Notas de la autora: Hola!. Segundo capítulo arriba. Como ya dije, los tengo todos terminados, es cuestión de tomarme el tiempo de subirlos entre mi ocupado horario de verla tele, dormir hasta las tres de la tarde y morir en alguna plaza pública...
Advertencias: Un poco de yaoi (leve mención), muchas malas palabras y doble sentido y bla, bla. Ya saben a que atenerse después del primer capítulo. Alguna queja o desacuerdo, por favor escribirme a mi dirección de correo antes de amenazarme de muerte a mí o a mi mascota (abraza a un osito de peluche mugriento en estado catatónico) o bombardearme con virus... Porque hablando se entiende la gente y ya hay suficiente guerras y disputas en el mundo como para... (un lector aburrido le lanza una piedra mas grande que el Llibra y le acierta en la cabezota hueca llena de GW). .
Declaimer: GW no me pertenece... (por ahora ��). risa macabra con truenos de fondo Solo tomo los personajes prestados para hacer de las mías (mira a los cinco pilotos atados y amordazados metidos bajo su cama). Ahora me callo y los dejo con el fic.
La hermana de Heero
By: Nadesiko Takase
Capítulo dos:
Desayuno para seis
La mañana siguiente, Quatre y Towa habían preparado el desayuno para todos. Se habían levantado de muy buen humor, y muy temprano. (N/A: O tal vez, sencillamente no durmieron .).
Heero, que acostumbraba madrugar y tomar su café de la mañana solitariamente, se sorprendió al ver el desayuno ya servido en la mesa, y a Trowa y Quatre leyendo el diario juntos.
¡Buenos días, Heero!.
Hn
Quatre lo saludó de muy buen humor... Mejor humor de lo usual. Pensándolo bien, Quatre siempre estaba de muy buen humor. Heero se preguntaba qué tomaba... o de cuál fumaba. (N/A: Creo que la correcta pregunta, Heero, es¿QUÉ LE DAN?).
Particularmente él no había dormido muy bien. Se había pasado toda la noche controlando los movimientos de Duo. El baka era inquieto hasta cuando dormía. Se había levantado cuatro veces para ir al baño, y Heero lo siguió sin que él lo notara (N/A: Eso cree él. Pasa que Duito es exhibicionista). Como consecuencia, estaba de peor humor que de costumbre.
¿Qué tal dormiste?. – le preguntó el árabe mientras le servía una taza de café.
No muy bien. – contestó escuetamente.
Se escucha que alguien está entrando a la casa. Al instante hace su aparición en la cocina Wufei, con el cabello todo revuelto, la camisa salida de los pantalones y desabotonada (N/A: Oh my God!), sus medias en la mano. Los tres pilotos lo miraron, pensando la cantidad de bromas que podían hacer a expensas del recién llegado, que soltaba todas sus cosas sobre la mesa, se dejaba caer en una silla y se desplomaba sobre la mesa, apoyando la cabeza en el brazo. Le extendió una taza a Quatre, sin levantar la vista, para que éste le sirviera café.
¿Mucho trabajo anoche, Fei?. – inquirió Trowa siendo el primero en abrir fuego contra Wufei, como quién no quiere la cosa para luego volver su periódico.
Aparentemente Towa, el trabajo de Preventor puede ser MUY demandante... – secundó Heero, antes de sorber un poco de su café, con los ojos brillándole.
Mmm... Yo mas bien creo que Sally está ABUSANDO de su poder (N/A: O mas bien, ABUSANDO a Wufei). Wufei ya no puede ni caminar, pobre. – continuó bromeando Trowa, pero con expresión seria.
El chico levantó la cabeza con esfuerzo y comenzó a sorber su café ruidosamente. Luego se enderezó en su asiento y miró amenazante a Heero y Towa, que morían de risa por dentro.
Por qué no dejan de cacarear, par de onnas – espetó, entrecerrando los ojos.
¿Quieres que te prepare algo más substancioso para recuperar energías?. – ofreció con amabilidad Quatre, haciendo un esfuerzo por solidarizarse con su compañero y permanecer serio.
Wufei le lanzó una mirada asesina, creyendo notar a su amigo mofándose de él con sutileza.
No, gracias. – replicó poniéndose de pie con gran esfuerzo. – Debo estar en el trabajo en cuarenta minutos.
¡Creo que deberías protestar sobre esto en el sindicato de trabajadores!. – agudizó Trowa mientras el chino dejaba a rastras la cocina.
Silencio Barton, que la venganza es dulce. – amenazó.
Wufei subió a darse un buen baño relajante y a vestirse para volver al trabajo. En su labor, despertó a Duo que aún dormía plácidamente.
¿Mucho trabajo?. – le preguntó malicioso tallándose los ojos mientras veía como Wufei, todo adolorido, trataba de vestirse.
¡Ahora no Maxwell!. – ladró, perdiendo la paciencia.
Duo se dirigió al baño pare asease, tratando de recordar cuándo fue la última vez que él había amanecido adolorido luego de una noche de "trabajo". Después bajó a desayunar.
¡Buen día a todos!. – exclamó de buen humor mientras entraba a la cocina desperezándose... en boxeres. . (N/A: Fuerte hemorragia nasal, esperar un momento...).
Heero, Maxwell está en ropa interior en la cocina de nuevo... – soltó Trowa con aburrición, sin apartar la vista del periódico. – Dijiste que te harías cargo de eso.
¡Demonios, Duo!. ¡Tomo mi desayuno en esta cocina!. Ponte algo de ropa¿quieres?. – se quejó Heero.
Duo lo ignoró completamente mientras se dirigía a la mesa, bostezando y rascándose el trasero para servirse jugo. (N/A: Sexy
¿Alguien quiere unos huevos?. – ofreció después, sacando una sartén del armario. Heero lo observó significativamente de arriba a bajo, parado en la cocina y en ropa interior.
Si son tuyos, no gracias. – contestó.
Eso no dijiste la otra noche, Hee-chan– bromeó Duo, guiñándole el ojo.
Quatre soltó té por la nariz y comenzó a toser; Trowa le dio unas palmaditas en la espalda.
¿Barton?. ¿Te anotas?. Para los huevos fritos, me refiero. Lo otro lo conversamos cuando Quatre vaya a visitar a su familia...
No, gracias Maxwell. Prefiero mis huevos lejos de tus boxers.
Grrr, me gustas así picante. – ronroneó. Trowa rodó los ojos.
Yo me anoto. – anunció una voz femenina, entrando a la cocina en bata, unas pantuflas de Bugs Bunny y el cabello castaño completamente revuelto. Se sentó a la mesa frotándose los ojos y bostezando, al igual que el trenzado hacía unos instantes.
Vaya, miren quién decidió ponerse ropa finalmente. ¿Conoces la palabra "pudor", niña?. ¿O es que prefieres arder el fuego del Infierno por toda la eternidad junto con las demás provocadoras?.
¿Lo dice la persona que prepara el desayuno en calzones?. – polemizó Nijan, acercando su silla a la mesa. – De saber que la ropa era opcional, no me habría puesto la bata.
Todos: O.O
Bueno, Nijan, la verdad que no te queríamos abrumar ayer con todas las reglas de la casa, pero ya que lo mencionas, en esta casa, los desayunos se hacen en ropa interior. – confesó, tratando de contener la risa de tan solo imaginar la expresión de Heero en ese momento.
-Heero: ��
Lo que pasa es que los chicos aquí son muy friolentos, un poco de fresco y se cubren hasta el cogote. Pero tranquila, que cuando esté más cálido, tendrás buenisimo paisaje¿no Quatre?.
Quatre: v vUU
Así que siéntete en libertad de sacarte esa pudorosa bata y quedar como Dios te trajo al mundo...
¡Silencio perra y tráeme el desayuno!. – ordenó Nijan, abriendo otro diario y cruzando las piernas como gran señora.
Quatre volvió a atragantarse y Heero cayó de la silla nuevemente. No podía creer la boquita de su hermana menor.
Pasaron varios meses y todos tuvieron que acostumbrarse a tener una mujer en la casa... Aunque la mayor parte del tiempo, Nijan era uno más de los chicos. Bebía cerveza, eructaba, maldecía y también golpeaba muy duro. Esto último Wufei lo aprendió por experiencia, cuando dijo que "la mujer debe hacer las comidas y lavar los trastes".
Se llevaba muy bien con todos, aunque habían ocasionales disputas entre ella y Heero, o Heero y Duo, o ella y Wufei. Claro, siempre terminaban igual: riendo y tomando cervezas.
Pero habían otras ocasiones, sin embargo, en las que era un poco raro encontrarse con una mujer semidesnuda leyendo una revista en medio de la sala, o unas pantaletas negras con encajes cuando a uno de ellos le tocaba encargarse de la ropa sucia. ¡Ah, y claro, también estaban las largas horas en que la fémina acaparaba el baño y el teléfono.
Pero a pesar de esos inconvenientes, la vida se desarrollaba pacíficamente y todos ya se habían acostumbrado a tener a la peculiar hermana de Heero andando en paños menores por la casa los días muy calurosos.
Como todos los demás, la hermanita querida de Heero tuvo que conseguir trabajo para ayudar con los gastos de la casa y cubrir los suyos propios... Y pagar a Heero lo que le debía. (Como Heero es taaan buen hermano, vendió su auto para que Nijan pudiera pagar a sus deudores). Claro, siendo tan "especial" como era, le costaba mucho mantener un empleo. Además, Heero le había prohibido trabajar en lugares como Hooters de nuevo, o en bares para hombres.
¡Taan taaata taaaaan!. – canturreó orgullosa Nijan, entrando por asalto al cuarto que su hermano compartía con Duo y Wufei. El último aún se encontraba "trabajando".
(N/A: Dios mío, esa Sally es insaciable.)(N/W: �� Por Nataku, mujer. No digas tonterías)(N/A: ¡Cállate, tu!. Te has convertido en un prostituto vulgar y silvestre).
Heero estaba trabajando en su computadora, tecleando a gran velocidad. Ni se inmutó cuando el tornado entró a la habitación. Aplicaba con ella el mismo método que con Duo: "Si la ignoro lo suficiente, desaparecerá".
Por su parte, el trenzado estaba tirado en su cama rebotando una pelotita de goma contra la pared para entretenerse ( N/D: Mentira, es para volver loco a Heero :P)
Como su hermano había ignorado su gran entrada, intercambió una mirada cómplice con Duo, que sonrió con complicidad en señal de acuerdo y luego dijo dramáticamente y elevando la voz para asegurarse que Heero la oyese:
¡Duo!. ¡Qué bien te ves tirado en esa cama!. Me inspiras pensamientos pecaminosos...
Duo, conteniendo la risa y siguiendo el juego, contestó con voz apasionada:
¡Oh, si Nijan!. Por qué no vienes aquí conmigo para que te enseñe mi pecado favorito: la lujuria.
(N/A¡Oferta aceptada!. Joo, joo, joo 0 )
¡Oh, sí, Padre Maxwell!. ¡Enséñeme el cielo!. – exclamó la atolondrada, antes de abalanzarse sobre Duo en una patética imitación de la novela de las nueve.
Pero no pudieron continuar con la actuación porque se oyó un disparo que impactó en la pared, a unos centímetros de la cabeza de Duo. Maxwell levantó la cabeza para mirar a Heero con el ceño fruncido, sin pizca de sorpresa.
¡Demonios, Yuy!. Eres un aguafiestas. – soltó con aburrición, apoyando el codo en la cama.
Aléjate de mi hermana... ¡Kuso!. ¡Quita tu mano de ahí!. – le ordenó, apuntándole con un arma de fuego y expresión resuelta.
Está bien, está bien... – accedió el trenzado alzando las manos, fingiendo rendición. Sonrió pícaramente. - ¡Después de bailar el mambo horizontal con tu hermana!.
Sin dudarlo más, Heero se abalanzó sobre Duo en la cama (N/A: Lamento informar a las fanáticas del Yaoi que no habrá lemon es esta escena... Eso me incluye a mí) y comenzaron a forcejear como locos mientras Duo se mataba de risa y Nijan bostezaba.
¡Con un demonio, Maxwell!. ¡Tanto deseas morir!.
¡No seas celoso, Hee-chan!. ¡Sabes que tú eres y serás el único para mí!. ¡Ja, ja, ja!. ¡Déjame demostrarte cuanto te quiero!.
¡Arg!. ¡Malditooooo!. ¡Omae o korosu!.
Mientras peleaban, cayeron rodando de la cama, y continuaron peleando y rodando por el suelo, derribando todo a su paso.
¡Oh, sí, Hee-chan!. ¡Sabes cuánto me gusta rudo!. ¡Ja, ja, ja!.
¡Baka!. ¡Cállate!.
Nijan, que hasta el momento los miraba con aburrición y se limaba las uñas, de pronto se mostró interesada en la pelea y se incorporó. Los gritos de Heero y los falsos gemidos que hacía Duo le incitaron pensamientos lujuriosos.
Oigan, chicos, ya me están excitando. (N/A: Quién diría. Nijan fanática del yaoi)
Heero y Duo pararon de rodar en el suelo en el acto y se quedaron mirándola perplejos.
Plic, plic
Paparpadeos de perplejidad
¡Eres rara!. – le gritó su hermano, que se encontraba bajo Duo, a quién le jalaba de la trenza y le mordía el brazo.
(N/A: Sí, ya sé. Pelean como niñas. �� ¿Seguro que fueron entrenados para asesinar?. Yo creo que Heero y Duo solo se quieren revolcar.)(Fanáticas del yaoi: �¡SIEEE!).
Yo no tengo problema, podemos hacer un trío. De niño me enseñaron a compartir. ¿Tú qué dices, Heero mi amor?. – inquirió, acariciándolo con una suavidad que hizo que a Heero se le pusieran los pelos de punta.
Heero ya no soportó más. Sus ojos centellearon y soltó un rugido de furia.
Oh-oh... – soltó Nijan, alejándose unos pasos de los chicos. Conocía esa mirada. Heero se la había dedicado muuuuchas veces.
¡Duooooo!. ¡Te voy a bip bip bip por bip bip hijo de la bip!.
Atención: La siguiente escena se considera demasiado violenta para la clasificación en la que se encuentra este fan fic. Por favor, espere.
(Se insertó la imagen de un paisaje montañoso y una melodía suave sonando de fondo).
Ahora volvemos con el fic. Gracias por esperar.
Quedó un Duo inconsciente tirado en el suelo, y un Heero resoplando y con la ropa rasgada de pie a su lado. Nijan lo miró, luego bostezó y sacó algo de su bolsillo.
Ah, cierto. Venía a darte esto. – le pasó un sobre que contenía dinero. Era la cuota del mes en pago del auto que Heero tuvo que vender para que ella pudiera pagar a sus deudores.
Heero se lo arrebató de las manos de mal grado, aún furioso. Tomó asiento de nuevo frente a su computadora, apoyando los codos en las piernas y la cabeza en las manos.
Hmm... Veo que ganas mucho dinero para ser una mesera. – señaló Heero con suspicacia.
Tengo dos trabajos... A veces tres, ja, ja.
... – Heero guardó silencio mientras la miraba profundamente un largo rato. – Espero que no andes en cosas raras de nuevo. Ya me estoy cansando de sacarte de los apuros en los que te metes y estás muy grande para entrar corriendo por la puerta a buscarme cada vez que haces tonterías. – le dijo secamente.
Vaya, gracias. – se limitó a responder la chica, algo dolida por las palabras de su hermano, ya que esa vez, REALMENTE no estaba haciendo nada malo.
Aunque sabía como era Heero y la mayorías de las veces no se inmutaba por las cosas que le decía y la frialdad que le mostraba, en esa ocasión no pudo evitar sentirse herida por sus palabras, pues sabía muy bien que era verdad todo lo que le dijo. Ella siempre hizo lo que quiso y cuando los líos eran demasiado grandes, corría llorando a su hermano mayor para que solucionara todo. Entonces, ella solo desaparecía de nuevo y continuaba con su vida.
Heero se volvió hacia su computadora y comenzó a teclear de nuevo, dándole la espalda. La verdad, ya estaba harto de Nijan, y sabía que eso a su hermana le quedó muy claro. Deseaba que ya no apareciese en su vida de nuevo, deseaba que se solucionara sus propios problemas y lo dejara en paz. Deseaba tener una hermana normal que no lo avergonzara tanto.
También estaba arrepentido de haber jugado con los "globitos" de sus padres años atrás, cuando aún era hijo único.
Está bien, si eso es lo que sientes, cuando termine de pagarte lo que me falta, me iré de nuevo. – comunicó, forzando una sonrisa.
... – guardó silencio, pues "Quien calla, otorga".
Vamos Shinigami, te daré algo para esas heridas¿de acuerdo?. – le dijo en tono jovial al joven que yacía en el suelo. Duo se quejaba y gemía como niño pequeño mientras Nijan lo ayudaba a ponerse de pie y lo llevaba a su cuarto.
(N/A:Mmm, es rápida la atorranta esta ��. Si descubro que me quiere comer a mi Duito, hago que tenga un accidente fatal.)
Mientras, en las oficinas de los Preventors...
Wufei ponía en orden unos papeles mientras redactaba un informe, revisaba un proyecto y firmaba unos documentos. Su otro trabajo últimamente le estaba quitando mucho tiempo y las tareas de la oficina se le acumularon. No podía llevar el trabajo a casa porque... Bueno, ya nunca estaba es su casa. Se la pasaba en su otro trabajo ahora.
Tengo que ponerle un punto a todo esto. – se repetía mientras trataba de cumplir con todas sus labores a la vez.
Seguramente notaron que dijo punto, "ponerle un punto". No dijo "ponerle fin". Osea que encontraba su trabajo extra muy... satisfactorio. Le gustaba ser el boy toy de una mujer mayor.
(N/W: Mujer, deja de polemizar ��.)
En ese momento, hace su entrada en escena la esplendorosa Sally Po. (N/A: Y en mi humilde opinión personal, la cual a nadie interesa y me pone enriesgo de recibir amenazas, una de las mejores personajes femeninas de GW porque no sufre por un pelele). Se recuesta insinuante en el marco de la puerta y le lanza a su juguete favorito una mirada significativa. Wufei menea la cabeza en sentido negativo.
Ahora no, Sally. Tengo demasiado trabajo acumulado a causa de tus antojos. Cumplir con mi deber me ha convertido en un empleado mediocre... – concluyó enfadado consigo mismo por dejar que una mujer le hiciese eso.
Si su padre pudiese verlo... Pero es que no podía hacer nada cuando esa mujer le daba una orden directa. No entendía lo que le pasaba. De pronto complacer a una onna se volvió más importante que su trabajo. ¿Cómo dejó que eso pasara?.
Oh, Wu-chan... – sonrió picarona, acercándose y acariciándole la piel alrededor del cuello de la camisa color beige de los Preventors. – Te puedo garantizar que no eres un empleado mediocre en absoluto.
Wufei se acercó a los provocadores labios femeninos, los rozó sintiendo esa tibieza, pero luego la tomó de los hombros y la alejó de sí.
¡TU!. – le gritó señalándola recriminatoriamente con el índice. - ¡Eres un demonio!. Mi padre tenía razón. ¡Una onna es solo un demonio disfrazado!.
Sally soltó una carcajada.
Ay, Wufei, deja el dramatismo. No es como si te estuviese pidiendo que sacrifiques. Tú te diviertes tanto como yo cuando saco mis esposas.
(N/A: O.O ¡Oh, sí, Gran Maestra!. ¡Enséñeme a someter a sexys bishonens como usted o hace!).
¡Ahora no!. – replicó terminantemente, levantando una mano para impedir que se acercara más.
Volvió a sus papeles dando por terminada la conversación, seguro que su palabra de hombre se haría valer. Pero estaba muy equivocado. Sally perdió la paciencia y lo jaló de la coleta, atrayéndolo hacia ella. Él sonrió.
Me gusta cuando te pones agresiva. – la besa.
Me pondré eso que tanto te gusta esta noche. – anunció con voz seductora Sally.
Escena censurada, clasificación XXX
(N/A: Sorry, pasa que es mi primer fic y no sé mucho de lemons o yaoi. Lamento desilusionarlas/los a algunas/os)
Nijan llevó a Duo a su cuarto. El chico aún no estaba consciente del todo. "Tremenda paliza le dio el muy bestia", pensó aún molesta por las palabras de su hermano a ella, mientras buscaba en su bolsón algo que pudiera servir de calmante y algunas curitas. Lo miró tendido en la cama, moviéndose en sueños, murmurando cosas inentendibles y no pudo evitar sonreír con ganas. Había descubierto que Duo era una extraña mezcla de niño juguetón y guerrero abnegado; y eso le gustaba, la hacía sentir a salvo. Era una sensación que no experimentaba en mucho tiempo.
Si bien la vida no había sido tan dura con ella como con Heero, no se podía negar que había tenido algunas cuotas de dificultades. Las calles no eran lugar para una jovencita confiada, y mucho menos en época de guerra. Todo a su alrededor era peligroso o falso. Las personas traban de engañarla, llevarla por el mal camino, abusar de ella... En fin, la misma historia de muchos otros jóvenes sin familia que tuvieron que arreglárselas en las calles para sobrevivir.
Admitía que no era exactamente una Relena Darlian. No era una fina señorita; había tenido que sacarle provecho a sus encantos femeninos para poder salir adelante y ganarse el pan y un techo. Muchas veces tuvo que hacer cosas de las que se avergonzaba. Aprendió a desconfiar de todo el sexo masculino.
Pero en esa casa, por primera vez, sentía tranquilidad, sosiego. Sentía que su alma podía dejar de luchar unos instantes y descansar, a salvo, sin peligro. Esa casa se convirtió en su hogar. Pero pronto se marcharía. Buscaría otro trabajo para terminar de pagar a Heero lo antes posible y largarse de ahí. Era hora de admitirlo: ya estaba muy grande para seguir viviéndole a su hermano. Heero se merecía un descanso.
Humedeció con agua un paño y comenzó a limpiar algunas de las heridas de Duo, mientras pensaba cuánto le gustaría quedarse y estar más tiempo con él. El trenzado, como lo llamaba su hermano, la hacía sentir una honda tranquilidad con su presencia de soldado, piloto de un Gundam, y alegría, con su sentido del humor tan especial.
No Heero, no me mates... – balbuceó implorando piedad en sueños. Respiró profundo y se movió – Te prometo que no pervierto a tu hermanita, tan bonita y purita... – continuó balbuceando.
Nijan meneó la cabeza en sentido negativo, mientras le ponía una bandita en una herida y dio su trabajo por terminado. (N/A: Enfermera negligente ��). En eso, Duo comenzó a balbucear cosas de nuevo. Trató de escuchar:
No, no, basta, te prometo... – no se le entendió más. Volvió a agitarse y su expresión cambió completamente a una de pervert. - Ñam, ñam... Que bien te queda el látigo... – Nijan soltó un gemido ahogado y se cubrió la boca para no reír. Le encantaría entrar en la cabeza del ex piloto para saber que pasaba... tenía el presentimiento que era algo digno de burla. Siguió escuchando. – Sí, el cuero te va bien... mmm... Sí, me gusta, me gusta... cadenas... (N/A: Me pregunto qué está soñando... O.O)
Nijan ya no soportaba la risa, pensaba irse para darle un poco de privasidad al chico con sus fantasías sadomasoquistas, pero no pudo evitar oír:
Sí... lindo, lindo... Mucha ropa, Nijan, quítate el... – Duo se levantó sorpresivamente y tomó de los hombros a Nijan, agarrándola desprevenida. La chica pegó semejante grito que se oyó hasta el final de la calle.
¿Todo bien?. – preguntó Quatre, desde el piso de abajo. Nijan tenía la mano en el pecho, recobrándose del susto, respirando agitadamente. Sus ojos se llenaron de chispas.
¡´Jo de put...!
¡Todo bien, Q-man!. – la interrumpió Duo, doblándose de risa y secándose una lágrima. Nijan lo miró de soslayo, pero él ni se dio por enterado. - ¡Ja, ja, ja!. ¡Debiste ver tu cara!. Ja, ja, ja. – se calmó un poco y pasó saliva. Se relajó y miró mas calmado a la chica que tenía el ceño acentuadamente fruncido. - ¿Qué pensaste?. ¿Que tenía sueños mojados contigo?. ¡Ja, ja, ja!. ¡Tu expresión no tiene precio!.
¡Cállate baka trenzado!. – le gritó muy enojada.
El chico dejó de reír en el acto y la miró sorprendido por esa reacción tan rara en ella... Sonó igualita a Heero.
Oye... no es para tanto. ¿Qué te pasa?. – interrogó tratando de demostrar preocupación, pero le era difícil ponerse serio en ese momento. No entendía que le pasaba a la chica hasta que vio un leve tono rosado en su rostro. – Emm, bueno, olvídalo. No es para avergonzarse, todos desean que fantasee con ellos. Mira a tu hermano, por ejemplo. Ya le dije que no estoy en la onda del yaoi, pero simplemente no se da por vencido. – bromeó para romper la tensión, pero no resultó. Nijan clavó los ojos azules, idénticos a los de Heero en sus ojos, con una mirada muy similar a la de Heero antes de dejarlo inconsciente.
Antes de que se pudiera defender, la chica le jaló la trenza con todas sus fuerzas haciendo que Duo pegara un grito.
(Fans de Duo: ¡Malditaaa!. ¡La trenza es patrimonio nuestro!).
Está bien, está bien. Lo lamento, no volveré a molestarte con eso. Vaya, sí que guardas pudor por las cosas mas extrañas... – se disculpó, si perder el humor. Nijan no pudo más que sonreír también, era contagioso.
Maxwell se detuvo aver sus ojos... siempre lo hacía cuando le hablaba. Era asombroso como se parecía a Heero, podría decirse que estaba viendo a Heero en ese mismo momento. Hasta la mirada era igual. En superficie, fría, distante y misteriosa; pero detrás de todo eso, era la misma mirada de cachorro abandonado y en busca de cariño.
Quedó hipnotizado por esos profundos ojos que guardaban tantos secretos. Era como si los dos, Heero y Nijan fuesen la misma persona.
Hee... ro...? – murmuró en un momento, sin darse cuenta, seguro de estar viendo a su compañero en esos ojos azules.
¡Nijan!. – corrigió ella, dándole un zape para traerlo de nuevo a la Tierra. (Es solo una expresión, ellos ahora están en una colonia P )
Ya sé, boba. Es que son iguales. – se justificó indignado por el sape, sobándose la cabesita con el ceño fruncido.
Vete al diablo – espetó, cruzándose de brazos. Duo sonrió y se sentó derecho, viéndola al rostro.
¿Se pelearon?.
No tenía ganas de hablar del tema... O no podía. Después de tantos años escondiendo sentimientos y emociones, tenía problemas para encontrarlos y entenderlos. Ni que decir hablar de ellos; la hacían sentir desnuda y vulnerable.
Nop. – contestó, ya que el chico esperaba una respuesta, con sus ojos expresivos clavados en ella. – Pronto pagaré mi deuda completa a Heero y me marcharé. – le dijo con una sonrisa forzada, tratando de sonar entusiasta. Había mentido tantos años, que engañaba a cualquiera. – Viajaré a... No sé. Creo que esta vez iré a la Tierra.
¡Que bueno, niña!. ¡Estaba pensando a creer que nunca nos libraríamos de ti!. – exclamó divertido, abriendo los brazos y sonriendo ampliamente. – Tu hermano y yo necesitamos tiempo para... sonrisa libidinosa Bueno, tú sabes... – siguió bromeando, alzando y subiendo sugestivamente las cejas. Después se puso serio. – ¿Y qué dice Heero?.
¡No puede esperar!. Ja, ja. – hubo una breve pausa. Ella miró el reloj de pared en busca de un escape. – Bueno, Duito, tengo que ir a trabajar. ¡Seguimos después!. – se puso de pie de un salto y se dirigió a la puerta.
Oky doky... ¡Y recuerda manearlo para ganar más propinas!. (Eso siempre me resultó a mí con las clientas, ja, ja).
La sugerencia que le hizo su compañero hizo que se ocurriera una gran idea. "Duo, sin siquiera saberlo, me hiciste un gran favor", pensó mientras corría escaleras abajo. Ya estaba atrasada de nuevo T.T, seguro la despedían.
Continuará... (están advertidos)
Yo otra vez: Este capítulo terminó siendo bastante largo y no me di cuenta. No sé si les gusta así o prefieren más cortos.
Igual, háganmelo saber escribiéndome a o por cualquier duda, como el vocabulario propio de mi país, tal vez algunos no lo entiendan. Pero traté de evitar eso. Sugerencias también son bienvenidas, aunque más aún lo son las adulaciones y ofrecimientos de dinero.
Que mucho hablo, mejor me callo antes que Heero me dispare.
(Mira bajo su cama. Solo están las cuerdas que servían de amarre a los pilotos).
Nadesiko: Trowa hijo de su madre �� ... tenía que usar sus trucos de escapista. Pero ya los agarro y lo van a lamentar... ¨ Sonrisa tipo el gato de Alicia en el País de las Maravillas
