Feliz cumpleaños.
Raven y Rorek miraron horrorizados la pelota que en ese minuto ya se había tornado roja y desde dentro de ella aparecía la figura diabólica de Trigón.
¿Qué acaso no te alegra verme, querida hija?- dijo cínicamente Trigón mientras soltaba una horrenda risa.
yo solo quiero…-Raven tartamudeaba la espantosa figura de Trigón la ponía un tanto nerviosa, pero pensó en su madre apretó fuertemente el puño y sacó fuerzas- quería saber para que molestas a Azarath ya tuviste lo que querías hace años, por que ahora no nos dejas en paz.
porque ahora quiero más- dijo con una voz espeluznante
¿Qué quieres?- preguntó en tono desafiante Raven.
a ti, mi pequeña hija…
Raven se quedó paralizada unos segundos.
… si tu vienes no molestaré más a Azarath
Raven siempre supo que Trigon no pediría algo fácil de conseguir, pero el pedirla a ella era distinto a Raven le aterraba la idea y un escalofrío le subió por la espalda.
¿Qué me dices? ¿Tenemos un trato?
Rorek miraba con preocupación ya que notaba que ella debía estar debatiéndose en un gran dilema.
Raven…- Rorek no sabía que decirle. Raven tenía en sus manos el salvar a su pueblo, pero si lo hacía también tendría una infelicidad eterna.
yo…Raven -estaba batallando consigo misma. Trigón la miraba con excitación le encantaba el horror que despedía su hija, pero esa imagen no duró mucho pues en un arrebato de sentimientos Raven tiró lejos la pelota, que se rompió en centenares de pequeños cristales que cambiaron de color rojo a lila- yo no puedo hacerlo- dijo Raven en un murmullo mientras abundantes lagrimas caían estrepitosamente por su rostro- soy una cobarde- finalizó mientras caía de rodillas al suelo.
Rorek la miraba serio sin hacer nada. No culpaba a Raven, seria muy cobarde hacerlo. Ella estaba en una situación que pondría tiritar al más valiente de los hombres.
la gente del pueblo me va a odiar…
¿por qué?- preguntó Rorek como si no la entendiera. Aunque sabía bien como podía reaccionar la gente.
como que por qué Rorek…tenía la solución…y yo no pude…
pero si aquí no ha pasado nada, vinimos a ver una pelota que no encontramos y nos quedamos mirando los árboles eso es todo- dijo firmemente Rorek. Raven en ese momento entendió la intención del muchacho.
recomiendas que mienta- dijo atónita Raven
ya lo has hecho antes o acaso los pobladores saben que ese demonio es tu padre- estas palabras se alojaron en lo más profundo del corazón de Raven, había sido un golpe duro para ella, pero Rorek tenía la razón.
no- contestó en un suspiro.
Raven no te sientas mal, yo creo que tampoco hubiera tenido el valor de hacerlo…- comenzó a decir Rorek
eso es mentira, tu eres muy valiente Rorek y solo tratas de consolarme- dijo Raven mirándolo con los ojos brillantes por las lágrimas que se encontraban alojadas en ellos
Rorek hubiera preferido morir a ver los ojos de Raven transmitiendo tanto miedo y dolor. Despacio se arrodillo junto a ella y la abrazó fuertemente. Cualquier persona que viera esta escena pensaría que Rorek se aprovechaba de la situación, pero no era así, Rorek de verdad lo sentía y el no era una persona aprovechadora.
tenemos otras formas de vencerlo, podemos mantenerlo a raya con el hechizo de lea mariposa y además el mago Morrow vendrá luego con el hechizo, ya verás como las cosas se arreglan.
Raven miró con mucha tristeza a Rorek y de poco se fue acercando a él.
Rorek yo…- ya era demasiado tarde para decir nada los labios de Raven y Rorek se juntaron tan torpemente, que más que un beso había sido un golpe de cabeza. Aún así para ellos era especial, era un beso que le decía a Rorek que Raven de verdad sentía algo por él y un beso que le confirmaba a Raven lo que ella creía- Rorek yo te amo, creí que no era así, pero al verte con Ginebra…
lo sé, la verdad es que no te creí cuando dijiste que no te gustaba- dijo Rorek eufórico.
No lo digas así que suena como si tú lo supieras todo ¬¬
sé más que tú- contestó Rorek en tono burlón.
¿ah si? ¿Qué sabes más que yo?
yo supe que te amaba primero, además supe que tu me mentías, también sabía que Gin solo era mi amiga…
ya para.- ordenó Raven y luego se lanzó a reír.
¿por qué te ríes?
es que es inevitable, estamos en un lío muy grande, hay un demonio persiguiéndome, estoy comprometida con otro, ese otro es tu amo y aún así estoy feliz- terminó de decir esto con un suave beso en la boca de Rorek. A este se le estimuló todo el cuerpo con un gran cosquilleó y respondió de inmediato el beso.
Trigón había desaparecido, la pelota estaba hecha añicos, nada quedaba de los recuerdos de cuando apareció el demonio ni de su propuesta. Esa noche había dado un gran vuelco haciéndose las lunas y las estrellas las únicas testigos de cómo para Raven la noche que pensó la peor de su vida se convirtió en la mejor de todas gracias a Rorek.
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Feliz cumpleaños Raven- gritaba muy contenta Misen, que estaba parada al lado de la cama de Raven junto a u madre y a Mori, su pequeña hermana.
Raven refregó despacio sus ojos, se quitó el cabello de sobre la cara y miró de reojo la mesa de noche que se encontraba junto a su cama. El calendario lo confirmaba, era su cumpleaños y ella no lo habia siquiera recordado. Levantó despacio su cuerpo del colchón y se acomodó sentada en la cama. Miró sonriente a Misen y a su familia y recibió los regalos que le traían. Aidra la madre de Misen le había preparado una montaña de panqueques para comer, Mori le habia hecho con sus propias manos un lindo almohadón donde colocar la corana y Misen le había dado un lindo brazalete.
Misen, Aidra y Mori se habían ido de la habitación de Raven y esta por fin dejó de fingir falsa alegría. Hace un año su cumpleaños hubiera sido agradable, aunque no le gustaban las fiestas, pero con los últimos acontecimientos este apestaba. Para que celebrar el día de su nacimiento, si con el solo se habían acarreado problemas. Raven sabía que el pueblo estaría esperando que dijera algunas palabras pero no se sentía de ánimos para eso así que no escogió nada muy exquisito de vestir, ya hablaría mañana con el pueblo.
Estaba por salir de la pieza cuando recordó que no se había puesto el brazalete que le había dado Misen. Se acercó a la mesa de noche y lo tomó. De pronto una gran águila se posó en alfeizar de su ventana. El águila depositó en el suelo un paquete y se marchó. Raven lo tomó y comenzó a abrirlo. Adentró había un gran libro de magia con una pequeña nota.
Feliz cumpleaños Raven, que sea un día de gran dicha para ti. En la tarde nos veremos, lamentablemente Flash también estará ahí, pero ya veremos algún modo de vernos a hurtadillas.
Rorek.
Raven sonrió con amargura, porque aunque la idea de ver a Rorek costara estaba feliz por solo verlo, ese día andaba un tanto amargada.
Raven dejó el libro sobre la cama decidida a echarle una ojeada luego. Tomó el brazalete y se lo colocó. Estaba por salir de la pieza cuando nuevamente un pájaro se posó en su ventana. Estaba vez no se trataba de un águila sino de una bella grulla. ¿Pero como una grulla llegaría hasta esa altura? Se preguntó Raven, pero luego de tantos acontecimientos ya nada le parecía descabellado. Abrió bien la ventana y de un salto la grulla entró, majestuosamente, a su habitación. La grulla depositó sobre su cama un paquete y tan majestuosamente como había llegado se largó. Raven tomó el nuevo paquete con cuidado, no sabía quien más aparte de Rorek le podía enviar regalos por medio de aves así que tomó con extrema precaución el proceso de abrir el nuevo paquete. Fue mucha su sorpresa al ver un lindo medallón con una piedra grisácea en el centro juntó con una pequeña nota.
Rorek y yo habíamos recolectado piedras de sapo para ti. Lamentablemente perdimos la mayoría y aunque la del medallón no es muy grande te juró que trabajé mucho en ella.
Viviana.
Raven sonrió, sonrisa que se esfumó muy rápidamente de su rostro. Todos recordaban su cumpleaños, pero a ella no le importaba. ¿De que sirve un cumpleaños en que tú ser más querido no esta junto a ti? ¿De que sirve haber nacido si con eso empezó un gran calvario? Todos parecían estar preocupados de darle regalos, pero nadie recordaba que hace tan poco su madre se había largado de este mundo. Luego de reflexionar mucho Raven se dio cuenta que ellos no tenían la culpa, ellos solo querían que ella fuera feliz y ella era la amargada que lo tomaba todo a mal.
Raven se acercó a su closet, lo abrió de par en par, se arrodilló y desde atrás de unas cajas sacó el pequeño libro que le había entregado Rorek en el que había dibujos de ella. No sabía como lo había obtenido, él solo le habia dicho que la madre de Raven había hecho los dibujos. Raven comenzó a ojearlo y de pronto unas lágrimas fugitivas escaparon de sus ojos color violeta. Sintió unos goles en la puerta.
Raven llegó el príncipe Flash…y Rorek- dijo despacio Misen.
Raven se secó las lágrimas de los ojos.
Ya voy- dijo tratando de parecer emocionada. Se levantó rápido se dispuso a guardar nuevamente el libro, pero antes de hacerlo una hoja cayó de dentro del libro. Raven se agachó a recogerla y su sorpresa fue mayúscula al ver que contenía la hoja. Una imagen de ella con Rorek…no, no era ella pero… ¿era Rorek? No, tampoco. La chica de la foto era demasiado alta para ser Raven y además aparentaba más edad al igual que el chico de la foto, que estaba vestido con una armadura. Raven miró al dorso de la foto Mi amor y yo era lo único que recitaba. Volvió a girar la foto y vio que los dos estaban parados en un lindo campo de violetas.
"Ahí estaba ella corriendo por un campo de violetas, parecía gozar el momento al máximo, pero Raven no recordaba haber estado en un campo de violetas. Tampoco recordaba el vestido que llevaba puesto. De pronto se vio de frente y se dio cuenta de que no era ella, era Arella más joven. Alguien pronunció el nombre de Arella y ella sonriendo volteó su cara y ahí se encontraba Fausto, vestido con la armadura con la que salía en el retrato"
Raven observó detalladamente la imagen ¡¡¡era su madre y su padre! Su padre era tan apuesto, tan parecido a Rorek, solo que con el cabello más corto, aún así tenían el mismo color de cabello y los mismos ojos azules. Raven se sorprendió del parecido de estos dos, pero no tuvo tiempo de reflexionar estaba embobada mirando a su madre. Era tan bella. Raven se parecía mucho a ella y lo sabía, pero ella siempre había notado que su madre tenía un brillo especial que ella no tenía y antes de que ella muriera su meta en la vida era obtener ese brillo, esa gracia. En cambió ahora su meta era vencer Trigón.
Miró una vez más la foto, luego la volvió a voltear y se dio cuenta de algo que antes no había notado. Debajo de la oración Mi amor y yo, el día más feliz de mi vida. Había otra oración escrita más pequeña y era más corta Gracias por el dibujo Elme.
Elme quien quiera que fuera había dibujado a sus padres y lo había hecho con tanta gracia y con tanto sentimiento que era casi como un espejo del alma de su madre, por eso en ese minuto Raven no quería nada más que conocer a Elme.
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Flash caminaba altaneramente unos cuantos pasos delante de Rorek. Estaba muy molesto con este, había desaparecido cuando el más lo necesitaba, estaba bien que por el día ayudara a la reina, pero ¿Qué rayos hacía en la noche que lo mantenía tan ocupado?
Flash lo miró de reojo y notó que estaba distraído, un tanto nervioso y eso le preocupó. Rorek había sido su compañero desde la infancia y no le gustaba estar molestó con él ni verlo así, pero esos malditos rumores revoloteaban rápidamente como polillas en su cabeza.
Flash back
-¿Acaso no lo ha notado su alteza?
- ¿a que te refieres?- preguntaba estupefacto Flash
- al comportamiento del señoriíto Rorek- decía inficionadamente Thomas, el criado de su majestad el príncipe Flash.
- pues no… ¿hay algo que deba notar?
- si quiere casarse con su reina yo pienso que sí- replicaba este mal intencionadamente
- Thomas, realmente no estoy entendiendo nada.
- La verdad es que es muy sencillo de entender joven amo, El señoriíto Rorek es un chico y la señorita Raven una linda chica…esto sumado a la extraña actitud del señoriíto Rorek últimamente…
- ¿tratas de decir que a Rorek le gusta la reina Raven?
- no- dijo rápidamente para defenderse Thomas- yo solo trato de decir que hay algunas actitudes que yo creo que usted debe observar, como esas miradas cómplices que ellos dos se dan…
Fin Flash back
Ese Thomas le había llenado la cabeza de supuestos y él se los había tomado como realidad. Rorek no le haría eso. Rorek era su fiel compañero no sería capaz de hacer algo así.
Flash miró nuevamente de reojo a Rorek y dudó de su confianza. Después de todo Thomas tenía razón en algo Raven era una linda señorita y Rorek un chico…un chico, aunque le costara admitirlo, mucho mejor que él.
Flash decidió hacer una última cosa, ver como se comportaban ellos dos cerca y si sus sospechas llegaban a ser ciertas, tendría que ponerle un fin al asunto…aún así tenía fe en que solo fueran supuestos.
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Hey Bestita ya elegiste alguna cosa, ya llevamos mucho tiempo aquí- decía harto el príncipe Cyborg, por que su amigo y colega el rey Logan, no se decidía que regalarle a la reina Raven para su cumpleaños.
espera un poco más Cy, ya casi lo tengo ¿Qué te parece este?- decía Logan mientras le mostraba un hermoso vestido verde a su amigo.
la verdad es muy lindo, pero creo que le gustaría más si fuera en un color más apagado, por lo visto no usa muchos colores fuertes- decía bostezando Cy.
pero ¿no crees que combinaría con su cabello?- decía dudando si cambiarlo Logan.
no se quien te enseño de moda Bestita, pero su cabello es lavanda, no creo que combine bien con ese vestido.
¿no es verde su cabello?
a parte de todas las fallas de nacimiento que ya tienes hay que agregar que eres daltónico- dijo irónicamente Cyborg- la reina tiene el cabello lavanda.
PERO SI YO NO ESTOY HABLANDO DE LA REINA- contestó enojado el rey de Animal Kingdom
ENTONCES ¿¿A QUIEN RAYOS LE HAS BUSCADO UN REGALO POR MÁS DE 4 HORAS?- el príncipe Cy ya estaba perdiendo la paciencia.
Pues a su dama de compañía- dijo con ojos brillantes el chico verde- es tan bella, tan adorable, tan perfecta…
sí, y no te quiere ver ni en pintura. Déjala en paz…y a la reina ¿ya le tienes regalo, por si se te ha olvidado hoy es el cumpleaños de la reina no de su dama de compañía.
sí hace rato, desde que llegamos. Un aldeano me dijo que le gustaban las antigüedades y yo le compré unas máscaras- dijo como si nada hubiera pasado.
Algún día harás que te mate- respondió tratando de tranquilizarse Cyborg- ahora vamos OH llegaremos tarde al almuerzo.
¿pero te gusta el vestido verde si o no?- decía tranquilo el rey. Cyborg no le respondía por que se estaba marchando, Logan fue tras de él y uno de sus criados pagó el vestido.
Ya en el coche. Los dos miembros de la realeza iban tranquilos mirando hacia fuera.. Pero algo los distrajo de pronto, el cielo se oscureció y se tornó color carmesí.
El príncipe Cyborg hizo que el cochero se detuviera y bajó a ver que pasaba. Su sorpresa fue mayúscula al ver el sol tapado por unas extrañes nubes rojas. El rey Logan que ya estaba a su lado también se asombró. Caminó unos cuantos pasos delante del príncipe tratando de notar mejor que era lo que tapaba el sol, Cuando sintió demasiado calor cerca de él. Casi muere de un infarto al notar que lo que hace unos momentos eran verdes praderas se habían tornado grandes pozas de lava, que se expandían por todos lados quemando lo que encontrarán a su paso.
¿Qué diablos pasa aquí?
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Hola Flash, es un gusto que estés aquí. No nos habíamos visto de ayer de verdad te eché de menos- Mintió perfectamente Raven. Rorek miraba la escena unos cuantos pasos más atrás. Raven miró por unos tres segundos hacía Rorek y parpadeó. Rorek sabía lo que significaba eso. Ese parpadeo era un Es a ti a quien te quiero decir todo esto, muchas personas no se hubieran dado cuenta de que ese era el significado del parpadeo, pero dos personas que se aman como Raven y Rorek tienen un vínculo especial que los lleva a notar cuando un parpadeo es por inercia y cuando es un mensaje.
el gusto es mío reina- dijo melosamente Flash, mientras tomaba con delicadez la mano de Raven, para besarla- Vine aquí hoy, para saludarla por su cumpleaños y le he traído este pequeño presente- Flash aplaudió con las manos y de inmediato apareció un sequito de criados que cargaban una gran caja. Flash ordenó que la abrieran y de inmediato una gran cantidad de libros aparecieron ordenados dentro de la caja. Raven no pudo evitar en sorprenderse y de inmediato se arrodilló para verlos. Cogió uno y lo comenzó a ojear. Luego sonriente levantó la cabeza y miró a Rorek, quien miraba un tanto molesto para afuera. ¿Por qué estaba así? Y entonces Raven recordó su falta de tino, Rorek también le había regalado un libro.
Raven trató de arreglar su desliz, disimulando que ya no le interesaban tanto los libros e invitó a pasar a sus invitados a la sala de estar.
Flash no había olvidado su plan y tratando de que uno de los dos, Rorek o Raven se delataran, los hizo enfrentarse.
Rorek, que mal educado, no has saludado a la reina- Rorek que seguía mirando para afuera se sobresaltó y solo atinó a pararse y felicitar muy escuetamente a la reina. Esto alivió a Flash, quien dijo que entonces no podía ser cierto lo que le había dicho Thomas, si se gustaran no perderían la oportunidad de charlar un rato. Lo que el no sabía es que Rorek era muy buen actor y muy buen espía. Él había oído lo que le habia dicho Thomas a Flash y se moría por estar un rato a solas con Raven para comentarle que se tendrían que alejar un poco. Esperaba que lo que le costó tanto no se arruinara.
De pronto un poderoso temblor azotó al castillo. Raven de la impresión se aferró fuertemente a Rorek, quien la sujetó por instinto. Ese momento se quedo plasmado en la mente de Flash, pero no atinó a hacer nada porque otro fuerte temblor comenzó. Flash se sujetó de un sillón, Misen se sostenía junto al umbral e la puerta junto con Mori, parecía que el temblor nunca iba a terminar. Fue entonces cuando con un último remezón todo acabó.
Raven soltó despacio a Rorek y se acercó a una ventana, para ver como se encontraba todo afuera su sorpresa fue enorme al ver que todo lo que antes había sido su jardín ahora eran lagos de lava.
¿Qué demonios pasó aquí?- dijo Misen quien se había acercado al igual que Raven a la ventana.
hermana tengo miedo- decía Mori comenzando a llorar.
no, Mori no temas…
¿Quién dijo que no había que temer?- una extraña voz salía del techo. Todos los presentes miraron rápidamente y solo vieron una sombra que ágilmente se dejó caer al piso.- Chiquilla malcriada ya es hora de que vengas conmigo- dictó la sombra mientras miraba a Raven.
¿Quién eres tú? – preguntó molesto Rorek.
Yo soy Slade.
