NUESTRA HISTORIA
CAPITULO II. MÁS QUE AMISTAD.
Después de su último triunfo gracias a las impresionantes jugadas hechas por el dúo dorado de Shohoku contra Ryonan, ambos equipos decidieron festejar, aunque uno de ellos hubiera perdido. Todo el mundo bebía, solo Hanamichi no lo hizo, le daba asco el sabor de la cerveza y el sake no le gustaba tampoco, las bebidas alcohólicas en general simplemente no le podían gustar, se había limitado a beber solo ponche de frutas o refrescos. Por el contrario Rukawa estaba bebiendo de todo sin parar, su tamaño y juventud ayudaban a que no se emborrachara tan rápido, además cuando se sentía mareado paraba por unos treinta minutos de beber para después continuar, debido a su desesperanza con respecto a sus sentimientos hacia Hanamichi, decidió beber y olvidarse del asunto por un buen rato, sin hacer caso a las advertencias de Hanamichi.
-Kaede ya bebiste demasiado... deberías parar... – lo tomo del brazo visiblemente preocupado.
-No eres mi madre, déjame en paz! – quería beber hasta no sentir nada y estaba molesto consigo mismo por haberse enamorado de la peor opción.
-Solo quiero que llegues bien a tu casa, además ya es muy tarde y ...
-Y a ti que te importa! – se soltó del agarre de su pelirrojo amigo y le grito.
-Por que me hablas así! – le dolió la forma en que Kaede lo estaba tratando.
-Estoy bien, puedo llegar a mi casa solo – el nivel de alcohol en sus venas bajo notablemente al darse cuenta de que estaba tratando mal a quien no tenia ninguna culpa de sus penas – Vete tu si quieres – hablo con suavidad y se sentó en la mesa donde bebía tranquilamente sin prestar atención a nadie
-Por que estas así, que te pasa? – la actitud de Kaede era preocupante.
-Nada, estoy bien.
-Ganamos recuerdas?
-Si ... mejor vete, quiero estar solo – las bebidas eran gratis, la pobreza de su familia no le permitía muchos lujos y quería aprovechar las ganas de emborracharse hasta perderse que tenia desde ya no recordaba cuanto tiempo.
-Por ... – quería preguntar por que había decidido beber, pero se sintió ridículo en una fiesta donde el único que no bebía y no se divertía era el. Se levanto decidido a irse – Te veré después entonces, Adiós.
-Adiós – se bebió de un sorbo el trago que tenia en la mano y fue por otro.
Estaba dolido, se sentía molesto consigo mismo por preocuparse por un malagradecido como el estúpido Zorro, avanzo con rapidez hacia la puerta principal de la casa de Sendoh – donde se celebraba el resultado del juego – cuando dos altos jugadores se acercaron a el de forma amenazante.
-Ya te vas? – pregunto el mas alto.
-Si, ya es muy tarde.
-Claro que no, por que no te quedas? – se acercaron ambos a Hanamichi acorralándolo – Yo puedo llevarte después si quieres? tengo auto, mira – señalo hacia fuera el pequeño Ferrari convertible.
-Ya me quiero ir, Sendoh! – alzo la voz un poco asustado, no sabia cuales eran las intenciones de Hanagata y Sendoh, tampoco se dio cuenta cuando el cuatro ojos gigante llego a la fiesta.
-De aquí tu no sales rojito – por la forma en que hablo Hanagata, Hanamichi se imagino que ninguno de ellos dos había bebido tanto como Kaede, y por primera vez tuvo un poco de miedo, no tenia a su ejercito cerca y nadie parecía estar al pendiente de lo que sucedía en la puerta y hacia mucho tiempo que no peleaba.
-Tú me vas a detener 'Miope' o tu 'Puerco Espin'? – las fanfarronadas le salían muy bien, por lo menos de esa forma se daba un poco de valor, aunque de acuerdo con su ultima visita al doctor, no podía hacer grandes esfuerzos aun, tal vez por eso sin notarlo estaba perdiendo el color.
-Te vamos a detener los dos, y no solo eso – Sendoh acaricio con una de sus grandes manos el pálido rostro de Hanamichi, debido obviamente al miedo que esos dos gigantes lograron infundir en el – te vamos a quitar tu virginidad de hombre – ambos sonrieron con malicia y cada uno tomo uno de los brazos del pelirrojo para llevarlo a una de las múltiples habitaciones de la casa de Sendoh.
-Suéltenme! – intento soltarse de sus dos rivales en el juego, pero parecía ser muy difícil – si no me sueltan voy a gritar! – tenia miedo por que no podía pelear.
-Grita si quieres precioso – la música estaba a todo volumen – seguramente nadie te va a oír – Hanagata le hablo al ido y después rodeo con uno de sus largos brazos la cintura del pelirrojo y con su otra mano apretó con fuerza la muñeca de Sakuragi, Sendoh hizo lo mismo.
-Maldito Miope suéltame! – se movió un poco y cuando intento darle un fuerte cabezazo a Hanagata el brazo libre de Sendoh le rodeo el cuello con fuerza deteniéndolo con facilidad – suéltame maldito puerco espin! – se comenzó a desesperar, esos dos eran mucho mas fuertes de lo que pensaba y entre los dos podrían hacerle cualquier cosa, no lo pensó dos veces y tan pronto pudo grito – AUXILIO, AUXILIO, AYUDENME! RUKAWA! – siguió gritando hasta que el brazo de Sendoh apretó con mas fuerza su cuello y la mano de Hanagata le tapo la boca.
-Ya cállate! – Hanagata le dio un golpe en el estomago a Hanamichi antes de que se moviera mas y de esa forma lo dejaron fuera de combate por un buen rato.
-No le pegues tan fuerte o se va a desmayar! – lo reprendió Sendoh y después entre los dos decidieron cargar a Hanamichi hasta la habitación de Sendoh.
-A donde lo llevan! – les grito furioso.
-Rukawa, Hola! quieres unirte a nuestra fiesta privada? – llevaban cargando a Hanamichi mientras este intentaba recuperar dificultosamente la respiración con la boca cubierta – Hanagata será el primero y si nos ayudas te cederé mi lugar.
-Esta bien – cuando Rukawa contesto afirmativamente a la propuesta de Sendoh, Hanagata sonrió y a Hanamichi se le salieron dos grandes lagrimas sin poder evitarlo, aun no estaba seguro de lo que le iban a hacer, pero el que Kaede, su nuevo mejor amigo hubiera accedido sin si quiera pensarlo, le había dolido en el alma.
Subieron entre los tres a Hanamichi, con gran dificultad, pues este seguía moviéndose tanto como le era posible con la boca tapada y el cuerpo inmovilizado por tres pares de manos.
Rukawa se sentía un poco mareado, pero cuando vio como esos dos llevaban a Hanamichi forzándolo a quien sabe donde, dejo de beber, se acerco de inmediato y no quiso actuar hasta que los dos jugadores estuvieran distraídos.
Cuando llegaron a la habitación lanzaron a Hanamichi hacia la cama con dificultad y mientras Rukawa y Hanagata lo sostenían para que no se les escapara, Sendoh saco de un cajón dos pares de esposas y de inmediato esposaron a Hanamichi a la cama.
-Quítenle la ropa, mientras saco la cámara – les ordeno Sendoh mientras disponía todo para gravar lo que pensaban hacer.
-NO! ... RUKAWA NO! ... TU NO! ... POR FAVOR AYUDAME! – Hanamichi gritaba desconsolado, llorando mientras sus pies eran amarrados a los postes de la cama.
Rukawa no pudo mirar a Hanamichi para darle un poco de esperanza, pues se delataría ante los otros Idiotas que se encontraban tan drogados, que no desconfiaron ni por un segundo de la respuesta de Rukawa.
Cuando Sendoh acomodaba la cámara frente a la cama, y Hanagata buscaba unas tijeras – para cortar la ropa de Hanamichi – se sintió mas sobrio y le parecio el mejor momento para atacar, se acerco a Sendo muy rápido y le rompió la cámara en la cabeza, cuando Hanagata escucho el gemido de Sendoh por el golpe y el de Hanamichi del susto volteo alarmado con las tijeras para cortar pollo en las manos, pero mas rápido de lo que esperaba, sintió un buen golpe en la cara, soltando las tijeras al caer, las cuales Kaede recogió en segundos y antes de que se diera cuenta las tenia en el cuello.
-Si no lo liberas... te corto el cuello ahora – le hablo con verdadera frialdad al oído y este ni tardo ni perezoso saco las llaves de las esposas de sus bolsillos y se las dio a Kaede. Cuando Kaede tomo las llaves lo golpeo fuertemente esperando no matar a Hanagata con las tijeras cerca de la nuca y este callo desmallado al igual que Sendoh.
-Kaede! – Hanamichi aun estaba sorprendido con lo que había sucedido pero cuando Kaede se acerco a el para tomar las llaves de las esposas y liberar sus muñecas, se sintió mucho mejor, siguió asustado llorando, pero también se tranquilizo y dejo de gritar – creí que tu también querías ...
-Vamonos de aquí ahora! – hablo rápido y termino de cortar las cuerdas con las que Hanamichi aun estaba atado por los pies.
Al sentirse liberado Hanamichi, se levanto y se abrazo con fuerza a Kaede, con miedo pero sintiéndose mejor. Kaede lo abrazo por unos segundos sin olvidar a los dos tipos desmayados, decidió mejor tomar a Hanamichi en sus brazos y prácticamente lo cargo hasta la puerta principal, se montaron en su bicicleta y lo llevo a su casa.
Llegaron muy rápido, en el trayecto nadie dijo nada, pero Kaede se sentía culpable.
-Lo siento mucho ... perdóname por dejarte solo ... si me hubiera ido contigo seguramente esto no habría pasado – no podía ver a la cara a Hanamichi – lo siento tanto – pensaba disculparse toda la noche pero nuevamente Hanamichi lo abrazo con fuerza en busca de consuelo.
-Creí que tu también querías ... – sus lagrimas no dejaban de caer y tampoco lo dejaban hablar y cuando los fuertes brazos de su héroe lo rodearon con un cariño que solo había sentido en sus padres, se sintió a salvo, protegido y dejo de temer – Gracias por ayudarme, me hubiera muerto si esos dos desgraciados me ...
-Shsss, ya no hables de eso, todo esta bien ahora – lo abrazaba con todo el amor que sentía acariciando su roja cabellera mientras su amigo se refugiaba en su pecho – te quiero tanto – aun estaba algo ebrio y su conciencia no detuvo sus palabras – habría matado a esos malditos si te ...
-Yo también te quiero ... podrías ... seria mucho si te pidiera que te quedaras conmigo, solo por esta noche es que ... – aun temía cualquier cosa que pudiera suceder, estar solo no era una opción.
-Si, claro, solo llamare a mis padres y me quedare – le sonrió a su adorado amigo mas tranquilo, dispuesto a todo por Hanamichi.
N/A: Espero que la escena no haya estado muy mal descrita y que se haya entendido bien todo, espero actualizarlo prontito y gracias por leer mi ultima ideita.
