Anna se estiró y soltó un gran bostezo al bajarse del autobús, el viaje había sido agotador y aburrido pero al fin estaba de vuelta. Kalim esperaba a los chicos que acababan de llegar en la entrada del instituto para llevar sus cosas a sus respectivas habitaciones.

La chica caminó pesadamente hasta su dormitorio, llevaba tres noches sin poder dormir bien...

"Excepto el día que dormí con Yoh a mi lado..." Anna sonrió ante el recuerdo, pero pronto esa feliz memoria fue suplida por la indiferente actitud del chico a la mañana siguiente. Suspirando, no podía sacar a Yoh ni un instante de su cabeza, siguió caminando hasta su habitación, mientras buscaba la llave en su mochila escuchó unos sollozos provenientes del interior. Anna buscó con desesperación la llave en su mochila y cuando al fin la encontró hasta el fondo, un gritó provocó que la llave cayera de sus manos nuevamente a la mochila abierta.

"Maldita sea!" -Tamao- Gritó la chica, golpeando frenéticamente la puerta.

¿¡Cómo puedes hacer esto? –Los gritos de Tamao continuaban con creciente intensidad. Hasta que finalmente, la puerta se abrió, dejando a la vista a un muy sonriente Hao con un delantal rosa.

Anna parpadeó confundida y miró al interior de la habitación. Tamao estaba hincada frente al televisor con un pañuelo en sus manos y mirando fijamente a la pantalla.

¿Pero que diab...-

-Nooooo! Eduardo Javier¿Por qué lo hiciste- Gritaba Tamao al televisor.

-Lleva así cerca de una hora- Dijo Hao, sonriendo. Anna, ahora relajada le sonrió de vuelta al chico y negó con la cabeza.-Es que hoy es el final de la novela- Le guiñó un ojo a la chica y le dijo al oído-Yo también me asuste cuando llegué-

En ese momento, se escuchó una tonadita bastante alegre anunciando una marca de cereal. Tamao aprovechó esos momentos para ponerse de pie y correr a abrazar a Anna.

-Eduardo Javier engañó a María Rubina Carmela Toledo-Dijo la pelirroja frustrada y aferrándose más al cuerpo de la rubia¿Cómo pudo hacer eso? Y más con Elvira Rosa Susana! Sabía que ese matrimonio terminaría en desgracia, desde que Carlos Manuel apareció en la vida de María Rubina...- Anna no comprendía de lo que su amiga le hablaba, pero por temor a preguntar separó a Tamao de su cuerpo y señaló al televisor, los comerciales habían terminado, la mencionada se olvidó completamente de Anna y de dos zancadas llegó al televisor y se acomodó en su posición inicial con los ojos clavados en el aparato.

Anna le sonrió a su amiga (a la nuca de su amiga) y se volvió a Hao, que miraba expectante a Tamao que estaba al borde del llanto.

-Iré a dormir- Dijo Anna, bostezando- Laaaamento no poder quedarme mas rato, pero estoy exhausta.

Hao asintió con la cabeza y tomó suavemente a Anna por el brazo. La chica se giró y lo miró confundida; el rostro de Hao estaba adornado con una sonrisa, una sonrisa no común en él, en algo era diferente pero Anna no sabía en que -Es...es una sonrisa tan parecida a la de Yoh...-

y antes de poder evitarlo, Hao se acercó a Anna y la besó suavemente.

Anna se sorprendió ante el repentino beso, pero en realidad ella no hizo nada para detenerlo, al contrario Yoh besaba tan bien... La chica abrió los ojos en sorpresa, 'Yoh... no..., es Hao'

-No...No ahora-Dijo ella separándose del chico y bajando la mirada, estaba demasiado confundida en ese momento. –No me siento del todo bien...- Con esto dio media vuelta y se disponía a ir a su cuarto, pero de nuevo Hao la tomó por el brazo.

-Te extrañaba¿sabes-Dijo el chico suavemente, tratando de no romper el encanto del momento- Y tuve tiempo de analizar lo que siento por ti...

-No, detente, hablaremos mas tarde...

Hao algo sorprendido por la actitud de la chica, asintió con la cabeza, Anna tan solo se despidió de él con un gesto de la mano, desapareciendo después frente a la puerta de su habitación. Sin darle importancia a su ropa, Anna se dejó caer en su futón y abrazó su almohada.

-Esto no debería de estar pasando...- No debería pensar en Yoh! No más! –Se reprendió a si misma... -Yoh...- Suspiró Anna finalmente siendo vencida por el sueño.

-Aquí estoy Annita, aquí estoy- Respondió Yoh, mirando por la ventana de la habitación de Anna. Su frente recargada contra el cristal de la ventana para tener una mejor vista de la chica. Entonces se abrió la puerta de nuevo, Yoh levantó la mirada y observó a su hermano entrar con un ramo de flores. De no ser que en ese momento la ventana estaba cerrada con candado, Yoh se hubiera lanzado contra su hermano y frente a su cara hubiera destrozado esas malditas flores.

-Lástima que el hubiera no existe...- Pensó Yoh, viéndose reducido a ser un espectador de esa romántica escena.

Sonriendo a la figura dormida de Anna, Hao depositó el ramo de flores al lado del futón, inclinándose un poco, después su mirada se enterneció al verla tan tranquila, tan vulnerable... no pudo evitarlo. Con cuidado de no despertarla, la besó suavemente una vez más, tan solo un roce de los labios, pero a fin de cuentas un beso.

-¿¡QUE SE CREE ESE TONTO- Gruñó Yoh, forcejeando por tratar de abrir la bendita ventana- Ahora vera... En cuanto pueda entrar...-MALDITA SEA-Dijo en voz baja.

Suspirando resignado, dejó de luchar contra la ventana y observó a Hao, que seguía sentado en el piso al lado de Anna.

Con sumo cuidado, le quitó un mechón de cabello que caía en la cara de la chica, después de eso se levantó y salió de la habitación, dándole un último vistazo a Anna y cerró la puerta. Yoh aprovechó que no había nadie en la habitación (a parte de Anna) y pegó su cara contra el cristal, esforzándose en tratar de leer una nota que Hao había dejado junto con las flores, pero lo único que logró divisar fue: 'Mañana'

Echando humo por las orejas, Yoh se dirigió a su dormitorio, entrando por la ventana y pateando con fuerza toda la ropa que estaba regada por el piso.

-Maldición!...¿Mañana que-Gruñó, después, una sonrisa apareció en su rostro, mañana la invitara a salir, claro¿Cómo pude olvidarlo? Tengo que evitarlo...

º Al día Siguiente º

Eran cerca de las tres de la tarde, y Hao se preparaba para lo que él llamaba 'un importante compromiso', pero Yoh le había sacado a Hao que su cita era hasta las cuatro.

Yoh cambiaba constantemente los canales a la tele, hasta que escuchó una puerta cerrarse. Miró sobre su hombro, Hao ya no estaba, algo alarmado miró su reloj: Tres en punto.

-Perfecto- Musitó Yoh, dirigiéndose a su habitación para usar la escalera de incendio y llegar hasta el cuarto de Anna. Ya lo tenía todo planeado, la seduciría y le haría olvidar que tenía una cita con Hao y fin del problema.

La ventana de la habitación de Anna estaba abierta, Yoh metió un poco la cabeza, para ver si Anna estaba ahí, después de una revisión rápida se percató que la habitación estaba completamente vacía.

-¿Dónde estas Anna...-

Yoh escuchó ruidos provenir detrás de una de las puertas de la habitación, se acercó a la puerta para verificar lo que escuchaba, pero la puerta se abrió completamente de la nada permitiéndole a Yoh contemplar a una Anna, cubierta tan solo por una toalla en su cuerpo. Se quedó quieto mirándola, no por que así quisiera sino que su cuerpo parecía haber perdido su movilidad.

Anna tarareaba una canción acompañada por la radio que estaba dentro del baño, esa era la fuente del ruido. Ella tenía los ojos cerrados, disfrutando de la melodía, pero al terminar los abrió y en sus labios apareció una sonrisa. Yoh la observaba fascinado, era lo más bello que en su vida había visto.

Esas perfectas curvas, su cabello empapado cayendo suavemente en su cara, y esa sonrisa adornando su rostro, simplemente se veía:

-Hermosa...-Dijo Yoh en un suspiro. Anna que no se había percatado de su presencia, miró con nerviosismo a la esquina donde Yoh se había refugiado. Y se quedó unos segundos quieta observando a la persona frente a ella.

Para Yoh el tiempo se había detenido en ese momento, seguía con la imagen de Anna sonriendo grabada en su mente, y no se percató que la chica se había acercado a él resoplando enojada, hasta que sintió un fuerte golpe en su mejilla.

Yoh sacudió la cabeza, volviendo a la realidad. Miró a Anna, que estaba frente a él con la cara mas que roja, y manteniendo la toalla bien aferrada a su cuerpo. Por esa mirada llena de odio que tenía Anna, Yoh se dio cuenta que la chica no estaba solo enojada por el repentino encuentro...

¿Qué estas haciendo aquí¡LARGATE, MALDITO PERVERTIDO-Gritó Anna, manteniendo la voz baja al principio pero llena de ira al final.

-Y...Yo... esto... puedo explicarlo...-Yoh intentó defenderse, mirando fijamente a los ojos furiosos de Anna, ya que estaba empezando a ponerse nervioso por la proximidad de la chica en ese estado... (N/a: Recuerden, esta en toalla XD) y algo en su mente le advertía que si llegaba a mirar mas de lo que debía arruinaría todo... el problema es que... ¿Qué era ese todo tan importante? Anna miró impaciente y enojada al chico y señaló a la puerta.

¡Silencio¡Lárgate de una buena vez-gritó ella.

-Pero...-Yoh seguía en su intento por recordar el plan e idear una buena excusa, pero las palabras seguían divagando en su mente. Sintiendo que Anna lo llevaba fuera de la habitación a empujones, logró recordar a lo que había ido...

-Anna no...-

Pero era demasiado tarde, Anna había cerrado la puerta en su cara. Yoh miró extrañado a la puerta, todo había pasado demasiado rápido. Ahora con las ideas bien claras, llamó a la puerta de Anna, pero no respondían, intentó irrumpir en la habitación girando el picaporte, pero estaba cerrado con llave.

-Maldición Anna¿Por qué siempre cierras las entradas a tu cuarto-Preguntó a la puerta. Siguió golpeando la puerta con insistencia, pero solo escuchó como el volumen de la radio se elevaba, opacando sus llamados.

¡BIEN! 'NO ABRAS LA MALDITA PUERTA! Pero...-Pegó la frente al la puerta, resignado a no haber logrado su cometido-... pero no salgas con Hao...-musit

Anna que estaba recargada contra la puerta, escuchando cada palabra abrió los ojos desmesuradamente...

En ese momento, Yoh estaba dispuesto a marcharse, no se le ocurría ningún plan para evitar esa cita, pero en segundos la puerta de la habitación de Anna se abrió permitiendo ver a la dueña de esta con una mirada llena de odio.

¿Cómo te atreves a decirme que es lo que tengo y no tengo que hacer-Dijo enojada, seguía envuelta en la toalla y escurriendo.

¿Eh¿Cómo es que oíste eso-Preguntó Yoh, nerviosamente. Pero después usó un tono burlón-La única manera de haber escuchado es que estuvieras pegada a la puerta. ¡A fin de cuentas si querías saber mis motivos!

¡Eso no importa-Se quejó Anna, sonrojándose por haber sido descubierta.¿Por qué no quieres que salga con Hao-Su tono de voz se suavizó un poco.

Yoh titubeó unos momentos: '¿Por que no soportaría verte con mi hermano-No, eso sería estúpido Yoh, piensa...-Por que...¿Por qué no se me ocurre nada?' Levantó la mirada enfrentando a la de Anna, que lo miraba con curiosidad y enojo a la vez. En ese momento, la respuesta llegó a gran velocidad a la mente del chico, era simple.

-Te quiero solo para mí...-Dijo Yoh sonriendo. Eso nunca se lo había dicho a una chica... con toda sinceridad, no como lo estaba haciendo ahora...

Pero Anna frunció el ceño y sus manos se cerraron a sus costados, formando amenazadores puños.

¿Esa es tu mejor excusa-Dijo ella, haciendo un gran esfuerzo para mantener la calma.

-Ji ji, pues si-Respondió Yoh, rascándose la cabeza.

¡ERES UN PERFECTO IMBECIL-Gritó Anna, más que furiosa. ¿Cómo es que después de haberla tratado así en el campamento de pronto llegara y siguiera insistiendo como si nada hubiera pasado?

¿Qué dije?

Anna soltó un gruñido de exasperación y de nuevo se encerró en su habitación, dejando a un confundido Yoh. Quien dio un suspiro y ya estaba dispuesto a irse, pero nuevamente la puerta se abrió...

-Y para tu mayor información, VOY A SALIR CON HAO, Y TU NO LO IMPEDIRAS-Gritó Anna, y cerró la puerta de un golpe. Yoh se encogió de hombros por el tremendo golpe y abrió la puerta de entrada para irse, pero una puerta se abrió nuevamente. Yoh se giró para recibir el nuevo grito de Anna, pero este no llegó nunca, al contrario, unas manos lo jalaron fuera del dormitorio y lo llevaron al pasillo. Yoh miró a quien lo jalaba y se sorprendió bastante...

¿¡Tamao¡-Preguntó sorprendido una vez que la chica cerró la puerta tras de ellos.

-Shhhh, nos puede oír...

-Pe...

¡Cállate y escucha-Dijo la chica en voz baja.-Llama a Hao-Le entregó un teléfono inalámbrico a Yoh.

¿Para que?

-Tú solo llama, y finge la voz de Anna, dile que estás enferma y que no podrán salir hoy...-explicó Tamao.

-Pero...

¿Quieres que Anna sea novia de tu hermano?

-Eh, no

¿Entonces que esperas para llamarlo?

Yoh hizo tal y como Tamao le había indicado, y para su sorpresa Hao se lo había tragado todo.

¿Cómo se te ocurrió eso-Intentó preguntar Yoh emocionado, pero Tamao le arrebató el teléfono de las manos y lo empujo por el pasillo.

-Ahora no, no hay tiempo. Ve a tu dormitorio y llámale a Anna, dile lo mismo, pero ahora finge que eres Hao...

-Pero...

-Agh! Deja de perder el tiempo y corre!

Yoh asintió con la cabeza y corrió a toda velocidad al tercer piso. Si llegaba Hao antes que el, todo se arruinaría. Y aun que no se explicaba por que Tamao lo estaba ayudando le agradecía. Llegando al dormitorio tomó el teléfono y marcó al dormitorio de Anna. Tamao contestó:

¿Si?

-Tamao soy...

-Anna, es Hao!

Yoh miraba al auricular extrañado. Se llevaba bien con Tamao, pero que ella le estuviera ayudando para estar con Anna... eso era demasiado. Tamao era quien siempre lo regañaba por estar según ella de cama en cama...

¿Si?

¿Eh?

¿Hao?

-No... ¡es decir si¡Soy Hao!

¿Pasa algo malo?

-No, Anna, no... ¡espera¡Sí! Yo... yo estoy enfermo, je-Yoh se aclaró la garganta y usó una voz más grave, no creo que podamos salir hoy, no quisiera contagiarte.

-Oh, bien, entonces, nos vemos mañana.

-Eh, sí, adiós.

-Bien, eso había sido bastante fácil-Se dijo Yoh a sí mismo.

Pero no esperaba que Hao pudiera ser tan persistente en invitar a Anna. La siguiente semana Tamao le dijo a Yoh que Hao había invitado a Anna una vez más el viernes y que de nuevo tendrían que evitar a toda costa esa cita. En esta ocasión Tamao fingió que tenía un horrible dolor de cabeza y logró que Anna se quedara a 'cuidarla', lo malo fue que Anna se preocupó demasiado y llamó a un doctor que inyectó a Tamao. Al día siguiente (sábado) Hao volvió a invitar a Anna, y en esta ocasión Tamao se negó rotundamente a recibir otra inyección así que Yoh fingió una terrible depresión y se quedó colgado del hombro de Hao todo el día lloriqueando y balbuceando sin sentido, Hao lo llevó a ver un psicólogo, que le recetó efectivos sedantes. Yoh terminó relatando historias de unicornios y flores que cantaban.

El siguiente fin de semana pasó lo mismo, pero en esta ocasión Yoh fingió una enfermedad del estomago y para hacer más creíble su historia, tomó tres litros de agua con sal para provocarse el vomito y logró evitar que Hao y Anna salieran para que Hao se quedara cuidando a Yoh. El sábado, Yoh en verdad se había enfermado del estomago por tanto volver el estomago.

Pasó otra semana sin complicaciones, hasta que llegó el fin de semana nuevamente. Tamao iba a fingir que se torcía un brazo al caerse de las escaleras. Ella esperaría al pie de la escalera, mientras Yoh tiraría una caja hasta el piso donde estaba ella para hacer ruido y simular la caída pero no fue necesario ya que sus pies se enredaron y provocaron que tropezara y fue él quien terminó con el brazo rotó. Eso bastó para el viernes y para el sábado volvió a fingir la depresión argumentando que ahora con el brazo roto, nadie lo iba a querer. Y logró que Hao se quedara a consolarlo.

A la semana siguiente, Yoh se enteró que Hao saldría a cenar con Anna a un costoso restaurante, y para evitarlo, alquiló todo el lugar para él solo, dejando su billetera en ceros. Para el sábado, Tamao se llevó a Anna a una convención de libros antiguos (los favoritos de Anna) y le compró todos los que le pidió. Tamao también terminó con ceros es su cartera.

Y llegó la siguiente semana, Yoh apenas se recuperaba de su brazo y Hao seguía insistiendo en salir con Anna, y de nuevo intentarían el truco de las escaleras con la caja. Tamao esperaba pacientemente al pie de las escaleras, cuando escuchó algo cayendo precipitadamente desde el piso superior. La chica sonrió y se recostó en el piso, preparada para fingir su caída, pero en lugar de encontrarse con una caja, Tamao se encontró recostada al lado de un inconsciente Yoh con el pie derecho doblada en un ángulo muy irregular.

Hao pasó todo el fin de semana en el hospital cuidando de su hermano, y de nuevo se logró evitar la cita. Pero tanto Tamao como Yoh estaban escasos de ideas, (y por su parte, Yoh tenía poca movilidad) y ya se acercaba nuevamente el fin de semana.

¡Ya no vamos a poder evitarlo-Gruñó Yoh, mientras él y Tamao trataban de idear algo.

-Silencio, no me dejas pensar-se quejó la chica.

Yoh se cruzó de brazos, llevaban casi dos horas sentados uno frente al otro y no habían logrado nada. Tamao suspiró pesadamente y miró su mano derecha cubierta en vendas por un azote que se dio con una puerta en un intento de evitar la cita.

Ideas absurdas iban y venían, pero ninguna era lo suficientemente convincente.

¿Y que vamos a hacer una vez que Hao se de por vencido respecto a la cita-Preguntó Yoh, observando como la chica frente a él hundía su rostro entre sus manos.

-No sé-Respondió ella en voz ahogada a causa de las manos cubriendo su cara, ese ya será tu problema... ¿Qué planeas hacer?

-Ah pues yo... ji ji ji, no tengo idea-Tamao lo miró enojada e Yoh pasó saliva nervioso-ejeje, pues ¿lo de siempre?

-Debes estar bromeando...

-Yo... no...

Tamao se puso de pie violentamente y azotó sus manos contra la mesa, haciendo que Yoh se encogiera en su silla.

¿Estas insinuando que todo el tiempo que he gastado para ayudarte a recuperar a Anna fue en vano-Gritó la chica con voz aterradora.

-No, no, es solo que no sé, no sé que haré...-Musitó Yoh en voz baja.

Tamao suspiró de nuevo y volvió a sentarse pesadamente en su silla

-Vas a acostarte con ella y luego la vas a botar¿Cómo a todas-Tamao miraba a Yoh con reproche, mientras él, se limitaba a jugar con sus manos.

-No podría...-Dijo Yoh, después de unos segundos de silencio, pero permanecía con la vista fija en sus manos.

Tamao le sonrió suavemente. Después de todo, sus suposiciones eran acertadas.

¿Por qué, Yoh- Tamao usó una voz muy suave, y sonrió. Yoh levantó la mirada algo pensativo.

-Pues... pues, con Anna es diferente-Musitó sonrojándose un poco.

¿Diferente en que sentido?

-No lo sé. Con ella es algo diferente, me siento raro cuando estoy cerca de ella. No puedo controlar lo que digo o me pone muy nervioso que me mire fijamente... además mi corazón late muy rápido cuando la veo. Solo, solo sé que con ella es diferente. Sería incapaz de dejarla así como así no me gustaría verla herida...-Yoh sonrió- preferiría mil veces, ver su rostro con esa sonrisa.

Tamao miró a Yoh con una sonrisa orgullosa e intentó levantarse de su lugar para marcharse, ya estaba oscureciendo e iría a una fiesta con Horo más tarde, debía arreglarse. Pero Yoh la detuvo.

¿Por qué me ayudas con esto-Esa pregunta estaba abrumando la mente de Yoh desde hacía ya varias semanas.

-Ya lo sabes, no es necesario que te lo repita-Tamao se acercó a la puerta, adiós, nos vemos en la fiesta...ya pensaremos en como evitar la siguiente cita mañana, hoy Anna no quería salir así que no hay problema-Y se fue.

Yoh por su parte se levantó de la silla y se estiró cansado de estar sentado. El también tenía ganas de ir a la fiesta, ya que durante las semanas pasadas estuvieron muy ocupados Tamao y él como para andar dándose el lujo de salir con los amigos. Fue entonces cuando se percató de que le sería imposible ir a la fiesta, un punzante dolor en su pie le hizo recordar que no estaba en condiciones de andar caminando de un lado a otro con una bebida completa, ya que tenía que andar cojeando para moverse. Yoh suspiró y cojeó hasta el sillón para recostarse (N/a: es lo único que puede hacer el pobre... TT.TT). Y una vez ya ahí, alguien abrió la puerta principal.

¿Yoh-preguntó la voz de Hao

El aludido solo levantó la mano y la movió en el aire para mostrar que estaba ahí. Hao se acercó, la habitación estaba teñida de naranja oscuro, gracias a los rojizos rayos del sol que se filtraban por la ventana, alumbrando a Yoh y pintando su cara de matices naranjas y rojos.

¿Qué no te vas a ir a la fiesta-Preguntó Yoh a su hermano con una voz bastante hostil.

Hao se encogió de hombros y se sentó en el sillón frente a su hermano.

-Nah, no me apetece salir hoy.

Yoh suspiró aliviado, si Anna tampoco quería salir, Yoh podría tener una tranquila tarde de viernes sin preocuparse por otra idota cita de su hermano.

¿Y tu, Yoh-Hao usó un tono burlón y en su rostro estaba una sonrisa extraña.

-Ja, si claro¿con este pie así-Yoh se golpeó el pie enojado, pero se arrepintió al momento que su pie empezó a dolerle a causa del golpe.

-No debiste ser tan necio...-Dijo Hao, su sonrisa cada vez se hacía mas forzada.

¿De que hablas? No pude evitar caerme de las escaleras...-

-Sí, si por primera vez no pensaras solo en ti, esto no hubiera pasado-

-N-no se de que hablas...-

Hao suspiró fuertemente, tratando de tolerar las mentiras de su hermano.

-No te hagas el inocente-Replicó Hao, su voz carente de cualquier sentimiento. Su postura tranquila, relajado en el sillón, había cambiado a tensar su cuerpo y ponerse de pie frente a su hermano. Que lo miraba desde abajo y notablemente incomodo por el tema.

-Pero, debo admitir que nunca creí que fueras tan persistente y dedicado.

Yoh se aclaró la garganta y se sentó derecho, se empezaba a sentir intimidado por la mirada rencorosa de su hermano.

-Ya te dije Hao, no sé de que me estas hablando. Pero si me disculpas, tengo sueño e iré a mi habitación.- Se puso de pie, con ayuda de los descansa-brazos del sillón y pensó que todo había terminado, pero Hao se interpuso entre Yoh y su habitación. Temblando furioso, tomó a Yoh por el brazo y lo arrojó contra el sillón haciéndolo caer sentado de nuevo.

¿Qué no captas que siempre lo supe-Yoh abrió la boca para de nuevo usar su tan 'util' respuesta (No se de que hablas), pero Hao se le adelantó¡De tus estúpidos intentos por evitar que yo me quedara con Anna¡De eso hablo-gritó el mayor, perdiendo toda gota de paciencia que le quedaba.

Yoh parpadeó sorprendido¿Cómo es que Hao se había percatado de eso?

Hao suspiró nuevamente y empezó a caminar en círculos, mientras llevaba a su mano a masajear sus sienes y calmarse un poco.

-Después de tanto tiempo de conocerme¿creíste que podrías engañarme así de fácil-Dijo Hao sin mirar a Yoh. Después de unos segundos de silencio, Hao sonrió amargamente¿Qué te costaba que Anna se quedara conmigo¡No te hubiera afectado en nada, tienes otras 30 mujeres que estarían más que felices de complacerte en la cama! Pero no... querías algo que yo anhelaba. No te importó que yo tuviera sentimientos por ella, simplemente sigues y sigues insistiendo en tener algo que jamás te perteneció ni te pertenecerá. Alguien que por derecho¡es mío!

-No sé por que te enojas tanto-Dijo Yoh cruzando los brazos, si dices que Anna no me pertenecerá no entiendo el por que de tanto drama...

¡PORQUE ELLA SI TE QUIERE-Gritó Hao enojado, eso es lo que me da mas coraje, Yoh. No haz hecho nada para merecerla, muy por el contrario. Y yo, yo lo he dado todo por ella y como tu ya ocupaste su corazón no hay lugar para mi!

Yoh no pudo evitar esbozar una sonrisa, su corazón latió con fuerza ante tal revelación. Tamao le había dicho que le iba a costar ganarse a Anna, pero que con el tiempo podría. Pero ahora, ahora sabía que Anna no lo odiaba, al contrario.

-Quita esa sonrisa estúpida, no te queda-Dijo Hao, su voz llena de odio.

Yoh levantó la mirada, y se percató del daño que le había hecho a su hermano. Necesitaba encontrar las palabras correctas para evitar hacer mas grande la situación.

-La trataré bien... lo prometo-Dijo Yoh sonriéndole a su hermano.

-No, tu no te le vas a acercar, ya la haz hecho bastante daño y no va a sufrir mas por tu culpa. Esta confundida y no la confundirás mas. Yo le ayudare a olvidarte por completo.

Yoh se puso de pie enojado. Ese era su límite, podían regañarlo e insultarlo, pero ¿Prohibirle ver a Anna? Eso nunca. No se iba a dar por vencido en ese tema... pero no sabía el por que. No entendía por que el solo pensar en no ver a esa mujer le dolía profundamente en el pecho.

¿Y que harás para evitar que ella este conmigo-Yoh usó un tono burlón y a la vez lleno de enfado¿Tu y cuantos mas evitaran eso?

-Ren, Horo, Pirika y todas y cada una de las mujeres a quienes les has roto el corazón estarán mas que contentas de ayudarme-Dijo Hao, desafiante.

¡Tamao esta de mi lado-se defendió Yoh.

-Tamao pronto volverá a la realidad y recordara el tipo de patán que eres. No te preocupes, yo mismo me encargaré de eso.

Dicho esto, Hao dio media vuelta y desapareció en la puerta de su habitación. E Yohél estaba enojado y a la vez frustrado, todo estaba en su contra. Su hermano estaba en su contra, sus amigos. Suspiró. El se lo había buscado, y ser la victima no le quedaba, bien lo sabía.

Pero no podía permitir que le arrebataran la oportunidad de estar con esa mujer que tantas noches le había quitado el sueño.

Sin ganas de soportar a Hao, Yoh, salió del dormitorio y salió a caminar por el parque. Nunca supo cuanto tiempo pasó caminando y pensando.

-Y pensar que hace tan solo unas semanas yo le reclamaba a Hao que no podía ser novio de Anna por no conocerla...- Pensó Yoh amargamente.-Y yo, que apenas he cruzado palabras con ella... no puedo sacármela de la cabeza...-

Ya una vez que la noche y el aire frío se hacia presente, Yoh decidió volver a casa. Ya resolvería esa situación, tenía que hacerlo. Caminó en silencio en dirección al Instituto, pero escuchó unas voces bastante conocidas.

-Hoy hablé con Yoh-Dijo una voz extremadamente familiar, le dije que no le permitiría hacerte daño nunca más...

Hubo silencio, Yoh se acercó mas al lugar de donde se oían las voces. Y alcanzó a divisar dos figuras, una, sin duda Hao, y la otra... de cabello rubio y tez blanca, alumbrada por la luz de la luna. Dándole el aspecto de un ángel.

-Escúchame-Hao levantó la cara de Anna para que lo mirara, no vale la pena.- Yoh sintió su cuerpo tensarse al ver esa escena. ¿Qué derecho tenía Hao de andar tratando así a su mujer?

-Pero él... él hizo tanto para evitar que tu y yo saliéramos, debió tener sus razones. Quizás no es tan malo como tu crees. Tamao me dijo que ha cambiado...-Replicó Anna. Yoh se relajó, Anna si lo entendía, por eso la quería tanto...

¿Querer?...Yoh sonrió para si mismo, sonrojandose un poco...-Si, querer... ji ji ji -

Hao suspiró y abrazó a Anna, acomodando su cara entre el cuello y el hombro de la chica.

¿Y por que no me das a mi una oportunidad-Preguntó Hao en voz baja.

-Ya te lo he dicho, para mi, tu eres como un hermano. Igual que Horo-Explicó Anna, sonriendo. Hao se separó de ella y la miró fijamente a los ojos, para después sonreírle.