Notas de la autora: (¡Ya soy una autora! ñ.ñ). Muchas gracias a mi little sister, Junny Tao por apoyarme T.T y seguir leyendo esta batrofia que llamo fic, je, je. Y también a Sakuri-chan por dejarme su comentario -, y darme consejos para obtener inspiración (Muy buenos por cierto, ya que tengo otros dos hermanos ¬¬, que yo llamo cariñosamente "hijos de mi madre") el cual me hizo muy feliz. Me encanta que me dejen comentarios!. Pasa que es mi primer fic y me cae bien que le gente me deje su opinión para saber que onda (O.o nani?). Así que muchas gracias a estas dos niñas preciosas, y si alguien más me dejó su comentario, le agradezco desde ya y que me disculpe por no mencionarlo/a. Y ya que estamos en el tema de los agradecimientos, gracias a todos lo que siguen leyendo esto!.

Declaimer: GW no me pertenece ¬¬ ¿Por qué mierda me tienen que hacer recordar de eso cada vez que escribo!. Qué crueldad, T.T Pero no falta mucho para mi conquista mundial... Muajajaja! rayos, truenos y centellas acompañan la risa de científico loco de Nadesiko .

Junny Tao: Uy, creo que se olvidó de tomar sus píldoras púrpuras u.uU Junny tratando de escurrirse de la habitación Quedense con el fic mientras que yo llamo al veterinario arranca y se va dejando un caminito de polvo y a una Nadesiko babeando

La Hermana de Heero

By: Nadesiko Takase

Capítulo cuatro:

El Bom-Bom Room

Duito llegó abatido a casa después de otro aburrido día de trabajo. Era sábado de noche y se moría por salir, pero hacer que Heero o Wufei salieran a farrear era tan probable como ver gallos poniendo huevos. (N/A: o.O ¿Nani?). Pero se acordó que Nijan era una gran fanática de las parrandas, al igual que él. Una vez habían salido a comprar helado y amanecieron en un baño público... ¡En L2!. Cómo llegaron ahí y que pasó, nunca lo supieron...

Subió corriendo las escaleras esperanzado para pedirle un poco de solidaridad humana y que lo acompañara a bailar. Se encontró con la chica vestida para salir al trabajo. Su largo cabello castaño y usualmente despeinado caía planchado por sus hombros y le llegaba hasta la cintura. Los ojos color cobalto los llevaba muy maquillados. En su mano derecha ya tenía su bolsón listo para salir.

¡Shit!. No me digas que trabajas esta noche también. – dijo desesperanzado.

Nijan pareció sobresaltarse al verlo parado en la puerta.

¡Duo!. – exclamó sorprendida. El muchacho la miró con recelo.

Sí... El mismo de tus fantasías... – entrecerró los ojos. Algo olía raro. Y no se refería a la colonia apestosa de Nijan. - ¿Y por qué te sorprendes?.

Estee... por nada, solo que llevo prisa, estoy atrasada. – lo evadió. Duo se le acercó unos pasos y la miró escrutadoramente con intención de ponerla nerviosa.

¿Así vas al trabajo?. ¡Con razón te dan tan buenas propinas!.

¿Qué pasa Duo?. Ya me tengo que ir. – apremió la chica con aburrición. No tenía tiempo para los jueguitos de Duo.

Duo hizo un puchero y se dejó caer en la cama con desánimo.

Snif, snif. Nada. Yo solo quería salir esta noche, pero no tengo quién me acompañe. – después la miró con una gran sonrisa que encantaría a cualquiera. - ¿A qué hora sales del trabajo, Coneja?.

Tarde. ¿Por qué Coneja?. – le preguntó. Duo sonrió maldoso.

Je, je. Porque ahora pareces una conejita Play Boy. – rió. A Nijan le salió humo por las orejas, pero no tenía tiempo para discutir. - ¿A qué hora es tarde?. – insistió. – Tal vez podamos salir después.

No creo, salgo muy, muy tarde. ¡Adiós!. – salió disparada por la puerta sin darle tiempo al trenzado de preguntar nada más.

¡Damn it!. – gritó él mientras ella salía corriendo de la casa. ¡Estaba atrasada de nuevo!.

Mas tarde llegó Wufei. Después que Sally le dio la gran noticia el día anterior, salieron a festejar y pasó la noche con ella. Le propuso matrimonio, pero ella se negó diciendo que no quería que él se sintiese obligado a casarse con ella porque estaba embarazada. Quería que se casase con ella porque la amaba. Claro, en 24 horas le propuso matrimonio 17 veces más; pero ella seguía negándose. Eso volvía loco a Wufei, que no permitiría por ningún motivo que su hijo fuese un bastardo. Pero no se preocupaba, en su marote manipulador ya estaba maquiavelizando un plan para casarse con ella.

Ahora volvía a la casa para buscar algunas de sus cosas y dar la gran noticia.

¡¡ESTO HAY QUE FESTEJARLO! – gritó encantado Duo, tanto por la noticia como por tener una legítima razón para festejar. Heero lo miró, enarcando una ceja.

¿Y tú por qué estás tan alegre?.

Uy, cierto. Debería tenerle lástima al pobre bebé. – se lamentó. - ¡Ah!. Pero Sally será una buen madre, no hay problema. Además, está requete buena...

¡¡Maxweeell!. – bramó Wufei con una vena palpitante en la frente. Esa vena ya era usual en él ahora.

¡Era broma, era broma!. No, pero en serio Fei, trata de mantenerte lo más alejado posible del niño, ¿ok?.

¿Dónde está mi katana cuando la necesito, maldición?.

Ay, ya. No seas sensible. ¡Hoy se festeja que Wu-man será padre!. – exclamó, dando un salto en el aire. Tenía muuucha energía acumulada por estar sentado todo el día en la tienda. – Conozco el lugar perfecto para la ocasión al que no voy hace mucho y me gustaría volver... – de pronto tuvo una abundante hemorragia nasal.

Heero y Wufei lo miraron con cara de "What da fuck...!".

Pero cuando llegaron al lugar, comprendieron la reacción del baka trenzado. El local tenía un montón de luces color rojo que parpadeaban llamando la atención. Enfrente había un gran cartel de luces que anunciaba el nombre del club: "The Bum-Bum Room"

¿Donde rayos nos trajiste, baka?. – interrogó Heero.

No te hagas, que te encanta. – desestimó el interpelado. Se acercaron a la entrada y un hombre musculosos de seguridad detuvo a Duo que iba al frente.

Noche de Drag Queens los jueves. – le dijo muy serio. Duo se puso rojo de la rabia y le gritó:

¡Oye amigo!. ¡Soy un hombre, ¿no ves?.

Lo siento, pase... – se disculpó apenado el hombre, abriéndole paso a los tres recién llegados.

Duo de drag queen... –se mofó Wufei, mirándolo burlón. – Esa estuvo muy buena, tengo que anotarla. – los ojos de Duo centellearon en la oscuridad.

A Sally pareció gustarle... – replicó como quién no quiere la cosa. La expresión de Wufei cambió abruptamente y se abalanzó sobre Duo, quien se moría de la risa.

Qué remedio. – bufó Heero al verlos pelear.

Entraron al club, que por dentro era tan vulgar como por fuera. La atmósfera estaba llena de humo de cigarrillos y un penetrante olor a alcohol. Habían unos cuantos borrachos sentados en las mesas alrededor de la tarima que tenía el tubo de bronce en el centro para las bailarinas. Unas cuantas mujeres que personificaban los estereotipos de fantasías masculinas hacían de meseras.

Mira el lugar de mala muerte al que nos trajiste, Maxwell. – gruñó Wufei, fingiendo desagrado. Pero no podía negar que encontraba el uniforme de las meseras MUY interesante.

No gruñas, amigo. Hoy es tu última noche de libertad con los amigos... A parte de tu despedida de soltero. Entonces te llevaré a otro lugar mucho más interesante. – prometió, frotando las manos en un ademán que Heero encontró tanto intrigante como INQUIETANTE. Sacó unos billetes de su bolsillo. – Tomen, esta noche yo pago... – se lo pasó a Wufei y a Heero.

Gracias. – replicó el de ojos cobalto, guardando el dinero en el bolsillo de sus pantalones.

¡No, pelele!. ¡Es para las bailarinas!.

Los ojos de Wufei brillaron de manera lujuriosa. El baka trenzado no era tan baka después de todo.

¿Pelele?. – repitió Heero alzando una ceja. Duo lo miró altivo.

O hijo de bip. – se encogió de hombros con desinterés. -Tú elige.

Tomaron asiento en una mesa bien cerca de la tarima y una mesera vestida como cowgirl, con una minifalda, unas botas hasta las rodillas, pistolas y un top con lentejuelas, ¡ah, y el sombrero, vino a tomar la orden:

¿Qué se les ofrece?.

Agua

Nada

Duo abrió los ojos sorprendido. Comenzó a negar con la cabeza enfáticamente:

No, no, no, no. Esto es una "pre despedida de soltero". Traiga tres destornilladores, tres tequilas y una jarra de cerveza bien helada.

O.O ¿Que te pasa?. ¿Quieres llegar a casa después o no?. – le dijo Heero, pero Duo miraba lujurioso el caminar de la mesera, con un hilo de baba colgándole de la comisura de los labios:

La verdad, espero tener suerte esta noche.

Heero se hundió en su asiento, deseando haberse quedado en la casa.

Al rato llegó el pedido y comenzó el espectáculo. Las luces en todo el salón se apagaron y la música de fondo fue substituida por otra un poco más provocativa. Los reflectores se encendieron y apuntaron a la tarima. Se oyó una voz de hombre que anunciaba:

¡Muy buenas noche y bienvenidos al Bom-Bom Room!. El espectáculo de esta noche promete ser estimulante, así que quédense en sus asientos y por favor, den la bienvenida a nuestra primera bailarina. Ella es inocente, pura y estudia en una escuela católica. ¡Por favor, den un cálido recibimiento a "Castidad".

Al instante, una mujer apareció en escena vestida como colegiala, con las dos colitas, las medias hasta la rodilla, la mini tableada a cuadros, la camisa blanca y la corbata y empezó a bailar al ritmo de la música.

Wufei soltó cerveza por la nariz y comenzó a toser, mientras Duo le daba palmadas en la espalda. Heero se enderezo en su asiento, pero tratando de no parecer MUY interesado.

Para cuando era el turno de la quinta bailarina, los tres ya veían doble. Se habían tomado la jarra de cerveza, los destornilladores y solo quedaban las tequilas. Heero siempre había soportado bien el alcohol... Pero esa vez... Bueno, el espectáculo le deba sed y sin darse cuenta empezó a beber y la mezcla le cayó malísima. Lo mismo le pasó a Wufei y a Duo, pero este último ya estaba acostumbrado.

¡Eso es, muñeca!. ¡Shake it!. – incitó Duo, de pie, apenas modulando las palabras por el efecto del alcohol.

¡Calla, baka!. Te estás calentando con el tubo de bronce. – le reprendió Heero, tirado sobre la mesa. Duo entrecerró los ojos para ver mejor... Y sí, era un tubo.

Aún así es muy shexy el tubo ese... je, je. Ya quisiera llevármelo a casa... – balbuceó antes de sentarse de nuevo. Se quitó el sombrero de vaquero que la mesera le había regalado. - ¡La estamos pasando bien o qué!. – exclamó muy entusiasmado.

No obtuvo repuesta, pues Wufei estaba inclinado hacia la tarima viendo a la bailarina con la boca abierta y ojos hambrientos, y Heero le fondeaba a la tequila.

No sé por qué, pero tiene un inquietante parecido con Quatre. – comentó Wufei, sin apartar la vista de la bailarina árabe que vestía tules transparentes e interpretaba la danza de los siete velos.

Heero levantó la cabeza y miró a la bailarina.

Arabe.

Cabello rubio.

No, no sabía que similitud había. Pero sí que había algo.

La bailarina lanzó uno de sus velos a Duo, que se puso de pie y comenzó a gritar:

¡Quatre!. ¡Quatre!. ¡Que bonito estás!. ¡Quien fuese Trowa pawmnes...! – y ya no se entendió lo que dijo antes de caer de espaldas al piso, brevemente inconsciente.

Wufei puso unos billetes en el top de lentejuelas de la bailarina mientras la felicitaba por su magnífica interpretación.

Duo despertó y se puso de pie de un salto, como si tuviese resortes en las patas, mirando a todos lados alarmado.

¿¡De qué me perdí?. ¿¡De qué me perdí?.

Oye, Maxwell, este lugar es genial.

Lo que sea por ti, amigo Wu. ¡Cantemos cumpleaños feliz!. – (N/A: O.o está más perdido que Tarzán en Nueva York). - ¡Que los cumplas...!

¡Duo...!

¡... feliz...!

¡Duo...!

¿Qué pasa Heero?

¡Cállate!.

Avinagrado. ¬¬ ¡Fei, eres un gran amigo y estoy muy feliz por ti!. – comenzó a ponerse sencibilero Duo. - ¡Así que propongo un brindis por mi amigo y próximamente padre, Wu-man!. – debido a la borrachera, apenas se le entendía lo que decía, y la mayor parte del tiempo no tenía sentido. Levantó su vaso de cerveza vacío y fondeó. - ¡Ah!. La mejor cerveza de las colonias. – hizo como que se limpiaba la boca con el brazo. - Oye, Wu, ¿te hago un regalo?

Wufei lo miró con sospecha. Estaba borracho, pero aún era paranoico. (N/A: Yo tengo unas píldoras muy buenas para eso... El único problema es que te restan sensibilidad en los dedos O.O)

Siempre y cuando no sea un beso, ¡venga!.

¡Trato!.

Duo se giró y comenzó a mirar alrededor. Detrás suyo vio a una hermosa chica de exuberante cabellera rubia platinada que le recordaba a las mujeres de su colonia. Llevaba el cabello recogido y bien estirado en un rodete y abundante maquillaje. Pero lo que le llamó la atención era que estaba disfrazada como general de Oz, con una mini extremadamente corta color obscuro, unas altas botas negras hasta la rodilla, media red y el saco muy bien ajustado a sus curvas, abierto en el pecho, dejando ver el generoso busto en un corpiño negro. Claro, el emblema de la organización estaba presente. Estaba muy obscuro, pero aún así pudo percatarse que ella sería del agrado de Wufei.

Se levantó y caminó tambaleándose hacia un hombre que estaba en el bar, que parecía ser el que dirigía todo el meollo, y puso unos billetes frente a él mientras se apoyaba en la barra para mantenerse parado.

Oye amigo... ¿Qué te parece si mandas a la General de Oz a hacerle un baile a mi amigo por su cumpleaños?.

Claro, claro. No hay problema. – sonrió el hombre, tomando el dinero y contándolo. - ¡Oye, Josie!. – la mujer se giró y lo miró ceñuda. – ¡Ve a bailar a la tres!. – le señaló la mesa de Duo y los demás.

La mujer se encaminó a hacia allí con andar provocativo y sin muchos miramientos.

¿Quién es el cumpleañero?. – preguntó la mujer, sin poder distinguir bien el rostro de los chicos, ya que había una bailarina en escena y las luces estaban apagadas. "Uf, al menos son jóvenes", pensó con cierto alivio.

Heero levantó la cabeza de la mesa al oír la voz de la mujer y la observó. Veía tres mujeres rubias y provocativas paradas a lado de la mesa.

"Mmm... Trillizas..."

Duo puso un brazo en el hombro del "cumpleañero" y lo señalaba con el dedo índice de la otra mano.

¡Aquí mi amigo cumple años!. – exclamó.

La mujer comenzó su actuación.

Y dime, ¿qué puedo hacer para hacer este cumpleaños memorable?. – preguntó de manera sensual, mientras sacaba del cinto del disfraz un látigo que agitó para que sonara con fuerza.

Los tres se echaron para atrás sobresaltados. La bailarina se soltó el rodete dejando caer su exuberante y larga melena rubia sobre Wufei al mismo tiempo que realizaba un sensual baile con su látigo; mientras, Duo echaba urras y Heero deslizaba un billete en las botas de la bailarina.

La bailarina en escena terminó su interpretación y las luces rojas del salón se encendieron nuevamente, dando un poco más de claridad.

Me gusta como bailas... – alabó Duo a la bailarina de Wufei, mientras la abrazaba por la espalda. - ¿Te casarías conmigo para tener siete hijitos, todos trenzados?.

"¿Trenzados?", pensó la bailarina al mismo tiempo que se liberaba sutilmente del agarre de Duo y lo miraba al rostro.

¿¡DUO?. – soltó sobresaltada.

¿Shi...?

Heero se puso de pie de un salto. Esa voz la conocía muy bien. Se apoyó en la mesa y se inclinó hacia delante, tratando de ver mejor el rostro de la mujer. Veía nublado, y todo se movía... Pero esos ojos eran inconfundibles.

¿¡¡¡¡NIJAAAAAN?

Duo, que estaba demasiado borracho para entender lo que pasaba, siguió divirtiéndose.

- Dame un beshito... – le pidió a la bailarina, poniendo labios de pescado.

¡¡¡HIJO DE LAS RE MIL...!. – profirió Heero antes de abalanzarse sobre Duo para caerle a golpes.

¡Con un demonio, Yuy!. ¡No arruines mi cumpleaños!. – gruñó Wufei demasiado borracho, poniendo las manos en la cintura de la bailarina, que lo miró asombrada la atrajo hacia sí. – Tú sigue con lo tuyo.

¿Wufei!. – le gritó la mujer, abriendo mucho los ojos.

Wufei miró a la bailarina a la cara (N/A: Me pregunto donde estuvo su mirada hasta ese momento...).

¡¡¡¡AHHHH!. ¡¡¡MALDICION!. – gritó, empujando a Nijan como si lo hubiese quemado. - ¡¡AHORA TENDRE QUE CORTARME LAS MANOOOOOS!. ¡Y tú que haces calentando pijas aquí?.

Trabajo aquí, ¡que rayos!.

¡NO VUELVAS A MIRAR ASI A MI HERMNANAAAAA!. – le gritó Heero, que dejó de pelear con Duo y se abalanzó contra Wufei, echándolo de la silla.

Un Duo todo golpeado y sangrando se pone de pie con gran dificultad. Mira a Nijan, tambaleándose.

¿Te invito una gaseosa?. – Nijan se encogió de hombros.

De acuerdo. – y fueron hasta la barra a esperar que Heero terminase de matar a Wufei.

Continuará... (están advertidos)

Notas de yo: Je, je, je... Si que estoy haciendo pasar mal al pobre de Heero, pero me encanta verlo sudar. Las cosas si que se complicaron ahora (Heero tiene que asumir que sus mejores amigos manosearon a su hermana u.uU). En el próximo capi, una fuerte pelea entre Heero y Nijan y una despedida (si, la loca finalmente se va) no se pierdan el quinto capitulo, "Nijan se va" (pésimo sumary, ya sé).

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