DKA: update para Transilvania!

Si, lo sé, estoy a punto de ganarme la hoguera, pero deben entenderme... estoy cerca de las pruebas de estado y de verdad que he estado muy ocupada. En fin, espero que les guste este capítulo y mil gracias a los reviews! Pido disculpas por el capítulo tan corto, pero temo que de ahora en adelante será así, capítulos más cortos pero juro hacer el update más pronto.

ooooooooooooooooooooooooooooo

Transilvania

Capítulo 3: la nuit

Mitsumasa y Mai dieron un hondo suspiro. Menos mal que acordaron a último momento hacer la competencia de los chicos menores para el día siguiente, si no, el tiempo verdaderamente que no les hubiera alcanzado para hacerla.

Además que muchos estaban rabiando ante la victoria de los albinos y su líder que de todo parecía menos eso.

Como sea, ellos ya se iban a sus cabañas a descansar, total que soportarlos había requerido de bastantes energías y considerando que no eran unos adorables querubines el irse ya alistando para una buena cena y dormida era el plan a seguir por los guías.

Era ya de noche. Y una cena espectacular estaba servida en la cabaña donde Bakura y Ryou dormían. Honda comía por cinco, Bakura por seis, Ryou por seis y medio. Allí mismo, la tranquila y bonita presencia de la rubia ojiazul había probado uno que otro bocadillo, y se había negado rotundamente comer un sándwich.

Yami y Yugi no estaban allí, pues estaban cerca del bosque hablando con Jounouchi acerca una forma de vengarse de Bakura. Habían pensado en ahogarlo en el lago, tirarlo del autobús al momento de regresar a la ciudad y muchas otras más terribles torturas.

– No puedo creer que sólo comas esos bocadillos, Daria – dijo Bakura, aún con la boca llena

– soy Dahlia... –

– como sea – oyó la voz de Honda – ya casi flotas, mírate no más – la miró en forma enternecedora

– si, la pobre no debe ni comer – siguió Bakura – debes pesar unos 30 kilos no más, creo que hasta el cabeza de pinchos minor (Yugi) pesa más que tú. Y eso que Yugi parece un zancudo –

– chicos, no la molesten – dijo Ryou con seriedad y cerrando los ojos, para luego sacudir su cabeza en señal de desaprobación.

Dahlia lo miró con los ojos vueltos estrellas refulgentes, y le dio unas gracias muy leves, casi un susurro...

Pero el albino continuó con sus líneas – el hecho de que la chica esté desnutrida no significa que tengan que molestarla u.u – finalizó.

Todos vieron como Dahlia se volvía de piedra, caía al suelo y sus pedazos se esparcían por la cabaña.

Baku y Honda: mujeres! Ù.U

Mientras tanto, en una cabaña muy lujosa, bien decorada, estaba Kaiba Seto frente a su computadora portátil. Lo malo del asunto, bueno, lo malo para él, es que aún no podía superar eso de la competencia de hace rato. Cómo podía ser que él, Kaiba, K–A–I–B–A, el hombre poseedor de todo, programador, millonario, con su propio club de fans acosándolo cada vez que podían, con su mansión, con visas permanentes... cómo podía ser que él hubiera perdido ante... ante ellos!

Y lo peor es que hasta Jounouchi quien le caía como un pedo también le echaba en cara su derrota. Vencido por un par de albinos, uno paranoico y otro no deportista y por un moreno con unos puntos de coeficiente intelectual que no superaban a los suyos.

Pero esto no se iba a quedar así, de ninguna manera. Y menos con esos perdedores riéndose de él. Hallaría una forma de ¿vengarse?... no, no... eso sonaba muy feo. Mejor lo llamaba… un reembolso apropiado para su desgracia acaecida durante el día de hoy. (Genios)

Bien. Estaba decidido. Sólo quedaba la última parte; cómo lo haría…

hmhmh… tal vez un buen susto – sonrió. Eso era perfecto. Les iba a dar a todos los que pudiera un susto grandioso. Estando en las afueras de la ciudad, en medio de un campamento, jungla... además de todo, era perfectamente capaz de arreglárselas con algún tipo de implemento que se necesitara para que los bobos se colapsaran.

Entonces, sacó su teléfono celular. Y se dispuso a ordenar unas cuantas cosas. Muchísimas ideas se le pasaban por ese momento en su genial cabeza y no quería descartar a ninguna.

oooooooooooooooooooooooo

– ¡Está decidido!. – sonrió Jounouchi triunfante. Una enorme gota orbitó por las cabezas de Yugi y Yami, que además intercambiaron miradas y luego contemplaron a Jounouchi como si fuera un lunático. (Así era, después de todo) – Asustaremos a Bakura y a Honda –

Yugi se aclaró un poco la garganta – yo iba a sugerir que... – pero el otro pelirrojo lo interrumpió:

– ¿Tienes algún plan, Jounouchi?. –

– Bastantes –

Y de nuevo, los chicos con cabellos de espinas se miraron y arquearon una ceja.

– Bakura no se espanta con nada, excepto cuando no tiene dinero... – replicó Yami – creo que es más fácil conseguir que Ryou me de un puño a que Bakura se colapse con un susto. En todo caso, Honda es pan comido. Le da miedo hasta el coco –

– No estoy muy seguro de esto – duda Yugi – somos sus amigos y... bla, bla, bla… –

Yami/Jounouchi: ú.uUU (esperan unos veinte minutos a que Yugi termine su oratoria)

– escucha, Yugi – dice el rubio, muy serio – crees que fue justa nuestra derrota? Perdimos una super cena, Yugiiiiii¿ENTIENDES?. –

– entiendo O.OuU ... y en qué pensaste, Jounouchi?. –

Yami cerró los ojos y sacudió la cabeza – Yugi, esto puede tomar tiempo U.U –

– oye!. –

Y así, continuaron hasta que Jounouchi les comentó que una buena idea, sería ir durante una noche a la cabaña de Bakura a asustarlo con ruidos. A los otros dos muchachos eso no les pareció demasiado ingenioso, aún así, dejaron que continuara.

– Y para Honda, podemos inventarnos un fantasma, o un vampiro –

– Lo del vampiro no está del todo mal – repuso Yami – eso de efectos especiales para fantasmas sale costoso. Honda se va a desmayar con esto. –

– Si dices que funciona, sería bueno experimentar ahora mismo¿no?. –

Los dos miraron a Yugi por sus palabras, sorprendidos.

– ¿Qué?. –

ooooooooooooooooooooooooo

Inflados como pelotas, los dos albinos y el moreno estaban casi dormidos luego de esa hyper comida ingerida. Honda tenía que hacer el sobrehumano esfuerzo de irse hasta su cabaña. El pobre no sabía que la comida la iba a digerir de un solo tiro con lo que le iba a pasar. En fin, como iba diciendo, con una fuerza de voluntad increíble, Hiroto Honda caminaba unos cuentos metros (a paso MUY lento) hacia su cabaña, con la total convicción de dormir. ¿Cómo no hacerlo? Si estaba muerto de cansancio. Pero muy contento.

Repentinamente, vio una figura acercarse a él.

Pudo reconocerlo, se trataba de Yugi. Iba a darle de la cena, pero el pelirrojo nunca se apareció. Es más, se desapareció de su cabaña.

– ¡Yugi! Vaya amigo, podría decir que te tragó la tierra¿dónde estuviste?. –

– Estuve con Jou y con Yami charlando – dice Mutou. – Te ves algo hinchado – observó.

– ¡pero Yug! Te íbamos a ofrecer de la cena bueno, Bakura no… pero no te ubiqué!. –

Yugi se encogió de hombros – no importa n.n y... – Yugi cortó su diálogo de repente, provocando que su amigo de ojos castaños enarcara ambas cejas

– ¿Ocurre algo?. –

– shh... ¿no oíste eso? – Yugi no creyó que actuara tan bien

– oír qué? –

A Honda no le gustó mucho lo que siguió. Oyó como los matorrales se movían. Claro, viene la primera etapa en donde se decía que eran los animalitos… ¡qué animalitos! Si habían bichos no más, ah, si, y esa cosa mutante que aterrizó en la balsa de Bakura…Rayos.

Los arbustos se movieron de nuevo, con más fuerza.

– d…deben ser los animales no? Digo, gatos, perros, grifos… –

– u.uUU... tengo escalofríos... – dijo Yugi supuestamente para sí mismo. Comentario que por casualidad escuchó Honda, y que por casualidad también empezó a sentir escalofríos. Parece que la cena ya estaba digerida casi por completo.

De nuevo los matorrales. Algo se acercaba y Honda estaba pegado al suelo con super glue. Yugi sabía que Jounouchi y Yami estaban tras las plantas esas, pero debía seguirles la corriente y se hizo el asustado. Lo hizo demasiado bien, ya que el pobre Honda tenía sus esperanzas en su amigo flacucho y ahora que lo veía asustado era un buen motivo para irse corriendo de allí. Yugi no pudo evitar sentir que el color azulado de Honda era algo en verdad gracioso.

– HooooooNDaaaAAAAaaaaa...!. –

– ay mamita...!. –

– HOOOOOOooooOOOOnnnNNDaaaAAAAA!. –

– Te vamos a llevaAAAAAAAAAr...!. –

Para cuando Yugi volteó a ver a su amigo, Honda ya estaba a bastantes metros de él, corriendo con una velocidad increíble.

El pobre Honda estaba pálido y corría hacia su cabaña, a ver si Jounouchi estaba allí...

– ;..; quiero a mi mami!. –

Cuando se perdió de vista, Yami y Jounouchi salieron de su escondite entre los sotos. Cubiertos de tierra, palos, ramas, hojas y bichos. Reían, y lamentaban no tener alguna filmadora o cámara digital para captar ese momento tan sublime. Había sido sencillo –demasiado– asustar a Hiroto.

– Esto fue sencillo, y divertido – dijo el rubio – No estoy seguro si contarle que en verdad fuimos nosotros, al menos para que pueda dormir –

– Claro que le contaremos, aunque ya se le pasará – comenta Yami – Como si ya no hubiera visto bastantes cosas paranormales –

– Bien, entonces, es hora de que vayamos a las cabañas, tengo bastante sueño... – Yugi dio un bostezo – ¿Qué les pasa?. – preguntó al notar a sus amigos con rostros pensantes. Los dos le regresaron una mirada robótica:

– No tenemos idea de cómo asustar a Bakura – explicaron

– O.OU ¿en verdad piensan hacerlo? Lo veo demasiado difícil, aunque, bueno, podrían ser tan amables de quitar ese holograma de fantasma que tienen atrás de ustedes?. –

Yami/Jounouchi: O.O¿HOLOGRAMA?.

Giraron su cabeza para ver a una espeluznante figura semitransparente.

– T–T–Te–Te ref–fieres a e–ese holograma...?. –

– sí Yami, no veo ningún otro... ú.úU –

– C–C–Co–Como te te pare–ce que que no fue nuestra idea –

– ¿mhmhm?. –

Los cabellos de los tres muchachos ganaron electricidad estática al ver que "eso" se movía y parecía saludarlos, con una agitada de mano y una sonrisa, sus caras bonitas pasaron a una tonalidad azulosa...

– ‚¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!. –

Yami y Jounouchi tumbaron a Yugi y cada uno lo tomó por una pierna, de modo que lo llevaban como un costal de patatas, a mil kilómetros por hora, y llenando todo el cabello rojizo del pobre chico con tierra.

Unos segundos luego, Kaiba salió de entre otros arbustos (vaya selva) con su laptop ejecutando un programa de animación 3d y gráficas avanzadas y un proyector holográfico diminuto conectado a un puerto de ella.

idiotas

ooooooooooooooooooooooooooooooooo

Continuará.