ANGEL DE LA VIDA, ANGEL DE LA MUERTE
Bueno mis niñas aqui termino una aventura mas de Draco Malfoy y Hermione Granger. Gracias a todas por vuestros mensajes, me encantan de verdad.
Por ahora no tengo ningun proyecto en mente, solo montones de paginas de word con historias empezadas cuando me han venido ideas, pero os prometo que si hago algo nuevo lo publicare.
Tengo que decir que la experiencia me ha encantado y que escribir fics para vosotras es un lujo.
Esto no es una despedida, seguire por aqui leyendo vuestras cosas y dejando mensajes, pero por ahora no creo que tenga demasiado tiempo para escribir, un besazo a todas.
Gracias por leerme.
CAP14: EL DESPERTAR, ANGEL DE LA VIDA
Draco comenzó a acariciarle el pelo y la cara, muy dulcemente, ya no podía negarlo mas, la quería con toda su alma y siempre estaría a su lado, como hasta ahora.
Hermione, despierta, pequeña, te quiero, por favor despierta.- y le dio un beso en los labios. El chico se sentía culpable, ya que pensaba que tal vez, si él le hubiese confesado antes lo que sentía esto no habría pasado.
Hermione comenzó a abrir los ojos y topo con los de Draco que la miraba con inmenso amor.
Es verdad Draco, me, me, tu me quieres?
Te quiero con toda mi alma Hermione Granger, me di cuanta el fin de semana de la escapada, pero no sabia describirlo bien, fui un cobarde y no me atreví a decírtelo antes.
Draco no hay nada que me haga más feliz, me has salvado otra vez y esta vez de mi misma, como prometiste, como no podría quererte, siempre estas ahí y sé que siempre lo estarás, te quiero, te amo.
Se besaron, pero esta vez fue diferente a las demás, pues los dos ya habían aceptado sus sentimientos. Cuando pararon para tomar aire, Hermione miro a Draco con cara seria.
Draco debemos salir a ayudar.
No Hermione, no dejare que salgas, estas débil, además Voldemort podría volver a hechizarte.
No te preocupes Draco yo tengo algo que el jamás tendrá y contra eso nunca a podido luchar.
Que?
Amor, tu amor, Draco no te das cuenta, tu amor ha sido el que me ha salvado, nuestro amor. Además es mi deber ayudar, por mi culpa están en esta situación, además ya es hora que esta estúpida guerra acabe.
Salieron los dos hacia el comedor, aquello era una batalla encarnizada.
Y esta bien!.- grito Hermione, las paredes retumbaron, un viento la rodeo, haciendo que su cabello se moviese salvajemente dentro del pequeño tornado.- Ya se te acabo el reinado de terror Voldemort, ahora me toca a mí, y me temo que no compartimos ideales.
Pero mi señora, juntos haríamos grandes cosas.- decía Voldemort visiblemente asustado, sabia que ella tenia más poder que él y ahora había despertado.
Solo haré una cosa contigo y es esta.- Hermione con un movimiento de mano hizo aparecer un dragón de fuego que se comió a Voldemort haciéndolo desaparecer, y esta vez para siempre.
Los mortifagos que quedaban en pie enseguida tiraron sus varitas en señal de rendición, entre ellos Lucius Malfoy.
Hijo, estoy orgulloso de ti, aunque no lo creas, me alegro de que cambiaras tu destino.
Gracias padre, pero creo que de tu castigo no te libraras tan fácilmente.
Mi castigo ha sido tener que servir a ese hombre toda mi vida por un tonto ideal de familia, mi castigo fue tener que condenarte a llevar esa marca para toda la vida, Azkaban no será nada comparado con esa tortura. Yo sabia que eras un espía de la Orden, al igual que Severus, pero nunca hice nada como pago a todo el mal que he hecho.
Padre...
Cuida de tu madre y sé feliz hijo mío.
El fin de la Guerra había llegado, en el bando de los buenos había habido muchos heridos pero por suerte ningún muerto, aunque algunos estaban graves sobrevivirían.
Pasaron los día y todo fue volviendo a la normalidad. La navidad se aproximaba y con ella los exámenes y las vacaciones.
La relación entre Hermione y Draco ya era un secreto a voces, porque el amor que se tenían era imposible de ocultar.
Ron y Harry no se pudieron enfadar con ella, al fin y al cabo Draco había salvado la vida de su mejor amiga y en cierto modo la de todos y aunque no eran amigos se soportaban.
El día antes de vacaciones Draco y Hermione paseaban por el lago.
Que vas a hacer estas vacaciones?.- pregunto Draco.
No lo se, porque mis padres quieren ir a un balneario y yo la verdad es que paso.
Te propongo una cosa.- dijo Draco
Que?
Unas navidades muggels.
De verdad te gustaría Draco?
Si estoy contigo lo demás no importa, además al fin y al cabo nunca dejaras de ser parte de ellos no, y sé que te haría ilusión.
Gracias Draco.- y se dieron un tierno beso.
Esto Hermione, otra cosa.
Dime...
Bueno, me preguntaba si, bueno si tu querrías, cuando acabemos Howarts, pues venirte a vivir conmigo. Mi madre se ha ido a Francia y yo no quiero vivir solo en esa casa tan grande, dime, te gustaría?
Tu que crees?
Ay no sé Hermione, no me pongas más nervioso, bastante me ha costado decírtelo.
Pues claro que si tonto, nada me gustaría mas que poder verte siempre que quiera.
EPILOGO
Una vez terminado Howarts Draco y Hermione se fueron a vivir juntos como habían acordado, a la Mansión Malfoy.
Aunque los dos siempre quisieron ser aurores, decidieron que con lo jóvenes que eran ya habían luchado y expuesto sus vidas demasiadas veces y optaron por la medimagia, ya que los dos eran muy buenos en pociones.
5 años después de haber terminado Howarts siguen juntos y se aman como el primer día. Trabajan en San Mungo y son dos medimagos muy apreciados por la comunidad mágica por su gran conocimiento y poder, ya que Hermione consiguió reconducir su empatia y parte de sus poderes y así recurrir a la medimagia preventiva en los pacientes.
No se han casado y por ahora no piensan hacerlo, son jóvenes y les queda toda la vida por delante, además no les hace falta ya que el amor de verdad no lo dictamina un papel.
Hermione decidió el otro día hacerse un chequeo ya que no se sentía bien, por su puesto que su medico personal fue Draco. Cuando termino la exploración solo pudo reaccionar abrazándola. Ella no entendió nada, es mas se asusto, pero con un hechizo Draco hizo que se escuchara algo, era un corazón, pero no era el de Hermione, era..., era el de un BEBE.
FIN Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES.
