Capítulo 4

Color melancolía

Estás seguro que quieres estar aquí? Preguntó Yuugi mientras Yami entraba al elevador y esperaba a que la puerta se cerrara para poder subir al último piso, que era donde alguien estaba esperándole.

No respondió inmediatamente, no porque estuviera molesto por la indiscreción del pequeño; no era algo que le molestase. De un modo u otro, él iba a encontrar la forma de llegar a Kaiba.

Le gustaban los retos, especialmente éste que se veía muy difícil de alcanzar... porque sabía que obtener a Kaiba quizá no era lo complicado, lo complicado estaba en mantenerlo, porque siendo alguien tan cambiante como el CEO, tan amable con su hermano y tan lejano al mundo entero, ingresar a su mundo era toda una travesía que Yami esperaba disfrutar.

Kaiba tenía ojos bonitos, de un azul muy rico, que recordaba el centro de las flamas... aquel danzante tono azul que se movía sobre la mecha de las velas... tan caliente, fogoso, pero tan intocable, inalcanzable, como el mismo Kaiba.

También le recordaba muchísimo a Seth, la forma en que en el pasado se amaron... él extrañaba eso.

Aquel afecto tan pasional, lleno de un odio y de un amor tan radical que hacía vibrar su interior... como cuando estaba, ahora, enfrentándose en un duelo contra la reencarnación de su sacerdote.

Yami! NO ME IGNORES! Suplicó el pequeño.

(No estoy ignorándote, aibou.) Respondió sincero. (Estaba pensando en algo.)

Relacionado a Kaiba.

(Quizá.)

Ahora sí, al ver que las puertas del ascensor se abrían y le dejaban en el piso en el que estaba la oficina del CEO, decidió bloquear su comunicación con su contraparte, porque lo que hablara con Kaiba en esa oficina, iba a ser cosa entre ellos dos.

Se paró frente a la puerta y vio que no había nadie... la puerta estaba cerrada.

Con suavidad dio dos golpes en ella.

"Adelante."

Así lo hizo, abrió la puerta y entró en silencio a la oficina del CEO, quien estaba sentado tras el escritorio, con los codos apoyados en éste y su barbilla sobre el dorso de su mano izquierda.

Inspeccionó fija y minuciosamente la figura estilizada y delgada del ex faraón...

"Hay algo que quieras hablar conmigo?" Cuestionó Yami, muy a la defensiva.

Estaba seguro que Mokuba le había dicho que estaba interesado en él.

Kaiba no dijo nada, simplemente se puso en pie y con su mano le indicó que tomara asiento en la silla que estaba allí.

Por su parte, él se encaminó a la puerta y la cerró suavemente, corriendo el cerrojo.

"Necesitamos privacidad." Aclaró al ver la expresión sorprendida de Yami al percatarse que los había dejado encerrados en la oficina. "Lo que vamos a tratar no es algo que los demás deban conocer."

Yami frunció el ceño. "Sé a lo que te refieres; Yuugi no va a enterarse de nada."

Una sonrisa cruzó el rostro del CEO.

"Bien... si Yuugi no va a saber nada de esto podemos proceder a hablar de lo que es importante."

"Sé que Mokuba te dijo que..."

Kaiba, quien aún no ocupaba su asiento, se sentó en el escritorio, muy cerca de Yami y le miró fijamente.

"Continúa," Pidió, suavemente. "Qué es lo que sabes?"

"Mokuba te dijo que.."

Una vez más fue interrumpido por Kaiba, quien esta vez se atrevió a hablar un poco más. "Pero no sabes todo lo que hablé con Mokuba."

Yami rió.

"No, pero no quiero saberlo... Yo sé qué es lo que yo quiero."

Kaiba se inclinó un poco, sosteniéndose de los soportes para brazos de la silla, deteniéndose a escasos centímetros del rostro de Yami.

"Y qué es lo que quieres?"

Yami no lo pensó más antes de dejar que su respiración acariciara los labios del CEO y responder en un muy suave murmullo... "A ti."

Y unió sus labios en un beso profundo.

Kaiba rompió aquella hermosa unión después de unos cuantos segundos.

"Bueno, me parece que eso es levemente similar a lo que yo quiero." Confesó, muy mecánicamente, sin imprimirle algún tipo de sentimiento a su voz... él no era cursi ni romántico, que Yami se acostumbrara a lo que estaba obteniendo.

Aún así, Yami lo estaba aceptando. "Y qué es lo que tú quieres?"

"A ti."

Y en la oscuridad de la habitación, tras puertas cerradas, ocurrieron cosas que sólo pertenecían a los dos jóvenes que estaban dentro, compartiendo sentimientos y emociones que, como en su vida pasada, era algo muy fuerte, un vínculo que, en todas sus vidas iba a perdurar.

Que en esta les unió debido a su tinte peculiar, a aquel color melancolía que les hizo acercarse uno al otro, debido a memorias y recuerdos que esporádicamente iban apareciendo en sus mentes.

- O W A R I -

Notas de autora:

Terminado! Como siempre, yo no les entrego ningún producto que no tenga final. Ahora, por qué no hay lemon en este fic... fue porque sinceramente, me dio flojera crónica y estaba estudiando para mi examen de Estudio contable de los impuestos, o al menos debía estar estudiando para eso. Por eso lo corto.

Gracias por el apoyo.

REVIEWS.

Saritakinomoto. Hola! No te preocupes, hablar emocionada (o en este caso escribir emocionada) por Seto Kaiba, es algo de lo que conmigo no tienes que disculparte... él es un amor. Gracias por el apoyo... aunque aquí ya se terminó... ;;

Forfirith-Greenleaf. Gracias por el apoyo amiga, que me sirvió de mucho... pero en ese examen (contabilidad)... saqué un sorprendente 10, que aún no me lo creo... pero de 21 alumnos, sólo tres salimos bien... me siento muy bien.. ah... Bueno, no te preocupes, amiga, el próximo fic que suba es 100 SetoXJoey... promesa. Besos!