Bueno aquí está el segundo capitulo de este fanfict, espero que os guste.

Bueno como ya sabeis no soy una rubia inglesa muy muy rica, así que aquí no hay na mío excepto el personaje de Azucena, y las ganas de entreteneros.

os dejo con el capi disfrutad!

Azucena abrió los ojos de pronto, y vio luces borrosas encima de ella, los cerró. Volvió a abrirlos, esta vez más despacio, y pudo ver claramente las luces, enmarcadas en un techo de un blanco puro. Se quedó un rato pensativa, mirando las luces, preguntándose que le había pasado, y dónde estaba, porque ese techo no se parecía en nada con el de su habitación, o su casa, o cualquier sitio donde hubiera estado antes. Además había algo raro en las luces, no eran bombillas ni nada parecido, eran una especie de bolas de luz, ni siquiera eran velas, era algo que no le era fácil de definir o describir.

De pronto oyó voces que la sacaron de sus cavilaciones, podía oírles cómo decían a su alrededor "Mirad se ha despertado!", suponía que se referían a ella, pero esas voces no le sonaban de nada. Así que giró la cabeza hacía un lado y vio a un chico con gafas y pelo revuelto, que la miraba muy emocionado e interesado. A su lado, pudo ver a un chico bajito y regordete de cabellos claros y ojos azules, de facciones que le daban parecido a una rata.

Volvió a mirar al techo, intentando procesar lo que acababa de ver, la verdad es que no podía decir que los hubiera visto antes, o que los conociera. Pero tenía la sensación que los conocía, su apariencia le sonaba de algo, pero no sabía de que. Entonces al oír murmullos a su otro lado, supo que había más gente y quiso volverse a ver quién eran, aunque tuvo un poco de miedo de hacerlo, o era emoción, porque parecía ser que algo en ella había descubierto donde estaba y quien eran esas dos personas que acababa de ver y sabía a quién vería ahora, pero por lo que fuera, no se lo había transmitido a su cerebro.

Así que por fin decidió mirar a su otro lado, su mirada se posó en un chico de ojos miel y mirada triste, con aspecto un poco desmejorado, que le devolvía la mirada, con un deje de preocupación, seguramente de ver la cara de perplejidad de la chica. Luego los ojos de Azucena fueron a parar al otro chico y allí se quedaron por un buen rato. Lo que vio la dejó paralizada, vio a un chico guapísimo, que la miraba con interés, nunca creyó que un chico cómo ese podría nunca fijarse en ella o mirarla de aquella forma, entonces notó como sus mejillas hervían y su estomago dio un vuelco cuando su mirada topó directamente con los ojos del chico. Jamás había visto unos ojos así, de un gris profundo y brillante, que denotaban inteligencia, impulsividad y fiereza.

Se quedó así lo que parecían siglos, pero de ninguna manera le hubiera gustado dejar de mirar esos ojos, y parecía que al chico en cuestión no le molestaba, porque tampoco apartaba la mirada de ella.

Ejem… -dijo James, sacándolos a los dos de su ensimismamiento, y Azucena le dirigió la mirada muy despacio, sin querer apartar aún la mirada del otro chico.- ¿Así que te has desmayado, no?

Mmm… no lo se exactamente –dijo un poco titubeante Azucena-. ¿Donde estoy? –le preguntó al chico de gafas.

Pues estás en la enfermería, en Hogwarts, claro- dijo como si fuera obvio, y la chica estuviera loca.

¿Qué! –chilló la chica, ahora era verdadero pánico lo que sentía, aunque se despertó como un cosquilleo de excitación en su interior-. ¿Qué estoy dónde!

En la escuela de magia y hechicería Hogwarts –respondió esta vez el chico de expresión cansada -. ¿Acaso no eres una estudiante de este colegio?

¡NO! Eh….es decir, no lo se. Pero me estáis tomando el pelo, esto no puede ser Hogwarts!...- entonces todo encajó en la mente de la chica "Dios mío"pensó, "No puede ser", "Así que estos chicos son… No puede ser!"-. ¿Es una broma no? Ahora me vais a decir que tú eres James Potter, tu Peter Pettigrew, tu eres Remus Lupin y tu Sirius Black? –dijo nombrando y señalando a cada uno por su nombre.

Pues si –dijo otra vez James – Pero a ver, eres de la escuela o no? Por que si no eres de la escuela, como es que nos conoces? Por que nosotros no sabemos quién eres, ni siquiera como te llamas¡¿No serás una espía de Voldemort! – dijo el chico de gafas poniéndose de pie de un salto y enarbolando su varita.

"Bueno esto es de locos!" pensó Azucena. "No se que hacer, a lo mejor debería seguirles el paso" Y así lo hizo.

¡NO! No soy una espía de Voldemort tranquilo. Lo de vuestros nombres lo sé porque… bueno porque… - no sabía como decírselo, no les podía contar que los conocía por que salían en un libro. Lo mejor era que la llevaran a ver a Dumbledore, el sabría que hacer-. Bueno porque lo se. Y lo de cómo me llamo, solo tenías que preguntarlo, me llamo A… - les iba a decir su nombre verdadero, porque iba a querer hacerlo, ella que siempre había querido cambiárselo, así que "nuevo mundo, nuevo nombre"-. Mmm… Elizabeth… Elizabeth Oldman – "Que poco original con lo del apellido" "Pero así le hago honor a mi actor favorito, Gary Oldman"

Encantado Elizabeth –habló por fin Sirius-. Yo soy Sirius Black, como muy bien has dicho, y este de aquí es Remus Lupin, los de allí son Peter Pettigrew y el frenético que te ha acusado de ser fiel a Voldemort, es James Potter, como tú también has dicho.

Encantada – dijo dirigiéndole una tímida sonrisa a Sirius, y luego dirigiéndosela a los demás, aunque cuando llegó a Peter Pettigrew, recordó en lo que se convertiría y su mirada se torno fría, y con un deje de odio que hasta Peter notó, y hizo que se hundiera un poco en su sillón.- una cosa, podría ser posible que yo hablara con el director? Es que estoy un poco desconcertada, y necesito consultar con él algunas cuestiones muy importantes. –dijo esta vez apartando la mirada de Pettigrew y dirigiéndose a los otros chicos.

Si claro que es posible, Dumbledore nunca se ha negado a una charla con un estudiante, o… con cualquiera –dijo mirando de arriba a abajo a Azucena, o debería decir Elizabeth -. Pero ¿por qué estas tan desconcertada¿Eres una estudiante o no?

Vamos Remus, no la atosigues, no ves que se acaba de despertar, ya dijo la señorita Pomfrey que seguramente estaría un poco desorientada -dijo Sirius y dirigiéndole una rápida mirada a Elizabeth.

No tiene importancia, es normal que queráis saberlo, y os lo explicare, os lo debo por haberme llevado a la enfermería. Pero os lo empezaré a explicar de camino al despacho del director, vale?

Y así ya no hubo más discusión, y se encaminaron al despacho del director, no sin antes una última revisión a la paciente, por parte de la señorita Pomfrey, y después de decirle que se encontraba perfectamente, siguieron su camino. Durante su trayecto, Elizabeth les explicó parte de su historia, omitiendo por su puesto, el hecho de que eran personajes de unos libros, y que los conocía a través de él. Simplemente les dijo que estaba tranquilamente en su casa leyendo una revista, que una luz cegadora la envolvió y que luego se despertó en la enfermería.

Después de oír teorías diversas sobre lo sucedido, por parte de los chicos, algunas muy inteligentes por cierto. Alguien formulo las palabras mágicas.

Pero hay algo que no encaja, dices que estabas en tu casa, eso quiere decir que no eres de Hogwarts y entonces ¿cómo sabías nuestros nombres y cual pertenecía a cada uno? -dijo sagazmente James. Pero por suerte ya habían llegado a la puerta que llevaba al despacho de Dumbledore.

Bueno eso, os prometo que os lo explicaré, pero ahora no es el momento, por cierto ¿Cual es la contraseña para entrar?- Dijo Elizabeth, pues ahora que lo recordaba ella no sabía ninguna contraseña ni nada de nada.

Pues…- dijo Sirius y se sacó un pergamino del bolsillo, a lo que Elizabeth sintió una punzada de emoción en el estómago pues aquello solo podía ser el Mapa del Merodeador –Ajá, el viejo la ha cambiado hace poco, ahora es Pastel De Chocolate.

Y la puerta se abrió, despacio y ruidosamente, como si la gárgola que había hubiera cobrado vida. Los 5 entraron y subieron la escalera de caracol que llevaba al despacho.

Llamaron a la puerta y después de oír un "Adelante" pasaron, y lo que allí vio Elizabeth le sorprendió, era exactamente igual a como se lo había imaginado a partir de la descripción de los libros. El despacho era muy acogedor, vio las figuritas de plata, que Harry también vio en su momento, todos los libros y objetos extraños que tenía Dumbledore, y los retratos de la pared que representaban a los anteriores directores del colegio, que en ese momento se hacían los dormidos pero que disimuladamente habrían un poco los ojos para observar a los recién llegados con interés. Entonces buscó, se extrañó por no haberlo visto ya, y entonces lo vio, en su percha, un fénix, nunca había visto ninguno, pero ese en particular le pareció precioso, altivo y elegante, de mirada brillante y profundo, le pareció un animal muy listo y poderoso, nada que ver con el que hicieron para la peli de Harry Potter y la Cámara Secreta.

Al fin se fijó en una figura, al fondo del despacho, sentado tras una mesa. De pronto se puso en pie y saludó a sus acompañantes, Elizabeth lo observó detenidamente, ahora que él aún no le prestaba atención, era un hombre muy alto, y bastante viejo, aunque Elizabeth sabía que su apariencia engañaba pues, sus ojos, azul brillante, denotaban una sagacidad y un poder que nunca había visto antes en nadie. Tenía los cabellos y la barba plateados y bastante largos, y de pronto le recordó muchísimo a Gandalf, el mago del Señor de los Anillos.

Hola – dijo una voz ligeramente familiar, que la hizo salir de sus cavilaciones, e hizo que su mirada se posara en los ojos de ese anciano que la hablaba -. Me han dicho que te han encontrado en los exteriores del castillo y que te encuentras un poco perdida. Puedes contármelo todo.

Si señor, gracias –dijo ella tímidamente, y le explicó exactamente lo que les había explicado a los demás. Ella quería explicárselo todo, pero estando los Merodeadores ahí no podía, primero quería consultarlo con Dumbledore antes de decir nada.

¿Es todo?-Preguntó y la miró a los ojos, ella intentó decirle que no de alguna manera, que mientras estuvieran los demás ahí no podría ser sincera del todo. Y pareció que Dumbledore lo entendió.

Muchachos, creo que ha llegado la hora de que vuelvan a su sala común y vayan a sus dormitorios, quiero hablar con la señorita Oldman detenidamente, y ustedes tienen clase mañana.-les dijo a los demás, y justo cuando Sirius y James empezaron a protestar -. No quiero protestas, señores Black y Potter, mañana la verán y podrán hablar con ella el tiempo que deseen. Ahora a dormir.

Cuando los chicos se hubieron marchado, no sin antes unas cuantas protestas más por parte de los cabecillas del grupo, Dumbledore instó a la chica para que contara su relato integro.

Después de explicárselo todo al director, sin omitir ni un detalle, Dumbledore se quedó un poco pensativo.

Sé que parece una locura, pero debe creerme por que le estoy diciendo la verdad, y no se como ha pasado, simplemente, bueno es verdad que yo deseaba entrar en este mundo, pero no creí en ningún momento que fuera posible y yo… - dijo Elizabeth intentando justificarse.

Te creo, no te preocupes no eres la primera a la que le pasa algo así –dijo Dumbledore, a lo que la chica exclamó un "¿CÓMO!".- Tranquila, si, ocurrió hace tiempo un chico entró también como tu has entrado esta vez, pero este entró en otra época distinta, fue en la época en que Voldemort estudiaba en el colegio.

Y ¿Qué fue de él? –preguntó esperanzada.

Pues él hizo como tú, fue rápidamente a explicárselo al director, por aquel entonces era Armando Dippet, pero parece ser que el tenía una extraña fijación en que tenía que contármelo a mí. –explicó Dumbledore, a lo que Elizabeth pensaba "Normal" -. Cuándo por fin lo supe todo, entendí porque me buscaba a mí i no tenía suficiente con el director. Resultó que por alguna razón también tenía poderes mágicos, así que el profesor Dippet no encontró ningún inconveniente en que ingresara en la escuela. Y así fue, se hizo una selección especial y acabó en Slytherin – "¿En Slytherin!" exclamó para sí misma Elizabeth.

¿Y dónde esta ahora él¿Volvió a su mundo?

Me temo que no, quizás hubiera sido mejor que volviera, pero no quiso, eligió el mal camino, se unió a Voldemort, y es uno de sus más fieles seguidores, no sé como se llamaba en su mundo, pero aquí se hace llamar Avery.

¿AVERY!- exclamó Elizabeth – No puede ser! Pero si debía saber todo el mal que harían y harán y aún así se unió, y reemplazando a un personaje que ya existe!

No, no existía hasta que él lo creó, y ahora está junto a Voldemort uniendo fuerzas para la guerra que está empezando ya.

Pero entonces, él es también ahora un personaje de los libros.

Si y tu también lo serás, si te quedas, por que al igual que él, tienes poderes mágicos, y me atrevería a decir que eres bastante más poderosa que él. Creo que deberías ingresar en el colegió, pero por lo que me has dicho eres demasiado mayor, aunque te podríamos hacer pasar por una chica de 17 años y podrías estar en el último curso como los chicos que te acaban de traer. –dijo Dumbledore.

Un momento¿tengo poderes mágicos? Y ¿Cómo voy a ingresar en el colegio sino se nada? además no tengo ni varita, ni dinero para comprarme una. Y… una cosa más, dice que los chicos que me han traído están en el último año? Pero eso no puede ser, porque yo los he visto cuando ellos iban a quinto y estaban haciendo sus exámenes para los TIMOs!

A ver, sí, tienes poderes mágicos, yo te ayudaré con los conocimientos del colegio y tus compañeros también. Lo de la varita lo arreglaremos en un momento, y por lo del dinero no te preocupes. Y en lo referente a lo del libro, aprenderás que no todo encaja con lo que leíste en el libro. – dijo en tono misterioso.

Elizabeth se quedó un poco pensativa y al fin exclamó:

Esta bien, pero una cosa más¿Debo decírselo a los chicos, quiero decir que si se lo debo explicar todo? Por que supongo que pronto no les bastará con lo que les he dicho, porque por lo que he podido notar son muy sagaces sobre todo Black y Potter.

Eso déjalo de mi parte, mañana a primera hora los llamaré y se lo explicaré yo mismo, y mañana también será tu selección así que debes prepararte. Esta noche dormirás aquí. – hizo un movimiento con la varita y apareció una cama enorme rodeada con cortinas -. Si no te parece mal, claro -. Elizabeth negó con la cabeza. – Excelente, entonces ahora iremos a comprarte las cosas que necesitaras para el colegio. Ven hacia aquí, coge esto – le dijo alargándole una tetera, y seguidamente Elizabeth notó como su cuerpo era arrastrado por una fuerza invisible, y comprendió que se trataba de un traslador.

Fin de este capítulo si os gusta u os repugna o creéis que se puede mejorar dejarme alguna review y yo hare todo lo posible para enmendar mis errores y potenciar mis virtudes, uix que cursi ma quedao.

Gracias por tu review Fer-Black, me alegro que te gustara y espero q este te guste tanto o más. Un besazo!

LaurelindoreanBlack