Wuenassss! (Noches des de España, días supongo des de el otro lado del charco) Pos nada, aki os dejo con el capítulo número dos.
Contentísma estoy con los reviews que he recibido ya de inmediato (Hadita hadita ni se te ocurra callarte esos comentarios tuyos ke son de lo mejorcito XD XD al menos yo me rio un montón con ellos, xk resultan ser ese tipo de preguntas que todo el mundo piensa pero que sólo Hada pregunta, jejejeje,) Bueno, pues voy a intentar contestarla (uf! uf! ) ¿Cómo pueden besarse una tortuga y una humana? sobretodo echarle imaginación al asunto, pues imaginarselo no es fácil (cierto que se la puede comer!) pero bueno, teniendo en cuenta que cuándo das un beso sueles encoger los labios pues...aj! por favoooor! ke embarazoso, no lo cuento que pierde todo el encanto, por diox! (me da vergüenza a mi misma hablar sobre el tema XP jejejej) y bueno, ya a la otra (¿cómo pueden acostarse una tortuga y una humana?) si que no voy a dar respuesta alguna, pues entonces me avergüenzo más, si eso ya escribiré algún día uno de estos mini-fics de carácter pornográfico (he leído algunos en inglés y son de lo mejorcito juas juas juas ). A la otra pregunta¿cuánto se suponen que miden (de altura) las TMNT? Pues...haber, digamos que en la serie (en los cómics no lo se pues aki en España no llegan (ke yo sepa) ) se ven bastante bajitas, la verd�, xro cómo ke no, me gustarespresentarlas algo más altas, nose, una estatura media...¿cuánto puede medir un tío de 22 años? pues esa altura misma (así a lo mejor resultan más mosntruosas, pues de la otra manera son más monas, jejejejej)
A todo esto, desearle suerte a Itsuki con su nuevo fic (ánimos des de aki nena!) y advertiros ke, dnd os encontreis un guión (cómo si fuera a empezar un diálogo ) pero vacío, se trata de un cambio de espacio (en algunas ocasiones tmb de tiempo) eske por muchos espacios que dejes, luego siempre se ve todo junto y puede resultar algo confuso ¿no?
Diox mio, cuanto rollo acabo de meteros, pero bueno, pa ke luego digan que los autores no nos relacionamos con la gente XD! pos nada, no os molesto más y os dejo con lo dicho. ala! Espero ke os guste gentuza, un saludo a todos los lectores (y un beso a mis niñas!)
YaS
#02# Culpas precoces
Las mañanas solían recibirse con alegría, pues a diferencia de las frías bienvenidas matutinas que solía dar, en primavera eran mucho más calientes y se recibían con los brazos abiertos.
Leonardo, cómo siempre, permanecía sentado en la tranquila azotea de uno de los edificios que se levantaban por encima de la guarida. Frente a las continuas quejas del maestro y sus hermanos a sus escapadas matutinas, intentaba no marchar muy lejos para poder volver en el menos tiempo posible.
Observaba, sentado apoyando los codos en sus rodillas, cómo el sol aparecía por encima de los edificios de Nueva York hasta, por fin, poder bañarle suavemente con algunos de sus rallos. Solía colocarse en los edificios más altos de la zona, así podría ver mucho mejor la salida del sol y ser uno de los primeros que notase su calor en toda la ciudad.
Ese ejercicio se había convertido en una practica habitual para él de la cual le era muy difícil prescindir. Se sentía bien, en harmonía consigo mismo y muy tranquilo. Además, era uno de los pocos momentos del día en que podía ver la luz del sol, pues durante el día no solían salir de la guarida.
Aquél día en cuestión, no sabía porque, pero sentía algo raro. Algo que lo carcomía por dentro y que no podía evitar dejarle un mal gusto en la boca. Su mismo cuerpo lo estaba advirtiendo de algo, pero ni siquiera él sabía interpretarse a sí mismo, así que cuándo ésta sensación lo inundaba, únicamente esperaba a que el hecho en cuestión se le tirase encima para poder enfrentarlo.
Unas risas rompieron el profundo estado de concentración ene el que se encontraba Leo. Curioso, ya que no solía haber mucha gente en las calles a aquellas horas de la mañana, se asomó por el borde de la azotea para descubrir a su hermano y a Kasey que, seguramente, volverían de la tienda de April y se disponían a entrar en la alcantarilla:
.-�¡Eh! – gritó leo con una voz gutural pretendiendo no dar a conocer su tono de voz. Observó cómo, mirando hacia todos lados, Raphael no tardaba en encontrar escondite en alguna sombra pensando que había alguien por los alrededores que había podido verle. Kasey por su parte., permaneció junto a la alcantarilla mirando hacia todos lados hasta descubrir a Leonardo que se deshacía en carcajadas des de lo alto del edificio que les quedaba contiguo:
.- ¡Qué gracioso! – gruñó Raphael mientras salía de su escondite y su hermano se le plantaba delante de un salto:
.- Buenos días Leo – soltó Kasey saludando con la mano
.- ¿qué tal con lo de April?
.- Pues mira, nos atacaron unas cuántas cervezas y un par de cajas de nachos. Pero por lo demás, fantásticamente – contestó secamente Raphael abriendo la tapa de la alcantarilla para luego dejarse caer dentro. Leonardo no pudo evitar mirar a su hermano y comprender que todavía se encontraba algo molesto por lo de anoche - ¿y vosotros que tal por los lares de los Dragones? – Leonardo le sonrió con algo de malicia:
.- Sigues cabreado ¿no?
.- Tsk! Olvídame hermano.
.- Donny consiguió substraer algo parecido a una especie de contrato – Kasey se detuvo en seco frente a la explicación de Leonardo:
.- ¿Un contrato¿Des de cuándo éstos tipos firman contratos?
.- Ese es el problema. Se trata de un contrata cediendo una muy buena cantidad de dinero y de recursos para I.D.
.-¿I.D? – gruñó Raphael des del otro lado de la alcantarilla dejando que el mugriento río fluyese entre él y su hermano.
.- Investigación y Desarrollo…..eso dijo Don.
.- ¿Por quién estaba firmado el contrato? – preguntó Kasey pasándose al otro lado siguiendo a Raphael.
.- Agarraos que vienen curvas. – Leonardo se detuvo con las manos en la cintura y arqueando las cejas – Por una de las entidades más altas de los Dragones Púrpuras, de la cual no sale el nombre, y por Oroku Saki.- un incómodo silencio se apoderó de la zona dejando que únicamente se escuchase el fluir de las sucias alcantarillas y el chirriar de alguna rata- Al ver que por parte de ninguno de los dos chicos había reacción alguna, Leonardo prosiguió – por lo visto Shredder ha cedido pasta y material de investigación a los Dragones….¿para que? Pues ni puta idea – Raphael continuó andando con Kasey detrás:
.- Maldito hijo de…..Siempre está metido en todo. – Raph vaciló unos momentos y volvió a saltar hacia el lado de Leo colocándose detrás de su hermano - ¿y no se sabe nada de porqué había tanta gente en el muelle la noche anterior.- Leonardo negó con la cabeza si girarse a ver a su hermano:
.- Vimos un enorme cargamento de droga en los despachos de la discoteca de los Dragones, creemos que bien podría ser por tráfico….pero hay muchas cosas que no encajan.
No tardaron mucho en alcanzar el drenaje que llevaba directo a la guarida. Kasey no pudo evitar mirar de reojo a Leonardo, estudiar cada uno de sus movimientos. Sentía que la tortuga sabía mucho más sobre el tema de April y no podía llegar a imaginarse que la chica se hubiera podido llegar a acostar con él. No estaba enfadado con Leo. Ni hablar, nunca lo estaría ni mucho menos por una chica, pero no podía evitar sentirse defraudado al saber que no se lo contaban todo entre ellos.
Era cierto que Raphael era su mejor compañero de todas las tortugas, pero la relación con los demás también era muy buena y, al menos hasta entonces, había creído que los hechos trascendentales, y acostarse con chicas se incluían, eran puestos en común. Pero ahora se daba cuenta de que no, que, incluso siendo hermanos, había muchas cosas que no se contaban entre ellos. Leo nunca les había dicho que hubiera mantenido relaciones con April (aunque Raph lo había supuesto) al igual que Raphael nunca les había contado el tipo de relación que podía mantener con Kyara, quizás porque nadie se imaginaba que pudiera existir alguna entre ellos.
Cuándo Kasey despertó de sus pensamientos se vio entrando en a guarida, en dónde Michelanggelo lo esperaba con una sonrisa desafiante jugueteando con un mando sobrante de la consola. Kasey le sonrió y, después de saludar a Donatello de una fuerte palmada en el caparazón, se sentó junto a Mickie y empezó a viciarse de mala manera a la consola.
.-
Seguía de pie, con sus dos enormes brazos cruzados a su espalda y observaba impasible otro de los cuadros de la sala. Meneó su cabeza a modo de molestia cuándo alguien entró por la puerta sin previo aviso. Eso le reventaba, realmente le fastidiaba.
El hombretón se volvió ferozmente meneando su pequeña coleta rubia y mostrando una gran serenidad en su rostro. Ésta serenidad no se vio alterada cuando se encontró de frente con Oroku saki, uno de los hombres de negocios más importantes de Nueva York y aquél ninja asesino que lo había convertido en lo que era.
Saki no entendía de modales respecto a sus afiliados y tampoco perdía el tiempo en memeces. Su único gesto cordial fue entregar su mano para que fuese encajada de inmediato por el enorme brazo del hombretón de negro:
.- Mis hombres me han traspasado la noticia.
.- Pues de saber que iba a venir usted me hubiera encargado yo mismo de comunicársela. -Saki esbozó una sonrisa y paseó su traje grisáceo por toda la sala en busca de algo de su interés.
.- ¿Hay noticias de I.D?- preguntó sin mirar a la cara a su colega.
.- De momento nada, apenas han tenido un para de días de investigación.
.- No tengo mucho tiempo que perder en esta mierda , Hun.
.- Lo sé, básicamente porque yo tampoco. Únicamente espero buenos resultados de su maquinaria y de mis hombres. Nada más. – Oroku Saki dejó caer un sonoro manotazo en el escritorio empapelado de Hun con un posado bastante molesto.
.- �¿Nada más! Quiero resultados en menos de 24 horas Hun. ¿Qué diablos os retrasa tanto? – el posado sereno del hombretón no pareció alterarse frente al cabreo de Shredder, que se mostraba impaciente por obtener alguna buena respuesta:
.- Hacemos todo lo que podemos. – Hun se pasó de nuevo por la sala rodeando a Shredder sin quitarle le ojo de encima – hemos recibido una especie de chivatazo. Nuestros peores enemigos nos acechan Saki, y no podemos darle la espalda a nadie. Permaneceremos alerta pero puedo asegurarte que ,pase lo que pase, no van a interferir en las investigaciones.
.- Eso espero. El material que te he otorgado es lo suficientemente bueno cómo para reducir el trabajo de años en semanas. – Oroku Saki empezó a dirigirse hacia la puerta a paso rápido mientras se ajustaba el traje a su fornido y alto cuerpo – espero noticias. – antes de cruzar el umbral de la entrada, volvió a girarse – no me falle querido colega, o puedes sufrir las consecuencias que, me parece, muy bien conoces. Y mantén a esas tortugas alejadas si no quieres que yo tome las riendas del asunto. – Cuándo éste desapareció de la escena. Hun no pudo evitar suspirar tras pensar que, por desgracia, las tortugas ya habían metido los morros en el asunto pese a la ignorancia de Shredder sobre el tema.
.-
Las risas en la guarida habían llegado a hacerse insoportables. Leonardo no pudo evitar quejarse un par de veces, pues las estrechas paredes de la alcantarilla dejaban paso a todos y cada uno de los sonidos procedentes de las numerosas partidas entre Kasey y Michelanggelo entorpeciendo gravemente su meditación. El maestro le había aconsejado en numerosas ocasiones que no meditasen sin supervisión de nadie, pues podía resultar peligroso, y tras la experiencia recibida con el colapso temporal de Eddelwise, habían decidido ceñirse por completo a aquellas instrucciones, tal vez por eso, Leo había requerido la vigilancia de Donatello, ya que Raph se había encaprichado en entrenar por sí solo.
Leo permanecía con las piernas cruzadas sentado en el tatami intentando ordenar uno a uno sus pensamientos por encima de todo el ruido que se desprendía de la sala de monitores.
Donatello, por su parte, permanecía sentado en el montón de colchonetas de al lado del tatami con un pequeño aparato entre sus manos. Su hermano le había pedido que lo vigilase, pero la verdad era que toda su concentración estaba puesta en arreglar aquél trasto. Únicamente levantaba la mirada de tanto en tanto para comprobar que Leonardo se encontrase en perfectas condiciones.
En una de éstas miradas, comprobó que su hermano fruncía el ceño algo incómodo, así que, chasqueando los dientes, se desplazó hacia la sala de monitores y, agarrando el mando sin previo aviso, bajó el volumen al mínimo:
.- ¡Eh, eh¡Que así no tiene emoción Donny!
.- Pues largaos a otra parte. Raph intenta entrenar, Leo intenta meditar y yo intento concentrarme, y con vuestras estúpidas risas no hay manera – Donatello dio la conversación por finalizada y se retiró nuevamente hacia la sala de entrenamiento cerca de su hermano.
Mickie miró a Kasey, que, vagamente, tiró el mando contra el sofá a la vez que se levantaba estirando todos sus músculos:
.- ¿qué hora es? – intentó vocalizar entre bostezo y bostezo.
.- Pues….casi medio día – Michelanggelo también se levantó y apagó la consola - ¿te vas?
.- Va a ser que sí, no he dormido todavía. Tu hermano y April me han tenido despierto toda la noche.
.-Ow…..- se lamentó Mickie. La tortuga pareció vacilar unos instantes pero rápidamente se desplazó hasta su habitación bajo la curiosa mirada de Jones. Al poco rato, volvió a aparecer con un bloc en las manos - ¿te importa si voy contigo? Des de tu apartamento hay una bonita vista al muelle y me apetece dibujar – Kasey arqueó una ceja para luego agarrar sus trastos tirados en medio de la sala:
.- Haz lo que quieras. Pero a mi no me levantes – Michelanggelo le sonrió antes de partir a pedir permiso a Splinter, el cual no se opuso a la vena artística de Mickie. Al poco tiempo, ambos marchaban hacia el apartamento de Kasey por las alcantarillas para que Michelanggelo no fuera visto a la plena luz del día.
El viejo y maltratado saco de boxeo parecía que iba a salir corriendo en cualquier momento. De todos los hermanos era Raphael el que más lo golpeaba. Después de entrenar con sus armas, solía perder un par de horas al día golpeando al saco cómo si de su peor enemigo se tratase.
Solía ordenar sus pensamientos cuándo conseguía encontrarse a solas entrenando, y en aquellos momentos, tenía mucho que ordenar.
Su cabeza era un completo puzzle con numerosas piezas sueltas por juntar. Muchas eran las preguntas que cruzaban su mente en aquel momento. Tal vez por eso había renunciado a la oferta de Leo de meditar con él, por miedo a sufrir algún tipo de ataque nervioso a causa de todas las preocupaciones que le rondaban la cabeza.
¿Qué ocurría con los Dragones Púrpuras¿Por qué los atacaron así sin más¿De quién diablos era el crío de April¿Cómo empezaría a hablar a su hermano¿Qué ocurriría si April estaba embarazada de Leo? Y, sobretodo ¿por qué Kyara no había mandado noticia alguna?
Si ya se sentía completamente perdido haciéndose todas estas preguntas permaneciendo consciente, no quería ni imaginarse lo que ocurriría si se sumía en un estado de inconsciencia temporal cómo la meditación. Su mente de seguro explotaría cansada de tanto ajetreo. Así que, su manera de desahogarse, era golpear el saco. Tal vez así sus pensamientos se ordenasen por sí solos.
Cuándo se sintió lo suficientemente agotado, se dobló colocando sus manos en sus muslos para soportar el peso de su propio cuerpo mientras, jadeante, fijaba su vista en el saco que oscilaba violentamente de un lado a otro.
" No quiso vernos ni por una última vez…." – pensó para sí mismo. De golpe, el saco, que oscilaba con violencia, cedió y cayó estrepitosamente al suelo. Raphael se incorporó observando el desperdicio que había provocado al reventar éste y esparcir toda la arena por el suelo: "…..quizás era a mí a quién no quería ver." Pensó nuevamente mientras seguía con la mirada perdida en el charco de arena:
.- Poco más iba a durar – la voz de Donatello resonó en la sala a la vez que entraba a paso lento con las manos en la cintura – Venga. Vamos. Ahora es cuándo te toca decir "Hoye Donny, arregla el saco anda" – Raphael se giró a su hermano y le sonrió con la mirada:
.- Qué razón tienes – Raph se agachó a coger la toalla que quedaba al pie de una de las columnas mientras Don se acercaba y observaba el gastado soporte del saco - ¿Leo todavía medita? – Don negó con la cabeza.
.- Justo ahora ha terminado. ¿sigues cabreado?
.- ¡Bah! No digas chorradas – Raph se marchó hacia la sala de monitores suponiendo que su hermano estaría allí. Pero al llegar la vio completamente vacía, únicamente el maestro permanecía de pie aguantándose en su bastón:
.-¿Dónde están todos sensei? – la vieja rata no respondió, únicamente señaló con el bastón en dirección a la sala principal, en dónde se distinguía la figura de Leo acomodada encima del pequeño puente que cruzaba el riachuelo procedente de las alcantarillas.
Raphael se acercó con paso cuidadoso, intentando advertir su presencia des de un principio para no estorbar ningún tipo de pensamientos profundos. Leonardo se giró cuándo distinguió la silueta de su hermano en la puerta, apoyado contra la esquina de ésta:
.-¿Qué hay?
.-No. ¿Qué hay para ti? – le contestó secamente – pareces preocupado- Leonardo apartó la mirada devolviéndola al fluir del agua que pasaba por debajo del puente. Fueron unos poco segundos los que tardó en reaccionar sacudiendo con fuerza la cabeza e intentando dibujar una forzada sonrisa:
.- Nada……sólo que……- Raph se colocó junto a él, con sus codos apoyados en la baranda del puente dándole la espalda al riachuelo. - …me siento extraño. La meditación me ha dejado algo atontado, eso es todo. He notado cómo se me echaban encima un montón de problemas y no sé exactamente cuales….- Raphael suspiró intentando mostrarse comprensivo, pero era un sentimiento que la tortuga no solía demostrar, así que su comprensión solía pasar bastante desapercibida.
Un silencio incómodo se apoderó de la sala. Solamente se escuchó el agua caer en pequeñas cataratas por debajo de sus pies:
.- Algo anda mal – soltó finalmente Leonardo recobrando una infinita seriedad en su rostro – no sé que es pero….manteneos en guardia por si acaso …¿vale?- Raph le sonrió quitándole importancia al tema antes de asentir con la cabeza. No era muy común que Leonardo tuviera algún tipo de presentimiento, solía ser el Maestro Splinter quien los advertía siempre, pero no por eso iban a dejar de hacerle caso, además……Raphael se husmeaba de que su hermano estaba en lo cierto, pues, si el embarazo de April era su culpa, si que se le venían encima grandes problemas.
Después de una pausa prudencial, ambas tortugas dieron el tema por finalizado y Raph encontró el momento perfecto para dirigir la conversación a su gusto:
.- Des de hace unos días….no puedo evitar preocuparme por…
.- ¿Ella? – acabó Leo la frase ante la sorprendida mirada de su hermano.
.- Exacto – Raphael apartó la mirada perdiéndola en el agua tal y cómo había hecho anteriormente su hermano – sigo sin entender
.- Ninguno de nosotros lo entenderá nunca. Pero fue su decisión y la respeto, y creo que, en su lugar, tal vez yo hubiera hecho lo mismo – Leo le sonrió a su hermano
.- Ya. Las despedidas duelen, y mas cuándo son para siempre.
.- No dijo que fuera a ser para siempre.
.- Pero lo es, diablos. Y tanto que sí lo es – Raphael sentía ganas de salir corriendo de allí una vez más. Siempre quería desaparecer cuándo se hablaba de ese tema, pero lo encontró un enganche perfecto para lo de April.
Leonardo envió una mirada cómplice a su hermano que lo observó sin comprender. Por unos instantes Rapahel sudó la gota fría pensando que su hermano le había leído el pensamiento y las intenciones:
.- Se la echa de menos ¿verdad?- dijo finalmente Leo
.- Bah. Se hecha de menos el toque femenino en la guarida. Eso es todo – Raphael siempre había intentado mantenerse impasible frente a Kyara cuando sus hermanos se encontraban delante. El orgullo se lo comía a bocados
.- Ya, claro, lo que tu digas – se mofó Leo haciéndole ver que no le creía.
.- Además, para eso también está April ¿no? – Raphael atacó directamente y, al ver que la única reacción de Leonardo fue reírse, continuó atacando - ¿alguna vez…….te has sentido atraído por ella? – Leo lo observó interrogándole con la mirada, algo confuso acerca de la pregunta:
.- Bueno, es una mujer…¿no? ….y dado nuestro aspecto, son pocas las mujeres que se nos acercan – Leo pareció vacilar unos instantes intentando elegir con cuidado sus palabras -….pero sí. Sí que me he sentido atraído por ella en contadas ocasiones – Raphael sonrió, pues con aquél comentario su hermano se había delatado por completo y, ahora, la única duda que quedaba era de quién era el crío de April - ¿y a ti no? – con esa pregunta Leo agarró a Raphael completamente desprevenido. La tortuga se apresuró a negar con la cabeza.
.- Nunca. Y mira que al principio…….
.- Ella estaba mucho de ti- Raphael se rió a carcajadas.
.- Sí, ya…..Kyara solía reprochármelo a menudo – Leonardo observó a su hermano con un cariño que pocas veces podía demostrar. Tal vez las numerosas diferencias que existían entre Raph y Leo eran aquellas que les hacían ser tan distantes, pero aún y así, aunque ninguno de los dos lo aceptase nunca, se preocupaban el uno por el otro igual que por el resto de sus hermanos. Raphael nunca dejaría de ver a Leonardo cómo a su líder y cómo ese hermano mayor que solía aguarle la fiesta a menudo. Y Leonardo nunca dejaría de ver a Raphael como su posible sucesor si a él le ocurriese algo y cómo a ese rebelde irritable y malhumorado que se divertía incumpliendo sus órdenes.
.- ¿Dónde ha ido Mickie? – preguntó Raph bajando del puente dirigiéndose hacia la sala de monitores de nuevo. Leonardo arrugó los hombros mientras seguía a su hermano:
.- Con Kasey, supongo.
.- ¡Ah! Genial, el maestro me prohibe de salir a mí de día y en cambio a Michelanggelo no le pone traba alguna. Desigualdad fraternal. ¿No soy a caso mayor que él?
.- Michelanggelo cumple con su entrenamiento y permanece en casa la gran mayoría de noches mientras tú desapareces con Kasey a emborracharte por la ciudad. – Raphael gruñó una serie de palabras inteligibles antes de dar un portazo al entrar en el lavabo.
El viento era apacible y se recibía con agrado. Cálido, flojo. Demostraba que la primavera había llegado y bañaba a toda la ciudad de un olor algo característico apartándola de la peste a gases que solía desprender ésta.
El apartamento de Kasey se encontraba de cara al muelle, justo en el centro en dónde empezaba la arena de la playa y en dónde se encontraba atracados los barcos. Se trataba de un lugar muy tranquilo, únicamente se escuchaba el ir y venir de los camiones y de los trabajadores del puerto, que solían sentarse en la playa a la hora de comer.
Michelanggelo se encontraba extrañamente a gusto en la terraza de Kasey. Solía sentarse en la baranda de ésta y tumbarse en el tejado que se desplazaba a lo largo de la barandilla. Una vez allí, disfrutaba dibujando el paisaje en su cuaderno o, si encontraba inspiración, escribiendo alguna que otra poesía que, en su tiempo, luego solía leer a Kyara.
Con la puerta de entrada a la casa abierta, los ronquidos de Kasey se esparcían por toda la terraza provocando que Mickie llevase a cabo numeroso intentos de apaciguarlos, así cómo cerrarle la nariz, colocarle algún calcetín en la boca, o incluso taparle la nariz con algunas pinzas. Esto último fue lo que mejor funcionó y Michelanggelo pudo sumirse en su profunda tranquilidad y dejarse llevar por su vena artística disfrutando del aire del puerto.
Decidió retratar la imagen de uno de los barcos que se encontraba atracado. Un pequeño velero que lo deberían utilizar para pescar, en su cubierta, un hombre muy blanco de piel permanecía tumbado tomando el sol con un sombrero que le cubría el rostro. Mickie empezó a dibujar los primeros bocetos del paisaje en sí mientras sacaba la lengua mordiéndosela con los dientes en un gesto de concentración.
Antes de que pudiera terminar ni si quiera la mitad del dibujo, algo le llamó la atención. A bajo en el puerto, escondidos entre montones de cajas, Mickie alcanzó a distinguir lo que parecían ser unos cuántos miembros de los Dragones Púrpuras. Unos cinco o seis macarrillas que, cómo siempre, arrastraban las cadenas consigo, lucían unas retorcidas crestas coloreadas y un tatuaje en forma de dragón. Parecía que estuvieran vigilando algo.
No sabía cuánto tiempo llevaban allí escondidos pero podía olerse la tensión en el ambiente. Mickie ponderó la posibilidad de agarrar el comunicador y llamar a sus hermanos, pero encontró que se trataba de una minidad cómo para informarlos de algo, así que, con cuidado, saltó hacia la zona más alta del tejado para alcanzar a verlos des de un punto de vista más completo.
Permanecían allí, ocultos, mirando entre las cajas, cómo esperando a que apareciera alguien para asaltarle.
Por unos momentos Michelanggelo pensó en ir y patearles el trasero antes de que pudieran hacer de las suyas, pero sintió curiosidad y esperó a que ellos dieran el primer paso.
Pero eso nunca llegó.
En unos instantes, una silueta femenina envuelta en una estrecha gabardina negra se les acercó pidiéndoles algo. Los gamberros no sintieron ningún tipo de amenaza contra la chica y uno de ellos se acercó a ver que quería, pero antes de que pudiera ni siquiera soltarle algún tipo de piropo, la chica lo golpeó. Fueron sólo unos segundos los necesarios para que una docena de hombres se les tirasen encima y los dejasen inconscientes en cuestión de segundos. Los músculos de Mickie se tensaron al presenciar una escena tan confusa y extraña.
Uno de los hombres, el más alto y corpulento, izo un par de señales para que los demás apartaran los cuerpos. Así desaparecieron entre los callejones cargando consigo a los seis gamberrillos de los Dragones Púrpura.
Algo no andaba bien.
Primero, espera una troupe impresionante en el muelle a algo que no acaba de llegar. Y segundo, un pequeño grupo de "vigilantes" es atacado por algo parecido a una nueva banda justo, también, en el muelle.
Aquella vez, Mickie no vaciló en bajar a la terraza de Kasey y alcanzar el comunicador para llamar a sus hermanos. Justo al aterrizar en las baldosas de la terraza, Kasey abrió la ventana corredera y apareció con cara de pocos amigos y mucho sueño:
.- �¡Michelanggelo¿qué coño es esta puta pinza? – Mickie no pudo evitar reírse al verlo aparecer con los pelos revueltos y la pinza en la mano. Pero en seguida se percató de que no era momento para bromas y agarró rápidamente el teléfono:
.- ¿Donnye¿Estás ahí?
Sí. Y tú ¿dónde estás?
.- Con Kasey, oye….algo muy raro está pasando pero me parece que es mucho más grande de lo que habíamos pensado.
Después de que Mickie y Kasey volvieran a la guarida, Leonardo, con la aprobación del maestro Splinter, decidió patrullar la ciudad al menos durante algunas noches. Fuera lo que fuera que se estaba cociendo por los barrios más bajos y más oscuros no iba a ser bueno.
Realmente nunca sabes hasta que punto es de importante un peligro hasta que ves a tu propio enemigo temblar ante él. Y los Dragones Púrpuras realmente se encontraban en una especie de callejón sin salida que parecía comérselos poco a poco. Si ellos debían preocuparse por algo, entonces las tortugas tenían que hacerlo el doble.
Cómo muchas otras noches, el grupo se separó y, siempre bien comunicado, se dispersó por los rincones más infames de la ciudad en busca de algún tipo de indicios o existencia de los Dragones Púrpuras que pudiera darles alguna pista sobre lo que ocurría.
Cierto que podría tratarse únicamente de un simple enfrentamiento entre bandas pero, de alguna manera, las tortugas se veían extrañamente envueltos en él y eso les preocupaba.
Kasey marchó con Raph, Don y Leo juntos, y Mickie tuvo la suerte (o la desgracia) de ir acompañado por Splinter. La anciana rata solía retener bastante los movimientos y retrasaba mucho, pero, en alguna pelea, era mucho más seguro permanecer a su lado.
.- ¿Crees que Mickie va a perdonarnos algún día que le hayamos dejado con el maestro? – se mofó Donatello saltando ágilmente por las azoteas y los tejados de los edificios encontrando algo en los que sujetarse en caso de que la superficie en la que aterrizaba se encontrase en mal estado. Leonardo soltó una sonora carcajada a la vez que avanzaba a Don de un salto:
.- No. No lo har�, pero en estos momentos no le queda más remedio.
.- Oye, he estado pensando….
.-¡uoh! Novedad – se rió Leo. Don frunció el ceño.
.- Siempre me haces la misma broma, y yo siempre te contesto que: para qué va a ser una novedad si aquí soy yo el único que piensa – Leonardo volvió a reírse.
.- Lo sé.
.- Eso es exactamente lo que me dices luego siempre – su hermano continuó riéndose y saltando de un lado a otro sin inmutarse por los comentarios de Donatello. Éste, suspiró entornando los ojos y lo siguió observando palmo a palmo cada una de las calles buscando algo sospechoso:
.- Lo decía en serio….¿no sería posible que éste enfrentamiento se tratase de Shredder contra los Dragones? Es decir…sí, firmaron un contrato, pero alguno de ellos puede haberlo roto ¿no? Y ya sabemos que pie calzan éstas mafias con la traición. – Leonardo se detuvo para coger algo de aire mientras mantenía la vista fija en las calles:
.- Mickie ha dicho que no parecían ser ninguna de las bandas de los alrededores. En el caso de que se tratase de Shredder, serían los Foot Ninja los que hubieran atacado a los macarras del puerto. ¿no crees? – Don torció la cabeza confirmándolo:
.- Es posible.
.- ¿Ves cómo no eres el único que piensa?- se rió Leonardo mientras retomaba la marcha.
.-
Raphael cruzó la calle corriendo para luego detenerse encima de uno de los enormes contenedores de la acera. Las calles se encontraban solitarias, pero aún y así la tortuga intentaba permanecer en las sombras mientras Kasey lo seguía. El hombre parecía algo cansado y se detuvo a los pies del contenedor apoyándose contra éste y tragando bocanadas de aire:
.- Oye….Raph….¿no podemos descansar? – Raphael lo observó des de arriba, de cuclillas en el contenedor, con una sonrisa burlona en la cara:
.- ¿Quiere la abuelita que la deje en casa para ir la cama? – se mofó la tortuga.
.- Oye, pues lo de la cama me suena muy bien- Kasey rodeó el contenedor para continuar siguiendo a Raphael que se desplazaba hacia el callejón más cercano buscando las sombras – necesito una birra tío.
.- Déjate de cervezas que luego Leo se queja de que no me tomo en serio las misiones – ambos cruzaron el callejón tranquilamente, pues allí nadie podría ver a la tortuga, Kasey alcanzó a Raphael colocándose al lado de éste que no dejaba de juguetear con su sai haciéndolo girar con una mano:
.- ¿Has hablado con Leo?
.- Ajá
.- Y….¿qué? – balbuceó el chico observando cómo Raph, de un salto, escalaba por la escalerilla de incendio y se apoyaba en la barandilla del primer replano encarándole:
.- Pues…..no es seguro, pero diría que hay cierta posibilidades de que el crío no sea tuyo.- Raph miró al cielo aún con su sai en las manos para hacer cómo que pensaba – yo diría que….un 50 por ciento de posibilidades.
.- Eso no me tranquiliza – Jones empezó a escalar siguiendo a la tortuga que ascendió hasta alcanzar la azotea del edificio. Una vez allí, Raph apoyó un pie en el pequeño bordillo para mantenerse con el codo en su rodilla aún jugueteando con su sai para esperar a Kasey:
.- Yo ya he hecho todo lo que podía. Ahora te toca a ti.
.- ¿Qué insinúas? – preguntó el chico levantándose la máscara para mostrar un rostro de temor y de inseguridad.
.- Que hables con April- Raph volvió a envainar su sai en su cinturón con un movimiento fugaz y rápido – cara a cara.
.- No no no. Ni hablar. No puedo – Jones se llevó las manos a la cabeza mientras andaba inquieto de un lado al otro de la azotea bajo la atenta mirada de Raphael que no podía evitar sentir algo de lástima y preocupación por él – Raph…..por favor – la tortuga se sobresaltó:
.- �¡Qué! No pretenderás que hable yo también con ella ¿verdad? – Kasey agachó la mirada frente a la gran crítica de Raphael que empezaba a ponerse algo nervioso a causa del comportamiento infantil de su amigo:
.- No…claro que no – Jones suspiró mientras volvía a colocarse la máscara – bueno, tendré que comportarme cómo un adulto.
.- Ui, eso va a traer tarea – se mofó Raph mientras lo observaba cruzado de brazos.
.-
Hun levantó una ceja observando, por primera vez, a sus informadores a la cara. Uno de ellos empezó a sudar la gota fría cuándo se notó la pesada mirada del hombretón en sus hombros. Sin embargo, su compañero, no pareció inmutarse.
.- ¿Qué? Me ha parecido oír ¿derribados?- soltó secamente Hun muy lentamente y remarcando a pelillo la última palabra.
.- Así es jefe – Hun soltó un violento y fuerte manotazo tirando al suelo la computadora que había en su escritorio. El ruido que izo el aparato al caer y romperse en añicos resonó en la enorme sala provocando un incómodo eco que puso los pelos de punta a los dos hombres de negro que permanecían de pie. Hun se levantó de su silla lentamente y, con las manos en la espalda, empezó a rodear a los atemorizados informantes que permanecían completamente firmes esperando las palabras mágicas:
.- Largaos – la reacción no se izo esperar y los dos hombres desaparecieron por la puerta intentando pasar desapercibidos lo máximo posible. Hun permaneció de nuevo de pie, observando por la ventana. Se sentía realmente fastidiado por el derrumbamiento de su pequeño grupo de vigilancia del puerto. Todo apuntaba a que la batalla había comenzado – parece que Los Torors han cruzado el charco.
Uoh! uoh! uoh! Y esos kienes son? juas juasjuas
Bn, espero ke os haya gustado, de todas formas, cómo ya sabeis ke no puedo vivir sin vuestros reviews, espero que me digais lo bueno y lo malo del fic, ke me interesa! pues nada, des de aki os advierto ke si por ahora ya os parece todo una locura, todavía queda por llegar de lo mejorcito, de verdad de la buena!
besiyus a mis niñas e, insisto, si hay algo ke no entendeis, preguntando se arregla, ke luego me dejo el pellejo contestando! Mola mola! Kawai! XD
besos a todos y ánimos escritores!
YaS
