Capitulo VII
Caliza. Princesa de la guerra
Aioria y los demás las estaban pasando duras con los Centuriones q le cerraban el paso, Marcus, tercer general comandaba a los 39 guerreros con facilidad, nada escapaba de sus ojos; Shaina logro desembarazarse de unos cuantos y corrió adentro tropezando con el
-Adonde crees que vas mujer?
-A donde me venga en gana! Donde teneis a mi hermana?
-no tengo idea de lo que me hablas
Shaina explotó su cosmos y salto sobre Marcus
-¡ A MI LA COBRA! – Marcus la observaba con recelo, y tomando la mano de Shaina la lanzó contra la pared
-Eso es todo? –Shaina se levantó molesta y camino hacia el con los ojos cerrados, abrio los ojos lentamente... de pronto La cobra estaba tras Marcus y tomando su cabeza entre ambas manos lo giró con violencia.
-¡Shaina!
-Dime June
-Espera un momento.
Las mujeres corrieron en zigzag hasta lo profundo del atrio central y allí las alcanzaron Aioria, Milo y Seiya
-Y los demás?
-Se separaron para buscar a Marín
-bien, hagamos igual, June y Aioria, signa hasta lo profundo del templo, Shaina, Seiya vallan al sur, yo bajaré a los túneles.
-Está bien Milo.. vamos.
Aioria y June siguieron en línea recta, Aioria al ver cualquier figura, lanzaba su Lighting Plasma, a niveles insospechadamente poderosos y caso resuelto, lo poco que llegó a escapar pasaba directamente al látigo de June, por otra parte Milo recorrió túneles, catacumbas y calabozos sin encontrarla, así que directamente a los aposentos de Minerva por un corredor oculto que había las mazmorras, Shaina cayo presa de una lanza de Centauro y Aioria tubo que continuar solo.
Caliza observaba a los guerreros con discreción, de pronto se dejó caer ante Andrómeda y Shiryu cortándoles el paso
-Dragón, Andrómeda, no osen dar un paso más
-Tu quien eres mujer? –la voz de shun era fuerte y decidida
-Soy Calisa, Princesa Romana, Hija de Celsia y Draco, Esposa de Octavio de Pompeya, y ustedes estan invadiendo los predios de mi Señor, Marte, rey de los guerreros y Señor de la Guerra Sanguinaria
-No nos impresionas –Shiryu como cosa rara tomo la batuta, encendió su cosmos y llamó a su armadura –Tu sigue Shun , yo me ocupare de ella.
-Te aseguro que el lleva mejor partido contra mi- diciendo así elevó una mano –Espada de Venus, Escudo de Juno, Yelmo de Marte!
Una fuerte aunque bien estilizada espada apareció en sus manos y se vio cubierta de un peto y un yelmo color bronce, en su brazo derecho apareció un escudo dorado y grande, el peto tenia labradas las escenas de la destrucción de Pompeya, el yelmo tenia las inscripciones In Nomine Marte Romae Imperia, sus cabellos negros refulgian cual un manto de estrellas, Sus ojos se posaron en un recién llegado
-Mi Señora –exclamo este –Que hae aqui?
-Marte me ha enviado a terminar con la molestia helena, retírate.
-Pero...
-Pero nada, lárgate!
Caliza tomó su espada y corrió hacia Shiryu, q repelía los ataques de la espada con su escudo, con el precisamente golpeó el torax de a guerrera empujándola contar la pared, Aprovechando esta separación momentánea dejó fluir su cosmos brevemente.
-LA FUERZA DEL DRAGÓN!
-Escudo de Juno, Protégeme!
Con impotencia puedo observar Shiryu como su ken era absorbido por el escudo y reflejado hacia el, que dando un gran salto lo dejó pasar y estrellarse contra un columna, la cual se desboronó en el acto
-Valla que eres fuerte Dragón! –Exclamó Caliza al ver una ligera grieta en su escudo- a ver como te la llevas con esto- Empuño la espalda llevándola a lo alto y un haz de luz salió de ella describiendo una curva hacia el Dragón de Rozan –La forza vengadora de Venus! Shiryu, imposibilitado de escapar por la velocidad del ataque interpuso su ataque, que aunque detuvo el ataque quedó seriamente resquebrajado. Sin darle tiempo a reaccionar atacó de nuevo dos veces, el primer rayo golpeó los brazos del dragón arrastrándolo unos cuantos metros, dejándole mal herido, El segundo rayo fue detenido por las cadenas de Shun.
-Detente, lucha conmigo!
-Shun! Te dije que continuaras
-No, no te dejaré.- Shun camino hasta el lugar donde trabajosamente su amigo trataba de levantarse e hizo girar su cadena protectora en torno a ambos
-No entiendo por que tu afán de morir tan pronto Andrómeda! Lanza de Neptuno!
La espada desapareció y un tridente enorme apareció en su lugar,- Aguas Turbias!
Un rayo recorrió el suelo hasta los chicos y los envolvió describiendo un circulo entorno a ellos, de pronto chorros de Agua brotaron de la tierra creando una burbuja de aguas oscuras que los atrapó y se llenaba lentamente.
-Hasta la vista chicos! –dijo Caliza Agitando una de sus manos mientras se alejaba.
Shiryu estaba al borde de la inconciencia y no podía mantenerse en pie, mientras que Shun intentaba romper la burbuja con sus cadenas, parecía hecha por alguna especie de campo de fuerza.
Shou y los caballeros de acero, por su parte, avanzaban a paso firme por los patios y jardines, sin suerte de hallar a Marín, pero arrasando con cuanto guerrero de Marte encontraban a su paso. Ignorantes del destino de sus amigos, continuaron su camino sin darle mayor importancia al jardín del este, donde ellos se encontraban.
Ikki atacando con el puño fantasma y Argól petrificando a los pobres diablos que se les cortaban el camino eran una combinación también letal, pronto el templo de Minerva estaba cubierto de decenas de siluetas pétreas. El sol bajaba; ya casi era el atardecer y las batallas se hacían cada vez mas cruentas, en Santuario Athena se mordía las uñas pensando en que podría estar pasándole a Marín, tan culpable se sentía, había sido su propia lujuria la q había orillado a Marín a la desgracia, ¿estaría viva siquiera?
En la cámara de Minerva. Marte observaba a través del espejo de fuego las batallas.
-Águila, Pequeña, ¿toda esta agitación es por ti? ¿Hasta donde son capaces de llegar tus amigos?
El silencio y una mirada de odio fueron toda la respuesta recibida
-Mira a tu amigos, niña, mira como el agua sube lentamente, mira su rostro de angustia, su desolación al saberse próximos a la muerte. No es un panorama loable?
en efecto , el agua llegaba ya por las caderas a Shun, que con sus cadenas mantenía elevado a un desmayado Shiryu.
-Minerva, querida, mira lo q le has hecho a los guerreros de tu amiga greca! Mira como se desviven por salvarte y salvar al pajarito!
Marte soltó las cadenas y dejó caer a las dos chicas
-Espartacus, llévalas a mi recamara y prepárame un baño
Entre los túneles que conducían a los recintos de Minerva, Milo puedo ver y escuchar claramente la escena, siguió colándose entre las paredes hasta que Espartacus desapareció cerrando tras de si la puerta. Milo salió de su escondite y se acercó a Marín.
-Marín, estas bien?- Preguntó desatándola –Abre los ojos Marín por favor, abre los ojos –La angustia resonaba en su voz, como si brotara directamente de su corazón.
-Milo! –Balbuceó Marín, y un repentino nuevo ataque de tos la privó del oxigeno que tanto le costaba obtener
-Tranquila, yo te llevaré a casa – Milo la abrazó con fuerza lastimando sus costillas, un fuerte grito brotó de la garganta de Marín q se retorció, apoyando ambas manos y rodillas en el suelo.
-Que ocurre?-
-Le han partido las costillas.- respondió Minerva, mientras Marín escupía sangre una vez mas.
-Como? –sin moverla siquiera Milo rasgo un poco la camisa de Marín y observó bien el deformado tórax, una ira portentosa le invadió nublando su razón justo en el momento en q Colosos, con ordenes de darle de beber a las prisioneras, entraba al recinto. Bastó un instante para que el cuerpo del gigante moreno fuera atravesado por las siete agujas escorpianas, Milo se acercó a Minerva y la desató también
-Vamos, los corredores están limpios –Tomó en brazos a Marín, que se desmayó entre ellos, y atravesaron el pasadizo oculto tras la onceava columna del cuarto Sagrado de Minerva.
