Titulo: Harry Potter y el entrenamiento.
Autora: MiRuG.
Disclaimer: Todo de J.K.Rowling y de quien ella considere oportuno. Yo solo me aprovecho de algunos de sus personajes sin animo de lucro.
Summary: En el verano después del 4 curso, Harry es llevado a conocer sus raíces y allí se someterá a un duro entrenamiento. No SPOILERS OdF
•o.O Harry Potter y el Entrenamiento O.o•
Capitulo 1: El Principio de todo.
Una persona se deslizaba entre las sombras del numero 4 de Privet Drive, equipada con una túnica de color Burdeos oscuro. En vez de andar parecía flotar unos cuantos centímetros por encima del suelo. Subió por las escaleras al segundo piso, allí, se adentro en una de las habitaciones, muy seguro de si mismo.
Nunca en su vida había visto una habitación que pudiera denominarse como una cacharrería de juguetes, pero sin duda eso era una. No presto mucha atención a ello tampoco, si no que con unos ojos morados con brillos plateados preciosos topo con un bulto encima de un camastro.
Recito unas cuantas palabras en un idioma raro y todas las pertenencias del joven tumbado en el camastro se metieron en un baúl que llego hasta las manos del extraño sujeto que seguido ato una carta a la pata de una lechuza blanca:
Buenos días Director,
Cuando reciba esta carta yo ya estaré lejos de Privet Drive así que no se moleste en venir a buscarme. Necesito un tiempo de reflexión, con todo lo que ha pasado últimamente... Lo siento pero la presión a la que soy sometido me empieza a trastornar. Así que me voy hasta que este preparado.
Estoy seguro de que no me va a pasar nada, tenga fe. Salude a Ron, Hermione, Remus y Sirius especialmente de mi parte y dígales que no me va a pasar nada y que estaré bien. Hedwig solo va a poder volver una vez hasta donde estoy así que no malgasten esa carta.
Saludos,
Harry Potter.
El sujeto, de entre sus túnicas saco un extraño objeto de oro, con el que después de haber tocado al chico, desaparecieron.
Unas esmeraldas se abrieron al notar unos rayos de sol posarse en su cara. Se desperezo y se dio cuenta de que eso sin lugar a dudas no era la casa de sus tíos. Primero la cama era demasiado mullida, no había oído el típico grito de su tía para despertarlo y tercero, una extraña mujer esta abriendo las cortinas de "su habitación".
La habitación era demasiado amplia para pertenecer al numero 4 de Privet Drive, el joven podría asegurar que esa estancia era como toda la planta de la casa de sus detestables tíos. El dormitorio tenia una decoración clásica aun que un poco extraña. Contra la pared enfrente de un balcón que se podría denominar como terraza, se encontraba una cama de tres metros por tres, señorial, con cuatro postes en cada esquina, formados de dragones esculpidos en roble. El cabezal era grande y en forma de pico, y era coronado por un enorme dragón que parecía haber sido hecho escama por escama con una delicadeza y precisión exacta. La colcha era azul marino con detalles en dorado.
En el lado izquierdo había dos puertas, una conducía al resto de la vivienda y la otra a un magnifico baño hecho de mármol, con una enorme bañera muy parecida a la del baño de los prefectos en Hogwarts. Entre las dos puertas había una enorme librería con cientos de libros, de diferentes temas, tanto mágicos como muggles. En el lado contrario había un ajedrez fijo, con el que se podía jugar solo, al lado de otra puerta que llevaba a un enorme, gigantesco, vestidor. Apoyado contra esa pared se encontraba un escritorio precioso, muy completo. Una lámpara de Tifani´s en tonos azulados preciosa, haciendo juego con dos parecidas que se posaban en las mesillas.
La voz de la mujer hizo que el joven se sobresaltara:
- ¿Te encuentras bien, Harry?
- Si. ¿Pero, como...?- empezó el chico.
- ¿Como se tu nombre? ¿Y como has llegado hasta aquí? ¿Quien soy? ¿Por que no estas con tus adorables tíos como ordeno Dumbledor?- pregunto la mujer- Tranquilo Harry, todo a su tiempo. De momento tomate la poción que está en la mesilla derecha y no te muevas de la cama, ahora vuelvo.
A Harry, ver a la mujer, le había descolocado. Sus irises eran de color morado precioso, un aro de color dorado rodeaba su pupila. Su pelo era como el cristal, aun que no se veía a través, le llegaba hasta la cintura en forma de pico. Su piel era blanca como la nieve inmaculada, aun que tenia un ligero rubor melocotón muy suave en las mejillas. Su rostro era luminoso como un amanecer de invierno, parecía una muñeca de porcelana, demasiado frágil. El joven se rindió ante Morfeo en cuanto hubo tomado la poción. La mujer al ver esto soltó un suspiro y comento mientras salía de la habitación:
- Espero que no sea muy duro para ti, mi niño.
Harry se despertó unas horas después, la misma mujer lo observaba desde el centro de la alcoba, esta lucia una túnica, blanca, entallada, de mangas princesa y un escote bastante pronunciado, que dejaba ver unas curvas muy bien formadas. El chico miro a la mujer y está sin que le preguntaran empezó a hablar:
- Bien Harry, te voy a contestar a todas las preguntas que pueda. Bien como sé tu nombre es fácil, la cicatriz te delata, además te conozco de mas de lo que tu crees, algún día de estos profundizare este tema contigo. Como has llegado hasta aquí, es algo bastante difícil de explicar, la verdad has viajado por un portal dimensional, eso ya te lo explicara Orfeo yo sigo sin entender muy bien por que y como se hace. ¿Quien soy? Dilcia que significa luminosa y pura. Soy hija de una dinastía de elfos. Por que no estas con tus tíos, es bastante lógico que no estés con ellos, tienes un entrenamiento que realizar y no van a ser ellos los que te impidan hacerlo. Ahora Harry, descansa, te va a hacer falta. Esta noche cenaras con nosotros. Allí hablaremos mas. Nos hemos tomado la molestia de comprar ropa de tu talla, es para ti, está en el vestidor.
Harry había quedado ligeramente descolocado con las palabras de la elfa. El muchacho se levanto, ducho y fue a coger ropa. Se quedo impresionado al ver el vestidor, era enorme, y estaba todo lleno de ropa todas las paredes recubiertas con estanterías y armarios. Había tantas túnicas como ropa muggle. El niño que vivió cogió lo primero que vio, que fue unos vaqueros algo desgastados, una camiseta pegada blanca y un jersey pegado de punto negro. Se sentó en el escritorio, después de haber cogido un libro y empezó a leerlo. Era un libro de transformaciones avanzadas, Harry estaba seguro de que si alguien le preguntaba sería capaz de responder lo que venia en el libro, textualmente. Estaba algo sorprendido aun que le pareció del todo normal.
Cuando Dilcia llego Harry se acababa de terminar el libro. La elfa le dedico una espléndida sonrisa y lo guió hasta el comedor. Allí Harry se encontró con un hombre que se suponía llamar Orfeo, tenía un pelo muy parecido al de Dilcia, recogido en una coleta. El hombre al sentir la presencia de los dos, se giro. Harry también se sorprendió al ver el rostro de este, su piel era morena y sus ojos eran morados con reflejos plata preciosos. Parecía una persona muy estricta, sus fracciones eran muy duras. El hombre ladeo la cabeza a modo de respeto, mientras decía:
- Es un honor tenerte hoy con nosotros Harry. Sentimos la forma con al que te traemos pero de otra forma no hubiéramos podido. Bien creo que tienes muchas preguntas que formular.
- Si.- contesto muy tranquilo Harry mientras se sentaba en la mesa.- Primero me gustaría saber que es ese rollo de los portales dimensiónales. Y sobre todo por que hemos, si, hemos tenido que usar uno.
- Los portales son como trasladadores, solo que con mas poder y poco conocidos. Y los hemos tenido que usar por que simplemente estamos en otra dimensión.
- ¿Perdón? Creo que estoy soñando.- dijo Harry con una sonrisa
- No estas soñando Harry. Está es la dimensión de nuestro pueblo y aquí empieza el entrenamiento cuando estés preparado volveremos a tu mundo, que también es el nuestro, es algo difícil de explicar. Nosotros pertenecemos a los dos mundos, al que consideras como tuyo y a este. Éste es habitado por criaturas mágicas que se suponen en extinción y elfos de varias categorías. Es un sitio que nadie que no pertenezca a nuestra especie conoce. ¿Me sigues? Es otra dimensión, mas o menos, pertenece a la Tierra pero es una zona privilegiada, algo especial, esencial, si esto muere la tierra también. Sin embargo si sucede lo contrario, habría posibilidades de salvarse estando aquí.
- Muy bien perfecto, supongamos que me lo creo. ¿Si? ¿Como que nuestro?- pregunto Harry algo extrañada, parecía que el hombre estaba diciendo que el también pertenecía allí.
- ¿No te preguntas por que tu serias mas especial que los demás pudiendo entrar aquí? Tu eres uno de nosotros la familia de tu madre ha sido siempre la dinastía mas poderosa de todas. Tu también eres un elfo, eres el heredero de dos fundadores de Hogwarts, eso sobrino te convierte en alguien muy especial.- comento Dilcia con una sonrisa que alegraría hasta el mas sombrío de los corazones.
- ¿Sobrino? Perdón, me pierdo en algo.- dijo Harry que se empezaba a poner furioso.
- Yo soy hermana de tu madre. Ya se me vas a decir que entonces Petunia también tiene que ser una elfa y me vas a reclamar por que te deje con los horribles monstruos que tenemos de familia. ¿Verdad?
- Exactamente.- murmuro con los dientes apretados Harry.
- Pues Petunia no es elfa, por que es adoptada. Ella nunca lo supo claro, ni lo sabe todavía, la muy necia. Me estoy acordando del día en que esa mal nacida, puso a Lily de aquella forma, la hubiera matado.- siguió Dilcia dejándose llevar por las emociones.
- Cariño te importaría no irte por las ramas. No creo que Harry tenga que saber que por poco matas a tu hermana.- dijo Orfeo con una voz divertida.
- Hermanastra. Que demonios, sujeta repulsiva.
- Como tu digas, cielo.- contestó Orfeo intentando ocultar una risita.
-¿Por donde iba? Así eso que la cara caballo es adoptada, sus padres murieron cuando era recién nacida, eran los mejores amigos muggles de nuestros padres, y la acogieron. Y yo no te acogí por que no me fue permitido, por NADIE.- respondió fijando sus ojos en Orfeo que hacia como si con el no fuera la cosa.
La conversación se relajo un poco. Hacía las once y media los tres se fueron a acostar, por que mañana tendrían que madrugar mucho, así lo habían decidido para empezar el entrenamiento lo mas pronto posible.
