wenas gente! Cómo ya sabeis no soy Rowling (porque si lo fuera, JAMAS habría matado a Sirius Black), y aquí no hay nada mío excepto las ganas de escribir y de haceros disfrutar, y el personaje de Elizabeth, claro.

Pues nada, aquí está el tercer capítulo, espero q os guste, y ya sabeis pa cualquier queja, opinión, sujerencia, etc. Dejarme una review, ni que solo sea pa decirme hola. Que con eso ya me dais las fuerzas y ganas necesárias pa seguir escribiendo.

Os dejo con el capi. Disfrutadadlo.

De pronto sintió como sus pies tocaban el suelo de repente e hizo que se tambaleara y casi se cayera al suelo de no haber sido por Dumbledore que la sujetó por un brazo. Cuando por fin se hubo recuperado del impacto, se dio cuenta donde estaba. Era una tienda oscura llena de polvo, pero acogedora. Repleta de estanterías con montones de cajitas pequeñas, entonces se dio cuenta de que estaba en Ollivanders y que esas cajitas contenían varitas. Iba a comprarse una varita para ella, y eso la emocionaba, iba a hacer magia, jamás soñó que le pudiera llegar a pasar algo así. Bueno, en realidad si que lo había soñado, pero es que Azucena era una soñadora.

¿Quién está ahí? –gritó una voz grave y profunda, y un tanto amenazadora, seguidamente una cabeza apareció de detrás de una puerta en lo alto de una escalera.

¡Dumbledore! – dijo de pronto al reconocer al más adulto de los intrusos.

¿Cómo está señor Ollivander? Disculpe la intrusión, ya se que no son horas, pero esto es importante y necesito su ayuda y sus contactos.

No pasa nada, siempre tengo un momento para usted. Estoy a su servicio para lo que sea.

Perfecto, muchas gracias. Bueno, para empezar le quiero presentar a mi acompañante, Elizabeth Oldman – después de los debidos "encantado/a" por parte de los presentados Dumbledore siguió.- La señorita Oldman parece ser que ha caído por estas tierras, y resulta que es una bruja adulta sin equipamiento ni formación, si usted ya me entiende, pues no es la primera – Ollivander asintió dando así a entender que sabía por dónde iban los tiros. –El caso es, que mañana tiene que ser presentada a sus compañeros y ser seleccionada por el sombrero, y no tiene equipamiento. Ya sé que es un poco tarde pero ya sabe lo que quiero de usted.

Claro por supuesto –dijo dirigiéndose al anciano, luego hurgándose en el bolsillo y sacando una cinta métrica se dirigió hacia Elizabeth.- Bien acérquese señorita Oldman, voy a tomar sus medidas para averiguar que varita le iría mejor. – Después de haberla medido le dijo.- Muy bien, vamos a ver, pruebe esta, veinticinco centímetros, sauce y nervios de corazón de dragón. Bonita y flexible. Cógela y agítala.

Elizabeth cogió la varita y (sintiéndose un poco tonta) la agitó, pero el señor Ollivander se la quitó de inmediato.

Madera de Haya y pelo de unicornio. Veinte centímetros, muy flexible. Prueba… - Elizabeth volvió a probar pero nada sucedió (se sintió muy mal por estar molestando a aquel pobre hombre sin encontrar nada para ella), el señor Ollivander se la volvió a quitar. – No, no, a ver podría ser interesante probar esta, si sí podría funcionar – dijo como si nadie más estuviera allí – veintiocho centímetros, acebo y pluma de fénix, bonita y flexible – se la tendió a Elizabeth, pero algo le estaba pasando por la mente a ella en esos momentos. Cogió la varita y cuando la fue a agitar, notó calor en sus dedos, y de la varita salieron unas chispas rojas y doradas, y mientras Ollivander se alegraba por haber encontrado la varita perfecta, a Elizabeth se le aconteció algo en la cabeza. "No puede ser" pensó "Y si esta varita fuera…?"

Un momento, señor Ollivander podría decirme si esta varita, la pluma que contiene es de la cola del fénix del profesor Dumbledore, Fawkes?

Pues si, es exactamente esta¿Por qué? – dijo el dueño

Me esta diciendo que esta es la hermana de la varita de Voldemort? – Ollivander respondió afirmativamente después del susto de haber oído el nombre Del-que-no-debe-ser-nombrado. –No puede ser! Entonces no puedo tener esta varita, de verdad señor Ollivander esta varita no es para mí.

No lo entiende señorita, es la varita la que elige al mago, me temo que no puedo cambiarla – dijo el viejo

Profesor Dumbledore, por favor, tiene que entenderlo, esta varita esta predestinada a alguien del futuro muy importante, y si yo me la quedo no la tendrá jamás, y podrían pasar terribles desgracias. – dijo y pareció que Dumbledore lo entendió a la perfección, así que habló con el señor Ollivander, y después de varios "esto va a ser muy difícil" y "es un error" siguió buscando la varita perfecta para Elizabeth.

A ver, creo que esta podría ser. Veintiocho centímetros, caoba y pelo de unicornio. Bonita y muy flexible, excelente para transformaciones. Cógela y agítala – y Elizabeth obedeció, solo tocarla notó que le corría por los dedos un calor intenso, más que la vez anterior, y como antes volvieron a salir de la punta de la varita chispas rojas y doradas. – Perfecto! Has tenido mucha suerte, no todo el mundo consigue una segunda oportunidad, y cabe decir que esta es una varita muy poderosa, tanto o más que la anterior.

Muchas gracias, señor, de verdad que siento lo de la otra varita pero tengo mis razones para rechazarla – le dijo Elizabeth.

Después de molestar a varios dueños de tiendas, y de pedir muchas disculpas y agradecer muchísimo, volvieron al despacho del Director, con las túnicas, libros, varita, etc., que necesitaba para su vida en Hogwarts. Dumbledore se fue a su habitación y Elizabeth se acostó en su cama adoselada, pero no se durmió, no podía, estaba tan emocionada con la nueva vida que se le había brindado, aunque por otra parte sabía que no era la mejor época para entrar en el libro, ya que Voldemort estaba reuniendo seguidores y empezando con su guerra. Pero no le importo, porque ella estaba viviendo su aventura, la aventura que había esperado toda su vida, y así pensando en su sueño por fin realizado, se durmió.

Elizabeth entreabrió los ojos, un sonido muy agradable la había despertado. Había tenido un sueño maravilloso, estaba en Hogwarts, había conocido a Dumbledore, y a los merodeadores.

Entonces mientras su mente recordaba lo que había soñado, escuchó otra vez ese sonido melodioso, era como una canción que le elevaba el espíritu y la hacía sentir capaz de todo. Abrió los ojos del todo, y buscó la fuente de donde provenía ese sonido, y sus ojos se pararon en un pájaro muy hermoso, que estaba posado en sus piernas y que la miraba dulcemente, con esos ojos que denotaban inteligencia y poder. De pronto se dio cuenta que no había tenido ningún sueño, que todo era real, que estaba en el despacho de Dumbledore y que ese pájaro era un fénix, Fawkes. Sonrió.

Hola Fawkes, que tengas Buenos Días. ¿Has venido a despertarme? –le dijo. El ave, como toda respuesta se acercó más a ella y le permitió que esta le acariciara la cabeza.

Mmmh… estas ya despierta? – Dijo una voz que le resultaba familiar, y a la que ella respondió afirmativamente.- Espero hayas dormido bien. Será mejor que te vistas ya, y bajes al Gran Comedor, allí se hará tu selección, todos los profesores están avisados. En cuanto sepamos tu casa, mandaremos todas tus pertenencias a la habitación que te sea asignada. ¿Todo bien?

Si profesor, puedo llamarle profesor ya verdad? – le preguntó, a lo que el viejo le respondió con un "Por supuesto".- Muchas gracias por todo profesor Dumbledore, de verdad se lo digo, no sabe lo que significa esta oportunidad para mi. Se lo agradezco de todo corazón.

No se merecen – le sonrió el anciano a la joven y le dio la espalda.- Para mi es todo un placer ayudarte, solo espero que no hagas lo mismo que hizo Avery, ese chico me defraudó mucho – esto último lo dijo con la voz muy cansada.- Una cosa más – se giró otra vez hacia Elizabeth – cuando acabe el desayuno podrías decirles a los señores Black, Potter, Lupin y Pettigrew que los quiero ver en mi despacho, si aun quieres que les explique todo lo referente a ti, claro.

Si, gracias profesor Dumbledore, me haría un gran favor si se lo explicara a ellos. Eh… Profesor… Debo preocuparme por la selección? – le preguntó con un deje de nerviosismo y preocupación en la voz

No tiene porque, recuerda que el sombrero no dicta lo que tú eres o como tú eres, solo tu misma puedes decidir algo así. Y ahora date prisa, o llegaras tarde a tu selección, y no te preocupes por eso. –Dicho esto desapareció del despacho, dejando a una asustada Elizabeth.

Así que haciendo caso a su profesor, Elizabeth se vistió y se arregló todo lo rápido que pudo, salió del despacho del director y se dirigió hacia el Gran Comedor.

De pronto se paró en seco al llegar a la primera escalera. ¿Cómo no había caído en eso? No tenía ni puñetera idea de donde estaba el Gran Comedor. Podía pasarse días rondando por ese enorme castillo sin ni siquiera acercarse. Suponía que debía estar en el primer piso, pero le daba un poco de miedo pasar por esas escaleras que cambiaban a placer.

Pero un golpe de suerte hizo que no tuviera que pasar todas esas penurias, por lo menos no sola.

Eh eres tú! – dijo alguien. Elizabeth se giró, y vio al chico de gafas y pelo revuelto que había conocido el día anterior, James Potter, e iba acompañado de otros tres chicos.- Como estas?

Hola! – Le saludó ella alegremente.- Estoy mejor, gracias. Buenos días a todos – dijo dirigiéndose a los otros chicos, y sintió que sus mejillas enrojecían cuando su mirada se cruzó con la del chico de los ojos grises. – Iba a bajar al Gran Comedor, hoy es mi selección, voy a estudiar con vosotros, en el séptimo curso.

Así que Dumbledore te quiere en la escuela, perfecto, esto te va a gustar mucho. Y no te pongas nerviosa con lo de la selección no es tan importante. Vayas a la casa que vayas encontrarás apoyo en nosotros. Le dijo el chico de ojos miel, que hoy tenía mejor aspecto, y que a los ojos de Elizabeth le pareció muy atractivo.

A no ser que vayas a Slytherin! Es broma, estaremos aquí para lo que quieras. Nosotros también vamos ahora a desayunar, si quieres puedes venir con nosotros. – dijo Sirius Black.

Muchas gracias chicos. Ay por cierto, Dumbledore me ha dicho que vayáis a hablar con él después del desayuno. Y el primer favor que os pediré es que me enseñéis todo el castillo, yo se que sois los únicos que lo conocéis a fondo. – les dijo echándoles una mirada pícara, a lo que los merodeadores respondieron hinchando mucho el pecho en señal de orgullo.

Y así hablando llegaron al Gran Comedor, dónde en la misma puerta los esperaba una mujer mayor, muy alta y delgada, peinada con un moño. Daba la impresión de ser una mujer muy severa y que siempre hacía cumplir las normas. Solo verla, a Elizabeth le inspiró un gran respeto.

Buenos Días – dijo secamente.- Usted debe ser la señorita Oldman, el profesor Dumbledore ya me ha hablado de su llegada. Yo soy la Profesora McGonagall. Debe acompañarme ahora para su selección.

Claro profesora, encantada. –le respondió ella.

Vosotros cuatro – se dirigió a los acompañantes de la chica.- Vayan a desayunar ahora mismo.

Buenos días profesora McGonagall, yo también me alegro de verla. – respondió Sirius sarcásticamente. Y así los cuatro se alejaron, deseándole suerte a su amiga, y llegaron hasta una gran mesa, donde ya había muchos jóvenes sentados que hablaban alegremente. Los merodeadores se sentaron al lado de una chica muy guapa, de largos cabellos rojos y mirada brillante.

Buenos días Lily cariño – le dijo James, pero parecía que la chica en cuestión no lo había oído, o bien no quería oírlo.

Me parece que aún esta enfadada contigo, por lo de Quejicus, Cornamenta –le dijo Sirius, con un amago de sonrisa en el rostro.

Y con razón, sigo pensando que os pasasteis James –le retrajo Remus

Oh vamos Remus, fue muy divertido, Snape tiene la virtud de hacernos reír a todos.- dijo el más bajito, Peter.

Lily, por favor perdóname, te prometo que no volveré a molestar al pelo grasiento ese. Si a ti no te gusta, soportaré que el exista. – le suplicaba James a la pelirroja.

Muy bien James, te perdono si me dices quién es esa chica que esta con McGonagall allí cerca de la mesa de los profesores, no la había visto jamás. – dijo al fin Lily, señalando hacia donde estaba Elizabeth.- Pero no quiero que vuelva a suceder lo de Snape sino será la última vez que te hablo.

Y mientras James le explicaba todo lo que sabía sobre la misteriosa chica. Una mujer mayor con pinta de ser muy estricta, reclamaba silencio a toda la sala. Una vez todos callados, le dio la palabra al director.

Queridos alumnos, ya se que el curso empezó la semana pasada, y que entonces se celebró la ceremonia de selección –empezó el anciano. – Pero los últimos acontecimientos me obligan a que hoy se celebre otra vez esa ceremonia, pues una alumna nueva, ha llegado. Pido que deis la bienvenida a la señorita Oldman – unos pocos aplausos se escucharon por parte del público, pues estaban demasiado sorprendidos por la noticia, solo había un grupo que aplaudía con ganas, a parte de los profesores, y era en la mesa de Gryffindor, cuatro chicos y también una chica daban la bienvenida a Elizabeth.– Pero la señorita Oldman, dadas las circunstancias no entrará en el primer curso, sino en el séptimo, dado que sus conocimientos y su edad son demasiado elevados para juntarla con los más jóvenes de la escuela. Así que ahora que ha quedado todo claro y se han hecho las presentaciones. Pasemos a la ceremonia de selección.

Señorita Elizabeth Oldman – la llamó la profesora McGonagall .- Siéntese aquí y póngase el sombrero en la cabeza. – dijo señalando una silla, donde había un sombrero viejo y ajado "he aquí el famoso sombrero seleccionador" pensó.

Pos ya ta! Aquí se acaba el tercer capítulo, espero que os haya gustado. La verdad es que ya tengo el final pal fict, lo que pasa es que no se como llegar a el. Supongo que ya me irá saliendo la inspiración. Y recordad que acepto sugerencias, porque nunca esta de más una idea original.

Weno ahora paso a responder las reviews:

Serenity-princess: me alegro de que te guste de verdad! a mi también me gustaria entrar en el libro, me comeria enterito a besos a mi Sirius, jeje. Weno de ilusión también se vive! ;-p Gracias por la review. Un besazo wapisima!

Nury: Gracias por la review! Siempre que haya gente que me mande alguna review seguiré con la historia, espero que te siga gustando. También me pregunto yo como voy a solucionar la trama! XD. No me había dado ni cuenta de que habia puesto lo de no permitir las reviews anónimas, ya e enmendado mi error . Un abrazo!

Kate Death: De verdad te ha gustado mucho? pos no sabes lo feliz que me haces! Espero que te siga gustando tanto! Un Beso!

Weno ahora hasta el próximo capítulo que no se cuando lo pondre porque se me vienen los examenes encima y tengo q estudiar, que la facultad es muy dura!

Un abrazo.

LaurelindoreanBlack.