesor de Defensa y averiguar por sí mismo qué era lo que estaba sucediendo. Salió sigilosamente por el retrato, cubierto con la capa de invisibilidad,
Hogwarts estaba vacío. En las noches, el castillo siempre tenía una apariencia fantasmal, a pesar de que los fantasmas no rondaran por los pasillos. La luz de la noche cubría las paredes con un velo azulino, destacando algunos cuadros que dormían plácidamente.
Caminó con paso de felino por esos oscuros y solitarios corredores hasta llegar al vestíbulo. Ahí vio algo muy inusual:
Malfoy estaba caminando a esa hora, y solo. Parecía preocupado por algo.
Harry se quedó quieto para esperar a que el slytherin siguiera su camino ya que no quería ser descubierto, pero no pudo evitar pensar que esto tenía que ver con Mulder. Cuando Malfoy pasaba a su lado, el chico bajo la capa se le quedó mirando embobado. El claroscuro que se producía en su rostro iluminado por los rayos de la luna que entraban desde la ventana le daban un aspecto irreal, casi mágico, volviendo su piel aún mas blanca y resaltando sus aristocráticos rasgos, en especial, el volumen de sus labios...la luz tocó sus ojos y un destello plateado salió de ellos revelando la profundidad de una mirada inteligente, fría y arrogante, que generalmente cuando se dirigía hacia Potter era de repulsión, burla y desprecio.
Harry le observaba con el corazón acelerado, casi podía saborear la piel del rubio, intentaba recordar el aroma que tuvo tan cerca hacía unas noches... Draco era tan fino, tan elegante, suave...
En el momento en que se alejaba de Harry, el dragón pareció presentir la existencia de otro ser a sus espaldas, volteó y miró un punto en la pared, que coincidía con el sitio en que los ojos del moreno le miraban expectante, se acercó hasta quedar a unos treinta centímetros de él con el ceño fruncido. Aquella cercanía despertaba en el gryffindor un deseo absurdo, quería tocarlo, quería estrecharlo y sentir su aroma, como aquella vez cuando despertó junto a él, ¿porqué no aprovechó la oportunidad ese día de disfrutar su calidez?. El corazón le latía rápidamente mientras intentaba contener la respiración para no ser descubierto. Casi se rindió ante sus deseos de acariciarle cuando Draco entreabrió la boca dejando escapar un leve suspiro.
El gesto del rubio casi lo hace desfallecer, pudo sentir el aliento tibio cerca de él y esos labios entreabiertos le invitaban a besarlo (como la sirenita: "bésalo")
Es mi imaginación- y siguió su paso dejando a un Harry babeando y preguntándose que sabor podrían tener aquellos apetecibles labios.
De pronto cayó en lo que estaba pensando y un rubor subió hasta sus mejillas .¿Qué le estaba pasando?, es que acaso sería más anormal de lo que ya era? ¿Cómo podía ser que sintiera cositas por otro chico? ¡Por Malfoy!. Recordando la razón de su salida nocturna, trató de zafarse de sus pensamientos y siguió su caminata hasta el despacho de Fox.
Ya dentro, abrió una gaveta y se puso a revisar los documentos que en ella había, trató de concentrarse al máximo, pero la imagen del rubio le perseguía. ¿porqué Malfoy tenía que ser tan hostil, si se veía tan encantador cuando estaba apacible?,
"¡¿qué estás pensando de nuevo Harry?!, ¡Concéntrate!". Siguió buscando y lo único que encontró fueron expedientes jamás resueltos, con anexos no oficiales (por lo impresentables, con manchas de café, rayones y sustancias indeterminadas) que describían bizarras experiencias con respecto a los expedientes anteriores. En el momento en que cerraba el segundo cajón de archivos, se abrió la puerta asustándolo. El chico se ocultó rápidamente bajo la capa esperando a que el extraño se fuera, pero este no lo hizo, de hecho, abrió un cajón y comenzó a revisar los papeles. La varita del intruso emitía una luz muy tenue pero aún así se le podía ver bien su rostro. Era Remus Lupin.
