La mayoría de estos personajes pertenecen a J. K. Rowling, nosotras solo los tomamos y los deformamos para conveniencia de nuestro fic. Lo mismo hicimos con otros dos personajes invitados, uno es de J.R.R. Tolkien y el otro es de la Fox ( si , el canal de tv). Debemos agregar que esto es un slash (relación chico/chico) y si no les gusta este tipo de literatura, mejor no lean. No aceptamos reclamos posteriores.

Esta es nuestra primera obra (somos dos las que escribimos: Catzeruf y Diox). Aceptamos toda crítica constructiva pero sean suaves, nuestros corazones no soportarían una masacre. Somos propensas al suicidio.

Respuestas a los reviews:

Diabolik: muchas gracias por leer el fic. Para saber si le va bien o mal, tendrás que seguir leyendo.

Vicky-vick: ya era hora….me sentía profundamente ofendida. Más te vale leer los demás cap. o si no… bueno ya verás que te pasará.

Yumeko¡y llegó la actualización! Gracias por los halagos, nos hacen sentir realmente bien y nos motivan a seguir escribiendo. Gracias por leernos.

Antes de comenzar, tenemos que advertir que en este capítulo hay lemon y que fue proporcionado por mi queridísima Kory (mi niña, no sé que hubiésemos hecho sin usted —Diox le cierra un ojo). Ya advertencias publicadas, no queda nada más que decir.

Capítulo diecisiete: "Amor, Locura y Lujuria"

20:15 hrs. Habitación del prefecto Draco Malfoy

-Expeliarmus

La varita de Malfoy voló por los aires, esto lo hizo volver en si. Intentó correr, pero otro hechizo le detuvo y le lanzó hasta la cama. Draco trató de ponerse de pie y Hotdeto chasqueó sus delicados dedos, unas sogas que aparecieron de la nada amarraron sus manos sobre su cabeza y sus pies a los lados de su lecho. Ya no podía moverse. El Profesor se acercó a él, se subió sobre el Dragón, olió su cuello y llegó hasta su oído sin tocarlo en ningún momento. El chico sintió un tibio suspiro de Hotdeto que le hizo poner los pelos de punta, no tanto por el miedo que sentía, como por las sensaciones que ese "hombre" le producía, ahora entendía por qué todos sentían fascinación por él.

El sensual profesor comenzó a cantar en su oído:

Get rid of your notions

(Libérate de tus preocupaciones)
havent you realized yet do it

(No te has realizado aun hazlo )

get feel of your passions
(siente tus pasiones)

havent you realized yet go for it
( No te has realizado aun ve por ellas )

yo get out from the shell
(Sal del caparazón)

(get out from the shell, cortesía de Larc-en-ciel)

Al pronunciar esta última palabra una imagen, mas bien un símbolo, asaltó la mente del joven slytherin como un rayo. Y como tal desapareció inmediatamente. Aunque la sensación fue extraña, no era lo más importante en ese momento.

Después de terminar de cantar, Hotdeto se bajó lentamente de la cama. Malfoy volvió a la realidad nuevamente, y vio como este se alejaba hacia la puerta y le decía:

- Es una lástima que a mi no me gusten los humanos, podría haber aprovechado la oportunidad, tu eres un magnífico ejemplar. Pero le daré el gusto a alguien más- sonrió abriendo la puerta hasta atrás y se fue sin cerrarla cantando

get rid of your notions

(libérate de tus preocupaciones)

get rid of your border
(libérate de tus limitaciones)

get rid of your notions

(libérate de tus preocupaciones)

get rid of your border
(libérate de tu limitaciones)

(get out from the shell)

El slytherin no sabía que hacer, estaba amarrado a merced de cualquiera de esas bestias que lo único que querían era poder tener el premio mayorél. Trató de soltarse pero no pudo, iba a gritar pero pensó que así solo llamaría más la atención. Lo único que podía esperar era que el que cruzase esa puerta no fuese alguien que le hiciese vomitar, sino alguien que mereciera tocarlo, alguien que estuviese a su altura... por favor, que fuese Potter.

Esperó así alrededor de una hora cuando escuchó pasos que se acercaban. Se encomendó a todos sus antepasados para que lo protegieran, pero estos le escupieron en el rostro, la persona que entró fue Pansy Parkinson.

Harry pensaba quién podría ser la pieza central del hechizo pero lo único que tenía en su mente era Draco. De pronto le cayó la teja de que su amado era lo que estaba buscando, era tan obvio. Nadie era más lindo que Draco y nadie era más ególatra que él. Salió de la torre (a todo esto Lupin ya se había ido a pelear por el amor de McGonagall) para buscar al Dragón. Empezó por el campo de quidditch, pero no lo encontró. Fue al gran comedor pero encontró a una gran cantidad de alumnos "comiendo" de todo sobre las mesas. Varios trataron de integrarlo a la fiesta, incluso una chica de Ravenclaw lo mordió, se dio cuenta entonces que no debía correr por el castillo con tanta gente que intentaría ligárselo, por lo que se dirigió hacia la Torre de Gryffindor en busca de su capa de invisibilidad. Abrió el baúl y revolvió todo en él, pero no la encontró, caminó de un lado a otro desesperado preguntándose dónde la habría metido.

¿Esto es lo que buscas Harry- le preguntó con una sexi voz la cabeza de Ginny- si quieres tu capa tendrás que arrancármela.

Harry, que sabía que la hermana de Ron había estado enamorada de él desde que lo conoció, supuso lo que la chica quería con él y no sabía si arriesgarse a sacarle la capa porque dudaba si la encontraría con ropa debajo, pero si no lo hacía moriría en manos de los acalorados estudiantes. Se le acercó asegurándose que su cuerpo quedara lo más lejos de ella y cuidadosamente desabrochó la capa. Sus sospechas eran ciertas, la chica estaba cubierta por un pequeño bikini rojo de encaje que cubría menos que lo necesario y cuando Potter se disponía a correr ella lo atrapó con sus brazos y le besó al tiempo que lo empujaba a la cama.

El desesperado-chico-que-vivió, cayó bajo el cuerpo de Ginny. Aunque en un principio se resistió terminó respondiéndole el ardiente beso. No sabía con claridad lo que hacía, pero al sentir el cálido cuerpo de su compañera cualquier pensamiento que hubiera en su cabeza fue reemplazado por el deseo. Las manos de ambos recorrían con pasión el cuerpo del otro, Harry muy entusiasmado se cambió de posición con Ginny, ahora él estaba arriba, ya tenía la camisa desabrochada y solo le faltaba sacarse el pantalón, estaba en eso cuando vio la pluma metálica sobre su mesa de noche y recordó a Malfoy. Antes de sucumbir ante los encantos de una muy bien desarrollada Ginny, se bajó de la cama, tomó la capa y corrió hacia la salida cubriéndose con ella.

Siguió su camino, estaba muy confundido, todavía jadeaba por el encuentro con la pelirroja, no podía creer que perdiera el control de esa manera, tenía que concentrarse mejor en su misión.

Pasó cerca del despacho de McGonagall. Dumbledore y Lupin que se batían en un feroz duelo que tenía el pasillo casi destrozado. Aunque Harry pensó en detenerlos por un segundo, se arrepintió por razones obvias: dos poderosos magos guiados por su instinto primitivo de apareamiento, no dudarían en lanzarle un hechizo que lo sacara del camino.

Huyó de ahí, justo cuando ambos magos se agarraban a golpes.

Unos pasos más allá, la profesora McGonagall y Fox Mulder entraban a una sala de clases entre risitas y con una enorme cesta con fruta, el chico siguió corriendo tratando de no pensar en lo que pasaría allá dentro.

Buscó por los todos baños del internado. En el de Myrtle la llorona se encontró con una orgía de fantasmas que habían llenado el baño de comida en descomposición y se paseaban entre horribles cantos y risas, deslizándose entre los otros de formas sugerentes. Había muchos fantasmas que no conocía. Sobre un lavabo descansaba una toalla con la marca Malfoy y una maletita con las iniciales DM. Se preguntó que estaban haciendo las cosas de Draco ahí. Se sacó la capa y llamó a Myrtle, ella se acercó de mala gana

¿No vez que estamos ocupados- le espetó enojada.

¿Draco Malfoy está acá?.

- No, se fue hace rato. Chao- y se entró.

El moreno se cubrió con la capa otra vez y siguió buscando.

Entró al baño de los prefectos y ahí estaban Hermione y Ron, el chico llevaba una truza café y orejas de lobo. Ella un traje de caperucita roja. Correteaban por el baño dando pequeños grititos hasta que Ron la cazó. Harry cerró la puerta y empezó a buscar en las salas.

Por los pasillos, la mayoría de los cuadros (que no estaban vacíos) parecían sacados de revistas triple x. El chico intentó no mirarlos y se concentró en abrir puertas, que cerraba rápidamente.

Después de recorrer varias salas pensó en que tal vez el rubio podría estar en la casa de Slytherin, no lo había buscado ahí porque sabía que se había arrancado después del incidente del semanario, pero tal vez, hubiese regresado pensando en que nadie le buscaría allá.

En la habitación de Malfoy, una chica se acercaba a él, esforzándose por moverse sensualmente, pero solo lograba ser grotesca. Draco intentaba ahogar cualquier grito de angustia, ya que eso podría atraer más gente (y todos sabemos que significa eso).

- Pansy por favor (Draco pidiendo por favor!)...recapacita- intentó persuadirla el acongojado dragoncito.

La chica sonreía y se regocijaba al pensar en el delicioso bocado que pronto probaría, se acercó más y se deslizó por la cama hasta encontrarse con el aterrorizado rostro del rubio.

Draco intentó decir algo pero Pansy lo calló poniendo un dedo en sus labios.

- shhhhh. Guarda tus energías para la acción- y recorrió sus manos por el pecho del asustado chico.

Besó su cuello, le mordió la oreja y arrancó los dos primeros botones de la camisa. Comenzó a bajar, lentamente desabrochaba los botones que quedaban mientras besaba el blanco pecho de su presa. Volvió a subir. Malfoy sentía que se desmayaría por el pánico y cerró fuertemente los ojos

Dejó de sentir el peso sobre él y un estruendo le hizo abrirlos. Lo único que vio fue a su atacante que yacía en el piso inconsciente, con un fino hilillo de sangre que brotaba de su frente. Trató de encontrar al culpable pero no vio nada. Se empezó a poner nervioso cuando sintió una tibia respiración cerca de él.

Harry había arrojado a Pansy lejos con su varita y se había acercado al rubio con la intención de desatarle, pero al verlo tan indefenso... la camisa abierta, el pelo desordenado, dudó. ¿y si tiraba a Pansy por las escaleras y aprovechaba el momento¿Por qué diablos siempre tenía que ser el Héroe?. Se acercó a la cara del rubio que miraba asustado, otra vez podía sentir aquel aroma, sería tan fácil tenerlo...sería tan rico tenerlo...

...pero no, no le podía hacer eso, primero tenía que alejarlo del campo de batalla. Se sacó la capucha.

La cara de Draco se iluminó, nunca creyó que le daría tanto gusto ver a Potter, finalmente sí había llegado, algo tarde pero llegó.

¡Desátame, Potter- le ordenó.

- No estás en posición de ordenarme nada- se burló el moreno.

¡No estoy bromeando, Potter, el profesor de canto me dejó acá para que me violara el primero que me encontrara, si llega más gente quien sabe qué puede pasar, Se supone que eres El Héroe- le miró enojado.

Harry lo desató y lo invitó a entrar a la capa. Aunque con dudas (sentía que el moreno esperaba una recompensa en especias por esto), el rubio accedió, recogió su varita y se fueron.

Caminaron con paso rápido hasta el vestíbulo y salieron en dirección al Sauce Boxeador.

- A donde me llevas- le preguntó desconfiado cuando se percató de que iban a lo oscurito.

- Conozco un túnel secreto que nos llevará a un lugar seguro, la entrada está en el Sauce Boxeador.

Tocó el nudo que habría la entrada y se internó junto a Malfoy, quien no terminaba de confiar en su rescatador. Llegaron así a la Casa de los Gritos.

-Lumus- dijo Harry

Se encontraban en el vestíbulo, ahí se podía ver la cama que había ocupado Harry, una cocinilla, candelabros con velas a medio derretir, envases de dulces que el gryffindor había comido y que el muy puerco no botó a la basura.

Draco se empezó a asustar¿dónde crestas le llevaron¿qué planeaba hacer el enfermo de Potter, en verdad esa cama era sospechosa.

Harry prendió las velas con su varita y las colocó encima de lo que alguna vez fueron muebles. Estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para contener sus impulsos bestiales de lanzarse sobre Draco.

"Debí traer las esposas", se lamentaba el moreno mientras contemplaba la apetecible figura del rubio a la luz de las velas.

No podía dejar de pensar en que estaba solo con él. Le observó con detenimiento. Su cabello había perdido todo rastro de gel y caía desordenadamente sobre su frente, tenía una expresión de cansancio pero no había desaparecido la actitud arrogante que le caracterizaba. Se encontraba un poco sucio a causa de su paso por el túnel y su camisa estaba abierta dejando ver un cuerpo bien formado. Harry se preguntaba qué más había debajo de la ropa de Draco cuando se percató de que este lo estaba mirando con expresión de "¿qué rollo te estás pasando?"

- Deja de mirarme Potter.

- Lo siento- se disculpó Harry

¿Esta es la amenaza a Hogwarts o nos espera algo peor- inquirió el slytherin acercándose a una ventana e intentando ver por entre las tablas que la tapaban.

Harry le explicó de qué se trataba el hechizo que envolvía al colegio, que Hotdeto era un demonio invocado por Voldemort y que si no lo paraban, todos los involucrados morirían.

¿Y cómo lo derrotamos- le preguntó Draco.

El moreno no sabía que contestarle, si le decía que él era el centro y que tenía que enamorarlo, lo más probable es que Malfoy se obligara a quererlo y el hechizo no se podría romper. Pero por otra parte, si le decía, tal vez tendría una oportunidad para estar con su querido Dragón. Decidió que no debía ser inconsciente y que lo mejor era hacer como que no sabía y tratar de seducir a Malfoy.

- No sé, cuando Lupin me dijo todo esto, estaba bastante "afectado" por el encantamiento y en lo único que podía pensar era en McGonagall.

El rubio se desanimó al saber que Potter no conocía la forma de romper el embrujo y se apoyó en la ventana tratando de resolver el problema.

El tiempo había pasado lentamente y los jóvenes no se habían hablado en horas. Harry estaba apoyado en un antiguo mueble y Draco se paseaba de un lado para otro, mecánicamente. Ya el hambre se había apoderado de ambos chicos que se habían comido los escasos alimentos que tenían (un par de manzanas, unos cuantos dulces y unas tortas de calabaza).

El gryffindor no dejaba de mirar al chico de cabellos plateados, no podía desviarse de la camisa a medio abrir (ya que Draco cerró los botones que no le habían arrancado). No sabía como acercársele, si permanecía más tiempo separado de él se volvería loco.

Malfoy por su parte ya no pensaba con claridad, aunque intentaba encontrar una solución al problema, lo único que conseguía era pasear su mente por los hechos ocurridos en los últimos días. ¿Qué se supone que podía hacer en una situación como esa? No soportó más y estalló, comenzó a golpear la ventana tapeada más próxima con todas sus fuerzas. Harry corrió a detenerlo, el puño del slytherin ya estaba sangrando, lo tomó por debajo de los brazos y lo alejó de la ventana, cayendo ambos al suelo, haciendo saltar polvo y resquebrajando la madera vieja. Draco se hizo a un lado con dificultad dejando respirar a Harry que había sido aplastado por él.

Malfoy se tapó la cara con la mano sana, la otra la dejó caer sobre el piso, se sentía abatido y confuso. De pronto sintió su mano elevarse, Harry la llevó hasta su boca, la besó, le miró con intensidad y comenzó a lamer la sangre.

Draco se estremeció ante esa "caricia", la tibieza de la lengua de Potter le había hecho dudar, pero aún así retiró la mano y se puso de pie. Caminó algunos pasos lejos de él confundido, estaba muy angustiado porque se sentía muy vulnerable y el moreno si le gustaba al parecer.

Harry sintió como si le quitaran la última oportunidad que tenía de vivir. Se puso de pié mirando al piso y esperó la reprimenda del rubio.

Malfoy se mordió el labio inferior y recordó el beso que le dio en el pasillo, en realidad había tenido ganas de más, en realidad quería más.

Caminó con paso firme hacia Potter, pasó su mano por la cintura de Harry, tomándolo por la espalda empujándolo hacia sí, antes que el moreno pudiera reaccionar, con su otra mano le agarró de la nuca y acercó su rostro al de él, dándole un violento y apasionado beso que le llegó a doler. Harry no lo podía creer.

Después se alejó unos centímetros y lo tomó de los hombros para arrojarlo contra la pared bruscamente, puso su brazo sobre ella para encerrarlo y le besó con más fuerza y más pasión. Bajó hasta su cuello y le llenó de pequeños e impetuosos besos hasta dejar roja la piel. Harry, que sentía como si el mundo diera vueltas, lo rodeó con los brazos y disfrutó del contacto olvidando todo lo demás. Lo único que quería era besarle, tocarle cada milímetro de piel, que ya empezaba a humedecerse. Draco subía y bajaba por su cuello dejando a Harry sentir su aroma, embriagándolo. Recorría sus hombros, siempre dejando marcas al pasar, marcas que estaban volviendo loco a Harry. Cada vez que la serpiente lo mordía él enterraba sus dedos en la blanca espalda por lo que quedaba marcada, lo que hacía que el rubio se excitara cada vez más

Draco bajaba sus manos, recorría cada parte de su cuerpo, quería ver que se revolcara de placer, puso una de sus manos sobre el pecho del moreno y mientras lamía, mordía y succionaba uno de sus pezones, con la mano masajeaba y tironeaba el otro, lo apretaba entre sus dedos. Harry estaba deseoso de participar y devolverle el favor al rubio, por lo que intento subir su pierna y acariciar la entrepierna de su amante, pero a Draco no le gustó la idea y mordió con fuerza la carne ya roja y resentida que tenía en su poder a modo de advertencia. El grito entre dientes que dio Harry lo incitó a seguir. Volvió a buscar su boca y se aferró a ella con fuerza. Sintiendo que su parte baja necesitaba urgente atención comenzó a cerrar el poco espacio que los separaba, lo apretó aún más contra la pared y mientras que con una mano lo afirmaba rudamente para no romper el beso, con la otra bajó por su espalda para adueñarse de su trasero y dar un agarrón que hizo gemir al Gryffindor en su boca. Este, que no quería quedarse atrás, metió sus manos en el pantalón del Slytherin y dándole un agarrón más intenso y mucho más profundo que el recibido provocó que el rubio, en vez de gemir, diera un mordisco con tal fuerza y rudeza que hizo que del labio de Harry corriera un hilo de sangre. En verdad no quería que el otro tomara el control de la situación.

Potter se estaba volviendo loco de placer, la mordida lo había llevado casi al límite, estaba en el séptimo cielo cuando un dolor lo hizo volver a la realidad, era Draco que se había adueñado de su boca nuevamente y se hacía paso en ella con su lengua, mientras bruscamente tiraba de su camisa, la cual estaba húmeda. Finalmente logró sacarla del juego.

En tanto, Harry no dejaba tranquila la espalda del rubio, a cada espasmo de placer que sentía, enterraba sus uñas sin darse cuenta del daño que causaba, no era que Draco lo dejara hacer mucho más que eso. De pronto comenzó a estorbarle la tela que cubría sus manos, por lo que se deshizo de ella y siguió su entretención luego de que Draco le sacará los pantalones y se pusiera a besar y lamer sus muslos, produciendo reiterados gemidos en el moreno.

Poco a poco, la agresividad, la velocidad y los bruscos movimientos que había estado haciendo el dragón, se fueron calmando. Empezó a saborear y disfrutar más sus acciones. Harry sintió que el rubio se tranquilizaba e intentó participar de forma más activa, pero cada vez que intentaba hacer algo, incluso moverse, lograba molestarlo, no recibiendo el premio que esperaba, por lo que finalmente decidió dejarse hacer y disfrutar del relajo de su amante.

Malfoy volvió a su cuello, pero esta vez parecía estar acariciando las heridas que antes había producido, con suaves besos. Ambos estaban completamente sudados, sin olvidar que él se había encargado de mojar cada parte con su saliva. Harry tenía la cabeza hacia un lado para darle mayor acceso, su boca entreabierta para liberar sus gemidos. Draco se alejó levantando el rostro hasta llegar a sus labios y por primera vez en la en la noche se entregó a su amante. El beso fue más calmado que los anteriores pero con la misma pasión y deseo hacía el otro. Harry, al sentir que la tensión disminuía, supo que Draco estaba más blando (en sentido figurado, porque sabemos que está duro… y bastante), tentó tomarlo por la cintura y al ver que no hubo reacción negativa, continuó. Ahora era él quien besaba, quien se adentraba en Draco y recorría cada rincón de su boca, lentamente se separó. Solo un hilo de saliva los unía. Siguió por su mejilla hasta llegar a su oreja, al lóbulo. Lo mordió y succionó haciendo gemir de placer al rubio.

Bajó por su cuello dándole el mismo placer que antes recibiera de él, dejando marcas rojas en la piel lastimada por su paso, siguió hasta su blanco pecho, que como estuvo tanto tiempo pegado al suyo, estaba más caliente que otras partes ya probadas. Besó, lamió, succionó y finalmente mordió, comió con ansiedad el festín que tenía a su merced sin dejar ni un solo milímetro de carne a salvo a su asalto; sin detenerse debido al melodioso incentivo que le indicaba que estaba llevando a su rival al límite.

La espalda de Draco se encorvó hacia atrás por la excitación y Harry aprovechó esta reacción para llevarlo hacia el suelo.

- Ni... se te ocurra - Le advirtió Draco cortante - acércame al suelo... y me largo -Terminó con la respiración entrecortada.

Harry sostuvo su mano y lo dirigió a la cama, lo recostó, y comenzó a besarlo nuevamente, a tocar cada parte descubierta, su cuello, su pecho, su cintura, su… algo intervino en su celestial recorrido, no recordaba que el dragón seguía vestido de la cintura para abajo. Le molestaba, así que le sacó los pantalones sin dejar de incitar al otro con sus movimientos. Al momento en que bajó su ropa interior se dio cuenta del grado de excitación del rubio, similar al suyo (que seguía atrapada bajo la ropa). Lo tocó y se emocionó al ver que comenzaba a gotear, Draco respiraba rápido, se quejaba y se retorcía en el lecho, provocando aún más al moreno, pensó en comer y disfrutar al máximo su miembro, pero al hacer eso no lograría ver como la serpiente lo disfrutaba y deseaba ver todas sus reacciones y gestos, así que optó por masturbarlo.

Luego de pasar reiteradamente sus dedos por la longitud de su sexo, lo encerró en su mano y lo frotó, primero suave, provocando gemidos en la serpiente, luego fuerte y rápido con quejidos y respiraciones descontroladas. Malfoy no sabía que hacer, estaba desesperado, movía sus brazos aferrándolos a la cama, a la almohada... de pronto Harry tomó una de sus manos y la dirigió a su propia parte baja, que pedía a gritos atención. El rubio se la dio, pero no por mucho tiempo ya que se acercaba al límite. En la habitación se escuchan gemidos, gritos, quejidos, seres agitados y el nombre de uno de ellosél que provocó la primera liberación de la noche: "Harry".

Lo observaba atentamente mientras probaba de su esencia. Pero dejó un poco para prepararlo para lo que haría ahora, ya que a pesar de no conocer mucho sobre el tema, sabía que lo dañaría si no lo hacía. Introdujo un dedo, húmedo con el fluido de la serpiente y vió como su cuerpo se tensaba volviéndose a excitarél también lo estaba por lo que rápidamente introdujo el otro dedo. Pero al no poder con la ansiedad, se adentró en él. Draco dio un grito. Harry había entrado en él de una sola vez. No podían esperar más a acostumbrarse a la penetración por lo que el moreno comenzó a moverse, despacio mientras se dilataba y lubricaba la zona que era muy estrecha. Con fuertes gemidos, el rubio sonrojado se aferró a él sin saber qué hacer por la necesidad que tenía su cuerpo. Ambos chicos se movían a un mismo ritmo cada vez más rápido, más intenso, ambos gemían, sus respiraciones estaban agitadísimas. Harry apoyó su cabeza entre el límite del cuello y el hombro de Draco, sintiendo que se volvería loco. Espasmos de placer volvían a presentarse en ambos, estaban al límite. Potter, en su desesperación y éxtasis, mordió el blanco hombro y se vino en su interior. Por su parte, el rubio abrazándolo enterró sus uñas en la espalda de Potter al momento de liberarse y mojar sus vientres.