Yeeeyy! ke hay gentuza? Pos nos hemos tomado aki unas mini vacaciones (la verdá es ke me he recreado bastante en actualizar el próximo capítulo, creí que podría ser más rápida) si eske estoy perdiendo la rapidez!(noooo! XD)

Pues nada gente, espero ke os guste y nos leemos más a bajo. Besos!

YaS;-)

#09# Cómo un juego

La voluntad de no querer moverse no había sido gran cosa cómo resistencia para evitar que se los llevasen de la celda.

Los húmedos y estrechos pasillos de fría piedra se abrían paso frente a ellos conducidos por una horda de Dragones armados que les apuntaban en las costillas esperando el mínimo movimiento para agujerearles el tórax de un disparo.

Al haber caído la noche, los pasillos apenas se alumbraban con pequeñas luces eléctricas que se ubicaban a lado y a lado de las paredes cada x metros. Todo tenía un aspecto bastante lúgubre, y si no fuera por las miles de risotadas, voces y aullidos que se colaban entre la piedra, aquello habría estado envuelto en un silencio sepulcral.

Leonardo agarraba a Michelanggelo para ayudarle a andar, éste cojeaba de lo lindo y no podía evitar quejarse cada vez que daba un paso en falso. Su herida no parecía grave pero si muy dolorosa. Una vez más, Leo deseó que Donny se encontrase entre ellos para intentar sanar de alguna manera ese corte que parecía más que infectado, a modo de vendaje, Lídia había cedido su chaqueta de cuero que habían roto en jirones para poder apretar la herida de Mickie, pero parecía que no surtía efecto alguno.

Raphael, situado detrás de sus hermanos , soportaba que le aprisionaran las costillas a punta de cañón con una mueca de odio en la cara que fulminaba con la mirada a cualquiera de los guardias que se dignase a mirarlo. No lejos de él, Havoc, ayudado por Lídia, luchaba por mantenerse en pie y no marearse a causa de su herida, aún y así, parecía que el tajo había ido sanando solo y la sangre seca impedía que el muchacho se desangrase cómo los primeros minutos.

Los alaridos y las voces fueron aumentando de intensidad cuándo irrumpieron en un espacio bastante amplio, situado en las zonas más subterráneas del "Red Flamingoo". Unas enormes gradas rodeaban una vieja tarima de madera cercada con una valla metálica:

.- ¿Eso es un ring? . preguntó Mickie sudando fríamente a causa del dolor y el esfuerzo por mantenerse en pie. Leo no le contestó, observó a los centenares de reclutas de Los D.P (Dragones Púrpuras) que gritaban emocionados e impacientes para que comenzase el espectáculo.

Los encerraron en una jaula de metal situada en una de las esquinas del ring, en la cual sólo existían dos salidas, una hacia los pasillos y otra hacia la tarima:

.- Nos….¿Nos van a hacer pelear? – preguntó Lídia ayudando a Havoc a sentarse en uno de los mugrientos bancos situados dentro de la jaula. Arriba de esta, ubicados justo encima de las redes metálicas que les cubrían, se encontraban un par de guardias que no dejaban de apuntarles con las pistolas para evitar que alguno de ellos intentase escaparse de algún modo.

Leonardo sentó también a Mickie y se acercó a la puerta. Fuera, y a su alrededor, centenares de hombres y mujeres gritaban entusiasmados esperando poder ver sangre en la tarima, a juzgar por el aspecto de ésta, y por los múltiples pedazos de ropa y de madera que se encontraban esparcidos por el suelo, ya habían estado peleando. En lo alto de la verja metálica que cubría el ring, una gabardina negra permanecía colgada y ondeaba al ritmo del poco aire que podía colarse en el lugar. Havoc no pudo evitar arrugar la nariz de asco y odio cuándo le vino a la cabeza que, esa gabardina, había estado vestida por uno de los suyos que, por lo tanto, ya habían peleado en la tarima.

A través de las redes metálicas de la jaula, uno de los guardias que les vigilaba des de arriba, les pasó las armas. Raphael suspiró tranquilo cuándo volvió a tener sus sais en sus manos:

.- Demasiada cordialidad….- susurró éste colocándose sus armas en el cinturón - ¿qué pretenderán?

.- ¿No es obvio? – refunfuñó Havoc – se han cargado a los míos aquí, y piensan hacer lo mismo con nosotros.

.- Que lo intenten – la puerta se abrió detrás e Raph, que, después de soltar la frase, se giró en guardia para ver que es lo que pasaba. Un guardia, apuntando con la pistola, agarró a April por la muñeca y la sacó de la jaula.

La muchacha forcejeaba pero, al verse el cañón en la sien, dejó de hacerlo y se dejó arrastrar hacia el centro del ring. Una vez allí, la ataron a algo parecido a una cruz de madera y empezaron a alzarla por encima de las cabezas del todo.

La chica quedó crucificada colgando y oscilando en el vacío justo en el centro de la tarima:

.- Intentar algo arriesgado, y yo mismo le pegaré un tiro.- informó el guardia que se la había llevado al grupo que observaba sorprendido y confundido.

.- Lo que nos faltaba….una rehén….- Raph arrugó la nariz observando a la chica que, aturdida, permanecía completamente quieta para evitar caerse al vacío.

.- Oye, amigo¿hay alguna posibilidad de salir vivo de aquí? – soltó Michelanggelo con una inocentona sonrisa en la cara mirando al guardia de arriba. Éste le sonrió maliciosamente.

.- No lo creo. Tendréis que pelear entre vosotros si no queréis que la muchacha muera, por otro lado, si no os matáis, será el mismísimo público el que entrará a la tarima a hacerlo.

.- Genial……- susurró Mickie intentando incorporarse para dirigirse cerca de Raphael y Leonardo - ¿hay algún plan?

.- Te hablan Leo. – Leonardo permaneció en silencio, estudiando la situación, intentando buscar una alternativa a pelear. Pero todo estaba muy negro, si luchaban entre ellos, uno de los contrincantes acabaría muerto o inconsciente, si se negaban a hacerlo, April moriría y sería el público el que los mataría. Podían hacerlo, eran centenares, y morir y ver morir a sus hermanos en manos de tanta gente, no debía de ser muy agradable……

Leonardo agachó la cabeza bajo la atenta mirada de sus dos hermanos y de Havoc y Lídia, por unos segundos, notó que todos esperaban a que fuera él quien decidiera:

.- Pelearemos – anunció Havoc incorporándose – pelearemos hasta que podamos huir de aquí.

.- Es posible que para entonces estemos todos muertos- Lídia lanzó a su jefe una mirada indescifrable pidiéndola que dejase que fuera Leo el que decidiera.

.- Está bien – soltó éste finalmente volteándose hacia el grupo – lo haremos. Confiemos en que Donny y Kasey nos saquen de aquí antes de tiempo.

.- ¿Y qué pasa si no lo hacen? – gruñó Raphael. No hubo respuesta, Leo volvió a agachar la cabeza para luego, al cabo de un rato, dirigirse a Havoc y Lídia:

.- Nosotros no matamos, esperemos que nos correspondáis.

.- No prometo nada – soltó Havoc- pero haré lo posible.

.- Si no nos matamos nosotros, ellos lo harán – dijo Lídia señalando las gradas.

.- ¡Basta de tanta divagación, diablos! – Michelanggelo se salió de sus cabales sorprendiendo de nuevo a los presentes – Donny y Kasey van a sacarnos de aquí antes de que alguno de nosotros pueda salir herido. Estoy seguro…..

.- Continúa soñando, hermano.

.- Grácias por el apoyo, Raph.

.- De nada.

.-

.- Algo grande está pasando ahí dentro ¿lo hoyes o no?

.- No, porqué alguien está masticando pipas junto a mi oreja.

.- ¿Decías algo Don?

.- Que me olvides- Donatello se alejó de la cornisa colocándose debajo de la caseta de entrada del edificio en dónde, arriba de ésta, se encontraba Splinter meditando – maestro¿cuánto tiempo cree que podrán tardar?

.- Pronto, hijo mío. En unos minutos, seguro que están aquí.- Don se volvió a mirar a Kasey que continuaba comiendo pipas en la cornisa observando sin para la puerta del "Red Flamingoo". Ésta se encontraba cerrada por completo, puesto que sólo abrían por la noche y era entrada la tarde. Pero aún y que en teoría no tenía que haber nadie en su interior, un alarido de voces era distinguido por debajo del ruido de los motores de los coches y los peatones que paseaban por la cera. Había mucha gente ahí dentro, tal vez centenares.

Donatello se volvió hacia el chico sacando algo de su inseparable mochila:

.- Escucha atontado, éste es el plan – Don sacó un pequeño mapa del lugar y empezó a seguir con la yema del dedo el camino a seguir – entraremos por arriba, es más fácil para pasar desapercibidos. Una vez dentro, creo que deberíamos dirigirnos hacia el sótano.

.- Pero….en este plano no hay sótano.

.- Aquí no lo marca, pero estuvimos allí la noche anterior. Es una manera de esconder ciertas instalaciones: las celdas, el laboratorio de I.D….me juego lo que quieras a que éste edificio es mucho más grande por bajo tierra que por arriba.

.- Insinúas que….¿todo este ruido de multitud proviene del sótano del edificio?

.- Ajá.

.- Pero si no cabrían…

.- Hoye descerebrado¿tu me escuchas cuándo hablo?

.- La mayor parte del tiempo no

.- Te he dicho que por abajo tiene que ser inmenso. Tenemos que colarnos entre la confusión del ataque de Los Foot para lograr encontrar a mis hermanos, a Kyara, y a las crías.

.- No te olvides de April – Kasey vaciló unos instantes al pronunciar ese nombre. No pudo evitar quedarse con la vista perdida en el suelo, intentando ordenar de nuevo sus pensamientos.

.- ¿Ocurre algo? – Donatello posó su mano en el hombro del chico al comprobar aquella reacción tan instantánea y tan extraña. Kasey negó con la cabeza:

.- No es nada…..bueno…..necesito que me hagas un favor Donny…….- la tortuga frunció el ceño retrocediendo unos pasos desconfiadamente:

.- ¿Te molesta si te digo que tiemblo cada vez que me dices eso?- Kasey le sonrió vagamente, intentando demostrarle con su mirada que no se trataba de nada peligroso cómo la mayoría de faenas que el chico solía encargar a la tortuga- ¿de que se trata?

.- Bueno….no se cómo decirlo….

.- Rápido y sin rodeos.

.- Bien…..- Jones tomó aire – April está embarazada y no sabemos si es de Leo o mío, entonces claro, necesitamos que le hagas algunas pruebas para saber de quién es el crío. – Donatello permaneció inmóvil. Con los ojos muy abiertos, observando a Kasey a los ojos que apartaba la mirada incómodo después de soltarlo todo tan rápido. La tortuga se frotó las sienes mientras daba vueltas por la azotea del edificio.

Jones echó un vistazo a Splinter que continuaba completamente ausente para luego acercarse a Don:

.- ¿Estás bien?…..

.- Estoy procesando esa información……y me cuesta……- la tortuga perdió la calma y se giró a Kasey en un movimiento fugaz - ¿Qué April qué?

.- ¡Calma calma! – soltó Kasey colocándose las manos frente de sí cómo parando un golpe invisible mientras miraba a Splinter para que no se percatase de nada. Donatello parecía no acabar de creerse lo que le acababa de soltar Jones y permaneció inmóvil por unos segundos mirando al vacío – secreto estatal Donny…..

.- Sí, claro. Tranquilo…….¿pero cuándo demonios Leo se ha acostado con ella?

.- Eso me gustaría saber a mi…..- soltó el chico con desdén en tan solo recordarlo. Finalmente, Jones miró a Don con ojos de cordero degollado. La tortuga se dio por aludida y, suspirando y entornando los ojos, frunció el ceño en una pequeña sonrisa:

.- Haré lo que pueda Kasey…..pero si el niño es de Leo, va a haber problemas……- Donatello volvió a apoyarse en la cornisa aún observando la puerta del "Red Flamingoo" que continuaba vacía. Todavía se encontraba algo sorprendido y su estado de shock parecía ir disminuyendo. Pero la palidez de su rostro lo decía todo – y April…. ¡diablos! Y la chica allí dentro…esperemos que no le pase nada.

.-

Michelanggelo luchaba por mantenerse en pie y por mantener los ojos abiertos. Las luces le cegaban impidiéndole ver a la perfección todo el abasto del público, que gritaba expectante y abucheando ala tortuga.

Des de una de las esquinas del ring, Mickie meció sus nunchakus con orgullo, pero los dejó bailar a su aire, cuándo al otro lado de la tarima, apareció Lídia. La chica tenía una eterna mirada de confusión en su rostro. Una mirada entremezclada con odio, sujetaba en sus manos una ara de metal y observaba a Mickie desafiante:

.- No…por dios…- la tortuga se sintió algo desorientada a causa detener que pelear contra la chica. No sabía del cierto si podría con ella, pues su pierna le restaba movilidad y la chica era muy veloz. Siendo de los Toros, supuso que debía de pelear igual o mejor que Kyara, así que, algo entristecido, pensó que tal vez la batalla iba a decantarse por el lado de ella.

Sumido en sus pensamientos, la tortuga no vio venir a la mujer que, corriendo como un diablo, se abalanzó sobre de él con la bara en alto. El arma silbó en el aire al tocar el vacío ya que Mickie había conseguido desplazarse del lugar volteando sobre el suelo para luego quedarse de rodillas evitando no utilizar su pierna herida:

.- Hoye chica, habrá que idear una estrategia, porque no pienso hacerte daño.

.- ¡No será necesario!- Lídia volvió a lanzarse encima de la tortuga, quién bloqueó su bara de metal inmovilizándola entre las cadenas de sus nunchakus. La chica se esforzaba por liberar su arma de la de Michelanggelo, pero la tortuga la mantuvo cerca de él, intentando hablar con a chica:

.- Reitero, no voy a matarte.

.- ¡Pues tienes que hacerlo!

.- ¿estás loca? Podrías pedirme que te dejase inconsciente, pero no matarte.

.- ¿y qué? Luego me mataría el público.- la chica consiguió liberar su bara y retrocedió – prefiero morir en tus manos que no en las suyas.

.- No digas tonterías….- Lídia volvió a atacarle situándose detrás de él. A causa de su herida, Mickie tardó en girarse, recibiendo una estocada en la pierna herida por parte de la chica. Michelanggelo cayó al suelo entre lamentos:

.- ¡Eso ha sido muy sucio!- se quejó de cuatro patas en el suelo sudando y respirando con dificultad a causa del dolor que le hacía la herida latente al haber sido golpeada.

Los ojos de Michelanggelo se abrieron de par en par, cuándo, justo en frente de él y de pie, Lídia sonreía maliciosamente mientras sostenía en sus manos una pistola. Se trataba de la pistola que ella misma le había pasado a la tortuga cuándo Hun entró en la celda a buscar a Kyara. Michelanggelo la había escondido entre los pliegues del vendaje de cuero de su pierna y, por lo visto, ella lo sabía.

La tortuga observó su herida, el vendaje estaba caído, mal colocado. En efecto, Lídia lo sabía y, con el golpe, había aprovechado para agarrar la pistola escondida bajo el asombro de todo el público que aulló de emoción.

La tortuga se mantuvo ahí, temblando, a cuatro patas justo en frente de la chica que no dejaba de sonreír con malicia. Mickie no pudo creerse que la chica, después de pedirle que la matase, ahora iba a ser ella quien lo matase a él.

Por el lado de la sonrisa de Lídia, resbaló una lágrima que se perdió por el cuello de la chica. Mickie la miró atónito, no entendía, no entendía porqué reía y lloraba a la vez pero aún y así, el dolor no le dejaba pensar con claridad y únicamente podía ver que iba a morir en sus manos.

Lentamente y con el pulso temblando, Lídia levantó la pistola y la condujo a su sien. Todo se iluminó en la cabeza de la tortuga y el grito de Michelanggelo se entremezcló con el estallido de la pistola. Cerró los ojos con fuerza, aturdido y, al abrirlos de nuevo, alcanzaba a ver cómo el cuerpo inerte de la chica caía a plomo sobre el ring.

Un silencio se esparció por la zona. Pero, en unos segundos, todos gritaron entusiasmados y un par de guardias se llevaron a Michelanggelo a rastras de vuelta a la jaula. Des de allí, comprobó que la sien de Lídia se encontraba agujereada y un estrecho hilo de sangre formaba un charco alrededor de su cabeza. Cuándo levantaron a peso a la chica para llevársela, ésta todavía sonreía y la pequeña lágrima de su cara aún no se había secado.

.-…….mierda…..- susurró Raph.

.- Ella creyó que nos sería mucho más útil que tú continuases en vida…..- explicó Leo a Mickie que apretaba los puños con la mirada gacha.

.- No es verdad. – Havoc permanecía serio, inmutable, observando cómo se llevaban el cuerpo muerto de la chica – no le quedaba nada. Los Dragones Púrpuras se lo habían destruido todo y siempre se compadecía de aquellos que todavía tienen familia. – Havoc miró a Michelanggelo, el cual apenas le devolvió la mirada – tienes suerte de tener a tres hermanos, Mickie. Y tienes suerte de que fuera ella tu contrincante, cualquiera de los demás Toros, no hubiera dudado en matarte. Pero ella nunca valoró su vida.

La puerta se abrió de nuevo y, el mismo guardia que arrastró primero a Michelanggelo al ring y, luego a Lídia, agarró a Havoc por el cuello a punta de pistola y lo sacó a la tarima. Estaba más que claro que primero querían deshacerse de los miembros de Los Toros. Luego ya habría tiempo para las tortugas.

Havoc se sintió algo incómodo. En el centro del ring, el muchacho luchaba contra sus nervios mientras no dejaba de darle vueltas a la navaja. Deseaba que sacasen a alguien del público cómo contrincante, así, aunque al fin y al cabo fuera a morir, podría pasar sus últimos minutos degollando a Dragones.

Se deshizo la coleta soltando su media cabellera morena por los hombros, después de unos segundos, volvió a recogerse la coleta baja. Solía hacerlo cuándo los nervios le carcomían por dentro, era un tic anti-neurótico que había adoptado con el tiempo.

No pudo evitar dejar caer pesadamente los brazos a lado y a lado de su cuerpo cuándo la puerta del ring volvió a abrirse. Una sonrisa maliciosa entremezclada con rabia y miedo se dibujó en su cara cuándo, al otro lado de la tarima, divisó a Raphael meciendo orgulloso sus sais en sus manos.

.-

Los pequeños lucían completamente atemorizados., sobretodo Pequeño Mickie. Raphi se ocupaba de él calmándolo y recibiendo ánimos también por su parte.

Cuándo la puerta se abrió, ambas tortuguitas empezaron a gruñir y Raphi se levantó amenazante, fue entonces cuándo Kyara, des de la puerta, observó un enorme rasguño que cubría gran parte de su muslo.

Las dos crías se la miraron expectantes, cómo rebuscando en su memoria, cuándo la reconocieron, Raphi empezó a correr cojeando hacia ella y Pequeño Mickie empezó a aullar en forma de sollozo y llanto.

Kyara agarró a Raphi y se dirigió hacia la otra tortuguita, que se le aferró con fuerza a la pierna mientras lloraba desconsolada:

.- Tranquilos pequeños….ya pasó…..- Kyara los consoló durante unos segundos bajo la atenta mirada de Namura que, a través del cristal, no podía evitar sonreír al comprobar que las crías se avenían con la chica. Siempre había sido partidario de tratarlas con cariño, pero el ambiente en el que se habían creado y rodeados por los macarras de Hun, nunca habían dejado de estar maltratadas.

Kyara miró hacia el espejo en el que sólo observaba su reflejo. Sabía que al otro lado de él se encontraba Jefferson observando cada uno de sus movimientos. Le mandó una sonrisa justo cuándo la puerta, con un sonoro "clack" se abrió dejando la salida disponible.

La chica se apresuró a llevarse a las tortuguitas consigo mientras cruzaban los pasillos en el más absoluto silencio evitando encontrarse con alguien del personal:

.- Vamos vamos – Kyara arrastraba a Pequeño Mickie de la mano mientras acarreaba con Raphi en sus brazos. Namura le había pedido que las sacase de allí, y eso pensaba hacer. Luego volvería para rescatar a los demás.

Cruzaron una esquina topándose con un enorme pecho que izo retroceder a la chica a causa del golpe. Una de las tortuguitas empezó a gruñir desesperadamente cuándo reconoció la figura de Hun , que, frunciendo el ceño y rojo de rabia, se cruzaba en su camino.

El hombretón avanzó con paso directo hacia ellos pero la chica, soltando a Raphi, sacó una la pistola que Namura le había entregado, la misma pistola que Hun le había dado al doctor en caso de que la chica intentase huir.

Sin pensárselo dos veces, Kyara apretó al gatillo tras apuntar a una de las piernas del Hun, de esa manera, evitaría que el hombre les siguiese. Saltando por encima del hombre que se retorcía en el suelo con una mueca de dolor y odio en la cara, la chica se perdió por el pasillo junto a las tortuguitas que la seguían de cerca:

.-…..Namura…..maldito hijo de perra….- Hun agarró uno de sus comunicadores y advirtió al personal del lugar de la huida de la chica y de las tortuguitas. Tras levantarse tambaleante, intentó seguir los pasos de los fugados.

Jefferson sudaba a mares, y su preocupación aumentó cuándo, a través de la ventana, observó miles de sombras que se desplazaban en la oscuridad rodeando por completo el edificio.

Pudo reconocerles, se trataba de Los Foot.

.- Oroku Saki ha decidido imponer sus reglas después de todo – se dijo a sí mismo mientras sonreía. Casi corriendo, se adueñó de una de las computadoras del laboratorio, ahora vacío. Tras teclear un par de claves de acceso, desbloqueó todos los sistemas de alarma y de seguridad del "Red Flamingoo", dejando las puertas completamente abiertas para los agresores – haber cómo te encargas de esto , Hun. – Después, bloqueó el sistema para que nadie pudiera retroceder en la secuencia de comandos y, agarrando una nueva pistola de uno de los cajones del escritorio, se perdió por los fríos pasillos del sótano.

.-

.- ¡Nos toca apuntarnos a la fiesta!

.- Vaya….y menuda fiesta……..- Donatello escaló por las tuberías de la parte trasera del "Red Flamingoo" con la intención de alcanzar la azotea. Detrás suyo, Kasey y Splinter le seguían intentando mantener el máximo silencio para no ser advertidos por Los Foot que, envueltos en sigilo y en sombras, penetraban en el local por todas y cada una de sus puertas y ventanas.

Una vez arriba, Don se encargó de agujerear limpiamente el cristal de la claraboya para colarse por allí. Dibujando una perfecta redonda con uno de sus bártulos, consiguió separar el trozo de cristal redondo en un total silencio.

Miró tras de sí, Kasey se asomaba por la cornisa sorprendido por la cantidad de atacantes que estaba recibiendo el "Red Flamingoo" y el maestro Splinter permanecía cerca de la tortuga para guardar cada uno de sus movimientos. Con un gesto, Don les indicó que entrasen para luego seguir él en último lugar.

Aterrizaron en uno de los pasillos de la parte superior del edificio. Los pasillos que desenbocaban en el centro de la pista de baile del local. Aquél pasillo des de dónde Hun había liderado la encerrona de las tortugas y Los Toros.

Igilosamente, las tres figuras se deslizaron por los pasillos dejándose caer en una de las esquinas de la pista intentando no ser vistos por los ninja que empezaban a llenar la sala en busca de accesos a la parte subterránea de ésta:

.- Muy bien…¿y ahora, cómo bajamos? – susurró Kasey escondiéndose detrás de la barra.

.- Dejemos que sean ellos los que nos abran el camino. Permaneced ocultos, y no ocurrirá nada – el maestro Splinter se volteó para atender a la temblorosa mirada de Kasey:

.- Espera espera…..¿seguirlos?….vosotros sois ninjas, bueno, sois más silenciosos, pero yo no se nada del sigilo y si nos encuentran van a hacernos picadillo. ¡Son muchos!

.- ¡Sht! Cállate Kasey – le indicó Donatello tapándole la boca al comprobar que un par de Foot ninja se acercaban a la barra alertados por los susurros. Consideraron que sólo habían sido imaginaciones y no tardaron en alejarse del perímetro. Donatello retiró la mano de la boca de Kasey a la vez que lo miraba frunciendo el ceño:

.- Te diré un secreto bobalicón, mantente en silencio y verás cómo no nos pasará nada.

.- No es tan fácil

.- Vamos .- indicó Splinter tras comprobar qe Los Foot desaparecían por unas escaleras situadas en una de las esquinas de la sala.

Su ofensiva iba a ser tan brutal, que Shreder ni siquiera se había preocupado por dejar vigilancia en los niveles superiores así pues, Kasey, Don y Splinter se desplazaban con sigilo sin miedo a encontrarse con ninguno de los ninjas que pudiera haberse quedado atrás. Saki quería una matanza y, para ello, estaba dispuesto a bloquear la única salida del sótano hacia los niveles superiores, impidiendo que nada pudiera salir de allí. Pero de nuevo no se preocupó en que algo o alguien pudiera entrar.

.-

Havoc retrocedió tambaleante mientras Raphael volvía a noquearlo de un puñetazo. Guardando sus armas, la tortuga peleaba a puño descubierto deseando poder partirle la cara de una vez por todas.

Havoc topó contra la reja metálica que cubría el ring, des de dónde tomó algo de aire mientras se secaba el hilo de sangre que le resbalaba de la comisura de los labios. Había desistido a utilizar su navaja al comprobar que la tortuga peleaba limpiamente manteniendo sus sais en su cinturón, pero Raph era demasiado fuerte, Havoc no se caracterizaba por su fuerza bruta y peleando de aquella manera, no tardaría mucho en caer inconsciente:

.- Bueno, ya me dirás tú lo que hacemos – Raph lo miraba burlonamente mientras se quebraba los nudillos de las dos manos – no tendría problema alguno en matarte, créeme.

.- Pues no se a qué estás esperando….veo que te estás roneando demasiado.

.- Sólo quiero divertirme un rato, ya te tenía ganas – la tortuga volvió a arremeter contra el hombre que, impulsándose en la red, la esquivó cruzándose con él. Raph fue a topar contra la verja provocando un estruendoso ruido metálico que estremeció al público que aullaba expectante. Volteándose con calma y sin perder la sonrisa arrogante del rostro, se apretó la bandana y se cruzó de brazos:

.- No dejas de huir¿a caso temes que te pateé el culo? – Havoc soltó una sonora carcajada mientras desenfundaba su navaja:

.- si me permites, tal vez con esto acabe antes.

.- Cómo quieras – Raph agarró sus sais y los giró en sus manos antes de empuñarlos con fuerza. Fue de nuevo él quién se tiró encima de Havoc estocandole por arriba y por el centro del pecho. El hombre esquivó el sai derecho para bloquear el izquierdo con la navaja en un intento de proteger su pecho. Alargando la pierna con un movimiento fugaz, hundió la rodilla en el estómago de Raphael que, doblándose, se resistió a sucumbir y aumentó la presión de sus armas hasta conseguir hacer saltar por los aires la navaja del hombre.

Havoc quedó descubierto por completo y Raphael le devolvió la patada mandándolo de nuevo contra la verja metálica. El hombre, luchando por recuperar el aire, no pudo evitar lanzar una mirada a su navaja que permanecía a varios metros de él.

Inalcanzable. Necesitaba una nueva arma.

Rojo de rabia ante la arrogante e imborrable sonrisa de la tortuga, apretó sus puños deseando tener su cuello entre sus manos:

.- ¿Quieres acabar esto por las malas?- le gritó Havoc - ¿quieres matarme?

.- Ni lo sueñes. No pienso ensuciarme las manos con tu sangre – Raph permanecía impasable ante los comentarios provocadores del hombre. Éste pretendía rabiarlo sabiendo que la tortuga prendía más rápido que la gasolina y que, en el caso de que atacase, la rabia le cegaría pudiendo volcar la balanza a su favor. Pero la cosa parecía no funcionar. Raphael controlaba su carácter y las ganas de degollar al humano, pues sabía que si hacía caso de su instinto, acabaría por matar a Havoc y por defraudar a Kyara. La chica lo apreciaba, lo había dicho. Y no iba a ser él el que rompiera su confianza:

.- Ya te lo he dicho antes y vuelvo a repetírtelo, imbécil. Si estás vivo, es gracias a Kyara.

.- Desgraciado….¡yo no he sobrevivido gracias a nadie! Únicamente me rijo por mi propia supervivencia – Havoc volvió a arremeter contra Raphael a gran velocidad. La tortuga tensó sus músculos preparándose para saltar en el último momento pero el grito de April lo sacó de su concentración.

Mirando hacia arriba, descubrió a la chica que gritaba aturdida. Fue entonces, al escuchar el berreo de April, que se percató de que no era el único grito en la enorme sala. Centenares de lamentos y gritos de histeria se entremezclaron en el ambiente. La sala se convirtió en un ir y venir de gente que luchaba por salir de allí o por pelear contra un enemigo:

.- Los Foot….- susurró la tortuga al comprobar que la sala quedaba completamente rodeada por los ninja que arremetían contra cualquiera que vistiera un tatuaje en forma de Dragón - ¿pero que? – descuidado en el ambiente que le rodeaba, Raphael se olvidó de su enemigo que, aún cegado por la rabia, le arrebató uno de sus sais de la mano con un fugaz movimiento para, velozmente, colocarse a un costado de la sorprendida tortuga y hundirle con toda la fuerza y el empeño que le proporcionaba el odio, su propia arma en el pecho.

Raphael se combulsionó antes de percatarse de lo que estaba ocurriendo. Horrorizado, notó cómo todos y cada uno de sus tejidos y sus músculos se resquebrajaban a causa del frío metal que le atravesaba el pecho poco a poco. Incluso pudo notar cómo el extremo más largo de su sai, le punzaba el corazón quedándose completamente clavado en él.

Con la mirada perdida, la tortuga se tambaleó antes de caer de cuatro patas. Luchaba por no perder la consciencia, no allí. Sabía que si cerraba los ojos no los volvería a abrir. Pero el dolor era tan intenso que su cuerpo le invitaba a rendirse a él y caer al suelo finalmente. Pero se negaba a ello. Temblando, consiguió palpar el arma clavada en su piel y, en un esfuerzo por mantenerse con vida, arrancó el sai de su pecho provocando que una inmensa catarata de sangre cayera a borbotones des de la parte delantera de su caparazón.

Sin duda alguna. El sai lo había atravesado.

Sucumbido en el horror de tan solo notar que se desangraba por segundos, las arcadas vinieron a él y, en un fuerte espasmo vomitó un charco de sangre justo debajo de si. Para entonces, Raph ya no se controlaba a sí mismo y, tras combulsionarse de nuevo con gran rudeza, se desplomó en el suelo cayendo completamente inerte sobre la madera del ring y manteniendo los ojos semi abiertos:

.- ¡Raphael!- el grito de April al presenciar la escena resonó por toda la sala.

.- ¡Raph! – Leonardo se apoderó de los barrotes y empezó a golpearlos con fuerza al encontrarse encarado con su hermano que, poco a poco y mirándole vagamente, cerró los ojos para permanecer inmóvil en el suelo - ¡Raph!

.-

Después de corretear durante largos minutos, Kyara se sentía agotada y respiraba con dificultad, además, el hecho de tener que cargar con Raphi y arrastrar a Pequeño Mickie le restaban movilidad para poder encarar a aquellos enemigos que encontraba por su camino. No se entretenía mucho en enfrentarse, solía tumbarlos y continuar corriendo en busca de la salida.

En algunos minutos, la chica llegó a una enorme puerta de metal, detrás de la cual podía oírse perfectamente un gran alarido de gente. Pasos, gritos, lamentos…..fuera lo que fuera lo que estaba pasando, la chica dudó por unos momentos si valía la pena saberlo.

Pero tenía que salir de allí, y estaba dispuesta a todo con tal de poner a salvo a las crías.

Rebuscando en su bolsillo, Kyara alcanzó una pequeña tarjeta electrónica que Namura también le había entregado. Pasó la banda magnética de la tarjeta por la ranura que protegía la puerta y ésta, tras mostrar la cara de Namura cómo reconocimiento en la pequeña pantalla, la puerta cedió.

La chica vaciló unos instantes ates de abrirla del todo. Asomándose con precaución, alcanzó a contemplar un enorme campo de batalla que dejaba tras de sí cuerpos esparcidos y amontonados por los suelos:

.- ¿Los Foot?……..pero porqué…. – no pudo acabar la frase, un ninja se le echó encima y, asustada, Kyara pegó una patada alta en defensa y consiguió tumbarlo lanzándolo unos metros más atrás. Agarrando de nuevo a los pequeños, se encaminó entre el barullo formado, escondiéndose intentando pasar desapercibida entre los muebles tumbados y hechos añicos que adornaban la sala. Se trataba de una pequeña habitación des de la cual, a través de una enorme entrada arqueada sin puerta, podía observarse una sala muchísimo más grande, llena de gradas que rebosaban de personal de Los Dragones y de Los Foot, rodeando una especie de jaula metálica que parecía ser un ring.

Escondida detrás de un pequeño armario, la chica observó esperando un hueco para poder echar a correr. Pero Los Foot la sorprendieron y, agarrándola por la solapa, la lanzaron contra la pared.

Kyara se incorporó algo fastidiada por la sorpresa, alcanzó a ver que las tortuguitas seguían escondidas y se disponían a acercarse para estar con ella. Haciéndoles un gesto con la mano, les ordenó que se quedasen dónde estaban, pues los Foot no debían ver ya que, fuera lo que fuera que Shredder buscaba en aquel local, seguro que se trataba de las crías.

Uno de los ninjas volvió a arremeter contra ella pero la chica le bloqueó el puñetazo con el antebrazo y le propinó una dura patada en el estómago cómo respuesta. Tambaleándose, el ninja pasó el relevo a su compañero que también se lanzó contra la chica. Kyara no pudo esquivarlo y, de nuevo, se noqueó contra la pared.

Sólo por unos segundos, alcanzó a ver una tubería de la pared que lucía gravemente maltratada y permanecía desenganchada del yeso.

Con un movimiento fugaz, la chica esquivó el rodillazo de uno de los ninjas que hundió la rodilla en la pared, para, desplazándose hacia un lado, alcanzar el trozo de tubería arrancándolo definitivamente de la pared y blandirlo con fuerza contra la nuca del ninja atacante.

Éste cayó al suelo víctima de un estocazo fuere que lo inmovilizó durante unos largos minutos. Kyara se giró para encarar ahora al otro atacante, pero se le vino todo abajo cuándo observó que el otro ninja sostenía a Pequeño Mickie entre sus garras agarrándolo por el caparazón. A sus pies, Raphi aullaba de dolor mientras se sobaba la cabeza.

Kyara se enfureció y se dirigió a paso firme y sosteniendo la tubería delante de sí hacia el ninja. Éste alargó el brazo con el que sujetaba a la tortuguita dándole a entender que soltase el "arma". La chica fue a obedecer y cuándo comenzó a dejar deslizara entre sus dedos la fría tubería, algo fugaz se adueñó de Pequeño Mickie arrancándolo de las garras del Foot. El bo de Donatello reventó en el estómago de éste y, para no ser menos, Kyara volvió a agarrar con fuerza la tubería estocandole violentamente en la cara, dejando al ninja sangrante y aullante en el suelo:

.- ¡Donny! – gritó la chica a la vez que se le tiraba a los brazos a la tortuga.

.- ¡Ei¿Todo bien?

.-¿Y el resto? – preguntó el maestro Splinter agarrando por la solapa a un ninja que ya permanecía desmayado. Kyara negó con la cabeza:

.- Me separaron de ellos.

.- ¡Eh! – Kasey apareció por detrás de Donny con Pequeño Mickie en sus brazos y agarrando a Raphi con la otra mano – ¿ese de ahí no es Michelanggelo? – Todos se voltearon para mirar hacia la dirección que indicaba Kasey. Justo en el centro de la enorme sala contigua, encima de la red metálica del ring, Michelanggelo luchaba por mantenerse en pie mientras despachaba a unos cuántos Foot. Encima de él, oscilando en el vacío, se encontraba April.

.- ¡Demonios¿qué hace April ahí crucificada? – preguntó Kasey frunciendo el ceño.

.- No hay tiempo para preguntarlo – Donatello empezó a correr para socorrer a su hermano. Consiguió esquivar toda la batalla campal que se estaba llevando a cabo por los alrededores del ring y, de un salto, se clocó encima de la red metálica. Michelanggelo se volteó para verlo mientras se quitaba de encima a uno de sus atacantes:

.- ¡Don!

.- ¿necesitas ayuda?- Donatello arremetió contra otro ninja que se les echó encima.

.- Déjamelos a mí, ocúpate de April

.- ¡Ok! – Cogiendo carrerilla, Donatello usó su bo a forma de pértiga y logró saltar por encima de la chica. Agarrándose a la cuerda que la sujetaba, April no pudo evitar soltar un grito cuándo empezó a oscilarse aún con mayor rudeza a causa del aterrizaje de la tortuga.

Deslizándose por la cuerda, Donatello se posó junto a la chica empezó a desatarle las extremidades:

.- ¿cómo va todo?

.- ¿A ti que te parece¡Sácame de aquí¡No lo aguanto más! – la chica empezó a sollozar desconsoladamente mientras, con las extremidades libres, se aferraba al cuello de Don con todas sus fuerzas.

Acogiendo a la chica entre sus brazos y extrañado por el comportamiento miedoso de April, Don se soltó aterrizando ágilmente sobre la red metálica que, con el peso de ambos y la fuerza de la caída de varios metros, cedió resquebrajándose bajo los pies de la tortuga haciendo caer a ambos, a Michelanggelo y a todos los Foot ninja que atacaban en el centro del ring estrepitosamente.

Donatello amortiguó la caída de la chica, pero Michelanggelo no tubo tanta suerte y aterrizar sobre sus pies fue lo peor que pudo hacer, pues su herida empezó a resentirse aún más y, aullando cómo un loco, cayó de cuatro patas al suelo luchando para que su pierna dejase de temblar:

.- ¡Mickie! – Don se quitó a April de encima con cuidado mientras la chica no dejaba de sollozar y se quedaba pálida plantada en el piso. Don se acercó a Michelanggelo que , apoyado en una de las esquinas del ring, cerraba los ojos y respiraba con dificultad intentando pasar el dolor:

.- ¡Diablos¿Cómo te hiciste eso? – preguntó Don palpándole la herida que, des de el tobillo se había ido desplazando el color morado hasta la rodilla. Michelanggelo le sonrió con los ojos:

.- No estabas tú para curarlo…..- después de soltar eso, miró hacia arriba y algunas lágrimas cayeron de sus ojos mientras se mordía el labio inferior. Don se asombró:

.- ¡Eh eh¡No será para tanto hermano! – Michelanggelo giró la cara hacia un lado, Don le siguió la mirada descubriendo el cuerpo de Raphael muerto en el suelo envuelto en un enorme charco de sangre.

Donatello se quedó perplejo, y durante unos instantes no supo si lo que veía era real o no. La sangre empezó a subirle la cabeza y el mareo lo tambaleó, pero luchó por mantenerse en pie y, sin quitarle los ojos de encima al cuerpo inerte de su hermano, sintió como su respiración se agitaba peligrosamente.

Agarrándose la cabeza entre las manos, se acercó tambaleante hasta tenerlo tendido en sus pies, no podía dejar de mirarlo aún y sabiendo que quería apartar la vista. Tembloroso, se agachó y le agarró una de sus muñecas para tomarle el pulso. No le hizo falta saber nada más cuándo la mano de su hermano cayó a peso sobre el piso de nuevo nada más soltarla.

Donatello se cegó y se volvió rabioso hacia Michelanggelo:

.- ! Quién ha sido! – Mickie no podía hablar, el lamento le comía la lengua y el dolor le cerraba los ojos. Donatello lo agarró por los hombros zarandeándolo con violencia - ¡Michelanggelo¿Quién ha sido?

.- Havoc – acabó por soltar temblorosamente April que se acercó a las dos tortugas con la cara completamente pálida. La chica señaló hacia una de las esquinas de la enorme sala, dónde se alcanzó a ver a Leonardo blandiendo sus espadas con fueria contra Los Foot y los Dragones. Sólo y abandonado, su principal objetivo era cortar el cuello de Havoc que peleaba junto a los pocos supervivientes de Los Toros en un rincón. Ya no le importaba lo que pensase Kyara, si Raph había muerto había sido por eso, por no romper la confianza de la chica, pero sí tenía que ser él el que la rompiese, encantado de la vida de vengar a su hermano.

Donatello se encaminó junto a Leonardo para ayudarle contra los enemigos que le rodeaban por encontrarse solo. La tortuga respiraba con dificultad a causa del cansancio y lucía un visible corte en el brazo izquierdo que le impedía blandir sus dos espadas, únicamente peleaba con una mientras la otra guardaba reposo a su espalda.

Leo izo un ademán de atacar a Havoc cuándo éste se encontraba lo suficientemente cerca, pero el chico marchó cuándo distinguió la figura de Kyara que, junto a Kasey y al maestro, trepaban por el ring para alcanzar a Mickie y a April:

.- ¡Mierda! – gruñó Leonardo cuándo, al intentar seguir al chico, se le cruzaron en el camino múltiples Foot ninja que impidieron que éste alcanzase su objetivo. Él y Don despacharon al primer grupo para luego volver con rapideza hacia el ring.

.- ¿Pero qué…..? – soltó Kasey al ver la figura de Raphael en el suelo – no…no, no , no – April no tardó en lanzarse a sus brazos sollozando con la esperanza de poder salir cuánto antes de allí. La chica lo abrazaba desconsolada mientras Kasey caía al suelo sobre su trasero sin creerse que aquél amasijo de carne envuelto en sangre se trataba de uno de sus mejores colegas. Splinter tampoco pareció mover ni un dedo, absorto en la imagen, no podía si quiera parpadear y sus brazos temblaron de terror cuándo se agarró al hombro de Michelanggelo. Únicamente fue Kyara la que se acercó lo suficiente cómo para pisar el charco de sangre de la tortuga.

Completamente perpleja y sorprendida, empezó a respirar a bocanadas luchando por mantener la consciencia después de figurarse por unos momentos lo que estaba viendo:

.- ¡Número Uno! – Havoc la agarró por la cintura alejándola del cadáver – tenemos que salir de aquí de inmediato. ¡Vamos!

.- ¡Suéltame! – la chica lo echó a un lado con violencia y se agachó junto a la tortuga insepccionandola temblorosamente de arriba a bajo esperando poder encontrar algún indicio que le indicase que seguía con vida. Pero incluso su cuerpo estaba siendo mucho más frío de lo que ya solía ser de por sí:

.- Raph…- le llamó con la esperanza de que le contestase, pero cómo era de esperar, nada. Ni siquiera un movimiento. No quedaba nada. La chica lo zarandeó por el pecho abierto con insistencia - ¡Raph! – pero nuevamente nada. Havoc volvió a zafar el brazo de la chica apartándola de allí:

.- ¡Diablos! Déjalo, le he dado lo que se merecía, ahora ¡Vámonos! – al oír eso, la chica se giró violentamente apartando de un manotazo la garra de Havoc. El chico retrocedió confuso:

.- ¡Qué qué? – le gritó con rabia en los ojos, pero no pudo seguir gritándole porque empezó a llorar provocando que escasas palabras pudieran salir de su boca - ….no te creía capaz de algo así Havoc….no te creí capaz……¿cómo has podido? – el muchacho fue a decir algo, pero la garra de Leo lo aplastó contra la reja metálica mientras le colocaba el filo de su espada rozándole fríamente la piel de su cuello hasta provocarle un pequeño y fino corte del que resbaló una minúscula gota de sangre.

Kyara respiró profundo intentando ordenar sus ideas. Después de permanecer con la vista clavada en los ojos cerrados de Raph por unos segundos. Rebuscó por su pecho y alcanzó el ojo rojizo de Eddelwise.

Apretándolo en su mano con todas sus fuerzas, arrancó la cadenita de plata y estrujó el ojo entre sus dos manos, cómo si rezara un rosario:

.- ¡Eh eh¡Kyara, deténte! – Havoc se liberó de la garra de Leonardo y gritaba cómo un poseso a la chica. El grupo observaba confuso lo que ocurría cuándo una luz roja que se colaba entre los dedos de Kyara procedente del amuleto, empezó a alumbrar el lugar con fuerza. Incluso los pocos Dragones y Foot ninja que podían quedar en pie, se giraron a observar lo que ocurría:

.- ¿Pero qué….?- susurró Michelanggelo aguantándose en el hombro el maestro que observaba boquiabierto el fenómeno. Leonardo retrocedió junto a Don y Havoc, que no dejaba de gritarle a la chica que se detuviera. Pero Kyara parecía no prestar atención a lo que le rodeaba y únicamente permanecía con los ojos cerrados y la cabeza gacha arrodillada junto al cadáver de la tortuga.

Cuándo la luz roja desapareció. El cuerpo de Raphael se combulsionó violentamente y tragó una enorme cantidad de aire igual que si se hubiera llevado un buen susto. Respirando con dificultad, abrió los ojos confundido y se incorporó sobre el suelo mirando a todos lados. Parecía cansado y aturdido, pero se levantó de un bote cuándo el cuerpo de Kyara cayó muerto sobre el ring rebozándose entre el mismo charco de sangre de Raph.


Juas juas juas! pues nada, ahí quedó la cosa . pobre Raphael...si eske por impulsivo siempre la acaba cagando...aix! Pues nada, ahí ha vuelto a aparecer el amuleto de Eddelwise después de muuuuucho tiempo (xa kienes no hayan leído Standby, Eddelwise es la ciudad a la ke se ven llevados los TMNT y Kyara, el amuleto en forma de ojo se lo encuentra la chica en la guarida, xro originariamente es de esa ciudad a la que Splinter acudió hace años y bla bla bla bla...total, ke Kyara se queda con el amuleto (cómo su dueña (tal y como se cuenta en los primeros capis de Crónicas) ;-) )

Pos nada nenas (y nenes si los hay, ke de momento no se ha visto a ninguno (se esconden ;-) )nos estamos leyendo y ánimos a actualizar aquellos autores con fics! Besus des del mediterráneo y hasta pronto!

YaS :-)