Capitulo 7:

Delante suyo se materializaron 4 personas, eran casi translucidas y tenían un porte muy serio, así como unas largas barbas del estilo de la de Dumbledor, los hombres. Las dos mujeres sin embargo se les veía también bastante serias y algunas arrugas surcaban sus rostros, aun así eran muy bellas. Era muy visible que estos eran mayores que el, túnicas de colores Verde, Rojo, Azul y Blanco eran portadas por cada uno de ellos.

Orfeo y Dilcia, después de acercarse ligeramente se arrodillaron y miraron negando fuertemente con la cabeza al ver que su sobrino no se molestaba en hacer una pequeña reverencia, aun que el podía permitirse ese lujo, pero seguramente eso le costaría algo caro.

Uno de los cuatro por fin se dispuso a hablar:

- Jóvenes Iskandar, Orfeo y Dilcia. Buenos días.

- Veníamos a hablar contigo, Iskandar.- continuo otro, que llevaba una túnica de color blanca.- Es importante.

Sin esperar a mas, este hizo que los 4 le siguieran. No sin antes susurrar a Draco que no se le ocurriese decir nada y que disimuladamente en unos 10 minutos fuera al aula.

Andaba sin prestar la mínima atención a las 4 presencias que le seguían. Su cabeza estaba en la imagen de su amada, la expresión de dolor en sus ojos y las lagrimas saladas recorriendo sus mejillas, haciendo que el se sintiera, mal, tan mal, que habría querido morirse en ese instante. Caminaron hasta llegar al aula donde impartía clases a su grupo de séptimo. Se sentó en una de las sillas mientras los otros 4 hacían lo mismo.

Mientras tanto en el comedor todos se miraban y cuchicheaban confundidos. Dumbledor pregunto en un susurro incrédulo, después de haber recuperado algo de su habla:

- ¿Esos eran los 4 elementos?

- Si Albus. Aun que bueno no son realmente los 4 elementos. Son algo así como una coordinación mágica, con la que no podríamos dejar de vivir, aun que desgraciadamente están empezando a morir.- respondió Dilcia.- Por eso están aquí. Supongo que habrás podido sentir esa ráfaga de magia. ¿Verdad?

- Cualquiera con un mínimo de sensibilidad la ha sentido.- respondió Albus Dumbledor.- Y si no me equivoco a sido por Iskandar.

- Si, ha sido muy poco prudente de su parte. A estallado y eso supone su expulsión.

- ¿Expulsión, Dilcia?- pregunto el profesor de pociones.

- La expulsión de nuestro grupo social. Ellos lo deciden, deciden que va a hacer a partir de ahora. Aun que dudo mucho que Iska se preocupe en lo mas mínimo después de lo de Aylen.- comento derrotado Orfeo.

- ¿Aylen?- cuestiono de nuevo el director.

- La mujer que se han llevado los dos soldados.

- ¿Y por que habría de preocuparle en lo mas mínimo?- expuso su duda McGonagall.

- Pues por que había pedido permiso para casarse. Entre los elfos hay algunas leyes especiales y muy estrictas, que no se pueden dejar de cumplir. Hay fuerzas mágicas mayores que deciden si una pareja puede unirse o no. Y digamos que la princesa y el no han recibido la aprobación, condenándolos a vivir separados por siempre.- explico Dilcia con un semblante triste.- Sus destinos son importantes y cada uno debe de cumplir el suyo. Así como Iska no podía ser Rey, por diferentes factores que no se me permite explicar. Aylen no podía dejar de gobernar a su pueblo, es su obligación, le han enseñado desde niña y ese es su futuro, su sangre es real la de Iska no se puede mezclar con la real, seria profanamiento de leyes sagradas. Así como nuestra familia no puede juntarse con la realeza. La realeza no ejerce ningún poder en nosotros. Somos de linaje mas antiguo e importante y nos corresponden muchos privilegios, así como obligaciones y alguna prohibición, aun que son pocas, hay que seguirlas al pie de la letra. No hay escapatoria. Ellos sabían que su unión no podría realizarse, por muy fuerte que su amor fuera, y acudieron a un tribunal especial que se consulta en caso de querer unirse a alguien, ese tribunal deja de lado todos los perjuicios, menos algunos, y este es el caso de ello. No les ha dejado unirse... A nosotros se nos dictaros especificas normas si queríamos estar juntos... Nosotros no podremos tener hijos por ejemplo, y tuvimos suerte, por que al fin y al cabo, siendo quienes somos por lo menos podemos estar juntos.

- ¿Un tribunal decide si dos personas se pueden unir? Es algo surrealista.- comento incrédulo Snape.

- No Severus, no lo es. Es algo muy real y te aseguro que es imposible de dejar de lado.- dijo Orfeo.

- Me estas queriendo decir que dos personas no se pueden unir, por mucho que se amen, si ese tribunal no lo desea. Y como es eso de que deciden si puedes tener hijos o no.

- Querida Minerva. Cuando eres de una estirpe de elfos tan antigua que remonta a la creación de la magia, por lo tanto de todo lo que hoy en día se conoce y te quieres casar con un elfo de...

- De orígenes mágicos desconocidos. Puedes decirlo, amor, no me afecta en absoluto, por lo menos no ahora.- completo Orfeo con una sonrisa.- Los elfos de orígenes mágicos desconocidos son escasos, aparecen de la nada, y tienden a tener poderes raros, aun que a nivel de magia, les cuesta conectarse con la magia, de hecho son muy pocos que lo consiguen. Ya que hay que unirse a ella antes de los 7 años, y muy pocos elfos se acercan a alguno como yo. Yo tengo la suerte de que los Enid me acogieron de pequeño y trabajaron conmigo y con mi magia.

Nadie dijo nada mas hasta unos minutos después en los que se sitio un gran alo de luz cegar a todos.

Caminaban rápidamente hacia el aula de los de séptimo. Los cinco en un grupo bastante compacto. Cuando llegaron y por fin Iska cerro la puerta y la insonorizo con un movimiento de mano, uno de los hombres, vestido con la túnica roja empezó a hablar:

- Creemos que ha llegado el momento de que tu real valor mágico se te muestre.

- La verdad, teníamos varias sospechas de que ya estabas listo, Iskandar, creo que no es necesario que te diga que eres especial.- continuo la mujer vestida de azul.

- Y bueno, deberíamos venir a imponerte algún castigo por causa del estallido de hace unos minutos. Pero no es esa la misión que nos trae hoy a Hogwarts.- siguió la otra mujer de verde.

- ¿Y?- pregunto Iska al ver que ninguno continuaba.

- Bueno estamos a punto de morir y han decidido que hay que unir los poderes. Sabemos que eres un elemental completo y eso te hace mas especial aun. En estos momentos solo tu puedes aguantar tanto poder en bruto junto, ya que tu de por si eres poderoso, muy poderoso.- siguió el hombre de túnica blanca.

- ¿Estáis diciéndome lo que creo que me estáis diciendo?- pregunto el muchacho asombrado.

- Exactamente. Ha llegado nuestra hora, es hora de que partamos.- continuo el hombre.- Dentro de poco lo entenderás mejor, aun que seas joven.

Iskandar Enid no tuvo tiempo de decir nada ya que recitando unas extrañas palabras, los 4 empezaron a "combustionarse" en agua, fuego, aire y tierra. Cuando ya solo quedaban los elementos en si, empezaron a comprimirse poco a poco, mientras el hechizo era repetido, ahora en forma de una pequeña melodía. Al final llego un tal punto de compresión que el como luz cegadora de diferentes colores, pronto se juntaron y formaron un gran rayo negro. Iska se sentía especialmente atraído por aquella poderosa fuente de poder que se había quedado de repente estática en el aire, para ir como una flecha hacia el cuerpo del elfo, que ni se molesto en moverse. Un gran esplendor cegó al elfo, que se encontraba en estado de choc profundo. Había sentido una descarga eléctrica enorme y un torrente de conocimiento entro en su cerebro, haciendo que prácticamente se le colapsara el cerebro.

Tardo varios minutos en recuperarse y en poder llegar a sentarse encima de un pupitre a la vez que tocaban fina y elegantemente a la puerta.

- Entra Draco.

- ¡Eh! Yo bueno profesor, bueno Iska, bueno Potter... Harry. Yo esto... bueno...

- Malfoy estas balbuceando.- se burlo Harry Potter.

Rápidamente hizo varios movimientos, uno con la varita y otro con la mano izquierda, y de repente un hechizo dio de pleno en la puerta, haciendo que la habitación pareciese resplandecer unos segundos y el otro dejo, ante la asombrada mirada de Draco Malfoy, un Harry Potter, con cicatriz incluida, con el mismo cuerpo de Iskandar, los ojos verdes tan especiales (con el brillo dorado aun en ellos), pero con una larga melena azabache.

- Bueno supongo que así será mas fácil llamarme Harry.

- Ehmm... Si, supongo.

- Ya se que esto es algo violento para ti Draco. Pero bueno, digamos que Harry Potter es la misma persona con la que te has llevado bien desde principios de curso, así que nada cambia entre nosotros... Eso si, esto no se lo puedes decir a nadie... Hay ciertas razones por las cuales...

- ¿Que razones?

- Eres un curioso...

- Aja. ¿Cuales?

- Bueno ya que vas a tener que esforzarte para no decir nada supongo que debo contártelo. Bueno es algo difícil empezar... Lo mejor va a ser que te cuente todo desde el principio y eso nos remonta a 2 años en el pasado...