DÍA TRES (2)

Tru se despertó tan sobresaltada que casi se cayó de la cama. Se quedó un momento quieta en la penumbra del cuarto, tratando de organizar en su cabeza todo lo que acababa de vivir, luchando por sacudirse el susto y pasando vista de todos los acontecimientos mas importantes del día.
Miró la hora. Se había despertado un poco más temprano que el día anterior, recordaba que había sido la tercera en levantarse, luego de Giles y Ángel.
Salió al pasillo en el más absoluto silencio, tratando de recordar para dónde quedaba la escalera. El piso de arriba era un auténtico laberinto.
Se detuvo frente a una puerta y tocó. Esperó, y a los pocos segundos abrió Faith.

-Tru, que ocurre?.- preguntó, al verle la expresión de preocupación.
-Tenemos un grave problema Faith.

-Maldición.- dijo Faith sin poderlo creer, cuando Tru acabó de contarle los hechos de la noche anterior.- ¿Cómo es posible?
-Tenemos que encontrar el modo de alejar a Willow de a donde fuera que ella fue ayer, es decir hoy. Pero pienso que no va a representar mayor lío, solo no tenemos que separarnos de ella hasta después de la noche de hoy, y Wesley llegará luego de media noche -¿Como?
-Ah, es que ayer a la mañana llamó y le dijo a Giles que iba a llegar más allá de las doce por una falla técnica o algo así. ¿Crees que debemos decírselo a Kennedy?
-No lo sé, a lo mejor ella sabe algo. Últimamente la brujita ha estado actuando un poco misteriosa, tal vez hoy tenía que hacer alguna otra "cosa" y por eso no apareció más por aquí.
-Debe ser eso. Lo que hay que hacer es buscar cualquier excusa para acompañarla hoy y así tenerla vigilada.
-Es fácil para ti decirlo, pero la pelirroja nunca se deja acompañar cuando va con sus extraños proveedores de artículos de magia negra.
-En ese caso habrá que seguirla e ir cuidándole las espaldas, e intervenir si se sale algo de control.
-Mejor voy a buscar a Kennedy y a Spike.

Faith salió del dormitorio, dejando a Tru sola sentada en un borde de la cama, recordando una cosa. Casi siempre le pasaba que algo no resultaba tan fácil como le parecía, por que se presentaban inconvenientes de lo más diversos, uno o dos secretos, las vicisitudes de una doble vida, cosas que trataban de ocultar... pero esta vez no veía por qué no podría ser realmente fácil, ella ciertamente había notado un comportamiento un poco extraño en Willow en los momentos en los que la veía, parecía que mientras hacía algo su mente se perdía en sus pensamientos y no se concentraba en lo que hacía, y no se daba cuenta de nada hasta que alguien le llamaba la atención de que estaba a punto de echarle sal en lugar de azúcar al café del desayuno.
Definitivamente andaba en algo, pero que era? Era evidente que no sería fácil averiguarlo, pero acabaría haciéndolo.
Faith regresó con Kennedy y Spike, este ultimo un poco molesto por que lo habían despertado y estaba soñando que Ángel se volvía gay y el se mataba de la risa todo el tiempo.

-Más te vale que esta sea de verdad importante. Hubiera sido la broma del siglo.- dijo aún medio dormido, cruzándose de brazos y apoyándose contra el borde de un armario

Ahora Tru se encontraba frente a la difícil tarea de decirle a Kennedy lo que había ocurrido. Trató de hacerlo con delicadeza, pero como era evidente que a Kennedy igual le daría un ataque, entonces le soltó todo de una vez y se preocupó de enfatizar que su muerte era totalmente evitable, y que si trabajaban juntos hasta podían averiguar quienes eran esos cinco vampiros extraños que habían ocasionado su muerte.
Al parecer se traía algo entre manos, por que Kennedy coincidía totalmente en este punto al observar hacía cosa de un mes y medio que su compañera se comportaba a veces de manera un poco sospechosa, que salía a veces ni bien caía la noche y regresaba exactamente una hora y cuarto después, y que cambiaba de tema rápidamente cuando se le mencionaba a esto. También estaba practicando más magia, y aunque se mostraba reacia a comentar sobre esta con Kennedy, se daba cuenta de que estaban cambiando la intensidad de sus invocaciones.
Decir que Kennedy estaba horrorizada es demasiado poco. Además de eso, estaba casi al borde de un ataque de nervios, y aunque Tru no se cansaba de decirle que se despreocupara, que ella podía manejarlo, al final Spike se ofreció a prepararle un té (aunque él tuviera todas las intenciones de ponerle un somnífero para que se durmiera el resto del día, por que estaba tan histérica que Spike se empezaba a poner nervioso también)
Acordaron bajar y comportarse como si nada, sólo que Spike no bajaría claro, a plena luz del día... En fin, harían lo de siempre, Kennedy se ofrecería a acompañar a Willow y si ella se negaba, encontrarían cualquier excusa para salir de la casa sin levantar sospechas y seguirla a distancia.
Tru pensó que sería mejor que Faith le prestara el celular a Spike para que le dijeran donde se encontrarían al caer el sol, y entonces si se dispusieron a bajar las escaleras y actuar... naturalmente.
Como el día anterior, Willow apareció diciendo:

-Al fin, Wesley llegará hoy y podremos salvar al mundo de nuevo. Acabo de hablar con Giles, y estaremos afuera casi todo el día buscando algunas cosas que nos faltan.
-¿A donde vas cuando tienes que conseguir cosas como esas?.- preguntó Tru con el tono más inocente del que era capaz.
-Bueno, la mayoría lo venden en las tiendas especializadas, pero para hechizos como el que necesitamos ahora están los proveedores especiales, aunque hay que ser cuidadoso por que la mayoría tiene muy mal genio.- dijo Willow.- Bueno, ya me marcho. Haor'd nbIdht es muy inflexible respecto a sus horarios de atención.
-¿Cómo hizo para pronunciar ese nombre?- preguntó Rona, admirada de las habilidades lingüísticas de la wicca.

Kennedy, tratando de disimular los nervios, se puso de pie y llamó a Willow.

-Espérame que voy contigo.
-Lo siento Kennedy, pero tengo que ir sola.
-¿Por que siempre haces lo mismo? Nunca me quieres involucrar en nada de la magia.- le reprochó Kennedy poniendo los brazos en jarra.- Quedaste en que me enseñarías.
-Pero ahora no puedo, lo juro. Es cosa de Haor'd nbIdht, sólo puede verlo una persona a la vez, y si siquiera sospecha que vengo acompañada, aunque te quedes en la vereda, se puede enojar y créeme que no te gustará. Es muy quisquilloso con respecto a eso, sabes como son esta clase de demonios.- explicó Willow, un tanto contrariada.- Por mi te dejaría que fueras, pero ahora no puedes, lo siento.

Con esto, se fue dejando a Kennedy ahora molesta. Entonces Tru puso en acción el plan B.
-¿En que consiste exactamente ese ritual de magia?.- le preguntó a Ángel, como el día anterior -Solo unas palabras raras, velas, y probablemente ráfagas de aire huracanado que tirarán todo alrededor, pero no te angusties, no suele suceder. Willow es casi una experta.- aseguró Ángel.
-Espero que no les moleste que no estemos por aquí.- dijo Tru, lanzando una clara indirecta a Faith y Kennedy.
-No lo creo, pero quédense cerca por si las moscas.
-No te angusties, Soul Boy.- dijo Faith, distendida como siempre.- Todos estos asuntos de magia no nos conciernen ni de lejos a nosotras tres.
Salieron de la casa y se echaron a correr calle abajo, para tratar de alcanzar a Willow

Cuando la vieron, cerca de la esquina, se quedaron un poco atrás y trataron de esconderse un poco entre la gente, por si se daba la vuelta a ver.

-¿Ahora que?.- preguntó Faith.
-Creo que tenemos que seguirla.- dijo Tru, y eso es lo que hicieron.

A lo largo de tres calles, la siguieron de lejos, escondiéndose en el hueco de una puerta o tras un árbol cuando miraba hacia donde ellas estaban, vigilando cada movimiento. Willow miró una o dos vidrieras, entró en una tienda de artículos de magia, pero se fue sin comprar nada.
Cuando ya estaban pensando que no iba a pasar nada más, Willow giró por un callejón, y emprendió rumbo a una zona de la ciudad muy poco acogedora. Llegaron a un barrio oscuro y sobrecogedor, con sombríos badenes y callejones sin salida, pero Willow parecía ubicarse muy bien allí. Había gente de aspecto muy extraño por la vereda, y muchos hablando con otras personas en la puerta de los edificios.
Evidentemente, debían ser los contactos de Willow por donde conseguía las cosas para sus hechizos, y ahora las tres entendían a la perfección por qué la pelirroja operaba en secreto.
Desde lejos vieron cómo hablaba con un par de personas, que entraron un segundo en uno de los edificios derruidos y volvieron con un pequeño paquetito blanco, y Willow les dio unos billetes.
Sacó de su bolsillo una pequeña lista y tachó el primer ítem.

-Así que la wicca anda en asuntos turbios, probablemente.- dijo Faith, pensativa.
-No sé, esta gente no se ve de lo más agradable.- coincidió Tru.- ¿Adónde irá ahora? La perdimos de vista.
-¡Es cierto¿Adónde fue?.- dijo Kennedy, saliendo del escondite.

Perdieron casi una hora y media tratando de encontrar a Willow entre los recovecos de ese barrio que era cualquier cosa menos tranquilizador, hasta que al fin la hallaron, hablando con otra persona más, y tachando otra cosa de su lista.
Luego, como era casi medio día, decidió ir a comer algo.
Se metió en un concurrido café, mientras las chicas permanecían cerca de la esquina de la cuadra de enfrente, haciéndole la guardia para no perderla de vista, y tratando de adivinar cual sería su siguiente movimiento.
Tru trató desesperadamente de hacer memoria. ¿Ayer no habría pasado cerca de ella cuando salió¿A lo mejor abrían coincidido en la plaza, cada una en un extremo opuesto, y nunca se dio cuenta? Eran casi las dos y media cuando Willow salió del café, y allá fueron todas tras ella.

-¿Me dices que salió temprano a la mañana, y no la volvieron a ver más?.- dijo Faith a Tru.
-Sí, pero es extraño, si ya tiene todo lo de la lista, no sé en qué se le habrá ido el resto de la tarde...- pero parecía que estaba a punto de enterarse.

Willow dobló por otro callejón (L.A. estaba realmente lleno de callejones) hacia un sujeto de aspecto extraño que estaba apoyado contra la pared, cerca de un gran contenedor de basura. Estaba tan oscuro que Tru, Faith y Kennedy no tuvieron ningún problema para seguirla y ubicarse tras el contenedor, sin perder palabra de lo que hablaba Willow con el misterioso personaje.

-¿Qué hay, Martt?- saludó, y luego agregó en voz baja -¿Los conseguiste?
-Claro amor.- el tipo levantó la vista, revelando un par de ojos verdes como luz de semáforo, y unas extrañas marcas en la cara, lo que indicaba que tal vez era un demonio.- El gran Martt nunca falla, las cosas están donde siempre, tú sabes. ¿Dónde está lo que me corresponde?
-Toma.- Willow le tendió unos billetes, que el demonio guardó aprisa en su chaqueta.

Willow salió del callejón, en el preciso momento en que el cielo empezaba a nublarse.
La siguieron y llegaron hasta la plaza, que estaba llenísima de gente. Por suerte, Willow no intentó atravesarla, y siguió por la misma vereda.

-Tenemos que llamar a Spike y decirle en dónde estamos.- dijo Tru, al ver que el cielo se había nublado ya.
-¿Pero cómo? Para cuando él llegue aquí, nosotras ya estaremos mucho más lejos.
-Entonces hay que distraer a Willow por un momento. Kennedy, ve tú hasta allá, si te ve con nosotras va a sospechar.- dijo Tru, señalándole una cabina telefónica que estaba un poco más atrás.

Mientras Kennedy corría a llamar a Spike, Tru y Faith cruzaron la calle y corrieron a la esquina por la plaza, y después cruzaron de vuelta a la otra vereda y empezaron a caminar hacia Willow, como si hubieran estado caminando en el sentido contrario todo el tiempo.

-¡Chicas!- exclamó ella, visiblemente nerviosa.- ¿Qué... que hacen por aquí?
-Sólo salimos a dar una vuelta. Todos andan como enloquecidos por la casa, y si no tenemos cuidado nos atropellarán.- dijo Tru, encogiéndose de hombros.
-Sí, no queremos estorbar tanto.

Le dieron conversación un rato, mientras Will estaba claramente queriendo irse de allí, pero las chicas hacían como que no lo notaban, hasta que calculó que Spike ya estaría llegando, y entonces dijo:

-¿Para dónde ibas? Te podemos acompañar.
-Pues... de hecho yo iba a buscar las cosas que necesito, y lo siento pero no pueden venir.- dijo Willow terminantemente.
-Oh, cierto- Tru se encogió de hombros.- Lo había olvidado. Bueno, en ese caso no te detendremos más.
-Ah, antes que me olvide, dijo Giles que te va a estar esperando...- empezó Faith, pero entonces Tru recordó en un chispazo lo que había dicho Giles ayer:

"- ...no la vi en todo el día. Y yo no pude llegar allí por que había una manifestación cortando la calle"

Y le dio un codazo sin que la viera Will, y Faith se dio cuenta a tiempo- ... hasta antes del anochecer, así que trates de volver temprano.

Se despidieron de Willow, y cuando se encontraron con Kennedy que volvía del teléfono, Faith le preguntó por qué no le había dejado decirle a Willow que Giles la estaba esperando.

-Giles dijo ayer que no pudo llegar al sitio donde se encontraban por culpa de toda esta gente en la plaza, así que no sabemos si ella fue o no, pero de haber ido no hubiera pasado nada de todos modos.
-¿Entonces la seguimos de vuelta?- preguntó Kennedy.
-Si, eso es lo que vamos a hacer.- dijo Tru. Por la esquina ya venía Spike a toda prisa, con el móvil en la mano.
-¿Me perdí de algo?.- preguntó -Vamos, se fue por allá.- dijo Tru y se largaron por la calle a la carrera, hasta que volvieron a encontrar a Willow unas dos cuadras más allá, y había vuelto a girar por entre los callejones (no menos horribles que los anteriores, por cierto)

Esta vez fue un poco más difícil seguirla, por que estaba tan silencioso que se sentía el latir de un corazón, menos el de Spike, por supuesto. En este había una ligera neblina que cubría todo, lo cual era muy raro por la época del año y la temperatura, que si bien era frío, no lo era tanto como para esa sobrenatural neblina.
Al fondo había un par de personas, lo más probable es que fueran vampiros. Willow, lejos de asustarse y tratar de escapar, se acercó sin miedo a ellos.

-¿Qué hay, bruja?- uno de ellos le sonrió socarronamente por encima de su cigarrillo.- Ya sabes donde encontrar tus materiales.
-Sí, gracias Mike.- dijo Willow, para terrible sorpresa de Faith, Spike y Kennedy. Cómo era posible que un miembro de su mismo bando tuviera tratos, es más, hiciera negocios con vampiros? Se sentían profundamente traicionadas.
-¿No te siguieron hasta aquí, no?.- preguntó el otro, desconfiado.
-Claro que no.
-¿Y por qué estás tan nerviosa?.- preguntó otra vez.
-Es que me encontré con dos de las chicas en lo que venía para aquí... pero ellas no sospechan nada, no se preocupen.- dijo Will, con la voz un poco temblorosa.
-Mas te vale.- gruñó el vampiro.- Sabes que nos exponemos mucho al ayudarte, lo último que faltaría sería que alguien más en tu medio lo supiera. Tendrías muchos líos.- se adelantó un paso para tratar de intimidar a Willow.

Ella, a pesar de que no retrocedió ni hizo ningún gesto, se notaba a todas luces que estaba nerviosa y asustada. Todo lo que quería era largarse de allí.

-Sí. Ellos hasta ya podrían saberlo, y sólo están esperando el momento justo para caernos encima.- dijo Mike, adelantándose.
-A la brujita no le conviene abrir mucho la boca, verdad bruja?.- agregó el otro, sonriendo socarronamente y acercándose otro paso a Willow, para asustarla

Se reían y fanfarroneaban, mientras Willow retrocedía, tratando de escaparse por el otro lado.

-Creo que necesitas un recordatorio de lo que le hacemos a la gente que abre la boca cuando no debe.- dijo uno de ellos, cambiando su cara a la de vampiro.
-Además ya es hora de cenar.- dijo el otro con un a carcajada, y la agarró por los hombros, mientras ella forcejeaba por soltarse.

Spike, Faith y Kennedy salieron de su escondite y corrieron hacia los vampiros, librando una lucha impresionante, mientras Tru apartaba a Willow de allí.
Pero los vampiros fueron más rápidos que ellos y se escaparon por el callejón.

-No importa. Volverán.- aseguró Spike, volviéndose hacia Tru y Willow.
-¡Y tú!.- dijo Faith, enfurecida.- ¿Se puede saber que haces socializando con los vampiros¿No recuerdas que ellos son quienes quieren matarnos?
-Willow como puedes hacer una cosa así?.- gritó Kennedy, fuera de sí.-¡Todo este tiempo actuando a nuestras espaldas, que diablos pensabas!
-¡Lo... lo siento!.- tartamudeaba Willow.- ¡Sé que estaba muy mal, y lo siento, pero es que.
-¡Habla, y será mejor que sea una explicación muy buena!
-Es... ellos son quienes me conseguían lo que necesito para la magia... son parte de una red de vendedores... y mis únicos contactos dentro de esa red... ¡yo juro que se lo iba a decir a Buffy, lo juro!.- clamó Will, casi a punto de llorar.- ¡Pero no podía aún, necesitaba con urgencia estas cosas, y ellos... ellos eran los únicos que las podían conseguir!
-¿Esos dos eran los únicos?.- preguntó Tru -N-no, los que tienen mis cosas ahora son cinco.

A Tru se le vino la imagen a la cabeza de cinco vampiros en un callejón, en medio de la noche, que se iban por atrás dejando tras de sí un cuerpo en el suelo...

-No vayas.- dijo firmemente-
-Pero.
-No vayas. Te matarán.- aseguró Tru, mirándola a los ojos con mucha seriedad.
Willow miró a los demás sin comprender, y encontró la misma mirada en sus ojos.
-Es en serio chica.- dijo Spike, gravemente.
-No vayas Willow, estarás en peligro.- suplicó Kennedy, tomándola del brazo.
-¿Pero... por qué dicen eso¿Qué es lo que?
-Créeme, lo sabemos.- dijo Tru.- No irás allá.

Willow los miró uno por uno, pensando que habían perdido la razón, pero luego asintió con la cabeza.

-De acuerdo.- aceptó.
-Bien.- Tru suspiró aliviada.- Volvamos.
-Yo no puedo.- dijo Willow.- Aún me faltan cosas para el hechizo. Debo ir con Haor'd nbIdht ahora, o no tendré todo listo.
-Iremos contigo.- dijo Kennedy -No pueden, lo que te dije esta mañana es cierto. No puede ir más de una persona o se enojará, y créanme que no será bueno.

Spike, Kennedy, Faith y Tru se miraron un momento, sopesando las posibilidades. De verdad no había manera de acompañarla.

-Irás, pero te queremos en casa en una hora a más tardar.- dijo Faith, seria.
-Te llevarás esto- Tru le tendió el celular.- por las dudas.
-Pero para qué?
-No tienes idea de la que te acabamos de salvar, y no queremos que te metas en otro lío como ese. Es todo lo que te diré.- dijo Kennedy, con la voz un poco temblorosa.
Los cuatro partieron rumbo a la casa, ya más tranquilos, y Willow se fue en dirección contraria, todavía asustada pero viva.
Permanecieron callados hasta llegar a la esquina, cuando Kennedy se volvió hacia Tru, tomándole una mano entre las suyas.

-No sé cómo te lo puedo agradecer.- dijo, compungida.- Has salvado a la persona que más quiero en el mundo.
-No me lo agradezcas.- dijo Tru, esbozando una pequeña sonrisa y poniéndole la mano que le quedaba libre sobre el hombro.- Para esto fui llamada.

Pisaron la vereda de la casa exactamente cuando se prendían a la vez todos los focos de la calle, ni bien habían dado las seis.
Ya había oscurecido, y estaba empezando a hacer un poco de frío, debido a que el otoño estaba insinuándose por esos días.
Pero al entrar a la casa, se encontraron con la misma escena que Tru el día anterior, por que Giles estaba caminando por las paredes luego de que Wesley lo llamara y le dijera que su salida se vería demorada, y estaba Buffy animando a Rona a que recordara el nombre del hechicero al que había ido a ver Willow, estaban Andrew y Dawn pidiendo que todos se calmaran, y Ángel diciendo que olvidaran el hechizo, que el sólo podía darles una buena tunda a los vampiros.

-Wow, que es lo que pasa aquí baby?.- preguntó Spike a Buffy, pasándole un brazo sobre los hombros.
-¡Ay Spike esto es un verdadero infierno!.- exclamó Buffy.-¡Wesley no puede venir antes, y no sabemos que ocurre con Willow que no aparece, la necesitamos aquí!
-Tranquila.- dijo Spike, pero su ruego era como un paraguas de papel abierto frente a una tormenta eléctrica.
-¡Dónde se ha metido esa chica!.- gritaba Giles, caminando de un lado al otro, tan nervioso que ni siquiera se limpiaba los anteojos.
-Espera- dijo Tru, con un negro presentimiento.- ¿Dices que Willow aún no llega?
-No, y no ha llamado.- dijo Buffy

Se fijó en su reloj. Eran como las siete y cuarenta y cinco. Hacía más de una hora que Will tendría que haber vuelto.

-No...- se dijo Tru, meneando la cabeza.- Esto no puede estar pasando...¡Vamos!.- le dijo a los demás y corrió hacia la puerta.

Faith, Kennedy y Spike la siguieron sin entender, corriendo calla abajo por donde habían venido, mientras la mente de Tru trabajaba a toda máquina, recordando los hechos del día anterior.

-¿Qué es lo que pasa?.- inquirió Faith, cuando puso alcanzar a Tru.
-Willow ha vuelto con los otros vampiros, no nos hizo caso.- dijo Tru, deteniéndose en un cruce de calles.- Ayer cuando la encontré, debían ser pasadas las nueve, tenemos menos de hora y media para encontrarla.

Recorrieron el callejón en un suspiro, aunque Kennedy y Spike casi no podían seguirle el paso (hay que reconocer que cuando se trata de correr carreras contra el reloj, Tru es la experta)
Al final de éste, encontraron lo que buscaban: el par de vampiros que los que habían rescatado a Willow. Estos quisieron escabullirse por la esquina, pero Kennedy y Faith fueron mucho más rápidas, y los tomaron por las solapas de la camisa, sin permitirles mover ni un diente.

-¿Dónde está ella?.- inquirió Tru.
-¿Quién?.- preguntó Mike.
-¡Willow!
-¡No lo sé, lo juro!
-¡Claro que sabes!.- Kennedy lo sacudió con fuerza.
-Te digo que no.- dijo el otro.

Faith y Kennedy estamparon a los vampiros contra la pared.

-¡No nos hagas nada, no tuvimos nada que ver esta vez, lo puedo jurar!.- dijo el otro.- No la volvimos a ver. Debe... debe haber ido a buscar su envío.
-¿Dónde es eso?.- preguntó Tru.
-¡Ja, estás loca si piensas que te lo voy a decir!

Pero tal parece que luego de unos buenos golpes por parte de las iracundas cazadoras, cambiaron de opinión. Al fin les indicaron una dirección a pocas calles de allí, y sin más trámites las chicas los estacaron.
Corrieron por las calles frías y neblinosas, en la dirección que les habían señalado los vampiros. La luna brillaba tanto como el sol esa noche, y el viento rugía por todas partes, como si llamara a la bruja perdida.
Acabaron frente a una pequeña y derruida puerta de madera verde junto a una ventana medio rota, oculta tras una pila de trastos y sombras indistinguibles, hasta donde llegaba una mortecina luz de un foco a la derecha de ellos, desde la calle.
Cuando Tru estiró la mano para tocar la puerta, pensando en tenderles una emboscada, Spike tiró la puerta abajo. Tru se encogió de hombros y entró tras de el.
No tardaron en dar con los vampiros; parecía una escena de las películas de mafiosos, pues había una mesa redonda con un foco encima de ella que echaba una luz escasa y mortecina sobre un montón de bultos, paquetes y papeles que estaban revisando, mientras uno contaba el dinero apilado junto a una caja.
Se armó una allí que parecía un ensayo de la Cuarta Guerra Mundial. Las cosas de la mesa volaron por el aire, y tiraron varios objetos que estaban alrededor y no alcanzaban a ver, volcaron la mesa y los papeles y billetes volaron por los aires.
Al final, Kennedy y Faith inmovilizaron a tres vampiros, mientras que Spike aplastó contra una pared a los otros dos sin ningún esfuerzo.

-¿En dónde está?.- preguntó Kennedy, apuntando el vampiro con su estaca.
-¿Dónde está... quien?.- preguntó uno de ellos con dificultad, puesto que Faith lo tenía agarrado del cuello.
-¡No te hagas el desmemoriado! La chica pelirroja que vino hace un rato.
-Willow... ¿Por qué, se ha perdido?.- preguntó otro de ellos, con una voz de pánfilo total, a lo que Spike respondió dándole un golpe en el estómago que lo dejó sin aire.
-¡Más vale que nos digan en dónde está!
-¡Te digo que no sabemos!.- exclamó uno, levantando las manos.- Sólo somos simples proveedores de artículos para magia, nada más.
-¿Y cómo es que conocen tan bien a Willow?.- inquirió Kennedy, amenazante.
-Es nuestra mejor cliente. Acaba de pasar hace unos momentos por aquí, retiró sus cosas y se fue... ¡lo juro!.- gritó, cuando vio que Faith empezaba a levantar el puño.

Entonces fue cuando Tru lo notó. Estos vampiros eran bajitos y flacuchos, mientras que los que ella había visto en el callejón eran altos y sin duda más musculosos. Estos no debían poder levantar más que los paquetitos que ahora estaban dispersos por la habitación.

-¡Esperen!.- dijo.-¡No son ellos, no son los que vi en el callejón!
-Ah, perfecto. En ese caso nos pueden bajar por favor?.- preguntó otro de los vampiros.
-¿Cómo que no?.- preguntó Faith, atónita.
-No, estoy segura de que no eran ellos. Además, ayer era muco mas tare cuando la encontré, y aunque nosotros no hubiéramos intervenido, Willow habría estado llegando aquí masomenos a la misma hora.
-¿De qué rayos estará hablando?.- le preguntó uno de los vampiros al otro, en voz baja.

Kennedy le dio un codazo para que se callara. Spike entonces se volvió a los dos que tenía atrapados contra la pared.

-Entonces ustedes deben saber a dónde fue. ¡Vamos, hablen que no tenemos toda la noche!
-¿Cómo vamos a saberlo¿Nos viste cara de detectives?
-No, pero te voy a ver la cara de polvo si no hablas ahora.

Spike estaba totalmente seguro de que esos cinco sabían algo más de lo que decían, su olfato de vampiro nunca se equivocaba. Estuvieron un buen rato entre amenazas, golpes de puño y revoleo de estacas de aquí para allá hasta que los vampiros al fin hablaron.

-¡Está bien, está bien!.- dijo uno, muy maltrecho, mirando furioso para ambos lados.- El otro día nos enteramos por parte de uno de nuestros... ejem, socios que tiene alguna participación en todo este asunto del nuevo Fin del Mundo, cosa en la que nosotros no participamos en lo más mínimo, dicho sea de paso.
-¡Ya habla!.- lo apuró Faith.
-... les digo que esto es sólo un rumor, pero escuchamos decir algo sobre que estaban planeando un secuestro... no lo entendimos muy bien, pero dijeron eso y algo más que tenía que ver con magia, es todo lo que se...

Magia, secuestro, vampiros, callejón...

-¡Claro, eso fue!.- dijo Tru, comprendiéndolo todo de golpe.- Debieron atraparla cuando salía de aquí.
De un rápido movimiento, Faith y Kennedy estacaron a los cinco vampiros... y allá salieron a la calle oscura.
-¿Dices que la viste por esa calle de allí atrás?.- Faith señaló por sobre su hombro.
-Sí, debieron atraparla no muy lejos de allí. Seguro quería cortar camino por esa parte, y la cogieron de sorpresa.
-¿Pues que esperamos?.- dijo Kennedy, impaciente.- ¡Hay que llamarla al celular y decirle que salga inmediatamente!
-Buena idea. He visto un teléfono público por ahí.- dijo Spike, y las guió por el oscuro callejón volviendo sobre sus pasos hasta el teléfono, a unas dos cuadras y media del sitio.
-¿Quién tiene una moneda?- preguntó Tru, revisando sus bolsillos en busca de dinero para la llamada. Kennedy le alcanzó una moneda, pero en el preciso momento en el que estaba por echarla por la ranura...

FLASHBACK En el living de la casa, en medio de todo el ruido y el movimiento de los que allí se encontraban, estaba Faith marcando un número en el móvil. Se llevó el teléfono a la oreja, y se tapó la otra con la mano que le quedaba libre, por que el ruido iba en aumento con las exclamaciones de fastidio de Giles y los lamentos de Rona.

-¡Se pueden callar un poco?- exclamó, furiosa.-¡No puedo ni escuchar lo que pienso, y a este maldito aparato se le está acabando la batería.

...la batería, un rato antes de que salieran todos a buscar a Willow, como a esa misa hora, el día anterior.
-Tru, que ocurre?.- preguntó Kennedy.
-No podemos llamarla.- dijo Tru, colgando el auricular con fuerza.- Ayer a esta misma hora el teléfono se quedó sin batería.

Miró el reloj: sólo tenían veinte minutos.

-¡Vamos!

Salieron a la carrera por la calle desierta, siguiendo el mismo camino que había recorrido con Spike la noche anterior. Tardaron un poco en encontrar el callejón que Tru atravesó, pero por lo menos esta vez se acordaba de donde estaban las cosas, y no tropezó con nada.
Cuando llegó hasta el final que daba a una calle desierta y oscura, escuchó unos ruidos, y les hizo una seña a los demás para que hicieran silencio.
Se asomó apenas por el borde de la pared, la calle estaba exactamente como la noche anterior, sólo que desde la derecha, casi en la esquina, se escuchaban ruidos de forcejeos. Tru miró en esa dirección, y aunque estaba oscuro pudo distinguir seis figuras moviéndose en las sombras, cinco de las cuales sujetaban a la sexta, que se debatía entre furiosos golpes, sacudidas, y extrañas palabras en otros idiomas.

-Jajaja, no te esfuerces niña, tu magia barata no puede contra nosotros, estamos especialmente protegidos de eso!- rió uno de los vampiros, con unas carcajadas que Tru ya había escuchado. Vio en su cabeza la imagen de la misma voz en el callejón un poco más lejos de allí, rodeado de cuatro sombras oscuras que reían malignamente, segundos antes de quitarle la vida a Willow.
-¡Vamos!.- gritó otro, empujando a una de las figuras de entre las sombras.- ¡En marcha! Le prometimos al jefe que no se te tocaría un pelo hasta que llegáramos allá, pero si nos desobedeces puede que cambiemos de opinión.
-Al cabo que la quieren muerta, así que para qué mandarnos a nosotros a buscarla y traerla hasta allá?.- le preguntó otro de los vampiros con fastidio al que parecía ser el líder del grupo.
-¡Ah, es un maniático desconfiado y lo sabes!- exclamó el otro haciendo un gesto despectivo.- ¡No estará seguro de que está muerta a menos que la vea él con sus propios ojos!

La otra persona a la que venían empujando los vampiros para que caminara emitió un débil gemido de desesperación al escuchar lo que hablaban los vampiros. Ahora sí, estaba perdida, totalmente acabada. Ya nada la salvaría de.
Allí fue cuando otras cuatro figuras salieron de la nada y cayeron sobre los cinco vampiros repartiendo golpes, a una velocidad tal que no les dieron tiempo a reaccionar. Mientras Faith, Kennedy y Spike se encargaban de los vampiros, Tru agarró a Will del brazo y tiró para sacarla de en medio de la pelea, que no pintaba nada bien para los chicos buenos. Los vampiros esquivaban a ambas cazadoras con una velocidad y agilidad sorprendentes, y Spike solo no podía con los cinco.
Tru se alejó unos metros junto con Willow, y en el momento en el que le preguntaba si se encontraba bien, Faith vino a aterrizar en el suelo, a pocos centímetros de ellas, tras su enfrentamiento con dos de los vampiros. Se incorporó con dificultad, pero a mitad del movimiento cayó Kennedy sobre ella, igualmente embestida por ambos vampiros.

-¡Tenemos que irnos de aquí!- exclamó Tru, ayudando a Faith a ponerse de pie mientras Will hacía lo mismo con Kennedy.-¡Spike, vámonos!- le gritó al rubio, que seguía luchando el solo contra los otros cinco.

Spike no se lo hizo repetir, y corrió a toda velocidad hasta alcanzar a las chicas.

-¡Eso es todo lo que tienen?.- gritó uno de los vampiros, en medio de las carcajadas de los demás.-¡La diversión aún no empieza¡¡¡EH CHICOS!

A un llamado del vampiro, desde la esquina, la vereda de enfrente, los techos y la calle, empezaron a llegar muchísimos vampiros, quienes se lanzaron junto a los otros cinco a la persecución de Tru y los demás.
Entre todos, hacían aproximadamente treinta o cuarenta vampiros, sin duda se trataba de la "caballería". No podía ser más inoportuna sin embargo para Tru y los otros, por que ahora corrían por sus vidas y lo peor, no se acordaban por dónde salir de allí.
Dieron innumerables vueltas para tratar de despistar a los vampiros, entrando y saliendo de callejones, rodeando las cuadras y tomando atajos, pero ellos les pisaban los talones. Tru no recordaba haber corrido tanto en toda su vida, y Spike, Kennedy, Faith y Willow tampoco. Todo lo que tenían que hacer era llegar a la casa, y una vez allí no podrían agarrarlos, luego llegaría Wes y todo acabaría... pero todo eso se veía muy lejano en ese preciso momento.
Fue cuando iban corriendo por entre las calles y doblaron por la vereda de un barrio oscuro y lleno de vericuetos, cuando se encontraron con el resto de la Scoobie Gang, quienes venían desde el otro extremo, mirándolos sin comprender lo que ocurría.

-¡Chicos, que diablos es lo que...!- empezó a decir Buffy, cuando el grupo pasó junto a ellos sin detenerse.
-¡Cállate y corre, B!.- le gritó Faith, unos metros más allá, mientras Buffy el resto los miraban sin comprender. Se volvieron a ver, y vieron una horda de vampiros que avanzaban a toda velocidad hacia ellos, y con un grito se dieron vuelta y comenzaron a correr.
-¿Cómo es que ustedes están aquí?.- preguntó Tru, quien iba a la cabeza del grupo.
-Cuando los cuatro salieron corriendo de la casa, no entendimos nada y decidimos seguirlos.- dijo Dawn, entre jadeos.- Y seguimos sin entender nada. ¿Quién rayos son todos ellos?
-Es muy largo de explicar, sólo corre y luego te lo contaré.- dijo Tru.

Huyeron por las calles desiertas de Los Ángeles, tratando de pensar en un plan para deshacerse de los vampiros. Cuando estaban por doblar para la avenida y emprender rumbo hacia la casa, tres vampiros saltaron delante de ellos, y la Scoobie Gang frenó en seco y giró hacia la derecha, se les adelantaron mucho y llegaron a la desierta estación del tren.

(No sé si en realidad hay estaciones de tren en Los Ángeles, así que esta la voy a inventar. Busqué por todas partes y no hallé un solo dato sobre ellas)

Como iba diciendo, corrieron por la oscura estación hasta llegar a los andenes. Se encontraron en una plataforma muy larga, y en las vías había muy pocos trenes, apenas dos, cuyos vagones se extendían hasta el final de la estación, bajo un techo curvo. Los vagones dibujaban oscuras sombras sobre los andenes, que se extendían a lo largo de la estación hasta perderse de vista.
Viendo que no tenían a donde escaparse, tomaron una decisión drástica:

-¡Lucharemos contra ellos, con o sin tablillas místicas!.- gritó Buffy, y todos tomaron posición de ataque.

Buffy, Faith, Kennedy, Vy, Rona y Amanda se adelantaron, mientras que Robin, Dawn, Xander, Spike y Ángel se formaron en segunda fila. En la tercera fila, cerca del comienzo de las vías, quedaron Willow, Tru y Andrew, quien había salido tras los Scoobies y nadie había notado hasta ese momento, los tres mirándose sin saber qué hacer. Willow no podía detenerlos si no era con su magia, pero ahora no podía usarla y se sentía totalmente indefensa. Decidió que si quería salir viva, tendría que defenderse a la antigua. Se asomó sobre una vía y vio unos cuantos palos tirados allí, los recogió y les pasó uno a Tru y otro a Andrew, quienes esperaban con el corazón en la boca qué es lo que pasaría después.
Esperaron en silencio y alertas por un minuto que pareció un siglo y la mitad de otro, hasta que se empezaron a escuchar los gritos de los vampiros avanzando por la estación. Ni bien empezaron a entrar los primeros, las cazadoras los hicieron volar por los aires antes de que pudieran reaccionar, pero poco a poco fueron retrocediendo de la entrada, lo que les daba tiempo a los vampiros de lanzarse contra los demás.
Empezaron a combatir los vampiros con todas sus fuerzas, estacando a varios y manteniéndolos a raya por un tiempo, hasta que empezaron a llegar algunos que traían las tablillas anti-cazadoras, y las seis cazadoras volaron por los aires, chocando contra Robin, Dawn, Xander, Ángel y Spike, y cayeron todos de espaldas cerca de Tru, Willow y Andrew.
Antes de que pudieran levantarse del suelo, los vampiros los rodearon por todos lados, y vieron emerger, de entre la multitud de seres de la noche, al mismo vampiro que habían visto en el callejón, la noche que los había guiado Robin, hablando con los demás como el líder del grupo.

-¡Idiotas, arruinaron todo el plan!.- vociferó, pero después sonrió malévolamente.- ¡Podrían haberse evitado todo este embrollo, y dejar que los Dark-vamp secuestraran a la bruja -señaló a Willow- para que no interfiriera con nuestros planes, pero ustedes quisieron hacerlo difícil¿verdad? Jajajaja, ahora sufrirán las consecuencias! Pero no se angustien, no fue culpa de ustedes, íbamos a liquidarlos de todos modos, que le hace que nos adelantemos un poco? Jajaja!

(los Dark-vamp son los cinco vampiros del callejón, enviados especialmente para secuestrar a Willow, por que son inmunes a la magia)

Los demás vampiros rieron también, y los cinco vampiros que vieron en el callejón se adelantaron.

-¿Qué les pasa, cazadoras?- dijo uno, enseñando los dientes-¿Ninguna de ustedes puede con los Dark-vamp?

Como toda respuesta, recibió una patada en plena cara por parte de Faith, quien se incorporó de un salto y levantó los puños.

-Ya cierra la boca y pelea.

Los vampiros, encolerizados, se aprestaron a caerles encima a las cazadoras para darles una buena paliza, pero ellas ya tenían sus propios planes. En un momento Buffy gritó "¡Ahora!" y todos se pusieron de pie y saltaron hacia las vías, corriendo a lo largo de la estación, mientras los perseguían los vampiros.
Ángel y Spike luchaban con tres vampiros cada uno arriba de un vagón, el cual se sacudía violentamente cada vez que alguien de abajo lo chocaba, lo que indicaba que no iba a durar mucho tiempo en pie. Las cazadoras esquivaban a los vampiros saltando de una vía a la otra, corriendo y dando vueltas para despistarlos, y el resto del grupo hacía lo mismo, sólo que ellos podían golpearlos sin ser arrastrados varios metros. Tru se mantenía cerca de Willow, defendiéndose con un palo afilado del ataque de los seres de la noche, ya hasta llevaba estacados tres. Lo que era extraño era que casi ni se le acercaban los vampiros, por lo que no era difícil defenderse.
Xander estaba en la duda de que si peleaba o sólo corría; sin duda se sentía tentado por la segunda opción dado que eran dos vampiros contra el solo, pero como no podía quedarse quieto en medio de la batalla, corría junto al tren y se colaba por los espacios entre los vagones, corriendo a campo traviesa, con la esperanza de que tal vez así los marearía. Dawn se defendía bastante bien con su ballesta, atravesando a varios vampiros a la vez con una sola flecha, mientras Robin estacaba uno tras otro sin parar un segundo.
Pero las cazadoras estaban empezando a tener problemas. Los vampiros habían vuelto con las tablillas de madera, y cada vez era más difícil acercarse a uno para estacarlo. Rona, Amanda y Vy no podían juntas contra uno solo, por que cada vez que una trataba de agarrarlo desprevenido, el reaccionaba de inmediato y las mandaba a volar varios metros más allá.
Eran Buffy y Faith quienes se llevaban la peor parte; Faith libraba una lucha encarnizada contra el vampiro a quien ella había pateado en la cara, mas otros dos que también se habían ensañado con ella, y Buffy estaba empezando a perder agilidad a causa de los golpes.
Después de un rato de correr por las vías, las seis cazadoras se encontraron espalda contra espalda, rodeadas por un círculo de vampiros que no les dejaban escapatoria.

-Chicas- dijo Buffy entre dientes, para que ellos no la escucharan.- tenemos que tratar de llegar a la puerta, hay que sacarlos a todos de aquí antes de que alguno salga lastimado. Hay que encontrar la forma de despejar el camino, por que los vampiros siguen llegando.
-De acuerdo.

Las cazadoras, como si hubieran sincronizado previamente el movimiento, corrieron hacia la ronda de vampiros que les cercaban el camino, y antes de que ninguno pudiera reaccionar, dieron un salto increíble y aterrizaron del otro lado, habiendo pasado sobre sus cabezas. Pero sin duda no era tan fácil como lo habían planeado; los vampiros que les bloqueaban la salida las enviaban hacia atrás con las tablillas, y era muy difícil abrirse camino entre los demás. Ángel y Spike, advirtiendo esta situación, corrieron a darles una mano, pero no era suficiente para la cantidad de vampiros que seguían entrando. Parecía que todos los muertos vivos del país se hubieran reunido allí, y la situación cada vez empeoraba más.
A Tru, por alguna extraña razón, ya no la atacaban los vampiros. Pasaban cerca de ella y era como si no la vieran, por que iban mas allá, pero Tru estaba casi totalmente segura de que la evitaban. No comprendía por qué, pero era mejor aprovechar la situación que ponerse a cuestionarse eso. Se escondió tras uno de los vagones y se trepó un poco a este, para poder espiar por encima y tener una vista más amplia del lugar. Encontró a Willow un poco más allá, repeliendo a los otros vampiros con su magia, casi los volvía polvo sólo con unas palabras, sin ponerles ni un dedo encima; por suerte los Dark-vamp aún no se acercaban a ella por que estaban muy ocupados con Robin, Dawn, Spike y Ángel, pero Tru sabía que sería cuestión de tiempo hasta que intentaran el ataque.
Estaba viendo la manera en la que la podría proteger cuando esto ocurriera, pero ella qué podía hacer? Si apenas podía darles con un palo en la nuca o en el estómago, no veía cómo podría luchar contra esos cinco vampiros tanto más fuertes y ágiles que los otros. Y ni Spike, ni Kennedy ni Faith podían ayudarla por la misma situación. De alguna parte, le llegó el ruido de un reloj, que avisaba que eran las diez de la noche.
Fue en ese momento que las cosas se descontrolaron. Fue como si de repente, perdieran el poco control que estaban ejerciendo sobre la horda de vampiros. Ángel y Spike no podían solos contra todos los vampiros, Robin y Dawn recibían más golpes de los que daban, y Andrew, que hasta entonces había tenido bastante suerte con eso de tirar golpes para todos lados esperando golpear a alguno de los bad guys, trataba de esquivar como fuera las patadas de los vampiros, lo que cada vez le costaba mas trabajo.
Las cazadoras no podían mantenerlos a todos a raya, y la idea de salir de la estación se quebraba a cada minuto que pasaba, a cada golpe que recibían y a cada vez que caían al suelo, doloridas y agotadas.

-¡Es hora de acabar con esto!- vociferó el líder de todos los vampiros, y el y otros diez vampiros más sacaron unas dagas largas y brillantes que llevaban en el bolsillo, decididos a liquidar rápido el asunto.
-¡Chicos, cuidado...-gritó Faith, pero mientras decía esto un vampiro se acercó por atrás y la alcanzó con el cuchillo. Se quedó un momento paralizada por el dolor y la sorpresa, pero después reaccionó y estacó al vampiro.

Cayó de rodillas y se sujetó el costado izquierdo con el brazo. La herida sangraba mucho, y dolía tanto que le cortaba la respiración.

-¡Faith!.- gritó Robin y corrió hacia ella, pero dos vampiros le cerraron el paso, apuntándolo con sus dagas.
-¿Quieres ir con ella¡Tendrás que estar muerto primero!

Robin empezó a luchar contra los vampiros, mientras mas allá Faith se ponía de pie con dificultad y volvía a la lucha a como diera lugar. Ella en iba a ser la primera en abandonar, aunque le costara la vida.
Xander les hizo señas a Amanda, Rona, Dawn y Vy para que se apuraran. No sabía cuanto tiempo podrían Ángel y Spike mantener a raya a los vampiros que bloqueaban la salida. Tenía que sacarlas de ahí a las cuatro antes de que la cosa se pusiera de verdad fea, por que ya estaba claro que no podían seguir peleando un segundo más. Cuando había logrado escabullirse por la derecha abriéndoles el paso a las chicas, algo lo golpeó en la cara fuertemente y se echó hacia atrás, y en lo que retrocedía un vampiro le hizo una zancadilla y Xander cayó de espaldas.
Justo entonces, un vampiro le saltó encima y lo mordió.
Dawn corrió con la estaca en la mano, pero no pudo ni acercarse medio metro, por que un vampiro la agarró del cuello de la blusa desde atrás y tiró de ella para alejarla de su compañero.

-¿Ibas a algún lado, pequeña?.- preguntó, y la mordió.

Dawn gritó y empezó a lanzar golpes hacia atrás, hasta que le dio al vampiro con la estaca en el estómago, este la soltó y entonces pudo estacarlo en el corazón. Antes de que terminara de caer todo el polvo al suelo, Dawn corrió junto a Xander y estacó al otro vampiro. Xander cayó inconsciente al suelo.

-¡Xander!.- gritó Dawn.- ¡Xander, vamos, di algo!

Rona, Amanda y Vy se arrodillaron junto a Xander y ayudaron a Dawn a cargarlo.
-¡Sáquenlo de aquí, rápido!.- gritó ella antes de volverse hacia las vías.- ¡Yo tengo que ayudar a mi hermana!

Buffy se incorporó una vez más del suelo, apoyándose en la pared. Se limpió la sangre del corte que tenía en la mejilla, mirando furiosa alrededor mientras los vampiros la cercaban.

-¿Qué, se acabó el juego para ti por esta noche, cazadora?- preguntó el líder- Debo decir que lo resistieron mucho más de lo que esperábamos -¿Bromeas?.- preguntó Spike, rompiendo las filas de los vampiros a su modo, seguido por Ángel- ¡Aún queda mucho por hacer!

Se aproximó a Buffy y le preguntó si estaba bien, a lo que ella respondió con un movimiento de la cabeza mientras se apoyaba sobre su hombro.

-Aún... no hemos... terminado.- dijo, con la voz cargada de bronca.

Tru miraba alrededor, empezaba a sentir un silbido de pánico que le retumbaba en los oídos. No sabía que pasaría después, estaba en medio de una locura y ni la más mínima posibilidad de que ganaran.

-¡Yo me encargo de la dichosa bruja!.- gritó un vampiro rubio parado en medio del andén principal, sacando un revólver y apuntando a Willow en el otro extremo de la estación, casi al final de los andenes, por encima del hombro izquierdo de Tru.

Todo el mundo pareció congelarse; Tru se quedó de piedra al ver el arma, y ante sus ojos pasaron, como en un flash, una casa, un hombre enfurecido con un revólver, y ella misma entre este hombre y Luc.
"No dejaré que esto pase de nuevo" fue lo que pensó en ese segundo que pareció una hora, pero el vampiro ya había apuntado el arma hacia Willow, justo a la izquierda de ella. Estaba a mucha distancia de Will, no iba a poder apartarla de ahí a tiempo...

-¡Willow, no...!- gritó, corriendo hacia ella, pero el disparo rasgó el aire como el ruido de una bomba, y Tru sintió un dolor agudo que le atravesaba el hombro izquierdo, dejándola sin aliento, y cayó al frío suelo del andén.
-¡Tru!.- gritó Willow, pero el vampiro no perdió el tiempo y apuntó de nuevo, esta vez sin obstáculos en su camino, hacia Willow.

Esta retrocedió un paso, pero antes de que el vampiro pudiera volver a disparar, Andrew apareció desde atrás de uno de los trenes, saltó sobre el vampiro rubio y lo derribó al suelo, a la vez que este apretaba el gatillo.
El tiro fue a dar al techo justo arriba de Willow, quien se corrió cuando se cayó un pedazo, mientras Andrew estacaba al vampiro de un rápido movimiento.

Un silbido ensordecedor le invadía los oídos, y la cabeza le daba mil vueltas. Sabía que estaba acostaba boca arriba en el suelo de la estación, pero todo alrededor de ella giraba como si estuviera en el aire. Trató de respirar hondo, pero no podía, se quedaba sin aliento como si sus pulmones no funcionaran más.
El insoportable dolor en el hombro no la dejaba moverse, pues cada vez que lo intentaba sentía que la cabeza se le partía de dolor.
Sentía que se moría. Se preguntó brevemente si esto era lo que sentía cada persona que ella salvaba, si el dolor los paralizaba en un segundo que se hacía eterno y su corazón latía tan fuerte en ese momento que los aturdía.
Le parecía que veía un luz enceguecedora, no sabía de donde venía, pero tal vez fuera lo último que vería.

Alrededor, la pelea seguía, pero no por demasiado tiempo, por que a los tres segundos entraron dos personas más a la estación, quienes dieron un rápido vistazo alrededor.
Una de ellas, una mujer de cabello azul, miró a la otra, un hombre de unos cuarentaitantos años, quien le izo una seña afirmativa con la cabeza, y luego extendió el brazo con la palma abierta, y varios de los vampiros que estaban cerca de ella salieron despedidos por el aire, levantados por una ráfaga de energía pura.
Wesley buscó con la mirada a Buffy, y luego se volvió hacia Illyria y le izo una seña afirmativa con la cabeza. Sacó del bolsillo de su chaqueta un pequeño libro que se veía antiquísimo, buscó una página y empezó a recitar algo que sonaba como rumano, mientras Illyria mantenía alejados a los vampiros que intentaban detenerlo.

-¡Arhubec dense dispretysz kaodhu'd ala opn, lea temp loshc!.- recitó Wesley, a la vez que extendía la mano derecha. Casi podía verse una onda de calor que se desprendía de esta, y de repente un chorro de luz solar potente salió del centro de su palma.

Al verla, los vampiros dejaron lo que estaban haciendo y salieron corriendo por el otro extremo de la estación. Wesley dirigió el rayo de luz hacia ellos y alcanzó a varios, que se hicieron polvo como si se hubieran expuesto al sol.
-¡Vaya, hace tiempo que no veía nada así!.- exclamó Spike mientras se refugiaba un poco tras un vagón, por que Wesley realmente no veía a donde apuntaba.

-¡Lea temp loshc akcab nyyld'h eru tamot quant!.- exclamó Wesley mientras el rayo de luz crecía sobre su mano, pero el empezaba a perder control sobre este. Con mucho dificultad lo apuntó en dirección a los últimos diez vampiros que quedaban dando vuelta sobre los andenes, mientras Illyria los hacía volar por los aires, mientras el techo continuaba desmoronándose de a poco en el sitio donde había ido a parar el balazo .

El líder de todos los vampiros y el único sobreviviente de los Dark-vamp que Wesley no había alcanzado con el rayo fueron los últimos en abandonar la estación.

-¡Nos volveremos a ver cazadoras!.- exclamó el primero antes de irse, lanzando miradas de desprecio hacia Illyria y Wesley, a quien señaló-¡Sobre todo tú!

Wesley detuvo el rayo y se apoyó en la pared de la estación, mareado por el esfuerzo de su hechizo.
Miró alrededor. El panorama no era de lo mejor, y al parecer Illyria pensaba lo mismo, por que su cara reflejaba verdadera preocupación. Ella cada vez desarrollaba más sus emociones humanas, pero a veces se dejaba llevar demasiado y no sabía como actuar bajo presión. Wes sólo esperaba que esta no fuera una de esas ocasiones, por que parecía que el techo entero se caería de un momento a otro.
Spike había vuelto a la par de Buffy, quien dejó caer la estaca y se apoyó en el para mantenerse en pie.

-Siempre oportuno Wes.- dijo ella con una débil sonrisa.
-Ya me conoces.- dijo Wesley encogiéndose de hombros.

Robin se levantó de la vía sacudiéndose el polvo de la ropa, y buscó a Faith con la mirada. Ella estaba cerca de Buffy, agarrando con fuerza la estaca. Levantó la vista hacia el.

-Hey, estas bien?.- le preguntó, casi sin voz -Sí -Fantástico.- dijo, y se desplomó en el suelo.
-¡Faith!.- gritó Robin y corrió hacia ella. La tomó en brazos y se manchó las manos con la sangre que empezaba a caer al suelo.- Santo Dios...- murmuró- Resiste Faith, por favor...

Mas atrás, Dawn y las otras chicas, que se habían quedado semi-escondidas en un rincón de la estación observado la hazaña de Wesley con la boca abierta, seguían sin poder despertar a Xander y mientras, Andrew miraba alrededor sin pode creer lo que acababa de hacer.

Se escuchaban ruidos de toda clase, pero la potente luz le impedía ver de dónde provenían. Parecía gente corriendo... o algo así. No podía pensar claramente, le dolía el pecho cada vez que respiraba y estaba tratando con todas sus fuerzas de no desmayarse. No podía morirse así, simplemente no podía, se resistía a abandonarse a esa suerte.
Alguien corría junto a ella y la llamaba por su nombre. Tru no podía distinguir quien era, sólo veía manchas borrosas.

"Santo cielo, hay que sacarla de aquí"
"¿Va a estar bien? Por favor... dime que se va a salvar"
"Con cuidado"

Sintió que alguien la alzaba del suelo y la llevaba en brazos por la estación. Era alguien alto y corpulento, parecía que era Ángel... no, no era el, era otro hombre, no lo había visto antes.
Inspiró hondo, rogando que su cabeza dejara de darle vueltas de una vez.
Salía de la estación. Escuchaba más ruidos tras ella, y después un estruendo.

"El techo... ¡Se cayó el techo"
"Mejor vámonos, creo que oigo autos que se acercan. Tal vez es la policía"

Vio la mancha oscura del cielo de la noche, y escuchaba una sirena a lo lejos. Después de eso, nada.