La oscuridad de un ángel caído. Tercera parte.

Iliana se revolvió en su agitado sueño, y despertó, pero se negó a abrir los ojos, como si temiera que todo aquello no hubiera sido otra cosa sino una mala jugada de su mente mientras dormía.

Se sorprendió al notar la dureza de su cama, y entreabrió los ojos, casi involuntariamente. Lo primero que vio fue una figura moviéndose silenciosamente, a lo lejos.

Se levantó y ahogó un suspiro de angustia al descubrir que todo lo pasado hace ¿cuánto tiempo? No lo sabía... era real.

El pánico volvió a hacer presa de ella, pero no lloró, no le encontraba mucha utilidad a esta actividad.

La figura se volvió e Iliana entonces vio dos ojos fríos como un iceberg, rojos como la sangre...

"Y bien?" inquirió la silueta. Iliana no reunió suficiente valor para responder. La pregunta se repitió, esta vez en un tono más impaciente.

"Quién eres tú?" preguntó ella finalmente, tratando de que su voz no se quebrara

Hubo un silencio, interrumpido solo por la irregular respiración de Iliana

"Yo he preguntado primero" la silueta se acercó y un hermoso rostro pálido apareció en su campo visual.

Iliana se quedó muda. De pronto la promesa que antes le había parecido tan importante carecía de sentido.

Sintió una fría mano tomándola por la barbilla, obligándola a levantar la vista. Gimió.

"Si no me contestas, te mataré" dijo "él". A Iliana se le heló la sangre.

"Hazlo" contestó con voz imperiosa, aunque sus párpados se entornaron por el miedo

La criatura la miró, al principio desconcertada, y estalló en carcajadas. Era la suya una risa espantosa, aguda, afilada como una daga, aquella manifestación negaba la bondad, neutralizaba todo cuanto de autentico y honesto tiene el mundo.

"De acuerdo, no me respondas" dijo cuando acabó de reír "Pero..." el ángel calló y se sumió en un hosco mutismo.

"Quién eres tú?" preguntó nuevamente Iliana. El ser la miró con furia. Entonces ella notó algo. En realidad la criatura no la "miraba". Solo apuntaba sus ojos en aquella dirección.

Iliana ya había visto esto en otras personas. Una de ellas era su anciana abuela. Que estaba ciega.

"Estás ciego" era más una afirmación que una pregunta. La cara del "joven" irradió sorpresa. Luego asintió.

Hubo un largo silencio. Por alguna razón, por la cabeza de Iliana no se cruzó la idea de huir.

"Eres muy valiente como para haber venido. O eres una tonta" Dijo el finalmente, pensativo. "Por eso te contar

Iliana se sorprendió.

"El qué?"

El angel la miró enfadado.

"Qué acaso no querías saber quién soy?" Ella enseguida asintió. "Pues bien. Soy un angel"

"Eso... Eso ya lo se... Por las alas"

Él esbozó una sonrisa burlona.

"Los angeles tienen alas negras?"

Iliana se revolvió incómoda.

"Eres... un angel expulsado del cielo?" había escuchado eso en alguna parte

"Exactamente"

"Por..." No se animó a acabar la pregunta

"Por qué fui expulsado?" asintió "Fui expulsado por amar a quien no debí amar nunca. Ahora vete. Quiero estar solo" Esto ultimo lo dijo en un tono que hubiera hecho que un cadáver se levantara y cruzara medio cementerio antes que se acordara de que estaba muerto. Las piernas de Iliana la obligaron a levantarse. Y salir.

Pero las hizo detenerse. Una mezcla de alivio y tristeza la animaron a hacer una última pregunta.

¿Cómo es que no se lo pregunté antes? Pens

"A... Angel"

"...Sí?"

"Cómo te... cómo... te llamas...?"

La respuesta tardó en llegar.

"Kai"

Una mezcla de alivio y tensión descargada se realizó en Iliana. Como sí hubiera pasado un examen difícil.

Sus piernas la llevaron de vuelta hacia él.

"He dicho que—" se interrumpió al sentir una cálida mano pasando por una de sus mejillas. La tomó sin violencia, pero firmemente, y la apartó. "Qué sucede contigo? Por qué no me temes...?"

"...No lo se..."

Iliana de nuevo extendió la mano para tocar la mejilla del angel. Esta vez no fue rechazada.

"Kai..." susurró, y notó como él se estremecía bajo su contacto "Kai... canta para mí..."

El ser tomó aliento y empezó el extraño canto.

Iliana, sin saber por qué, empezó a llorar.