NUESTRA HISTORIA
CAPITULO IX. TIEMPO.
Durante el trayecto a casa de Hanamichi hubo silencio, pero era un silencio agradable, en el que ninguno de los dos hablaba no por que no tuvieran nada que decir, sino por que deseaban sentir, sus sentimientos no solo se expresaban con palabras, sino con miradas, caricias y apretones de manos, propiciados por ambos. Salieron de casa de Rukawa tomados de la mano y entraron a casa de Hanamichi de la misma manera, ambos descubrieron que el contacto era no solo agradable sino que enviaba un calorcito diferente al centro de sus corazones que se expandía inyectándoles vida y paz.
Casi nada les importaba en ese momento, y sin que Hanamichi lo invitara a entrar a su casa, Kaede se introdujo hasta la sala, era momento de estar juntos, de contemplarse y ver en los ojos del otro sus verdaderos sentimientos.
Sentados en la sala, sonriendo, felices como nunca y sin hablar, nuevamente el pelirrojo invito al pelinegro a besarlo. Cerrando los ojos y abriendo un poco los labios espero nuevamente aquel calido contacto, deseando hacer el momento eterno.
Kaede estaba en el paraíso, jamás creyó vivir el momento mas esperado por su corazón desde que había conocido al pelirrojo. Lo tenía en sus brazos, y con los sus labios delineaba los deliciosos de su primer novio, saboreando con lentitud su dulzura, con los ojos cerrados, pero con la seguridad de saberse despierto.
Los besos se intensificaron, el pelirrojo correspondía tan pronto como aprendía, aun era principiante y cuando se le acababa el aire, se separaba un poco solo para respirar, tomando más aire de forma graciosa para quien lo miraba, y de la forma más dulce entregaba su boca nuevamente a su primer amor.
No negaba que le encantaba besar sus labios, pero comenzaba a sentir la imperiosa necesidad de hacer el contacto mas profundo, de introducir su lengua en la dulce cavidad del pelirrojo y jugar con la suya, pero sabia que ese contacto le exigiría aun mas del pelirrojo y no deseaba asustarlo, nunca haría nada que adorado novio no quisiera.
Por ingenuidad y desconocimiento jamás creyó que el contacto bucal podría ser tan delicioso y placentero, por esa razón no despegaba los labios de los de su Zorro.
Una vez mas se quedo sin aire y mientras lo recuperaba Kaede comenzaba a besarle la barbilla y el cuello, pero Hanamichi no quería eso, quería que besara su boca.
—Bésame en la boca... – con sus dos manos tomo la cabeza de su zorro y lo miro con un poco mas de confianza, uniendo nuevamente sus labios con los de su koibito.
Tomando aquella exigencia por parte del pelirrojo como una invitación a invadirlo de forma mas intima, lo hizo, introdujo su lengua lentamente y sin abrir los ojos inicio aquel juego de seducción, posándose completamente sobre el pelirrojo, mientras este yacía recostado sobre el sofá más grande que tenia. Tomo las manos que sostenían su cabeza de manera suave y enlazo sus dedos con los de Hanamichi, al mismo tiempo que las acomodaba por sobre su cabeza, apresándolo de esa manera como para no dejarlo escapar.
Cuando sintió que lo empujaba hacia atrás no se asusto, pero cuando sintió esa lengua dentro de su boca, le dio un poco de miedo, Kaede parecía saber lo que estaba haciendo, y cuando apreso sus manos con las suyas por sobre su cabeza se sintió dominado, y nuevamente el miedo lo invadió, ya no correspondía al beso y despertó de su atmósfera de ensueño.
Ya eran novios y era obvio que en algún momento Kaede querría algo mas que castos besos, y se sentía inmovilizado, "¿acaso ahora temía a todos los hombres?", con los ojos abiertos observo con miedo que no podía escapar, que era vulnerable y que si Kaede lo deseaba en ese momento podía hacer lo que deseara con el, no le gustaba sentirse así, pero cuando tenia miedo no podía moverse.
Sintió el cambio de actitud, y la tensión en el pelirrojo y se detuvo cuando este ya no le correspondió el beso.
—¿Que pasa? – se separo un poco del pelirrojo, alarmado con su comportamiento.
Lo miro aterrado, preocupado por si mismo y su relación, al parecer no había podido superar aquel ataque del que fue victima y al recordar ese "Esta bien" de su novio, aquel que respondió cuando lo invitaron a ser parte de aquel acto por parte de sus atacantes le tuvo mas miedo, por que por un momento creyó que "su amigo", le haría daño en mas de una forma, su mente de alguna manera le hizo recordar que no había pasado nada, y que Kaede no lo había lastimado, sino todo lo contrario.
—Yo... – contesto por fin al saber que "quien" tenia sobre el jamás le haría daño – Lo siento... – se lo había dicho, le daría tiempo, todo el necesario, el problema era que no sabia que debía superar sus miedos, antes de tener "novio".
—Hana... – acario su mejilla de forma dulce y preocupado por su pelirrojo – Dime lo que sea, no importa – ambos se sentaron en el sillón, Kaede quería reconfortar a su Hana, y expresarle su preocupación así como su amor, sin dejar de culparse por atreverse a mas de lo que tenia pensado.
—No se que me paso – jugaba nervioso con sus manos sin mirar a su novio – pero por un momento recordé que tu dijiste "Esta bien", que tu aceptaste y Yo ... – lo miro por fin y sin poder evitarlo sus lagrimas brotaron al revivir aquel crudo momento.
—Hana ... – ya no supo que decir.
Kaede entendió de inmediato a lo que se refería y ya no lo pudo mirar a los ojos.
—Lo siento – se cubrió la cara, escondiendo sus lagrimas, y muy molesto consigo mismo al no poder corresponder de la misma manera sin sentir miedo – Se que tu jamás me harías daño pero ... – una vez mas su llanto se presento sin poderlo evitar.
Kaede no sabia que hacer, deseaba acoger en sus brazos a su amor, pero sabia que de esa forma podría asustarlo mas, maldecía con todas sus energías a aquellos Idiotas que se atrevieron a tocar a su Hana, pero tenia que tranquilizarse, el sabia que esto podría suceder después del ataque, investigo sobre las consecuencias de las victimas de una acto de violación y descubrió que aunque la persona haya sido salvada a tiempo, siempre existían posibilidades de que el trauma apareciera después, además ya lo había comprobado, Hanamichi no estaba listo, aun no había superado aquella indeseable experiencia.
—Jamás te haría daño – por fin tomo el rostro de su amado con ambas manos, deseando partir en mil pedazos a sus enemigos – pero por sobre todo ... debes recordar que... – su voz se quebró al ver las lagrimas de su Hana – Yo te amo – cuando lo dijo por fin Hanamichi se lanzo a sus brazos permitiéndole abrazarlo de la misma manera. Intentaba consolarlo pero era obvio que necesitaban tiempo.
————————————
N/A: Espero que no les moleste como termina este capitulo, pero me parecio un buen final, además acabo de reconsiderar la continuación de la historia y creo que todavía le faltan algunos capítulos mas, no muchos, pero 3 mas como mínimo, y no se preocupen que ya estoy terminando el siguiente y no tendrán que esperar demasiado ok, y pues quiero agradecerle a Shadir, Caritademanga, Leinsak, y las demás chicas que leen mi fikito jeje, Una pregunta para Leinsak, ¿Te gustan los SenHana's? Contestame porfis y si es asi, podrias darme tu opinión sobre Tierno y Salvaje, y si te da tiempo tambien de Pasion de Otoño, podrias? Porfis, porfis, jejej, te lo agradece si me contestas jejej, pues es todo, les agradezco infinitamente el apoyo, y continuare escribiendo para ustedes jejej, hasta lueguin!
