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Capítulo 6: Flujos de pensamientos
Luego del amanecer algunos de los santos de Athena toman el camino de regreso hacia el hotel, entre ellos Shura y DeathMask. El guardián de Capricornio estaba completamente abatido y desesperanzado. No muy distinto era el estado del santo de Cáncer quien lo acompañaba. Ambos habían bebido en exceso pero sin llegar a la completa borrachera, solamente buscaron una manera de ahogar sus penas. Ninguno dijo nada pues cualquier palabra estaba de más. El guardián de Cáncer se preguntaba sobre Afrodita al tiempo que recordaba el momento en que éste salió de la disco corriendo.Seguro que está en el hotel, se dijo DeathMask. Así fue, al entrar a la habitación que compartían los tres vieron al caballero de Piscis acurrucado en su cama y cubierto solo por las sábanas. Algunos mechones turquesas y ondulados se dejaban ver. DeathMask lo observó tristemente pues creía que él estaba enamorado de Ikki. Ninguno de los recién llegados se dio cuenta de que Afrodita en realidad estaba despierto y con los ojos rojos de tanto llorar, como pudo logró ahogar sus interminables sollozos.
Ikki regresó ya entrada la mañana. Si bien fue el primero en retirarse también fue el último en regresar pues decidió dar una larga caminata sobre la orilla del mar. Sin importarle los ronquidos de los gemelos, el peliazul se quedó profundamente dormido.
Los ojos color zafiro del Fénix se abrieron al mediodía, tan solo pocas horas después. Despertó al oír discutir a los gemelos - algo más que normal entre ellos , al parecer Saga se quejaba de algo. Ikki se quedó un rato en la cama esperando que "original y copia" - tal como él los llamaba - se dignaran a dejarle el baño, pero al ver que Kanon tardaba demasiado en la ducha - y Saga aun no se había bañado - decidió hacer lo mismo que el día anterior. Tomó una muda liviana de ropa - shorts y remera , una toalla y se dirigió hacia la habitación continua tal como el día anterior. Saga lo miró divertido y le dijo algo en broma pero el Fénix ni caso le hizo.
Shaka recién se levantaba. Al abrir los ojos vio la desordenada cama de Aioros y la pulcra y ordenada cama de Dohko, ambas vacías. Miró el reloj y se sorprendió de la hora pues esperaba levantarse mucho más tarde ya que estuvo largo rato consolando a su amigo Mu. Ni bien se levanta escucha que alguien golpea la puerta, era obvio de quien se trataba. Con una extraña mezcla de celos por ese beso de Afrodita hacia Ikki y de temor a que éste descubriera la broma abrió la puerta.
- Buen día Ikki. ¿Qué se te ofrece- preguntó Shaka en un tono que no mostraba ni distancia ni alegría por su visita,
- Me preguntaba - con su característica sonrisa seductora - si podía utilizar tu baño una vez más, Kanon aún no sale de la ducha y Saga.
- Pasa - interrumpiendo al peliazul mientras le abría la puerta para que pasara - lamentablemente te tocó un par de pésimos compañeros de cuarto.
Shaka cerró la puerta y se apoyó contra ella para así poder contemplar la perfecta espalda y trasero de Ikki al tiempo que le dirigía una libidinosa mirada sin que éste se diera cuenta. El Fénix se quitó la ropa y entró a ducharse. No transcurrió un minuto cuando ve que el rubio de Virgo entra a la ducha.
¿Te molesta- le preguntó Shaka - Recién me levanté y no pude darme un baño aún - le sonrió al tiempo que le lanzaba otra mirada libidinosa.
Ikki solo le devolvió la sonrisa y continuó enjabonándose haciendo como si no le importara la presencia del rubio. De todas maneras no tardó mucho para que Shaka dará el primer paso.
- Si me dejas podría enjabonarte la espalda - acercándose al peliazul hasta prácticamente rozarlo mientras que le pasaba el jabón en su espalda.
Sin embargo eso no era más que una simple excusa para acariciar la bronceada piel de Ikki, pues no tardó el dejar el jabón en un costado para pasar su mano por el esbelto cuerpo. Ikki sonrió y sintió que las caricias del rubio estaban haciendo efecto, no pudo evitar contener un gemido de placer. Shaka no solo pasaba con ansias cada vez más grandes sus manos en aquella piel sino que con su lengua saboreaba el cuello de Ikki quien seguía sonriendo por razones obvias. Shaka estaba completamente excitado, Ikki solo se dejaba manosear por el santo de Virgo estando totalmente a disposición de éste cosa que provocaba aun más a Shaka quien no veía la hora de hacerlo suyo.
- Hoy me toca a mi Ikki... - le dijo en un susurro al oído.
Acto seguido el rubio empuja al peliazul contra la pared en un arrebato violento sosteniendo con fuerza su cuerpo; el Fénix no deja de sorprenderse por la actitud de Shaka pero no hizo nada por impedir ese incipiente frenesí. El rubio de Virgo baja su mano hasta el miembro de Ikki y comienza a masturbarlo al mismo tiempo que frota el suyo contra el trasero de Ikki, ya casi estando listo y muriéndose por penetrarlo comienza a preparar al más joven entre jadeos. La mente de Shaka era por completo un caos, constantemente se preguntaba que tenia ese chico que hacía que lo volviera tan loco, no lo comprendía, no podía. Lo único de lo que estaba más que seguro era el extremo placer que sentía al embestirlo una y otra vez escuchando los gritos del peliazul. El día anterior había sido él el sometido - cosa que a Shaka le encantaba , pero tener a Ikki a su completa y absoluta disposición lo excitaba muchísimo más. Un buen rato después llegan al clímax, ambos al mismo tiempo. Muy cansados por el ritmo se quedan en la misma posición apoyados contra la pared. Ikki se sorprende al sentir luego los brazos de Shaka alrededor suyo, le pareció un acto inconsciente por parte del rubio pero en el fondo nota algo cálido por parte de él. Todo el resto del día Ikki se iba a preguntar el porque de esa sensación.
¡Te volviste loco Saga- le comenzó a replicar a los gritos Aioros a su amigo -. ¿Ese era el plan que se te ocurrió- mirándolo de muy mala manera.
¡Pero si es el mejor- se reía bajo el dorado sol de Río de Janeiro -. Date cuenta, si Shura nos vio sentirá celos, entonces el se animará a más.
- Tu y tus medios poco ortodoxos - le decía al santo de Sagitario mientras golpeaba el cuello de Saga en reprimenda.
Ambos caminaban sobre la orilla de la concurrida playa de Copacabana esquivando niños y pelotas, habían decidido ir hasta uno de los extremos de la playa - el fuerte de Copacabana - y volver hacia la zona frente al hotel donde estaba el resto del grupo. Luego de un buen rato sin hablar Saga miró a su amigo y lo notó algo cabizbajo.
- Aioros... No seguirás enojado por eso - le dijo el mayor de los gemelos.
- Solo pensaba... Pensaba en Shura. Tu viste que siempre está con DeathMask¿Verdad?
- Pues si, se que son buenos amigos, pero nunca supe otra cosa. Descuida - dándole ánimos al salto de Sagitario - algo me dice que el siente algo por ti.
Ese último comentario alegra a Aioros pero en el fondo se está resignando a perder a Shura.
¡Hey¡Mira eso- le señaló Saga a su amigo haciendo que éste levante la mirada.
A lo lejos ven a Aldebaran con un grupo de chicas muy bellas cosa que les sorprende pues nunca ven acompañado al caballero de Tauro.
- Vayamos a molestarlo - con una sonrisa pícara.
Pero Aldebaran se percata de la presencia de sus compañeros y levanta la mano para llamarlos, al acercarse el par ven que tres chicas lo acompañaban, una de piel morena de ojos color miel y cabellos azabache y otras dos muy parecidas entre si, una pelirroja blanca y pecosa y una rubia muy sonriente.
- Vaya, se habían escapado ustedes - les decía sonriente a sus amigos -. Les presento a unas amigas, ella es Mareleize - señalando con la mirada a la bella morena de cabellos ondulados - y ellas son Ivonete - refiriéndose a la pelirroja de aspecto distante y engreída con ganas - y ella Solange - presentando a la simpática rubia de ojos grises.
Todas sonrieron al verlos y la rubia le guiñó un ojo a Saga, quien estaba más que atractivo solo con ese apretado short negro.
- Un gusto en conocerlas chicas, nosotros seguimos el viaje - dijo Saga en tono cortés.
- Nos volveremos a ver esta noche - comenzó a decir Solange entes de que Saga se retirara - Alde nos invitó a salir con todos ustedes.
Sin dale mucha importancia a el ocasional encuentro con las amigas de Alde, Aioros busca con la mirada entre sus amigos a Shura pero no lo encuentra, lo que le sorprende es ver a DeathMask solo. Se le acerca para preguntarle - había dejado atrás a Saga con su gemelo Kanon para ese entonces , pero lo nota más cabizbajo y triste que él mismo un rato antes.
¿DeathMask- lo llamó tratando de captar su atención.
Unos segundos después el santo de Cáncer levanta la vista, Aioros vio una mezcla de rabia, bronca y tristeza en su rostro.
¿Eh- lo miró.
- Yo solo... buscaba a Shura¿Lo viste- le preguntó mientras pensaba que algo andaba mal.
- No se, lo vi éste mediodía y no lo vi más - le contestó mientras lo miraba muy fijo a los ojos y demostrándole cierta rabia.
- Ah, bueno, gracias... - se fue el caballero de Sagitario con más dudas. ¿Qué significará esa mirada, se preguntó mientras regresaba al hotel.
Afrodita no quiso levantarse, de hecho no quiso ni ir a comer ni nada. No tenía hambre ni sueño pero quería quedarse en la cama, solo se levantó para ir al baño. No pudo evitar - aunque quiso - verse en el espejo, se dio asco y bronca al ver su patético rostro y sus ojos rojos e hinchados por tanto llorar. No quería bajo ninguna manera que lo vean así y mucho menos Deathmask. ¿Cómo pudieron hacerme algo así¿Cómo Ikki pudo burlarse de esa manera- se decía con más bronca que tristeza ¿Habrá visto algo DeathMask? Lo único que me faltaría es perder alguna oportunidad don él¿Cómo pude permitirme eso¿Cómo pude pensar en llegar a darle celos a DeathMask así- volvió a sollozar ¡Soy un idiota.
Aun sin quererlo se quedó mucho tiempo mirándose al espejo, tanto que perdió la cuenta, en eso escucha que alguien abre la puerta y la cierra de golpe. Era DeathMask, su presencia era más que inconfundible. De golpe se pudo nervioso, no quería que lo vea así pero... No, no podía dejarse estar tampoco, no seria bueno para él, sin duda tendría que luchar... No, aun no, estaba dolido, aun estaba dolido por lo que le sucedió anoche. Tratando de evitar al caballero de Cáncer salió del baño con la intención de volverse a recostar en su cama, pero los ojos del italiano eran lo más atrayente del mundo. Ambos cruzaron la mirada tan solo por un escaso segundo, luego Afrodita bajó la mirada pero DeathMask lo siguió observando. Odio, odio y furia, solo que ese efusivo sentimiento era para con él porque no supo como actuar frente a sus problemas y menos con Afrodita. Constantemente se preguntaba porqué no iba y le decía todo lo que sentía por él... ¿Por qué no lo hacía?. En un momento cruzaron miradas. En los ojos del caballero de Piscis había un rastro de ¿Lágrimas? Era posible. El los ojos del italiano había una mirada expectante, eso vio Afrodita, pero no soportó mucho tiempo esos ojos observándolo tan profundamente, no, era demasiado. Parecía que ahondaban en su alma y eso no le gustó para nada. En esos escasos segundos DeathMask quiso ir, correr y abalanzarse sobre Afrodita. Sin embargo todo quedó en el deseo de hacerlo, se conformó sintiendo el desasosiego en su vacilante corazón. Bajando la cabeza resignado y pensando en proseguir con sus cosas, dejo al santo de la última casa meterse en la cama y hacerse un ovillo entre las sábanas.
Shaka caminaba sin compañía por la avenida Nossa Senhora de Copacabana, una amplia avenida comercial paralela a las bellas playas del mismo nombre del barrio. ¿Pero qué hacia solo allí? Se las ingenió para deshacerse de Ikki, casualmente fue gracias a Mu que lo requería para algo. A Ikki mucho no le cayó pero no quedaba otra. Claro, también se las ingenió luego para excusarse con Mu. No es que no le preocupase su amigo y sus desencontrados sentimientos para con el santo de Géminis, pero creía que ya estaba bastante grande como para hacer algo por sí mismo. Lo halagaba que buscaran sus consejos pero a veces se pasaban de la raya, parecía que nadie pudiese hacer nada por sí mismo y que de golpe todos necesitaran su aprobación. Shaka no podía creen en la existencia de tan poco sentido de autosuficiencia y seguridad entre los caballeros dorados. De pronto ese flujo de pensamientos se detuvo y volvió al pensamiento original: Ikki. Quería estar con él, en eso estaba de acuerdo pero ¿Porqué en esos momentos se encontraba solo cruzando la intersección de la avenida en la que iba con la avenida Rainha Elizabeth? Trataba de encontrar una respuesta rápida a ello, no la encontró fácilmente. Un rato después llegó a la conclusión que se estaba evadiendo. Ahora bien¿Qué era lo que evadía¿Sus sentimientos?. Era factible, si, de hecho lo era. Pero la cosa no le cerraba¿Qué sentimientos eran los que supuestamente evadía?. Shaka se dio cuenta de que ese era casi el límite del barrio de Copacabana. Un transeúnte le dijo que detrás de unas calles empezaba el barrio Ipanema - otro de los más famosos de la ciudad , allí Shaka se detuvo y regresó, sólo que ésta vez volvería por la costa. Ya tendré tiempo de retomar éste recorrido, se dijo el rubio pensando en un futuro paseo a pie por Ipanema. Decidió entrar a una galería contigua a un importante hotel a metros de la intersección de la avenida Atlântica con Rainha Elizabeth. Segundos después intentó volver a reconectarse con su mente, la figura de Ikki a su lado regresó. De pronto se sintió algo intranquilo, pero no con Ikki sino consigo mismo. ¿Qué es lo que siento por él, se preguntaba mientras se tomaba un helado al tiempo que miraba el azul del mar a través de una vitrina. No era que pensara que el dulce del limón y la crema de cerezas le ayudara a la búsqueda de la verdad suprema en lo referente a sus sentimientos pero algo ayudaba. Si... quizá... quizá Ikki sea tan dulce como éste helado de limón, dijo en voz baja riéndose de su propia ironía. Perdió una vez más su vista, ésta vez en el azul penetrante del cielo. Sus ojos comenzaron a lagrimear por lo fijo de su mirada y la luz y el brillo del color. Parece ser yo el que se escapa de ti Ikki¿Seré un cobarde después de todo- pensó -. Quisiera estar contigo¿Qué es eso que me atrae de ti? No es solo sexo Ikki, no es solo eso.
