EL INTRUSO
Sherlock Holmes entró sigilosamente por la puerta, pese a ser de día el interior estaba oscuro ya que todas las cortinas estaban echadas y si encendiera la luz Moriarty le descubriría. Con cuidado registró parte de la enorme mansión hasta llegar al estudio de Yusaku Kudo, el padre de Shinichi, el único lugar donde había un poco de luz. Holmes podía distinguir a duras penas una enorme librería pero no alcanzaba a leer los títulos de las obras. Sin embargo cuando se acercó a coger una de ellas desvió la mano rápidamente y se la colocó delante de la cara para aturar un puñetazo.
No te puedo ver pero si puedo oírte- dijo Holmes
La figura del atacante que apenas podía percibirse empezó a moverse por el estudio. Holmes estaba a la defensiva, aturó la patada que iba directamente a su estomago y contraatacó con un puñetazo que su rival también esquivó. El extraño atacante, imitando a Holmes, también intentó lanzar un puñetazo a su oponente, el detective cruzó los brazos para parar el golpe sin embargo el impacto le hizo bastante daño. Sin embargo aprovechando ese último puñetazo de su oponente Holmes le agarro con un brazo y con otro le agarro el cuerpo.
Un momento…eres una chica- dijo mientras se esforzaba para no dejarla escapar.
¡Suéltame!- le gritaba la chica
En ese momento se encendió la luz del estudio y Holmes pudo distinguir a su atacante, una chica de pelo castaño y ojos azules muy guapa, de la edad de Shinichi pensó Holmes.
¡Holmes, déjala!- dijo Conan que estaba al lado del interruptor de la luz.
El detective la dejo ir, la chica se puso bien la chaqueta y se dirigió hacia Conan.
¿Qué haces aquí Conan¿No tendrías que estar en Londres con tu tio¿Quién es usted?- dijo algo enfadad dirigiéndose a Holmes.
No soy el tío de Conan exactamente, me llamo Sherlock Holmes, soy un amigo de la familia de Conan- dijo Holmes asegurándose de que la chica le entendiese ya que sabia que era japonesa.
¿Y porque estaba aquí? En casa de Shinichi- preguntó
Pues verá…-dijo mientras se inventaba una excusa- También soy detective y tenia que resolver un caso en Japón, le dije a Shinichi que vendría pero el me contestó que no podría recibirme porque no se encontraba en Beika y que me podía quedar en su casa.
Buena excusa- pensó Conan.
Discúlpeme, soy Ran Mouri- dijo presentándose.
Tengo una idea- dijo Holmes- esta casa es demasiado grande para mi ¿Por qué no se quedan usted y Conan conmigo?
�¡Que?-exclamó Conan
Holmes se acercó lentamente al detective mientras Ran meditaba la cuestión.
Así será mas fácil protegerla de Moriarty, le será mas difícil atacarle si estamos junto a ella.
¡-De acuerdo! exclamó Ran- nos quedaremos con usted.
Por cierto Ran¿Qué hacías aquí?- preguntó Conan
Ya lo sabes, una vez al mes vengo a ordenar esto, Shinichi es un desastre. Pero esta vez vine por otra cosa.
¿Cuál?- preguntó Holmes
Gané cuatro entradas para el concierto de Rina Aiuchi de mañana pero ni mi padre ni Shinichi pueden venir por lo que veo así que… ¿Por qué no viene usted y Conan conmigo?
-Arigato Mouri-san, iremos encantados ¿Verdad Conan?
Haaaaaaaai- dijo imitando a un crío de su edad
Así me gusta y por favor señor Holmes, llámeme Ran.
De acuerdo.
Por la noche cenaron tranquilamente en el enorme comedor de la casa de Shinichi mientras que Holmes relataba algunos de sus casos para distraer a Ran. Cuando terminaron Holmes insistió en recoger la mesa para así de paso investigar la cocina. Ya era muy tarde cuando alguien llamó al timbre de la puerta.
Y si fuese…
No creo que Moriarty fuese tan idiota como para llamar a la puerta. ¿Guardaba tu padre alguna arma en la casa?
Solo la vieja Katana del estudio de mi padre pero no puede matar, no esta afilada. Tengo una idea, tu abre la puerta Holmes, yo- dijo mientras hacia girar la ruedecilla de sus bambas para cargarlas- me prepararé para chutar.
El detective asintió. Ambos se dirigieron a la puerta, Conan preparó el balón y Holmes agarró el pomo, simultáneamente el detective abrió a puerta y Conan chutó el balón que salió disparado contra el visitante. Al impactar en el se escuchó el gemido de una niña.
Vaya, no me digas que…esto…perdona Haibara no sabíamos que eras tu.
La pobre chica estaba aturdida en el suelo. Sherlock Holmes la entró al interior de la casa y la estiró sobre el sofá. A los pocos instantes recuperó el conocimiento.
¿Así recibes a tus visitas Kudo?- dijo Ai enfadad
Ya sabes quien nos persigue, toda precaución es poca.
De eso he venido ha hablarte, tenemos que marcharnos de Japón ahora mismo. Moriarty es demasiado peligroso.
Conozco a Moriarty muy bien- dijo Holmes- huir no servirá de nada, le haremos frente aquí.
Solo espero que tengamos suerte y él no este aquí- dijo Ai
¿Moriarty?
No, el otro, su mano derecha, Sebastian Moran.
