-Ya te lo he dicho, para mi, tu eres como un hermano. Igual que Horo-Explicó Anna, sonriendo. Hao se separó de ella y la miró fijamente a los ojos, para después sonreírle.

Yoh miraba sorprendido la escena, en esa ocasión del campamento Anna no se refería a que sentía algo por Hao, tan solo amigos más bien¡hermanos! Tendría que decirle a Tamao de lo que se acababa de enterar, no pasaría un día mas buscando pretextos para evitar citas entre su hermano y Anna…

-Bueno, Anna, ya empieza a hacer frío, así que será mejor que regresemos. Además Yoh salió y dudo que el babotas se haya llevado llaves-Hao suspiró- Ha de estar sentado en la puerta esperando a que le abra…

¿A dónde fue¿Y que no estaba lastimado del pie por el incidente de la escalera-Preguntó Anna poniéndose de pie. (N/a: Si no lo mencioné, Hao y Anna estaba hablando sentados en una banquita XD).

Hao frunció el ceño y metió las manos en las bolsas del pantalón.

¿Yo que voy a saber donde esta? Y si, esta lastimado, pero es tan terco que si alguien le dice que no camine, hace totalmente lo contrario. El doctor le indicó que estuviera en reposo y él se la vive caminando de un lado a otro como león enjaulado.

¿Y si no ha llegado-Preguntó Anna.

Hao se encogió de hombros.

-Ya esta grandecito, podrá cuidarse solo.

Yoh se quedó escondido entre los arbustos y observó como Hao y Anna desaparecían en la noche. Después de un rato de pensar en mil cosas, decidió volver a casa.

º Al día siguiente… XD º

Anna estaba sentada cerca de la ventana, mirando vagamente en dirección al profesor. Su cabeza estaba en todos lados menos en la clase. La noche pasada, Hao había hablado ya muy entrada la noche preguntando por Yoh. Estaba preocupada por que ni siquiera había asistido a clases.

Miró discretamente el lugar que usualmente ocupaba Yoh en la clase de literatura (Una de las pocas clases que compartían), pero ahora estaba vacío. En ese momento un golpeteo la hizo salir de sus pensamientos y levantó la mirada. En la puerta estaba parado Yoh, sonriendo.

Hacía casi dos meses que Anna no veía esa sonrisa en él, tan alegre y tan pura. Sintió que se sonrojaba y volvió la mirada a la ventana.

-Hola profe-Saludó Yoh, captando nuevamente la atención de Anna.

-Asakura, llegas tarde-Respondió el profesor sin dejar de anotar algo en la pizarra.

-Seh, es que anoche dormí poco y me costó mucho trabajo levantarme en la mañana, ji ji ji ji.

-Seguro disfrutando de la noche con alguna de sus zorras- Pensó Anna enojada y olvidando por completo la preocupación que sintió segundos atrás.

-No necesito saber sus motivos, Asakura, pero bueno tome su lugar en silencio-Dijo el profesor, acariciando sus sienes. Yoh asintió con la cabeza y se sentó en una banca atrás de Anna, quien fingió no percatarse hasta que Yoh le tocó el hombro, llamando su atención.

-Hola Annita-dijo en un susurro y sonriendo.

¿Y ahora a ti que te pasa-Cuestionó Anna suspicazmente.

¿Qué no te puedo saludar?

-Si pero… nunca lo haces…

-Pues de ahora en adelante lo haré¿te parece?

Anna se sonrojó y miró fijamente al pizarrón.

-Puedes hacer lo que se te antoje. A mi no me interesa-Dijo ella fríamente, pero pudo escuchar la molesta risita de Yoh.

El maestro dio unos golpes con la mano en su escritorio llamando la atención de todos los alumnos. Y les dijo que tenían que escribir un ensayo sobre cualquier cosa que se les ocurriera y entregarlo antes de terminar la clase y que si llegaban a terminar antes, podían salir temprano y ocupar su tiempo en lo que quisieran.

Anna que se sentía algo incomoda por la extraña actitud de Yoh (las semanas pasadas apenas y se dignaba a mirarla), escribió lo más rápido que pudo su escrito. Se levantó de su lugar para entregar el ensayo y en ese lapso de tiempo, Yoh aprovechó para meter algo en su mochila. Anna volvió a su lugar, recogió sus cosas y salió del salón. Sentándose a la sombra de un árbol, esperando al timbre de salida.

Finalmente las clases terminaron y Anna volvió a su dormitorio, donde estaban Tamao y Horo viendo una novela… mas bien, Tamao era quien veía la novela, Horo-Horo estaba perfectamente dormido a su lado y roncando abiertamente.

Anna sacó todas sus cosas de la mochila y las acomodó en la mesa, dispuesta a hacer sus deberes, pero al abrir un cuaderno, un papelito doblado cuidadosamente cayó en la mesa. La chica desdobló la nota, lo único que decía era:

Hoy a las 7:00 en la parte trasera de este edificio

Extrañada, Anna releyó la nota y le buscó algún nombre o indicio que le permitiera saber quien lo había escrito. Miró su reloj, eran las 6:40 y no tenía nada mejor que hacer. Dejó todas sus cosas en la mesa y tranquilamente caminó en dirección al lugar donde yacía la nota.

-¿Quién la habrá escrito-

Anna se sentó en las escaleras de incendio para esperar a… esa persona. Pasó 10 minutos sentada, leyendo la nota y ya empezaba a hartarse.

-Nadie deja a Anna Kyouyama esperando por tanto tiempo- Dijo en voz baja y poniéndose de pie. En eso escuchó unos pasos que venían de arriba, levantó la mirada y se encontró con un muy sonriente:

¡Yoh!

-Anna, pensé que no vendrías.-dijo dando un salto (N/a: De los escalones al piso) para quedar a la altura de la chica.

-No iba a venir-cruzó los brazos, pero no tenía nada mejor que hacer.

-Bueno, eso ahora no importa. Ven-Yoh dio media vuelta y volvió a subir a la escalera.

¡Momento¿A dónde vamos-Se quejó la chica.

-Es sorpresa-Respondió él, y siguió su camino.-Vamos, no hay tiempo que perder…-

-Dime o no voy-reclamó ella estampando el pie contra el pavimento.

Yoh negó con la cabeza sin borrar su sonrisa y bajó hasta donde estaba Anna. Ella lo miraba suspicazmente y cuando menos lo esperaba, el chico la tomó por la muñeca y prácticamente la arrastró escaleras arriba.

-Solo espero que hoy no decidas partirte la cabeza o tratar de coquetearme, por que no me dejaré-Dijo ella, como ultimo recurso.

-Relájate, te va a gustar, ji ji ji-

Subieron los 10 pisos del edificio, hasta que llegaron a las últimas escaleras, que eran de madera y guiaban directamente a la azotea y finalmente Yoh liberó a Anna. Con bastante agilidad, subió las escaleras y llamó a Anna desde la azotea.

-Ven, rápido Annita-Dijo él.

-No me presiones, Asakura-Se quejó ella, apoyando su mano en las decrepitas escaleras y con mucho cuidado apoyando el pie en uno de los maderos, el cual crujió peligrosamente a causa del peso. Logró avanzar cinco de los escalones y después sintió que unos brazos la jalaban y le ayudaban a subir.

-Eres muy lenta, Annita jijiji

-Mira que yo no te pedí que me arrastraras hasta acá.

-Pero querías venir

¿Qué te hace pensar eso?

-De no ser así, no habrías venido

-De saber que eras tu quien me mandó esa nota te aseguro que no venía, de cualquier manera. ¿Para que querías verme?

Yoh bajó la mirada y se sentó en el piso (N/a: del techo XD). Anna lo imitó, sentándose a su lado.

-Me gusta venir aquí cuando quiero estar solo-Dijo Yoh, después de unos segundos de incomodo silencio.

¿Y por que me trajiste?

Yoh miró a Anna y le sonrió ampliamente para después clavar su mirada en el cielo.

-Por que aquí se puede hablar en paz.

¿Y… de que quieres hablar?

-Quería disculparme-la miró con una pequeña sonrisa.-No sé que fue lo que hice, pero algo me dice que estas enojada conmigo…

¿Por qué habría de estarlo? Si de un día eres una persona increíble- el sarcasmo en su voz era bastante notorio- y al día siguiente me tratas como trapo viejo.

¿De que hablas-Preguntó Yoh, no recordaba haber hecho eso.

-Seguro es tan normal para ti hacerlo, que ni lo recuerdas.-Gruñó la chica, cruzando los brazos

-"tal vez sea cierto" Dime cuando-insistió.

Anna suspiró.

-En el campamento-Respondió finalmente.

¡¡Aaaaaaaaaaah! Ya recuerdo-Dijo Yoh, por fin cayendo en cuenta.-Es que yo…-guardó silencio, no, no podría decirle el verdadero motivo de lo que había hecho. Yoh Asakura jamás admitiría ante nadie que por un breve momento sintió celos…

¿Tu que-Le apresuró Anna.

Yoh la miró y su labio inferior tembló un poco. Quería decirle la verdad, pero tenía orgullo. Suspiró.

-Cuando dormías nombraste a Hao-Dijo finalmente, estabas conmigo y nombraste a mi idiota hermano.

¿Yo?

Yoh asintió, enojado, esa memoria le hacía hervir la sangre.

-No lo recuerdo-Admitió la chica.

-Claro que no, estabas dormida, como ibas a recordarlo-Yoh se cruzó de brazos y miró al casi oscuro cielo.

Anna miró con curiosidad a Yoh, quien tenía el ceño fruncido y parecía bastante enojado por el tema recién tocado. ¿Es que acaso Yoh estaba celoso? Anna miró también al cielo, ambos estaban en silencio, hasta que Anna nuevamente miró a su acompañante.

-Dime algo, Yoh.

¿Qué?

¿Estabas celoso -Yoh se sonrojó, porque nombré a Hao?

Al principio Yoh titubeo pero después resopló enojado.

-Yoh Asakura jamás sentirá celos por nadie-Respondió finalmente.

Anna se encogió de hombros y se puso de pie. ¿Enojada? No, ella sabía que Yoh le estaba mintiendo, que el orgullo no le permitía admitir lo que sentía. Pero eso se arreglaba con el tiempo…

¿A donde vas-Cuestionó Yoh.

-A mi habitación-Respondió ella, muy cerca de las escaleras.

¿Por qué?

-Ya esta empezando a hacer frío y tengo que hacer mis deberes

¿Y que hay de mi?

-Eh… no lo sé…podrías hacer lo mismo, nos vemos mañana-Anna empezó a bajar las escaleras e Yoh corrió al borde de la azotea para seguirla con la mirada.

-Pero Anna¿si me disculpas-Gritó.

La aludida se detuvo y le dedicó una sonrisa¿Cómo podría enojarse con Yoh?

El chico le sonrió de vuelta y miró nuevamente al cielo, no quería que Anna se percatara que esa sonrisa le había hecho sonrojar.

La chica volvió a su habitación, Tamao estaba frente a la cocineta preparando un poco de té. La rubia ocupó su lugar en la mesa frente a Tamao y la observaba ir de un lado a otro, solo que en esta ocasión Anna parecía muy pensativa, cosa que atrajo la atención de su amiga…

¿Dónde estabas-Preguntó.

Anna la miró vagamente pero no respondió nada. Tamao no apartó la mirada de la rubia, definitivamente algo le preocupaba.

¿Tamao-Preguntó de pronto Anna.

La aludida se sentó frente a su amiga, observándola fijamente. Anna se quedó en silencio y luego suspiró. Tamao seguía frente a ella, conocía bastante bien a Anna como para saber que si ella no quería decir algo, no lo diría y lo único que se podía hacer era tener paciencia y esperar a que finalmente se decidiera a hablar…

-Estoy confundida-Admitió Anna. Tamao guardó silencio, Yoh… élél, bueno es que me gusta mucho, pero, muchos me dicen que no me conviene pero hoy hablé con él…-Una inevitable sonrisa apareció en el rostro de la rubia-… y hay algo en él, es diferente a como era el día que nos conocimos, que tenia una actitud muy confiada y prepotente. Incluso se disculpo conmigo

-Yo lo veo igual-Dijo finalmente, Tamao.-Aun que, tal vez debas darle una oportunidad…-sonrió

º Otra vez al día siguiente…º

Yoh se levantó temprano, algo bastante raro en él, y con una extraña alegría que ni siquiera saber que saldría un nuevo disco de Bob le podía dar… salió de su habitación al pasillo, tenía ganas de caminar y tal vez de visitar a Anna…

-Ugh¿Qué esta pasando conmigo?-Se preguntó a si mismo. Ya había aceptado que le gustaba Anna, incluso que la quería, pero ¿Por qué no podía sacarla de su cabeza ni un instante? No es que le molestara pensar en ella, pero simplemente, el se sentía diferente y el cambio no le gustaba. Las cosas estaban bien como estaban, una noche una chica y otra noche con otra, un ciclo de placer sin compromiso… que parecía estar llegando a su fin. Suspiró, y siguió su camino.

Bajó al primer piso, y ya muy cerca de la habitación de Anna…

¡Yoh¡Amor mío-Gritó alguien bastante conocido para el chico.

-Eh… Hola Marion-Saludó el castaño.

Marion se lanzó a los brazos de Yoh, 'embarrando' su cuerpo contra el de el y besándole el cuello como si su vida se fuera en ello. Al principio, Yoh, se dejó llevar, pero entonces le vino a la mente la imagen de Anna; intentó separarse de la chica que lo aferraba, pero era inútil.

-Mmm… Yoh, hace tanto que no nos veíamos…

-Jejeje, si, mucho tiempo…-Yoh seguía con sus esfuerzos de separarse, pero Marion lo abrazaba de una manera que no le permitía movilidad alguna.

-Ya te extrañaba tanto…

Sin que nadie lo esperara, una de las puertas del pasillo se abrió dejando salir a cierta rubia que no quedó nada complacida con el espectáculo que 'la pareja' estaba dando. Con las manos cerradas, formando puños, Anna pensó que seria mejor volver adentro y esperar a que Yoh y su zorrita acabaran su acto. Pero algo dentro de su pecho le dijo que se quedara, y eso hizo.

-Basta Marion-musitó Yoh, finalmente liberándose.

¿Y ahora a ti que te pasa-Cuestionó Marion, con las manos en las caderas, nunca me habías rechazado y ahora, dejas de hablarme desde que inició el semestre. No te he visto para nada, te largaste con tu familia y luego al campamento ¿Qué estas tratando de evitarme?

-No, bueno, es algo complicado Marion…creo que esto no va a funcionar…-

¿Es por esa Kyouyama, verdad-Le soltó Marion.-Los rumores cuentan que tu y esa mujer tienen algo. ¿Me dejaste por ella-Marion empujó a Yoh, indignada-No sabes que bajo has caído por despreciarme para estar con esa amargada.

Dicho esto, Marion dio media vuelta y se fue con la frente en alto por el pasillo, mientras Yoh suspiraba, de haberlo querido Yoh le hubiera devuelto esos insultos a Marion en un parpadeo, pero ahora ya no se sentía con tanto poder ante una mujer… Ya había perdido las ganas de ir a visitar a Anna, así que cambió de dirección y se fue a dar un paseo.

Aun era muy temprano para ir a clases, pero ya era muy tarde para ir a dormir…pero no para una pequeña siesta bajo la fresca sombra de un árbol. Sabiendo donde estaban los árboles más frondosos, Yoh se dirigió a una zona con mucho pasto al lado de las oficinas de la dirección.

-Oh si, amigos parpados, pueden descansar-Dicho esto, el castaño se recostó en el suave pasto y cerró los ojos.

Pasaron unos cuantos minutos hasta que una 'dulce' voz lo sacó bruscamente del mundo de los sueños:

-Eres un haragán-

-Ji, ji, hola Ren-Saludó Yoh, sin siquiera abrir los ojos.-Gustas dormir un rato, hay mucho espacio para dos…-

¡Yoh! Eso suena más a una propuesta indecorosa que a una invitación-Se quejó el chino.

-Hum, sirve con las mujeres-Respondió el otro encogiéndose de hombros.

-Agh, nunca cambiaras-suspiró Ren, sentándose a lado de su amigo.

Ante este comentario, Yoh abrió los ojos y miró al cielo.

¿Oye Ren...?

¿Hum?

¿De verdad crees que no puedo cambiar?

El chino se incorporó y miró a su amigo, quien evitaba el contacto visual mirando al cielo como si fuera lo más interesante del mundo. Ren suspiró, y levantó la mirada también.

-Creo que el hecho de cambiar es algo que deberías hacer… pero conociéndote…no creo que lo hagas.

-Entonces no me conoces en absoluto-Gruñó Yoh, esa no era la respuesta que esperaba de un buen amigo. Se levantó del pasto y dejó a Ren atrás con cara de perdido y confundido.

Ese fue uno de los días más largos en la historia de Yoh Asakura, hacia calor, y parecía que Anna se había escondido de él. Había tratado de ir con ella después de hablar con Ren, pero Tamao le dijo que no estaba, esperó todo el día y nada…

¿Quién podría salir tan temprano por la mañana y volver hasta el atardecer-Gruñó el castaño, dejándose caer pesadamente en el sofá.

-Tal vez este tratando de evitarte…-Respondió Tamao, tratando de empujar a Yoh de SU sofá, ahora¿podrías moverte? Mi novela esta a punto de empezar y tu no te quitas-Su voz llena de exasperación.

¿Tu crees?

¡NO SÉ- Explotó Tamao, nadie tenia el derecho de quitarle su novela.

Yoh suspiró. Y Tamao por su parte estaba al borde del colapso.

Y así pasó otra hora, Yoh sentado y con actitud de filosofo deprimido y Tamao usando todas sus fuerzas para quitar a Yoh del sillón y para gritarle que se hiciera a un lado, pero era en vano. El castaño parecía estar en otro mundo.

¿Por qué Anna no regresa-Preguntó Yoh por décima octava vez en quince minutos

Tamao estaba sentada en el piso, mirando con decepción a las piernas de Yoh.

-No lo sé-Repitió ruborizada, Tamao-Por favor, levanta la pierna, solo un poquito.

¿Porqué Anna no regresa?...¿Y para que quieres que levante la pierna? Llevas como diez…-

-Quince…-

-….esta bien… como quince minutos ahí sentada viendo no mas arriba de mi trasero…¿Qué quieres hacerme, eh-Yoh miró con sorna a su acompañante.

Tamao se sonrojó a tal grado que los tomates se le quedaban cortos.

-No digas estupideces Asakura…-Tamao trató de seguir su oración, pero Yoh la interrumpió.

-Yo entiendo que sientas algo por mi, es decir, soy sumamente atractivo, soy muy agradable y todas me aman. La verdad no me extraña que tu también quieras algo conmigo, pero mi corazón ya le pertenece a otra mujer-Yoh puso su mano en su frente en una pose dramática y después miró a Tamao, quien ya no estaba sonrojada, al contrario su rostro estaba pálido por la ira…

Ante esta reacción Yoh dejo su pose de sufrimiento y empezó a reír nerviosamente.

-Ji ji ji… ¿Sabes que? Acabo de recordar que tengo unos asuntos pendientes y me tengo que ir… Cuando llegue Anna le dices que vine a verla…-

Antes de recibir respuesta, el castaño salió corriendo, dejando a Tamao sola en la habitación.

-Al fin-Suspiró Tamao, sentándose en el lugar donde segundos antes estaba Yoh, hurgó un poco entre los cojines del sillón (donde antes estaban las piernas de Yoh) y sacó el control remoto. Con una sonrisa de satisfacción en el rostro, apuntó el control a la tele y se dispuso a ver sus tan amadas novelas.

¡Que miedo-Murmuró Yoh, frente a la puerta de su habitación. Ligeramente inclinado y con las manos apoyadas en sus rodillas, recuperando el aliento. –No vuelvo a molestar a Tamao…-

Dicho esto, se metió a su habitación. Recostado en el sillón, estaba Hao mirando a la televisión y saltando canales, sin ver a nada en especial.

-Hola-saludó Yoh, sin mucho animo, Hao y él seguían peleados desde el asunto de las citas.

-Lo hiciste de nuevo-Respondió Hao, sin dejar de mirar al televisor.

-No he hecho nada malo-

Hao suspiró y se sentó en el sillón, para mirar a su hermano. Quien tenía el ceño fruncido y le devolvía miraba con desconfianza.

-Anna vino a visitar. Estaba buscándote…-hubo un incomodo silencio¿Dónde estuviste todo el día? Mas te vale no haber estado con Marion, por que te juro que si estabas con ella y dejaste a Anna plantada…

-No estaba con Marion, estaba con Tamao-

¿Qué tu no aprendes-

-Estaba buscando a Anna-Yoh suspiró- Me voy a la cama, tengo sueño.

Hao se quedó en silencio, quería creer que Yoh seguía siendo el mismo de siempre. No quería que Anna desperdiciara su tiempo con alguien como Yoh; pero ahora, su hermano parecía una persona distinta. No sabia que pensarél e Yoh siempre habían sido muy unidos… bueno, casi. Pero jamás se habían dejado de hablar por una mujer… El teléfono sonó de repente. Sacando a Hao de sus pensamientos, con pereza se levantó del sillón y tomó el auricular.

-Hao, soy Tamao, pásame con Yoh, por favor-

¿Es sobre el cumpleaños de Anna?

-Si, la necesitamos fuera del apartamento para organizar todo…

¿Quieren que Yoh la distraiga durante todo el día?

Hubo silencio, Tamao sabía lo que Hao sentía por Anna, pero nada podía hacer si la rubia prefería al menor de los Asakura.

¿Podrías decirle eso a Yoh?

-Supongo que sí-

Colgó el teléfono y suspiró.

-Hao, es hora de admitir que perdiste esta guerra-se dijo a si mismo.