NUESTRA HISTORIA

N/A: Nuevamente les traigo un capitulo, pero me disculpo desde ahora por que muy posiblemente no será de su agrado, de cualquier forma para compensarlo un poco habrá un poco de lime (nada fuerte) y de cualquier forma me gustaría conocer sus opiniones y les agradezco que lean el capitulo completo, y pues nos leemos al final de capi. Ya no falta mucho para el final "—"

Lensaiak : si todavía estas leyendo este capi, tienes razón, me voy a poner a terminar mis otros fics y no voy a comenzar otro hasta que los termine, es una promesa y un pago je, je ...

CAPITULO XII. NO SIEMPRE ES IGUAL

Esa noche no tuvo pesadillas, y al amanecer se sintió mas ligero que de costumbre, no había perdido peso, era la simple sensación de paz consigo mismo por que sus miedos habían disminuido, no podía decir que había perdido el miedo por completo, pero si podía asegurar que si alguien intentara hacerle daño, Hanamichi se defendería hasta que su cuerpo no pudiera sentir o responder, defendería su honor y su vida hasta la muerte.

Aun así, una persona mas le preocupaba, aquel Miope gigante era ahora el próximo enemigo a quien tenia la obligación de enfrentar, no había tenido tiempo de investigarlo, ni tampoco de mandar a sus amigos a investigar donde estudiaba ahora o donde pasaba la mayor parte del tiempo, aunque ya había pensado a quien podía pedirle esa información. Y así lo hizo, al día siguiente envió a Yohei sin intentar sonar muy sospechoso, a preguntarle a Hikoichi toda la información que pudiera obtener de aquel ex jugador de Shoyo, afortunadamente Yohei se dio por bien servido cuando Hanamichi le dijo que solo quería observar la evolución de Hanagata en su forma de jugar desde que había salido de Shoyo.

La confianza que tenía en Kaede con el tiempo iba en aumento, hablaban de todo y pasaban la mayor parte del tiempo juntos, y después de uno de sus más grandes logros Hanamichi le contó todo lo que sintió y lo que tuvo que hacer, cosa que el zorro agradeció enormemente, pues pudo ver en los ojos de su Hana que ya no existía aquel gran temor que su pobre torpe sentía cada vez que recordaba aquel incidente, de cualquier forma ambos sabían que la visita a Hanagata estaba pendiente.

En cuestión de días Hanamichi y Kaede planearon la forma de entrevistarse con Hanagata para arreglar sus diferencias y dejarle claro que si lo volvía a molestar, su sangre podría ser derramada, pero Kaede tenia miedo, temía que su torpe peleara con el Miope y que no lo pudiera vencer, el tipo era casi 10 centímetros mas alto que su pelirrojo y que el mismo, por lo tanto muy posiblemente mas fuerte.

—Esta vez estaré junto a ti, entendido? – no le iba permitir que lo dejara fuera del asunto en esta ocasión y se lo advirtió antes de que el pelirrojo le pidiera lo contrario. Aun así temía que algo pudiera salir mal y se lo advirtió a Hanamichi en más de una ocasión, nunca estuvo totalmente de acuerdo con su forma de enfrentar sus miedos, pero sabia que no había nada que pudiera hacer para convencer a su novio de lo contrario, además de que el mismo le había dicho que les darían una paliza a los idiotas que intentaron hacerle daño, solo lo dijo para consolar a su Hana en ese momento y ahora se arrepentía de haberlo hecho.

—Mmm? – Sonrió antes de contestar – OK! – se sintió seguro y protegido con la actitud de su novio, ahora sabia que jamás se arrepentiría de haberle dado el "si", estaba contento con su relación y amaba a su zorro como nunca había amado a ninguna de las chicas de las que creyó estar enamorado, sencillamente era feliz – Será como tu digas ... "Amor", ja, ja, ja ... – rió escandalosamente, se sintió cursi y chistoso cuando lo dijo, pues Kaede lo miro de forma rara, simplemente aquella expresión lo hizo reír.

Ambos terminaron riendo, recostados sobre aquel pequeño sofá donde apenas cabían, aunque no del todo sus extremidades más largas.

Aquel día por fin llego y cuando por fin pisaron la universidad de Kanagawa, la mas importante en el distrito y la mejor por consecuencia, ambos ya sabían – por Hikoichi –que Hanagata era uno de los mejores estudiantes en todo el país, su coeficiente intelectual lo hacia casi genio, pero para Hanamichi era solo un Miope malo al que le gustaba aprovecharse de cualquiera, y el pelirrojo estaba dispuesto a hacerle pagar el haber intentado aprovecharse de su persona.

Sabían que solía quedarse a entrenar hasta horas muy altas de la noche, su interés por jugar como universitario titular lo hacia esforzarse hasta limites insospechados, pero eso tampoco lo hacia una buena persona, y para Kaede era solo el Imbécil que le hizo daño a uno de sus seres mas amados, y también deseaba darle una buena lección.

—Hanagata? – Hanamichi lo llamo pues al igual que Sendoh le daba la espalda en los casilleros para los integrantes del equipo de Basketball.

—Sakuragi! – le sorprendió encontrarlo ahí, frente a el, pero su mueca de molestia se hizo notoria cuando observo que alguien estaba dos pasos detrás de su "casi-victima" – Vienes con tu perro guardián he? – sonrió con cinismo y Kaede se adelanto un poco con los puños en alto pero la mano derecha de su novio lo detuvo sin mirarlo – Que interesante! – comenzaba a sospechar que la estancia de esos dos chicos tenían un serio y peligroso propósito, que atentaría contra su físico.

—Vine para advertirte – comenzó a hablar serio y decidido – que si intentas acercarte a mi como la ultima vez ...

—QUE ...! – le grito en la cara, cosa que hizo a retroceder un paso a Hanamichi, pero la mano izquierda de Kaede toco su espalda dándole con aquella caricia valor y fuerza.

—Tendrás que atenerte a las consecuencias – dio un paso al frente y alzo el rostro tanto como pudo y noto por primera vez que aquel tipo realmente era mucho mas alto que el Gori y se sintió verdaderamente intimidado.

—Y se puede saber – acaricio con su mano derecha el brazo de Sakuragi, haciéndolo temblar de coraje e impotencia – cuales serán esas consecuencias?

—Te ... te – aclaro su garganta y recupero su brazo, pero Kaede seguía mirado con odio a Hanagata – Te matare! – lo dijo mirándolo con fuego en los ojos y haciendo caso omiso a ese temblor en su voz.

—Y supongo que tu "perro" te ayudara, o me equivoco? – miro a Kaede por un segundo y nuevamente quiso ser el quien le partiera la cara en mil pedazos al Miope.

—No, Yo peleo mis batallas sin la ayuda de nadie – Observo la soberbia con la que su enemigo cruzo los brazos, con mas seguridad al observar que dio dos pasos hacia atrás – Y por que a diferencia de ti no soy un cobarde – sonrió con decisión y valor sin que la risa irónica del chico mas alto le afectara en lo mas mínimo.

—Ya veo, y que haremos entonces, nos batiremos en un duelo por tu honor ja, ja, ja, trajiste tu Katana o una pistola, por que si es así tendrás que permitirme ir a mi casa por alguna de ellas ja, ja ...

—No te burles de mi maldito Miope – se miraron a los ojos por dos segundos y en el tercero, Hanagata se decidió a actuar y le dio un buen derechazo a Rukawa tirándolo al suelo, distrayendo por un segundo a Hanamichi.

—Maldito! – intento hacerle lo mismo a Hanagata pero este logro contener su golpe envolviendo el puño mas pequeño de Hanamichi con su mano, apretándola lo suficiente como para hacerle sentir dolor pero sin soltarlo, cosa que incito al chico mas bajo a dirigir su puño izquierdo contra el rostro de su adversario, pero este lo contuvo igual, con su mano libre, inmovilizando las manos del pelirrojo por completo en cuestión de segundos.

—Si tu novio intenta algo – jalo los puños de Hanamichi al mismo tiempo hacia el, haciendo que estos descansaran sobre sus hombros, y de inmediato con sus brazos, apretó con fuerza la cintura del pelirrojo – Tu lo pagaras caro – apretó mas fuerte y la espalda del pelirrojo hizo un ruido que preocupo a ambos jugadores de Shohoku.

—Suelta-me ... – le rogó pues le dolían las manos y el dolor en su espalda comenzaba a hacerse insoportable – por favor ... suéltame – el aire se le escapaba y no podía respirar – Kaede no hagas nada por favor ... me duele – casi se le salían las lagrimas por el dolor y no sabia que hacer.

—Desgraciado! – se levanto en cuanto Hanamichi le lanzo el segundo golpe a Hanagata desafortunadamente tampoco debía intrometerse, aunque ahora tenia una buena excusa para hacerlo, pero en ese momento no estaba seguro de lo quería hacer – Llamare a la policía si lo lastimas mas ... suéltalo! – exigió pero el Miope solo reía sin escuchar nada y mirando con deseo al pelirrojo.

—Largate, has lo que quieras no me importa – en ese momento solo miraba a Hanamichi – seguramente cuando ellos lleguen nosotros ya ... – no pudo continuar hablando pues el zorro le lanzo una patada al hígado haciendo que este soltara al pelirrojo de inmediato – Estúpido ... ! – se inclino un poco tocando su costado izquierdo, esperando a que el dolor pasara.

—Estas bien? – Se acerco a su koibito seriamente preocupado por su bienestar – tenemos que irnos, esto no fue buena idea ...

—No te preocupes yo ... ah! ... – realmente le dolía la espalda, estaba tirado en el suelo y le dolía mucho su columna vertebral.

—Tenemos que irnos de aquí – intento levantar a Hanamichi, sin esperar que Hanagata los detuviera.

—Esto no ha terminado! – el gimnasio estaba desierto y tenia la posibilidad de cerrarlo cuando el quisiera – El pelirrojo se queda y Tu! ... – tomo por las solapas a Rukawa levantándolo sin dificultad y lo azoto contra la pared mas cercana que encontró – Te largas y será mejor que no ... – nuevamente un golpe lo silencio – Te matare! – esta vez fue su estomago el afectado y retrocedió un poco y aun con una mano en su estomago amenazo al pelinegro.

—Inténtalo – lo dijo dispuesto a pelear, su Hana al parecer ya no podría hacerlo, pues el muy Idiota del Miope lo había lastimado demasiado – Y veremos quien sale vivo de aquí.

Una verdadera batalla se desato en el lugar, los golpes iban y venían, Hanamichi quería participar, pero no podía levantarse, aunque eso no le impedía sentir los golpes que su Kaede recibía, y nuevamente se sintió como un Inútil, no pudo hacer nada contra Hanagata y su novio parecía estar furioso, dispuesto a matarlo, tenia la determinación que Hanamichi no pudo demostrar, y estaba protegiéndolo, peleando por el como nunca lo había visto.

—Basta! – grito cuando callo al suelo y ya no se pudo levantar, Rukawa parecía un verdadero demonio y le golpeo demasiadas veces en los costados, justo en el hígado y comenzaba a escupir sangre, cosa que le preocupo – Detente ... por favor – cansado, respirando con dificultad y recostado en el suelo, levanto una mano mientras intentaba recuperar la respiración.

—Kaede! – Hanamichi le grito, al parecer este no había escuchado que el chico mas alto había pedido paz – Detente, Kaede! – le grito una vez mas cuando observo como su novio tomaba por el cuello a Hanagata y alzaba su puño para estrellarlo nuevamente contra su enemigo – Por favor! – con esa ultima petición se detuvo y por fin despertó de su trance de furia descontrolada, bajando su puño y dejo caer sin cuidado a su adversario.

Retrocedió unos cuantos pasos cansado, intentando controlar su respiración y conciente de lo que había hecho, jamás había sentido esa ira en contra de nadie, estuvo a punto de perder el control, muy cerca de terminar con la vida de su enemigo, pero gracias a que logro escuchar la voz de su adorado novio justo en el momento mas decisivo, volvió a la realidad y se detuvo a tiempo.

—Mas te vale no volverte acercar a ninguno de nosotros dos, por que si lo haces ... esta vez si te matare! – tomo por el cuello al chico de lentes, los cuales yacían en el suelo hechos polvo, observando por fin ese rostro mas lastimado que el suyo y le tuvo lastima.

—Lo ... prometo ... – temió por su vida y se juro a si mismo no acercarse mas a esos dos. Segundos después quedo inconciente.

Tan pronto escucho lo que deseaba se dirigió aun furioso a donde Hanamichi se encontraba, lo levanto sin grandes dificultades y lo llevo lejos de ahí. Caminaron un poco pero noto que su torpe no podía hacerlo rápido, así que busco un lugar para que descansaran unos minutos. Se sentaron en una banca donde esperaban el autobús.

Kaede seguía en su trance, molesto, furioso, lleno de ira y más serio que nunca y cuando Hanamichi deseo acariciar su rostro, el zorro no se lo permitió.

—Iremos al hospital – se levanto molesto, tenia algunos golpes en su cara y tenia sangre en los labios, pero no sentía dolor.

—Que, Claro que no, estoy bien – intento despreocupar a su novio, pero estaba mintiendo.

—Iremos al hospital, haremos lo que yo digo! – alzo un poco la voz, hasta ese momento había cedido en todo lo que el pelirrojo deseaba pero sentía que ya no era posible.

—Pero ... – pregunto un poco asustado con la actitud de su novio, jamás le había hablado en ese tono.

—Hicimos lo que tu quisiste y mira lo que sucedió! – lo miro un segundo y observo que el pelirrojo no estaba bien – estas lastimado y yo ... Yo casi mato a ese Imbécil! – le dio la espalda y se froto la cabeza intranquilo aun – Así que ahora haremos las cosas a mi manera, entendido! – lo miro amenazante, aun le hervía la sangre y no le importaba mucho lo que el pelirrojo opinara pues estaba seguro de que tenia la razón.

—Esta bien – bajo la cabeza, su Kaede estaba actuando como un ogro y comenzaba a temer que también a el, le haría probar sus puños nuevamente, así que acepto sumiso y se dejo guiar al hospital donde felizmente se rehabilito por completo.

No hablaron en el camino al hospital, anochecía, pero Kaede no estaba dispuesto a irse sin conocer el estado real de su novio, así que cuando el doctor lo dejo salir del consultorio, le pregunto con la mirada todo lo que no pudo con palabras.

El pelirrojo entendió que su Kaede necesitaba respuestas, así que levanto su camisa y le explico a su novio lo que el doctor le receto.

—Tengo que usar este corseté por algunos días y ... – lo dijo en voz baja, pero la reacción de Kaede fue de obvia molestia, pues bufo y golpeo la pared rabioso – Será solo por unos días ... Kaede ...– Hanamichi intentaba calmar a su novio pero este seguía muy molesto y el pelirrojo ya no sabia que hacer.

—Es todo? – pregunto seriamente a lo que Hanamichi solo pudo asentir, no le quiso decir que también le habían dado unas pastillas para el dolor y que tenia que volver a revisión medica en unos días mas, sentía que si lo hacia empeoraría las cosas –Vamonos de aquí, te acompañare a tu casa – se dirigió a la salida y el pelirrojo nuevamente lo siguió sin decir nada.

Se sentía culpable no solo por su estado, si no también por que su novio había salido lastimado, además de que aunque lo había intentado después de todo no había podido resolver sus conflictos a su manera, pero estaba triste por el comportamiento de Kaede pues ni siquiera le hablaba, era obvio que su novio estaba muy enojado con el.

—Kaede ... – quiso decirle algo cuando llegaron a la puerta de su casa, pero este solo tomo las llaves y abrió la puerta.

—Entra de una vez – repasaba una y otra vez lo sucedido hacia unas horas, por lo que no podía recuperar la calma, habían sido demasiadas cosas las que vivió y demasiado el miedo que había sentido cuando vio la forma en que Hanagata lastimaba a su Hana, afortunadamente todo había pasado, ahora su pelirrojo estaba a salvo, pero Kaede no había notado con aquella intranquilidad y rabia que aun sentía, que su comportamiento estaba lastimando a su koibito.

—Espera, no te vayas ... – le rogó a su novio cuando lo vio darle la espalda, y su tono logro que se detuviera – perdóname ... por favor – el nudo que se le había formado en su garganta no le permitió hablar nuevamente, pero cuando Kaede suspiro y dio un paso al frente sus lagrimas brotaron sin que las pudiera detener – Lo siento – un sollozo le hizo cubrirse la boca y por fin su novio volteo a verlo.

Al observar esas gruesas lagrimas resbalar por las mejillas de su Hana, se sintió fatal, acaso el lo había hecho llorar, "es mi culpa que este así", se recrimino por fin al darse cuenta de que se había comportado como un ogro, así que cuando Hanamichi se refugio en su pecho, el pelinegro no pudo hacer nada mas que abrazarlo con fuerza, arrepintiéndose de su tonto comportamiento.

—No, perdóname tu – rodeo su cintura con sus manos y lo presiono contra su pecho – Se que no debí tratarte así, y mucho menos después de lo que sucedió, pero tuve miedo, mucho miedo y ...

—Lo siento – levanto el rostro y miro a su novio arrepentido pues este le había advertido que era peligroso lo que deseaba hacer en mas de una ocasión.

—No, no, no es tu culpa, nada de esto es tu culpa – beso la cabellera de su amor y lo acogió en sus brazos hasta que dejo de llorar – Te amo tanto, que me moriría si te pierdo, te amo, te amo ... – lo repitió hasta que sintió que la respiración de su koibito se normalizaba.

—Yo también te amo – lo miro nuevamente a los ojos y le ofreció sus labios, los cuales fueron cubiertos de inmediato por su novio, poco a poco el beso se hizo mas intenso y esta vez el pelirrojo estaba dispuesto a ceder y a hacer lo que su Kaede deseaba.

En un arranque de pasión el pelirrojo al sentir los labios de su zorro en su cuello busco su boca y lo beso con verdadera fuerza, desafortunadamente lo mordió haciendo que su zorro se separara rápidamente.

—Ouch! – llevo la mano a su boca.

—Que pasa? – le sorprendió que se alejara de el justo en un momento así, pues el zorro jamás lo hacia.

—Me mordiste – se toco el labio inferior, y por fin ambos recordaron que el zorro también estaba golpeado, pues tenia una cortada significante en su labio inferior, varios golpes en la mandíbula y le dolía todo el cuerpo, al parecer este comenzó a sentir dolor cuando su sangre se enfrió un poco y los ánimos de pelea se disiparon.

—Lo siento – lo jalo hacia la cocina, disculpándose con una sonrisa tierna y curo su rostro con besos y caricias, después de hacerlo con ungüentos y desinfectantes.

Mas tarde mientras veían televisión muy bien acomodados en el sillón, después de darse una ducha individual y con las pijamas del pelirrojo, este por fin se pregunto ¿a que hora volvería el zorro a su madriguera, casi eran las 10 de la noche, estaba bastante oscuro y Kaede no parecía tener ganas de irse.

—Por que no te has ido? – recargado sobre el pecho de su novio mato su curiosidad.

—¿Me estas echando de tu casa? – Pregunto sonriente – ¿Si quieres me voy ahora? – bromeaba tranquilo, pero hizo el intento de levantarse.

—No digas eso tonto – acerco sus labios a los de su novio y lo beso tiernamente – es lo ultimo que quiero – sonrió y suspiro feliz con los ojos cerrados al sentir los brazos de su zorro envolviéndolo cariñosamente.

—Te voy a confesar algo pero no quiero que te enojes, ok? – temía que sucedería lo contrario pero quería saber si era posible con su petición hacer todo mas pacifico.

—Que cosa? – pregunto curioso, no se lo ocurría que podía ser.

—Me prometes que no te vas a enojar?

—Esta bien – acepto de buena gana, no sabia que podía haber hecho su zorro para molestarlo.

—Les pedí permiso a mis padres ... – no miro a su novio – antes de ir a la escuela y como es viernes, mi madre me permitió quedarme contigo esta noche – había recordado cuando por fin comprendió que su comportamiento estaba lastimando a su torpe, que podía quedarse y no antes.

—Eso no me molesta, por que creías que me iba a ... – lo pensó unos segundos y entendió por que su novio le había pedido que no se molestara con el – ... Zorro malo! – se separo del pecho que lo acogía y le hablo mirándolo a los ojos – me ibas a dejar solo hace unas horas verdad, te ibas a ir y me ibas a abandonar pensando en lo peor y llorando como desgraciado, cierto? – le golpeo el hombro no muy fuerte y se levanto dirigiéndose a su habitación con pasos largos y rápidos. En el camino decidió acostarse en su cama cubriéndose con las frazadas hasta la cabeza, como si fuera a dormir.

Kaede lo siguió lentamente, intuyo que Hanamichi solo quería una disculpa, pues no cerro la puerta dejándolo fuera y este pudo entrar sin ningún impedimento por parte del pelirrojo. Antes de entrar suspiro y se sentó en la orilla de la cama con cuidado y decidió elaborar la disculpa mas creíble que se le pudo ocurrir.

—No quería lastimarte ni mucho menos ofenderte, fue solo que ... Estaba muy molesto con, con ... con todo ...

—Conmigo también? – pregunto bajo las frazadas un poco dolido.

—Si ... – sabia que no debió haberlo dicho, pero ya no había marcha atrás – pero, bueno ... ¿como querías que me sintiera, Yo te advertí que era posible que esto no funcionaria con ese tipo, por que es diferente a Sendoh, no todos somos iguales, y no todas las mismas técnicas de defensa funcionan con todas las personas y bueno ... Yo tuve mucho miedo cuando el tipo te lastimo, y después me volví loco, y ya no estaba muy conciente de lo que hacia ...

—También cuando me gritaste? – se destapo la cara y especifico su pregunta – estabas loco cuando me trataste mal? – pregunto con inocencia, si Kaede le decía que si, el pelirrojo le creería de inmediato, sin dudar.

—Si – suspiro y su mirada se suavizó, miro a su Hana y este entendió que era verdad lo que Kaede le decía – Me dio eso que llaman "locura temporal" – sonrió burlándose de si mismo y Hanamichi lo miro con un poco de preocupación – Pero no debes preocuparte por que gracias a ti logre recobrar la cordura de nuevo – toco la mejilla de su Hana, sonrió tranquilo, enamorado y sin sentir la mas mínima culpa por haber actuado como lo hizo.

—Me diste un poco de miedo, por que nunca te había visto así – lo admitió por fin.

—Si, yo también me sentí un poco raro – se rasco la cabeza pensando en lo que hubiera hecho si Hanamichi no lo hubiera despertado de su "locura temporal" – Pero estamos bien, o no?

—Si – asintió como niño y le sonrió a su novio tranquilo y más enamorado, esperando a que su novio se recostara a su lado.

—Tienes sueño? – quería que le dijera que no, pero si no era posible esa noche hacer aquello que deseaba tanto con su novio, no lo iba a forzar.

—Un poco, ven – abrió los brazos y el pelinegro de inmediato se acurruco en el pecho del pelirrojo.

Pero ambos estaban un poco excitados, nerviosos, no habían pensado en las consecuencias de sus actos, y raramente Kaede no tenia sueño. Rodeo la cintura del pelirrojo con sus manos y se acerco al cuello de su novio, olfateando su dulce fragancia a jabón, disfrutando de su calidez.

Hanamichi sintió cosquillas cuando la respiración de su novio soplo sobre su cuello, pero no le dieron ganas de reír al contrario, quiso sentirlo de nuevo, solo suspiro esperando que Kaede hiciera algo mas que solo abrazarlo.

El cuello de Hanamichi tenia un apetecible color, un dulce olor y un sabor exquisito, y Kaede lo comprobó pues lo beso no solo una vez, sino que también delineo un pedacito de aquel cuerpo con su lengua, para después succionarlo suavemente, no esperaba aquella reacción en el pelirrojo pero quedo contento con el resultado, pues este tembló y gimió muy bajito, con los ojos cerrados y sin moverse, expectante por algo mas que solo besos en su cuello.

Al sentir que la respiración del pelirrojo se hacia entrecortada, el zorro se aventuro a ir mas lejos y beso cada centímetro del rostro de su novio, hasta llegar a su boca donde gobernado por su propio deseo introdujo su lengua y beso hambriento los labios de su amor, lento al principio pero intensificando sus movimientos, besándolo cada vez mas apasionado y mas deseoso de hacer suyo al pelirrojo, mientras este solo correspondía a los besos que su novio le proporcionaba con la misma entrega e intensidad, sin deseos de detener al chico que ya se había posicionado sobre su cuerpo.

Las manos del zorro comenzaron a vagar por el cuerpo de su novio, tocando cada lugar con deseo, pero concentrándose en acariciar las largas y musculosas piernas del pelirrojo, mientras las manos de este acariciaban su espalda sin llegar mas all� y eso le daba ternura al pelinegro pues su lindo torpe no sabia lo que hacia, y no sabia que hacer, y Kaede decidió enseñarle lo mucho que había aprendido con aquella mujer que conoció en su primera gran borrachera.

Siguieron besando sus labios con pasión, con amor, y mucha ternura, por que el pelirrojo necesitaba eso, cariño, dulzura y amor, mucho amor y eso era lo único que el zorro le quería dar, y tal vez un poco mas.

El pelirrojo aun usaba aquel corseté, y Kaede entendió que eso no le daría la oportunidad de consumar sus deseos al cien por ciento, pero se conformaba con hacerle el amor a su koibito con sus manos y sus afiebradas caricias haciéndolo explotar por lo menos una vez esa noche. Estaba dispuesto a aprovechar aquel trance en el que su amado rojito se encontraba pues de esa forma le permitía hacerle el amor.

Poco a poco, sin dejar de besar los labios de su amado, se poso entre las piernas del pelirrojo maravillándose con sus gemidos y todos aquellos ruiditos que hacia involuntariamente y por fin introdujo una de sus callosas manos dentro del pantalón de su novio, cubriendo con su mano la extensión de su miembro, que tan pronto fue tocado, comenzó a erguirse.

—Mmm, Kaede que ... – abrió los ojos, un poco asustado, se sentía cohibido con aquello que su novio quería hacerle pero recibió un apretón en su virilidad tan pronto despertó – Ah! ... ah ... –y volvió a gemir con mas fuerza, notando con los ojos entrecerrados que su cuerpo deseaba esas caricias que su novio le estaba suministrando tan deliciosamente.

—No pasa nada amor – lo miro un segundo y le hablo con voz ronca, extasiándose con la visión que tenia bajo su cuerpo – Solo déjate llevar – le susurro al oído, haciendo que Hanamichi sintiera escalofríos, pero sin intención de detener lo que estaba sintiendo – Te amo ...

—Mmm ... Kaede – por un momento abrió los ojos, tomo el rostro de su amado con ambas manos y le gimió muy bajito aquello que el zorro amaba escuchar de sus labios – Te amo, Kaede – lo beso con pasión, con fuerza y con amor, sintiendo como la mano de su novio se cerraba alrededor de su miembro haciéndolo gemir de placer, eran suaves sus caricias al principio, pero al pasar los segundos estas se hacían mas fuertes y apretadas, haciendo que su cuerpo se arqueara al sentir aquel frote sobre su sensible piel.

—Yo ... te amo ... – froto su cuerpo contra el de Hanamichi, recibiendo placer en su propia hombría, pues con los gemidos de su novio, había despertado y estaba en espera de atención.

Siguió besando el rostro, el cuello y los hombros del pelirrojo, pues los pijamas que usaban eran bastante holgados y les permitían tocar gran parte de su anatomía, dándoles la oportunidad de sentirse sin la necesidad de desvestirse por completo, permitiéndoles el placer nunca antes compartido.

Después de unos segundos de caricias por parte de Kaede, este comenzó a sentir con mas fuerza la necesidad de ser tocado, así que también introdujo una de sus propias manos para acariciarse así mismo, no pensó que Hanamichi pudiera hacerlo y tampoco se lo pidió, sabia que el pelirrojo no podría hacerlo pues ahora estaba abrazado con brazos y piernas a su zorro, con los ojos cerrados disfrutando cada apretón en su miembro aun erecto, gimiendo bajito en el oído de su novio, mordiendo los hombros del oji-azul cuando este apretaba demasiado rápido y demasiado fuerte su virilidad logrando así llevarlo aun desconocido éxtasis, dándole así el mas grande de los placeres.

—Oh... oh... Kaede... yo... – ya no pudo seguir hablando pues su primer explosivo orgasmo estaba a punto de consumarse, así que se aferro tan fuerte como pudo a Kaede abrazándose a su cuello y termino derramando su semilla en la mano de su novio, al mismo tiempo que un par de lagrimas de placer resbalaban por sus sienes, gritando su orgasmo al fin – Aaaah! ...

Cuando Kaede sintió la humedad en su mano, y escucho aquel gran grito de desahogo en su novio, no tardo mucho en también llegar al punto máximo de placer, disfrutando como nunca ese increíble orgasmo, sin hacer mucho ruido, solo un gruñido cuando por fin sintió húmeda su otra mano.

—Mmm... Te amo – le ronroneo al oído tranquilizando su respiración y con una gran sonrisa le expreso lo mucho que le había gustado aquella increíble experiencia – Fue maravilloso, mmmh ... Kaede te amo, te amo, te amo... – le expresaba su amor mientras besaba dulcemente el rostro de su amado.

—Si ... fue increíble – levanto su cabeza de donde descansaba para mirar a los ojos a su adorado novio, maravillándose con el hermoso rostro de su koibito, pues estaba completamente sonrojado y una fina capa de sudor lo cubría haciéndolo brillar a la luz de la luna – te amo Hanamichi, te amo – le expreso su sentir y lo beso con ternura.

——————————————

N/A: Hola de nuevo, pues que les parecio el lime jeje, es el primero que hago pero me parecio bueno, ustedes que piensan, y con respecto a lo demás, pues solo puedo disculparme por no hacerlo mejor y diferente, pero es que cuando lo comencé a escribir no pude parar y las ideas me llegaban y las escribí y cuando lo leí otra vez me gusto y pues este fue el resultado, sorry si no les gusto, pero este es el antepenúltimo capi, así que todavía falta un poquito mas y muchas cosas pueden pasar je, je, pues ahora si me despido y espero pronto terminar el siguiente capi, hasta lueguin!