Ohhhhh he vuelto! nOn
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-Despierta-
¿Eh-El confundido Yoh, apenas y levantó la mirada para afrontar a su hermano.
-Anda, levántate, hoy va a ser un día muy agitado-Insistió Hao.
¿Qué van a venir mamá y papá-Yoh se dio la vuelta y se cubrió la cabeza con la almohada- Oi tetococosiner e tu (N/a: Traducción: Hoy te toca cocinar a i XD)-
-Quitate esa almohada que no te escucho nada-Se quejó Hao, le desesperaba lo perezoso que Yoh podía ser a veces.-Y no, no vendrán nuestros padres.-
¿Tonces? No tengo por que levantarme temprano, hoy no hay clases-Yoh se sentó en su futón, todo el cabello cayéndole en la cara y con los ojos caídos a causa del sueño.
Hao suspiró. E Yoh volvió a taparse la cabeza con la almohada y a acostarse.
-No es temprano, son las doce del día… además…hoy es el cumpleaños de Anna…-Yoh se levantó de un salto-… y Tamao junto con Pirika quieren organizarle una fiesta sorpresa…
¿Y yo soy el encargado de llevármela a algún lado para que no sospeche? Di que si, dique si-Para esto, Yoh ya estaba de pie y con una gran sonrisa. Una vez más, Hao suspiró.
-Precisamente eso es lo que tienes que hacer…-Yoh sonrió ampliamente, pero, tienes que evitar a toda costa que vuelva a su dormitorio, no querrás arruinar la sorpresa¿verdad?
-No, hermanito, no te preocupes- Yoh levantó un brazo, apuntando al techo y dijo con voz ronca-Yo me encargare de todo…BUAJAJAJAJAJAJA…-Dicho esto, el menor de los Asakura salió de su habitación muy decidido, hasta que…
¿Vas a irte así-Cuestionó Hao, recargado en el marco de la puerta. Yoh se miró, estaba completamente desnudo, exceptuando sus boxers. Con una sonrisa de vergüenza, cerró la puerta del pasillo y volvió a su habitación para buscar algo decente para usar.
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Mientras tanto, en un piso más abajo…
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-Tamao, deja de hacer eso-Murmuró Anna, mirando a su amiga cortar una zanahoria de una manera tan brutal que parecía querer matarla.
-No pude ver mis novelas….todo por su culpa…¡Agh-Tamao estaba furiosa, y se desquitaba sin remordimientos contra los pobres vegetales.
-Tamao, si sigues haciendo eso con los vegetales comeremos puré por el resto de la semana-Gruñó Anna, ese sonido le irritaba, por algún motivo. Más bien le irritaba que su mejor amiga no hubiera recordado que ese día era su cumpleaños. Ni siquiera un triste, feliz cumpleaños se digno. Junto con lo que había pasado con Yoh, que se había desaparecido todo el día. ¿Acaso eso que se habían dicho en la azotea había sido falso?
-Anna, de alguna manera tengo que sacar todo¡ayer fue el final de una de mis novelas, y no lo pude ver-
-Carajo Tamao, tus estúpidas novelas no me interesan. Deja en paz a los vegetales-
…Nadie, repito, nadie le dice 'estúpidas' a obras tan magnificas como son las novelas…
-Alguien tiene que cortar los vegetales¿no? Ya que tú te la vives ahí aplastada pensando en la inmortalidad del cangrejo y viendo como preparo la comida que TÚ comes-Respondió Tamao, ofendida.
¡No me la viviría 'aplastada' si me dejaras acercarme a la cocina de vez en cuando!
¡Te dejaría acercarte si no provocaras incendios cada que te acercas!...
Touché…
Sin respuesta a eso, Anna se puso de pie y azotando la puerta principal, salió de la habitación. Ahora si estaba furiosa, a Tamao no le bastaba olvidar su cumpleaños y darle mas importancia a las novelas que a su amiga, ahora la atacaba con su único punto débil… la cocina. Tan concentrada en sus pensamientos, jamás vio que alguien iba por el mismo pasillo, y el hecho de que chocaran fue inevitable… El chico, mucho más alto y musculoso que la rubia no fue afectado por el accidente, pero por su parte Anna, fue a parar al piso.
¡Fíjate animal-Gruñó Anna, poniéndose de pie, omitiendo la mano que el chico le brindaba para ayudarla.
-Parece que nos levantamos de mal humor hoy¿eh-Dijo el chico con una sonrisa. Anna lo miró.
¡Horo! Lo siento, no vi que eras tú-
-No hay problema¿a donde vas con tanta prisa?
-Eh… solo quería ir a dar un paseo-
-Bueno, yo voy con Tamao, nos vemos luego-
Dicho esto, Horo siguió su camino, dejando a Anna parada a mitad del pasillo. Otro "buen amigo" que se olvida del cumpleaños… No es que le importara tanto esa fecha, jamás había sido gran cosa, pero ahora, parecía que todos se habían olvidado por completo de que día era. Con la frente en alto, siguió su camino también.
-Con esos amigos para que quiero enemigos…-Se dijo a si misma. En eso, escuchó que algo caía, algo grande… y que hablaba…
¡Ouuuuch-Gritó una voz escaleras arriba. Una voz muy familiar. Unos segundos después, cierto chico de cabello castaño cayó frente a Anna, semiinconsciente.
-Estúpida ley de la gravedad-Murmuró Yoh, una gran bola morada apareciendo en su frente.
-Estúpido tú¿Qué no sabes caminar-Dijo Anna (N/a: que linda forma de mostrar afecto). Yoh parpadeó un par de veces y luego sonrió.
-Feliz cumpleaños, Annita- Dijo el castaño, y extendiendo la mano, mostrando lo que parecían ser flores… pero después de caer siete escalones, ahora parecían un montón de bolas de papel en palitos verdes…¿Uh? Je, je-Con una sonrisa nerviosa, Yoh intentó arreglar las flores para
darles un aspecto mas presentable… pero no funcionó.-Ah, las compré hoy en la mañana-Yoh chasqueó la lengua y con ayuda de Anna se puso de pie.
-Tú si lo recordaste-Dijo Anna sonriendo, pero no con la misma alegría de siempre.
¿Qué cosa?
-Mi cumpleaños-
¿Cómo olvidarlo, Annita? Ji ji ji
-Pues parece que a todos los demás si se les olvido-Su voz estaba notablemente apagada.
-Neh, es que todo es un…-Una voz en la cabeza de Yoh le hizo detener la confesión.
-No se te ocurra decirle a Anna nada de la fiesta sorpresa, todos vamos a fingir que lo olvidamos pero todo es un plan para que disfrute mas de su cumpleaños. ¿Estás seguro que no le vas a decir nada, hermanito?
-¿Un que, Yoh-Insistió Anna, ante el silencio de su acompañante.
¿Eh? Un… un… malentendido¡si un malentendido-Yoh empezó a reír nerviosamente-Ejem… bueno, que te parece si tu y yo vamos a celebrar tu cumpleaños¿eh?
-No lo sé… ¿Qué propones-Preguntó Anna, recelosa.
-Una caminata por el parque, ir al centro comercial, una película en el cine. Hay mil cosas que podemos hacer Annita. Anda.-En ese momento, Yoh soltó una de sus más contagiosas sonrisas y puso cara de perrito castigado. Anna suspiró.
-No sé como siempre logras convencerme…
¿Eso es un si?
-Si, supongo que si…pero, tan solo voy a pedirte un cosa, Yoh.
-Lo que sea, Annita.
-Mientras tú y yo salgamos tienes prohibido ver, saludar, o tratar de coquetear con alguna mujer. En el momento que hagas lo contrario, me iré y no te volveré a dirigir la palabra. ¿Bien?
-Bien, en ese caso yo también puedo poner reglas-Yoh sonrió con malicia, pero después abrazó con fuerza a Anna por los hombros y la obligó a caminar a su lado. Anna intentó liberarse pero Yoh la tenía bien sujeta, mi regla es… Que debes quererme pase lo que pase ¿Bien?
¡Eso no es una regla-Se quejó Anna, empujando a Yoh para mirarlo frente a frente.-No puedes obligar a alguien a quererte.
-No te estoy obligando, yo sé que ya me quieres-Yoh sonrió y observó como la chica frente a él, se sonrojaba brutalmente. Yoh extendió su mano, esperando la de Anna-Entonces… ¿es un trato¿O prefieres pasar tu cumpleaños sola discutiendo con todo el mundo?..-
Anna miró con duda a la mano del chico, pero después de unos segundos la estrechó, aceptando los términos del dicho trato.
-Bueno, vamos-Dicho esto, Yoh sonrió y acompañado de Anna salieron del edificio.
Siendo Yoh, no había planeado nada para su 'cita no oficial' con Anna. Caminar por el parque solo lograría que el humor de Anna empeorara, puesto que sabia de ante mano que Anna no era la persona más paciente del mundo y tenerla caminando como tonta por tres o cuatro horas significaría desastre. Además quería verla feliz y no irritada. Si, entendía el motivo del enfado de su acompañante y no le gustaba verla tan seria y distante, pero un poco de sufrimiento para hacerla feliz. Y una sonrisa de esa mujer no tenia precio. Con ese pensamiento en mente, Yoh giró un poco la cabeza para ver si de casualidad lograba encontrar esa sonrisa en Anna, pero solo encontró a una chica con una mirada perdida y llena de desilusión. Yoh frunció el ceño, no, en definitiva no le gustaba verla así.
¿A dónde iremos-Preguntó de pronto, Anna.
¿Eh?
-Que¿adonde vamos?
-Ah…-Yoh se llevó ambas manos a la cabeza y miró al cielo-A donde tu quieras, es tu cumpleaños…-sonrió
¿A dónde quieres ir tú-
-A donde quieras-
¿Cuáles son las opciones-
¿Las opciones?... las opciones… lo que sea es una opción, hoy es tú cumpleaños y te llevare a donde quieras.-
-No tenias nada planeado para hoy¿verdad-
-Eh… nop-Yoh sonrió con nerviosismo, digamos que surgió de repente.-
¿Qué¿Llego Hao a despertarte y te dijo que me invitaras a salir-
…Precisamente…
-Ay como crees eso Annita, digamos que hoy me desperté y se me ocurrió pasar un tiempo de calidad contigo.
-Claro, puesto que ayer estuviste evitándome todo el día¿no-Anna cruzó los brazos y frunció el ceño, esperando una explicación. No lo había olvidado, sino que esperaba que Yoh se dignara a pedirle una disculpa o algo.
-No te estuve evitando, al contrario, me moría de ganas de verte y te espere todo el día con Tamao en el departamento y nunca llegaste. Por eso, quiero recuperar el tiempo perdido.-Yoh se sonrojó, sus palabras resonando en su cabeza. Así no era como quería decirlo… bueno si, pero no quería indicar que 'se moría de ganas' por verla…
Anna desvió la mirada, por un lado quería creerle a Yoh, pero por el otro lado no podía confiar plenamente en el, Tamao no le había dicho nada de la visita al departamento. Suspiró.
Ante este gesto de desconfianza y sonrió. El se había ganado esa desconfianza, pero podía remediarlo, quería remediarlo.
-No seria capaz de hacerte daño, Annita-Dijo Yoh, acercando a la chica a su cuerpo, y rodeándola por la espalda con los brazos. Ella recostó su cabeza en el pecho de Yoh y también lo abrazó por la cintura.
Era tan confortante estar así, con Yoh, parecía que toda la angustia y la pelea con Tamao se iban junto con el viento de la mañana.
-Ahora¿vamos a salir o nos vamos a quedar todo el día en el patio de la escuela-Anna se separó de Yoh y lo miró, finalmente una sonrisa se apareció en su rostro. Una sincera. Yoh se sonrojó, esas eran las sonrisas que le gustaban. Le gustaban desde el momento en que se conocieron afuera el Instituto.-Aun es muy temprano para ir al cine… así que ¿Qué te parece si vamos por algo de desayunar? Me muero de hambre-Confirmando este argumento, el estómago de Yoh soltó un sonoro rugido.
Un desayuno tranquilo, y Anna mucho menos hostil a como había estado desde que Yoh y ella se encontraron en las escaleras. Después de desayunar decidieron caminar un rato por la ciudad. Hasta llegar a un lago, rodeado por un barandal blanco. Yoh se recargó en el barandal mirando al cielo, mientras Anna miraba su reflejo en el agua.
¿Qué vamos a ver en el cine- Preguntó Yoh.
-Hay una película, recién acaba de salir, se llama El Fantasma de la Opera-Propuso Anna.
¿Es un musical-Yoh la miró, interrogándola con la mirada.
La rubia asintió, pero Yoh sacó la lengua, como si la idea le diera asco.
-No, me voy a quedar dormido, vamos a ver una que se llama El Ataque de los Zombis Asesinos Come-hombres, esa suena mucho mejor-sonrió.
-Creí que haríamos lo que yo quisiera-Dijo Anna, separándose del barandal para mirar a su acompañante. Una sonrisa de triunfo se apareció en su rostro. E Yoh suspiró en señal de derrota.
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…Una hora y media después…
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La joven pareja se encontraba afuera del cine, la chica rubia parecía bastante enojada y golpeaba el piso con el pie, mientras en su frente palpitaba una vena muy marcada. El chico a su lado, reía nerviosamente ante la actitud de la chica.
-Ni que la película estuviera tan buena-Se defendió el muchacho. Una sonrisa nerviosa se asomaba en su cara.
-No es de que estuviera buena o mala, Yoh; ¡Es que nos sacaron por tus ronquidos-Gruñó la rubia.
-No era mi intención roncar, no pude evitarlo. Además había dos chicos atrás que también estaban dormidos-
-Yoh, esos chicos estaban borrachos-
-Oh… bueno… pero también les aburrió la película. Mira¿Qué te parece si vamos por un rico helado?
Anna suspiró y se encogió de hombros.
-De todos modos ya no podemos volver a entrar al cine, así que… no hay nada que perder-
Yoh y Anna caminaron por el centro comercial donde estaba el cine para buscar algún lugar donde vendieran helados o algo parecido. Finalmente llegaron a la cafetería, justo en el medio de todo el centro comercial, Anna ocupó una de las mesas, mientras Yoh iba a conseguir los helados. Una jovencita de unos diecisiete años apareció detrás del mostrador.
-Buenas tardes¿en que puedo servirle-Preguntó la joven. Yoh pasó saliva con dificultad, esa chica era demasiado atractiva, tenia un rostro angelical, su cabello rubio ondulado caía con gracia hasta sus hombros y sus ojos azules claros eran sumamente sensuales…
-Recuerda lo que dijo Anna… recuerda lo que dijo Anna…-Yoh se reprendía mentalmente, mientras la chica lo miraba, cuestionándolo con la mirada.
-Hum… ¿señor-Llamaba la chica.
-Por favor… llama a un hombre, que el me atienda-Murmuró Yoh, mordiéndose el labio, para evitar que sus ojos exploraran mas allá de la cara de la chica.
Extrañada, la chica se perdió de vista detrás de una puerta. Yoh suspiró, estaba luchando contra sus instintos… pero por Anna, lo valía. Miró sobre su hombro para ver donde se había ido a sentar la rubia, y después de mirar por unos segundos, la vio, con la cara recargada en la palma de su mano, su mirada de nuevo estaba perdida en el espacio.
De la nada, un chico de cabello y ojos verdes se sentó frente a Anna, ocupando el lugar de Yoh. Inconscientemente Yoh cerró las manos, formando puños. ¿Qué le pasaba a ese tipo? Acercándosele así a Anna.
Ni siquiera se molestó en esperar por que alguien lo atendiera para pedir los helados. Atravesó todo el lugar con tan solo unas cuantas zancadas y llegó a la mesa donde Anna y el extraño estaban.
-Oye, este es mi lugar –Soltó Yoh. El hombre lo miró extrañado.
¿Y tu quien eres-Preguntó.
-El es Yoh-Respondió Anna, su rostro estaba nuevamente iluminado. –Yoh, el es Lyzerg, un viejo amigo mío. Vino desde Inglaterra.
¿Lyzerg? Que horrible nombre, parece de mujer… bueno, va contigo, inglecito- Gruñó Yoh enfadado.
-Yoh, no seas grosero… ¿Y los helados-Interrogó Anna. El castaño parpadeó.
-Ya los traigo-Murmuró el aludido, dando media vuelta, pero vigilando sobre su hombro los movimientos de Lyzerg.
-Y ¿puedes traer uno de limón para Lyzerg-Preguntó la chica, sonriendo inocentemente.
-Si no es molestia Yo-yo-Dijo Lyzerg, mirando a Yoh.
-Es Yoh, y si, es molestia-Gruñó, miró a Anna, parecía muy feliz de que su amigo estuviera con ella, pero no importa.
El resto de la tarde se pasó a toda velocidad, los tres jóvenes seguían sentados en la misma mesa. Lyzerg y Anna hablaban emocionados, recordando viejos momentos de cuando eran niños, actualizándose en noticias. Yoh estaba recostado en la mesa, jugando con la cuchara y el vaso donde había comido su helado. Después de una media hora, Lyzerg miró su reloj y frunció el ceño.
-Cielos, que rápido se va el tiempo. Anna, me encantaría quedarme mas tiempo, pero tengo un compromiso.-Se puso de pie, Anna lo imitó, e Yoh, por su parte solo los miraba, notablemente enojado.-Espero que te la pases bien en tu cumpleaños, bueno lo que resta de el.
Lyzerg se acercó a Anna y la abrazó con fuerza, ella regreso el abrazo, la sonrisa no se borraba de su rostro. Las manos de Yoh temblaban por la ira de ver esa escena. Y justo cuando Lyzerg se acercaba al rostro de Anna para besarla y despedirse de ella, Yoh se puso de pie y se interpuso entre ellos.
-Ten un buen viaje a casa-Gruñó Yoh, abrazando a Anna, como si Lyzerg fuera una bestia salvaje dispuesta a atacar.
-Sí Yo-yo, adiós Anna-Se despidió con la mano, ya que Yoh se interponía entre ellos, la chica imitó el gesto y sonrió.
-Es Yoh, inglesito odioso-Gritó, cuando Lyzerg se iba- Que tipo tan pedante.-Miró su reloj, ya es hora, volvamos a casa Anna.-
¿Hora de que, porque tanta prisa-Cuestiono la rubia mientras era prácticamente arrastrada por un furico Yoh. Pero este se negó a responder y siguió caminando en silencio.
Finalmente llegaron al portal principal del Instituto, justo donde se habían conocido, Yoh miró a Anna, el brillo en sus ojos había vuelto, desde que había aparecido ese tonto inglés. El castaño suspiró y siguió su camino, Anna lo seguía a unos pasos atrás, e intentaba preguntarle porque Yoh parecía tan molesto, pero no obtenía ninguna respuesta por parte del chico.
Después de atravesar toda la escuela y llegar frente al edificio de los dormitorios, Yoh acompañó a Anna hasta la puerta de su dormitorio.
-Bueno, yo me tengo que ir. Tengo…que hacer ir a leer un libro que nos dejaron en la clase de historia para mañana-Dijo Yoh, mientras Anna buscaba las llaves del dormitorio en su bolso.
-Pero mañana es domingo…-
-Eh… si, pero… no leo tan rápido, je je…y seguro no terminare de leerlo mañana-
Anna se encogió de hombros y finalmente sacó las llaves de su bolso, estaba a punto de meterlas en el picaporte cuando por algún motivo se detuvo y se sonrojó. Miró al chico frente a ella y se sonrojó aun más.
-Gracias, gracias por todo, Yoh, me la pase muy bien hoy-Sonrió.
-No fue nada, era lo mínimo que podía hacer. Buenas noches, Annita- Dijo Yoh, antes de dar media vuelta y dirigirse a su propio dormitorio. No había avanzado ni tres pasos cuando escucho una puerta abrirse y un estruendoso¡Felicidades!
Yoh intentó escurrirse por el pasillo antes de que lo vieran y lo obligaran a permanecer en la fiesta. No se sentía con ánimos de celebrar y estar rodeado de gente. Ya había doblado la esquina cuando unos brazos lo arrastraron de vuelta. Confundido, levantó la mirada para ver quien era su opresor.
¿Pirika-
¿Pensabas perderte la fiesta amargado?
-Yo…-
-Anda, le tenemos una gran sorpresa a Anna¿no quieres estar ahí para verla tan feliz-
-Pues si pero… ¿y tu que haces aquí afuera-
-Fui por el pastel, tonto. No queríamos que Anna lo viera en su congelador y arruinara la sorpresa ¿verdad-
No tuvo tiempo de responder eso, ya que él y Pirika estaban nuevamente frente a la puerta del apartamento de Anna y Tamao. Dentro, el lugar estaba lleno de gente, entre ellos Horo, Ren, Tamao, Anna, Lyzerg, Hao… ¿¡Lyzerg?
¿Qué, que hace ese ingles aquí-Gritó Yoh, apuntando con el dedo a Lyzerg.
Él es la sorpresa que de Anna-Dijo Pirika, como si fuera lo más normal del mundo, hace tanto que mi hermana y él no se veían así que supuse que a Anna le gustaría festejar su cumpleaños a su lado. ¿Y tu de donde lo conoces-
Pero no obtuvo respuesta, solo vio que la puerta del apartamento se cerraba violentamente…
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Por fin lo he terminado!
El capitulo 10! Viva! Espero lo disfruten y mándenme sus reviews, gracias!
