Disclaimer: ROBOTECH es marca registrada de Harmony Gold U.S.A., Inc., sus personajes no son de mi autoría. Este fic fue escrito sin fines de lucro, sólo de entretenimiento.
"La Batalla del Amor"
Capítulo III
"Es oficial" - susurró Sammie.
"¿Qué es oficial?" - preguntó Kim, mirando a su compañera del Puente.
"¡La Capitana Hayes y el Comandante Hunter están saliendo juntos!" - replicó Sammie emocionada – "Han salido por casi un mes".
"¿Y cómo sabes eso?" - preguntó Kim con una sonrisa indiscreta.
"Porque ha pasado un mes desde que la capitana y el Comandante Hunter han tenido una riña por la Red. Yo diría que esa es prueba suficiente" - contestó hábilmente la rubia.
"Bueno, si me preguntan a mi¡ya era hora!" - respondió Vanesa desde su estación – "Esos dos peleaban tanto que era obvio que terminarían juntos".
"¿Y qué pasa con la Señorita Macross?" - cuestionó Kim – "¿Creen que él ya la olvidó?"
"Tiene que ser…"- Sammie asintió – "Ella se ha mantenido lejos desde hace tiempo".
"Yo lo escuché de Rico, Konda y Bron…"- comenzó a decir Vanessa
"El presidente, vicepresidente y secretario del club de fans de Minmei" - apuntó Kim.
"Que está en una gira. Supuestamente, ella y Kyle están ofreciendo conciertos a beneficio de la Reconstrucción".
"¿Es cierto eso?" - comentó Kim sorprendida –"Lynn-Kyle no me parece del tipo generoso".
"Bien" - añadió Sammie maliciosamente – "Estoy segura que la Señorita Macross tiene métodos para convencerlo de donar ese dinero".
La risa de las "conejitas" inundó el Puente mientras que Claudia y Lisa entraban con un par de vasos en las manos.
"¿Qué es tan gracioso?" - preguntó Claudia con curiosidad, colocando las bebidas sobre la mesa.
"Nada, Comandante" - respondió Sammie.
"¿Nada eh¿Y por qué no te creo?" - persistió Claudia.
"Oh, déjenlo así" - intervino Lisa con afabilidad – "Les trajimos chocolate caliente, chicas".
"Gracias, Capitana" - dijo Kim observando de reojo a sus amigas.
La Capitana Hayes estaba definitivamente de buen humor.
"¡Vaya! Su actitud ha mejorado en verdad" - murmuró Vanessa a Sammie.
"¡Ah, rayos!" - exclamó Kim al abrir su contenedor – "Olvidaron los malvaviscos".
"Estoy segura que la Capitana Hayes tiene unos cuantos en su gaveta ¿no creen?" - sugirió Sammie inocentemente.
Las cuatro mujeres miraron a Lisa quien se sonrojó incontrolablemente.
"Si… mini malvaviscos… ¿esta bien?" - titubeó.
"¡Suena bien¿Pero segura que al Comandante Hunter no le importar�?" - preguntó Kim osadamente.
"El siempre esta dispuesto a compartir" - dijo Lisa hurgando en su cajón.
"Se los dije" – dijo Sammie guiñando un ojo a sus compañeras.
"¿Le pasa algo a tu ojo Samantha?" - inquirió Claudia interrumpiendo la broma de las chicas hacía de Lisa.
"¡No, señor¡Comandante Grant!" - saltó Sammie.
"Muy bien, señoritas" - dijo Claudia con severidad, cruzando los brazos sobre su pecho –
"Me parece que deberían comenzar a monitorear esas pantallas".
"Gracias" - los labios de Lisa formaron esa palabra al mirar a Claudia.
Ella sólo se encogió de hombros al tiempo en que el Terrible Trío regresaba a trabajar.
"Minmei¿dónde estás?" - la voz de Lynn-Kyle atravesó la habitación, su mano buscando en el espacio vacío junto a él.
"Aquí estoy" - su respuesta llegó suavemente desde el ventanal del hotel donde se hospedaban.
"¿Por qué te levantaste tan temprano?" - preguntó Kyle sentándose sobre la cama, la sabana revelando su torso desnudo.
"No podía conciliar el sueño" - suspiró Minmei.
Kyle levantó una ceja. Pudo ver el reflejo de Minmei en la ventana, el ceño de la joven fruncido…usualmente eso significaba que algo le molestaba.
"¿Por qué no vuelves a la cama? El sol ni siquiera ha salido" - sugirió tiernamente.
"¡No quiero!" - replicó petulante, dando un puntapié en el piso.
"Genial. Otro de sus dramas" - pensó Kyle – "¿Te importaría decirme qué es lo que te esta molestando?"
"¡No puedo creer lo que cobraste por esos boletos Kyle¡Es indecente!" - le recriminó.
"Únicamente estoy tratando de mantener el estilo de vida al que estás acostumbrada Minmei" - se excusó.
"Así que… ¿yo tengo la culpa?" - se dio la vuelta para enfrentarlo, una furia latente en sus ojos – "¿Me conoces tan poco como para pensar que necesito un penthouse como este para ser feliz?"
Kyle la observó en silencio, desconcertado. ¿Cómo era posible que una mujer tan irascible pudiera lucir tan atractiva?
"¿Estás escuchándome?... este cuarto es tan extravagante… ¡es demasiado!" - continuó riñéndole.
La mente de Kyle viajó hacia el pasado. Él y Minmei en Japón, cuando apenas eran un par de adolescentes. Ella siempre fue hermosa y muy consciente de la sensualidad de sus ojos azules y rasgados. Siempre estuvieron cerca el uno del otro, siendo Kyle el primer hombre con quien Minmei había coqueteado utilizando sus encantos. El chico la ignoró decenas de veces, pero finalmente cayó rendido en su juego. Lynn-Kyle significó su primer beso "adulto" cuando ella cumplió 15 años, un par de meses antes de que Ciudad Macross fuera transportada al espacio. Luego del incidente con el SDF-1, lloró inconsolablemente pensándola muerta, sin embargo, un año después, la cantante reapareció en Japón, y fue ahí cuando supo que jamás volvería a perderla de vista.
"Lynn-Kyle" - Minmei agitó sus brazos con violencia – "¡No me estás prestando atención!"
Si lo hacía, pero permanecía absorto por la mujer que tenía enfrente, su cabello agitándose a su espalda, ataviada tan sola en su camisa blanca, sus largas piernas al descubierto. Minmei era su diosa… le costó hasta lo indecible compartir su cama y ahora que era suya, no tenía intenciones de dejarla ir.
"Esto es para nosotros Mimi" - dijo el hombre utilizando su apodo cariñoso para ella – "Quiero que seas feliz".
"Si quieres que sea feliz" – contestó – "¿Por qué no le das todas las ganancias al Alcalde de la ciudad?"
"Minmei, ya lo hemos discutido antes" - objetó Kyle al ponerse de pie y vestirse en unos boxers de seda.
"Tal vez deberíamos discutirlo un poco más" - se mantuvo ella firme mientras él se acercaba.
"Tal vez no" - refutó Kyle alzándola en brazos.
"¡No soy una niña pequeña!" – protestó – "¡Bájame!"
"Pues te comportas como una" - dijo él, sosteniéndola con fuerza mientras caminaba hacia la cama.
Minmei estaba furiosa. Sus puños en vano golpeando su pecho al tiempo en que él la depositaba con suavidad sobre el colchón y cubría su cuerpo con el propio. Su boca cubrió la de ella, silenciando sus protestas.
"Kyle…"- masculló la joven.
"Te amo Minmei…eres la más deslumbrante estrella" - dijo acercándola con ímpetu.
Ella cerró sus ojos apretando fuerte los párpados mientras que la mano de Kyle viajaba por su cuerpo y sus labios buscaban los suyos con ansiedad. Rindiéndose con un gemido, Minmei pasó sus brazos por el cuello de Kyle y lo besó correspondiéndole, impaciente, anhelando llenar el vacío en su alma.
El sol se colaba entre las cortinas abiertas. La cabeza de Kyle descansaba sobre el pecho de Minmei, escuchando el latir de su corazón mientras se quedaba dormido. La joven posó sus ojos en el techo mientras lloraba en silencio.
¿Cuándo es que su vida se había tornado tan confusa¿Cuándo empezó todo? Ella fue quien decidió escapar del amor… tenía que proyectar sus propias sombras (1) y ahí estaba, convertida en una sombra, perdiéndose en las ambiciones de Kyle y asfixiándose con su amor. ¡Qué ironía!
Kyle parpadeó aún adormilado al escuchar a Minmei entonar, con un dejo profundamente melancólico, la letra de la canción que ella había escrito un par de meses atrás.
Siempre pienso en ti
Sueño contigo cada noche
¿Qué haces ahora?
¿Cuándo apago las luces? (2)
"Yo siempre pienso en ti, Mimi" - dijo Kyleapenas despierto.
Minmei acarició el cabello del hombre que caía sobre su pecho y dejó de cantar. Las lágrimas fluyeron con libertad mientras susurraba la canción para ella misma.
Es a ti a quien extraño
Eres tú quien esta en mi mente
Eres tú a quien no puedo olvidar. (3)
"Si tan solo supieras…" - fue el último pensamiento de Minmei antes de quedarse dormida.
Las alarmas se accionaron en el Puente. Lisa, quien había estado revisando algunos reportes en el piso de abajo, corrió hacia la cabina.
"¿Qué sucede?" - preguntó mirando sobre el hombro de Kim.
"Pods enemigos aproximándose a Ciudad Granito, Capitana" - fue la respuesta.
"No podía durar para siempre" - dijo Sammie con tristeza.
"¿Pods enemigos?" - repitió Lisa exaltada - "¿Pero qué es lo que querrán?"
"Acabo de recibir una llamada proveniente de Granito, Capitana, están solicitando nuestra ayuda" - dijo Vanesa.
"Envíen una patrulla de reconocimiento" - dispuso Lisa – "¿Quién esta en turno?"
"El escuadrón Vermillion, Capitana" - respondió Claudia con certeza.
Lisa tragó con dificultad. ¡Pero claro! Como si no lo supiera. Caminó hacia la Red de comunicación y se enlazó al monitor de Rick.
"¡Buenos días Capitana!" - saludó Rick alegremente, aunque tratando de mantener al menos algo de formalismo entre ellos.
"Comandante Hunter, al parecer hay una emergencia en Ciudad Granito. Necesitamos que acuda lo antes posible".
"Estoy en camino Capitana Hayes. Escuadrón Vermillion…" - ordenó Hunter a través de la Red – "Cambiar coordenadas a Gamma 5, Cuadrante 6".
Lisa escuchó a Max y a los otros responder afirmativamente a las órdenes de Rick y los observó cambiar su ruta por el radar.
"Godspeed" - añadió Lisa, mirando a Rick directo a los ojos - "Por favor, ten cuidado".
"Volveré pronto" - le sonrió – "Tenemos una cita ¿recuerdas?" - y le guiñó un ojo antes de cortar la comunicación.
El Terrible Trío se volvió hacia Lisa quien se quedó fría y con la mirada fija. ¡Lo había hecho a propósito¡Disfrutaba avergonzándola!
"¡Me las va a pagar!" - pensó la mujer molesta en principio, pero sonriendo después divertida - "¡Sí, claro! con un trillón de besos seguramente".
Ciudad Granito no estaba lejos; le tomó al escuadrón Vermillion tal vez 20 minutos llegar desde su posición.
"Ahí están, chicos" - dijo Rick por la Red.
Había dos Pods Zentraedi y cinco soldados uniformados entrando a la ciudad. Vermillion sobrevoló por encima de ellos, los ojos de los Zentraedi elevándose hacia el firmamento, agitando sus puños rabiosamente en su contra.
"¿Tienen alguna idea de lo que quieren?" - preguntó Rick a uno de sus compañeros.
"En esta ciudad hay Protocultura" - respondió Max –"Probablemente es eso lo que buscan".
"Vayamos abajo y hablemos con ellos" - concluyó Rick.
"Oye Max" - dijo Bobby, otro colega de escuadrón – "¿No puedes usar tus influencias?"
"Ojalá pudiera" - suspiró Max – "ojalá pudiera".
Todos transformaron sus aviones de combate en Battloids al aterrizar y hacerle frente a los Zentraedi.
"Zentraedi, mi nombre es Rick Hunter, Comandante en jefe. Quisiera hablar con ustedes".
"¡Déjanos solos!" - gritó el soldado, apartando a Rick de su camino.
"¡Les ordeno que se detengan!" - dijo Rick enérgicamente.
"No interfieras. Déjanos en paz" - habló uno de los soldados encarando a Rick.
"Queremos hablar con ustedes" - insistió Rick – "¿Cuál es tu nombre?"
"Mi nombre es Khoji" - respondió – "Y soy el líder".
"¿Por qué visten sus ropas de combate?" - inquirió Max – "Las disputas están prohibidas".
"Queremos ir a casa" - contestó otro – "Y ustedes no nos lo permiten".
"¿Ir a casa?" - repitió Rick – "Pensé que éste era su hogar. Hemos trabajado juntos para construir esta comunidad".
"No pertenecemos aquí" - objetó Khoji – "Deseamos volver al espacio y ustedes no quieren ayudarnos. Por lo tanto, tenemos que hallar nuestros propios métodos".
El Zentraedi llamó con una seña a sus camaradas y a los Pods, preparándose para entrar en Granito.
"¿Qué hacemos jefe?" - preguntó Bobby.
"Debemos detenerlos, pero no hay que asustarlos" - respondió Rick, indicándoles a sus hombres que lo siguieran dentro de la ciudad – "No queremos que nadie salga herido".
Ciudad Granito apenas despertaba. Los pocos transeúntes que había, corrieron a refugiarse en cuanto sintieron el suelo temblar bajo sus pies. Los Zentraedis continuaron su marcha a lo largo de la estrecha calle, apenas esquivando los edificios a sus costados.
Rick observó el horror en los rostros de sus habitantes; escuchó los llantos de angustia de hombres y mujeres que se arrodillaban en el piso abrazándose, esperando lo peor. Exhalando profundamente, el chico estiró el brazo de su Battloid y tocó el hombro de Khoji.
Cometió un error. El Zentraedi, molesto, sujetó la mano del robot y lo volteó de cabeza en un agudo movimiento marcial. Rick se sintió volar por los aires y aterrizar violentamente contra una edificación, que se derrumbó a causa del impacto. Afortunadamente, el edificio aún estaba en construcción.
Max, Bobby, y los otros miembros de Vermillion empuñaron sus armas y apuntaron amenazantes hacia los demás soldados.
"Jefe¿está bien?" - preguntó Max angustiado.
"He estado mejor" - contestó Rick, regresando el Battloid a su posición estándar.
"¡Lárguense!" - vociferó Khoji, lanzándose hacia Rick.
Irascible, Rick vio al Zentraedi tomarlo por "el cuello", mientras que otro se encargaba de destruir su blindaje. Recuerdos de su enfrentamiento con Breetai cruzaron por su mente mientras que sus ojos se abrían profusamente.
"¡Rick¡Oh por Dios¡Rick!" - escuchó una voz femenina llamándolo desesperadamente, pero no provenía de la Red.
Trató de mirar a su alrededor pero la cara del soldado Zentraedi se encontraba a centímetros de su cabina de mando, una trastornada y furiosa mirada sobre él.
"¡Rick¡Rick!" - repitió la voz de nuevo.
Rick pudo ver finalmente lo que estaba detrás del rostro de ese maniático, sus ojos enfocando una figura que agitaba sus brazos frenéticamente desde la ventana de un hotel, otra silueta a sus espaldas halándola para alejarla del peligro.
"¡Minmei!" - gritó al reconocerla, pero para entonces, centellas volaron por todas partes cuando el Zentraedi comenzó a despedazar su Battloid y a presionar la cabina con sus gigantescas manos.
"¡Salta¡Salta!" - vino la voz de Max a través de la Red al correr hacia el Battloid de Rick, mientras que el resto de los Vermillion controlaban a los rebeldes.
Rick sintió el alcance de una detonación y apretó el mecanismo de expulsión. El casco estalló en la mano del soldado, y en un instante, Rick volaba por los aires. Aún colérico, el Zentraedi intentó atraparlo; falló, pero logró rozarlo apenas lo suficiente para estrellarlo contra la estructura del edificio que habían destruido unos minutos antes.
"Está herido" - habló Max impasible a través de la Red de comunicación.
Lisa sintió que sus rodillas le fallaron, Claudia corrió hacia ella, sujetándola de los hombros.
Rick fue trasladado al hospital. Ya debe haber llegado.
"¿Cómo esta?" - preguntó Lisa con una voz irreconocible.
"Estaba inconsciente cuando se lo llevaron, Capitana".
"Gracias, Max" - dijo Lisa, intentando recobrar su postura – "¿La situación esta controlada?"
"Sí Capitana. Los Zentraedi han sido desarmados y enviados lejos" – explicaba Max con el rostro consternado a través de la Red.
"Buen trabajo Max. Asumo que dirigirás a los Vermillion de vuelta al centro de mando".
"Estaremos ahí en poco tiempo. Cambio y fuera, Capitana… ahm… y Capitana" - el joven dudó.
"¿Sí Max?" - ella lo miró aún por el monitor.
"Lo siento mucho. Si hubiera podido prevenirlo, yo…"
"Lo sé. Apresúrate para volver a casa Max. Miriya te espera" - le sonrió - "Cambio y fuera".
Lisa cortó la comunicación antes de que un par de lágrimas se deslizaran por su mejilla. Claudia presionó sus hombros.
"Estará bien" - quiso confortarla.
"¿Cómo podemos saberlo?" - miró con desaliento a su amiga.
"Él es fuerte" - intervino Sammie.
"Es demasiado apuesto para ser herido gravemente" - dijo Vanessa.
Lisa miró a sus compañeras llena de agradecimiento. Las mujeres eran en definitiva más que simples colegas; eran sus amigas, sus hermanas.
"Gracias chicas" - dijo sonriendo débilmente.
La puerta se abrió en ese momento y la figura de Gloval apareció con una pipa entre sus labios.
"Señor, aquí no se…"- comenzó Sammie.
"Capitana Hayes¿qué hace usted aquí?" - inquirió con seriedad interrumpiendo a la rubia antes de que iniciara su sermón.
"¿Señor?" - parpadeó Lisa desconcertada dirigiendo la vista hacia su reloj – "Mi turno aún no finaliza".
"Si, ya terminó. En este momento, hay cosas más importantes que unos cuantos rebeldes Zentraedi. Vaya y averigüe cómo se encuentra el Comandante Hunter".
"Pero Señor…"- protestó – "No es profesional…"
"Quiero que te vayas Lisa" - le habló como un padre – "Estoy seguro que podremos arreglárnoslas sin ti".
"Ve, Lisa" - le urgieron las demás. Ella sintió las lágrimas agolparse en sus ojos.
"Gracias, Señor" - dijo tomando su bolso y caminando hacia la puerta.
"Y Lisa…"
"¿Sí, Señor?"
"Déle al Comandante mis mejores deseos para una pronta recuperación" - habló encendiendo su pipa.
Sammie consideró la posibilidad de amonestarlo por fumar, pero luego decidió que podía darle a Gloval "un respiro".
"¿Qué rayos estabas pensando, Minmei?"
La cantante levantó su mirada hacia el hombre que le gritaba furioso. Aún se encontraban en el hotel, el gerente les concedió una noche extra sin cobro para compensar el "stress" sufrido por la batalla en el exterior.
"No hay necesidad de gritar, Kyle".
"¿Qué pensabas lograr asomándote a la ventana en medio de la pelea?"
"Había un amigo mío en el Battloid" - explicó.
"¿Quién¿Ese estúpido piloto del SDF-1¿Cuál era su nombre? Rick algo… ¡Claro! Rick Hunter. El tipo al que le guardaste un asiento durante la première de tu película y jamás apareció… ¡ese idiota!"
"¡Basta!" - Minmei se puso de pie y empujó a Kyle – "Le debo mi vida".
"¡No digas tonterías, Minmei!"
"Algo malo pasó allá afuera" - dijo Minmei estremecida – "Vi a varios técnicos remolcar el Battloid".
"¿Y?" - inquirió Kyle indiferente.
"Rick jamás abandonaría su mecha a menos que algo le hubiera sucedido".
"Battloid… mecha… ¿De dónde has aprendido todo ese vocabulario, Mimi?"
"¿Acaso me crees tan tonta?" - demandó ofendida.
"No pienso que seas tonta" - dijo con serenidad – "Solo un poco… distraída".
"¡Cielos¡Gracias!" - dijo enojada.
"Es hora que te alistes, Mimi" - dijo Kyle, observando su reloj – "Le prometimos al gerente que interpretarías un par de canciones a cambio de una noche más¿recuerdas?"
"Estaré lista" - concedió, sentándose frente al espejo de su tocador.
"Arréglate, hermosa" - dijo besando su cuello.
"No te decepcionaré" - aseguró resentida y apartándolo de ella.
Una vez a solas, cerró sus ojos y recitó una oración en silencio, esperando con todo su corazón que Rick se encontrara bien.
"Hola, guapo".
"Lisa…"- sonrió débilmente a la figura delante de él.
"¿Cómo te sientes?" - preguntó ella, conteniendo sus lágrimas.
"¿Cuánto tiempo he estado aquí?" - cuestionó, mirando alrededor de la habitación.
"Treinta y seis horas. Te golpearon fuerte esta vez…"- Lisa intentó sonreír.
"Al menos recuperé el sueño perdido" - dijo llevando su mano hacia la frente – "¡Ay¡Me duele!"
"¡Pues claro que le duele, piloto!" - dijo la enfermera, entrando al cuarto –"¿Cuántas veces más tendré que verle por aquí?"
Era la misma mujer que cuidó de él en el SDF-1.
"Gusto en verte de nuevo, supongo" - dijo Rick con extrañeza.
"Igualmente" - le sonrió.
"¿Qué tan mal estoy?" - la interrogó.
"Bueno, sus costillas están golpeadas pero no rotas, y tiene una concusión. Sin embargo, parece estar reaccionando con normalidad, Teniente".
"Comandante" - corrigió Lisa gentilmente. La enfermera le sonrió de lado.
"Si hay una cosa que he comprobado con usted" - lo bromeó la enfermera, después de tomar sus signos vitales – "es que los pilotos tienen la cabeza hecha de granito".
"Gracias" - Rick hizo una mueca – "¿Cuándo puedo irme?"
"No estoy segura, piloto. El doctor vendrá en un rato más. Él se lo dirá" - se volvió hacia Lisa –"Y tu querida, deberías ir a casa a descansar un poco, tu piloto ya esta sano y salvo".
"¿Has estado aquí todo este tiempo?" - preguntó Rick sorprendido, una vez a solas en la habitación.
"No quería dejarte solo" - respondió ella.
"Ven aquí" - dijo él deslizándose hacia un lado de la cama.
"Pero Rick…" - protestó.
"Venga aquí Capitana" - le ordenó falsamente – "La necesito en mis brazos".
Con esas palabras, Lisa no tuvo más remedio que sentarse junto a él mientras que Rick la rodeó con su brazo por encima de sus hombros.
"¿Tienes idea de lo dulce que eres?" - murmuró Rick acercándola más.
"Estaba tan preocupada. No podía soportar estar lejos de ti".
"¿Y que sucedió con el trabajo?"
"Oh, le debo a Claudia un par de turnos" – sonrió – "Todos han estado muy preocupados por ti".
"¿Es eso cierto?" - Rick sonrió complacido – "¿Esas flores son de las conejitas del Puente?"
"¿Cómo las llamaste?" - prácticamente lo retó con la mirada.
"Quise decir… "- titubeó preocupado.
"Sí, son de ellas" - rió suavemente – "Y los globos los envía Sammie".
"Son muy tiernas" - asintió Rick – "No deberíamos decirles conejitas…"
"No, no deberían" – coincidió – "Roy también vino a verte".
"¿Y qué dijo mi hermano mayor?"
"Te llamó cabeza dura. Roy dijo que debiste haber pedido ayuda".
"Probablemente, pero no pensé que en verdad fueran a atacarme en el Battloid. ¡Fue inesperado para mí también! Y después, cuando sujetó la cabina…"
"¡Me preocupé tanto! - susurró Lisa, escondiendo su rostro en la curva de su cuello, inhalando su esencia.
"Lo siento tanto Lisa. Nunca quise preocuparte así".
"Es inevitable. Eres un piloto" - comenzó a besarlo tierna y pausadamente a lo largo de su cuello – "Solo trata de no hacerlo de nuevo ¿lo prometes?"
"Lo prometo" - le aseguró tomando su barbilla entre su índice y pulgar – "Te tengo a ti y a tus hermosos ojos verdes como razón suficiente para volver, amor".
"Oh Rick…"
"¿Sabe lo que me haría sentir mejor, Capitana Hayes?" - la miró seductoramente.
"¿Qué cosa, Comandante Hunter?"
"Un poco de vitamina L".
"¿Vitamina L?" - preguntó Lisa con curiosidad – "¿Dónde puedo conseguirla?"
"Vitamina Lisa" - curvó el ceño mientras Lisa reía ante su ocurrencia.
"Ya veo" - dijo la chica sonriendo, buscando su boca – "Averigüemos si puedo arreglar ese problema…"
Sus labios se unieron. Lisa ladeó su cabeza para besarlo delicada y juguetonamente, tomando su labio inferior entre los suyos y halándolo con suavidad. Rick suspiró pesadamente mientras que la lengua de Lisa se deslizó por entre sus labios, acariciando su paladar. Sintiendo la sangre arder por sus venas, presionó su lengua contra la suya y la atrajo con intensidad, tomándola por sorpresa.
"¡Hola hermanito¡Escuché que te estás recuperando!" - Roy atravesó el umbral de la puerta con una caja entre sus manos – "¡Vaya, veo que estás mejor de lo que pensaba!" - exclamó mientras se percataba de la escena frente a él.
"Hola, Roy" - dijo Rick molestó por su intrusión.
"Capitán Fokker" - saludó Lisa descendiendo de la cama.
"Capitana Hayes" - devolvió el saludo – "Veo que se esta haciendo cargo de mi hermanito".
"Hago lo mejor que puedo" - le contestó haciendo frente a la broma.
"Tienes a lo mejor de lo mejor haciéndose cargo de ti hermanito. Capitana Hayes¿ha considerado una segunda carrera profesional como niñera?"
Lisa pretendió no escucharlo y besó a Rick en la mejilla.
"¿Te vas?" - preguntó Rick, su tono extremadamente desconsolado.
"Yo me quedaré contigo toda la noche, Rick" - intervino Roy –"Así que no estarás solo".
"¿Ya lo ves? Roy te hará compañía" - lo volvió a besar – "Volveré mañana. Buenas noches, Rick".
"Buenas noches, amor" - dijo Rick con un puchero.
"Buenas noches, Capitana" - Roy la saludó antes de salir. Lisa sabía que se burlaba de ella, así que lo saludó de vuelta y se retiró.
"¡Vaya! La llamaste amor, ¿eh?" - exclamó Roy una vez solos – "¿Qué era lo que estaba pasando antes de que yo entrara?"
"Nada, gracias a ti" - le reclamó.
"¡Hey! No te pongas así conmigo. La próxima vez, recuerda cerrar la puerta con llave¡tonto!" - lo golpeó con su brazo – "¡Ingrato! Hasta te traje una caja de chocolates".
"¡Ay!" - se quejó Rick – "Estoy herido¿recuerdas?"
"¡Si, claro!" - dijo Roy, sentándose junto a él sobre la cama y tomando el control remoto – "Veamos que hay en la televisión".
Rick sintió un empujón que casi lo tiró al piso y suspiró profundamente. Roy abrió su regalo y empezó a comerse los bombones.
"Te estas convirtiendo en una peste, Roy. Tienes la habilidad de aparecerte en los momentos más inoportunos".
"No lo hago adrede" – Roy tuvo que contener su risa.
"¿Sabes lo que necesitas Roy?"
"¿Qué cosa Rick?" - miró a su amigo francamente divertido.
"Una campana alrededor del cuello".
Continuará…
Traducción realizada por Emera.
Notas de la autora:
(1), (2) y (3) vienen de los libros "Robotech" por Jack McKinney, derechos reservados de su autor.
Gracias por leer. Para los que no han leído este fic, espero lo estén disfrutando.
