Disclaimer: Pues eso.

Advertencia: ¡Sí! ¡Nos vamos acercando al slash!

Nota: Este chap es muy especial para mí. Estuve a punto de no escribirlo, increíblemente desanimada por la falta de reviews. Pero entonces, unas personas maravillosas leyeron mi queja en el one-shot de "Os apuesto lo que sea a que" (de verdad que siento mucho haberla escrito, pero era o hacerla o explotaba) y escribieron. ¡Este chap se lo dedico a ellas! Y por supuesto, también a la que reviwearon (new verb) por cuenta propia. ¡Muchas gracias a todas!

Dedicatoria: A las que escriben esos lindos reviews que me hacen entrar ganas de escribir más.

Cap 9. los destinos se cruzan,

Una serie de ruidos bastante molestos despertaron a Sirius de su agradable e inconsciente sueño.

Gruñó con la garganta pastosa e hizo el gesto de coger un cojín para taparse las orejas. El dolor de cabeza lo martilleó con un puñetazo entre ceja y ceja y crecía a cada golpe que penetraba por sus maltrechos oídos.

Se incorporó con un débil gemido de protesta. Cada movimiento de su cuerpo, por leve que fuera, incrementaba terriblemente su malestar. Parpadeó confuso intentando enfocar la vista y encontrar el maldito cojín. Seguramente la noche antes habían ido a Hogsmeade y se había pasado unas cuantas copas. Iba a matar a Wortmail por quitarle otra vez la estúpida almohada. ¡Y a Moony por hacer los putos ruiditos!

Por fin se fueron las nubes que le entorpecían la visión y volvió a gemir lastimosamente.

Jennifer continuó echando el contenido de los cajones dentro de su mochila sin reparo alguno.

Un momento ¿Jennifer? ¡Oh, no!

Se volvió a echar a la cama con la cara hacia el techo y la cara enterrada entre las manos.

Ahora se acordaba. No sabía todavía bien cómo pero había travesado un cuadro y había ido a parar a una especie de otra dimensión dónde se había fugado Rems. Sus recuerdos se acababan en algún momento de la tarde anterior mientras pedía más de una bebida increíblemente fuerte.

- Aaaaggggggggggggg- se quejó casi sin fuerzas.

En ese momento la puerta se abrió y una voz dulce habó. Por menos de un segundo tuvo la ilusión de que Moony estaba parado en la puerta y tuvo el urgente impulso de saltar, abrazarlo y no soltarlo nunca más, pero la realización de la cruda realidad le llegó mucho antes de que hiciera siquiera el primer movimiento.

- Aquí tienes el resto de tus provisiones, Jen. ¿Estás segura de que no te hace falta nada más?

- Algo con que llevar esto cómodamente.

- Enseguida subo.

Jennifer no respondió, pero al parecer Urve entendió alguna especie de señal secreta, sonrió, y se marchó sin demasiada prisa.

- ¿Qué hice ayer?- preguntó Sirius sin reconocerse la voz. Se aclaró la garganta rápidamente algo avergonzado por el tono que había utilizado.

- Nada. Pero dijiste muchas tonterías.

- ¿Cuáles?

- A veces el alcohol da pie a cosas que la sobriedad mantiene a raya- suspiró ella girándose por primera vez a mirarlo a los ojos. Nunca podría acostumbrarse a los ojos de Jennifer. Estaban tan vacíos y tan llenos a la vez... te hacían sentir terriblemente incómodo, cómo si estuvieras mirando algo prohibido, algo que estaba por debajo de la dignidad humana, fuera de nuestro alcance. Algo tan débil que hacía retorcerte por dentro.- ¿Seguro que lo quieres saber?

- No, supongo que no.

- Anda, vístete, nos vamos.

Sirius asintió sin protestar, no tenía ganas ni de eso. De echo, lo único que le apetecía era respirar y estar tranquilo, pero no podía quedarse así. No tan cerca de él.

- Jen, aquí está. Y también te he traído esto- dijo Urve levantando un recipiente lleno de una pasta gris.- Un poco y es como un mazazo, pero cuándo te despiertas se te han pasado todos tus males.

Jennifer cogió las dos cosas y le pasó la bolsa a Sirius, guardándose la botellita entre los pliegues de una túnica negra pero mucho más fina que la del uniforme. Comprobó que tenía otra igual encima de la mesa que estaba en el centro de la habitación. Se giró interrogante hacia la criatura que era el camarero y comprobó que no había nada que le cubriera.

Vaya, al fin y al cabo tampoco eran tan diferentes.


- ¡Remus!- gritó Erk entrando corriendo a su habitación.- Hay un tipo que pregunta, bueno, que grita por ti. Tienes que venir. Por ahora Draw lo está aguantando, pero no sé...

Sólo había una persona que Remus conociera que pudiera ser un problema para Draw. Y si tenía tanta urgencia por verlo a esa hora sólo podía traer las peores noticias.

- ¡Remus! ¡Por fin!- gritó el cuadrúpedo soltándose de su captor y acercándose hacia él con la respiración agitada.

- Toghy, tráenos dos copas de branfé y habilita una mesa para mi amigo.

- Enseguida Rem.

El castaño contempló atentamente a Quedagt, evaluándolo en silencio, mientras le dejaba a él hacer lo mismo. Al fin, dibujó una cálida sonrisa de bienvenida y le hizo un gesto de agradecimiento a Toghy, marcándole silenciosamente que los dejara solos.

- Me alegro de volverte a ver.

- Lástima que sea en estas circunstancias.

- ¿Cómo son de malas?

- Mucho.

Todo el personal de Remus estaba en pleno escuchando detrás de la puerta, y él lo sabía. Prefería que se enterasen por él, pero si había de ser así, pues así sería.

Dio un trago al vaso, mandando a su garganta el fuego al que no se había tardado a acostumbrar. Lo dejó encima de la mesa suavemente y levantó la vista con un suspiro resignado.

Quedagt esperó atento a que su amigo recobrara la compostura. Había ciertas cosas que te ligaban a una persona, cómo las luchas hombro a hombro y los silencios oportunos. De lo primero no se podían quejar, y ahora era el momento de demostrar que también podía dar lo segundo.

- Estás aviado Remus- dijo al fin.

- ¿Qué hice esta vez?

- Ya sabes, nada en particular. Existir, supongo. Haber conseguido escapar.

- Ya.

- No tardarán en venir. Cuándo más rápido te marches mejor.

Él asintió comprendiendo y dirigió una mirada hacia la puerta dónde todos los otros estaban pegados cómo lapas, aguantando el aire y escuchando a pesar de las protestas de Kabte. Su mirada se tiñó de tristeza y le dibujó una mirada amarga a Quedagt. Ahora veía el porqué de la bolsa que llevaba colgando del cuello y la suciedad de sus mejores galas, que llevaba puestas.

- No puedes hacer nada.

Remus no contestó. En vez de eso, se acabó el branfé y se dedicó a recordar su huida con el cuadrúpedo. Vieshta, a su lado, rompió el silencio serio que había mantenido durante todo el diálogo y habló.

- El sitio de Blangei no queda demasiado lejos. Sólo hay que ser cuidadosos.

Los dos la miraron y después intercambiaron su asentimiento ante la idea.

Ya estaba claro. Ahora sólo faltaba dar las instrucciones precisas.


Entre Urve y ella consiguieron colocar a Sirius en una posición más o menos estable sobre el animal que les iba a servir de montura. Jennifer decidió amarrarlo con una cuerda, sólo por si acaso, y se cargó ella las dos bolsas.

Con algo de dificultad, se consiguió subir a la criatura y cogió fuerte las riendas mientras esta se elevaba estirando las piernas.

- Suerte- dijo él a su lado con una sonrisa entre triste y alentadora.

Jennifer cogió aire dispuesta a no girarse por nada del mundo. Simplemente, no estaban en su naturaleza las despedidas sentimentales ni las promesas imposibles ni ninguna otra cursilería de esas. Pero se giró.

- Cuándo... - Urve había ensanchado su sonrisa y estaba ahí parado mirándola. Bueno, ahora que había empezado acabaría.- Lo primero que haremos cuándo lo encontremos será avisarte.

No se había sentido tan estúpida en su vida. Sabía perfectamente que eso sería imposible. Esa era la primera y la última vez que un impulso cómo esos la vencía. Nunca más.

- Lo sé- dijo él. Por un momento pareció que se le iba a romper la voz. Pero sonrió más que nunca y la calidez que desprendían en ese momento todos y cada uno de sus gestos le aseguraron a Jennifer que había hecho lo correcto, y por un momento sintió que no había tomado ni una sola decisión equivocada en su vida y que, hiciera lo que hiciera, lo haría bien.

Aunque sabía perfectamente que era mentira, por un sólo momento, se sintió completamente relajada y emprendió el viaje dispuesta a volver cómo fuera con el licántropo consigo.

En algún momento durante el viaje, Sirius despertó y se quejó de las ligaduras. Aprovecharon la parada que tenían que hacer si querían desatarlo para comer y que el animal descansara.

- ¿Dónde estamos?- preguntó el moreno que, a pesar de la reticencia inicial, se estaba comiendo eso de pinta rara que tenían.

- Camino de dónde se encuentra Remus.

Sirius tragó de un golpe todo lo que tenía en la boca y se quedó mirándola mientras asimilaba la frase.

- ¿Seguro?- susurró, cómo si preguntándolo más fuerte se fuera a romper algún hechizo y ya no pudiera encontrar a Moony.

- Seguro. Tiene una posada justo aquí- le informó ella señalando a uno de los dos puntos rojos que habían en el mapa que le había dado Urve. El otro era la ciudad de dónde acababan de salir.

Sirius cogió el mapa con ambas manos y se dedicó a observarlo sin mirarlo de verdad.

- ¿Una posada?

- Ajá.

No pudo evitar que sus facciones mostraran una expresión de orgullo.

- ¿Y es suya? ¿Él es el jefe?

- Ajá.

Por supuesto. Sonaba cómo la típica cosa que haría Moony: un lugar dónde el resto de la gente tuviera un momento agradable. Hacer que por un breve momento, para ellos, el mundo fuera perfecto. Como cuándo estuvo escondiendo a James que Lily iba tras Snape; o cuándo corregía la tarea de Peter a escondidas de este, que insistía en hacerla sólo; o cuándo bajaba pronto a desayunar para abrir las howlers que traía la lechuza de la familia Black antes de que él bajara... Como cuándo le sonreía, acurrucado en su sillón preferido de la Sala Común y le hacía sentir que era el único ser existente sobre la faz de la Tierra bajo esas pupilas brillantes; cuándo le indicaba que se sentara por ahí cerca, se aclaraba la garganta, cogía uno de sus libros preferidos y se lo leía con una voz harmoniosa y llena de matices... Para él, en esos momentos, el mundo era perfecto.

Una pequeña palmada en la espalda puso fin a sus ensoñaciones.

- Venga, que todavía nos queda un rato- le dijo Jennifer subiéndose al animal con un poco menos de dificultad.

Él consiguió subir un sólo salto, lo que le consiguió una mirada moribunda.

Seguía teniendo él el mapa, e iba indicando que dirección seguir mientras se acercaban más y más. Sentía cómo el estómago le iba subiendo poco a poco a la garganta a la vez que avanzaban.

Por fin, llegaron a la última bifurcación. Y ningún sonido fue capaz de salir de entre sus labios.

- ¿Qué pasa?- preguntó Jennifer con una ceja levemente alzada, lo que, conociéndola bien, podría ser interpretado como un gesto de preocupación. Pero Sirius no estaba atento a esas cosas en ese momento.

Tenía la mirada perdida en algún punto inconcreto del mapa. Tragó saliva con dificultad y después bajó el papel.

- Yo... Moony... no creo que quiera verme.

Ahora, claramente, Jennifer rodó los ojos. Con un bufido exasperado le arrebató la hoja de un zarpazo.

- Él... él no quiere hablarme- dijo con la voz temblándole. Sorbió los mocos que estaban a punto de salir e intentó calmarse. No hubo manera.

Jennifer se giró a verlo. Si tenía que escucharlo, que fuera rápido, pero no estaba dispuesta a soportarlo en otro ataque sentimental de los suyos.

- Yo hice... yo hice algo que no tendría que haber echo y...

- Y ya me sé toda la historia Black. Eres un estúpido ¿qué le vamos a hacer? El pasado no se puede cambiar, así que es hora de pensar en el futuro. Y el futuro es qué camino vamos a tomar. Así que me lo dices, vamos, y te disculpas- dijo Jennifer en el discurso más largo que había echo nunca, pasándole a él las indicaciones de Urve que ella, definitivamente, no entendía.

- Pero ya se lo he pedido mu...

- ¡Pues otra más! ¡Pero dime el maldito camino!

- Ése.

- Bien.

No podía ser. Desde que todo este maldito embrollo había empezado estaba descontrolándose demasiado. Sólo esperaba que al encontrar al castaño todo fuera cómo antes, absolutamente todo. No más Urve, no más Lupin, no más Black y, si podía ser, no más Guillaume...


- No, Amy, no te lo puedes llevar.

- ¿Pero porqué?- berreó la pequeña.

- Porque ya tienes demasiadas cosas y tenemos que ir lo más rápido que podamos, ¿comprendes?

- ¡NO!

Erk se mordió el labio inferior sin saber que hacer. ¿Cómo hacérselo entrar en la cabeza sin que montara el espectáculo?

- Deja, yo se lo llevaré.

- Pero Kabte...

- Pero nada.

Ella sonrió avergonzada y murmuró un tímido gracias que él contestó con un guiño y una pequeña riña a su hija, que le sacó la lengua y se calló al fin.

Kabte siempre era tan atento con ella... y tampoco era tan feo ¿verdad?

- Todavía hay demasiadas cosas- dijo Remus mientras miraba tristemente al local que tantos esfuerzos le había costado.- Elegid más cosas para dejar, lo más importante será la velocidad.

Todos asintieron sin quejarse. Él ya los había ayudado una vez, y ahora tenían que apoyarse mutuamente. Si lo atrapaban a él, ¿quién volvería a salvarlos? Nadie. Sí él lo decía, ellos creían, así de fácil.

- Amy, Kabte no puede coger tu tocador porque necesita coger otras cosas más importantes. Cuándo estemos seguros te compraré otro más bonito, ¿ok?

- ¡Pero a mí me gusta ése!

- ¡No seas malcriada!- les espetó Toghy decidiendo deshacerse, no sin pesar, de su reproductor de hologramas.

Draw, cómo siempre, no dijo nada, pero dirigió la mirada hacia el este.

- Tenemos que ir rápido para que no nos cojan unos tipos muy malos que te separarían de mamá, y tu tocador nos hace ir más lentos- explicó Remus agachándose para llegar a su altura.

- Pero es sólo un tocador- protestó ya no demasiado convencida

- Vienen- dijo Draw en esa voz grave y rasposa que tan pocas veces habían podido escuchar.

Todos se giraron al unísono. Remus apretó su varita y separó las piernas, listo para saltar. Kabte desenvainó su larga espada y la colocó delante de sus ojos. Toghy sacó dos armas de larga distancia de creación propia, listo para probarlas. Erk escondió a Amy detrás suya y desenvainó sus puñales, que esperaba no tener que volver a utilizar. Draw se puso delante de todos ellos con los brazos cruzados y la cabeza bien alta, eligiendo el aspecto más neutral que se le ocurrió, con las células dispuestas a cambiar su piel en cualquier instante.

Pronto, su figura se relajó y levantó dos dedos de la mano derecha. Luego, colocó la mano horizontalmente moviéndola de izquierda a derecha.

Kabte guardó su hoja, Erk envainó relajada abrazando a su hija, Toghy guardó las armas algo decepcionado y Remus aflojó algo el brazo y volvió a una postura normal, pero no soltó la varita. Lo habían entendido: dos viajantes.

Todos menos el castaño volvieron a empacar. Vieshta se quedó a su lado con los ojos fijos en el camino. Al mínimo gesto, saltaría sobre los desconocidos desgarrándoles la garganta.

Algo ligeramente parecido a un mamut sin cuernos y mucho más pequeño se acercó rápidamente. La chica que llevaba las riendas estiró fuerte.

Remus se quedó sin habla. Ahí, detrás de ella, estaba su chico de ojos grises, cabellos noche y alma triste.

Sirius saltó a tierra y se quedó mirándolo algo incómodo. Tampoco ayudaba demasiado el que él no llevara ropa, no conseguía decidir dónde posar los ojos.

¿Y si ahora le gritaba? ¿Y si le recordaba que no lo quería volver a ver? Se mordió la lengua mientras las lágrimas volvían a subir a sus ojos.

Vieshta se quedó atrás respetuosamente mientras su compañero avanzaba hasta situarse a menos de medio paso de su amigo. Sin saber demasiado bien porqué, el felino giró la cabeza hacia la chica que seguía al lado de la montura y, cuándo esta la miró directo a los ojos, un estremecimiento le recorrió toda la espina dorsal hasta hacerle agachar la cabeza.

Sin podérselo creer, Remus acarició la mejilla del chico que intentaba sonreír entre los sollozos que salían de su garganta y las lágrimas que fluían sin parar de sus ojos.

- Sirius... - susurró muy bajo, con la voz quebrada.- Estás aquí.

Y sonrió abiertamente. Abrió la boca para decir lo alegre que se sentía pero la volvió a cerrar. No, no se podía describir con palabras. La felicidad que le embriagaba no le dejaba decidir que hacer en ese momento.

Hasta que Sirius lo abrazó con todas sus fuerzas llorando cómo si la vida le fuera en ello y él contestó el abrazo enterrando la cabeza en el hueco que formaban su cuello y su hombro. Aspirando su aroma, tocándolo, notando como temblaba entre sus brazos, oyendo su llanto. Sintiendo que esta vez sí era real.

Notas de la Autora: ¡Ua! ¡He escrito este chap de un tirón! No me lo acabo de creer O.o o.O

¿Os habéis fijado que por fin se sabe que piensa Jennifer? :) Pronto vamos a saber más de esta chica XDDDDD. Om, bueno, y hay unas cuantas pistas sueltas por ahí, algunas más fáciles de ver que otras pero bien, que le vamos a hacer, por desgracia, ni soy Agatha Christie ni lo seré nunca.

¡Y al fin! ¡El súper reencuentro! XDDD. Sí, lo sé, muy corto... pero intenso XD. Es que si lo alargaba más no me cuadraba. Pero no os calméis, ¡porque ahora es cuándo empiezan los problemas! ¡y la verdadera aventura!. Sí, sí, ahora es cuando el argumento DE VERDAD se empieza a entrever. Pobres, ni manera de dejarlos tranquilos.

¡Y no han aparecido ni Voldy ni Dumby! ;o; Pero don't worry, que volverán. ¡Vaya si volverán! :)

Por cierto, estoy particularmente orgullosa de una cosa. Siempre me habían dicho que escribía mas tipo guión, que no podía meter a varios personajes juntos sin llenarlo todo de diálogo... ¡Ja! ¡Lo conseguí! ¡Chúpate esa, cavallo! (Sí, sí, viejos rencores de la escuela, mejor dejarlos estar. Por ahora XDD)

Mmmmm, no sé que más decir. Es que acabo de lavar las ventanas de casa, que habíamos barnizado las maderas, y ahora tengo un colocón de amoníaco que no veas.

Y cómo amena... avisé, sí, eso, avisé, pues ya va empezando la acción. ¡Ojo! Que conmigo las cosas van empezando, no empiezan, que todo toma su tieeeempoooo. Y luego la gente que va lenta me pone nerviosa XD. Pero es que no soporto cuándo alguien para decirte mec te tarda dos horas, me pongo histérica y acabo chillándole todos sus pecados, y si no me los sé, pues me los invento.

¡Y me han regalado un reloj súper chulo! Es violeta transparente y es de estos tipo brazalete, que te lo quitas en un pis plas. Y por la parte esta que se separa parece un traductor de lenguaje alienígena, es una pasada, y tiene la quinta gilipollez: te dice el día, el mes, el año, la hora, los minutos (esto último bastante lógico, pero bien), tiene cronómetro, lucecita de esta verde y... ¡Un salvapantallas! Increíble pero cierto. Me dice mi madre: el salvapantallas me recordó a ti. Y yo: no puedo pasar tanto tiempo delante del ordenador. Entonces vuelve a venir Vicent: ¡SÍ! Pero dicho lo dicho, soy feliz ;)

Y bueno, ahora a contestar a las maravillosas personas que me hicieron tan feliz al ponerme un review: os quiero!

Sheamoonie: ¿Que decirte? ¡Gracias! Pues para habértelo leído de un tirón, ¡te felicito por no haberte liado! Porque todo el mundo me decía lo complicado que era... pero ¿ves? La prueba de que todo se va aclarando conforme vas leyendo. Espero que este chap no te decepcione ¡Un besazo!

Elightout: Um bueno, mientras estés tú no dejaré de postear :). Y no, después de tú mensaje, no pienso dejar tirada la historia. Hay, ahora me entran ganas de llorar, soy una sentimental... Y yo quería ver el ladrón de bicicletas, me puedo ir preparando el cartón de pañuelos. En fin, ¡te quiero muchísimo! Y ahora sí que voy a llorar... en fin, hasta el próximo chap!

Siesna: ¡Pues claro que lo echa de menos! ¿Y quien no echaría de menos a Siri-pooh? ¿Quién es el loco que ha levantado la mano? U.U' En fin (vaya, parece que es mi nueva muletilla, apreparaos --) ¡Ya lo han encontrado! Pero ja, como ya he dicho, la verdadera aventura empieza ahora... tómatelo como quieras XDDD. Bueno, espero que este cap te parezca igual de fantástico! ¡Un beso!

GabyKinomoto: Pues gracias :) Siento haberlo pedido así pero bien... :P Y nada, eh aquí la continuación, espero que te guste! Ciao!

Aryblack: ¡Ie! ¡Muchísimas gracias! Pues sí que me has alegrado la verdad! :). Bueno, iré a ver si mi msn NO está caducado (porque esto mío no tiene nombre) y ya te agregaré. Tú sólo no te asustes cuando veas una tipa con un nombre largo y raro, seré yo :P. Nada (mi nueva muletilla 2) espero que este cap te guste y leerte pronto! Ciao!

Ahora diría que pasa en el prox cap, pero no tengo ni idea XDDDD.

¡Ho, ho, ho! ¡Felices fiestas a todo el mundo!

¡Que seas todos re-felices y no os olvidéis de dejar un review, que para mí, son el mejor regalo (ya digo yo que soy una sentimental XDD)!