¡¡¡Segundo capítulo! ¿¿Os va gustando? Espero que sí ; Muchas gracias a InuSesshogirl por su rewiew (Por cierto ¿¿alguien me puede explicar como se ponen los rewiews anónimos? )

¡¡Venga adelante con el capítulo!

El lobo y la humana

Capítulo 2: La entrada al castillo. Sentimientos no correspondidos.

-Final del cap anterior-

Kisa entró y cogió su capa, se la puso como de costumbre. Salió con Kagome y los demás de la posada, pero antes de que se fueran el señor de la posada detuvo a Kisa y le dio una caja.

Son los polvos explosivos de Yuro. Se los dejó antes de irse. –la cara de Kisa volvió a ponerse llena de angustia-

Seguro que está bien. –dijo entre un susurro Kouga, la verdad era que no soportaba esa expresión en su rostro, pero tampoco sabía porque lo había dicho-

Pero sin estos... –se giró hacia el palacio- Estoy lista, Kou.

-Cap 2-

(¿¿Kou?) –esa pregunta resonó miles de veces por la cabeza del lobo youkai ¿¿Se puede saber quién era? ¿¿Por qué cuando decía el nombre sonaba esa voz tan dulce?-

¿¿Estás lista Kisa? –preguntó el señor del posada, la conocía desde pequeña, no sería capaz de acabar la misión que le habían designado-

Totalmente. –respondió con voz decidida y con un paso ligero empezaron a ir hacia el castillo, pero cuando Kouga intentó irse el señor le cogió por el cuello.

No te atrevas a ponerle un dedo encima. –lo dijo con cara de malos amigos-

Ni ganas de ponerle la mano encima... –de repente el señor cambio la cara y puso una muy triste-

Kisa es muy importante para el pueblo, pero... Tienes que alejarla después de que el señor del castillo se recupere. Otra cosa, pierde el control con facilidad, cuídala. –le dejo ir- ¡¡¡Pero lo de ponerle la mano encima iba en serio!

Kouga salió corriendo detrás de los otros. A él no le importaba la mujer, tampoco el pueblo así que lo más probable era que no cumpliera la promesa. De repente recordó unas palabras de Kisa "Solo quiero destrozar un poco el lugar", la frase resonó en su cabeza, ¿¿no estaría pensando en superarlo? ¿¿Cómo debía ser una Kisa fuera de control? Si ya era violenta y descarada no quería saber como seria una fuera de control. Mientras caminaba al lado de Kagome, unos grandes pájaros pasaron por encima de ellos, en ese momento Kisa se giró hacia ellos, sonrió y corrió detrás de los enormes pájaros, como una niña persiguiendo una mariposa. Pero se paró al llegar delante del río que envolvía el castillo, entonces separó sus piernas, puso las manos al frente y...

¡¡Kirara transfórmate! –dijo Sango antes de que Kisa hiciera lo que quería probar, entonces se transformó en el grande youkai y en él montaron Sango y Miroku.- Inuyasha lleva a Kagome, tu Kisa irás con Kouga.

¡¡¡¿¿¿Comoooooooo! –dijeron los dos a la vez, pero antes de que pudieran protestar más, los otros ya habían travesado el gran río y estaban travesando el bosque.

Parece que no tenemos elección. Tu te quedas aquí. –dijo un Kouga cabezota, no quería llevarla ni en sueños, pero Kisa no le escuchaba estaba en la misma posición de hace un rato- ¿¿Se puede saber que haces?

Yo te invoco. Poder de las cuatro almas, reúnete en mí y traviesa mi llamada. ¡¡¡Viento! –una ráfaga de viento salió de sus manos y chocó contra un árbol, que hizo caer y le proporcionó un puente- ¿¿Vienes lobo?

¿¿Tu eres humana? –dijo mientras travesaba el puente, si que habían humanos poderosos como su prometida, pero... ninguno dominaba esa técnica, o por lo menos que él supiese-

¿¿Te parezco demoníaca? –se giró hacia él y puso una cara triste-

Pa-Para n-nada. –paso delante suyo, ¿¿por qué se había puesto tan nervioso? Solo sentía esa sensación cuando veía llorar a Kagome, pero ¿¿por qué con Kisa, la miró y ésta al darse cuenta que la observaba le dedicó una sonrisa-

Al traspasar el río, tocaba el bosque, esta vez Kisa no probó su técnica, en realidad se veía muy cansada y agotada, aunque por su supuesto a él no le importaba. Empezaron a caminar hacia la dirección que Kouga indicaba, según él olía al chucho desde mil kilómetros así que no podía fallar su olfato. Los encontraron, a todos. Cuando se reunieron estaban delante de la puerta del castillo. Era hora de comenzar el plan.

Es mi turno. –dijo Kisa con un tono serio y decidido, los otros por su parte se escondieron detrás de unos árboles, Kisa se quitó la capucha y dejo caer la capa al suelo, puso una mirada desafiante- Esto será divertido. –tocó a la puerta- ¡¡¡Soy Kisa!

Enseguida se oyeron los soldados moverse y miles de gritos de burla y terror, eso demostraba la gran fama de la miko. La puerta se abrió y frente a Kisa aparecieron unos 20, de soldados. Kisa les miró y empezó a contarlos.

Veamos. ¿¿Me estáis diciendo que solo tengo el nivel de 20 soldados? Dais pena. ¡¡¡No os merecéis ni morir! –se arrodilló y escribió la palabra "Yuro" con la extraña arena que habían en la caja que el señor de la posada le había otorgado- ¡¡¡Esto va por ti Yuro! ¡¡¡Explota! –hubo una gran explosión, pero solo de humo, al dispersarse se vieron todos los soldados en el suelo y en medio una imagen encapuchada, era Kisa de nuevo- Sois escoria. –y entró en palacio, los otros que no comprendían nada de lo que pasaba entraron detrás de ella-

¿¿Esos polvos eran de Yuro? –preguntó Sango, ella conocía esos polvos y sabía perfectamente que solo los mejores exterminadores sabían hacerlos, pero ¿¿si todos sus compañeros estaban muertos, quién preparaba los polvos? ¿¿Kohaku? Imposible él estaba en manos de Naraku-

No son de Yuro, se los dimo para defenderse... Los preparaba Saki.

¿¿¿¡¡¡Quién se atreve a entrar en mi castillo? –dijo un humano, de vestidos de lujo y joven. Al ver a Kisa, la mirada de odio y enfado que tenía se había convertido en una de angustia y horror- ¿¿¿T-T-Ta-Tak-Takiko?

No pronuncies mi nombre, no soporto escucharlo en la voz de un traidor. –su tono sonó frío- Cuanto tiempo Kou, o mejor dicho, jefe. –lo último lo dijo con ironía-

Y-Yo no... N-No q-querí-a traicionarte. ¡¡Fue culpa de Naraku!

Traicionaste a los Kaidohmaru, ¿¿sabes que quiere decir? –dejo caer la capucha en sus hombros, dejando ver su cabello rosa- ¿¿Dónde están los demás Kou?

M-Muert-os... –dijo muy flojo- ¡¡¡Están muertos! –lo dijo en un tono de locura y gritando- Muertos...

¡¡¡Oye tu! –le dijo Inuyasha al mismo tiempo que desenvainaba la tessaiga- Has dicho Naraku. ¿¿De que le conoces?

Naraku me obl... –una ráfaga de viento impacto sobre el muchacho y lo destrozó dejando solo manchas rojizas en el suelo-

Mentiroso... –unas pequeñas lágrimas cayeron por él rostro de Kisa y deslizándose para abajo, cayeron al suelo- ¡¡¡Es mentira! –gritó al aire-

Kisa... –Kouga lo dijo en tono de preocupación, ¿¿la chica que odiaba estaba llorando y él se preocupaba?-

K-Kisa. –lo dijo una voz infantil, venía de una de las estancias-

Esa voz... ¡¡Yuro! –Kisa se levantó y fue hacia la habitación, cada vez se oía más fuerte la voz y de un golpe abrió la puerta, de ella apareció un niño de unos 7 años, rubio y de pelo largo recogido en una coleta, de ojos dorados y orejas puntiagudas- ¡¡¡Yuro! –dijo Kisa saltando de alegría a la vez que le abrazaba- ¡¡Eres tu!

Ese es el mocoso que tiene el fragmento. ¿¿verdad? –preguntó con un tono indiferente Inuyasha, Kisa al oírle se colocó delante del pequeño y extendió sus brazos como para protegerle- ¡¡¡Dame el fragmento!

No lo permitiré. Yuro no puede vivir sin él... No te acerques. –lo dijo fríamente-

¡¡¡Osuwari! –al oírlo Inuyasha cayó al suelo fulminado- Insensible.

¿¿Pero porque? ¡¡¡Sino se lo quitamos nosotros, será Naraku el que se lo robe!

Naraku... ¿¿Kisa ese no es el que resucitó a la banda? –preguntó intrigado y inocente Yuro-

¿¿Os devolvió a la vida? –repitió el hanyou, esperando una respuesta, cosa que no sucedió, Kisa no abrió la boca-

Kisa... –dijo el inocente pequeño- Oye. ¿¿Quiénes son?

Ah... Pues mira son Inuyasha, Kagome, Miroku y Sango, son mis amigos -no señaló a Kouga, lo que le extrañó al pequeño y decidió preguntar-

¿¿Y ese? –dijo mientras le señalaba inocentemente y al ver que Kisa no respondía, decidió sacar su propia conclusión- ¿¿Es tu esclavo? ¡¡¡Lo he acertado! ¡¡¡esclavo, esclavo, esclavo!

(¿¿¿Esclavo?) –resonó varias veces la palabra por su mente, ¿¿insinuaba que una simple humana podía ser su ama? No conocía su identidad, seguro...- ¡¡¡Yo no soy su esclavo! ¡¡¡Soy Ko... –Kisa le interrumpió poniéndose de cara a Yuro-

¡¡¡Pero que dices! Kouga es mi prometido. No es mi esclavo.

¿¿Qué? –preguntó Kouga al haber oído esas palabras ¿¿no sabía que eso es imposible?-

Que Kouga es mi prometido y no mi esclavo. –repitió en voz más alta casi chillando-

¡¡¡¿¿¿Cómo! –dijo el lobo youkai aún no comprendiendo el significado de esas palabras ¿¿Se le estaba declarando o se estaba burlando de él?

¡¡¡¡¡Que eres mi prometido y no eres mi esclavo! –grito tanto como pudo, de seguro que hasta el más sordo de la tierra se habría enterado

(No hacia falta que gritara así...)

¿¿Haber comprendido? –le preguntó con una mirada inocente-

De repente, el cielo se oscureció y el tejado se derrumbó. Una figura apareció, disfrazada como siempre, era Naraku.

Kisa, no, Takiko ¿¿Por qué me traicionas? ¡Sabes cual era el pacto! –lo decía fríamente y enfadado- Sabes muy bien porque los tuyos están muertos, ¡son por los humanos a los que proteges! Únete y vivirán de nuevo, Takiko.

Naraku. –dijo en un toco seco y se giro para verle- Prefiero morir antes que luchar contra ellos. ¡¡Vengaré a los míos! –se dispuso a hacer un ataque, pero oyó un grito lleno de dolor de Yuro- ¡¡¡Yuro! –se giró y vio como era capturado por una joven miko, vestida de sacerdotisa-

Kikyo. –susurró el joven hanyou, a la vez que ese susurro produjo un fuerte golpe en el corazón de Kagome-

Lamentarás habernos traicionado. –se transformó en una marioneta-

¡¡¡No ha venido en persona!-grita mientras usa su fuerza para acabar con él, sin perder un instante mira hacia el cielo y localiza los bichos de las almas, después empieza a seguirlas seguida del hanyou y el youkai lobo.- ¡¡¡¡Yuro! –gritaba desesperada el nombre del miembro que aún estaba vivo-

Mientras Kikyo se había llevado al pequeño lejos de aquel castillo, necesitaba el fragmento de la joya que tenía el niño, Naraku lo necesitaba para reunir toda la Shikon no tama, ya casi estaba completa y cuando eso ocurriera sería la hora de reunirse con Inuyasha en el más allá, así estarían juntos para siempre. Por fin llegó a un bosque allí dejo al pequeño apoyado en un árbol y lo rodeó con sus bichos.

Veamos, ¿¿Me darás el fragmento o te lo tendré que quitar a la fuerza?

N-No Q-qui-ie-r-ro.

Entonces. –sacó su arco y una flecha y apuntó al pobre niño que se estaba muriendo de miedo- Morirás. –disparó la flecha-

Ya llegaban, estaban a punto de llegar donde estaban Kikyo y Yuro. Llegaron y vieron disparar el arco de la miko y como el niño era impactado por la flecha y al mismo tiempo desaparecía en una luz dejando paso a un fragmento de la joya. La miko muerta recogió el fragmento con una sonrisa, sin haberle importado nada el alma de ese niño.

Yuro... Yuro está... –cayó de rodillas al ver como su único amigo moría a manos de esa mujer, quería llorar y gritar, pero no podía se lo prometió hace tiempo a Kou, no permitiría que nada le quitara su valor- Maldita... ¡¡¡No permitiré que vivas!

¿¿mmm? –Kikyo se giró de cara a los individuos, vio a su querido hanyou, la miraba con sorpresa, el youkai lobo la miraba con odio al igual que la miko que les acompañaba- ¿¿Quieres algo?

Morirás.

No podrás conmigo, solo eres una simple humana con un mínimo poder espiritual. Vaya, vaya. ¡¡¡Para mí, solo eres escoria! Si quieres mor... –cayó al suelo gritando de dolor, y con su brazo izquierdo tocó el hueco donde se suponía que había de haber su brazo derecho, pero este se había esfumado como si nada, al ver a su querida sacerdotisa en peligro, Inuyasha fue corriendo para ayudarla, pero esta solo miraba a Kisa-

Yo no soy escoria. –repitió con voz fría y en sus manos quedaba un poco de energía que antes le había lanzado a Kikyo. Sus ojos no reflejaban su mirada típica, eran ojos sin control ¿¿acaso era esa la Kisa fuera de control?- Prepárate para morir. –alzó su brazo en dirección a Kikyo y un viento agresivo iba a impactar sobre la miko muerta, pero no fue así ya que el rápido hanyou paró el ataque con su tessaiga- ¿¿¡¡¡Porque la proteges! –gritaba mientras hacia un ataque detrás de otro, pero ninguno de ellos impactó sobre el objetivo-

¡¡¡Kisa para! –le suplicaba el hanyou, no sabía cuanto tiempo conseguiría aguantar, seguro que poco y cuando no pudiera más él y Kikyo morirían juntos. En un instante la imagen de Kagome pasó por su mente- Kagome... –susurró el hanyou y esta palabra resonó en la cabeza de la miko muerta.-

¡¡¡Kisa para de una vez! No solo les matarás sino que tu también... ¡¡¡Para de una vez! –le gritaba Kouga mientras intentaba acercarse, ahora estaba seguro, Kisa había perdido el control y ni ella misma podía hacer nada. Miles de pequeñas heridas aparecieron en el cuerpo del youkai. El viento empezaba a desaparecer, eso indicaba que el poder se estaba agotando-

Ah... Ah... –cerró sus marrones ojos y se desmayó, pero no cayó al suelo, gracias a Kouga que la cogió antes de que cayera- Kouga... –le miró con esos ojos marrones, ya había vuelto a ser la Kisa de siempre- A partir de ahora nosotros... nosotros... –no dijo más porque se quedó dormida-

Suerte. –dijo Inuyasha mientras guardaba la tessaiga- ¿¿Kikyo estás bien?

No... Me duele mucho. –fingió la joven, sabía que en su estado el hanyou se quedaría a su lado, y nunca más volvería a estar con esa imitación- No podré disparar el arco...

No pasa nada Kikyo, yo te protegeré siempre. Estaré a tu lado por siempre y te protegeré. No me separaré de ti nunca. –dijo dulcemente el muchacho sin saber que Kagome y los otros miraban la escena-

Inuyasha... –susurró la joven miko que observaba la escena, les dio la espalda y se dirigió hacia la dirección que estaba el pueblo de Kaede, necesitaba alejarse de ahí- Vamos. Es mejor dejarles solos. –dijo con un tono triste y resignado-

Como quieras. –dijo la exterminadora y seguida por Miroku y Kirara siguieron a la joven.-

Kouga cogió en brazos a la chica que estaba durmiendo y siguió a Kagome, pero antes le dijo a Inuyasha unas palabras.

Deja las cosas claras. La haces sufrir. –y siguió a los otros-

Kagome estaba aquí...

Kagome llegaba a la aldea la primera, y cuando los otros habían llegado empezó a correr hacia el pozo, mientras unas finas lágrimas recorrían su rostro, no podía aguantar más el dolor que le producía verles juntos, era insoportable.

Mientras Sango, Miroku, Kouga y Kisa, esta última durmiendo, llegaron a la cabaña de la hermana de Kikyo, Kaede, que les recibió con alegría y a la vez preocupación al no ver a Kagome. Pero ese sentimiento desapareció al ver a la miko que estaba durmiendo, una cara llena de sorpresa apareció en su rostro, conocía al youkai por Shippou y sus dibujos, pero a la miko la conocía por otra cosa.

Esta chica es... es...

Es una chica que también persigue a Naraku. –dijo Sango intentando acabar la frase que había empezado Kaede-

¿¿Cómo se llama? –preguntó con intriga-

Kisa, aunque también la llaman... ¿¿Cómo era?

Takiko. –respondió Kaede, todos la miraron sorprendidos. ¿¿La conocía?

¿¿Cómo lo sabe?

Kagome por fin había llegado al pozo, pero no se tiró. ¿¿Por qué no podía ir a su época? Tenía miedo, miedo de que esta vez el hanyou no la fuera a buscar o la fuera a buscar y le dijera "Adiós", un adiós eterno. No sabía que hacer. Una figura se acercó a ella.

¿¿Estás sola?

¡¡¡¿¿Naraku! –gritó la joven al mismo tiempo que se giraba hacia él, era su fin, se había dejado el arco y las flechas en la aldea- ¿¿Qué quieres? –intentó hacer el corazón fuerte-

De repente, los ojos de Kisa se abrieron de golpe y cuando se vio en los brazos del youkai se sonrojó a la vez que se empezó a mover para que la soltará. El youkai la dejo enseguida, no tenía intención de oponerse. La chica de un salto se fue de la cabaña hacia el bosque.

¡¡Hey! ¡¡¡Espera! –gritaba el youkai mientras la perseguía, sabía que podía perder el control de nuevo-

CONTINUARÁ