Capítulo 7: Desilusión y esperanza.

Atardecía en Rió de Janeiro. El resplandor dorado cobrizo del sol inundaba la playa y se reflejaba en el mar que ya perdía su azul para tomar un color ocre oscuro. La brisa tenía un cargado aroma marino y un fondo a algas, mucho más que otras veces. Dohko se encontraba a escasos metros de la orilla sentado sobre la arena húmeda y tibia, completamente absorto mirando la lejanía, quizá a aquel lugar en donde el mar y el cielo eran uno solo. No le importaba el ruido de la gente que aun estaba en la playa y mucho menos los surfistas que cabalgaban ágilmente sobre las olas. Solo pensaba y tenía tantas cosas para pensar... La escena no era muy distinta a su antigua vida cuando se quedaba meditando frente a la gran cascada, solo que ahora tenía la inmensidad del mar frente suyo. Sin embargo había algo que no cuadraba en el asunto. Un hombre que llevaba a cuestas la sabiduría de la edad no deba dar tantas vueltas en ciertos asuntos, aun así su corazón y sus sentimientos eran algo que no entraba en todo ese bagaje. Cada vez que evocaba en su mente la misteriosa y enigmática mirada de Shion su corazón se aceleraba como si se tratase del corazón de un quinceañero que no sabe nada del amor y da sus primeros pasos en el tema. Así se sentía él, y no porque Shion no lo amase, al contrario, si no que él mismo no quería aceptar volver a estar con él. Tenia miedo, demasiado, pues no quería sufrir la pérdida que sufrió tanto tiempo atrás. Por perderse en su propia mente no se dio cuenta que su alumno Shiryu se encontraba a su lado.
- Maestro - lo llamó Shiryu con su pacífica voz.
Dohko tardó en reaccionar, recién algunos segundos después se percató de su presencia.
- Dime Shiryu¿Ocurre algo? - casi como sorprendido.
- Lo mismo pensaba preguntarle maestro - con una dulce sonrisa típica de Shiryu -. Si no lo conociera diría que solo está distraído pero sé que eso no es cierto. ¿Qué es lo que le pasa? Claro, si es que puede contármelo.
- Bueno... ¿Sabes? - sonriendo - Tengo más años que tu y me siento como alguien de tu edad cuando pienso en esto - le comentó mientras Shiryu lo miraba sin comprender del todo la situación.
- No lo comprendo maestro.
- Y sigues diciéndome maestro Shiryu... Sabes que me puedes decir Dohko, es mi nombre. Pues... - alzando su mirada al cielo cada vez menos cobre y más azul - ¿Qué harías tu si tuvieras una segunda oportunidad para hacer algo que quieres pero a la vez tienes miedo de sufrir por ello?
Shiryu conocía muy bien a su maestro, más de lo que el mismo Dohko creía. El joven santo de bronce no quiso preguntarle directamente a qué se refería, aun así sospechaba sobre el tema de su preocupación.
- Sea lo que sea, yo creo - con un tono imbuido en seguridad - que si uno tiene una nueva oportunidad hay que aprovechar. ¿El sufrimiento es seguro o solo probable? Para ganar hay que arriesgar, no tendría sentido la vida si no fuera así¿No lo cree?
Dohko se volvió a sumir en sus pensamientos, después de todo le había enseñado bien a su discípulo. Lo que el joven le decía era muy sensato, si no arriesgaba jamás ganaría. Pero no había dinero en juego sino su propio corazón¿El premio lo valía? Si lo pensaba bien sí, pues era su felicidad la que giraba en la rueda de la fortuna, su felicidad junto a Shion la cual siempre anheló. Shiryu se dio cuenta de su tristeza, se quedó un rato acompañándolo en la playa viendo como el sol se escondía bajo el tranquilo manto del horizonte. Luego se levantó y se fue, dejando solo a su maestro pues no deseaba incomodarlo al ver que deseaba algo de soledad.
En el hotel justo frente a esa playa una situación no muy distinta se desarrollaba, Mu observaba de lejos a su maestro quien descansaba meditabundo en una de las reposeras de la piscina mirando hacia la inmensidad de la bóveda celeste. El joven santo de Aries conocía muy bien esa mirada, cuando algo le preocupaba siempre estaba así. Se imaginaba que era pero por respeto - y porque también tenía sus propios problemas - no quiso entrometerse, mas no significaba que no se preocupara.

Shaka regresó luego del ocaso al hotel; había tenido bastante tiempo para pensar, claro eso no significaba tener una respuesta precisa para sus problemas, ni siquiera tenía todas las preguntas. Ahora todo rondaba alrededor de Ikki, parecía que ese nombre se le había incrustado en su mente marcado con luces de neón. ¿Qué haría si se encontraba con Ikki? Ese esa su principal problema y pregunta¿Qué le diría? Fue muy obvio el hecho de haber usado esa excusa que le sirvieron en bandeja para no enfrentar al Fénix. Aunque las situaciones nunca lo ayudaban, siempre que estaba con Ikki o podía llegar a estarlo ocurría algo. Sin embargo Shaka tuvo suerte, no se cruzó con Ikki, no a solas al menos pues siempre estaba todo el grupo reunido y no era conveniente hablar con él estando todos allí escuchando. Esa noche habían decidido ir de nuevo esa disco solo que ésta vez habría algunas nuevas acompañantes: las tres amigas de Aldebaran. - ¿Quién lo hubiese dicho? Aldebaran acompañado de tres bellas señoritas - comentó Aioria a Mu y a Shaka.
- Alde no es tan antisocial como parece Aioria, lo que pasa es que nunca le preguntaste sobre su vida - le contestó Mu quien sí sabia de la vida del santo de Tauro.
- Es verdad, siempre lo tuvo bien callado - rió Shaka -. A poco que quieres que te presente a alguna de sus amigas.
- No es eso, con Marin me basta amigos. Además si se entera me mata, es bastante celosa.
Shaka trataba de seguir la conversación de los muchachos pero su mente estaba bastante ocupada y dispersa como para ello; al pasar vio a Aldebaran riendo y hablando con las tres jóvenes, al parecer la chica de piel morena era la más cercana a él. No pudo dejar de considerar afortunado al santo de Tauro por ser tan abierto y despreocupado, nada que ver con él que se preocupaba demasiado. ¿Será eso entonces¿Debería hacer más simple las cosas? Creo que me estoy haciendo demasiado lío..., pensó Shaka mientras suspiraba. El rubio temía volver a perder de vista a Ikki en esa disco, de hecho siempre que lo buscó con la mirada lo encontró hablando con alguien. Aun así antes de entablar algún tipo de conversación con él debía aclarar sus propios asuntos para luego tomar una decisión. Mientras un pequeño grupo se divertía en el lounge, otro estaba en una de las pistas. Aldebaran bailaba con sus tres amigas con una pinta de ganador tremenda, en especial con la morena que a esas alturas - y gracias al alcohol en ambos - ya estaba colgada del santo de Tauro. Las otras dos chicas buscaba a algunos de los bombones de los amigos de Alde para bailar. - Solange querida - le cuchicheaba al oído a su hermana -¿A cual de todos esos bombones tienes en vista?
- Pues me gustó ese que vimos en la playa - rió -¡Pero no se cuál es cuál! Uno es todo un caballero pero cuando me acerco a uno termina tratándome mal.
- Debe ser ese gemelo hosco que tiene, yo me le insinué y me trató mal el muy tonto, como se atreve a burlarse de mi así... - dándose aires de importancia - .A mi me gusta ese que está allí - le señaló al joven de cabellos azules y ondulados, ni más ni menos que Milo -. A que ésta noche es mío¿Qué apuestas hermanita?
- Es ridículo apostar en tu contra Ivonete, siempre logras lo que quieres... Y yo... Como alternativa elijo a ese rubio precioso.
- ¿A cuál te refieres¿A ese que parece un ángel? Te odiaré por el resto de tu vida si logras algo con él.
- El de cabellos largos no hermana, ese que está allá - señalando a Hyoga -, el ruso, ese. Mmmmmmmm... - se relamía por poco -. Que ojos tiene.
Ambas hermanas ya habían hecho planes de conquista para esa noche y los blancos ya habían sido marcados. El primer paso del plan consistía en separarse para acercarse a los grupos en donde estaban estos chicos, luego atacarían. Un gran grupo bailaba en el medio de la pista formando un círculo, casi todos con botellas de cerveza - que a esa altura ya estaba mezclada con cualquier cosa - en la mano. Milo y Camus estaban allí con ellos, en eso Camus - que estaba sobrio - decide ir a buscarse algo para tomar y deja a Milo allí bailando con el resto mientras tomaba su quinto margarita. En eso Ivonete, la bella pelirroja se les une y con su mejor sonrisa comienza a bailar con los chicos, cuidando de quedar siempre al lado de Milo. Ivonete comenzó a hacer su infalible baile sexy frente al muchacho que ni lento ni perezoso le siguió la corriente. Digamos que el santo de Escorpio nunca fue la lealtad en persona y como cualquiera era muy débil frente a una bella pelirroja. Camus tardaba en regresar con ellos y no vio nada de malo ponerse a bailar con la chica pero como siempre pasa, roce que va, roce que viene, alguna mano por ahí... Y bueno, terminaron abrazados primero y luego comenzaron a besarse a lo loco. Realmente esa pelirroja lograba hacer subir la libido a cualquiera.
Camus de Acuario tardó en regresar pues se encontró en la barra a Hyoga que había empezado a darle al vodka una vez más, era el único que se atrevía a tomarlo solo, sin mezclarlo con nada salvo con el hielo. Era muy gracioso verlo con un vaso en una mano y con la botella en la otra; con resignación su maestro lo dejó allí en la barra preguntándose de donde sacó esa afición al vodka pues que él recordara nunca se la había enseñado. Mientras se abría paso entre la multitud con su daikiri de durazno llegó al fin - luego de un buen rato - al lugar donde los chicos bailaban. Buscó con la vista a Milo y le pareció raro que no estuviese saltando con el resto del grupo. En eso ve una silueta conocida y una figura llena de curvas con un cabello pelirrojo y lacio por ahí, muy acaramelados abrazándose. Una de las amigas de Aldebaran, pensó. Cuando se acerca más se da cuenta que la persona que besaba con mucha pasión a la pelirroja era Milo. No podía creer lo que veía, su pareja estaba besando descaradamente frente a todos a una mujer. Quedó completamente atónito a lo que veía, no podía creer que su Milo le pudiera hacer eso. Tras el estado de estupefacción que le provocó ver aquello un súbito odio dominó al santo de Acuario. De golpe todos los allí presentes sintieron que el aire se volvía cada vez más frío, nadie se inmutó pues el bajón de temperatura ayudó a contrarrestar el calor que había. Camus no podía dejar de mirar con odio a Milo y a la pelirroja. Ivonete se dio cuenta que uno de los muchachos los miraba de muy mala manera.
- Oye bombón¿Tienes idea por qué ese chico nos mira mal? - le preguntó con su voz más melosa.
Milo volteó y vio a Camus que estaba quieto y con una cara de odio atroz hacia ellos, el frío y distante santo de Acuario parecía querer usar su Aurora Execution contra ellos.
- Ay no... - fue lo único que pudo decir Milo con una expresión de pánico al ver a su novio viendo todo.
De un empujón suelta a la pelirroja que casi termina en el piso de no ser porque pudo asirse de alguien que bailaba por ahí. No entendía que pasaba, vio el terror en los ojos de Milo mientras el joven de cabellos azules y mirada fría se acercaba para luego darle un tremendo golpe que lo hizo volar muy lejos asustando a la gente. Algunos de los caballeros que estaban allí - entre ellos DeathMask, Saga y Kanon - detuvieron su baile para contemplar el espectáculo. Esta vez si que Milo se había pasado de la raya. No hubo necesidad de que llegue la gente de seguridad para detener pelea alguna pues Camus le dio la espalda a Milo y se dirigió directamente a la salida. Milo intentó seguirlo pero el santo de Acuario le dirigió tal mirada que lo asustó más de lo que estaba. DeathMask comenzó a matarse de la risa por todo, la escena era muy divertida.
- No te esperabas ese chasco¿No? - le decía DeathMask con su típico sarcasmo a Ivonete -. Gracias por el espectáculo, fue muy divertido - concluyó dándole unas palmadas en la espalda a la engreída pelirroja. Mientras tanto Hyoga se encontraba en la barra; ya no bebía de su vaso, lo había dejado de lado y tomaba directamente de la botella. Ya queda por la mitad..., se decía Hyoga mientras sostenía la botella y miraba a través de ella. De golpe la figura de un par de ojos color gris deformados por la botella. Se percata allí de la presencia de la rubia de cabellos cortos amiga de Alde que, sin pedirle permiso, le quita la botella a Hyoga para tomar algo de vodka. Luego se sienta a su lado.
- Vaya... Ya tenemos algo en común. ¿Ya llevas media botella? - le preguntó - ¿Y no te hace nada?
- No, para nada - le mintió el ruso.
- ¿En serio? Hummm... ¿A que soy más resistente que vos? - en tono desafiante.
- ¡Ja! Si, seguro - sin creerle.
- ¿Apostamos? - y no le dejo responder cuando ya le estaba pidiendo al barman que le diera una botella de vodka llena.
Hyoga no pudo dejar de sonreír ante la decisión de la chica, realmente lo estaba desafiando, así que ambos comenzaron a competir por quien tomaba más vodka. ¿Pero dónde estaba Shun? El joven caballero de bronce estaba charlando muy animadamente en el lounge - del otro lado de la disco - con Shaka y Aioria. Se había olvidado por completo de su querido novio quien supuestamente estaría bailando con el resto de los chicos. Al mismo tiempo Solange estaba logrando de a poco su cometido, Hyoga estaba cada vez más fácil y accesible así que no tardó mucho para agarrarlo y comenzar a probar esos apetitosos labios.

- ¿Qué tal si nos vamos a bailar? Ya me cansé de estar sentado - comentó un sonriente Aioria a Shaka y a Shun.
- Buena idea, vayamos con el resto. ¿Vienes Shaka? - le preguntó al rubio que estaba más que perdido en sus pensamientos.
- ¿Ehhh? Ah, si vamos. Yo también quisiera escuchar algo más movido - mintió Shaka, en realidad quería buscar a Ikki.
Los tres muchachos salieron del lounge y se dirigieron hacia la pista principal, pasando primero un patio al aire libre con algunas mesas con sombrillas de paja dándole a la decoración un aire más tropical. Desde la entrada a la pista principal que tenían más cerca se podía ver a la gente bailando, no solo en la pista propiamente dicha sino también el las tarimas. Sabían que los chicos iban a estar en el centro del lugar, justo debajo de la bola espejada. Algo que les llamó bastante la atención fue ver a Saori con Saga y Kanon bailando en una de las tarimas muy divertidos, lo gracioso fue que se le notaba de lejos la gran cantidad de alcohol a la muchacha.
- Hey Shun - tocándole el hombro al peliverde -. ¿Ese no es Hyoga? - le preguntó Aioria tras distinguir una cabeza rubia muy similar a la de Hyoga al momento que pasaban muy cerca de una de las barras.
Shaka y Shun voltearon a ver. El joven Andrómeda tardó en divisar esa cabeza rubia que había visto Aioria, pero Shaka - por ser más alto - se dio cuenta de que ese sí era Hyoga. Le sorprendió bastante lo que veía pues no estaba solo, al contrario, estaba demasiado bien acompañado. Su primera reacción fue impedir que Shun viera esa escena y empujarlo un poco para que siguiera caminando hacia el centro de la pista y evitar que vaya con el ruso. Sin embargo Shun hizo caso omiso a las intenciones de Shaka y se fue derecho a la barra, haciéndose como podía un espacio para pasar a través del gentío. Aioria también vio lo que pasaba desde lejos, como se imaginaba lo que se venia prefirió apartarse del asunto aprovechando que su hermano mayor pasaba justo por ahí.
El joven Andrómeda se acercó hasta la barra más que contento al saber que Hyoga estaría allí, y así era, el ruso estaba allí... pero abrazando a una mujer. Su corazón que quebró en mil pedazos y de golpe sus ojos de llenaron de lagrimas. No... No puede ser... No es posible..., se decía Shun pensando que todo eso era una fea pesadilla. Shaka llegó hasta donde Shun y vio con más claridad la escena, Hyoga daba un espectáculo casi obsceno en la barra y su novio lo observaba todo a muy poca distancia. El peliverde hizo un movimiento como para acercarse más pero el santo de Virgo lo detiene. "No vayas Shun, no vale la pena", le había dicho. No lo escuchó, se secó las lágrimas con el puño y se fue hacia ellos. Shaka observaba preocupado la escena y pensaba en el lío que se iba a armar si Ikki se enteraba de todo. No había furia ni odio en la mente de Shun, el estaba en calma y completamente vacía, la misma calma que hay en el ojo de la tormenta. Toda una paradoja para una situación como esa. El se acerca hasta estar a escasos centímetros de ellos dos viendo con semblante perdido la danza de dos amantes al borde del frenesí. ¿Pero importaba la expresión en su rostro? Lo único real y verdadero era que por dentro estaba destrozado. ¿Así se comportaba la persona que le había jurado amor eterno?. Después de todo a las palabras siempre se las lleva el viento. El santo del Cisne aun no daba cuenta de la presencia de Shun a su lado así que éste último se comunicó directamente al cosmos del rubio. Asustado abre los ojos como si todo se tratase de una pesadilla soltando a la ebria muchacha. Ahí se percata de la presencia de Shun quien contemplaba impasible aquella escena. No le dijo nada, no fue necesario, en su mirada y en el llamado a su cosmos se dijo todo. A continuación Shun sale corriendo a toda velocidad de ese lugar sin importarle empujar a quien sea para abrirse paso. Shaka ve como Hyoga intenta desasirse de esa tal Solange pero termina tumbado en el suelo, después de todo no era tan resistente al alcohol como pensaba. Lo único que deseaba Shun entonces era correr, escapar, irse de aquella pesadilla. No podía, sabía que era cierto lo que había visto con sus propios ojos aunque en el fondo deseaba que todo eso fuera un mal sueño. Algunos de los caballeros que andaban dando vueltas por ahí vieron a Shun corriendo hacia la salida, cosa que les extraño bastante. El santo de Virgo decidió ir a buscarlo, no solo porque temía que cometiera alguna locura sino porque si Ikki se enteraba... Bueno, ya sabía de lo que Ikki era capaz y debía evitar que algo así sucediera a toda costa. Shaka también corrió en su búsqueda y cuando estaba por llegar a la puerta de salida se choca con Ikki.
- ¡Shaka! - sorprendido al encontrarlo allí -. ¿De casualidad viste a mi hermano? - se le notaba la preocupación en el rostro.
- ¿Qué si vi a Shun? - dudando si comentarle o no el asunto y pensando que tal vez ya se había enterado de ello.
- Me dijeron que vieron salir corriendo a Shun, pero no me supieron decir por qué - bastante asustado - ¿Tu sabes algo Shaka?
- Bueno, pues... Digamos que... - viendo que Ikki se exasperaba más y más por obtener algo de información -. Tuvo un altercado con Hyoga... Lo encontró besándose con una de las amigas de Aldebaran - sin más remedio que decirle la verdad.
Súbitamente el semblante de preocupación de Ikki cambió a uno de furia, cosa asustó hasta al mismísimo Shaka de Virgo, por poco podía ver fuego en sus ojos.
- �¡Maldito ruso! - apretando el puño - �¡Lo voy a matar! - con toda la intención de dirigirse hacia donde Hyoga, sin embargo Shaka lo detiene del brazo.
- ¡No hagas nada Ikki! - lo miró duramente desafiando el fuego de la mirada del Fénix.
- ¡Como mínimo se merece que lo mate! - intentando desasirse del rubio -. ¡Soltame Shaka!
- ¡No! Escucha, si hay alguien con el derecho de castigar a Hyoga será tu hermano, no vos Ikki. El rubio de Virgo estaba en lo cierto, en esos momentos lo que importaba era ir por Shun, saber dónde estaba y poder ayudarlo, después podría encargarse del ruso sin cerebro. El Fénix volteó y se fue hacia la salida seguido por Shaka. Una vez afuera y lejos de la gente se preguntó hacia donde podía haber ido su hermano menor.
- No siento su presencia Ikki - buscando el cosmos de Shun -. Se está ocultando a propósito.
- No tienes que acompañarme Shaka, déjame buscarlo solo - muy molesto con todo, además detestaba que lo ayuden.
- Te voy a acompañar quieras o no, además ten en cuenta que ésta ciudad es muy grande. Quien sabe a dónde se fue tu hermano.
El Fénix no tuvo más remedio de dejar que Shaka lo ayudara a buscar a Shun. Durante la búsqueda se dio cuenta de que detrás de ese semblante duro y hosco de Ikki había alguien que se preocupaba por los que amaba. Había tanto fervor en ese sentimiento por su hermano, tanta fuerza en aquello. Eso que otros veían como una sobreprotección era en realidad un cariño profundo y sincero para quien era su única familia. ¿Así eres con los que te importan Ikki, se preguntaba Shaka mientras rastreaban y llamaban al cosmos de Shun. No pudo evitar sentir un poquito de celos del joven Andrómeda al tener a alguien que lo protegiera y quiera tanto.

Muchas gracias por los reviews, disculpas de nuevo por no poder responderlos, realmente ando con muy poco tiempo. Besos y gracias!