Disclaimer: ROBOTECH es marca registrada de Harmony Gold U.S.A., Inc., sus personajes no son de mi autoría. Este fic fue escrito sin fines de lucro, sólo de entretenimiento.

"La Batalla del Amor"

Capítulo V

"¡Es enorme!" – la voz de Sammie resonó en toda la habitación.

"¡Creo que me he quedado ciega!" – dijo Kim parpadeando.

"¡No puedo ver nada con su brillo!" – apoyó Vanessa cubriendo sus ojos.

"¡Basta chicas¡Han estado diciendo la misma cosa desde hace días!" – replicó Claudia emocionada.

"Semanas en realidad…" - pensó Lisa desde su puesto, debajo del Puente.

"Esa piedra debe de haberle costado al Capitán Fokker más de dos meses de su salario" – dijo Kim

"Ahora veo por qué le tomó tanto tiempo declararse" – susurró Vanessa a Sammie.

"¿Perdón¿Qué dijiste?" – inquirió Claudia.

"Ignórela, Comandante" – intervino Sammie – "todos sabemos que toma tiempo para que las cosas buenas lleguen".

"¿Y cuándo me llegarán a mi?" - se cuestionó Lisa, reclinándose sobre su escritorio.


"Una moneda por tus pensamientos, señorita dama de honor" – dijo Claudia a sus espaldas – "has estado terriblemente callada aquí abajo".

"Hola Claudia" – respondió.

Lisa volvió la mirada hacia el monitor que tenía enfrente, aparentando interés en la información desplegada.

"¿Hay algo que te esté molestando?" – Claudia haló una silla y se sentó a su lado.

"Sólo estoy cansada" – dijo Lisa mirándola – "Gloval y Lang me han mantenido muy ocupada con la construcción del SDF-2".

"Tal vez requieren el toque femenino" – afirmó Claudia bromeándola.

"Tal vez" – sonrió Lisa débilmente – "lo que en verdad me molesta es que Rick y yo no hemos tenido tiempo para nosotros. Únicamente lo veo a través de la Red y eso está comenzando a cansarme¿entiendes?"

"Te entiendo Lisa. Lo mismo pasó conmigo y con Roy cuando estábamos en el espacio" –sonrió Claudia, comprensiva.

"¿Comenzó Roy a actuar diferente?"

"¿Qué quieres decir?" – preguntó Claudia intrigada.

"Rick se ha estado comportando distante, distraído… no sé qué es lo que le pasa… "- suspiró.

"¿Se lo has preguntado?"

"No, y esta situación me esta matando".

"Pregúntale qué sucede" – dijo Claudia con certeza – "¿Cómo más esperas enterarte?"

"No lo sé Claudia. Supongo que si Rick quisiera decirme, me lo diría".

"Tú no aprendes ¿verdad?" – la reprendió Claudia – "todos sabemos que Rick no es nada hábil con las palabras".

"Pero…"

"No te preocupes demasiado Lisa" – Claudia palmeó su espalda – "quizás es solo un periodo de ajuste".

"¿Un periodo de ajuste?" – preguntó Lisa confundida.

"Ustedes han estado saliendo por un tiempo ¿no?"

"Por casi tres meses" – masculló Lisa.

"¿Lo ves?" – sonrió Claudia – "Aún se encuentran en la fase de descubrimiento. No te angusties Lisa. Estoy segura que todo saldrá bien".

"¿En serio lo crees?" – preguntó Lisa, esperanzada.

"¡Por supuesto, tonta¿Recuerdas lo mucho que solían pelear tú y Rick?"

Lisa asintió.

"Pues no lo han hecho en un tiempo. Yo diría que esa es una señal de lo que han avanzado en su relación" – dijo Claudia alentadoramente.

"Gracias por la plática, Claudia" – Lisa miró su reloj y se puso de pie – "es hora de irme a casa".

"¿Tienes algún plan?" – preguntó Claudia con picardía.

"Iré a casa de Miriya. Me pidió ayudarla a preparar la cena de Max. Quiere darle una sorpresa".

"Estoy segura que quedará sorprendido…cuando pueda comérsela" – rió Claudia.

"Mejor me doy prisa. Realmente quiero algo de comida casera esta noche".

"¡Buena suerte!" – Claudia despidió a Lisa con la señal de la cruz.

"Hasta mañana" – dijo Lisa antes de salir.

Sumida en sus pensamientos, Lisa no se percataba de las miradas de admiración que causaba entre los hombres a su alrededor al caminar por las calles de Nueva Macross. Estaba preocupada por la actitud de Rick pero también confundida por los constantes recuerdos de Riber.

La joven deslizó la mano dentro de su bolsillo para buscar el tesoro que había mantenido oculto por años. No había pensando en el en mucho tiempo pero el compromiso de Claudia había removido sus memorias.

"Karl" -evocó con melancolía – "Me pregunto si todavía me queda".

Se probó el anillo, que tenía un pequeño diamante. Riber se lo había obsequiado la noche antes de partir a Marte. Lisa había aceptado su propuesta mientras las lágrimas se vertían por su rostro. Karl la había abrazado con fuerza y prometieron casarse tan pronto como ella se graduara de la Academia.

El destino les tenía planes muy distintos. Karl Riber murió pocos meses después. Lisa pensó que moriría también, el dolor de su ausencia era demasiado insoportable para seguir viviendo pero sin embargo, encontró las fuerzas para salir adelante. La Capitana convirtió su dolor en coraje para alcanzar la excelencia, graduándose como la mejor de su clase y logrando una posición privilegiada en el SDF-1.

Después de Karl, los hombres se volvieron prescindibles en la vida de Lisa. No había salido con nadie durante años, hasta que Rick la invitó a cenar. Rick Hunter, piloto estrella, indisciplinado, y cinco años menor que ella no era exactamente el hombre que imaginó "frecuentar" algún día.

"¿Qué es lo que estoy haciendo?" - se preguntó a si misma, tocando el timbre en la casa de los Sterling.

"¡Hola Capit… Lisa!" – se corrigió Miriya.

"Hola Miriya" – dijo entrando a la casa.

"Li… Li… "- balbuceó la pequeña Dana Sterling, gateando hacia ella.

"¡Hola pequeña!" – exclamó Lisa alegremente – "¿Esta tratando de decir mi nombre?" – se arrodilló para cargar a la bebé.

"Parece que sí" – dedujo Miriya sonriendo.

"Hola cielo" – dijo Lisa, haciéndole cosquillas a Dana – "¿Cómo estás?" – la bebé sonrió.

"¿Todavía no hay bebés?" – preguntó Miriya – "realmente parecen agradarle".

"No, aún no hay bebés" - Lisa sintió sus mejillas enrojecer – "bueno y… ¿Qué vamos a cocinar?" – colocó a Dana en su andadera.

"¡Lasaña¡El plato favorito de Max!"

"Bastante sencillo" - pensó Lisa, siguiendo a Miriya hasta la cocina.

"Yo haré la pasta" – dijo Miriya tomando un puñado de harina y esparciéndolo sobre la mesa.

"¿Haremos la pasta?" – Lisa se sorprendió.

"Leí que la mejor pasta es la hecha en casa. Max merece lo mejor, así que por eso la prepararé".

"¡Oh Dios!" - sonrió Lisa – "Claro pero, Mir, necesitamos medir los ingredientes".

"¡Lo olvidé!" – Miriya rió nerviosa.

"Te ayudaré" – ofreció Lisa.

"¿No es divertido?" – la mujer de cabellos verdes sonrió.

"¡En verdad estas emocionada, Miriya!"

"¿Y por qué no habría de estarlo? Estoy cocinando para Maximillian, el hombre que amo".


Rick aterrizó su VT.

"En casa, al fin."

Escuchó las máquinas apagarse con lentitud y alzó sus manos para quitarse el casco. Su codo golpeó la muñeca Minmei que conservaba en su tablero y esta cayó sobre sus piernas.

"To be in love… "- cantó la voz de la muñeca.

"¿Hace cuánto tiempo fue eso?" - se cuestionó Rick con tristeza.

Le parecía que siglos habían pasado desde que la conociera en la Isla Macross.

"Minmei…" - Rick remembró los días que estuvieron juntos, perdidos a bordo del SDF-1.

Recordó su "boda" y el beso que compartieron… era tan diferente al que le dio en el hospital.

"¿Cómo llegamos a esto?"

El piloto sostuvo la muñeca en su mano, sus emociones dentro de un remolino. Minmei había despertado sus sentimientos - ¡de nuevo, sentimientos que creía olvidados, pero que ahora irrumpían abruptamente en su vida para mezclarse con los que experimentaba por Lisa.

"Lisa" - se dio cuenta que no la había visto en días, y que sus conversaciones eran demasiado impersonales a través de la Red.

Dejó la muñeca de vuelta en el tablero y abrió su cabina.

"Buenas noches, señor" – un miembro de la tripulación terrestre lo saludó.

Rick apenas sonrió y saltó hacia la pista, una sombra de angustia asomándose a su rostro.

"¡Hola jefe!" – dijo Max alcanzándolo – "¿Por qué tienes esa cara?"

"Por nada" – mintió

"No te creo" – refutó Max incrédulo – "¿Por qué no vienes a mi casa a cenar?"

"¿Qué cocinarás?" – preguntó Rick curioso. Max tenía la reputación de ser un excelente chef.

"Oh, yo no cocinaré" – sonrió Max tímidamente.

"¿Entonces quién va a…?" – Rick se volvió hacia su amigo – "Creo que mejor me voy a casa".

"Vamos Rick. Ella ha mejorado mucho desde…"

"No quieres estar solo con tu esposa y su comida¿verdad?" – se burló Rick.

"Nos gusta tener compañía" – dijo Max apenado.

"Está bien. Pero recuerda¡me debes una!"


Lisa estaba cubierta con harina de pies a cabeza. Preparaba un par de rollos para la lasaña cuando, inexplicablemente, el ventilador se encendió.

"¡Dana!" – gritó Miriya, corriendo hacia el interruptor.

La bebé rió.

"Lo siento tanto" – se disculpó la Zentraedi – "le dije a Max que era una traviesa pero no me creyó".

"¿Pero, cómo pudo?" – murmuró Lisa, confundida.

No había forma que Dana hubiera alcanzado el switch.

" ¿Telequinesia?" - se preguntó a si misma.

"De verdad lo siento, Capitana Hayes" – repitió Miriya.

"No te preocupes" – dijo Lisa quitándose el delantal – "Me iré a casa".

"Por favor, quédese a cenar. Me sentiría muy apenada si no lo hiciera".

"Es que, necesito una ducha, Miriya" – explicó Lisa.

"Pues tome una" – Miriya la empujó hacia el corredor.

"¡Miriya, espera!"

"Este es el baño de las visitas. Tenemos lindas toallas y jabones franceses" – mostró Miriya abriendo la puerta – "Le traeré algo de ropa".

Lisa suspiró pesadamente. No había forma de decirle "No" a un Zentraedi. Miriya regresó con un entallado vestido de manga corta.

"Este le quedará perfecto" – dijo Miriya cerrando la puerta – "La veré en un rato".


El agua se sentía bien corriendo libremente sobre el cansado cuerpo de Lisa, el agua caliente confortando sus agotados músculos.

"¿Por qué no puedo dejar de pensar en él? Karl, Rick…" - se cuestionó frustrada.

Lisa cerró las llaves de la regadera y abrió la cortina para tomar la toalla. Escuchó una voz masculina afuera y concluyó que sería Max buscando a Miriya.

"Déjame lavarme las manos" – oyó al joven al otro lado de la puerta y antes que pudiera reaccionar, la puerta se abrió delante de ella.

Lisa gritó mientras Rick se quedó sin aliento.

"¡Oh, por todos los cielos!" – exclamó Rick, ruborizándose.

"¡Fuera¡Fuera!" – vociferó Lisa, cubriéndose con la toalla.

"¡Lo siento¡Lo siento!" – salió del baño y cerró la puerta.

"¿Qué pasó?" – corrió Max hacia él.

"¡Lisa esta ahí!" – dijo Rick alterado.

"¿Lisa esta aquí?" – levantó una ceja – "Miriya, mi amor ¿tenemos más invitados para cenar?"

"Le pregunté a la Capitana si le gustaría acompañarnos" – replicó, saliendo de la recámara con Dana en los brazos – "¿Hay algún problema?"

"No realmente" – dijo Max conteniendo la risa.

"¿Por qué tiene la cara roja, Comandante?" – Miriya escudriñó el rostro de Rick.

"Lisa estaba… desnuda" – expresó Rick

"Max dice que eso es algo natural" – repuso Miriya, confundida.

"Entre nosotros, cariño" – trató de explicarle.

"Los humanos son tan complicados" – dijo Miriya encogiéndose de hombros. Dejó a Dana en los brazos de Max – "Voy a ver la lasaña".

Lisa salió del baño, su cabello húmedo cayendo a su espalda.

"¡Lisa, lo siento tanto!" – se disculpó Rick – "Yo no sabía…"

"Lo sé" – lo miró fríamente – "Gracias por invitarme, Max" – dijo a su anfitrión.

"Gracias por ayudar a Miriya" – contestó calladamente.

"No hay problema" – le guiñó un ojo.

"Creo que llevaré a esta señorita a la cama" – dijo Max cuando Dana comenzó a moverse inquieta entre sus brazos.

"¿Me permites?" – pidió Lisa. Max asintió. Dana parpadeaba semidormida mientras Lisa caminaba con ella hacia su cuarto.

"Se ve hermosa. Apuesto a que sería una excelente madre" - pensó Rick con una sonrisa.


La cena se desarrollaba sin mayor problema. Max y Rick halagaban la comida de Miriya y ella no podía dejar de sonreír.

"No la hice sola" – dijo Miriya, apenada – "La Capitana Hayes me ayudó".

"Lo único que hice fue supervisarte" – dijo Lisa.

"Y todos sabemos que eres buena en eso" – añadió Rick con aspereza.

Dándose cuenta de lo que acababa de decir, Rick se insultó a sí mismo. El rostro de Lisa palideció. Miriya observó a Rick, sorprendida, mientras que Max consideraba la idea de patear a su superior por debajo de la mesa.

"¿Qué quisiste decir con eso?" – inquirió Lisa ofendida.

"Todo lo que dije fue que eres buena supervisando, organizando…" - quiso justificarse.

"¿Dictando órdenes a quienes me rodean?" – preguntó tocando su ceja, la luz de la habitación reflejándose en su anillo.

"¿Qué es eso?" – dijo Rick entrecerrando sus ojos.

"¿Qué es qué?"

"¡Esto!" – le mostró, tomando su mano derecha en la suya – "¿Qué significa?"

"Nada" – respondió avergonzada, retirando su mano.

"¡Es un anillo de compromiso!" – dijo Rick apuntando hacia su dedo.

"¡Déjame en paz!" – Lisa se levantó mientras los Sterling los observaban.

"Esto, no lo había visto desde hacía tiempo" – susurró Miriya a Max. Él la reprendió para que no hablase más.

De repente, Lisa sintió su anillo zafarse de su dedo.

"¡Lo sabía!" – exclamó Rick al quitárselo y leer la inscripción – "¡Es de Karl!"

"¡Devuélvemelo!" – gritó Lisa y le arrebató el anillo.

"¿Por qué lo tienes puesto Lisa¿Estás pensando en él?"

"Mis pensamientos son míos, Comandante Hunter" – Lisa se volvió hacia Max y Miriya – "discúlpenme por el desenlace de esta hermosa velada. Me retiro".

Los Sterling sabían que no podrían detenerla, así que ni siquiera lo intentaron.

"¡Lisa, espera!" – la llamo Rick insistentemente mientras ella se dirigía a la salida.

"¡Atrápala si puedes!" – dijo Max al ver a Rick salir corriendo.


"¡Lisa!" – volvió a gritarle, deteniéndola unas cuadras adelante – "¡En verdad caminas aprisa!"

"Déjame sola, Rick" – le advirtió indiferente.

"¿Por qué te pusiste el anillo de Riber?" – la sujetó del brazo.

"Porque quise" – replicó mirando dentro de sus ojos azules.

"¿Es lo mejor que pudiste inventar?" – preguntó con sarcasmo.

"¿Quiere la verdad , Comandante¿Cree que pueda con ella?" – lo desafió.

"¡Adelante!" – dijo cruzando los brazos sobre el pecho.

"Porque me siento sola. Porque has estado actuando de manera extraña desde que saliste del hospital".

"Te estas imaginando cosas, Lisa" – sabía que mentía en cada palabra.

"¿De verdad te importa nuestra relación Rick?" – lo miró largamente.

"¿Qué quieres decir?" – refutó a la defensiva.

"¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que empezamos a salir, Rick?"

"En realidad, no"- el piloto se encogió de hombros.

"Hemos salido hace más de tres meses. ¡Tres meses!"

"¿Tanto tiempo?" – Rick apretó los dientes. – "¿Por qué no puedo hablar sin ponerme tan nervioso cuanto estoy con ella?"

"¡Lo ves¡No tienes ni idea!" – espetó Lisa con tristeza.

"Los hombres no recuerdan esas cosas, Lisa" – se puso pálido y tragó con dificultad.

"¡Valiente excusa, Hunter" – dijo caminando hacia su casa.

"¡Lisa, espera¡Lo siento! Es que soy… tan distraído cuando se trata de ese tipo de cosas".

"Buenas noches, Rick" – continuó con su andar.

La siguió en silencio, tratando de hallar una solución. Sujetó su mano al pasar frente a su casa.

"¿Por qué no entras? Podemos tomar una taza de café y platicar".

"No lo sé" – titubeó.

"Por favor" – la miró dulcemente.

Ella contuvo una sonrisa y asintió. Tomados de la mano, caminaron hacia la entrada.

"¿Qué es esto?" – Lisa se inclinó para recoger un arreglo floral.

"No tengo idea" – dijo Rick abriendo la puerta – "Entra".

Rick palmeó sus manos para encender las luces y caminó hacia la cocina mientras Lisa lo seguía.

"Estas flores son lindas. Deben de haber costado una fortuna" – dijo Lisa colocándolas en la mesa.

"¿Por qué no lees la tarjeta?" – dijo Rick despreocupado. La joven comenzó a leer.

"Siempre pienso en ti, sueño contigo cada noche…"

Rick sintió un vacío en el estómago… No, ahora no…

"No he olvidado lo del hospital ¿y tú? Te extraño. Minmei" – Lisa clavó su vista en él – "¿Qué significa esto, Rick?"

"No… lo sé" - tragó en seco.

"¿Qué pasó en el hospital?" – lo interrogó aproximándose.

"Ella fue a visitarme. Es todo".

"Aún la amas" – afirmó Lisa.

"Lisa, lo estás malinterpretando".

"¿Lo estoy?" – su voz se quebró – "¡Mira a tu alrededor, Rick! Hay carteles de Minmei por toda la pared, hay fotos de ustedes dos, aquí, ahí y ahí…" – señaló hacia el escritorio, la chimenea y la repisa – "Tú aún piensas en ella".

Al fondo, el teléfono comenzó a sonar agudamente. Rick lo ignoró.

"Tú aún piensas en Riber" – apuntó hacia su dedo.

"¿No lo entiendes, verdad? Riber se ha ido. Él no es una amenaza… no como Minmei, en todo caso".

"Minmei no es una amenaza".

"¿En serio? Creo que empiezo a entender porque has estado actuando tan extrañamente".

Ambos se miraron enojados. El teléfono seguía repicando.

"Deberías contestar" – dijo Lisa – "Tal vez sea de la Base".

Disgustado, Rick presionó el botón de manos libres.

"Habla Rick Hunter".

"¿Rick? Me da tanto gusto oír tu voz. ¿Recibiste las flores?" – la dulce voz de Minmei inundó la habitación – "no he dejado de pensar en ti desde…"

Lisa dejó escapar un suspiro mientras Rick alzaba el auricular, avergonzado.

"Minmei¿puedes aguardar un segundo?" – ni siquiera espero su respuesta cuando cubrió la bocina con su mano.

"Me voy a casa, Rick" – Lisa se dirigió a la salida.

"¡Lisa, por favor!"

"Buenas noches, Rick" – abrió la puerta.

"Buenas noches, Lisa" – dijo, demasiado cansado y confundido para detenerla.

Lisa cerró la puerta, suavemente, tratando de mantener su compostura… y su dignidad. Luego, corrió a casa tan rápido como pudo, las lágrimas cubriendo su rostro, deseando que él la hubiera detenido.


Roy, Max y Rick estaban sentados en el bar del Club de Oficiales. Pasaban por su cuarta ronda de tragos, los ojos de Rick vagamente nublados mientras que Max sonreía tontamente.

"Ustedes niños, no saben beber" – dijo Roy divertido al ver sus rostros – "Ahora sé por qué tampoco saben tratar a una mujer".

"Uh… perdóneme pero creo que sé como tratar a Miriya perrrr –fectamente" – dijo Max arrastrando las "r" – "no ha incendiado la casa ni nada parecido. Es Rick quien no sabe tratar a la Capitana Hayes".

"¡Oye!" – protestó Rick – "¡No es justo! No es mi culpa que Minmei haya decidido ponerse romántica conmigo. No le pedí que me besara".

"�¿Qué!" – Roy casi saltó de su lugar – "�¿Cuándo!"

"En el hospital" – Rick se encogió de hombros – "tuvo la inexplicable urgencia de verme… y me besó. Supongo que Kyle no sabe como mantenerla contenta".

El codo de Roy se estrelló con su estómago.

"¿Qué clase de estúpido comentario es ese?"

"Bueno… ella fue a buscarme" – Rick sonrió.

"Debes sentirte muy orgulloso sabiendo que Minmei te busca cuando tiene tiempo o cuando se acuerda que existes¿verdad?" – lo reprendió Roy.

"¡Espera un momento!" – Rick saltó de su asiento, ofendido.

"Yo se lo dije" – intervino Max, viendo doble – "Le dije que Lisa era "real" y que Minmei… Minmei era un espejismo".

"Pues Lisa traía puesto el anillo de Riber" – se quejó Rick, tratando de defenderse.

"Nostalgia" – explicó Max – "estoy seguro que el anuncio del compromiso entre Claudia y el Capitán Fokker, la puso sentimental".

"¿Ahora eres experto en mujeres?" – preguntó Roy bromeando.

"La Capitana es muy seria pero si miras con cuidado" – ajustó sus lentes – "notarás lo tierna que es… tierna y hermosa… tiene un par de ojos maravillosos…"

"¡Hey!" – renegó Rick – "es de mi Lisa de quien estas hablando".

"No te pongas así. Es tu culpa que esté enojada contigo" – refutó Max terminando su trago.

"¿Tu Lisa?" – preguntó Roy levantando una ceja – "Si no te reconcilias con ella pronto, te arrepentirás. Conozco decenas de muchachos que les encantaría salir con Lisa y alejarla de ti".

"Como si pudieran" – Rick sonrió arrogante.

"No estés tan confiado Rick" – le advirtió Roy.

"¡El Capitán tiene razón¡Si yo fuera tú, trataría de reconciliarme pronto!" – Max tronó sus dedos – "¡Cantinero¡Otra ronda de tragos!"

"¡Tranquilo, piloto!" – Roy miró de reojo al joven de cabello azul.

"Es sólo un trago" – Max comenzó a hipar.

"¿Por qué siempre es tan complicado cuando se trata de mujeres?" – refunfuñó Rick.


Lisa miraba ausente a través de la ventana del auto de Roy. Claudia le suplicó salir de su casa y logró convencerla de acompañarlos a cenar. Roy Fokker la observó desde el retrovisor y decidió embromarla un poco.

"Luces exquisita en ese vestido, Lisa" – dijo Roy levantando sus cejas – "¿Intentas tener suerte esta noche?"

"¡Cállate Fokker! No estoy de ánimo para tus tonterías" – dijo Lisa.

"¿Puedes creerlo, linda?" – Roy se dirigió a su novia – "Le digo un cumplido a esta mujer y me lo avienta en la cara".

Claudia le sonrió. Estaba acostumbrada a las riñas entre ellos.

"Ya sé lo que te pondría de buen humor" – dijo Roy estacionando el auto con un chirrido de ruedas.

"¿Qué hacemos aquí?" – Lisa prácticamente saltó de su asiento al ver que se encontraban frente a la casa de Rick.

"Esta es tu parada, Lisa" – dijo Claudia sonriendo.

"No, no lo es" – Lisa se puso pálida – "Pensé que iríamos a cenar".

"Nosotros sí, pero tú no vas a acompañarnos" – repuso Roy.

"Escuchen, si no me llevan a casa ahora mismo, no volveré a hablarles nunca" – los amenazó Lisa.

"Vamos, Lisa" – habló Claudia.

Lisa quiso abrir la puerta pero Roy la cerró con seguro. Claudia escuchó la disgustada exclamación de Lisa.

"¿Por qué no se abre?" – Lisa halaba la manija.

"Seguro para niños" – explicó el piloto riendo.

"¡Ábreme, Fokker!" – ordenó Lisa.

"No me hables así. No soy tu subordinado" – replicó Roy bastante divertido.

El rubio descendió del coche y caminó hacia la puerta de Lisa.

"Si te abro¿te comportarás?" – preguntó Roy riendo.

"¡Claudia, ayúdame!" – Lisa buscó la mirada de su amiga desesperadamente – "¡No quiero verlo!"

"Yo creo que sí" – fue lo único que obtuvo de ella.

"¿Te comportarás?" – insistió Roy y Lisa asintió.

Abrió la puerta y Lisa lo empujó con fuerza, tratando de escapar. El piloto fue más rápido de lo que ella esperaba.

"¡Prometiste comportarte!" – Roy la cargó sobre sus hombros y comenzó a caminar hacia la entrada de la casa.

"¡Bájame, bestia!" – Lisa luchaba con brazos y piernas – "¡Claudia, nunca te lo perdonaré!"

"Sí, si lo harás" – contestó desde la ventana del auto.

Roy tocó el timbre y un elegantemente vestido Rick Hunter abrió.

"Paquete para Richard Hunter" – dijo Roy aventando a Lisa a sus brazos.

"¡Me las pagarás, Fokker!" – gritó furiosa.

"¡Es toda una fiera!" – sonrió Roy cerrando la puerta.

"¡Abre!" – Lisa halando la cerradura, ignorando a Rick.

"¡Compórtate!" – dijo Roy, sujetando la puerta desde el otro lado.

"Lisa… "- la voz de Rick llamó – "por favor cariño, mírame".

Había algo en su voz que conquistó su atención. Suspirando, soltó finalmente el cerrojo.


Afuera, Roy alzó su pulgar hacia Claudia, tan pronto como la puerta dejó de ser forzada.

"Creo que ya está" – dijo el hombre sentándose frente al volante – "¡Si que es una fiera!"

"Una necia" – corrigió Claudia – "Esperemos que Rick sepa lo que está haciendo".

"Lo hará bien. Después de todo, yo le enseñé todo lo que sabe" – dijo Roy orgulloso.

"Bueno, eso explica todo" – dijo Claudia mofándose.

Encendió el auto y comenzaron a alejarse.

"Déjame recordarte" – refutó, inclinándose hacia su novia para besar su mejilla – "que te tengo a ti".

"Tú no me tienes" – lo contradijo.

"Lo haré en un par de meses. Serás la señora Claudia Fokker" – dijo estacionando el automóvil afuera del restaurante.

"Señora Grant-Fokker" – increpó Claudia con una sonrisa.

"Llámate como quieras, corazón" – dijo Roy riendo – "ambos sabemos que me pertenecerás".

Claudia estaba a punto de darle su opinión al respecto cuando Roy se aproximó a sus labios para tomarlos entre los suyos. Se detuvieron al quedarse sin aliento, mirándose el uno al otro.

"¿Señora Claudia Fokker?" – preguntó sonriendo sensualmente.

"¡A sus órdenes, señor!" – Claudia lo saludó jugando con él.

"¡Esa es mi chica!" – Roy sonrió.


"Te ves hermosa" – dijo Rick admirando su apariencia.

Lisa había puesto cuidado en su arreglo, esperando sentirse mejor. Lucía un vestido de cóctel negro y corto, descubierto al dorso. Sus ojos estaban perfilados con delineador negro, sus labios ligeramente maquillados, y su cabello suelto cayendo en forma de cascada por su espalda desnuda.

"¿Por qué estás tan elegante?" – preguntó Lisa curiosa.

Rick vestía unos pantalones negros y una camisa azul marina.

"Ven conmigo" – dijo Rick tomándola de la mano. La llevó hasta la sala.

Quedándose sin palabras, Lisa notó los pétalos de rosa sobre el piso, la suave esencia de las velas y la mesa para dos arreglada en el centro de la habitación.

"Me acordé" – dijo Rick besando su mejilla – "Feliz Aniversario, mi amor".

Continuará…

Traducción realizada por Emera.